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domingo, 28 de febrero de 2021

25 de febrero de 1945: David Liceaga y Florista de Torrecilla

David Liceaga
La decimosexta corrida de la temporada hispano – mexicana 1944 – 45 en El Toreo de la Condesa, primera que contaba con toreros españoles después del rompimiento de 1936, se programó inicialmente para el 18 de febrero de 1945, pero el repentino fallecimiento – en circunstancias nunca aclaradas – en Atlixco o en Puebla – según se vea –, la víspera, del general Maximino Ávila Camacho, en esos días Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas y además accionista mayoritario de El Toreo, S.A., propietaria del principal coso de este país, complicó las cosas para sus operadores en la plaza de la colonia Condesa.

En esas circunstancias, don Maximino, que en los hechos era el factótum de las cosas de la fiesta en este país, al fallecer repentinamente, motivó que en señal de luto, varias corridas programadas para el día siguiente se suspendieran o pospusieran. Esa suerte la corrieron las de El Toreo en la que estaban anunciados Silverio Pérez, David Liceaga y Antonio Bienvenida con toros de Torrecilla; la de San Luis Potosí en la que deberían haber actuado Luis Castro El Soldado y Pepe Luis Vázquez y la de Orizaba, en la que estaba anunciado Rafael Ortega Gallito como cabeza de cartel, aunque algunas otras, como la de Guadalajara, en la que actuaron Gitanillo de Triana y Luis Procuna con toros también de don Julián Llaguno, se llevaron a cabo con normalidad.

La 16ª de la temporada 44 – 45 

Dado el infausto hecho anterior, don Antonio Algara recorrió una semana el festejo anunciado y éste se celebro el domingo 25 de febrero. Las crónicas no revelan que se haya recordado o guardado algún minuto de silencio en memoria del general Ávila Camacho.

Fue una corrida triunfal, Silverio Pérez le cortó el rabo al toro Escultor, después de una faena derechista de las suyas y aunque su estocada fue defectuosa, la gente se le entregó como sabía hacerlo. Antonio Bienvenida por su parte, tuvo, creo, su actuación más redonda en la plaza de la colonia Condesa, pues le cortó una oreja a cada uno de los toros de su lote Cafetero y Sabroso. Hubiera obtenido más trofeos, pues ambas orejas las obtuvo después de pinchar en lo alto a ambos toros.

El otro gran triunfador fue don Julián Llaguno, quien envió una corrida seria, brava, bien presentada. Tras la lidia del quinto, que recibió los honores de la vuelta al ruedo, fue sacado a dar la vuelta por David Liceaga que vestía de negro y oro en compañía de Silverio Pérez, con terno azul rey y oro y Antonio Bienvenida que llevaba un vestido blanco y oro. Don Luis de la Torre El – Hombre – Que – No – Cree – En – Nada en su columna aparecida en el semanario La Lidia de México del 9 de marzo de 1945, juzga así el encierro de Torrecilla lidiado en la fecha:

La vacada de Torrecilla, envió para esta corrida seis toros, muy bien presentados, de magnífico trapío y de los cuales, solamente los corridos en primero y segundo turno mansurronearon en los tres tercios, siendo los cuatro restantes de bravura ejemplar, fuertes, codiciosos, de envidiable suavidad y nobles a carta cabal, no ofreciendo dificultad alguna y mereciendo por ello su criador los honores de recorrer el anillo en compañía de quienes supieron hacerlos lucir, realzando su bravura.

¡Así siempre, señor Llaguno!...

Por su parte, Roque Armando Sosa Ferreyro, Don Tancredo, en el ejemplar de La Fiesta, aparecido el 28 de febrero de 1945, reflexiona lo siguiente acerca de los toros de Torrecilla lidiado en esa ocasión:

...Torrecilla envió un encierro de toros que tuvieron la edad, el peso y el trapío requeridos, toros de ejemplar bravura y nobleza que acusaron su casta en los tres tercios e hicieron posible el triunfo de los toreros... El público, envenenado por interesadas y sistemáticas campañas en contra de los ganaderos zacatecanos don Antonio y don Julián Llaguno, está predispuesto contra los toros que lucen las divisas de San Mateo y Torrecilla; y sí en otras vacadas se toleran... Pero la calidad de los bureles de Torrecilla exigió que se rindiera el homenaje de la ovación popular al ganadero, y después del faenón de Liceaga y después de la hazaña de “Bienvenida”, mientras que los despojos de los toros quinto y sexto eran paseados triunfalmente por el ruedo, don Julián Llaguno tuvo que recorrer la arena para recibir las palmas de los aficionados mientras las notas jubilosas de la marcha “Zacatecas” enmarcaban su victoria...

