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domingo, 23 de junio de 2013

Tesoros Taurinos de la Filmoteca de la UNAM: Recuerdos del Toreo en México (1947 – 1964)

La Edad de Plata del Toreo en México

Ya me había ocupado de la Edad de Plata, cuando se cumplieron sesenta años de la irrupción en los ruedos de los Tres Mosqueteros, terna integrada por Rafael Rodríguez, Jesús Córdoba y Manuel Capetillo, que alternando con quien fuera llamado el D’Artagnan de la tercia, el valentísimo torero de Apam, Paco Ortiz, tomaron el testigo de los diestros de la generación anterior, los que con justicia, representan nuestra Edad de Oro del toreo. La producción que ahora les presento, recopila en buena medida el tránsito de esa etapa histórica de nuestra Fiesta y para no entrar en repeticiones, les invito a pasar por este lugar para conocer mi pensar acerca de la época que cubre el DVD.

Recuerdos del Toreo en México

Fue en el mes de enero del año 2008 cuando la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), presentó el cuarto DVD de la colección Tesoros Taurinos de la Filmoteca de la UNAM, titulado Recuerdos del Toreo en México (1947 – 1964), el que se realizó bajo la supervisión del historiador mexicano José Francisco Coello Ugalde.

En esta recopilación se presentan imágenes de toreros como Rodolfo Gaona, José Rodríguez Joselillo, Miguel Báez Litri, Fermín Rivera, Jorge El Ranchero Aguilar, Joselito Huerta, Antonio Borrero Chamaco, Carlos Arruza, Antonio Ordóñez, Rafael Rodríguez, César Girón, Humberto Moro, Silverio Pérez, Fernando de los Reyes El Callao, Manuel Capetillo, Alfonso Ramírez Calesero, Diego Puerta, Manolo Dos Santos, José Ramón Tirado, Paco Camino, Jaime Rangel, Jesús Córdoba, Juan Silveti, Manolo Vázquez, Juanita Aparicio y Samuel Solís entre los más renombrados.

La producción audiovisual resulta de la revisión de más de un centenar de horas de cintas archivadas en la Filmoteca de la UNAM, mucho del cual estaba en mal estado y alguno, del más antiguo prácticamente en estado de descomposición. Por otra parte, señala Paco Coello en el tríptico de presentación de la producción lo siguiente:

Los materiales que aquí se exhiben formaron parte de un sinfín de noticiarios o quedaron como remanentes del trabajo televisivo (lo que todo buen cineasta denomina – como ya se dijo – “descartes”) que supone exhibir los mejores momentos de la corrida o las faenas más significativas de aquellos años. Pero hablamos del quehacer cinematográfico que, como sustento único de evidencias es la única fuente disponible para rehacer capítulos sobresalientes del toreo que se recuperan, afirmando la presencia de un conjunto de toros, toreros y personajes que brillaron con luz propia hace al menos medio siglo...

Así fue como se editaron esos materiales sobrantes, para dar al DVD la ligazón cronológica y la coherencia necesaria, de tal modo que los aficionados estuvieran en condiciones de apreciar el orden de la lidia y la manera en la que oficiaban los espadas filmados. 

Recuerdos del Toreo en México (1947 – 1964) está ilustrado además por la narración del propio José Francisco Coello Ugalde y en la treintena de capítulos de que se integra, veintiocho corresponden a un torero en particular, uno se dedica a la recopilación de una serie de diversos percances captados en ese espacio de tiempo, y al final se ofrece como material extra un reportaje titulado La hacienda de los toros bravos: Santín, de la que su entonces propietario, don José Julio Barbabosa encargó al fotógrafo de cine Julio Lamadrid y que deja en la cinta de plata, las imágenes del último encierro que ese ganadero lidiara de los entonces llamados toros criollos o nacionales, sin cruza de la simiente española que comenzó a importarse a principios del Siglo XX. A propósito de este último documento fílmico, dice Coello Ugalde:

Como remate, seleccionamos una joya, un cortometraje inédito, filmación del año 1929 donde el propietario de la hacienda de Santín, el señor José Julio Barbabosa encargó registrar el denominado reportaje con el título de: “SANTÍN. Domingo 7 de abril de 1929, gran corrida de toros de la acreditada ganadería nacional de SANTÍN”, bajo la idea de que… “de aquí a 50 años o más, los que vivan verán cómo se traían a Santín los toros, como se encajonaban, etc…”. La filmación y edición de la misma estuvo a cargo del reconocido camarógrafo Julio Lamadrid. Es decir, que se podrá admirar parte de un toreo anacrónico, el de una época que parece ya no corresponder con la realidad, puesto que esos toros, los “toros criollos” o los “toros nacionales” fueron una especie de ejemplares sacados del más primitivo de los órdenes de la crianza que hasta entonces privó en una de las haciendas ganaderas más emblemáticas de entre finales del siglo XIX y los primeros treinta del XX. Me refiero, no podía ser de otra forma, a Santín…

Aparte de las imágenes en movimiento, el DVD recopila en otro capítulo de material adicional, vistas fijas y datos biográficos de los toreros cuyas actuaciones fueron recogidas en película en su día y al inicio, la presentación del marco histórico general en el que los sucesos taurinos reseñados se produjeron.

En el acto de la presentación del DVD, José Francisco Coello expresó que la Filmoteca de la UNAM cuenta con uno de los acervos más ricos en el país y en América Latina y que diversos fondos de materiales son de gran importancia, existiendo en ella el suficiente material para realizar quizás unas diez producciones videográficas acerca de la Fiesta. Agregó que aunque se procuró incluir a la mayoría de los toreros del espacio temporal que cubre la obra, hay algunos diestros de los que no se pudieron localizar imágenes y ejemplificó el caso de Paco Ortiz, aunque por otra parte se pudieron obtener unos breves instantes de una actuación de Joselillo, quizás el torero que abre la cronología que comprende la recopilación.

Lo que el DVD aporta

Uno de los valores que a mi juicio tiene esta producción es el que nos deja ver, mediante la imagen en movimiento, la evolución del toro mexicano en las dos décadas que cubre el material central de la obra, haciéndose evidente el que de una manera directamente proporcional al afinamiento del tipo del toro, se comenzó con un proceso – que a mí me parece perverso – de reducirle la casta, lo que en alguna manera permite conseguir una mayor estética en la ejecución de las suertes, pero elimina la mayor parte de la emoción que produce el presenciar la lidia de un toro verdaderamente bravo.

Es preciso señalar, que dada la fuente del material – los descartes a los que alude Coello –, muchas de las faenas que se aprecian no son de las que entraron en la Historia del Toreo por representar grandes triunfos, pero cumplen con la intención general de la obra en cuanto a presentarnos la realidad a la que se refiere.

Con relación a los anteriores discos de la serie, cabría señalar que éste contiene un importante número de imágenes en color – algunas con la fuerte coloratura del glorioso technicolor – y que cubre los festejos dados tanto en la Plaza México como en el extinto Toreo de Cuatro Caminos.

Concluyo señalando que con esta presentación concluyo el análisis de los cuatro discos digitales que forman la colección en la actualidad, quedando en otros espacios de esta Aldea los comentarios acerca de los tres anteriores.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Tesoros Taurinos de la Filmoteca de la UNAM: Los toros vistos por el Noticiero Cine Mundial (1955 – 1973)


El noticiero cinematográfico

La portada del DVD
Es este un género que surge en 1906, cuando un empresario de variedades llamado Gabriel Káiser ofrece en sus sesiones comienza a ofrecer películas de actualidades. Un par de años después, la productora francesa Pathé introduce al mercado el Pathé Journal, con versiones para la Gran Bretaña (Pathé Gazette) y los Estados Unidos (The Pathé’s weekly).

Estos noticieros se caracterizaron por tener una periodicidad semanal, aparecer en días fijos, tener un metraje estándar, llevar en su trama varios asuntos relacionados con la actualidad, aunque no tuvieran relación entre ellos, estar divididos esos temas con cartelones (cortinillas) y sobre todo, sin dar interpretación a los hechos que presentaban.

Esa manera de informar tendría un gran éxito en los Estados Unidos, y así las productoras americanas Universal (1913), Fox (1919), Paramount (1927) y MGM (The News of the Day realizado por William Randolph Hearst, 1931), entran en una dura competencia por el mercado de los noticieros, tanto informativa como comercial.

