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domingo, 28 de enero de 2024

21 de enero de 1964: Se presenta El Cordobés en Aguascalientes

Sin los medios de comunicación actuales, El Cordobés era, sin duda, un torero conocido ya para la afición mexicana. Entre los noticieros cinematográficos que reservaban una generosa porción de su metraje para informar de las cosas de los toros y la irrupción de Manuel Benítez en los foros cinematográficos, se tenía una idea bastante cercana a la realidad de la revolución que estaba llevando a cabo en los ruedos de su tierra. Meses antes de su llegada a nuestras plazas, en abril de 1963, se estrenó en las salas mexicanas, Aprendiendo a morir, su debut cinematográfico y justo en la antevíspera de su presentación en el Toreo de Cuatro Caminos, se proyectó por primera vez Chantaje a un torero.

Así pues, con los medios existentes, se podía tener una noción de lo que la empresa que tenía a doña Dolores Olmedo y Juan Cañedo como figuras principales, presentaría en las inmediaciones de la Navidad de ese año 63. Ya comentaba antes, que El Cordobés declaró a Rafael Morales Clarinero, que solamente venía contratado por dos tardes:

Tengo 60 firmadas para la temporada próxima... Después de estas dos corridas aquí me voy a Cali, para torear el 27 y 29... No sé si regrese a México, eso es cosa de mi apoderado... Yo estoy dispuesto a dejar contento al público, aunque como es natural, no siempre se puede...

Evidentemente que después del rotundo triunfo que se apuntó en la tarde del 22 de diciembre, los principales empresarios del país se dedicaron prácticamente a acosar a Manolo Chopera, encargado de los asuntos de Benítez, para intentar llevarlo a sus plazas. Y es que en esas calendas había muchos empresarios independientes, que llevaban una o dos plazas a lo sumo, lo que permitía competencia y variedad en la oferta en esos ruedos.

La consecuencia no tardó en hacerse evidente. Las apenas dos corridas que trajo firmadas El Cordobés al final de 1963 se transformaron en más de una treintena para el inicio de 1964. Y por supuesto que Aguascalientes no se iba a quedar fuera de esa ruta.

El anuncio de la actuación de El Cordobés

El sábado 18 de enero de 1964, la primera plana de la sección deportiva del diario El Sol del Centro, se dedicó por entero al anuncio de la contratación de Manuel Benítez para actuar en la Plaza de Toros San Marcos. ¡“El Cordobés”, torea aquí el martes!, decía la cabeza de la nota, que, sin firma, explicaba:

…es bien sabido que, desde que existe el coso San Marcos, por sus arenas han desfilado, casi sin excepción, todos los primates de la torería de este y aquel lado del charco. ¡Manuel Benítez no iba a dejar de hacerlo! … saldrán a disputarle las ovaciones y el triunfo dos toreros mexicanos, representativos de dos etapas y dos interpretaciones diversas del arte de Cúchares: Alfonso Ramírez “Calesero”, el emperador del primer tercio, y Jaime Rangel, el más joven entre los astros taurinos de México cuya revelación ha teñido de esperanzas el cielo de la afición mexicana… frente a los tres ases, lucirán su arrogancia y mostrarán su fiereza y bravura seis hermosos bureles de La Punta…

Y por otra parte, el cartelillo anunciador del festejo, aparecido en el diario Heraldo de Aguascalientes, rezaba:

Plaza de toros San Marcos. ¡Monumental corrida de toros! La empresa, Jesús Ramírez Alonso, sin escatimar gasto alguno, ha confeccionado este extraordinario cartel: Presentación del diestro de Palma del Río: Manuel Benítez "El Cordobés", Alfonso Ramírez “Calesero” y Jaime Rangel con primorosos toros de La Punta…

Se hacía especial hincapié en que don Jesús Ramírez Alonso, el empresario, no había escatimado gasto alguno para traer a nuestra ciudad al diestro más cotizado del momento, como en su día lo hiciera trayendo a Luis Miguel Dominguín o a Litri, cuando justamente estaban en la cresta de la ola.

La corrida de la decepción

Aunque los boletos se pusieron a la venta apenas la víspera del festejo, la San Marcos se llenó a toda su capacidad, y eso que los precios fueron incrementados en un 30% con relación a los festejos de la anterior Feria de San Marcos. La prensa de la época no refleja inconformidades de la afición por esa subida de precios, que seguramente consideraban adecuada, dada la redondez, en el papel, del cartel anunciado.

La esencia de la fiesta está justamente en los toros que han de ser lidiados. Si el toro no está presente o no da el juego que de él se espera, todo se va por la borda, y esto fue lo que sucedió este martes de hace 60 años. La anónima crónica publicada en el diario Heraldo de Aguascalientes del día siguiente del festejo, así lo refleja:

La enorme expectación que despertó entre los aficionados el cartel que confeccionó la empresa de Chito Ramírez, se fue apagando a medida que transcurría la lidia de los bureles malísimos de La Punta que en ningún momento se dejaron torear. Y así tuvimos una corrida que no pasará a la historia no obstante la inclusión en ella de “El Cordobés” y el auténtico triunfador de la Plaza México, Jaime Rangel… La entrada fue indudablemente lo mejor ayer en el Coso San Marcos, estuvo lleno a reventar, los aficionados que esperaban ver una corrida buena, salieron completamente decepcionados por las condiciones de los punteños…

Los mejores momentos de la tarde los dio Jaime Rangel, que fue premiado con la vuelta al ruedo tras de finiquitar al quinto. Relata don Jesús Gómez Medina en su crónica para El Sol del Centro:

...en su segundo, tras de un primer tercio aceptable y luego de un derechazo inicial de espectacular ejecución, citando a distancia y aguantando como los buenos y seguido de otros que también le fueron jaleados, el punteño buscó el abrigo de los tableros y, apencado en tal sitio, concluyó su lidia... Pero Rangel, que a todo trance deseaba refrendar y rubricar éxitos recientes, trastocando las situaciones, literalmente se convirtió en el agresor: “embistió”, por así decirlo, al descastado burel. Y cercándolo, cruzándose con él en forma tremenda, acosando al manso, obligándolo, en suma, logró instrumentar varios pases izquierdistas de gran mérito por lo expuestos, por el terreno que pisó y la forma en que aguantó el flamante ídolo de la afición mexicana... Por ello, al concluir de dos pinchazos y un espadazo tendido, Jaime Rangel fue obligado a recorrer el ruedo recogiendo la cosecha de su tesón, de su torerismo y de su honradez profesional...

El estelar de la combinación, El Cordobés, se mostró voluntarioso a pesar de que tampoco tuvo mucha tela de donde cortar. Refiere don Jesús Gómez Medina:

El sensacional torero de Palma del Río, autor principal del morrocotudo lleno, en realidad quedó inédito para la afición de Aguascalientes. Pues en su primero, un torillo raquítico, que rodó por la arena cuando apenas acababa de abandonar los chiqueros, no ofrecía posibilidad alguna, ya no digamos para la obtención del triunfo, sino tan solo para una actuación plausible. Se imponía abreviar, como lo hizo el hispano...

Ante el sexto de la tarde, las cosas parecían corregirse, pero tampoco llegaron a buen puerto. Sigue contando don Jesús:

Y con el sexto, que, como sus hermanos, hizo una prometedora irrupción en el ruedo. El Cordobés lanceó con su estilo basto, afinando un tanto en las chicuelinas del único quite a que dio lugar el punteño. Pues conviene hacer hincapié en que todos los bureles, a excepción del primero, recibieron un solo picotazo... Sin embargo, tan breve ración de hierro bastó para que el segundo adversario del Cordobés expulsara de su cuerpo la pequeña dosis de casta que trajo de la dehesa... Pero la casta de que carecía el bicho la exhibió entonces Manuel Benítez para extraer a pulso y a base de su indiscutible aguante, varios pases con la derecha que reavivaron un tanto los adormecidos entusiasmos de las graderías. Tales fueron aquellos derechazos en los que, entre la erecta figura del de Palma del Río y las tablas no existía sino el breve espacio suficiente para que pasara la cola del desangelado morlaco. Que, sin embargo, tenía dos pitones cuya existencia, al parecer, ignoraba El Cordobés... La desastrosa jornada llegó a su término, finalmente, cuando el pupilo de Chopera clavó medio espadazo delantero, que hizo doblar...

