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domingo, 27 de julio de 2025

21 de julio de 1929: Se inaugura en Palma de Mallorca el Coliseo Balear


En el transcurso de la pasada semana una de las notas destacadas de la información taurina fue aquella en la que una empresa ofrecía a la familia Balañá el adquirir las plazas de Jerez de la Frontera y el Coliseo Balear de Palma de Mallorca. Cuando recababa datos acerca del asunto de los toros de Piedras Negras en San Sebastián, leía que en la misma fecha de 1929 que se corrieron por Donosti, esa singular plaza mallorquina fue inaugurada. Esa es la razón de las líneas que le dedico el día de hoy.

También lo es el hecho de dejar en claro que la fiesta no es una cuestión relativa al boom del turismo extranjero en las Baleares, o una cuestión imputable, como todo lo que no gusta al progresismo hispano actual, a la dictadura. La fiesta en Mallorca y en todo ese territorio insular tiene una raigambre histórica y cualquier intento de prohibirla o mutilarla es un atentado contra sus propias tradiciones.

La realización de un proyecto

Entrado el siglo XX, Palma de Mallorca tenía una plaza decimonónica, de madera como casi todas las de esa época, que pasaba las vicisitudes de todas las edificaciones de esa naturaleza. Cuenta Lorenzo Miró en su blog Fotos Antiguas de Mallorca:

La voluntad de sustituir la viaja plaza de toros palmesana que ya había visto derrumbarse dos veces las andanadas de madera y que desde 1865 estaba ubicada en lo que hoy es la plaza Obispo Berenguer y Palou, fue únicamente obra de José Tous Ferrer... El inicio en 1914 de la guerra mundial, en la que España fue neutral, aparcó por unos años la idea de erigir una nueva y mayor plaza de toros para Palma, y en el periodo de entreguerras, iniciada la dictadura de Primo de Rivera, José Tous vuelve a la carga con su proyecto. Si bien contaba con ciertos e importantes apoyos, incomprensiblemente, como en anteriores ocasiones, el proyecto fue frenado desde el mismo Ayuntamiento...

Como se puede ver, el proyecto de dotar a Palma de Mallorca de una plaza de toros nueva y en condiciones no era una novedad en su día, sino que ya tenía raigambre entre el sector empresarial de la isla.

Así, no se dejó en el cajón del olvido el proyecto de construir una nueva plaza de toros para Mallorca y se encargó el proyecto al arquitecto Gaspar de Bennássar o Bennazar, iniciándose las obras de edificación a mediados del año 1928. Señala el propio Miró, que la obra se concluyó en apenas 212 días, es decir, alrededor de 9 meses. Los constructores responsables de la obra fueron Antonio Balaguer y Sebastián Crespí.

El Coliseo Balear está levantado sobre un predio que tiene una superficie de 11,000 metros cuadrados, cuenta con un ruedo de 47 metros de diámetro y su aforo se determinó en 14,414 localidades. 

La corrida inaugural

Para el estreno de la nueva plaza, la empresa dirigida por el señor Gabriel Taronjí, anunció una corrida de toros en la que actuarían el rejoneador Antonio Cañero y los diestros Nicanor Villalta, Antonio Márquez y Félix Rodríguez, enfrentando, el torero de a caballo dos toros de la ganadería madrileña de don Leopoldo Abente y seis andaluces de los hijos de Pablo Romero para la lidia ordinaria, fijándose la fecha del festejo para el domingo 21 de julio de 1929.

Las vicisitudes de un primer festejo

Aunque las obras de construcción se concluían de acuerdo al calendario programado, se comenzaron a presentar algunos imprevistos que debieron ser resueltos sobre la marcha. Refiere el diario mallorquín La Almudaina fechado el 16 de julio de ese 1929:

Al hacerse la suelta de los toros de Pablo Romero llegados ayer para la corrida de inauguración de la nueva plaza de Toros, el soltado en tercer lugar, hizo un gran estrépito al arremeter contra el cajón. Los otros dos esperáronle recelosos el tiempo que cruzaba un callejón que conduce de las cajas a los corrales embistiéndole uno de pelo cárdeno marcado con el No. 25... Del encontronazo cayeron los dos exánimes al suelo. Poco después se levantó el cárdeno corneando al caído hasta matarlo... Los toros que han quedado en los corrales son verdaderamente unos ejemplares bonitos y con muchas arrobas sobre los lomos. El que está más enmorrillado es un berrendo en colorado y lucero; hay dos berrendos más y uno negro. El cárdeno antes citado también es de bonito trapío, está apartado y se resentía mucho del golpe sufrido...

