Gabino Aguilar Foto: Martín Santos Yubero Archivo Comunidad de Madrid |
La feria taurina de Manizales se instauró en el año de 1954, por lo que, para el año de 1965, se celebraba su undécima (XI) edición, apoyada en un elenco encabezado por Santiago Martín El Viti, uno de los triunfadores del ciclo anterior, Paco Corpas, Curro Girón, Pepe Cáceres y como novedades El Cordobés, quien se quedara sin actuar en 1964, debido a una lesión que sufrió en una mano en Torreón, la antevíspera de su presentación allí y nuestro paisano Gabino Aguilar. Todos ellos a dos tardes cada uno, aunque al final, Pepe Cáceres solamente intervendría en una de las contratadas por haber sido herido en su primera tarde, siendo sustituido en la segunda, por Pedro Martínez Pedrés.
El ganado a lidiarse sería colombiano, así se anunciaron toros de Abraham Domínguez, Clara Sierra, Félix Rodríguez, Ernesto Gutiérrez y Rocha Domínguez, corriéndose encierros completos únicamente de las dos primeras y en el resto de los festejos, combinaciones de todas, a excepción de Clara Sierra. La feria corrió del 27 al 31 de enero.
El ambiente previo de la feria
La presentación de El Cordobés en Manizales era más que esperada, sobre todo, después de que se pospuso un año tras del corte en una mano que sufrió en Torreón el 28 de enero de 1964, antevíspera de su presentación en esa plaza. El fenómeno de Palma del Río tenía revolucionados los ambientes taurinos a lo largo del mundo y en ese tenor, Manizales no sería excepción. Se relata en el diario El Tiempo de Bogotá, fechado el 22 de enero de 1965:
No puede ser más halagador el ambiente que respira la ciudad, seis días antes de iniciar su tradicional certamen y doce antes de que suenen timbales y clarines para dar comienzo a la temporada taurina. Pudiera decirse que Manizales vive un jocundo periodo de afanosos preparativos, a efecto de que todo se halle debidamente dispuesto al caer del almanaque la hoja correspondiente al 24 de enero en curso. Las gentes no hablan sino de los eventos consignados en la programación general, pero sobre todo de las corridas de toros. Se tejen comentarios de todo género, se hacen cábalas y hasta se encienden las anticipadas e infaltables discusiones. Que si “El Cordobés”, que si “El Viti”, que si los toros, en fin, esto comienza a arder ya por los cuatro costados… En el lapso que lleva Manizales haciendo sus ferias y esta de ahora es la XI, no se conocía nada parecido. Esta ciudad conoce de los grandes llenos en temporadas anteriores; sin embargo y de acuerdo con las enfáticas manifestaciones hechas por el taquillero mayor de la empresa, no se había dado antes el caso que se está contemplando en los actuales momentos. De día y de noche, es aquello un denso enjambre en busca de localidades, pagando abonos, haciendo apartados y, en general, dándole a estas dependencias un inconfundible aspecto de cosa grande, bulliciosa y movida. Se calcula, con base en lo vendido y separado, que durante las cinco tardes consecutivas los llenos van a ser algo más que completos, congestionados…
Como se puede apreciar, el interés era muy grande y la adquisición de entradas sueltas y abonos era constante, augurando la ocupación total de las 17,000 localidades que en esa fecha ya aforaba el coso manizaleño.
El día de la corrida inaugural
La prensa colombiana señalaba que las localidades estaban agotadas y anunciaban la presencia de aficionados procedentes de Venezuela, Ecuador y Panamá, además de un gran despliegue informativo para cubrir la feria organizada por el empresario colombiano Roberto Cardona Arias:
Todos los más importantes diarios y radioperiódicos han acreditado sus corresponsales en Manizales que han llegado a la capital de Caldas para cubrir los sensacionales eventos. “El Tiempo” estará representado por el doctor Hernando Santos, por el fotógrafo especializado “Manuelhache” y por nuestro cronista taurino Manuel Piquero “Picas”, quien también lleva la representación de la UPI, del “Dígame” de Madrid y de “El Redondel” de México… El prestigioso locutor de Castilla (España), don Pepe Bermejo, transmitirá las corridas por la Voz de Caldas; también están autorizados los comentaristas señores Orlando Pión y Hernando Espinosa, siempre veraces y bien orientados…
El lujo de la feria exigía un despliegue informativo de esa extensión y naturaleza. Hoy, aun con los medios que tenemos a nuestro alcance, es complicado a veces enterarnos con extensión de lo que sucede en las ferias que se celebran al Sur del Ecuador.