Por su parte, Calesero tuvo buenos momentos en los dos primeros tercios del que abrió plaza y ante el cuarto de la sesión, la concurrencia le hizo pagar los platos rotos por el mal rumbo que iba tomando la tarde, según lo escribió el citado cronista de El Sol del Centro:

Y en Alfonso Ramírez se cobraron entonces los aficionados, amén de las culpas del propio espada, agravios en los que indiscutiblemente aquél no tenía parte. Pues, ¿por qué inculparlo de la debilidad de remos y del descastamiento mostrado por la mayoría de los punteños? …

Queda evidente que los toros enviados por don Paco Madrazo no se prestaron para florituras y aunque los toreros le pusieron voluntad al asunto, ésta no fue suficiente para corregir el rumbo de la tarde, que por sí sola pasó a la historia, aunque el cronista del Heraldo de Aguascalientes afirmara exactamente lo contrario.

El deseo de volver

Después de la corrida El Cordobés fue agasajado por el Maestro Armillita en su casa de Chichimeco. Allí le entrevistó don Ramón Morales Jr., quien en El Sol del Centro, publicó lo siguiente:

Me voy con grandes deseos de volver pronto a Aguascalientes”, nos dijo Manuel Benítez “El Cordobés” antenoche, en la finca de Armillita… El martes, Fermín nos invitó a cenar… Se habló del resultado pobrísimo en lo artístico de la corrida que horas antes se había celebrado; de que, gracias a “El Cordobés”, la plaza se había llenado totalmente en un día laborable cuando los boletos se habían puesto a la venta apenas un día antes, etc… “El Cordobés” se refirió a la forma como había respondido el público en la taquilla y de su estupendo comportamiento, pues no obstante el resultado del festejo, por culpa del ganado, la concurrencia apenas sí mostró su enfado – la de sol – con algunos gritos, en tanto que los espectadores de sombra se mantuvieron callados, serenos… “Tengo deseos de volver pronto a Aguascalientes, quizás entonces haya más suerte”…

El Cordobés volvería a Aguascalientes alrededor de un mes después. Si las cosas se tercian, quizás en estas mismas páginas virtuales, pueda ocuparme de ello.

lunes, 1 de mayo de 2023

Feria de San Marcos 1973. La consolidación de un proyecto (XII)

José Antonio Gaona se alza con el triunfo el 1º de mayo

José Antonio Gaona, nieto de don Rodolfo, el Califa de León, se había presentado como novillero aquí en Aguascalientes en el año de 1970. Apenas se le vio una tarde por aquí, en la que por sus buenas maneras y la facilidad con la que conectó con los tendidos, cortó dos orejas y la afición local quedó interesada en volverle a ver en nuestra Plaza de Toros San Marcos. Posteriormente haría su presentación en la Plaza México el 25 de julio de 1971, alternando con Mariano Ramos y Curro Leal, también debutante. Pudo cortar orejas en los dos novillos de De Santiago que sorteó, pero su mal manejo de la espada dejó su resultado en dos salidas al tercio.

Recibió la alternativa el 3 de septiembre del 1972 en Málaga, de manos de Andrés Jiménez El Monaguillo, llevando de testigo a Pepe Luis Román, siendo el toro de la ceremonia Serenito, de la ganadería de José Luis Vázquez Garcés y la confirmó en la Plaza México el 21 de enero de ese mismo 1973, siendo su padrino Jesús Solórzano, quien le cedió los trastos para matar al toro Cazador de Tequisquiapan, atestiguando la ceremonia Francisco Ruiz Miguel y el colombiano Jaime González El Puno, quien también confirmó esa tarde.

Su presentación como matador de toros en nuestra ciudad se produciría la tarde de ese martes 1º de mayo de 1973, para lidiar un encierro tlaxcalteca de Coaxamalucan, junto con el rejoneador potosino Jorge Hernández Espinosa y los matadores de toros Raúl García y Jaime Rangel.

El triunfo de José Antonio Gaona

José Antonio Gaona, al igual que en su presentación como novillero, volvió a caer de pie ante la afición de Aguascalientes. Le cortó las dos orejas al primer toro de su lote y al final de los acontecimientos, se alzó como el triunfador del festejo. Escribió don Jesús Gómez Medina, en crónica diferida – salió hasta el 3 de mayo siguiente – para El Sol del Centro:

Aquel jovencito que hará dos o tres años realizó aquí su debut como novillero, produciendo gratísima impresión y despertando grandes esperanzas entre quienes asistieron a su presentación, se desdibujó sensiblemente, hasta hacer que se desvanecieran casi del todo los augurios propicios, está ahora en el camino de convertirse en un señor torero… Es ya matador de toros, sí; pero, ciertamente, esto no es lo más importante – ¡a últimas fechas se han prodigado tanto las alternativas! – lo que en realidad tiene significado es que el José Antonio Gaona que vimos actuar el pasado día primero, sin mengua de su calidad congénita, pudo exhibir un asentamiento, una seguridad y una flexibilidad para hacer el toreo como ahora se estila, sin rigideces ni tiesuras y con ello tuvo para calentar los ánimos de los espectadores… Hay en José Antonio solera taurina de la mejor clase; y no tan solo porque sea nieto del Califa de León, sino también por la calidad y el buen gusto con que hace el toreo. El martes, insistimos, tanto al torear de capa por verónicas y gaoneras como en el tercio final, haciendo el toreo en redondo sobre una y otra mano, templando la débil embestida de un toro de escasas energías, y mandando y ligando los pases en debida forma, logró entusiasmar a los espectadores. Y como, además, estoqueó al de Coaxamalucan en magnífica forma, hízose el joven Gaona acreedor a las dos orejas de “Mandarín”, y, con ellas en la mano y entre aclamaciones entusiastas, dio una doble vuelta al ruedo… Todo esto ocurrió durante la lidia del cuarto burel de Coaxamalucan, tercero de la lidia ordinaria.

Como se puede colegir de la narración de don Jesús, el joven Gaona le daba extensión a las suertes y tenía entendimiento de las condiciones de los toros, porque adaptó su hacer a las condiciones del que le permitió el triunfo y de esa manera lo pudo aprovechar a cabalidad.

Exitoso debut del rejoneador Hernández Espinosa

También se presentaba el joven rejoneador potosino Jorge Hernández Espinosa, a quien correspondió lidiar el primero de la tarde. La impresión que causó a Jaime Martínez Fonseca, cronista de El Heraldo de Aguascalientes, fue la siguiente:

El rejoneador Jorge Hernández Espinosa dio una estupenda demostración del arte de lidiar a caballo… Arrancó las primeras palmas con el primer rejón, colocado en sitio ideal; el segundo demasiado caído, y el tercero formidable. En igual forma con las banderillas dos pares extraordinarios y uno regular. Para provocar las embestidas, el jinete hubo de ir hasta la cara del toro, para que éste embistiera. La suerte suprema la consumó a pie. Una entera caída…

Agregaré que fue premiado con una festejada vuelta al ruedo.

El resto de la corrida

Raúl García y Jaime Rangel eran dos toreros ya conocidos por la afición de Aguascalientes y que en su día habían dejado firmadas buenas tardes en el ruedo de la Plaza de Toros San Marcos, pero en esta ocasión las cosas no les rodaron en buena forma. Escribió don Jesús Gómez Medina:

…ni Raúl García ni Jaime Rangel fueron capaces de realizar alguna cosa de relieve. A sus buenos deseos opusiéronse, de una parte, la explicable falta de sitio, de confianza y las condiciones de sus bureles. De esta manera, la actuación de uno y otro transcurrió con más pena que gloria…

Así fue esta tarde para ellos.