David Liceaga y Florista

El quinto de la tarde fue nombrado Florista, número 18, negro y dice la crónica de quien firmó como Francisco Montes en el semanario La Lidia de México del 2 de marzo de 1945, que era cómodo de cabeza. Poco hizo David con la capa y contra su costumbre, no tomó las banderillas, pues en el primero se recrudeció una lesión que venía padeciendo y no pudo concluir el segundo tercio. Desde el inicio tomó la muleta con la mano izquierda y como dice la crónica, solamente utilizó la derecha para empuñar la espada a la hora de matar:

David toma los trastos y viene la faena más clásica que hemos visto de muchos años a la fecha, el toreo izquierdista que tiene gran mérito en su mejor expresión, una faena en la que no se acordó de la mano derecha más que para entrar a matar; la inició con una serie de estupendos naturales en los que corrió la mano y que ligó clásicamente, como mandan los cánones, con el forzado de pecho; una pausa y otra serie de naturales engarzados armónicamente, que arrancaron delirantes ovaciones y hacen sonar la charanga; liga sus naturales con un pase afarolado, seguido de uno de pecho estupendo; otra serie de naturales que le resultaron eternos y que convierten la plaza en un manicomio, se tira a matar y deja una estocada a un tiempo en buen sitio que hace rodar al bravo astado, con el que David ha ejecutado una de las faenas más meritorias y más clásicas que hemos visto en el coso de la Condesa; la plaza entera, emocionada, pide los máximos honores para David al que conceden la oreja y el rabo, dando la vuelta al anillo devolviendo prendas de vestir, otra vuelta más en la que saca al ganadero que en compañía de los diestros alternantes recorre el ruedo en medio de la apoteosis del respetable. David Liceaga se ha consagrado definitivamente con una faena clásica, como mandan los cánones. David Liceaga, figura indiscutible de la torería contemporánea…

Una gran faena realizada exclusivamente con la mano izquierda, toreo al natural puro y duro. Algo que no se veía frecuentemente y que no se ve todavía con regularidad en estos tiempos que corren.

La visión de Don Tancredo, en el ejemplar de La Fiesta ya mencionado, cuenta:

David, el torero de las sorpresas, que siempre responde a las esperanzas de los aficionados y pone su corazón y su arte en la realización de hazañas memorables, logró superar el faenón de Silverio, ¡Y ya es decir! Para nuestro gusto el trasteo del texcocano fue de mayor calidad; pero el de Liceaga tuvo mayor mérito, pues con el quinto cornúpeta, “Florista”, trazó una de las páginas más notables en la historia de la tauromaquia en México; dando cátedra de bien torear y de clasicismo, ligó una faena exclusivamente izquierdista, con diecinueve pases naturales, cinco pases de pecho, un afarolado y un molinete, coronándola con una estocada honda y desprendida que le valió los máximos galardones; oreja y rabo... lo hecho con “Florista” destaca su nombre y su éxito para situarlo en las cimas de la fama. ¡Qué maravilla de faena, de verdadero clasicismo, exclusivamente izquierdista, que se recordará siempre como una de las más meritorias realizadas en la plaza “El Toreo” y en cualquier ruedo del mundo! ...