En México, el noticiero también tuvo aceptación y varios títulos se desarrollaron en el tiempo. Cine Verdad de Carlos Velo, Cinescopio y El Mundo al Instante de Fernando Arévalo, Noticiero Cámara de Fernando Marcos, Noticiero Continental de Fernando Hernández Bravo y Felipe Morales, Edición Fílmica de Carlos Denegri, Noticiero Mexicano Universal, Noticiero Mexicano EMA – España, México, Argentina – de Carlos Loret de Mola, Noticiero Novedades – Continental, Noticine y Telerrevista son los más conocidos.

Uno de los de mayor permanencia quizás fue Cine Mundial, producido por Manuel Barbachano Ponce, personaje que contó entre sus apoyos para sus logros cinematográficos a personajes como Carlos Velo, Gabriel García Márquez, Rafael Solana, José Alameda o Luis Buñuel. Con la participación de esos personajes, aparte de los noticieros cinematográficos, Barbachano produjo películas como ¡Torero!, biográfico de Luis Procuna, dirigido por Carlos Velo que fue nominado al Óscar como mejor documental en 1956; El Gallo de Oro, a partir de un cuento de Juan Rulfo y en el que los guionistas fueron Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes; Nazarín, dirigida por Luis Buñuel o Los Clarines del Miedo, cinta también de tema taurino estelarizada por Francisco Rabal y en la que participaron los diestros Félix Briones y Miguel Ángel García así como el rejoneador Josechu Pérez de Mendoza.

El Noticiero Cine Mundial, dirigido por Fabián Arnaud Jr., funcionó regularmente de 1952 a 1973 y la Filmoteca de la UNAM conserva alrededor de un millar de números presentados, más aquellos que dice Paco Coello, fueron de guión censurado por no concordar con el concepto de buenas costumbres del momento histórico en el que se produjeron o por no ir de acuerdo con la orientación política del régimen en ese mismo tiempo.  

El contenido del DVD

La recopilación hecha por José Francisco Coello Ugalde contiene grandes momentos de la historia reciente del toreo en México, como la faena de Litri a Dancero de Piedras Negras, en su reencuentro con la afición mexicana; la emotiva despedida de Fermín Rivera; un reportaje acerca de la manera en la que se formaban los toreros antaño en México, al presentarnos a los maletillas en Nonoalco y Chapultepec; los encierros de Pamplona de 1956; la temporada 1958 - 59 en El Toreo de Cuatro Caminos y la posibilidad de apreciar faenas históricas como la del Ranchero Aguilar a Bogoteño de La Laguna o la de Manuel Capetillo a Marquesito de Santo Domingo; la cornada que Escultor de Zacatepec le dio a Antonio Velázquez en la boca; la reaparición de David Liceaga; o la presencia de Kim Novak, Lilia Prado y Silvana Pampanini en un festival que encabezaba Cantinflas

También la cornada que Camisero de La Laguna le dio a Capetillo; la Beneficencia de 1959 con Pepe Luis, Manolo Vázquez y Antonio Bienvenida; la presentación de una nueva figura llamada Curro Romero en Madrid (1959); Juan Silveti y Marinero de La Laguna y así hasta llegar a los días más próximos de Paco Camino, El Cordobés, Manolo Martínez y hasta llegar a Mariano Ramos...

Es decir, un extraordinario panóptico de lo que en ese cuarto de siglo resultó la Fiesta de los Toros para México, narrado por José Alameda, que presenta en cápsulas breves, pero con sustancia la actualidad, la tradición o la Historia del Toreo para ser disfrutada en una sala de cine durante aproximadamente tres minutos, que era el espacio temporal dedicado a la "cápsula" taurina.

Indudablemente que como afirma Paco Coello en el tríptico explicativo del disco digital, la selección de reportajes es una que está bien lograda. Javier Villán, crítico taurino del diario madrileño El Mundo ha escrito que hacer una antología es hacer una opción y que hay tantas antologías como antólogos haya. La que aquí les comento es la de Paco Coello, misma que vale ser vista y re – vista, con la finalidad de recordar la Fiesta que un día fue.

domingo, 26 de junio de 2011

24 de junio de 1526: Se celebra el primer festejo taurino documentado en la Historia de México

Edición de las Cartas de Relación
de Hernán Cortés

Alguien afirma que México recibió tres grandes herencias de los sometedores españoles; la lengua, la religión y las corridas de toros. Durante ese sometimiento, pronto se hicieron costumbre los llamados juegos de toros y regocijo de cañas. No voy a incurrir en la irreverencia de afirmar que el festejo al que me estoy refiriendo sea efectivamente el primero que en estas tierras se celebró, pues es de sobra conocido que en los descansos de la guerra o de las labores de colonización, uno de los divertimentos preferidos por los hispanos era precisamente éste.