Los toros de Coaxamalucan

La corrida que envió don Felipe González a nuestra Feria de San Marcos tuvo un toro que permitió el lucimiento, pero evidenció falta de fuerza:

Los toros de Coaxamalucan, bien presentados en general, se agotaron pronto y fueron débiles de remos. El primero de Raúl García, además, reparado de la vista…

Ese fue el juicio de don Jesús Gómez Medina acerca del encierro procedente de una de las ganaderías históricas del campo bravo mexicano.

Para concluir

El triunfo que obtuvo José Antonio Gaona en esta corrida, no le representó volver a nuestra ciudad para actuar vestido de luces. También esta corrida fue para Raúl García y para Jaime Rangel, la última vez que les veríamos vestidos de luces en nuestra Feria de San Marcos, pese a que, en ciclos anteriores, ellos dos fueron piezas importantes en su desarrollo y crecimiento. Después volverían por aquí, pero ya realizando labores de apoderamiento.

Aviso parroquial: Hace diez años publiqué una primera versión del recuento de estos hechos, misma que pueden consultar en esta ubicación.

sábado, 15 de abril de 2023

Feria de San Marcos 1973. La consolidación de un proyecto (III)

En la novillada de preferia, José Antonio Picazo El Zotoluco se lleva el Cristo Negro del Encino


La Feria de San Marcos de 1973 arrancaría oficialmente la noche del 21 de abril con la coronación de la Reina de la Feria y sería a partir del día 22 cuando se iniciara el ciclo continuado de festejos taurinos – corridas de toros – en la plaza de toros de la calle de la Democracia. Sin embargo, el inicio o el cierre del serial se consideraba, en esos días, el momento propicio para ofrecer a la afición la novillada de triunfadores de la temporada que mediaba entre el cierre de la feria abrileña del año anterior y las vísperas de la del calendario en que ese festejo se celebraría. 

Ante el incremento del número de corridas de toros, el de novilladas bajó en nuestra ciudad, pero no nos quedamos sin ver a los principales valores locales, disputarle las palmas a quienes se destacaban en otras plazas – las principales – de la república. De allí que el cartel que se confeccionó para el domingo 15 de abril del 73, fuera atractivo desde el papel, puesto que en él venían propuestos nombres que, incluso en la Plaza México, eran los que animaban la llamada temporada chica.

Gilberto Ruiz Torres, José Manuel Montes, Aurelio García Montoya, Luis Niño de Rivera, Rafael Velázquez y José Antonio Picazo El Zotoluco enfrentarían un encierro de Chinampas, ganadería propiedad de don Francisco Madrazo Solórzano y que, desde el anuncio de su desencajonamiento, hecho en el diario El Heraldo del 10 de abril, provocó interés:

Será el día de mañana cuando sean desencajonados los novillos de Chinampas que serán estoqueados el domingo durante el festejo en cuyo cartel figuran punteros de la novillería mexicana… los seis astados de Chinampas llegarán a las corraletas del coso San Marcos después de mediodía sin especificarse una hora exacta, pero lo seguro es que desde mañana estarán a la vista del público… Como se sabe, éste será el primer festejo de los once que presentará la empresa del coso sanmarqueño… el interés por la novillada se ha dejado sentir; la gente ha acudido a las taquillas, síntoma de que el ambiente es propicio para que ese festejo “de aperitivo” sea presenciado por un público entusiasta que llenará los tendidos.

Se amplía el cartel

El 14 de abril se anunció en los diarios locales que se agregaba al cartel para matar un séptimo novillo, fuera de concurso, Rafael Íñiguez El Rivereño, quien después de haberse presentado en El Progreso de Guadalajara y en las plazas de La Aurora en las cercanías de la Ciudad de México y en la Antonio Velázquez del Restaurante Arroyo en la capital, llegaba a Aguascalientes en busca de sumar actuaciones en el ruedo de la San Marcos, según se relata en El Sol del Centro de esa fecha:

Rafael Yñiguez “El Rivereño” hará su debut ante la afición hidrocálida, matando un séptimo toro en la novillada que se dará mañana en el coso San Marcos, en la que estará en disputa el trofeo Escapulario del Cristo Negro del Señor del Encino… En breve visita que “El Rivereño” hizo anoche a nuestra redacción, informó que el año pasado toreó 5 novilladas en la plaza “La Aurora”, 2 en la placita “Antonio Velázquez” de Chucho Arroyo y que tuvo destacadas actuaciones en Puebla, Guadalajara y Yahualica, Jal., esperando el domingo correr con la misma suerte que en los cosos mencionados.

El resultado del festejo

Al final de cuentas, el encierro de Chinampas no se emparejó con los que con anterioridad había enviado a nuestra plaza, pues sus condiciones de fuerza y trapío no fueron precisamente las óptimas. Por su orden, se llamaron Cuchillero, Capanegra, Guindorito, Cordillero, Lagrimoso y Nazareno. Al séptimo, lidiado por El Rivereño, no se le reseña nombre. Sobre todo esto, escribió en su día, en su tribuna de El Sol del Centro, don Jesús Gómez Medina:

Los festejos con seis espadas – a la postre, el de ayer constó de siete matadores – suelen convertirse en un muestrario de cuanto constituye el arte taurino: de bien torear, como también del “destorear”… En esas condiciones, la novillada de ayer, aperitivo de lo que es ya la máxima feria taurina de México, no desmintió lo que de axiomático se establece en el párrafo anterior; porque la novillada, al final de cuentas, se tradujo en un muestrario de gallardías y torpezas; de instantes brillantes, pero, también, de etapas anodinas o francamente deslucidas. Vimos, en fin, que es torear, como presenciamos a la vez – por desgracia, muchas veces – lo que podríamos conceptuar como ejemplo de mal torear, de destoreo, en suma… Y vimos, por principio de cuentas, un encierro chico y desprovisto de fuerzas, que, ciertamente, no contribuyó de manera alguna a abrillantar los prestigios de la ganadería de Chinampas. Pues, aunque los novillos, en general, se mostraron de buena condición, su debilidad, su menguada fortaleza, restó emoción y frustró en buena parte el resto de la jornada...

Así, Gilberto Ruiz Torres saldó su actuación con una vuelta al ruedo tras pasaportar al primero; José Manuel Montes lo hizo saliendo al tercio después de la muerte del segundo; Aurelio García Montoya fue aplaudido después de su actuación; Luis Niño de Rivera, también dio vuelta al ruedo después de finiquitar al cuarto; Rafael Velázquez, tuvo el silencio por respuesta a su labor con el quinto; y, El Rivereño, escuchó palmas al retirarse.

El Cristo Negro del Encino

José Antonio Picazo El Zotoluco, se presentaba vestido de luces en la San Marcos. Y cayó de pie en ese su debut, pues disputando el trofeo de triunfador de la temporada con quienes eran los punteros de la temporada capitalina, se lo llevó a su casa, aunque haya sido más por obra de la fortuna que por su buen hacer ante los toros. Escribe el nombrado don Jesús Gómez Medina:

...José Antonio Picazo es poseedor de una cualidad inempatable: la de “llegarle” muy fuerte a los aficionados; la de serle simpático a los espectadores. En esto fundamentalmente se basan sus actuaciones y sus éxitos, pues, hoy por hoy, el muchacho está escaso de técnica. Sería ideal que, con base en esa inapreciable característica de que hablábamos al principio, el muchacho se esfuerce en aprender a torear, haciéndolo con el reposo y la quietud y ligazón que avaloran definitivamente a los discípulos de Cúchares. Porque lo otro podrá durar mientras los públicos no se percaten de la verdad o hasta que salga un astado que haga de los achuchones y volteretas de ayer, percances de mayor cuantía. De todas maneras, José Antonio fue muy ovacionado por sus “cosas”; dio una vuelta al ruedo y, por aclamación, recibió la medalla con el Cristo del Encino en disputa...

Como se puede desprender de la sincera apreciación del cronista de El Sol del Centro, a José Antonio le faltaba mucho camino por andar, pero tenía el afecto de su afición para a partir de allí, evolucionar en su hacer ante los toros.

¿Qué fue de ellos?