En el número de La Lidia de México aparecido el 9 de marzo siguiente, El – Hombre – Que – No – Cree – En – Nada, hace el siguiente análisis:

¡Sí señores! Un FAENÓN netamente izquierdista en el que brillaron de forma radiante y bella los dos pases fundamentales de toreo clásico por excelencia y por ello los más difíciles en ejecución. ¿Fueron dos o tres los que se bordaron en tan estupendo trasteo? ¡NO! La faena completísima estuvo compuesta de varias tandas de naturales auténticos, rematada cada una de ellas con el consiguiente de pecho y la intercalación de afarolados y molinetes. Ni una sola vez recurrió el Gran David al uso de la mano derecha. No la necesitó absolutamente para nada, empleándola solamente para empuñar y montar el estoque, el que, a no ser por la carencia de facultades ocasionada por la molesta dolencia, de seguro hubiera hundido en las carnes de la res, practicando la suerte de recibir, de la que en la actualidad guarda la exclusiva David Liceaga. ¡ASÍ SIEMPRE DAVID!

Lo que siguió después

Tres días después, para el último día de ese febrero, se anunció a David Liceaga en la corrida de la Oreja de Oro junto a Cagancho, El Soldado, Pepe Luis Vázquez, Antonio Bienvenida y Luis Procuna con toros de Torreón de Cañas. La lesión que arrastraba David no le permitió actuar y abrió la puerta para el surgimiento de otra figura mexicana… Ese fue el día que el sol le salió de noche a Antonio Velázquez, quien por un volado se ganó la sustitución.

Cualquiera pensaría que independientemente de este último hecho, David Liceaga sería tenido en cuenta para el resto de la temporada. No fue así, esta corrida del 25 de febrero era su tercera y última comparecencia en el ciclo, algo que hoy a la vista de los resultados, cuando menos a mí, me resulta incomprensible.

David Liceaga confesó a Leonardo Páez alguna vez:

Ser torero es muy bonito, pero más aún es respetar al toro, al público y a uno mismo. Nunca le falté a un compañero ni permití que nadie lo hiciera conmigo, pero es indudable que en el medio taurino la dignidad se vuelve un estorbo...

Quizás haya sido el hecho de tratar de defender lo logrado lo que le impidió obtener más posiciones en esa temporada o quizás fue el hecho de que, como dice el mismo Páez, era un alternante muy incómodo para las figuras de la época, porque una vez en el ruedo salía a darlo todo, estuviera quien fuera allí en el ruedo.

Sin embargo, el recuerdo de David Liceaga como uno de los grandes toreros que ha dado México estará siempre presente en la memoria de los buenos aficionados.

Aviso Parroquial: Agradezco a mi amigo Librado Jiménez el haberme puesto en los toros acerca de la crónica de Don Tancredo relativa a esta histórica tarde, se me había pasado de largo. Igualmente hago notar que los resaltados en los extractos de esa relación, en la de Francisco Montes y en el análisis de El – Hombre – Que – No – Cree – En – Nada, son imputables exclusivamente a este amanuense pues no obran así en sus respectivos originales.  

domingo, 7 de diciembre de 2014

¿Unidad en la pluralidad diversa?

La pasada semana no pude pasar por esta Aldea debido a una cuestión familiar que me tuvo fuera de Aguascalientes y lejos del ordenador. Ahora pensaba escribir acerca de algún tema de lo que algunos llaman tiempos idos de esta fiesta, pero los sucesos ocurridos en la Facultad de Derecho de la Universidad San Pablo CEU de Madrid el pasado jueves 4 de diciembre, requieren que reflexione en unas líneas acerca de ellos.

Desde sus tiempos más remotos la Universidad representa un lugar en el que se reúne el conocimiento, la discusión y la transmisión de las ideas de una manera digamos, democrática. Todo ello implica necesariamente que en la Universidad todas las expresiones de la vida y del saber humano tienen cabida y todas las formas de pensar acerca de ellas también tienen lugar, siempre que se produzcan dentro de un ambiente de respeto. En otras palabras, en la Universidad se puede – y agregaría yo, se debe – disentir, pero respetando siempre a la persona y a la opinión de nuestro interlocutor.

En los algo más de seis años en los que he venido produciendo esta bitácora, he expresado aquí que en estos tiempos que corren, la fiesta de los toros es considerada por muchos como “políticamente incorrecta” y por otros es abiertamente aborrecida. Los primeros simplemente se saltan a la torera el tratamiento del subtema – Leonardo Páez dixit – y los segundos, por lo general, expresan su aborrecimiento de las maneras más ruidosas y agresivas que la mente humana puede concebir, se llaman a sí mismos antitaurinos o animalistas e intentan imponer por la fuerza su manera de pensar a todos los que no defienden sus mismas ideas.

