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domingo, 19 de marzo de 2023

19 de marzo de 1933: Presentación de Lorenzo Garza en Madrid

Un lance de Lorenzo Garza
Roberto Domingo
La Libertad, Madrid, 21 de marzo de 1933
Lorenzo Garza se había presentado en el Toreo de la Condesa el 3 de mayo de 1931, alternando con Antonio Popoca y Jesús González El Indio para lidiar novillos de La Punta. Para 1932 consigue que Carlos Quirós Monosabio le recomiende con Eduardo Pagés, y parte para España, logrando actuar dos tardes en Barcelona – donde se presentó el 14 de agosto –, Santander, Bilbao, San Sebastián y Burdeos, dejando las cosas puestas para regresar el siguiente calendario.

Para 1933 le esperaba una campaña más extensa y en la que tendría que examinarse ante la cátedra madrileña. La ocasión se presentó para el día de San José del año 33. La empresa madrileña anunció un encierro de Ramón Ortega – antes Braganza – para que lo lidiaran Diego de los Reyes, Diego Gómez Láinez y el debutante mexicano Lorenzo Garza

Un trágico prólogo

La novillada estuvo a un tris de suspenderse, pues al abrirse la puerta de cuadrillas para que los alguaciles hicieran el despeje, una sección de la barandilla de la andanada que quedaba sobre el tendido siete, se desprendió y dejó a siete heridos, uno grave y los demás de pronóstico reservado. La Hoja Oficial del Lunes del día siguiente del festejo, entre otras cosas dice al respecto:

Al sonar los clarines anunciando la salida de los alguacilillos, parte de los espectadores de las primeras filas de las andanadas pasaron precipitadamente, como ocurre en todas las corridas cuando no están ocupadas todas las localidades a la delantera, con el objeto de acomodarse en el barandal... Y en aquel preciso momento, una barandilla de la andanada que da sobre el tendido número 7, se desprendió de las columnas donde aquellas se sujetan y cayó con estrépito sobre el graderío...

Al final, se determinó que los pernos que sostenían esa barandilla de hierro no estaban en su sitio y que estaba fijada apenas con unos alambres, por lo que cedió al peso de la multitud que buscaba aprovechar las localidades vacías de la sección inferior. Tras de recogerse la pieza caída y procurarse atención a los lesionados, los ocupantes de las localidades circundantes pedían la suspensión de la novillada, pero la autoridad determinó que no había causa para hacerlo.

La actuación de Lorenzo Garza

La impresión que causó quien después sería conocido como El Ave de las Tempestades fue bastante buena. Aunque no logró redondear una tarde triunfal, logró apuntar a la afición de la capital española que tenía aptitudes y posibilidades para caminar un trecho largo delante de las astas de los toros. Escribió F. Asturias para el diario Ahora, salido el 21 de marzo siguiente al festejo:

Lorenzo Garza venia precedido de una fama de valiente y artista. Por lo poco que se le vio hacer – poco en cantidad – no mentía la fama. Es valiente y artista. Con el capote y la muleta aguanta y para de una manera imponente. Su segundo fué un inútil que se cayó varias veces, falto de fuerza en los remos. Así y todo, el mejicano ejecutó algunas verónicas admirables y logró cuajar unos pases de muleta que levantaron olés y ovaciones apretadas. Mató de una atravesada y varios intentos de descabello. Fue en el sexto en el que logró entusiasmar al concurso toreando con el capotillo… Cuando lo veamos sin viento, podremos juzgarle con mayor conocimiento de causa.

Quien firmó como Don Nino para El Heraldo, destacó también el conjunto armónico de la faena de Lorenzo Garza al segundo de su lote y también una circunstancia que en alguna manera emborronó su actuación, el manejo de los aceros:

Garza sabe fundir la elegancia en el hacer con el conocimiento profesional… De asombro fueron los lances con que el mejicano recibió al sexto de Ortega. Suaves, lentos, rítmicos, extraordinariamente magníficos todos y cada uno de ellos. Insuperables los dos del lado derecho y el tercero por el izquierdo del primer quite. Y cuando todo hacía presumir en un éxito de apoteosis el muletero no salió. La faena fué de recibo. Después de media estocada el novillo se «amorcilló» junto a la barrera y, como nadie tuvo decisión para sacarlo de allí, fue descabellado por Garza cuando los clarines habían marcado el tiempo del primer aviso...