Gilberto Ruiz Torres: Se presentó en la Plaza México el 30 de abril de 1967, alternando con Guillermo Montes Sortibrán y Leonardo Manzanos en la lidia de novillos de Santa Marta. Recibió la alternativa el 15 de septiembre de 1979, en Barquisimeto, Venezuela, de manos de Antonio Chenel Antoñete y con Carlos Rodríguez El Mito como testigo, cediéndosele el toro Tejero de Los Aranguez. Nunca confirmó esa alternativa. Actualmente funge como Juez de la Plaza México y en lugares cercanos a la capital mexicana,

José Manuel Montes: Se presentó en la Plaza México el 20 de julio de 1970, formando cartel con Adrián Romero y Rogelio Leduc, novillos de El Romeral. Llegó a actuar una docena de tardes en la gran plaza. Recibió la alternativa en Aguascalientes el 24 de abril de 1974 de manos de Manolo Martínez y siendo Mariano Ramos el testigo, con el toro Mandarín de Suárez del Real. Nunca confirmó su alternativa. Padre del matador de toros José Manuel Montes hijo. Falleció en Aguascalientes el 28 de junio de 2021.

Aurelio García Montoya: Originario de Lérida, aunque criado en Sevilla. Se presentó en Madrid (nocturna) el 6 de agosto de 1966, para enfrentar novillos de José Luis Hernández Cabanzón junto con José Luis López Maganto, Pablo Fernández Norteño, José Faria, Mariano Vela, y Manuel Valverde. Se presentó en Sevilla el 1º de septiembre de 1968, con Antonio Gil y Antonio Manuel Nogales, con novillos de Arturo Pérez. En la Plaza México se presentó el 25 de junio de 1972, alternando con Gilberto Ruiz Torres y Luis Niño de Rivera, novillos de Suárez del Real. Nunca recibió la alternativa.

Luis Niño de Rivera: Se presentó en la Plaza México el 25 de junio de 1972, para lidiar novillos de Suárez del Real junto con Gilberto Ruiz Torres y Aurelio García Montoya. Nunca recibió la alternativa. Comentarista de radio y televisión y autor del que quizás sea el mejor libro que permite entender la realidad del toro de lidia mexicano: Sangre de Llaguno. Fue presidente de la Asociación Mexicana de Bancos.

Rafael Velázquez: Se presentó en la Plaza México el 14 de julio de 1974, alternando con José Manuel Espinosa Armillita y Leonardo López El Caporal en la lidia de novillos de Peñuelas. Nunca recibió la alternativa. Hijo de Antonio Velázquez Corazón de León. Nunca recibió la alternativa.

José Antonio Picazo Zotoluco: Se presentó en la Plaza México el 3 de agosto de 1975, alternando con José Luis Ortega y Benjamín Magallanes. Novillos de Campo Alegre. Nunca recibió la alternativa. Falleció en Aguascalientes.

Rafael Íñiguez El Rivereño: Se presentó en El Progreso de Guadalajara el 4 de mayo de 1972, con Oscar Balderas, Francisco Acosta Paquiro, Rafael Sandoval, Felipe Bedolla y Eduardo Córdoba, lidiando novillos de La Playa. Nunca recibió la alternativa. Falleció en Aguascalientes el 11 de noviembre de 2020.

Aviso parroquial: Hoy salgo en sábado y es que la fecha del festejo coincide con este día de la semana. Ya nos veremos más seguido a partir del día 22.


domingo, 9 de abril de 2023

Feria de San Marcos 1973. La consolidación de un proyecto (II)

Las primeras vicisitudes


El día 6 de abril se dieron a conocer los carteles del serial abrileño del 73 y para el día 15, aparecía en los diarios de esta capital el anuncio de que los boletos para el acceso a los festejos, estaba abierto al público en general. La inserción pagada que se publicó en El Sol del Centro, era de la siguiente guisa:


Los festejos anunciados eran atractivos y seguramente la afluencia de público a los puntos de venta, que eran el lobby del Hotel Francia – donde se manejaban los numerados –, las taquillas de la plaza, la Bolería Calesero, la farmacia Colonial y la peluquería Imperial era constante durante las horas de atención a los interesados en asistir.

Lo que se cocía allende el mar

El semanario madrileño El Ruedo, en su número aparecido el 10 de abril de 1973 publicaba una nota en la que se daba a conocer que Paco Ortega, apoderado de Francisco Ruiz Miguel, le había arreglado a su torero una gira de diez festejos por México para el mes de abril y los primeros días de mayo, toda vez que no se había podido arreglar su participación en la feria de Sevilla.

Las fechas anunciadas fueron: el 8 de abril en San Miguel de Allende; el día 15 en Acapulco; el 22, Ciudad Juárez; el día 28 en Tepic; el 1º de mayo en Orizaba; el 5 de mayo en Puebla y el 6 de mayo en Tijuana. También se le incluían dos actuaciones aquí en Aguascalientes, aunque en términos distintos a los que al final se anunciaron. La primera tarde se decía, sería el 23 de abril, alternando con Curro Rivera y un tercer alternante sin designar, con toros de Piedras Negras y la segunda, para el día 29, con Manolo Martínez, Eloy Cavazos y Curro Rivera, con toros pendientes de anunciar.

Cumplido el compromiso de Tijuana, decía la información, Ruiz Miguel regresaría a España para actuar dos tardes en la feria de San Isidro y seguir adelante la temporada que su apoderado, primo de Rafael Ortega El Tesoro de la Isla y quien llevó los primeros pasos de diestros como Paquirri o Luis Parra Jerezano, le tenía preparada para ese año.

En ese orden de ideas, la feria sanmarqueña anunciada parecía que se cumpliría íntegramente y tal como se ofreció en un inicio, pero muchas cosas pueden cambiar en un breve lapso de tiempo y así, el día 16 de abril de ese año del 73, se anunció que Ruiz Miguel no vendría a nuestro San Marcos, que sería sustituido el día del santo patrono por el príncipe Alfredo Leal y el día último del mes, por Mariano Ramos.

Al día siguiente, en Madrid, El Ruedo publicaba la siguiente información:

Se han producido los últimos reajustes en la discutida Feria de Sevilla de este año. Pedro Moya «El Niño de la Capea» se «cae» de los carteles por decisión de sus apoderados. Julián García, el discutido torero valenciano, también ha sido víctima de última hora, al parecer, por diferencias importantes entre el empresario de Sevilla y los responsables de la Empresa de Madrid. (Ya saben nuestros lectores que Manolo Cortés, apoderado por Canorea, no vendrá a Madrid, y la baja de Julián García en Sevilla puede ser la réplica de don Diodoro.) … El valeroso y joven torero Francisco Ruiz Miguel, olvidado inexplicablemente en un principio por la Empresa sevillana, ha salido favorecido con estos últimos toques de los carteles de la famosa Feria. Ha sido contratado dos tardes. En la primera, el próximo día 24, alternará con Jaime Ostos y Santiago López; en la segunda, el día 30, hará el paseíllo con Miguel Márquez y Manolo Cortés. Los toros, respectivamente, serán de don Celestino Cuadri y don Ramón Sánchez. Con Ruiz Miguel se ha hecho, sencillamente, justicia. No hay que olvidar las dos buenas actuaciones del diestro de San Fernando en las dos últimas ferias de Sevilla.

Al final, un desacuerdo en los despachos fue el que vino a hacerle justicia a Ruiz Miguel, quien el 25 de abril de 1971, entrando al cartel por la vía de la sustitución, le cortó el rabo al toro Gallero de Miura y al año siguiente, refrendó lo hecho el anterior, ganándose a ley el derecho a ser llamado de nueva cuenta por don Diodoro a sus carteles abrileños. Pero no fue así. Se tuvo que producir un desacuerdo entre quienes no torean, para que el torero isleño pudiera ocupar el sitio que delante de los toros se había ganado sin margen para la discusión.

Al final Ruiz Miguel toreó en Sevilla el 24 de abril los toros de Celestino Cuadri, alternando con Jaime Ostos y Santiago López tarde en la que cortó la primera oreja de esa feria a Lechón, quinto de la tarde y el día 30, compartiendo cartel con Miguel Márquez y Manolo Cortés en la lidia de un encierro, al final compuesto por tres toros de Manuel Arranz (3º, 4º y 5º) y otros tres de Ramón Sánchez. En este festejo solamente mató un toro, pues fue herido por el sexto, de Ramón Sánchez, Torerito, apenas al abrirse de capa.