En las Cartas de Relación que Hernán Cortés enviaba al Emperador español, es hasta la fecha, el primer documento en el que se hace referencia a la celebración de un festejo con toros. En esa Carta de Relación, que es la Quinta, fechada el 3 de septiembre de 1526, Cortés escribe a Carlos V:

Otro día, que fue de San Juan, como despaché este mensajero, llegó otro, estando corriendo ciertos toros y en regocijo de cañas y otras fiestas…

Un cuarto de siglo después (1552), el clérigo nativo de Soria, Francisco López de Gómara, en su obra titulada Historia General de Indias, cuyo tomo segundo lleva por título Historia de la Conquista de México, vuelve a hacer relación de este acontecimiento, en los términos siguientes:

Cortés estaba en Sant Francisco confesado y comulgado cuando recibió este despacho, y ya había hecho otros alcaldes, y prendido a Gonzalo de Ocampo y a otros bandoleros y valedores del fator, y hacía pesquisa secretamente de todo lo pasado. Dos o tres días después, que fue Sant Juan, estando corriendo toros en México, le llegó otro mensajero con cartas del licenciado Luis Ponce, y con una del Emperador, por las cuales supo a qué venía...

La obra de López de Gómara fue objeto de críticas desde su aparición, una de ellas, la de fray Bartolomé de las Casas, es contundente en cuanto a que la escribe de oídas, sin haber presenciado lo que relata:

Gómara, clérigo que escribió la “Historia” de Cortés, que vivió con él en Castilla siendo ya Marqués, no vido cosa ninguna, no jamás estuvo en las Indias y no escribió sino lo que el mismo Cortés le dijo... el mismo Cortés, después de Marqués, dictó lo que había de escribir a Gómara...

El día de San Juan de 1526, óleo de Antonio
Navarrete
Sin duda que escribir la historia de algo no visto es complicado, pero aun aceptando la crítica de Las Casas sin ulterior análisis, reflejaría una cuestión importante, marginal para la Historia General y de trascendencia para la de la Tauromaquia. El hecho de ver correr toros, no lo separa Cortés de otra situación de gran calado en su historia personal, como lo fue el hecho de ser sometido a Juicio de Residencia con motivo de sus actos en la referida conquista y sometimiento de lo que hoy es México, entre otras tierras.

Tras de ese festejo, el primero documentado, nuestra Historia Patria nos revela que el 13 de agosto de 1521, día de San Hipólito, cayó bajo el dominio español la Gran Tenochtitlán. Ocho años después (1528), por mandato real, se celebró un festejo con toros para celebrar el aniversario de la toma de la capital de los mexicas por los ejércitos hispanos, inaugurando formalmente una tradición cultural que vive hasta nuestros días. Cabe señalar que ese día de San Hipólito es considerado por la mayoría de los escribidores, como el del primer festejo taurino ofrecido en la capital mexicana.

Los toros lidiados

Salvador García Bolio, Julio Téllez y José Francisco Coello Ugalde, historiadores taurinos, reparan en que el calificativo ciertos respecto de los toros, revela quizás que en el festejo mencionado en la carta de Cortés, no se corrieron toros de origen europeo, sino que se trataba en el caso de bisontes americanos o cíbolos y en el mejor de los casos, ganado vacuno traído de La Española o de Cuba. La explicación de la realidad de esos toros es algo que, como lo dijera el bibliófilo Alejandro Mora Barba, está perdido en la noche de los tiempos. Lo único que se puede afirmar con certeza, es que en ese día de San Juan se celebró el primer festejo taurino documentado en nuestro País.

Ya con posterioridad, nacerá uno de los grandes mitos de la Fiesta de este lado del mar. Nicolás Rangel, en su Historia del Toreo en México, refiere que Juan Gutiérrez de Altamirano, emparentado con Hernán Cortés, en 1528 importó de Navarra, por Merced Real, doce pares de toros y vacas seleccionados, para iniciar con ellos una ganadería en el Valle de Toluca, versión esta, que es admitida como cierta – casi como artículo de fe taurina – por los principales historiadores de la materia.