Por su parte Recorte, en La Libertad, también del 21 de marzo, reflexiona entre otras cuestiones, lo siguiente:

Su forma con el capote, la forma de torear con el capote a la verónica, tomando el engaño por junto a la esclavina, seguro y desenvuelto, firme y desahogado, parando y templando, acusan un estilo y una calidad estimable... Apreciables destellos en lo forma al torear con la muleta y facilidad, al menos el domingo, en el trance supremo... acusó una buena calidad de torero y una competencia profesional superior...

Y en La Voz, por su parte José Luis Mayral Corinto y Plata, quien aquí en México, en el exilio, firmara como Curro Meloja, en verso, entre otras cosas, dijo:

Hay que mirar con cuidado

los lances de este torero.

El capote recogido

hace girar todo el cuerpo

y que pasen los pitones 

rozándole... Gran efecto;

cierta originalidad

- un poquito codillero -,

indudable exposición

y atisbos de estilo nuevo.

Me gustó con el capote:

tiene un algo, tiene un sello.

Con la muleta, lo mismo.

Hay gracia y es pinturero…

Lo que vendría para Lorenzo Garza

El 6 de agosto de ese 1933, en Santander, el torero de Monterrey recibió la alternativa de manos de Pepe Bienvenida, que le cedió al toro Repentino de Celso Cruz del Castillo, en presencia de Antonio García Maravilla. Torearía todavía otras tres corridas en España ese año, con poca fortuna, por lo que al año siguiente, el 24 de febrero, en Valencia, volvería a actuar como novillero, renunciando a ese doctorado, que recuperaría con todos los honores el 5 de septiembre en Aranjuez.

El resto de su historia tiene mucho para ser contado. La carrera de Lorenzo Garza terminó – con algunas pausas intermedias – bien entrados los años sesenta del pasado siglo y fue, sin duda, el representante de la Edad de Oro del toreo en México con la carrera más longeva.

Apéndice sobre cambios en la prensa de la época

Desde los días anteriores al festejo se venían publicando notas en torno a la producción de cambios en las páginas taurinas de varios diarios madrileños. Así, se afirmaba que Maximiliano Clavo Corinto y Oro, dejaba su tribuna en La Voz y que le sustituiría Cipriano Rivas Cheriff, director y crítico de teatro y a la sazón, cuñado del Presidente del Consejo de Ministros, Manuel Azaña; se escribió en El Adelanto de Salamanca:

La comidilla del día en las tertulias taurinas, es si “Corinto y Oro” hace o no las críticas taurinas de “La Voz” este año... Y los nombres que, al parecer, pensaban sustituirle. Pero esos nombres, no son ninguno de los que van a escribir en las columnas de “La Voz” ... En “La Voz” hay una persona capacitada para ese cargo... nos referimos a José L. Mayral, pero al parecer, se quiere llevar a la sección taurina, más que un técnico en toros, un literato: Y éste no sería otro, que... Rivas Cheriff...

En el mismo diario salmantino también se hablaba de la salida de El Imparcial de Federico M. Alcázar, sin precisar destino para su pluma, pero estableciendo que su sustituto sería nada menos que Ignacio Sánchez Mejías:

Son tantos los aspectos desde el punto de vista de la empresa de “El Imparcial” ... que a él iba de crítico el ex torero Ignacio Sánchez Mejías... Federico M. Alcázar, que estaba encargado de la crítica de toros, no pertenece ya al periódico, ocupando su puesto, ya en firme, Sánchez Mejías, y como segundo de a bordo, Alardi, que ya fue crítico taurino de un periódico de Sevilla...

La realidad es que Federico M. Alcázar fue quien sustituyó a Corinto y Oro en La Voz, lo que se anunció precisamente el lunes 20 de marzo de 1933, aunque la crónica  de la novillada, la escribiera José Luis Mayral Corinto y Plata, como era habitual. Igual, Ignacio Sánchez Mejías no fue cronista de El Imparcial, durante el breve tiempo que sobrevivió, se encargó de ella José Quilez.

