domingo, 25 de septiembre de 2011

Mariano Ramírez, el señorío de un ganadero

Un recuerdo personal

Hierro y divisa de la ganadería fundada por el Ing.
Mariano Ramírez
, hoy Puerta Grande
El pasado mes de abril se cumplieron 38 años de una tarde memorable para la afición de Aguascalientes, pues en la feria abrileña de 1973 se lidiaron aquí catorce toros de las dehesas entonces propiedad del Ingeniero Mariano Ramírez Miguel, destacando de manera importante diez de ellos. De estos últimos, seis se lidiaron en la corrida del 22 de abril de ese año, fecha en la que recibió la alternativa David Cavazos El Vito. A ese festejo fui llevado por mi padre y al ver al de la ceremonia – un negro listón con mucha cara y arrobas – voltear la cara al primer picador le dije: Éste ya salió manso. . .; en cuanto se colocó de nuevo al toro, este se arrancó de largo, recargando fuerte y metiendo los riñones, propinando un tumbo al piquero y lo que es más, recuerdo que repitió la escena en la siguiente vara. Cuando esto sucedió, mi padre me dijo Allí está tu manso, fíjate bien en ese toro, que es muy bravo, porque va a pasar mucho tiempo para que veas otro igual. . .. Afortunadamente el presagio no fue muy efectivo, pues en esa tarde y en dos mas de ese abril, vimos más toros de don Mariano que materialmente robaron la atención de esa feria, consolidando a la ganadería jalisciense como una de las primeras de América.

Ese año de 1973, también tuve la oportunidad de conocer y felicitar personalmente a un ganadero de bravo y curiosamente este ha sido don Mariano. Recuerdo que se encontraba junto a la puerta de acceso a las barreras de sombra, conversando con los matadores retirados Rafael Rodríguez y Humberto Moro y el empresario Guillermo González entre otras personas y con la sangre fría que proporciona el tener doce o trece años de edad, irrumpí en el grupo y me dirigí al Ingeniero Ramírez para felicitarle por el extraordinario juego que dieron sus toros esa tarde – la de la alternativa de David Cavazos – y por supuesto, para ufanarme ante él que conseguí las seis divisas de los toros lidiados, mismas que por mucho tiempo conservé. No recuerdo la respuesta de don Mariano, pero sí percibí que en ese momento era un hombre inmensamente feliz.

El Origen

Clásico toro cárdeno de Mariano Ramírez,
hoy Puerta Grande
El Ingeniero Mariano Ramírez Miguel fue originario de Encarnación de Díaz, Jalisco, e inicia su andadura como ganadero de bravo en la segunda mitad de la década de los cuarenta. Obtiene de don Eduardo N. Iturbide, cofundador de Pastejé treinta vacas y dos sementales como pago de sus servicios profesionales, pues don Mariano realizó para el llamado Ganadero Poeta una serie de obras hidráulicas en los potreros que ocupó la histórica vacada de la divisa amarilla y negra, formada en un inicio con los restos de la ganadería guanajuatense de Jalpa – creada con reses de San Nicolás Peralta – se criaron toros variopintos y de irregular comportamiento en el ruedo. Previa selección se agregaron reses de la familia Urquijo y del Conde de la Corte, puro Vistahermosa, descendientes de Murube, Ybarra, Parladé, Mora Figueroa y la Marquesa de Tamarón. Esta nueva etapa de la ganadería se inauguró con la ejemplar lidia que dieron Tanguito y Clarinero, en una tarde que se recordará por siempre en la Historia de nuestra Fiesta.

Con estas bases iniciará don Mariano su camino por los ruedos, para en 1952 realizar las primeras pruebas a los productos de los empadres que realizó. Así, el 12 de diciembre de 1953, su ganadería, anunciada como San Antonio se presentaría en la Plaza de Toros Revolución de Irapuato, Guanajuato, lidiando seis toros para Luis Procuna, Jesús Córdoba y Manuel Calero Calerito. Tres años después se presentará en la Plaza México, el 14 de octubre de 1956, lidiando seis novillos para Paco Ortiz, Héctor Luquín y Chano Ramos. Fue exitosa la presentación, pues Cabrillo, número 43 con 410 kilos de peso, recibió los honores del arrastre lento esa tarde.


