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domingo, 20 de agosto de 2023

21 de agosto de 1944: Gregorio García se presenta en plazas de España

Gregorio García
Foto: Orduña

El año de 1944 es uno señalado para la historia patria del toreo, pues el 18 de julio de ese calendario, se reanudó el intercambio taurino con España, suspendido efectivamente desde el 11 de junio de 1936, fecha en la que nuestros toreros – Armillita, Carnicerito de México y El Soldado – actuaron en Murcia, teniéndose como pretexto, la falta de la carta de trabajo que preceptuaba un decreto aparecido en la Gaceta de Madrid del 3 de mayo anterior y que sirviera, en mi concepto, para encubrir una serie de intereses políticos de toreros de primera línea y ganaderos españoles, así como para quitar de en medio a otros actores principales, que en las circunstancias que se vivían antes de la Guerra Civil, amenazaban con quedarse con el mando de la fiesta allá y quizás hasta aquí.

Por ese inicio tardío de la campaña para nuestros diestros, el escalafón final refleja pocos de sus nombres, apenas una media docena de matadores de toros, Fermín Rivera, Carlos Vera Cañitas, Luis Castro El Soldado y Arturo Álvarez Vizcaíno, aparte del nombrado Ciclón Mexicano y del personaje de este día. También actuaron allá varios novilleros o matadores de toros que renunciaron a la alternativa recibida aquí, con la finalidad de recibir una nueva allá. Nombres como los de Felipe González El Talismán Poblano, Antonio Rangel o Leopoldo Ramos El Ahijado del Matadero se vieron anunciados en la plaza de Madrid en ese calendario de la reanudación.

El abono de San Sebastián de 1944

Eduardo Pagés era quien llevaba la plaza de El Chofre en San Sebastián. Para ese calendario ofreció un abono de 5 corridas de toros, celebrándose las tres primeras, los días 13, 14 y 15 de agosto, dentro de la Semana Grande y contaban con la presencia de figuras como Domingo Ortega, El Estudiante, Manolete o Pepe Luis Vázquez. Los dos festejos complementarios del abono se darían los domingos 20 y 27 de agosto y entre estos dos últimos se intercaló, el jueves 24 de agosto, un festival benéfico que tenía como atractivo la actuación de Juan Belmonte toreando a caballo y del siempre genial Rafael Gómez El Gallo.

La corrida del domingo 20 de agosto sería una de concurso de ganaderías, en las que toros de Juan Pedro Domecq, Félix Moreno Ardanuy, y Clemente Tassara por los ganaderos andaluces y de Caridad Cobaleda Vda. de Galache, Antonio Pérez de San Fernando, y Atanasio Fernández por los de Salamanca, se disputarían el Toro de Oro, escultura realizada por Mariano Benlliure. El cartel de toreros se anunció originalmente con Manuel Álvarez Andaluz, Manolo Escudero y Luis Miguel Dominguín, quien apenas había recibido la alternativa el día 2 anterior en La Coruña, de manos de Domingo Ortega.

El día 15 de agosto, la prensa de San Sebastián advertía que habría una baja en el cartel y que sería precisamente la de Luis Miguel y también aseguraba que Gregorio García recibiría la alternativa en San Sebastián. Escribió J. Cortabarría para La Voz de España, de la capital guipuzcoana:

Parece que para la corrida concurso del domingo no vendrá uno de los tres toreros anunciados. No lo aseguramos, porque todavía no ha llegado el consabido e inevitable parte facultativo. Si llega – que, por lo que cuentan, llegará pronto –, en ese caso, sustituyendo al torero que falte, vendría otro que es mejicano, a punto de pisar tierra española. Se llama Gregorio García. De él cuentan y no acaban. Como banderillero, extraordinario, sobre todo. Más que Carlos Arruza, según algunos… Si lo dicho se confirma – que se va a confirmar –, Gregorio García tomará la alternativa el domingo en nuestra plaza… Y para que nadie se torture el cerebro, vamos a apuntar más. El torero que, posiblemente no vendrá el domingo, es Luis Miguel «Dominguín» …

Pareciera que al redactor de La Voz de España no le había llegado la información de que a partir del 18 de julio anterior, las alternativas concedidas en El Toreo y otras plazas de primera categoría en México eran plenamente válidas en España y únicamente requerían confirmarse en Madrid, por lo que en consecuencia, Gregorio García, quien fue investido matador de toros en la plaza de La Condesa el 5 de diciembre de 1943, por Jesús Solórzano, en presencia de El Soldado, podía actuar en corridas de toros allá, sin cortapisa alguna.