Antes del sorteo ya se había perdido uno de los ejemplares a lidiarse la tarde inaugural y otro quedaba en duda. Pero, por otra parte, podemos apreciar que los toros de los herederos de Pablo Romero eran, por su tipo, de los de antes del giro que se dio a lograr los cárdenos “guapos” que fueron la enseña de la ganadería durante varias décadas.

Ante la premura de la situación, el señor Taronjí, empresario, intentó obtener de la misma casa ganadera toros sustitutos, pero habiendo telegrafiado a los ganaderos a Sevilla, estos le respondieron que, dada la brevedad del tiempo, no era posible hacerlos llegar con la debida oportunidad a Mallorca. Entonces, se dirigió a Barcelona para adquirir de don Pedro Balañá el toro faltante y para el día 18 siguiente, regresó con dos toros salmantinos de Gabriel González. Se publicó lo siguiente en el Diario de Mallorca fechado el 19 de julio siguiente:

Fue ayer portador el vapor “Rey Jaime II”, de Barcelona, de dos toros de don Gabriel González, antes Buenabarba, acreditada ganadería de Salamanca, toros que vienen, uno de ellos, a sustituir al que murió el día del desencajonamiento corneado por otro, y el segundo a disposición de la empresa, por si hiciese falta para la lidia... Ayer al mediodía fue desencajonado el primero, de buena lámina, presentación y tipo... También y en el vapor “Rey Jaime II” llegó el empresario de la plaza, señor Taronjí, quien había marchado a la ciudad condal para gestionar – difícil cometido dada la premura de tiempo disponible – la adquisición de los dos toros...

Es de señalarse también que, desde los días anteriores, se daba a conocer en ambos diarios de Mallorca que, por errores en la numeración de las localidades, algunos boletos de entrada tenían que ser sustituidos, por lo que se convocaba a sus tenedores a ocurrir a las oficinas de la empresa para canjearlas.

Aspecto actual del Coliseo Balear

Los prolegómenos del festejo

El sábado 20 de julio se bendijo el inmueble, en acto solemne presidido por el Cura Párroco del Sagrado Corazón de Jesús, don Antonio Ferrari, asistido por los señores Gamundi y Mestres. Refiere el Diario de Mallorca:

En la Capilla de la plaza, empezó dicho acto, bendiciéndose en primer término el oratorio y cuadro de Nuestra Señora de la Salud bajo cuya advocación ha sido colocado nuestro nuevo Coliseo... Bendecida la Capilla el Rdo. don Antonio Ferrari, subió al palco presidencial y desde allí bendijo el nuevo edificio echando el agua bendita hacia los cuatro puntos cardinales... terminada la ceremonia se sirvió un “lunch” a los invitados...

Cumplidos los deberes religiosos, estaba todo dispuesto para la celebración de la corrida de toros al siguiente día.

La corrida inaugural

La primera corrida de toros fue presidida por el Comisario Jefe de Policía don Tomás Flórez y ocuparon un palco especial el Gobernador Civil Llosas, el Alcalde Agulló y otras personalidades. Sigue relatando el Diario de Mallorca:

Momentos antes de comenzar la corrida se acomodó en un palco el Excmo. Sr. D. Valeriano Weyler, Duque de El Rubí, siendo su presencia acogida con una gran ovación, tocándose la marcha real que el público en masa escuchó de pie y sin sombrero. repitiéndose luego la ovación de la que participó don José Tous y Ferrer...

A las cinco de la tarde con quince minutos se abrió la puerta de cuadrillas y por ella salieron, a caballo y vistiendo un elegante traje campero andaluz, don Antonio Cañero, en tanto que, a pie, iban Nicanor Villalta, vestido de grana con bordados en oro; Antonio Márquez, quien llevaba un terno color perla con bordados en azabache; y, Félix Rodríguez quien llevaba un vestido tabaco y oro.