Es en ese año de 1956 que el Ingeniero Ramírez comienza a sentirse insatisfecho con los resultados de los productos murubeños de su ganadería y la enajena casi en su totalidad a su paisano don Gustavo Álvarez Alba y al tiempo, adquiere la mitad de la ganadería de Zotoluca, formada con simiente de Piedras Negras con sus agregados de Tepeyahualco y originada esta con raíces de Concha y Sierra, Veragua, Miura, Anastasio Martín y muy principalmente Saltillo.

El ganado proveniente de Zotoluca – que corresponde a un octavo de la original fusión de Piedras Negras y Tepeyahualco ocurrida en 1908 – es adicionado con toros padres de Piedras Negras y La Laguna, mismos con los que se fundieron vacas muy seleccionadas del hato original de origen Pastejé. Esta afirmación es personal e intentaré demostrarla mas adelante.

Don Mariano afirmó que con la formación de ese pié de simiente, tenía en sus hatos la sangre mas pura del Marqués del Saltillo que había en México. La afirmación es interesante, porque cierto es que la ganadería del Ingeniero Ramírez Miguel crió toros con el inconfundible fenotipo del marquesado andaluz, pero la genética – de la que don Mariano era un gran conocedor – tiene una serie de leyes y de procesos inexorables y hasta hace no mucho, inexpugnables, lo que al cabo de unas cuantas generaciones, nos demuestran algunas cosas que en la superficie no se observan.

Otro ejemplar típico de la casa
En efecto, el pelo clásico del encaste saltillero es el cárdeno, con algunas variantes que van del cárdeno claro al negro entrepelado. Hay algunos zainos y algunos colorados, pero pelos como el sardo y el salinero no corresponden en principio al tronco Vistahermosa, sino al Vazqueño. Aquél quinto de la tarde de la alternativa de David Cavazos era un toro de pelo salinero, pues tenía perfectamente entremezclados pelos rojos, blancos y negros. Correspondió a Curro Rivera, quien le cortó una oreja. Esto demuestra hasta donde yo entiendo, que si bien el encaste predominante en la ganadería de don Mariano era el de Vistahermosa, vía el Marqués del Saltillo, los goterones de otras castas igualmente trascendentes, presentes en el origen piedrenegrino de su ganadería, se reflejan con el complicado juego de las leyes de la genética, que nos recuerdan a través de las generaciones quienes somos y de dónde venimos.

Lo anterior parece confirmarlo don Felipe González y González, ganadero de Coaxamalucan y heredero de los fundadores de Piedras Negras cuando afirma:

…En 1908, Tepeyahualco es adquirida por los señores de Piedras Negras. Incrementándose con ella las ganaderías de Zotoluca, La Laguna y la propia Piedras Negras… Del ganado comprado por los señores González de Tlaxcala, se le dieron veinte vacas y un semental a don Antonio Zamora para que fundara la ganadería de Ajuluapan y con el resto se hicieron cuatro lotes para repartirlo equitativamente entre Piedras Negras, Coaxamalucan, Zotoluca y La Laguna. La simiente española del marqués del Saltillo quedó en poder de Piedras Negras… En 1888 se agrega un toro de Benjumea para padrear. . . En 1896 llegan a Piedras Negras tres toros de Murube…
Como se ve, a Piedras Negras le tocó lo puro de Saltillo, pero también su alícuota de lo demás y a Zotoluca le correspondió por decirlo de alguna forma, lo no puro, pero bañado con la generosa sangre saltillera. De allí creo que queda justificado mi aserto en el sentido de que la ganadería del Ingeniero Ramírez, tenía predominantemente sangre de Saltillo, pero no en absoluta pureza, lo que explica la presencia repentina de toros de pelajes que son característicos de otros encastes.