Así pues, no había iniciado propiamente la feria y ya se había tenido que remendar la cartelera. Se prefirió a los diestros nacionales y al final de cuentas veremos que el resultado deja claro que don Guillermo González no se equivocó en su decisión.

Un encontronazo con las autoridades

Apenas un par de días después del anuncio de la salida de Francisco Ruiz Miguel de la feria, apareció en las páginas de El Sol del Centro la siguiente información:

El Ayuntamiento de la capital decidió intervenir con energía en el caso de la venta condicionada, y la reventa de boletos para las corridas de toros de la Feria de San Marcos, y aplicó tres infracciones a la empresa, por hacer caso omiso de los reglamentos… Lo anterior fue informado por el Regidor de Espectáculos, señor Atanasio López, quien indicó que una de las infracciones había sido aplicada por la venta condicionada de boletos, otra por la reventa y una más por los insultos que un empleado de la empresa, de nombre Julio Saleri, profirió en contra del citado funcionario municipal, cuando éste intervino para detener las maniobras de la empresa y sus empleados… Señaló el Regidor de Espectáculos que, de acuerdo con lo expresado por el Presidente Municipal, señor Ángel Talamantes Ponce, las infracciones levantadas no serán revocadas bajo ningún aspecto, sino que se harán efectivas como medida ejemplar para que la empresa de las corridas de toros se ciña a lo que señalan los reglamentos municipales… Por otra parte, se informó que la empresa había sido conminada en forma enérgica a cesar en sus maniobras de reventa, para lo cual se obligó a vender los boletos exclusivamente en las taquillas de la plaza y en algunos estanquillos previamente aprobados por el Ayuntamiento… Finalmente, el Regidor de Espectáculos, señor López, indicó que el Alcalde Talamantes Ponce desea que el público coopere con las autoridades para frenar y evitar en forma definitiva las maniobras de la empresa, denunciando a los revendedores y toda clase de artimañas que se observen al adquirir boletos, pues de otra manera no será completa la labor que ha emprendido el Ayuntamiento en defensa de la afición a la fiesta brava.

Como se ve, lo que hoy es una práctica usual, es decir, la de condicionar la adquisición de la entrada a unos festejos, a la compra obligada de las de otros menos atractivos, hace medio siglo fue motivo de sanción. Sobre el capítulo de la reventa, prefiero guardar silencio, que es una actividad que persiste y que, en lugar de ser regulada y controlada, únicamente es objeto de un remedo de combate, porque en cualquier espectáculo de masas que resulte atractivo estará presente, funcionando a todo tren, sin que nada la detenga.

Lo que seguiría

Estas primeras vicisitudes se produjeron, casi todas, antes de que saltara el primer toro a la arena del ruedo de la San Marcos. El próximo sábado intentaré comentar lo que puede ser considerado, según se vea, el primer festejo de la feria o si nos ceñimos al calendario oficial, el festejo de preferia, la novillada de triunfadores. Hasta entonces.

domingo, 20 de noviembre de 2022

12 de octubre de 1972: Se presenta la ganadería de Zacatepec en Aguascalientes

Hace 50 años se respiraba un ambiente taurino bien distinto en nuestra ciudad. Don Guillermo González Muñoz recién había adquirido la propiedad de la Plaza de Toros San Marcos y entre sus intenciones estaba la de reestablecer el sitio de privilegio que tuvo siempre Aguascalientes como una de las ciudades importantes en el mapa taurino de México, decaído en los años anteriores, cuando su actividad se había reducido a unas cuantas novilladas desperdigadas en el calendario y dos o tres festejos, casi de compromiso, en la Feria de San Marcos.

Para ello, desde el año anterior, había dotado al coso de la calle de la Democracia de un alumbrado moderno que permitiera dar festejos nocturnos en días laborables y ofreció en abril, 6 corridas de toros y una novillada en días casi consecutivos, demostrando que, con imaginación en la confección de los carteles, era posible llevar a la gente a la plaza. Y no se limitó al tiempo ferial, recuperó fechas tradicionales del calendario civil y religioso para establecer entre corridas de toros y novilladas, una verdadera temporada de toros en Aguascalientes y así, por ejemplo, en el ciclo 1970 – 71, ofreció 24 festejos entre corridas de toros y novilladas.

Ese ambiente propició que, bajo el auspicio de la Casa Pedro Domecq, se celebrara aquí en las primeras dos semanas del mes de octubre de 1972, la anunciada como X Convención Internacional de Aficionados Prácticos y Peñas Taurinas. Todos los días de esas dos semanas, por las noches, destacados aficionados prácticos se enfrentaban a erales en el hoy más que centenario ruedo de la plaza San Marcos.

Así, vimos actuar por aquí entre otros a Chucho Arroyo, Lalo Azcué, José Antonio Morales – que también se presentó por las afueras con su cuadro flamenco –, al peruano Raúl Aramburu Tizón, al Ing. Valente Arellano, Rogelio Contreras, Guillermo Torres Landa, Paul Armand, Pepe López Hurtado – éste después sería matador de toros –, al Dr. Manuel Hernández Muro o a Philip Jongeneel por los visitantes y por los locales, entre otros, al inolvidable Ángel Talamantes El Exquisito, a los hermanos Alejandro y Carlos Paredes, al apodado El Veterinario quien se anunciaba como El tapado de Aguascalientes, al inefable Adolfo de la Serna El Botas, o a Jaime Femat, entre los que mi traicionera memoria recuerda por el momento y que llevaban más gente a la plaza que muchos de los que hoy se autonombran figuras.

Todos ellos y varios más, se disputaron la Oreja de Bronce, donada por la compañía vinícola que ya mencioné y que en los eventos alusivos a la convención era representada por el matador Eduardo Solórzano, que noche a noche organizaba alguna reunión alusiva, con la finalidad de difundir y dar a conocer esta fiesta. Y hoy hablan de defenderla

Una corrida de toros en honor de los convencionistas

Don Guillermo González Muñoz era un extraordinario hombre de negocios y un gran aficionado a los toros. La plaza de toros y sus gastos, corrieron por su cuenta para la convención de aficionados y a la vista del ambiente que generaban los festejos de prácticos, anunció una corrida de toros en su honor. El ambiente era de expectación para el festejo, como lo describe en su Columna Taurina de El Sol del Centro, el periodista Everardo Brand Partida:

La noticia del día es indudablemente la celebración de la primera corrida de la temporada 1972 – 73, que se dará hoy a las 21:30 horas en el Coso San Marcos, con Currito Rivera, Antonio Lomelín y Mariano Ramos en el cartel. Se correrán astados de Zacatepec, con kilos y presencia... Como lo hemos informado, este festejo se dará en honor de los concurrentes a la X Convención Internacional de Aficionados Prácticos y Peñas Taurinas que se verifica en Aguascalientes y que día a día logra mayor lucimiento...

Así, para esa noche del jueves 12 de octubre de ese 1972, anunció la presentación en nuestra plaza de una de las ganaderías históricas en México, la de Zacatepec, a cargo en esos días de don Mariano Muñoz, para Curro Rivera, recién regresado de su triunfal campaña por ruedos europeos, Antonio Lomelín y Mariano Ramos. Curro Rivera toreaba aquí su segundo festejo en plazas mexicanas desde su vuelta a suelo patrio, pues había reaparecido en Morelia el 30 de septiembre anterior alternando con Joselito Huerta y Mariano Ramos en la lidia de toros del ingeniero Mariano Ramírez.

La entrada a la plaza fue cercana al lleno, y en los tendidos se percibió una cierta hostilidad hacia Curro Rivera, quizás rescoldos de lo que quedó de la anterior feria de abril, cuando las cosas no rodaron como se había programado, sin embargo, el festejo al final, fue uno de esos que, pueden considerarse de los que vale la pena recordar.

