La enfermedad fue la que lo echó de los ruedos y lo que pudo ganar en ellos, se fue escapando como agua entre las manos. La última vez que se vistió de luces fue el 19 de junio de 1932 en Perpiñán, Francia, y a partir de esa fecha solamente se pudo dedicar a atender los males que le aquejaban.
La prensa de la época señala que, en el año de 1941, Antonio Márquez, contemporáneo suyo, se afanó en organizar un festival taurino en su beneficio. Escribió Recorte en el ejemplar de El Ruedo fechado el 17 de enero de 1946:
Con el fin de aliviar la angustiosa situación económica en que le había precipitado la enfermedad, y por iniciativa de Antonio Márquez, se celebró en Madrid un festival a beneficio del desgraciado torero. En dicho festival tomaron parte gran número de toreros, consiguiéndose una buena recaudación que sirvió para mitigar, de momento, los sufrimientos que poco a poco iban arrancándole la vida...
José Luis Ramón agrega que, por esa misma época, el Sindicato del Espectáculo le concedió una pensión mensual de la que disfrutó hasta su fallecimiento en 1943.
El anuncio del festival
El festejo tendría lugar el viernes 3 de octubre de 1941, en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, dando inicio a las cuatro y media de la tarde.
El cartel originalmente anunciado se formó con novillos de Antonio Pérez de San Fernando, de Salamanca, que serían lidiados por Juan Belmonte, a caballo y en lidia ordinaria, a pie, por Rafael Gómez El Gallo, Antonio Márquez, Domingo Ortega, Antonio Bienvenida, y Juan Mari Pérez Tabernero.
En la víspera del festival, se publicó tanto en el diario matutino ABC, como en el vespertino Pueblo, ambos de la capital hispana, la siguiente información:
El festival a beneficio de Félix Rodríguez. El matador de toros Juan Belmonte (hijo) ha hecho entrega de 500 pesetas por una localidad para dicho festejo... Los toreros y aficionados que deseen adquirir entradas haciendo donativos pueden pasarse por las oficinas de la empresa (Victoria 9) durante la tarde del jueves y la mañana del viernes...
Así, toreros y aficionados fueron presentándose primero, en el despacho de la empresa y posteriormente en las taquillas de la plaza, para poder hacer su aportación a la buena causa que motivó la organización de este singular festejo.
Lo sucedido en el festejo
Corrida a beneficio del infortunado Félix Rodríguez, retirado de la profesión a causa de una grave enfermedad... Al hacer el paseo todos los matadores son aplaudidos. Torean Belmonte, Rafael el Gallo, Márquez, Marcial, Ortega y Antonio Bienvenida...
Sin mediar explicación, Juan Mari Pérez Tabernero salió de la combinación y fue sustituido por Marcial Lalanda, según se aprecia del introito de la crónica de Benjamín Bentura Sariñena Barico, en la edición de Pueblo de la misma fecha del festejo.
El común denominador de los novillos de Antonio Pérez de San Fernando fue la extrema falta de fuerza que exhibieron en todos los turnos de la lidia. Escribió Giraldillo en el ABC madrileño de la mañana siguiente al día del festejo:
El resultado artístico no correspondió al interés despertado, porque los seis novillos de Pérez Tabernero venían resentidos seriamente del accidente que sufrió el camión que los transportaba. Al principio todos arrancaron bien, pero pronto vinieron abajo, excepto los dos últimos, que debieron padecer menos. Juan Belmonte toreó muy bien a caballo... pero donde sobresalió fue en la colocación de dos pares de banderillas, metiendo la jaca por dentro... Cuando iba a hacer la faena de muleta, el novillo cayó y fue apuntillado. Antonio Márquez, Marcial Lalanda, Domingo Ortega y Antonio Bienvenida, torearon muy bien, con más suerte estos dos, porque sus novillos no estaban resentidos de las patas... El gran Rafael “El Gallo”, objeto de una ovación cariñosísima, toreó con gracia. Su presencia en el espectáculo, fue una nota altamente simpática... Márquez y Bienvenida brindaron a “K – Hito”, el gran aficionado, dibujante y escritor, a cuya iniciativa desde las columnas de “Dígame”, se debe la idea del festival...
Acerca de la entrada, el mismo Manuel Sánchez del Arco, dice:
Se celebró el festival, con una entrada muy buena, tanto que hace suponer una recaudación lucida que venga a mitigar la aflictiva situación en que se encuentra el que un día gustó la gloria de los aplausos... El rasgo generoso de cuantos han tomado parte en el festival, o de algún modo han contribuido al buen resultado económico del mismo, merece registrarse con elogio: El público madrileño ha sabido responder al nobilísimo fin que el espectáculo perseguía...
No quiero dejar de hacer notar, que la crónica del diario "Pueblo" consigna que auxiliando a Juan Belmonte, iba nada menos que Cayetano Ordóñez Niño de la Palma.
El accidente que dañó al encierro
En el diario Pueblo del mismo día del festejo, en nota aparte, se contiene esta información, fechada en Salamanca:
El jefe de la estación ferroviaria de Salamanca comunicó a la Cruz Roja, por noticias que había recibido del jefe de la estación de Barbadillo, haber ocurrido un accidente con motivo del choque de un camión que conducía una corrida de toros de don Antonio Pérez Tabernero, que había de ser lidiada en Madrid... El mayoral que acompañaba a la corrida de toros murió poco después del accidente y el conductor del coche y su ayudante sólo sufrieron algunos rasguños... Algunas de las reses han quedado inutilizadas para la lidia...
Así pues, vinculando la crónica del festejo de Giraldillo con esta última información, se puede advertir que el pobre juego de los novillos salmantinos en el festival, se debió propiamente al percance carretero que sufrieron y que terminó por afectar directamente al resultado artístico del mismo.
Un apunte sobre El Gallo
Rafael El Gallo había recibido la alternativa en los albores del siglo XX, en 1902 y toreó su última corrida vestido de luces en Barcelona, en 1936. Esa es una carrera larguísima en los ruedos, aún con las idas y venidas que tuvo el que fuera uno de los diestros más geniales que la historia ha conocido.
Ya retirado, siguió, como se ve, toreando festivales a invitación de Juan Belmonte. Antonio Díaz - Cañabate, en su Historia de una Tertulia, a propósito de este en particular, cuenta:
El rápido de Sevilla llegó a Madrid esta noche, a las once de la noche. A las once y media, Rafael «El Gallo» está en el Lyon... ¿De dónde vienes Rafael? Pues de Villanueva del Arzobispo, donde hemos toreado ayer un festival, Juan, el «Niño de la Palma», Láinez y yo... Buena temporada de festivales llevas. ¿Cuántos has toreado? … ¡Qué se yo. diez o doce! Son cosas de Juan Belmonte. Una mañana, llega a Gayango, y me dice: «Rafael, el domingo toreamos en Écija», y nos vamos a Écija a divertirnos un rato. Yo le llamo a esta trupé que hemos formado Juan y yo, «El Empastre» ... Rafael torea en Madrid dentro de tres días un festival a beneficio de Félix Rodríguez, el que fue buen torero, inválido y postrado en cama hace mucho tiempo... ¿Qué, Rafael, vienes muy animado? … Yo, animao estoy siempre; ahora, que luego sale el toro, y a lo mejor se le acaba a uno la animación. Si embiste, le toreamos, y si no, a esperar a otro...
Poco tiempo después, tres años para ser precisos, Rafael El Gallo sería objeto de un festival de similares intenciones, del que me he ocupado en este apartado de esta bitácora.
Como podemos ver, la tauromaquia siempre está presente cuando hay una buena causa que atender.
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