Posposición de la corrida

Como lo señalaba en líneas anteriores, el festejo fue originalmente anunciado para el domingo 20 de agosto, pero a causa del mal tiempo, se tuvo que posponer para el día siguiente, lunes 21, según se anunció en la Hoja del Lunes de la capital donostiarra, aparecida el día que se verificó el festejo:

La corrida suspendida ayer a causa del mal tiempo, se celebrará esta tarde con los mismos alicientes y el mismo cartel. Y a la misma hora: cinco y media... Los toros, seis de las primeras ganaderías salmantinas y andaluzas seleccionadas para este concurso del «Toro de Oro» modelado por Mariano Benlliure, y la presentación en España del ídolo de los públicos mexicanos y portugueses Gregorio García, que alternará con el gran torero trianero «Andaluz» y el fino artista madrileño Manuel Escudero...

Allí la explicación del cambio de la fecha originalmente anunciada.

La actuación de Gregorio García

Al torero de la hacienda de Santo Domingo le tocó enfrentar a los toros de Atanasio Fernández y de Clemente Tassara. De su actuación ante el primero, llamado Cardillito, número 30, de 482 kilos de peso, el citado cronista de La Voz de España, escribió:

Mala suerte en el ganado, para presentación ante un público distinto al suyo, tuvo el mejicano Gregorio García. Para él fue el mansísimo toro de Atanasio Fernández – más de un manso así ha de salir en ganadería cual esta, sin base y menos abolengo – y a él le correspondió también el peligrosísimo de Tassara. El de Atanasio, por añadidura, y aparte del aparato en la cabeza, llegó a sus manos sin haberle partido apenas un pelo los del castoreño. Lo toreó suave de capa el mejicano y luego le colocó tres magníficos pares de banderillas: al cuarteo, de poder a poder y al sesgo. Los tres, apurado en la salida – una de las veces se vio perseguido y derribado – pero con elegancia, con gracia en la preparación y ejecución. La plaza entera se levantó para aclamarle. Con la muleta, tiró a abreviar. Hábil al matar…

Como se ve, Gregorio confirmó su fama de gran banderillero y la calidad de su toreo de capa. Quizás y de acuerdo con lo descrito por Cortabarría en su crónica, se vio un poco apurado por la pujanza del toro español en su primer encuentro, aunque desde el inicio, se deja en claro que no era un toro para el lucimiento.

El segundo de su lote fue el de Tassara, quien firmó como Feliú, en el Diario Vasco contó así su actuación y los sucesos de su lidia:

SEXTO. – De don Clemente Tassara, de Sevilla. Se llama «Canilejo», lleva el número 15 y es negro y gordo, magnífico de estampa y ancho de cuerna. Su salida, lenta y solemne, levanta aplausos de admiración. Lo merece en efecto su lámina imponente. Pesaba 443 kilos. Pero lo que ganó por presentación, lo perdió por su pelea cobarde, gazapona, huida y reservona, lanzando hachazos sobre seguro y esperando siempre al enemigo. Tomó seis varas saliendo huido y rebrincando en las seis. Su lidia fue peligrosísima por su pelea bronca y reservona… El mejicano García le propinó cuatro verónicas imponentes (las mejores de la tarde) que arrancaron olés y ovaciones. Después, contra la opinión del público, cogió las banderillas e intentó el primer par al cuarteo. Al ir a clavar, consintiendo mucho, lo esperó el toro y decidió salir del embroque sin ponerlas y por pies, cayendo en un tropezón ante la cara del bicho que hizo por él rompiéndole la taleguilla por la parte trasera del muslo derecho. Al quite se lanzan peones y espadas y el toro incierto buscó la salida. Escudero, que acudía presuroso advirtió que el toro se le echaba encima e intentó sacárselo, pero el cuerno le enganchó por el pecho y lo llevó colgado ocho o diez metros hasta que cayó por su peso, exánime. Lo recogen las asistencias y pasa a la enfermería. (La emoción es enorme pues se aprecia a simple vista una cornada grave). El mejicano vuelve a intentar clavar banderillas, pero al fin desiste ante la imposibilidad de hacerlo… Su faena de muleta, en cambio, fue una revelación. Logró hacerse con el toro y dominarlo con extraordinaria bravura, surgiendo pases de gran belleza. Mató recibiendo de una gran estocada. (Fue despedido con una fuerte ovación) …