Lo anterior, a mi juicio, hace mas grande la labor del Ingeniero Ramírez Miguel, pues es de probada experiencia que esos encastes son explosivos e inciertos cuando no se obtiene el justo medio en su manejo, lo que don Mariano pareció lograr, pues sus éxitos fueron repetidos y resonantes y así recordamos a varios toros bautizados como Tejón, comenzando con el que Alfredo Leal escribió una de las mas grandes páginas de su historia de torero; Billetero, lidiado por Jesús Solórzano el día de la despedida de Luis Procuna; Pinocho, igualmente inmortalizado por el hijo del Rey del Temple y varios mas, como los 14 lidiados en la feria de abril de 1973 o aquél Tejoncito al que Manolo Martínez cortara el rabo en la Plaza México. 

A guisa de remate 

El nuevo toro de Puerta Grande
Independientemente de la pureza de la sangre saltillera en los hatos de don Mariano, se observa en el manejo de estos un depurado equilibrio genético, pues no obstante las raíces tan dispersas que muestra la historia de su ganadería, en la plaza logró siempre una uniformidad caracterizada por el trapío y la bravura de sus toros, de los que, como queda fijado al epígrafe, decía que vivían de el y no él de ellos, situación que en pocos años le permitió escalar la cumbre del campo bravo mexicano.  

El 30 de diciembre de 1980 dejó de existir don Mariano Ramírez Miguel y al poco tiempo la vacada, finca, hierro y divisa cambió de propietarios, adquiriéndola los hermanos Gerardo y Carlos Salas Luján junto con el matador Manolo Espinosa Armillita, quien al cabo de un par de años, cedió a los primeros su parte de la vacada. Pronto se perdió el equilibrio en ella y se generalizó un problema de falta de fuerza y de caídas en los toros, mismo que apenas se comienza a ver superado.  

A partir del año 2001, los hermanos Salas Luján dejaron de lidiar a nombre de Toros de Mariano Ramírez, para hacerlo a nombre de Toros de Puerta Grande, mostrando a la vez un cambio en la estructura genética de la ganadería, pues agregaron sementales de sangre española de origen Sánchez Fabrés vía Paco Camino y otros de línea MurubeYbarraParladé, a partir de las últimas importaciones hechas en los años noventa, dando un giro a la base genética de su ganadería, mismo que quizás resulte ser el revulsivo necesario para superar el mal de la debilidad que la había separado de las grandes citas y la había relegado a los carteles de rejoneadores, siendo en ese nicho, la preferida de Pablo Hermoso de Mendoza que durante varias campañas, les mató camadas enteras.  

Aquí está pues, otra vista de lo que es la cabaña brava de México. Espero que les haya resultado de interés.

domingo, 18 de septiembre de 2011

10 de agosto de 1924: Se presenta la ganadería de La Punta en El Toreo de La Condesa

Cartel anunciador aparecido en
El Universal Taurino

Aunque la Hacienda de La Punta ya había visto su nombre anunciado en carteles taurinos desde el año de 1902, según el decir de don Francisco Madrazo Solórzano, es propiamente hasta el año de 1918 cuando toma forma su andadura en la crianza del ganado de lidia, al adquirir los hermanos Francisco y José C. Madrazo y García Granados una punta de vacas y su rastra, marcadas con el hierro de San Nicolás Peralta – descendientes mayoritariamente de toros del Duque de Veragua importados por don Ignacio de la Torre y Mier

Las vacas nicolaítas fueron cruzadas en la primavera siguiente con dos toros españoles procedentes de Parladé y Saltillo Pinchasapos, número 23, negro y Finezas, número 18, entrepelado, respectivamente – ambos cedidos por el torero sevillano Ignacio Sánchez Mejías a los señores de La Punta. La cruza no dio los resultados esperados, por lo que en ese mismo 1919 los hermanos Madrazo adquirieron de don Antonio y don Julián Llaguno 50 vacas y los toros números 3 y 6 de San Mateo para reiniciar su andadura ganadera con esa simiente zacatecana.