La corrida no fue propiamente triunfal y es que el ganado que en ella se jugó no fue propicio para ello. Quien firmó como J.O.R. la crónica para el Diario de Mallorca, hace este juicio acerca de los toros lidiados esta histórica tarde:

Los hijos de don Felipe Pablo Romero, ganadería de las de postín de Andalucía, nos dieron el camelo. Buenos mozos, sí lo eran; pero mansos también, el menos manso fue el último; al cuarto, gracias a que “Hiena” le acosó no lo caperuzaron. Todos embistieron bien, no demostrando ninguna mala intención... Si se propuso el señor Pablo Romero asombrarnos por la carne de sus reses, tenga la seguridad que lo ha logrado; pero de bravura anduvieron muy escasos. Los dos sustitutos de González, tampoco acusaron mucha bravura...

Cuando los toros no están para fiestas, la fiesta no reluce. Afirma el cronista que los toros embistieron bien, pero sin mala intención, es decir, pasaban, pero sin transmitir sensación de peligro, sin generar emoción en los tendidos.

Escribió Alegrías corresponsal del semanario valenciano La Reclam Taurina fechado el 27 de julio siguiente:

Los de Abente, bravos y dieron ocasión a Cañero para lucirse. Su primero murió al segundo rejón de muerte, superiormente colocado. En su segundo echó pie a tierra y lo toreó de muleta muy valiente, matando muy bien. Recibió una gran ovación... De los matadores, Rodríguez es el único que logró hacerse aplaudir a ratos por su voluntad y en un precioso quite con una navarra y rematando con una finísima rebolera. Con la muleta, valiente y artista, fue el que escuchó las únicas ovaciones de la tarde. Vería con gusto su repetición con ganado a modo... Tanto Márquez como Villalta solo lograron indignar al respetable, por lo que escucharon lo suyo en sus toros. No se les vio ni un quite, ni un lance perfecto, nada con la muleta y matando muy mal. Solo Villalta pegó una buena estocada en su segundo... Nada, que el público salió aburrido de su actuación y solo recordando el éxito de Cañero y la actuación pasajera de Félix. No se merecía tal resultado la inauguración de una plaza tan bella y artística...

Al final de cuentas solamente se lidiaron cuatro de los de Pablo Romero, porque el que murió en los corrales, evidentemente fue sustituido por uno de los de Gabriel González y el tercero de la lidia ordinaria, primero de Félix Rodríguez, fue devuelto a los corrales por manifiesta debilidad y sustituido por el otro de González llevado como reserva.

El Mundo de los Toros

Decía al inicio que la fiesta está arraigada en Mallorca y en las Baleares. Al ir redactando estas líneas, recordé que entre los años 70 y 90, tuve frecuente acceso al semanario El Mundo de los Toros, fundado por don Juan Bosch Iglesias y su esposa doña Esperanza Piña Fontanet, siendo dirigido sucesivamente por ellos dos. El Mundo de los Toros fue una publicación que duró casi cuatro décadas informando semana a semana de todo lo que sucedía en el llamado planeta de los toros y se redactaba y publicaba en Palma de Mallorca. 

El Mundo de los Toros convivió y compitió con El Ruedo y el Dígame en cuanto a la periodicidad y la oportunidad en la difusión de la información taurina y los sobrevivió a ambos. Recuerdo con afecto a su corresponsal en estas tierras, don Isidoro Cárdenas Carranza, quien me puso en conocimiento del semanario y me permitió enterarme de lo que sucedía más allá del horizonte.