Pues bien, un grupúsculo de esos antitaurinos o animalistas irrumpieron ese jueves 4 de diciembre en una de las aulas de la Facultad de Derecho de la Universidad San Pablo CEU de Madrid, con la finalidad de reventar una conferencia que la profesora Yolanda Fernández Cuesta impartiría acerca de la Simbología taurina hasta los albores del mundo antiguo. No contentos con intentar impedir a la profesora Fernández Cuesta el expresar sus ideas sobre el tema que había preparado, al exigírseles por los demás asistentes que abandonaran el aula, los antitaurinos o animalistas – escojan Ustedes cómo llamarles – agredieron físicamente cuando menos a dos personas, al médico Rafael Cabrera Bonet, quien intentó impedir el acceso de más de esos reventadores al aula y al aficionado Andrés de Miguel, a quien le provocaron una fractura en el húmero del brazo derecho.

La violencia física ejercida por esos animalistas resalta la gravedad de los hechos, pero a mi juicio no permite ver el fondo de la verdadera agresión que implica el conjunto de la actitud de ese grupo de individuos que atentaron también contra la Universidad como institución y contra su esencia, pues siendo esta el lugar en el que se debe producir un debate sustentado exclusivamente en las ideas, a falta de ellas, en ausencia de argumentos, los antitaurinos no tuvieron más recurso que el de apelar a la violencia física, lo que revela la verdadera estatura moral e intelectual del movimiento que dicen representar.


No voy a extenderme más en esta reflexión, solamente quiero expresar mi solidaridad a la Universidad San Pablo CEU de Madrid, a la profesora Yolanda Fernández Cuesta, al médico Rafael Cabrera Bonet y a Andrés de Miguel en este momento tan crítico y reiterarles que a pesar de lo sucedido, como académico y como universitario que soy, sigo convencido que la Universidad sigue implicando aquella vieja idea de la unidad en la pluralidad diversa, aunque hechos como los del pasado jueves, luego quieran hacernos pensar otra cosa.

domingo, 9 de febrero de 2014

¡Qué se vayan! (II)

Rasgarse las vestiduras

En las últimas semanas muchos se rasgan las vestiduras por los acontecimientos previos a la Feria de Sevilla. El más destacado quizás es la proclama del hoy llamado G – 5 en el sentido de que no volverán a poner un pie en la Plaza de Toros de la Maestranza en tanto la actual empresa – Pagés – se siga encargando de su gestión.

La mayoría de sus comentarios se han decantado por señalar que la Feria de Abril hispalense, sin el concurso de esos cinco notables se irá por el despeñadero, que perderá su categoría, que dejará huérfana a la afición y alguno, palabras más o palabras menos, ha dado paso a aquella sentencia pronunciada por Guerrita a la muerte de Gallito: se acabó el toreo, nada menos.

Creo que la realidad es bien diferente. Con un océano de por medio, pero con los libros de la historia en la mano, puedo afirmar que esta no es la primera vez – y tampoco será la última – en la que los más conspicuos miembros del escalafón de matadores de toros dejen de comparecer específicamente a la Feria sevillana.

En cada caso anterior las causas de esas incomparecencias fueron individuales y diversas – nunca el producto de una extorsión colectiva como ahora – y oscilaron entre los desarreglos en materia de dineros y la falta de coincidencia en fechas, alternantes o toros a lidiar, cuestiones que son de todos los días en la organización de festejos taurinos. Debo señalar que en ninguna de estas ocasiones anteriores, hasta donde pude obtener información, se alzaron las voces al tono y con la violencia con que hoy se elevan por la unilateralmente anunciada ausencia de esos cinco diestros.

¿Qué sucedió en esas oportunidades anteriores? Tomo como ejemplo la Feria de Abril de 1989, en la que se quedaron fuera José Mari Manzanares, José Ortega Cano, Roberto Domínguez y Juan Mora, un número similar de figuras a las que en este calendario abdican a comparecer al coso del Arenal.