Bisonte americano o cíbolo
La tesis de Rangel ha sido puesta en crisis por el bibliófilo Daniel Medina de la Serna, quién en su opúsculo Atenco... o el mito, analiza la afirmación de don Nicolás y llega a la conclusión de que objetivamente, no fue posible que Gutiérrez de Altamirano hubiera importado ganado por Merced Real y mucho menos, que dichas reses, fueran seleccionadas, pues en la época, no había todavía selección de ganado de lidia, actividad que comienza, como la historia nos lo demuestra, bien entrado el siglo XVIII.

La tesis de Medina de la Serna, se funda en algunos hechos innegables: Gutiérrez de Altamirano pisó tierra mexicana por primera vez en 1527 y dados los medios de comunicación existentes en ese tiempo, no era factible que en un año, llegara hasta aquí, regresara a España, se entrevistara con el Rey, fuera a Navarra a hacer la selección, llevara a los toros hasta Cádiz, los embarcara y llegara con ellos a México en menos de un año. Concluye Medina con un hecho inobjetable: Lo único cierto es que a partir de 1652, se lidian toros a nombre de Atenco en las plazas de México y ese simple hecho, la convierte de todas maneras en la finca ganadera más antigua del mundo.

La permanencia de la fiesta en México

No faltarían los motivos para que se celebraran los fastos de las villas o de la metrópoli con el divertimento de correr toros, acondicionándose al efecto las plazas mayores de las poblaciones para el efecto Pronto también, la fiesta además se arraigaría entre los naturales de México. Un documento que obra en el Archivo Histórico de Guadalajara, fechado en 1799, mismo que por primera vez me mostró en 1992 el Dr. Charles Cutter, profesor de la Universidad de Purdue, transcribo lo siguiente:

Los indios justiciales del pueblo de San Martín de esta mi jurisdicción acostumbran anualmente celebrar al señor San Martín como a su titular, con función de iglesia y corridas de toros, y como quiera que el 11 del mes de noviembre próximo venidero se comience dicha acostumbrada función, hace presente Vuestro Teniente que en el día no deben cosa alguna de tributos, arcas de comunidad ni hospital real y que por tanto, no se encuentra impedimento por esa parte para la licencia que impetran. Dios nuestro señor guarde a Vuestra Alteza los muchos años que estos reinos necesitan de su respetable gobierno…   

Llegada de los toros navarros a las costas de Veracruz
óleo de Antonio Navarrete
Como vemos,  aunque el documento se refiere a un pueblo de indios cercano a Cocula, Jal., nos sirve para ilustrar que la pedagogía de dominación surtía sus efectos, pues ya no era diversión exclusiva de españoles el honrar a los santos con festejos taurinos; la tradición europea se arraigó en el gusto de los naturales y de los mestizos, creando el caldo de cultivo necesario para que las cosas de los toros, quedaran definitivamente enraizadas en México.

Es por eso que recuerdo este aniversario, el 485 de una tradición que de ser puramente española, quizás con el hecho que aquí recuerdo, comenzó a universalizarse, pues como escribió el historiador aguascalentense Agustín R. González:

Las costumbres, los hábitos de esa sociedad, desde su nacimiento hasta morir el último siglo, eran los hábitos y las costumbres europeas en plena Edad Media... Y esas costumbres se impusieron por la fuerza a los pueblos de distintas razas que poblaron nuestro territorio; de manera que, siendo estos heterogéneos, fueran homogéneas aquellas…

Este es uno de los medios por los que llega a formar parte de nuestra herencia cultural la Fiesta de los Toros.

Post - scriptum: A propósito de la Universalidad de la Fiesta, les recomiendo leer esto que escribió el torero retirado Mario Carrión.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Presentación en sociedad

Este día sale a la luz un proyecto que hace algún tiempo tiene en preparación el amigo José Francisco Coello Ugalde. Se trata de la bitácora Aportaciones Histórico Taurinas Mexicanas, en las que Paco pondrá a disposición de la afición una serie de documentos y de reflexiones serias, acerca de la impronta que la Fiesta de los Toros ha tenido en México y en su Historia desde que los primeros hombres de a caballo pisaron el suelo nacional hace ya casi cinco siglos.