La evolución de Manolo Escudero

Manolo Escudero
La cornada que recibió el torero del barrio de Embajadores fue gravísima. El parte médico que se rindió por los doctores Urbina y Garmendia, aparecido en el número de El Ruedo salido a los puestos el 23 de agosto siguiente fue de la siguiente guisa:

Durante la lidia del sexto toro ha ingresado el diestro Manolo Escudero, que presenta herida penetrante en el pulmón, por la región axilar izquierda, con rotura de costillas y fuerte conmoción. Pronóstico, muy grave. El torero, al ingresar a la enfermería, fue asistido por los doctores Urbina y Garmendia. Sufrió un fuerte colapso, que inquietó a los facultativos, así como la gran pérdida de sangre. La primera impresión era que el diestro sufría una cogida de las que pueden hacer peligrar su vida. A la media hora de su permanencia en la enfermería reaccionó algo, lo que permitió a los médicos su traslado a la Clínica San Ignacio, donde se le hará nueva intervención.

Un par de semanas después, pudo ser trasladado al Sanatorio de Toreros en Madrid, para continuar su recuperación, allí, le entrevistó quien firmó como A.R.A., entrevista que salió publicada en el número de El Ruedo, fechado el 6 de septiembre de ese 1944, en el que, entre otras cosas, el torero contó:

...Una cogida tonta. Era el último toro de la tarde y Gregorio García prendía el último par de banderillas... Yo iba andando hacia la barrera para abandonar el ruedo, cuando vi al mejicano que caía y abrí el capote para hacer el quite. El toro se arrancó ciego, le atropelló y se me echó encima. Me enganchó y sentí perfectamente que me pegaba la cornada en el pecho. Me tuvo prendido unos instantes, durante los cuales no sólo sentí un dolor terrible, sino que me di cuenta de cómo se desgarraba la carne. Pensé que me había matado y ya no pude levantarme...

Hace unos años tuve la oportunidad de conversar con el maestro Raúl García, sobrino de Gregorio García, acerca de este incidente, tratando de obtener más información acerca del mismo. Lo único que me pudo contar fue que su tío Gregorio recordaba con claridad, pero con desazón esa tarde y esa grave cornada que seguro estaba que era para él y que nadie pudo hacer nada por evitarla, pero sin dar más detalles.

La recuperación de Manolo Escudero fue lenta. No estuvo en condiciones de reaparecer sino hasta el 26 de abril de 1945, en Barcelona, justamente en la presentación de Silverio Pérez como matador de toros en ruedos hispanos.

El devenir de Gregorio García 

Ese año de 1944, Gregorio García fue el torero mexicano que más actuaciones sumó en ruedos europeos, después de Carlos Arruza. Donde tuvo mayor predicamento fue en las plazas de Portugal, sobre todo en la de Lisboa, donde llegó a sumar 48 tardes. También en Portugal, Gregorio García fue pionero en cuanto al marketing taurino, pues había una marca de ropa para caballero con su nombre.

Nunca confirmaría su alternativa en la capital española, pero permanecería en activo hasta el año de 1965, despidiéndose del público mexicano el 1º de mayo en la plaza de Torreón y de la afición lisboeta en Campo Pequeño el 15 de julio de ese mismo año.

Gregorio García falleció en Uruapan, Michoacán, el 6 de marzo de 1993.

Aviso parroquial: Los resaltados en los textos transcritos son obra imputable exclusivamente a este amanuense, pues no obran así en los originales de los que fueron copiados.

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