Ese ciclo se dio con un número de doce festejos, incluido el del añorado lunes de resaca y aunque se otorgaron pocos trofeos – retazos de toro al fin –, Espartaco ratificó su posición de cabeza del escalafón; se recuperó un torero de corte y aroma clásico como José Luis Parada; Manili demostró en las duras que lo del año anterior no había sido casualidad; Julio Robles realizó el toreo eterno, es decir el puro y clásico y Curro Romero y Rafael de Paula dejaron, como cada año, alguna pincelada onírica en el albero de la Maestranza.

Visto así, ni la Feria del 89 resultó un fracaso, ni el toreo se acabó por las ausencias comentadas, ni los maestrantes echaron a Pagés y al año siguiente, los ausentes volvieron cual hijos pródigos a una Feria que, querámoslo o no, da y quita.

Yo, mi, me, conmigo…

El problema de estos tiempos que corren, es que más que pensar en sacar adelante a la Fiesta, cada uno de sus actores piensa en la manera de sacar adelante sus particulares intereses. Hay un discurso permanente en ellos en el sentido de que se debe defender al la fiesta. La pregunta que yo hago ahora es: ¿de quién o de quiénes?

Si los así llamados profesionales actúan desarticuladamente, cada quién tirando por su lado y sin una visión de conjunto hacia una finalidad común, quizá la proclamada defensa debería plantearse hacia el interior, dado que esa actuación descoordinada genera un perverso proceso autodestructivo. En pocas palabras, primero hay que limpiar la casa por dentro, antes de pintar la fachada. Por ello, antes de pensar en defender a la Fiesta de los ataques externos, hay que conseguir una genuina unidad de metas de sus estamentos. Esa es la mejor defensa y la primera que de ella se puede hacer.

Por otra parte, no creo que sea necesario explicar que en los países en los que la Fiesta tiene lugar, se pasa por procesos de crisis económica. En unos está más acentuada que en otros, pero esa crisis golpea y fuerte a todos los sectores de la Fiesta. En situaciones críticas, generalmente se piensa primero en la sobrevivencia y después en el superávit. Esa sería la situación ideal, pero en la actualidad cada parte interesada cree que su parcela es la única que importa y pretende llevarse la mayor parte del producto, sin importarle la suerte de las demás. Allí es cuando surgen los conflictos, como el que me lleva a escribir esto.

La solidaridad profesional – de todos los estamentos – es fundamental en estos tiempos. Ninguno de ellos por sí solo es suficiente para que la Fiesta subsista. Quizás el más maltratado y ninguneado por la crítica situación que hoy se vive es el de los ganaderos y paradójicamente ellos son el eje de todo esto, pues sin toro, no hay Fiesta. Creo entonces que equilibrar pretensiones y adecuarlas a los momentos que se viven, es fundamental.

Nadie debe olvidar que al final de cuentas la destinataria de la Fiesta es la afición, que es la que paga por apreciar un espectáculo y el precio que desembolsa resulta proporcional al costo que tiene su organización. Cuando las pretensiones de uno o de varios de los estamentos involucrados se exageran o se salen de la realidad, aparte de impactar directamente a los otros, se trasladan al precio de las entradas que pagan los probables espectadores. Si a eso se suma la monotonía en la que el toreo se ha sumergido en los últimos tiempos, caeremos en la cuenta de que el único resultado previsible es que la gente se vaya de las plazas.

¿Se quiere defender a la Fiesta? Pues entonces, los estamentos de ella deben caminar en la misma dirección, mirar por los intereses de ella como una sola unidad y evitar siempre atender a los propios como primordiales. No veo otra solución posible.

Al final, la Feria de Abril de Sevilla de este año se va a celebrar sin el concurso de la Versión 2014 de los Fabulosos Hombres G. Seguramente algunos toreros serán sacados del ostracismo y otros jóvenes recibirán una verdadera oportunidad en una Feria de importancia. Algunos de ellos demostrarán que son recuperables y darán variedad a la temporada española que ayer arrancó en Valdemorillo. Además, esto quizás sirva de lección y comience a desbaratar la costumbre de hacer las ferias desde principios de año, para esperar a que vayan surgiendo los triunfadores sorpresa de las primeras ferias para dar variedad y novedad a las siguientes. Al tiempo.