Así estaban las cosas de lo que unos años después sería llamado el planeta de los toros hace 90 años. Y ahora sí, hasta la próxima semana.

lunes, 25 de julio de 2022

Hace 90 años: Armillita y seis toros de Marcial Lalanda en Madrid (II/II)

Pasajes de la corrida del 24 de julio de 1932
Roberto Domingo
La Libertad, Madrid, 26 de julio de 1932

Puestas las cosas como quedaron, el diario ABC madrileño anunciaba el domingo 24 de julio del 32 en su sección Cartelera madrileña lo siguiente:

Plaza de toros de Madrid. – Hoy, domingo 24 de julio de 1932, a las cinco y cuarto de la tarde, tendrá lugar el esperado acontecimiento taurino del año. Los seis toros de la ganadería de D. Marcial Lalanda, que tantos comentarios han despertado entre la afición, los matará el artista mejicano Armillita Chico, que en su última actuación se consagró como una de las primeras figuras del toreo. Esta corrida ha despertado enorme expectación.

Por otra parte, en el número del 29 de julio del semanario La Fiesta Brava de Barcelona, José Díaz de Quijano Don Quijote, escribía:

¡Gallardo modo de saldar un incidente que sí ha tenido mucha publicidad, no nos interesa por lo que tenga relación entre el artista y la Empresa! ... Sólo nos incumbe recoger la bizarría del gesto que supone, como fin y coronamiento del incidente, encerrarse sólo, en la Plaza de Madrid, con los mismos seis toros de la corrida suspendida, origen de él... Sea cual fuere el resultado artístico de la hazaña (escribo en vísperas del acontecimiento), basta ese bello gesto para registrarlo como algo insólito en estos tiempos, como algo que tiene aroma y empaque de antigua estampa, gesto de figura de otra época... Celebraré que la suerte acompañe a Fermín Espinosa en la proeza, y que nos pueda brindar una segunda edición de la faena cumbre del 5 de junio, la mejor de la presente temporada.

Con esos deseos y a la hora anunciada, salió Fermín Espinosa por la puerta de cuadrillas, vestido de verde con bordados en pasamanería negra, llevando entre sus cuadrillas a Alfredo Gallego Morato, Luis Suárez Magritas, Eduardo Anlló Nacional y Antonio Duarte y a caballo, a Pablo Suárez Aldeano, Dacio Martín Pontonero, y Sevillanito. Como sobresaliente fue el novillero Eulogio Domingo. Fue llamado varias veces a agradecer ovaciones en el tercio antes de que saliera el primero de la tarde, parecía que todo marcharía sobre ruedas.

Los toros que se lidiaron, de acuerdo con lo publicado por los diarios La Nación de Madrid y El Adelanto de Salamanca se llamaron por su orden Relator, negro, número 9 con 430 kilos; Pegajoso, berrendo en negro, número 25, con 475 kilos; Peruano, negro bragado, número 20, con 471 kilos; Hierrodulce, berrendo en negro, número 1, con 474 kilos; Reculón, número 8, con 468 kilos y Pescador, número 7, con 474 kilos.

La conjura de la prensa madrileña

La historia nos deja claro que Armillita no asegundó su triunfo del 5 de junio anterior, pero la mayor parte de la prensa de Madrid de la época parece haberse empeñado en establecer que su actuación fue un rotundo fracaso. Pondré aquí extractos de las firmas más conspicuas, para que se pueda apreciar la forma en la que se le tiraron al cuello al Maestro de Saltillo.