El triunfo de Mariano Ramos

Mariano Ramos todavía no llegaba al año de haber recibido y confirmado su alternativa, pero avanzaba con un paso firme y continuado hacia la posición de ser figura del toreo. En San Marcos se le anunció en la corrida de apertura del ciclo con una corrida de La Punta que no dio posibilidad de triunfo y en esa actuación dejó su carta de presentación, estableciendo que no había toro complicado para él. La noche del 12 de octubre del 72, se alzó, aunque con una sola oreja en las manos, como el triunfador de la corrida. Escribió Everardo Brand Partida para El Sol del Centro:

Fue el tercero de la noche, “Tahúr” de nombre, con 478 kilos de peso, el primero de los toros a los que se enfrentó Mariano Ramos, toreando a la verónica superiormente, abriendo el compás y cargando la suerte sobre la pierna contraria, para rematar la serie, que había parado al público de sus asientos, con media verónica sencillamente extraordinaria… En el centro del ruedo hizo el buen toreo con clase y templando superiormente, y así surgieron los ayudados en redondo y por abajo, que mantenían al público de pie; coreando lo que Ramos hacía, y los ¡olees!, se escuchaban largos en los tendidos… La pañosa fue a la izquierda de Ramos, y el natural largo y templado, sedeño el muletazo, surgió entre los olés en los tendidos, y el torazo de Zacatepec, colaboraba extraordinariamente para que el muchacho bordara una faena realmente primorosa, como hacía tiempo no se veía en el ruedo de la San Marcos. Concluida la hazaña, se perfila un tanto precipitadamente tan solo para pinchar en lo alto, y en el segundo intento sepulta media estocada en bastante buen sitio, que fue suficiente para que “Tahúr” se entregara a los servicios del puntillero. Los pañuelos florearon en los tendidos y la autoridad concedió la oreja del tercero de la noche a Mariano… Con el que se suponía se cerraba plaza, el sexto de la noche, de nombre “Catador”, Mariano volvió a exhibir su toreo fino, de mucha calidad, ya que desde sus lances iniciales los instrumentó en el centro del ruedo, dos de ellos a pies juntos y otros tantos, abriendo el compás y cargando la suerte, y los tendidos que estaban con el muchacho, volvieron a enloquecerse… Lamentablemente Mariano se puso bastante pesado con el acero, y cuando finalmente logró una estocada en bastante buen sitio, el público lo obligó a dar varias vueltas al ruedo. Se había entregado por completo a un torero, a la clase al pundonor, a la valentía y al torerismo de Mariano Ramos...

Curro Rivera y el exigir a las figuras

Decía que en el ambiente flotaba cierta animadversión hacia Curro Rivera. En cuanto salió el primero de la noche, con los avíos en sus manos se encargó de acallarla, pero al final, con la espada en la mano, echó todo a perder. Un espadazo muy delantero, casi un golletazo, trocó las cañas en lanzas y volvió a encender los ánimos en su contra.

El cuarto de la noche se llamó Bohemio, un toro que se quedó parado y al que había que andarle cerca y sacarle los muletazos de uno en uno. Curro Rivera así lo entendió y lo llevó a la práctica. Escribió en su día Jaime Martínez Fonseca para El Heraldo de Aguascalientes:

Su segundo no era una “perita en dulce”, pero el potosino le puso la casta, después de que parte del público empezó a exigirle de más, y a base de porfiar, poniendo su físico a tan solo una cuarta de los pitones, pudo sacar un partido extraordinario, mismo que los conocedores pudieron captar en su calidad y en su arte, al igual que el palco de la Autoridad, para que después de haber matado bien, se le concediera una oreja. Hubo algunas protestas, pero el chaval es una gran figura y a nadie más que a él, se le puede exigir así...

En El Sol del Centro, el cronista Everardo Brand Partida cuestionaba de manera ácida la concesión de la oreja sin que mediara la petición de la concurrencia. La realidad es que el reglamento aprobado en la víspera del serial abrileño establecía que si se pedía mayoritariamente el Juez de Plaza – en esos días don Jesús Gómez Medina – estaba obligado a concederla, pero no le quitaba la facultad de concederla sin petición, si consideraba que la faena la ameritaba.

Antonio Lomelín con un toro de regalo

A veces las cosas se tuercen para los toreros desde el enlotado de los toros antes del sorteo. Ese 12 de octubre, eso le sucedió a Antonio Lomelín. Los dos huesos de la corrida le tocaron a él. Pero su carácter y su voluntad de triunfar y de ser no le iban a impedir tratar de salir triunfante esa noche de una importante exposición, dado el hecho de que la afición asistente a la plaza no era solamente local.

Entonces, regaló uno de los toros de reserva, de Peñuelas, sin que las crónicas registren cómo fue nombrado. A ese propósito escribió para El Heraldo de Aguascalientes, su cronista Jaime Martínez Fonseca:

Regaló uno de Peñuelas, al que inició su faena con lances a pies juntos, para luego despatarrarse y darle tres verónicas que remató con una vistosa revolera. Hizo un magnífico quite por chicuelinas y tomó los palos para dejar un buen par, otro más y el último extraordinario, escuchando una diana. En el tercio final dio muletazos con la derecha de muchos kilates, obtenidos a porfía, pues el toro se refugió en las tablas y terminó su faena toreando por alto, mirando a los tendidos. Remató con un pinchazo y una entera, para que le fuera concedida la oreja...

Ese fue el resultado de una corrida de toros que, se organizó en una fecha no tradicional y en un día laborable, pero que llevó a la gente a la plaza y que tuvo un interesante resultado.

El año del 72 en Aguascalientes

El resumen de 1972 en Aguascalientes es interesante se dieron 23 festejos de enero a diciembre, 13 corridas de toros y 10 novilladas y de ellos, solamente ocho sucedieron en la Feria de San Marcos. Las corridas de toros fuera de la feria se dieron en días como el 23 de enero, 12 de octubre, 12 de noviembre y el 25 de diciembre, fechas algunas convencionales y otras no, pero que, en el sentido del aprovechamiento de la oportunidad, pueden invitar a la gente a asistir a las plazas.

Aguascalientes y Zacatepec

Los toros de Zacatepec no volvieron a nuestras plazas sino hasta casi 50 años después, cuando un toro para rejones, salió al ruedo de la Monumental, para el caballero en plaza Diego Ventura. Fue el 2 de noviembre de 2019, se llamó Arlequín, y sustituyó al titular de Fernando de la Mora que se lesionó al estrellarse en un burladero. El rejoneador luso le realizó una faena intensa, que terminó intempestivamente, cuando al toro se le terminó el gas. Hoy llevan la ganadería los hermanos Bernardo, Juan Pablo, Alejandro y Mariano Muñoz Reynaud, tercera generación de la familia que la fundó. Ojalá un día de estos podamos ver una corrida completa suya, encastada ya en Murube, para toreros de a pie.

Aviso Parroquial: Agradezco al Community Manager de la ganadería de Zacatepec el haber avisado a este amanuense la fecha correcta de la vuelta de ese histórico hierro a nuestras plazas, lo que me ha permitido hacer la corrección correspondiente.

domingo, 11 de octubre de 2020

El anarquista de la fiesta...

11 de octubre de 1970: Manuel Díaz de León El Bule – Bule es gravemente herido en la Plaza de Toros San Marcos


Aunque los documentos archivados en el Registro Público de la Propiedad reflejan que Guillermo González Muñoz adquirió la plaza de toros San Marcos en agosto de 1970, la realidad es que él ofreció su primer festejo en ese escenario el 21 de diciembre de 1969, una corrida de toros en la que se lidió un encierro del ingeniero Mariano Ramírez para Rafael Rodríguez que reaparecía después de varios años de ausencia de los ruedos, Joselito Huerta y Raúl García.

Ya propietario oficial del coso, para el domingo 11 de octubre de ese 1970 inició la temporada que comprendería el resto de ese calendario y buena parte del siguiente y se haría con una novillada en la que alternarían el novillero de Aguascalientes Pepe Caro, José Torres El Pajarito de San Luis Potosí y Armando Chávez Carnicerito de Puebla en la lidia de un sexteto de novillos de Chinampas, hierro puesto a nombre de la señora Esperanza de la Torre de Madrazo y fundado en 1944 por el doctor Manuel Cortina Rivas.