Coda… y con mariachi

Al socaire de todo este culebrón, dos periodistas, uno en España y otro en México – José Antonio del Moral y Leonardo Páez – difundieron la especie de que don Alberto Bailleres había hecho una oferta para quedarse con el manejo de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

El tono de Del Moral fue despectivo y chauvinista y el de Páez, crítico, calificó como rácana la administración que hace de las diez plazas de toros – ocho de su propiedad – que opera en nuestra República a través de Espectáculos Taurinos de México.

La noticia relativa a la oferta resulta a mi parecer un auténtico y malintencionado bulo. Don Alberto Bailleres frisa ya los ochenta años de edad y aunque se mantiene al frente de sus negocios y conserva su afición a los toros, arrancar en estos tiempos una empresa como de de manejar la Plaza de Toros de Sevilla no resulta congruente, ni lógico.

Además del accidente meramente demográfico mencionado antes, veo un obstáculo jurídico que me parece insalvable y es la relación contractual que existe entre la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Empresa Pagés. El Principio General del Derecho contenido en el aforismo pacta sunt servanda implicaría para ambas partes el que ese contrato debe ser cumplido a cabalidad antes de pensar siquiera en celebrar uno nuevo.  En los días en los que se celebró no se hablaba siquiera de cláusulas de confidencialidad como en la actualidad, sin embargo, ambas partes, mediante un pacto de caballeros, han optado por no dar a conocer ni los términos, ni la vigencia del actual contrato, por lo que nadie ajeno a las partes del mismo tiene la certeza del momento en el que sea posible celebrar uno nuevo sin pagar indemnizaciones millonarias por incumplir o rescindir el anterior. Y lo que se diga en contrario es especulación pura y dura.

Por último, considero que en una contratación de esa envergadura, tanto la Maestranza como corporación, como la Empresa Pagés se habrán protegido con una serie de derechos de preferencia y cláusulas de prórroga o cuestiones similares, de modo tal que llegado el contrato a su término, pudieran asegurarse la continuación de la relación por otro plazo largo sin mayores contratiempos. Aclaro que esto es también una especulación de mi parte.

Entonces, lo de don Alberto Bailleres en Sevilla no creo que se de más que en el tendido, disfrutando de los festejos de la feria abrileña, siempre y cuando decida no asistir a los él que ofrece en su Plaza de Toros Monumental Aguascalientes.

domingo, 23 de octubre de 2011

En el centenario de Armillita, X


23 de octubre de 1927: Armillita recibe la alternativa en El Toreo de la Condesa

En algún otro espacio de esta Aldea he explicado que las alternativas obtenidas en plazas mexicanas hasta antes de 1936 no eran reconocidas en España. No obstante, vuelvo a citar para Ustedes el texto de don Luis Ruiz Quiroz al respecto, que señala lo siguiente:

Antes, las alternativas no españolas no tenían validez en España y los matadores de toros extranjeros tenían que tomar la alternativa en su primera actuación en cualquier plaza de la península. Así lo hicieron muchos diestros mexicanos como, por ejemplo, Fermín Espinosa ‘Armillita’, Pepe Ortiz y Juan Silveti… En el primer convenio taurino entre mexicanos y españoles de julio de 1944 se pactó que quedaba reconocida la antigüedad de las alternativas tomadas en la plaza ‘El Toreo’ de la ciudad de México a partir del 18 de julio de 1936… En febrero de 1951 se firmó el segundo convenio entre toreros mexicanos y españoles y la cláusula 3 dice lo siguiente: ‘Las clasificaciones hechas en México y España de los matadores de toros se respetarán mutuamente por las Asociaciones de Toreros de ambos países.’ Es decir, se convino, que la entonces Unión Mexicana de Matadores de Toros y Novillos quedaba facultada para clasificar a los matadores de toros mexicanos…

Así pues, aunque ya había relatado aquí mismo la alternativa obtenida por Armillita en Barcelona en 1928, es importante recordar que previo a ella, fue investido matador de toros en la segunda corrida de la temporada 1927 – 1928 de la capital mexicana, celebrada en El Toreo de la Condesa. El cartel formado para la ocasión fue con toros de San Diego de los Padres para el sevillano Antonio Posada, el Orfebre Tapatío Pepe Ortiz y quien recibiría la dignidad de matador de toros, Fermín Espinosa Armillita Chico.

