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domingo, 19 de julio de 2015

En el centenario de Silverio Pérez (VII)

29 de junio de 1945: Silverio triunfa en la plaza de Burgos

El reportaje del ABC madrileño
La idea generalizada sobre la trayectoria de Silverio Pérez en los ruedos hispanos es en el sentido de que fue un paso más que silencioso, sin embargo, si se observa con cuidado, lo único que se le puede achacar – si es que eso vale – es la brevedad. Porque al contrario de lo que se pregona, El Faraón tuvo actuaciones en plazas y ferias de importancia y triunfos destacados en ellas.

Una de esas tardes es la del día 29 de junio de 1945, en Burgos, donde alternó con Domingo Ortega, Fermín Rivera y Pepín Martín Vázquez en la lidia de ocho toros de los Herederos de Montalvo. En esa tarde, Silverio Pérez salió triunfador y capturó la atención de los medios de comunicación de su tiempo.

La croniquilla del festejo aparecida al día siguiente del mismo en el ABC madrileño dice lo que sigue:
Burgos 29, 10 noche. Primera de feria. Toros de Herederos de Montalvo. Ortega, en su primero, ovación, petición de oreja y salida a los medios. En su segundo, ovación, dos orejas y vuelta. Fermín Rivera, en su primero, ovación, petición de oreja y vuelta. En su segundo, ovación y vuelta. Silverio Pérez, en su primero, palmas y pitos; en su segundo, ovación, dos orejas, vuelta al ruedo entre aclamaciones, mandando al mozo que guarde las orejas por ser las primeras que corta en España. Pepín Martín Vázquez, en su primero, pitos. En el segundo fue cogido aparatosamente, pasando a la enfermería. Mató al toro Ortega, que escuchó ovaciones… Pepín Martín Vázquez fue curado en la enfermería por los doctores Aranguena y Carazo, de conmoción cerebral y erosiones en la región lumbar izquierda, que le imposibilitaron para seguir toreando… Peso de los toros en canal: 252, 212, 241, 298, 212, 309, 267 y 218 kilos.
Aunque breve, la reseña del festejo deja entrever el entusiasmo que despertó la actuación del Monarca del Trincherazo, mismo que creo que queda confirmado con un reportaje que se publicó en el mismo ABC madrileño el día 7 de julio siguiente y que en su texto reza así:
Ya reapareció Silverio Pérez. ¡Y cómo reapareció! Fue en Burgos y en fecha tan señalada como el día de San Pedro, donde SILVERIO PÉREZ, el fenómeno del toreo mejicano, reapareció después de una gravísima enfermedad que le hizo cortar su carrera artística a poco de desembarcar en España… La afición burgalesa, como los innumerables aficionados que por presenciar la reaparición del azteca se habían trasladado a la capital castellana desde diversos puntos, quedó maravillada por la recia personalidad del genial artista, con razón elevado a la categoría de ídolo taurino en su país… El toreo de Silverio lleva emparejado el arte y la emoción en grado tal que ni los más flemáticos pudieron mantenerse en sus asientos cuando el mejicano trazaba su faena de maravilla, y las manifestaciones de entusiasmo adquirieron tono de casa de orates más que de circo taurino. SILVERIO hoy, como JUAN ayer, como los revolucionarios de todas las épocas, no solo rompen los moldes corrientes del toreo, sino que obligan a los espectadores a romper sus propios moldes de cordura y hasta sus nervios tensos, mientras el genio traza las líneas de su arte sin par.
El reportaje deja claro el interés que despertó la exitosa actuación de Silverio en Burgos y el sucesivo interés que se tendría para sus futuras actuaciones, que como decía al inicio de estas líneas, no fueron ya muchas. No obstante, en este año que se cumple el centenario del natalicio del Faraón de Texcoco, es de justicia recordar este que es uno de sus grandes triunfos allende el mar.

domingo, 21 de junio de 2015

En el centenario de Silverio Pérez (VI)

20 de junio de 1915, natalicio de Silverio Pérez en Texcoco, Estado de México

Esta entrada parecerá a muchos un enorme gazapo histórico o cuando menos una irreverencia, dado que el Faraón celebró siempre su cumpleaños el día 20 de noviembre. Pero el paso del tiempo es inexorable y no deja lugar a dudas en cuanto a que los hechos de la naturaleza y de los hombres suceden y en el caso, el nacimiento de Silverio Pérez Gutiérrez es uno de esos que no puede ser ni ocultado, ni traspuesto en el tiempo en el que ocurrió.

Cierto es que el Tormento de las mujeres se festejaba el día 20 de noviembre, pero eso tiene una explicación. En el sitio web que su familia le ha dedicado a quien sin duda es el torero que la afición mexicana más quiere, se hace la siguiente narración biográfica:

La historia comienza el 20 de junio de 1915 en el poblado de Pentecostés, Municipio de Texcoco, Estado de México cuando nació el quinto hijo del matrimonio formado por Don Alberto Pérez y Doña Concepción Gutiérrez “Chonita”, el recién nacido, aquel niño prietito y feo era hasta cierto punto fenómeno, pues al lanzar su primer grito al mundo, se dejaron ver dos grandes dientes en el maxilar superior que le daban un raro aspecto de conejito. “Consejas” vecinales vieron en esto..., un presagio.
 El 20 de noviembre del mismo año sus padres lo llevaron a la pila bautismal a “tomar agua para que se le saliera el demonio” razón por la cual, sus padres le festejaban su cumpleaños en esa fecha. 
Huérfano de padre (1923), de madre (1929), de hermano mayor, Carmelo (1931) se convirtió en cabeza de familia a la edad de 15 años. 
Es, a la muerte su hermano Carmelo que decide convertirse en torero y el 3 de marzo de 1932, contando con 17 años, torea su primera novillada. En abril de 1935 partió rumbo a España debutando en la Plaza de Toros de Tetuán el 1o. de mayo de 1935 alternando con: Liborio Ruíz, Varelito Chico y con Manuel Rodríguez “Manolete”. 
El 24 de junio de 1938 se casó con Ma. De la Paz Domínguez  Jimeno “La Pachis” con quien tuvo 6 hijos: Silverio, Silvia, Marcelo, José Antonio, Consuelo y Ana Laura. 
Tomó la alternativa de manos del Maestro Fermín Espinosa “Armillita” en Puebla, Pue. El 6 de noviembre de 1938 y el 11 de diciembre del mismo año, nuevamente de manos del Maestro “Armillita”, confirmó la alternativa  en la plaza de Toros “El Toreo de la Condesa”. El 1o. De marzo de 1953 se despide de los toros cortándole la coleta el Maestro “Armillita”. 
Invitado a participar en la política inicia sus responsabilidades en 1951 hasta 1978 ocupando diversos cargos públicos. 
Pachis, su esposa fallece el 14 de noviembre de 2005 y 10 meses después, el 2 de septiembre fallece Silverio…
El cariño que se le profesó a Silverio Pérez, como podemos ver, trascendió a su paso por los ruedos y le permitió hacer una segunda carrera en la política, donde se distinguió por su vocación de servicio a los demás y por el deseo de mejorar el lugar que le vio nacer. Del mismo sitio de internet del que copié los datos de la efeméride de su nacimiento, extraigo los siguientes datos de su paso por los caminos del servicio público:

Silverio desempeñó las siguientes responsabilidades en el municipio de Texcoco:
Síndico Procurador de Texcoco durante 1951.
Presidente de la Junta de Mejoras Materiales del Municipio de Texcoco de 1955 a 1957. (en ese lapso se reconstruyó la carretera México-Texcoco).
Presidente Municipal de Texcoco de 1958 a 1960.
Diputado Federal de 1961 a 1963.
Posteriormente fue nombrado Coordinadoe de Desarrollo Agrícola y Ganadero del Estado de México.
De 1967 a 1969 Presidente Municipal de Texcoco por tercera ocasión. Fue durante este trienio que Silverio pudo lograr uno de sus grandes anhelos, que fue el rendir homenaje al gran rey, poeta, guerrero y urbanista que hizo de Texcoco la Atenas de Anáhuac: Nezahualcoyotl pidiéndole al Maestro Humberto Peraza erigiera una estatua digna del Rey de Texcoco y que se colocó majestuosamente a la entrada de la cabecera municipal.
La honestidad de Silverio fue irreprochable, no compraba conciencias ni repartía dinero que como siempre decía no era de él sino del Pueblo y claro, no faltó un grupo de personas bien organizadas que le ofrecieron se postulara para la  Gubernatura del Estado de México a lo que Silverio accedió con gran entusiasmo sin imaginarse que “lo iban a bajar del tren”.
Estando en una reunión llegaron unos enviados de la Presidencia de la República y le pidieron los acompañara, que el Presidente Gustavo Díaz Ordaz quería verlo. Muy sorprendido les acompañó, llegaron, lo pasaron de inmediato al Despacho Presidencial en donde fue recibido muy cordialmente por el Presidente. Le saludó y con toda seriedad le dijo: “Silverio, ¿usted fue torero no?”, sorprendido Silverio le contestó que por supuesto... “pues en las corridas de toros hay que pedirle permiso al juez para matar al toro, ¿no?... “claro Señor Presidente”, le contestó; “pues a usted se le olvidó pedir permiso y el candidato a la Gubernatura del Estado de México va a ser el Prof. Carlos Hank González…
Silverio decidió terminar ahí su actividad dentro de la política.

Esa era la calidad humana de Silverio Pérez, a quien recuerdo en estas fechas en las que se cumple el centenario de su natalicio.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Diamante del redondel...

Así definió Agustín Lara a Silverio Pérez, el amado compadre de todos los mexicanos en su inolvidable pasodoble. Hoy la vida y la leyenda del Faraón de Texcoco está puesta en la internet, con una gran profusión de textos e imágenes que nos dejan a la vista la grandeza de este torero mexicano que trascendió a su tiempo por sí mismo y que aún hoy, sigue representando un enigma para todos aquellos que se interesan por esta fiesta.

Copio de la página de inicio del sitio:


Silverio Pérez Gutiérrez, figura del toreo, ídolo de la afición de México y Texcocano universal. El torero más querido del pueblo mexicano en toda su historia, no supo de rendiciones ni derrotas sino de tenaces victorias existenciales mediante el empleo de dos armas poderosas: sencillez y sentimiento.

Silverio Pérez, además de un gran torero fue un gran ser humano, capaz de reflejar la grandeza de su pueblo, enalteciéndolo. No obstante su popularidad jamás perdió su sencillez ni su fe en Dios ni en sí mismo. Silverio supo ser un hermoso testimonio de amor a sus padres, hermanos, esposa e hijos, amigos, compañeros y ciudadanos.


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