El ya nombrado Carlos Revenga Chavito, en La Nación tituló su crónica Armillita Chico fracasa en Madrid de manera rotunda. La absurda vanidad de un torero y entre otras cosas escribió:

...El público, inocente y cándido, acudió al circo taurino ayer, domingo, hasta llenarlo, y acogió la presencia de Armillita Chico con una ovación de simpatía, de aliento, de esperanza... No me alegré al ver los carteles, porque desde el primer momento adiviné que se trataba de la absurda vanidad de Armillita Chico, que, cegado, equivocado, se creía con arte suficiente para matar los seis toros y divertir al respetable... Yo, de haber escrito algo, hubiera sido para decir que incluyeran el nombre de algún otro torero, pues Armillita, él solo, aburriría a la afición... Durante la lidia de los seis toros, con la capa dio unos lances compuestitos, que no convencieron a nadie; unas chicuelinas feas, y ejecutó un quite rabiosete, y tal... Prodigó los lances movidos, encorvados, medrosos, sosos, faltos de temple, de mando, de gracia, de valor, de deseos de agradar... Con la muleta toreó siempre muy movido, indeciso, con precauciones, sin ton ni son... El fracaso de Armillita Chico fue grande y merecido, pues no tuvo ni un solo destello de arte y valor... Abandonó la plaza en medio de una gran bronca y varios guardias...

Por su parte, José Luis Mayral Martínez Corinto y Plata, en La Voz, asevera:

... ¿Análisis técnico de la actuación de Armillita? Sería largo, penoso, improcedente. Decoro y decisión al matar a su primero; dos pares de banderillas en su segundo; unos quites apretados, repartidos entre los seis toros; unos naturales buenos ligados con algún pase de pecho, creemos recordar que al quinto toro. Y eso fue. Nada más que eso. Muy poco para diluido entre la lidia de seis toros: lo suficiente para taparse y para no quedar mal en una corrida corriente, en la que hubiese despachado dos toros nada más... El triunfo grande fue del ganadero D. Marcial Lalanda: dos toros excelentes, dos regulares y dos, aunque sin exceso de bravura, manejables y sin dificultades insuperables. Con esto de ayer y con cuidar de que no se filie a las reses con nombres extraños, desacostumbrados, que puedan dar lugar a coincidencias indiscretas, se puede seguir adelante, camino de otros éxitos...

El que deja un mensaje lacónico, pero contundente, es quien firma como Cayetano, en el diario madrileño Luz:

...Ayer hubo toros, hubo buenos peones que los supieron torear y un equivocado: el público, que confió en el valor de Armillita Chico... Lo único que probó el mejicano es su constancia: salió decidido a no arrimarse y lo cumplió. ¡¡Es todo un carácter!! ...

Gregorio Corrochano, en el ABC, con algo más de clase, también atiza a Armillita y al propio ganadero, por no salir a matar sus propios toros:

Para torear seis toros hace falta estar sobrado de recursos, de valor, de entusiasmo. Salir a poder con los seis. En esta corrida los toros dudaron mucho y Armillita dudó más, y anduvo como borrado, casi invisible, toda la tarde. Y yo lo sentí mucho. Hubiera deseado una tarde decidida, que fuese una lección a los toreros españoles que no quisieron la corrida de Marcial, incluyendo el propio ganadero. Porque ¿para cuándo se deja la ocasión de ser torero? Al ver don Marcial que no querían sus toros, debió decirle a Marcial: toréalos tú.

Como se puede apreciar de lo citado, los principales de la crónica taurina madrileña de la época parecieron querer acabar con Armillita. No le quisieron perdonar el que se hubiera salido de la corrida que perdió su carácter de extraordinario el 9 de junio anterior cuando Manolo Bienvenida se cayó de ella por una lesión, siendo sustituido por un torero que a esa fecha apenas tenía una tarde toreada en la temporada. En retrospectiva, veo también la mano negra de Marcial Lalanda, ganadero en la oportunidad, líder del escalafón en el calendario y presidente de la Unión de Toreros, es decir, tenía todo el poder en sus manos para tratar de echar fuera del primer círculo a cualquiera.

Los que mostraron objetividad

Pero no todos los escribas se sometieron a los poderes fácticos. En la prensa de esos días encontré un par de relaciones que vale la pena tener en cuenta. Expresan puntos de vista diametralmente opuestos a los revisados hasta este momento, y si bien no presentan una tarde triunfal de Fermín Espinosa, creo que ponen las cosas en su justo sitio.