Lo sucedido en el festejo
Los toros de Abraham Domínguez, anunciados indistintamente como Fuentelapeña, eran de origen Parladé, parte de la ganadería que originalmente fundara el diestro retirado Félix Rodríguez Antón quien se anunciaba como Félix Rodríguez II y tuvo simiente de Pinto Barreiros, Conde de la Corte y Samuel Flores, que era en esos días la línea imperante en los toros que criaba. Del encierro lidiado esa tarde, escribió Picas en su crónica para El Tiempo de Bogotá:
Muy buenos fueron los tres primeros toros de don Abraham Domínguez, toros con mucha raza y mucha clase. También fue bueno el sexto. El cuarto y el quinto, totalmente mansos…
El Viti le cortó una oreja al que abrió plaza. La crónica del enviado de la agencia EFE al festejo, aparecida en el semanario madrileño El Ruedo fechado el 2 de febrero de 1965, dice del conjunto de su actuación:
Santiago Martín “El Viti” dibujó unas verónicas estupendas en el primer toro y realizó una faena completa en medio de ovaciones y música. Mató de un volapié extraordinario. Oreja y dos vueltas al ruedo, en medio del delirio de los espectadores… En su segundo no pudo conseguir faena porque el toro no se mostraba propicio, terminando con media y puntilla…
Manuel Benítez El Cordobés fue el que se llevó el gato al agua esa tarde. Con su personalísima tauromaquia cautivó a los tendidos de la plaza de Manizales y le confirmó a quienes los ocupaban que valió la espera de todo un año para verle. Escribió Manuel Piquero en El Tiempo:
Manuel Benítez “El Cordobés”, justificó ante la afición de Manizales todo lo que esperaba de él. Su cartel ha quedado en el más alto sitio y a estas horas en que transmitimos la crónica, la gente grita por las calles: ¡“Cordobés” … “Cordobés”! …Esa decisión con que toreó; sus maravillosos reflejos, la intuición, la forma tan quieta con que ejecuta todo, lo colocan en verdad en un sitio aparte. La gente contempló fascinada su bella faena con el capote y la impresionante sucesión de pases de muleta en que no hubo un solo momento negativo. Cuando el toro dobló de certera estocada, 17,000 pañuelos pidieron las dos orejas. La presidencia, más exigente que en Madrid o que en Moscú solo dio una, pero para la historia fueron dos orejas las que Manuel Benítez se llevó en su triunfal debut en Manizales…
La negativa de la segunda oreja a Manuel Benítez causó un gran revuelo en el ambiente taurino colombiano. Esa cuestión junto con otras irregularidades, causó que el presidente del festejo, que actuaba en Manizales y en otras plazas tanto de Colombia como de Venezuela, Eduardo de Vengoechea, fuera destituido. Escribe Germán Castro Caycedo, en El Ruedo del 23 de febrero de 1965:
Ante la desorganización de la Empresa manizaleña, que en víspera de comenzar la temporada no había puesto a disposición toros sobreros para algunas corridas, los cuales hubieron de ser "sacados" por obra y gracia del trabajo de algún apoderado en vista del problema que esto significaba, al término de la segunda tarde surgió una polémica entre el Presidente, doctor Eduardo de Vengoechea, y “El Cordobés”, que acaparó los titulares a ocho columnas de todos los diarios colombianos y terminó con el retiro de la autoridad máxima en la plaza, por el resto de la temporada…
Por su parte, Gabino Aguilar se presentaba en ruedos de Colombia como matador de toros apenas 10 días después de haber confirmado su alternativa en la Plaza México. Venía de hacer una interesante campaña española en la que se presentó en las principales plazas de aquel país, en carteles de gran importancia. Tuvo una actuación importante en su primero, emborronada por sus fallas con la espada y cortó una oreja al segundo de su lote. Relata el cronista de El Tiempo:
El mexicano Gabino Aguilar sorprendió ayer al público por su gran clase, su valor y el sitio que tiene en la plaza. Está el torero mexicano en un momento de su carrera que debe aprovechar pues a ese paso lo veremos a la cabeza de los aztecas en la temporada de 1965… Perdió las orejas por fallar con la espada en su primero. Pero realmente su faena con capa y muleta fueron de la más alta calidad. A los acordes de la música ligó muy buenos pases con la derecha y la izquierda, viéndosele siempre dominador y artista. En el difícil sexto toro también rayó a gran altura y cuando dobló, el público pidió la oreja, entusiasmado…
Así se dieron las cosas en la corrida inaugural de la feria de Manizales de hace seis décadas, en una Colombia en la que la fiesta de los toros ocupaba un lugar preponderante. La prensa de la época anunciaba giras por su territorio de los espectáculos cómico – taurinos de El Bombero Torero y de El Empastre, que en su llamada parte seria, daban oportunidad a muchos aspirantes a ser toreros y el domingo 31 de enero, se anunciaba también una novillada en la Plaza Santamaría de Bogotá, con la rejoneadora Amina Assís, Manolo Cuevas y Pedro Domingo, quienes lidiarían novillos de Clara Sierra.
Hoy en día, la fiesta está en entredicho en Colombia, y en las manos de un individuo que cree que su voluntad debe imponerse encima de la de todos. Los tiempos han cambiado, sin duda.
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