Del Editorial, que a modo de declaración de intenciones incluye en sus Aportaciones, copio lo siguiente:


…El presente es un proyecto de difusión y/o divulgación relacionado con la historia de la tauromaquia en México en lo particular, y del toreo en lo general, para lo cual es posible la existencia de sus diversas manifestaciones o expresiones culturales. La tauromaquia para uno en estado de extinción, para otro motivo de análisis y reflexiones, ha sido una forma de cultura atada a la larga noche de los tiempos –milenarios o seculares-, que necesita en estos justos momentos, la revisión que permite entenderla a la luz de la razón y el equilibrio. Será necesario sí, el pomo de las pasiones para dar, a este propósito –o despropósito-, los fines de su publicación. Nada mejor que acometer esta empresa en momentos difíciles como los que enfrente una forma de vida cotidiana ligada a muchos pueblos, culturas y civilizaciones.

En el caso particular de México, con casi 500 años de ser una historia vinculada a la historia misma de nuestro país, nos permitirá acercarnos un poco más para entender mejor el significado de la tauromaquia entre nosotros. Nunca mejor oportunidad como esta para que así ocurra…

El autor de Aportaciones

José Francisco Coello Ugalde es Ingeniero Mecánico Electricista, Maestro y Candidato a Doctor en Historia, habiendo presentado sus trabajos recepcionales para obtener estos dos últimos grados académicos sobre temas taurinos. El primero de ellos lleva por título Cuando el curso de la fiesta de toros en México, fue alterado en 1867 por una prohibición. Sentido del espectáculo entre lo histórico, estético y social durante el siglo XIX y el segundo, Atenco: La ganadería de toros bravos más importante del siglo XIX. Esplendor y permanencia.

Es autor o coautor de los libros: Un documento taurino de 1766. Interpretación histórica y reproducción facsimilar. México, 1994; Novísima grandeza de la tauromaquia mexicana (Desde el siglo XVI hasta nuestros días). Madrid, 1999; El bosque de Chapultepec: Un taurino de abolengo. México, 2001; Los Nuestros. Toreros de México desde la conquista hasta el siglo XXI. En colaboración con Marcial Fernández Pepe Malasombra. México, 2002 y Alfonso Ramírez El Calesero, El Poeta del Toreo. Aguascalientes, 2004, entre los más destacados.

En la actualidad es el Director del Centro de Estudios Taurinos de México, A.C., mismo a través del cual, en el año de 2006, propuso la celebración de un Diplomado Universitario en Tauromaquia, dirigido a los tres grados académicos provenientes del área de las ciencias sociales o afines, tales como: historia, antropología, etnología, ciencias políticas y sociales, filosofía, sociología o estética. El objetivo del diplomado sería la realización de un análisis profundo en torno a la tradición taurina de México, en el cual la academia sería el espacio adecuado para realizar un análisis sobre la importancia no sólo técnica o estética del toreo, sino también en las vertientes histórica, sociológica o antropológica, mismas que suponen el resultado de una fusión cuyo parto fue el difícil proceso de conquista. Después de ella (la conquista), se forjó una rica experiencia en diversos ámbitos que hoy se requiere desentrañar, con objeto de presentar sólidas contemplaciones del pasado, a la luz del presente y los diversos presupuestos que plantea el futuro.

Aunque debo aclarar que su hoja de servicios completa, la podrán encontrar en su bitácora y allí podrán apreciar a detalle su trayectoria como aficionado y como investigador.

El objetivo de Aportaciones

La idea que Paco Coello persigue con sus Aportaciones es el de llenar un hueco que él estima importante en la información taurina de nuestros días y que es precisamente el análisis de la trascendencia histórica de la Fiesta de los Toros en la vida de nuestro país y el dar a conocer el mismo:

…Finalmente, hasta donde he venido percibiendo, no hay una página web o “blog” dedicada o destinada a la divulgación de la historia del toreo en México, por lo que considero oportuna su puesta en marcha. Por eso es que este tendrá que ser un ejercicio objetivo cuya mejor apuesta es que los “navegantes”, entendidos o no en la materia; a favor o en contra de esa expresión comprendan su significado, valiéndome para ello de un lenguaje claro. Aún así, considero que será necesaria la herramienta de un diccionario o glosario que permita explicar el uso, contexto y connotación con el que se han de utilizar cada uno de los términos o palabras del lenguaje taurino…
Es por eso que me produce una gran alegría el tener la oportunidad de dar la bienvenida a Paco Coello a esta blogosfera (y al internet mismo) y recomendar ampliamente los contenidos de sus Aportaciones, realizadas con la pasión del aficionado, pero con el valor añadido del rigor del experto historiador. Las pueden visitar, consultar y disfrutar aquí:

Aldeanos