La primera es la de Rafael Hernández y Ramírez de Alda Rafael, encargado de la crónica taurina en el diario madrileño La Libertad, que tituló su reseña Los toros de Marcial y el rasgo de Armillita, de la que extraigo:

... ¿Fracasó Armillita Chico? Si se atiende a que no alcanzó grandes ovaciones, ni cortó orejas, ni salló en triunfo, entonces sí, hay que declarar que fracasó. Pero si se tiene en cuenta la consideración que hemos expuesto anteriormente y la forma en que pelearon los toros, no sería justo decir que fracasó el torero mejicano, porque otros muchos, aunque con menos frialdad, hubieran estado peor que él... No hubo, en realidad, ni éxito ni fracaso. Ocurrió lo que los aficionados esperaban. Armillita, torero fácil y seguro, se deshizo fácilmente de la corrida, enviando al desolladero en poco más de hora y medía los seis toros más gordos, la corrida mejor presentada y de más respeto que se ha lidiado esta temporada en Madrid. Pero, eso sí, en medio del mayor aburrimiento del público, porque toda la corrida se deslizó en un tono gris, sin emociones ni incidentes... El éxito lo tuvo Armillita Chico antes de la corrida. Llenar la plaza de Madrid a fines del mes de julio es un éxito grande, y ese se lo apuntó el mejicano, que oyó al hacer el paseo una cariñosa y larga ovación... Yo creo que Marcial no ha tenido acierto al enviar a Madrid una corrida tan bien criada y tan bien armada, porque, entre otras razones, y no es la menor la de que él sigue siendo torero, ha contribuido a que se forje en torno de su ganadería una leyenda terrorífica que dista mucho de ser acertada...

La segunda es la que firma V. Bejarano en El Adelanto de Salamanca. La titula Nada menos que todo un hombre y trae pasajes de esta guisa:

...Armillita Chico ha demostrado que salía dispuesto a evitar la actuación del “sobresaliente”; que es torero fácil, quizá excesivamente fácil, y por esto no produce emoción, que lo mismo le dan seis toros que sesenta; que sabe tanto como el que más; y que cuando a otros les llega el agua al cuello, a él ni a los tobillos... consciente Marcial de su deber, ha mandado una corrida de toros como se debe mandar a la plaza de Madrid. Nada de “corridón”, una corrida gorda, bien puesta de cabeza, de tipo fino, una corrida preciosa... Es cumplir su mayor obligación como ganadero nuevo, pues en los demás aspectos, él no puede dar más que lo que compró. Que después vendrá el modificarlo, si fuera menester, conforme lo demanden su afición a la nueva modalidad taurina en que ingresa y conforme a su competencia, que es grande... Un “quid pro quo” absurdo, apartó a Armillita Chico de la plaza de Madrid, momentáneamente. Se salvaron los “tiquis miquis” con la empresa y Armillita Chico pudo ver en práctica su ofrecimiento y su deseo de torear él solo los seis toros que hubieron de quedar sin torear el día que se le anunció y que hubo que suspender la corrida... El público, apasionada y engañadamente injusto. Esperaba seis (SEIS, ni una menos) faenas como AQUELLA, y no se da cuenta que AQUELLO sólo lo hace el que sabe (este Armillita) cuando puede. Y hoy no “se” ha podido... Excelente “debut” de Marcial como ganadero. Tanto han gustado sus toros al público, sus bravísimos toros, que como bravos se ovacionó a casi todos en el arrastre, y para uno se pidió el máximo honor de la vuelta al ruedo...

Creo que la lectura de estos dos pasajes nos permite ver que la actuación del Maestro Armillita no fue lo triunfal que se hubiera podido esperar, pero tampoco el gran fracaso que plantearon las crónicas de los principales escribidores madrileños de esas calendas.

No obstante, el hecho merece ser recordado, sobre todo porque en estos tiempos que corren resulta impensable que un torero mexicano vuelva a enfrentar, solo, seis toros en la plaza de toros de Madrid, vamos, ni siquiera en la de Vistalegre, así pues, estamos recordando un hecho singular, que en la historia de nuestra fiesta ha ocurrido un par de ocasiones. Esta que traigo aquí ahora, ha sido la segunda y seguramente, la última.

Aviso parroquial: Los resaltados en los textos transcritos son obra exclusiva de este amanuense, pues no constan así en sus originales.

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