Aviso parroquial: Los resaltados en los textos transcritos son obra imputable exclusivamente a este amanuense, porque no obran así en sus respectivos originales.


domingo, 1 de julio de 2012

Cañitas, Cataluña y Luciano Cobaleda

Hace 65 años... y un mes

El anuncio de la alternativa de Luciano Cobaleda
La Vanguardia (Barcelona 01/06/1947)
Hoy hace un mes que se cumplieron sesenta y cinco años de la alternativa de Luciano Cobaleda en la Plaza Monumental de Barcelona. La recibió de manos de Curro Caro y atestiguó la ceremonia el diestro mexicano Carlos Vera Cañitas. El festejo por sí traspasa la mera efeméride del doctorado del que fuera  Ganadero de Toros de Lidia, miembro del Ejército del Aire de España, Licenciado en Derecho y Matador de Toros – creo que ese es el orden de los hechos – porque como lo comentaba hace un par de semanas, al final de 1946 se comenzaron a deteriorar las relaciones entre las torerías española y mexicana y así, a mediados de mayo de 1947, un grupo de toreros encabezados por Antonio Bienvenida, Luis Miguel Dominguín y Juan Belmonte Campoy – que no hicieron temporada aquí e invocaban falta de reciprocidad – declararon terminado el convenio que permitía que los nuestros actuaran allá y los hispanos aquí.

Manolete y otro grupo de toreros – que si vinieron a torear a México el invierno anterior – intentaron reparar las cosas y un par de semanas después, se declararon restablecidas las relaciones, situación que perduró algo menos de un mes, porque el 28 de junio de ese año se tuvo por definitivamente suspendido el intercambio y ese estado de cosas permaneció hasta 1951. Nuestros toreros que se quedaron parados allá – y acabaron tomando el camino de regreso – fueron entre otros Fermín Rivera, Antonio Velázquez, Carlos Arruza, Ricardo Torres, Manuel Gutiérrez Espartero y Antonio Toscano entre los matadores y los novilleros Pepe Luis Vázquez y José Antonio Chatito Mora. También Cañitas, que logró actuar catorce tardes antes de la ruptura, se quedó en la estacada y es así como pasa a ser personaje de esta historia.

Los toros

El encierro anunciado fue de la ganadería de Hijos de Pablo Romero, de los que al final de cuentas se lidiaron solo cinco, por haberse inutilizado uno en los corrales y fue sustituido por uno, salmantino, de don Vicente Muriel. De este particular encierro, cuenta lo siguiente Eduardo Palacio, cronista del diario La Vanguardia de Barcelona, en su edición del 3 de junio de 1947:

…seis buenos mozos de la vacada sevillana propiedad de los señores hijos de don Felipe de Pablo Romero, cuyas reses, procedentes de Gallardo y Vázquez, fueron cruzadas hace siete años con una parte de lo de don Clemente Tassara, sangre de lo de Gamero Cívico. La divisa es celeste y blanca. Desechóse en el apartado de la corrida uno de los toros sevillanos, substituyéndosele con otro del campo charro, ganadería de don Vicente Muriel, divisa encarnada y caña, bicho que fue el que rompió plaza. Era una res grande, gorda, y bien puesta de cuerna...

En el número de El Mundo Deportivo aparecido en la Ciudad Condal al día siguiente del festejo, el cronista A. de Castro resume así las características y comportamiento de los toros:

...Primero. – «Pajarito», Núm. 4, cárdeno, grandote y descarado de cuerna. Es de Muriel... El reserva, al primer puyazo deja enhebrada la vara y admite después el de Muriel otros tres lancetazos derribando al piquero en el primero... Segundo. – «Pichileto», Núm. 48, berrendo en colorado, capirote, grande y bien puesto de pitones... Empujando y recargando admite el Pablo Romero hasta seis varas... Tercero. – «Trillador», Núm. 30, negro bragado, largo y brocho... También este toro es duro y poderoso, toma seis varas y proporciona en dos sendos coscorrones a los del castoreño... Cuarto. – «Pañero», Núm. 70, negro meano, veleto y de peso como sus hermanos... También saca el bicho genio y poder y arremete codicioso seis veces a los caballos... Quinto. – «Espantoso», Núm. 10, cárdeno, astifino... Seis varas... Sexto. – «Espejuelo», Núm. 50, negro entrepelado, bragado y astifino... El de tanda mete el palo seis veces...