Para su presentación en la principal plaza de la Capital de la República, se señaló el día 10 de agosto de 1924, en un festejo mixto a beneficio de la candidatura de la señorita Eva Platt, candidata de los trabajadores ferrocarrileros para ser Embajadora de la Simpatía. Los diestros actuantes serían el matador de toros Manuel Navarro y los novilleros Porfirio Magaña y Juan Espinosa Armillita. Los ganados a lidiarse serían de los primeros productos de la simiente de San Mateo.

La crónica del festejo

La crónica de Rafael Solana, Verduguillo, aparecida en el número 146 de El Universal Taurino, correspondiente al 12 de agosto de 1924, en el análisis correspondiente al encierro lidiado, refiere lo siguiente:


Los toros de “La Punta”

Los señores Madrazo enviaron para esta, su primera corrida, seis toros de corta edad (ninguno de ellos pasaba de los tres años y medio), de magnífica presentación. Hubo dos, algo defectuosos de los pitacos, pero los otros cuatro, ni pintados habrían sido más bonitos.
Hubo también entre la corrida punteña sus diferencias en lo que respecta a pelos: dos fueron negros mulatos, uno fue castaño claro y los otros tres, cárdenos claros, la pinta clásica del toro bravo.
En general los toros punteños fueron bravos y codiciosos. Hubo alguno que saliera abanto y otro, el tercero, que se llegó a asustar de los primeros capotazos. Pero éstos, poco a poco fueron creciéndose, y cuando sintieron el castigo, empujaron fuerte y derribaron a los picadores con estrépito.
De todos los corridos hoy fueron los más bravos el primero, el tercero y el sexto. El cuarto tuvo mucho de lo que hoy se llama temperamento, pero, de no haberle dado la lidia infernal que le dieron, habría lucido muchísimo más y se habría prestado para que Magaña (en sustitución de Armillita) hiciera una artística faena,
El triunfo ha sido completo para los señores Madrazo, que deben estar orgullosos de que, de los seis ejemplares enviados a la plaza, cuatro hayan sido calurosamente ovacionados, y uno, el sexto, de nombre “Campanero”, cárdeno claro, bien puesto, marcado con el número 2, haya sido indultado.
Triunfo más rotundo que el de esta tarde hace tiempo que no lo obtiene ningún ganadero mexicano. Mi enhorabuena, señor Madrazo, y que siga la cosa por ese camino…

La afición congregada en El Toreo, que hizo una extraordinaria entrada, pidió la presencia de los ganaderos en el redondel, más éstos no salieron. Algunos lo consideraron una descortesía, otros, extrema modestia. Por ello, el propio Verduguillo se dio a la tarea de buscar la información pertinente y publicó, en el mismo número de El Universal Taurino la siguiente nota aclaratoria:


Por qué no salieron los señores Madrazo cuando el público los llamaba

Anoche estuvo en nuestra redacción el señor don Miguel Illanes Blanco, inteligente aficionado y representante de los señores Madrazo, propietarios de la ganadería de “La Punta”.
En medio de la charla sobre el resultado de la corrida, y los comentarios acerca del buen juego que dieron los punteños, preguntamos al señor Illanes por qué los señores Madrazo no habían salido al ruedo a recoger las calurosas ovaciones que se tributaron a sus cornúpetos.
El señor Illanes Blanco nos manifestó que los señores Madrazo no habían ocupado durante la corrida el palco que usualmente ocupan los ganaderos, sino que se fueron al tendido, donde se confundieron con los demás aficionados, para presenciar el juego que dieron sus toros. Es más, los señores Madrazo habían anunciado que no asistirían a la fiesta, y a última hora se resolvieron a asistir casi de incógnito.
Es este un rasgo de modestia de los escrupulosos ganaderos, que de ninguna manera deben considerar los aficionados como falta de atención, ya que los tantas veces citados señores Madrazo están agradecidísimos por la benevolencia con que el público los ha tratado.