Pese a que Carnicerito de Puebla se alzó como el triunfador de esa tarde al cortar las dos orejas a Andaluz, número 60, tercero de la tarde, sería un espontáneo, Manuel Díaz de León apodado El Bule – Bule quien se quedara en la memoria colectiva y enseguida veremos por qué.

Algunos conceptos doctrinarios

Luis Nieto Manjón, en su Diccionario Ilustrado de Términos Taurinos define al espontáneo como: El aficionado que se arroja al ruedo a intentar alguna suerte...

Por su parte, José Carlos de Torres, en el Diccionario del Arte de los Toros lo define así: Persona que asiste a un espectáculo público como espectador, y, en un momento dado interviene en él por propia iniciativa, especialmente en las corridas de toros...

El encabezado de estas líneas lo he tomado de un capítulo del libro de José María Requena titulado Gente del Toro. El capítulo es El Espontáneo y allí Requena reflexiona esto entre otras cosas: Es el espontáneo, el anarquista de la fiesta, el que clava la vista en las parejas de los guardias, el de la vida a punto de aliviarse una manía de gloria en ese medio suicidio de echarse al ruedo contra lo ordenado y consabido…

Es decir, un espontáneo es alguien que rompiendo con el orden y la tradición establecidos, irrumpe en la lidia para intentar hacer la suya.

Prolegómenos del festejo

El encierro de Chinampas llamó la atención desde que fue bajado a los corrales de la San Marcos. Como era la costumbre de don Paco Madrazo, envió seis ejemplares muy bien presentados, bien comidos y bien rematados. La nota previa al festejo, aparecida en El Heraldo de Aguascalientes el viernes 9 anterior y firmada por José Luis Espinosa Ponce, encargado de la sección taurina en aquellas calendas, entre otras cosas refleja lo siguiente:

Seis primorosas estampas, auténticos toros, con un promedio de 414 kilos es el lote de Chinampas que serán lidiados mañana por los novilleros José Torres “Pajarito”, “Carnicerito de Puebla” y el hidrocálido Pepe Caro. El número y nombre de cada uno de los toros son los siguientes: 58, “Bonito”, negro zaino; 60, “Andaluz”, negro salpicado; 78, “Hilario”, negro bragadillo; 83, “Aragonés”, negro mulato; 93, “Zumayo”, negro zaino y 99, “Firulais”, negro zaino… Los corrales de la plaza están abiertos a todo el público para que pase a ver los toros y darse una idea del banquetazo que será servido para el domingo…

Si consideramos que el peso reglamentario para corrida de toros en esa época era de 425 kilos, la novillada estaba excelentemente presentada, aunque coincido con quien me diga que el peso no tiene nada que ver con la presencia del ganado. Aclaro también que ese peso es el que dieron al salir de la ganadería, pues en la plaza no había báscula por ese entonces, pero en el viaje de a lo sumo hora y media de la finca al coso, no debieron perder gran cosa.

Al final del festejo, se informó en la prensa que de los seis novillos, dos llevaban el hierro de Pastejé, propiedad también de los señores Madrazo y en la crónica del festejo publicada en El Sol del Centro, Everardo Brand Partida hizo este comentario:

El público aplaudió los seis novillos, 4 de la ganadería de Chinampas y dos de Pastejé, escogidos por el ganadero para la novillada inaugural de la temporada. Parejo, en términos generales venía el encierro, pesados, ya que promediaron 400 kilos y bien armados de pitones, empero algunos aficionados comentaron y criticaron la actitud de la empresa y el ganadero, al anunciar seis novillos de Chinampas, cuando efectivamente sólo cuatro provenían de las dehesas de la ganadería jalisciense y los otros dos estaban herrados con el fierro de Pastejé.

Si bien, esta ganadería, o el fierro de la misma es propiedad de Francisco Madrazo, ¿por qué no anunciarlo correctamente? 4 toros de Chinampas y 2 de Pastejé. De cualquiera forma, el público hubiera asistido al festejo.

Coincido con el argumento de Everardo Brand. Hoy se diría que por ser de ganaderías hermanadas por pertenecer los hierros a una misma persona, se pueden lidiar bajo una misma denominación por así permitirlo el estatuto de la Asociación de Criadores. Sin embargo, ese estatuto rige de la puerta de esa Asociación hacia adentro. Los toros son de la ganadería de la que vienen herrados y así se deben anunciar, por respeto al que paga por entrar a la plaza.

La tarde del festejo

Nada más salir el primero de la tarde, el número 58, Bonito, que correspondió a Pepe Caro y ya se había tirado El Bule – Bule al ruedo. Las cuadrillas lograron quitarle al toro y éste saltar al tendido de sol sin lograr su cometido de torear al de Chinampas. Pero no tardaría en volver al ruedo.

El segundo de la tarde se llamó Aragonés, número 83, negro mulato y le correspondió a José Torres El Pajarito. De nueva cuenta Manuel Díaz de León se tiró al ruedo en cuanto salió el novillo por la puerta de toriles, sorprendiendo a todos los que estaban allí y de acuerdo con la crónica de Everardo Brand Partida, aparecida en El Sol del Centro al día siguiente del festejo, sucedió lo siguiente:

…Al mismo tiempo que aparecía el segundo de la tarde, Manuel Díaz de León, mejor conocido como el “Bule – Bule”, brincó de nuevo al ruedo y en esta ocasión sí logró su propósito, brindó al respetable varios ayudados por alto que le fueron coreados. El muchacho, sintiendo el respaldo del público, que lo aplaudía, se creció y de esta forma aguantó al novillo en varios pases por abajo.

Hubo uno que paró al público de sus asientos. El espontáneo siguió aguantando al novillo, lo supo llevar y torear, hasta que, finalmente el toro fue llamado desde el burladero de matadores por uno de los peones de brega, y se interrumpió “la faena” de Díaz de León, quien siguió al astado y se colocó frente a él. Lo citó, y en el momento que el burel embestía, fue tocado, y sobrevino el percance. El bicho le pegó un cornadón en el muslo izquierdo de tres trayectorias, que lo tiene al borde de la tumba.

En los tendidos se escuchó el comentario de un entendido, que cabe reproducir: “¿Quién le pegó la cornada al espontáneo?”, y ese mismo aficionado preguntó a la vez: “¿El público?”, “¿el toro?”, o “¿LA AUTORIDAD?...

Entre Pepe Caro y un monosabio levantaron al espontáneo herido y lo llevaron a la enfermería de la plaza, donde fue estabilizado y trasladado al Sanatorio La Esperanza para ser intervenido. El parte facultativo que se rindió por mi padre, que era el Cirujano Jefe de los Servicios Médicos de la Plaza fue el siguiente:

Herida por cuerno de toro que produjo desgarro cutáneo irregular de 25 centímetros de longitud, siguiendo una dirección oblicua a dos centímetros por debajo y paralela al pliegue inguinal del muslo izquierdo, desde 6 centímetros por abajo y por dentro de la espina ilíaca anterior y superior hasta la cara postero – interna del muslo en su tercio proximal, lesionando la Safena mayor en cayado de este vaso. Se profundiza en la parte media de esta trayectoria y presenta una segunda, con dirección posterior y externa hasta llegar al fémur donde descubre trocánter menor, diseca la inserción del Psoas y se vuelve hacia arriba rodeando el cuello del fémur en su cara posterior y se extiende hasta la cara anterior del Glúteo mayor. Tiene esta trayectoria una longitud de 25 centímetros, causando desgarros importantes en el abductor medio, interesando numerosas venas musculares que causaron hemorragia profusa y presenta una tercera trayectoria, por la cara interna del muslo hacia abajo, hacia afuera y hacia atrás desgarrando los planos musculares del aductor mayor, vasto interno, cuádriceps, hasta llegar al fémur en su cara posterior, disecando y contundiendo la arteria femoral posterior. Esta trayectoria tiene una longitud de 30 centímetros.