Carlos Vera Cañitas
De lo leído, aprecio varias cosas. Primero me llama la atención la afirmación de Eduardo Palacio acerca de un supuesto cruce hecho en 1940 por los señores Pablo Romero con ganados de origen Gamero Cívico vía Clemente Tassara. Lo malo en este caso, es que no cita la fuente de su información. Después, de la descripción de los toros hecha por De Castro, me resulta interesante la del segundo, berrendo en colorado y capirote, una clara reminiscencia del origen Gallardo – Cabrera de los toros hoy anunciados como Partido de Resina y por último, que entre los cinco que se lidiaron, solamente haya salido al ruedo uno solo de pelo cárdeno, cuando hoy en día, esa pinta es prácticamente la insignia de la ganadería.

Luciano Cobaleda Gajate

Curro Caro, leíamos arriba, le cedió los trastos a Luciano Cobaleda para dar muerte a Pajarito, número 4 de la ganadería de don Vicente Muriel. Ante ese toro, al que las crónicas del festejo consideraron uno de los mejores vistos hasta ese momento en la temporada barcelonesa – las mismas relaciones hablan de que el toro era ya famoso por haber sido sobrero en varios festejos ese mismo tramo de temporada –, el toricantano se mostró solvente y hasta con gusto para realizar las cosas, llegando al tendido y dejando en claro que el ser torero no era solamente un pasatiempo para él. La reflexión que hace José Martín Villapecellín en el citado número de Mundo Deportivo sobre su actuación es así:

…Cuando se toma la alternativa en una plaza de la responsabilidad de la de Barcelona, es preciso salir a torear como ha salido esta tarde Luciano Cobaleda; o para llevarse una oreja de la res vencida, muerta, o para llevarse una cornada grande... Hoy el gentío de pie ovacionaba a Luciano Cobaleda cuando iba con el cuerpo roto, camino de la enfermería, porque quiso hacer un quite lento, tan lento cómo va el agua de ese Tormes en su ensanche. Por exceso de dignidad, de una profesión que para Luciano Cobaleda es el más agradable recreo, no le dio tiempo de devolver los trastos a Curro Caro, pero el nuevo torero de Salamanca ya había triunfado apoteósicamente en el toro de su alternativa, dando la vuelta al ruedo… La faena de Cobaleda ha sido reposada, maciza, señorial. Faena campera, sin campo. Con olor a tomillo y sabor a aire de montañas en noche de media luna. Pases por alto, en lo más alto de la emoción, para una serie de tandas naturales con naturalidad de movimientos, en perfecta acción desganada. Pero lo mejor de este nuevo matador de toros, con ser todo muy bueno, es eso: la forma de matar los toros. En corto y por derecho y acusando una recia personalidad, pincha dos veces para agarrar media estocada de matemática perfección. Luciano Cobaleda ha tomado la alternativa y el bautismo de sangre. Justificados están los deseos que él tenía de torear en nuestra plaza...

Como apunta el relator, ya no saldría Luciano Cobaleda a matar al sexto, pues al salir a quitar en el segundo de la tarde, fue herido y pasó a la enfermería. El parte facultativo es el siguiente:

«El diestro Luciano Cobaleda sufre una cornada que le produce una herida inciso – contusa en la región antero – superior del muslo derecho, que interesa aponeurosis y produce desgarro de los abductores, de unos cinco centímetros de extensión por quince de profundidad. Pronóstico menos grave. Doctor Olivé Gumá.»
Para conocer mejor el paso por esta fiesta de Luciano Cobaleda Gajate, principalmente en su arista ganadera, les remito a una extraordinaria pieza escrita por Martín Ruiz Gárate, publicada en su Taurofilia y visible aquí.

Cataluña

Hoy se invoca la falta de taurinidad de Cataluña y de los catalanes. De la crónica del festejo que me tiene aquí, publicada en La Vanguardia, extraigo lo siguiente:

A la fiesta... acudió mucho público a las localidades de sombra y poco a las de sol. No creo que en esto último influyera el hecho de que en las cuatro capitales catalanas hubiese el domingo gestas taurinas: En Gerona actuaron Pepe Luis Vázquez, «Andaluz» y Llorente; en Lérida, «Cagancho» (padre e hijo), «Pedrucho», «Morenito de Valencia» y «Fuentes», y en Tarragona, Carceller, Bamala y «Frascuelo». ¡Vaya si hay afición en Cataluña!...