El final de Campanero y el destino de La Punta

Reportaje gráfico aparecido en El Universal Taurino
Campanero al centro
Al poco tiempo del indulto de Campanero, se produjo un encontronazo – que resultaría ser definitivo – entre las fuertes personalidades de don Francisco Madrazo y don Antonio Llaguno. En ese momento, el señor de La Punta decidió deshacerse de todo el ganado de origen San Mateo que tenía en sus potreros y aconsejado por Juan Belmonte, se adquirieron 2 erales, 2 utreros y 12 vacas marcadas con el hierro de Gamero Cívico, de puro origen MurubeYbarraParladé para dar a la ganadería jalisciense la personalidad que terminó por convertirla en una de las casas fundacionales de la cabaña brava mexicana.

Sobre el final del Campanero, don Francisco Madrazo Solórzano escribió lo siguiente:

Al poco tiempo hubo un enorme distanciamiento entre don Antonio Llaguno y mi padre, por entonces grandes amigos. Cuestiones de ganadería brava que tiene tantas pasiones y que enciende pronto el carácter de los hombres metidos en este medio; al indultado lo mandó castrar mi padre, para dárselo al mediero Luis Pérez, quien lo amansó y unció a su yunta por unos años, ya que, en 1927 llegaron los cristeros y nos quemaron la casa y de paso, mataron al Campanero. Jamás hubo una reconciliación con don Antonio.

Hierro y divisa de La Punta
Muchos años después, Francisco Madrazo y Antonio Llaguno, los hijos de los fundadores de las casas de La Punta y San Mateo, superarían los obstáculos que no pudieron sortear los que les antecedieron, pero con un inconveniente, una reforma agraria mal encauzada y un cambio radical en la manera de llevar la fiesta, les había privado del señorío de ser ganaderos de bravo.

Esto lo debí haber publicado hace más de un mes, pero, aprovecho que estoy fuera de mi base por unos días, para no dejar desatendido esto y por eso diferí este recuerdo.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Una estampa del pasado (VII)


Número 3 de Toreros
(Biblioteca Digital de la Comunidad de Madrid)

Toreros fue un semanario taurino ilustrado madrileño que salió a la luz el 5 de marzo de 1911 y que vio su último número el 17 de marzo de 1912. Su fundador y propietario fue José Velasco y su director fue José Carralero Burgos. La redacción, administración y talleres de la revista se ubicaban en la calle de Andrés Borrego número 17 y de acuerdo con su declaración de principios, aparecida en una breve columna titulada Nuestros Propósitos, en el número 1, se señala que: ...no venimos a la lucha periodística con deseos de lucrarnos y ser uno de tantos semanarios taurinos. Sólo venimos y para ello serán nuestros esfuerzos, a ser fieles intérpretes de todo cuanto se relacione con la Fiesta Nacional....

De la página 11 del número 3 de la revista, fechado el 19 de marzo de 1911, extraigo esta colaboración de su director, José Carralero Burgos, acerca de lo que él considera que van a hacer los asistentes a los festejos en la Plaza de Madrid:

El Público en la Plaza
A lo que van á la plaza de toros de Madrid algunos espectadores:

Los buenos aficionados, a ver, oír y callar.
El entusiasta, a ovacionar a su ídolo aunque le echen los toros al corral.
Los pollos modernistas, a estrenar sombrero cordobés.
Los calaveras, a armar todas las broncas que puedan.
Los carniceros, ultramarinos y otros honrados ladrones, a silbar a los tenientes de alcaldes para vengarse de las multas que les imponen.
Los zapateros, a ocupar dos asientos.
Los paletos, a comer y a emborracharse.
Los carteristas, a ver si se pega algo.
La dama aristocrática, a lucirse.
Las pollitas, a por novio.
La moza de rumbo, a dar la puntilla a algún aficionado.
 