Se hace debridación de las tres trayectorias, se ligan los vasos mencionados y se canalizan con 4 tubos.

Estas lesiones son de las que ponen en peligro la vida por el sitio en que fueron hechas y el instrumento que las produjo y ameritan hospitalización. Tardarán en sanar más de 15 días sin que se puedan predecir sus consecuencias.

Firmado: Dr. Jesús González Olivares, Cirujano. Dr. Juan José de Alba Martín, Traumatólogo. Dr. Jesús Juan Esparza González, Transfusionista. Dr. Agustín Franco Zermeño, Anestesiólogo.

Grave sin duda el percance, además de aparatoso, pero, siguiendo la sentencia de Frascuelo, los toros dan cornadas porque no pueden dar otra cosa.

La evolución del herido

Dos días después de la cornada, una nota publicada en El Heraldo de Aguascalientes daba noticia de la evolución de El Bule – Bule:

Manuel Díaz de León “Bule – Bule”, el espontáneo que el domingo pasado recibiera fea cornada de uno de los astados, a grandes pasos se recupera, según los informes de los médicos que lo atienden, doctor De Alba y González Olivares. De no presentarse complicaciones en la herida el muchacho sanará en unos quince días, esta posibilidad cobrará fuerza al transcurrir las 72 horas reglamentarias para decir que se encuentra fuera de peligro.

El diagnóstico de los doctores que lo atendieron fue de gravedad, pero la fortaleza del muchacho ha permitido que la herida que recibiera en el muslo no se complicara, su estado de salud es satisfactorio y hasta el momento de cerrar la presente edición no se había reportado complicación alguna.

Por esas mismas fechas, el empresario Guillermo González ofreció públicamente a Manuel Díaz de León dos novilladas en la temporada, para cuando estuviera completamente restablecido y en condiciones de enfrentar a los toros.

Dramatis personae

Pepe Caro, el primer espada del cartel, tuvo una carrera prolongada en los ruedos. Se anunció que recibiría la alternativa el 12 de diciembre de 1981 en Calvillo, Aguascalientes, de manos de Manolo Espinosa Armillita. Ese hecho nunca se concretó. Actualmente es presentador de programas de televisión y radio y escribe una columna taurina en un diario de esta ciudad, titulada Arrastre lento.

Armando Chávez “Carnicerito de Puebla recibió la alternativa el 1º de febrero de 1976 en Manizales, Colombia. Le apadrinó Álvaro Laurín y fue testigo Fernando Manuel, los toros de Mondoñedo. Falleció en la Ciudad de México el 12 de agosto de 1999. Nunca la confirmó en la Plaza México.

José Torres El Pajarito recibió la alternativa en San Luis Potosí el 25 de agosto de 1976, de manos de Manolo Martínez y llevando como testigo a Eloy Cavazos, con toros de Tresguerras. Nunca la confirmó en la Plaza México.

Manuel Díaz de León El Bule – Bule, originario de Fresnillo, Zacatecas y que había llegado a Aguascalientes un par de años antes de estos hechos, fue devorado por sus demonios interiores. Nunca toreó las dos novilladas que le ofreciera Guillermo González y no recuerdo haberle visto anunciado en alguna por estos rumbos. Se convirtió en un personaje de la picaresca taurina de esta tierra, pero al final de esta historia, fue el que permaneció en la memoria colectiva.

En conclusión

Al final de cuentas terminó por suceder lo que Juan Belmonte contó a Manuel García Santos acerca de los espontáneos:

Ahora que soy torero me doy perfecta cuenta de lo que es en la plaza un espontáneo. No tiene medio de hacerle nada al toro como no sea por casualidad, ya que los toreros lo acosan para llevárselo y le distraen al toro para que no embista. Además, el espontáneo se echa al ruedo mal armado, con una muletilla insignificante y un palo, y antes de llegar al toro, entre la emoción que él lleva y las carreras que le hacen dar los toreros, la muleta se le lía y se le arruga, y cuando está delante del toro apenas si tiene con qué defenderse de la arrancada. Hay algo peor. Con ese ir y venir del espontáneo y los toreros, el toro se avisa mucho, estropean la lidia y se hacen odiar por nosotros… ¡Pero hay que soportarlos!...

Así es el paso del espontáneo por los ruedos...

martes, 1 de mayo de 2012

Tal día como hoy. 1973: José Antonio Gaona se alza con el triunfo en la novena de Feria


El modelo de feria taurina iniciado por Guillermo González Muñoz comenzaba a adquirir carta de naturalidad en Aguascalientes. En apenas dos años, el número de corridas que integraban el serial sanmarqueño se incrementaron, de las seis ofrecidas en 1971, a siete en el año siguiente y a once en ese 1973, llevando a la conclusión, como lo expresé ya en algún otro espacio aquí mismo, de que Aguascalientes requería de una nueva y más amplia plaza de toros. 

En ese serial se programaron toreros de distintas generaciones y nacionalidades. En el cartel que hoy les recuerdo, integrado por toros tlaxcaltecas de Coaxamalucan para el rejoneador Jorge Hernández Espinosa y los matadores de toros Jaime Rangel, Raúl García y el nieto del Califa de León, José Antonio Gaona, que recién había recibido el 3 de septiembre anterior en Málaga, de manos de Andrés Jiménez El Monaguillo, llevando de testigo a Pepe Luis Román, siendo el toro de la ceremonia Serenito, de la ganadería de José Luis Vázquez Garcés y que apenas la había confirmado en la Plaza México el 21 de enero anterior de manos de Jesús Solórzano hijo, llevando como testigos a Francisco Ruiz Miguel y el colombiano Jaime González El Puno, quien también confirmó esa tarde, con el toro Cazador de Tequisquiapan.

El triunfo de Gaona

En esta oportunidad la crónica a la que recurro para recordar este suceso es de Jaime Martínez Fonseca, de El Heraldo de Aguascalientes, dado que por cuestiones del descanso obligatorio del día de la corrida, don Jesús Gómez Medina no relató este festejo:

José Antonio Gaona ha hecho magnífica faena a su primero, que tuvo cierta bravura, administrándolo bien en varas. El astado fue pasado con un ligero puyazo para que conservara algo de fuerza y que el nieto del "Califa" pudiera hacerle faena... Con el capote le dio lances a pies juntos y luego abrió el compás para hacer la verdadera verónica, rematando con revolera. Luego, con la muleta empezó a desarrollar una faena derechista, con pases largos, con temple y mando, ejecutados con serenidad y verticalidad... con plasticidad. Luego vinieron los naturales, tranquilos, con ese tipo de embestida, para ir tirando de ella limpia, suavemente, calmadamente. Fueron muletazos largos, completos y las tandas rematadas con el de pecho, girando al tomar el burel, dándole la espalda y llevándolo embebido en el engaño, para despedirlo a la perfección... Entró a matar dejando una entera en lo alto, suficiente para que el cornúpeta rodara muerto. En los tendidos la gente agitaba los pañuelos pidiendo trofeos para el chaval y le fueron concedidas las dos orejas, con las que recorrió el anillo en dos ocasiones... Lo exhibido por Gaona hace pensar que pronto estará en la órbita grande. El chamaco se ve con sitio y sabe moverse entre los pitones como debe ser... El festejo contrastó con los anteriores. Poca clientela en los tendidos.

Raúl García sólo pudo lucir en banderillas y Jaime Rangel terminó estrellándose con la debilidad de sus toros, circunstancia que resultó ser la constante de los toros enviados por don Felipe González y González en esta oportunidad.

No obstante el triunfo obtenido por José Antonio Gaona en esta corrida, para él, así como para Jaime Rangel y Raúl García, esta sería la última vez que les veríamos vestidos de luces en nuestra Feria de San Marcos, pese a que en ciclos anteriores, ellos dos fueron piezas importantes en su desarrollo y crecimiento. Después vendrían por aquí, pero realizando labores de apoderamiento.

El festejo de hoy. 6ª corrida de feria: 6 de Fernando de la Mora para Fernando Ochoa, Julián López El Juli y Octavio García El Payo.

Aldeanos