Agregaría, que Palacio omite señalar que en Gerona actuó también el rejoneador Balañá y que también en Palma de Mallorca se dieron toros, plaza que si bien no está territorialmente en Cataluña, si era parte de la esfera de influencia de la empresa de don Pedro Balañá Espinós.

Cañitas

Curro Caro
Carlos Vera Muñoz resultó a la postre ser el triunfador de la tarde. Le cortó una oreja a cada uno de sus toros a base de lucir y exponer enormidades en el segundo tercio y de pelearse con los toros en el último, como siempre fue su signo. Y se lo llevaron en hombros por la entonces llamada Avenida de José Antonio. Pero antes del triunfo, su presencia fue bien recibida en la Monumental de Barcelona, según se lee en la crónica de Eduardo Palacio, titulada Yerro enmendado:

…Lo cierto y positivo es que los malos entendidos se han aclarado y que desde el domingo pueden los mejicanos pisar nuestros circos. A ningún «aficionado» de España habrá, pues, sorprendido que fuera el señor Balañá el primero que incluyó en un cartel a un diestro azteca...

Ya delante de los toros, Cañitas hizo valer su repertorio e intentó poner los medios para hacer perdurar un restablecimiento de relaciones que se veía endeble – y que a los pocos días se vería que así era – como lo relata la misma crónica citada:

…El mejicano «Cañitas» salió eufórico a la Monumental, comportándose cordialísima y cortésmente con la «afición» y sus compañeros, como verá el que leyere. En sus dos toros derrochó valor, hecho que sirvióle en diversas ocasiones para salvar su no muy extenso arte; banderilleó guapa y soberbiamente ambos cornúpetas, amenizó la música sus faenas de muleta, pasaportando su primer enemigo de un estoconazo en las agujas y el otro de un volapié en la cruz y hasta la cruz. Cortó orejas en entrambos toros, dio sendas vueltas al ruedo recogiendo cigarros y ramos de flores, salió a los medios, incluso después de banderillear, y vio escoltada, en suma, toda su actuación por grandes ovaciones... Y vamos con la cordialidad y la cortesía del valentísimo diestro azteca. Cuando tocaron a matar en su primer toro, el muchacho, antes de brindar a la multitud, destocóse ante: el palco presidencial y dijo: «Saludo al señor presidente y grito con el alma: ¡Viva España!, y ¡Viva Méjico!» Después, cuando el clarín ordenó comenzar el último tercio en el quinto toro, «Cañitas» fue al encuentro del único espada que había en el ruedo, que era Curro Caro, brindóle su actuación y estrechóle efusivamente en un abrazo que simbolizaba el cariño de los diestros mejicanos a todos sus compañeros españoles...

Al comentar las incidencias de la lidia del sexto, que Curro Caro mató por la cornada sufrida por Luciano Cobaleda, en su crónica, Eduardo Palacio le reprocha el no haber correspondido al brindis de Cañitas, calificándolo de una falta de cortesía. Así lo cuenta:

…debe saber Curro Caro que, entre las varias cosas en que no se puede aventajar a los españoles, es en la cortesía con los extranjeros, y si se está en Barcelona, que, según Cervantes, es el archivo de ella, menos todavía… Por eso, por estar aquí ese archivo, terminar la corrida, echarse el público al ruedo, tomar a «Cañitas» en hombros, pasearlo así en derredor del anillo y sacarlo de tal guisa a la calle, fue todo uno. Yo vi el grupo desembocar en la Avenida de José Antonio, y vi cómo la gente se paraba a aplaudir al diestro, aun no habiendo mucha parte de ella asistido a la corrida, y pensé para mi capote que el glorioso manco, que en todo tenía razón, habría gozado al columbrar, desde la mansión de su gloria literaria, cómo el pueblo remediaba gentilmente la falta de cortesía cometida con un extranjero. En definitiva – habrá pensado – así fue, es y será siempre España…

Curro Caro pasó diríamos, con discreción esa tarde.

Así fueron los sucesos de hace sesenta y cinco años. Tres hechos, a mi juicio, dignos de ser recordados.

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