José Carralero Burgos

Publicación original del comentario
de José Carralero
Como podemos ver, muchas costumbres, por mucho que haya un siglo de por medio, aún no han cambiado, quizás por eso, la Fiesta guarda el estado que actualmente tiene.

domingo, 4 de septiembre de 2011

En el centenario de Armillita, IX


5 de septiembre de 1954. Nogales, Sonora. La última tarde de Armillita vestido de luces.

Armillita
El 3 de abril de 1949, en la Plaza México y en un ambiente de triunfo, Fermín Espinosa Saucedo había impartido lo que parecía ser su postrera lección magistral. Un poco menos de un lustro después, el 20 de diciembre de 1953, en la Plaza de Toros San Marcos de Aguascalientes, el Maestro de Saltillo volvía a los ruedos. Unas versiones señalan que acuciado por dificultades económicas y otras, las menos, que por ese rescoldo de afición que no se puede apagar y que queda dentro de todo aquél que se viste de luces y a la que Conchita Cintrón se refiere así en torno a la despedida de Rafael Rodríguez El Volcán de Aguascalientes en su libro ¿Por qué vuelven los toreros?:






...no tardaron en llegar Carlos Sánchez Llaguno, Manuel Vega, Fernando Topete, Víctor Rodríguez y Leoncio Jiménez. Entre ellos – todos vestidos de rigor – había representantes de cuatro asociaciones. Faltaba uno de los invitados: Rafael Rodríguez, matador de toros, que al rato dio la entrada en la sala repleta de trofeos y cuadros de Icaza. Llegó con María Teresa, su mujer. Fue recibido con demostraciones de afecto y consternación. ¿Cómo era posible que volviera a los toros? ¡Y para colmo, matando seis punteños! ¡Con toda la barba! El torero explicó tratarse apenas de "una despedida"... Vuelven por los aplausos – comentó Leoncio Jiménez –... Nada menos cierto – interpuse –... Rafael Rodríguez jaló una silla y se colocó a nuestro lado. Entonces – insistió Leoncio – ¿por qué vuelven? Miré al torero. Tienen hambre – dije – y tienen sed y no saben de qué. El torero me miró. Yo sí sé – dijo por fin. Tenía la soledad escrita en la mirada –. Tengo sed de toros negros... y tengo hambre de miedo...
La de Aguascalientes – en donde para matar toros de Xajay alternó con Calesero y Antoñete – fue la verdadera reaparición, aunque la que se considera oficial es la que se produjo en la Plaza México el domingo 10 de enero de 1954, fecha en la que con toros de Jesús Cabrera, se acarteló con el propio Poeta del Toreo y Jesús Córdoba, en tarde en la que Armillita no tuvo más opción que la de exhibir su maestría y el llamado Joven Maestro se fue a la enfermería nada más al abrirse de capa, en tanto que Alfonso El de Triana, fue propuesto por Carlos León, el ordinariamente vitriólico cronista del diario Novedades de la Ciudad de México, para el otorgamiento de un Premio Nobel del Toreo, dada la gran tarde que ofreció a la afición capitalina, quizás la mejor de su vida torera.

Esa campaña del retorno de Fermín el Sabio constaría de 15 corridas. Las dos primeras se dieron en diciembre de 1953 en Aguascalientes y Celaya. En el siguiente calendario tendrían lugar las siguientes en las plazas de México (3), Monterrey (2), Ciudad Juárez (2), y una en Guadalajara, Autlán de la Grana y Saltillo. La última corrida que toreó en la Plaza México fue el 28 de febrero de 1954, en la que alternó mano a mano con el madrileño Julio Aparicio en la lidia de 5 toros de La Laguna y uno de Zacatepec (3º). El último toro que lidió en la gran plaza fue Casquetero, de La Laguna.

El anuncio de la reaparición de Armillita
en la Plaza México
Además en el extranjero actuó en dos más, una en Bogotá, en la que para lidiar toros de Clara Sierra alternó con Antonio Ordóñez y Emilio Ortuño Jumillano el 14 de febrero de 1954 y otra en Arles, Francia, el 20 de junio, con toros de Lisardo Sánchez y llevando a Antonio Ordóñez y Pablo Lozano de compañeros de cartel, junto con el rejoneador Ángel Peralta. Respecto de este último festejo, la Hoja Oficial del Lunes publicada en Madrid al día siguiente de la corrida, da cuenta del triunfo de Pablo Lozano en el coliseo francés.