Rafael Solana Verduguillo, responsable de la publicación que ya para esa fecha se titulaba Toros y Deportes y que era la continuación de lo que originalmente se llamó El Universal Taurino, recuerda en su obra Tres Décadas del Toreo en México lo siguiente:

En la segunda corrida, recibió la alternativa Fermín Espinosa “Armillita”; se la dio Antonio Posada, un diestro sevillano a quien no se había incluido en la lista de los espadas al abrirse el derecho de apartado, y fungió como testigo Pepe Ortiz. Los toros vinieron de San Diego de los Padres... El primer toro que estoqueó “Armillita” fue “Maromero” y fue negro entrepelado, bragado, coletero, calcetero y lucero. En el momento de la alternativa, Fermín se hizo un lío; no sabía con qué mano tomar la espada y la muleta que le entregaba Posada... Brindó Fermín la muerte de este su primer toro al conocido aficionado Javier Algara; y estuvo muy bien en todo, por lo que dio la vuelta al ruedo, y salió al tercio, a los acordes de la música...

Pero el gran triunfo de Armillita vendría ante el toro que cerró el festejo, Coludo de nombre y brindado al Califa Rodolfo Gaona. De la crónica del propio Verduguillo, extraigo lo siguiente:

…Brinda Fermín a Rodolfo Gaona, que ocupa una barrera de primera fila, y tras de mandar retirar a las infanterías, se encara con “Coludo” que ha llegado a la muerte, peleando con alegría. No obstante las boyantes condiciones del adversario, el maestro no logra ponerse a tono con los primeros muletazos, pues le vemos encorvado y despegándose al enemigo más de la cuenta. Los de la oposición se frotan las manos: pero nosotros confiamos. Y viene lo grande. Tres de los primeros pases, que fueron por bajo con la derecha, Fermín se aprieta como los guapos, en el cuarto que es un ceñidísimo muletazo de pecho, sacando la muleta por la penca del rabo. Y a partir de eso nos ponemos todos en pie porque a esas cátedras de tauromaquia hay que asistir con todos los respetos. “Armillita” deja que se reponga su enemigo y vuelve a la carga, y suelta un natural con la diestra, pasándose todo el toro por delante, como lo hacía Nicanor Villalta, el creador de este emocionante muletazo, y liga el natural con el de pecho, ceñidísimo. Otro natural con la derecha, y otro más, y después se cambia de mano la franela en la misma jeta del burel. La ovación no cesa un momento. De pronto un molinete un poquitín distanciado, por haber mandado más de la cuenta. Segunda pausa. Reanuda Fermín el trasteo, muy alegre, muy confiado, muy torero. Más naturales con la diestra, uno pasándose la muleta por la espalda, dos de la firma, perfectamente ligados, llevando al toro prendido a la muleta, otro molinete, éste girando el artista en los mismo pitacos. El toro se va agotando; ahora Fermín torea por delante, con gracia, con salsa torera, para refrescarlo. El público se ha quedado ronco de tanto “olear”. Al fin “Coludo” ha juntado las manos. Al hilo de las tablas entra Fermín y pincha en buen sitio. Y poco después hace coraje el artista, se arroja enmedio de los pitones, y hunde todo el acero, un poquitín contrario, a fuerza de atracarse. El toro rueda sin puntilla, y la ovación estalla clamorosa. El público se tira al ruedo y carga en hombros a Fermín, mientras el puntillero por disposición de la autoridad, corta las dos orejas y el rabo del bravo sandieguino…

Así, a los 16 años, 5 meses y 20 días de edad, Fermín Espinosa Saucedo se había convertido en el matador de toros más joven que la historia reconoce. Ganará la Oreja de Oro de esta su primera temporada mexicana como matador de toros, iniciando una andadura que en palabras de Leonardo Páez:

En la cuerda de los llamados toreros largos, de aquellos que dominan un amplio repertorio de suertes en los tres tercios, es el maestro de Saltillo quien en toda la historia ha mostrado mayor versatilidad e imaginación pero, sobre todo, mayor flexibilidad para adaptar su técnica a diferentes épocas, toros y alternantes. Seguramente en su apacible interior resonaba la sabiduría asiática que aconseja: 'Flexibles para no quebrarnos'…

En esta forma es como principió la forja de uno de los más grandes toreros que ha conocido la Historia del Toreo.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Tres comentarios interesantes


A propósito de lo sucedido en Barcelona, la prensa de este día recoge varias opiniones interesantes, que sumados al de Paco Tijerina recomendaba en la entrada anterior, dejan ver que la intolerancia no es el camino adecuado para resolver esta situación.

En primer término está el comentario de Isabel Martín Barinagarrementería, publicado en El País, de Madrid, bajo el título Y al que no le guste, que no vaya, que precisa a mi modo de ver, la actitud que podrían adoptar los que no aceptan esta fiesta.

Después, el que publica Ramón de España en El Periódico, titulado Los aficionados a los toros no molestan, en el que destaca que mientras nosotros toleramos a quienes no comparten nuestra afición, ellos se empeñan en violentarnos cuando ejercemos nuestro legítimo derecho a disfrutarla.

Y last but not least, la opinión de mi amigo Leonardo Páez, aparecida en la edición de hoy del diario La Jornada de Ciudad de México, en la que describe con mordacidad la actitud de los parlamentarios catalanes que votaron a favor la ILP en su columna semanal ¿La Fiesta en Paz?, bajo el título Catalanes ganapanes.

Ojalá los disfruten.

domingo, 15 de febrero de 2009

Sevilla canta en Aguascalientes…


Hace muchos años, Jorge Negrete y Carmen SevillaGitanillo de Triana estuvo en el reparto –estelarizaron una película titulada Jalisco canta en Sevilla. De allí y del anuncio que se hizo el pasado jueves de la Feria Mundial del Toro, tomo el título de este post, sobre todo, que en estos días, en uno de esos canales de nostalgia pasaron por la televisión la película de marras.

Me llama la atención que desde noviembre pasado que se anunciara que Aguascalientes adoptaría a la referida Feria Mundial, de este lado del mar ya no se haya tocado el tema, ni siquiera de manera incidental y sí en cambio, en la cuna del evento, se de como un hecho, de que en el último tercio de este 2009, se verificará en nuestro suelo, una reedición a manera de franquicia con derechos de uso de marca de la que tendrá lugar en Híspalis dentro de unos días.

Ya decía a principios de diciembre que eso era lo que sucedería. No me sonaba lógico que Sevilla abandonara un proyecto tan rentable por muy grande que fuera el actual proceso de crisis y lo enviara allende el Atlántico. Ahora intento averiguar cómo se vería entre nosotros la parte comercial de esa feria, pero el sitio en el que se supone que podríamos ver ese despliegue, está aún en proceso de ser integrado en alguna de sus partes.

También me despierta curiosidad el saber qué eventos taurinos, aparte de la corrida de los aledaños del 2 de noviembre tendríamos – tientas, alguna novillada adicional, el espectáculo de Salvador Távora, etc. – y si la Feria del Toro podrá competir con el ya establecido Festival de Calaveras que tiene como centro la celebración del Día de los Fieles Difuntos, tal y como lo hacemos aquí en México, porque seguramente nuestro Alcalde la usará como medio para impulsar su pretensión hacia la gubernatura de Aguascalientes, tal y como lo anunciara el pasado noviembre de 2008.

Total, que el anuncio hecho por la UCTL y FIBES deja una serie de hiatos que no tienen respuesta de momento, pero que si revela otros interesantes, como que allá todo tiene un costo y aquí estamos acostumbrados – mal quizás – a que esos eventos son gratuitos, ¿podremos empatar criterios en ese sentido?, ¿quién absorberá esos costos? Solamente nos queda esperar y ver si el tiempo es el que nos da las respuestas…

Edito: Marginalmente tiene que ver con esto, en cuanto a que se refiere al toro. Recomiendo la lectura de la columna ¿La Fiesta en Paz? que publica hoy mi amigo Leonardo Páez en el diario La Jornada de la Ciudad de México. No tiene desperdicio.

Aldeanos