En ese viaje a Arles, se señaló con insistencia que torearía en el Jueves de Corpus, la Corrida de la Prensa de Sevilla y se ponía incluso como fecha para ello, el 19 de junio, con un cartel formado por toros de Alipio Pérez Tabernero para Armillita, José María Martorell y Antonio Ordóñez. El 13 de junio anterior, en el diario ABC de Sevilla, aparece la siguiente información:

La Asociación de la Prensa de Sevilla de acuerdo con la Empresa de la plaza de toros, empezó a su debido tiempo a organizar su tradicional corrida de toros. Quedó ultimado el cartel con Armillita, Martorell – que se había ofrecido a torear – y Antonio Ordóñez. Se contaba para ello con una corrida de toros de don Alipio Pérez Tabernero, que había ofrecido el apoderado de Ordóñez. El último día del mes de mayo Armillita hizo saber que desistía de volver a los ruedos...”
Al final la corrida se dio con toros de Salvador Guardiola para Niño de la Palma, Jesús Córdoba y Juan Silveti, en la fecha programada, asunto del que ya me he ocupado en esta misma Aldea.

La reseña de la Hoja del Lunes del 21 de junio
de 1954
La corrida que falta en el resumen que les presento, es la del 5 de septiembre de 1954, en la plaza de Nogales, Sonora, población fronteriza con los Estados Unidos. Ese domingo se anunciaron toros potosinos de Santo Domingo para un mano a mano con el torero maño Luis Mata, quien tuvo cierto predicamento como novillero en Madrid en los primeros años de la posguerra y que recibió la alternativa en Zaragoza el 5 de mayo de 1946, de manos de Morenito de Valencia, llevando a Domingo Dominguín como testigo, alternativa que confirmó en Madrid de manos de Cañitas el 21 de julio del mismo año con el toro Carteremo de Miura, ante el testimonio de Julián Marín. Luis Mata llegó a México prácticamente después de confirmar su alternativa y se quedó entre nosotros para siempre.

Al término del festejo, Fermín, discretamente, sin el aire de apoteosis de aquél tres de abril de un lustro antes, y sin anunciarlo antes o después, puso ahora sí, el punto final a una carrera en los ruedos que se distinguió por la brillantez y la grandeza, para dedicarse a la cría de toros de lidia y a estar cerca de sus hijos, de los que los tres varones fueron toreros también.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Al son del corazón


Cuando la afición por nuestra Fiesta se disfruta poniendo el corazón por delante, adquiere un sabor y una significación diferente, que acaba por penetrar el alma del que la vive.

¿Oyes el diapasón del corazón?
Oye en su nota múltiple el estrépito 
de los que fueron y de los que son.

Mis hermanos de todas las centurias
reconocen en mí su pausa igual,
sus mismas quejas y sus propias furias...

Así describe Ramón López Velarde, poeta del Jerez mexicano, la manera en que se marca el ritmo del que guía su existencia por lo cordial, dejando que su corazón sea un diapasón que señala el ritmo de su vivir, de su hacer y de su transmitir a los demás las emociones más íntimas de su ser.

Así es como la pintura y el dibujo de Enrique Martín nos refleja su inacabable afición a los toros, a una Fiesta que a veces parece que se nos va como agua entre las manos, pero que Enrique a cada trazo, a cada pincelada, nos recuerda que allí está, que sigue viva y que podemos quererla y disfrutarla a pesar de los pesares.

La Peña Taurina Valdemoro es la que en esta oportunidad acoge la obra de Enrique Martín del 7 al 11 de septiembre. Ojalá que a través de ella, de los ojos y del corazón del pintor, puedan disfrutar intensamente de esta doble representación cultural.

Aldeanos