Raúl Contreras Finito, nativo de Chihuahua, era hijo de Alberto Contreras El Ronco, quien en su día también quiso ser torero y se preocupó por inculcar su afición a su hijo y por enseñarle el oficio para desempeñarlo en los ruedos. El Ronco era empleado de don Tomás Valles, político mexicano, quien además fuera un tiempo empresario de la Plaza México y años después, criador de reses de lidia y don Tomás, viéndole posibilidades a Finito, decidió ayudarle en sus inicios.
Finito se presentó en la Plaza México el 8 de septiembre de 1963, alternó con Juan de Dios Salazar y Paco Lara. El primer y único novillo que mató en ese ruedo se llamó Retozón y fue el segundo del encierro de Zotoluca lidiado esa tarde. Ya no volvería como novillero a la gran plaza.
El gran año de Finito en el escalafón menor en ruedos mexicanos sería el de 1964 y su plaza la de Guadalajara. Ese año torea seis tardes entre octubre y diciembre, corta 12 orejas, se lleva el Estoque de Plata y una cornada seria. Algunos de sus contemporáneos más renombrados fueron Antonio Sánchez Porteño, Joel Téllez El Silverio, Jesús Solórzano, Manolo Rangel, Rafael Muñoz Chito, Mario de la Borbolla y Calesero Chico.
Esa racha de triunfos le anima a ir a España el año siguiente a terminar su preparación para la alternativa. Llega a España el 12 de junio de 1965. El semanario El Ruedo de Madrid, en su número aparecido el día 15 de ese mes, consigna lo siguiente:
“El sábado último llegó a Madrid por vía aérea Raúl Contreras «Finito», novillero azteca, que será dirigido en España por el que fue gran matador de toros Jaime Marco «El Choni», que fue a recibirle a Barajas. Su presentación en España se hará ante el público de Barcelona el próximo día 17, festividad del Corpus. Chopera y otras empresas le tienen firmados numerosos contratos”.
Así pues, llegaba el chihuahuense a tierras hispanas a hacer su primera campaña como novillero.
El Corpus de Barcelona en 1965
Para el Jueves de Corpus de 1965 don Pedro Balañá confeccionó un cartel interesante, con la presentación en esa plaza de dos novilleros, la que ya hemos mencionado de Finito – que también lo era en ruedos de España – y la de Sebastián Palomo Linares y completaría la terna el gaditano Manolo Sanlúcar, para enfrentar una novillada salmantina de don Salustiano Galache.
La tarde fue buena para Finito, que la concluyó cortando dos orejas al cuarto de la tarde. La relación que hace Juan Fontanet para El Mundo Deportivo de Barcelona, aparecido al día siguiente del festejo, es la siguiente:
Del que menos se hablaba antes de iniciarse el festejo en el mentidero del patio de caballos, junto a la puerta de cuadrillas, era del otro espada, que, con Palomo «Linares», hacía su presentación ante nuestro público, esto es, del mejicano Raúl Contreras «Finito», de quien lo único que se sabía era que lo había traído consigo el que fue valiente matador de toros valenciano Jaime Marco «El Choni».
Pues bien: a la salida de la Monumental, de quien más y mejor se hablaba era del mejicano «Finito», que con su aplomo, su tranquilidad, su valentía serena, nunca torpona y estrafalaria, su amplio repertorio, su bien medir las faenas – cuatro minutos empleó en la llevada a cabo en su primer novillo y cinco en la de su segundo – demostró cómo en tan breve tiempo se puede torear mucho y bien si se liga la faena y se tiene al toro preso en los vuelos del trapo rojo.
No cabe duda da que el joven y espigado mejicano causó magnífica impresión y que se le volverá a ver con el mayor interés, ya que en ningún momento dio la impresión de que la flauta sonaba por casualidad, sino que estaba en manos de un tañedor que sabía hacer uso de ella, sacándole bellas y armoniosas notas. «Finito» estuvo muy torero con el capote, con el cual, queremos insistir en ello, lució amplio repertorio; escuchó música en sus dos faenas de muleta, que fueron muy buenas, aunque pudieron ser mejores de retorcerse menos, más de notar dada su mucha estatura. Se precipitó al entrar a matar a su primero – un novillo de dócil embestida y débil de remos, al que la presidencia cambió en el primer tercio con una sola vara –, por precipitarse, repetimos, al entrar a matar. «Finito» mató de una estocada que dejó al descubierto la punta de la espada, motivo – suponemos que fue por éste – por el cual el Presidente no accedió la petición de una oreja que solicitaba el público, el cual obligó al diestro a dar dos vueltas al ruedo, Que volvió a darlas tras de pasaportar a su segundo enemigo de una estocada chispita atravesada también, pero esta vez con una oreja en cada mano, pues fueron dos las que ahora concedió la presidencia. Terminado el festejo, «Finito» sería sacado a hombros. Buena presentación, pues, la de este joven y fino torero mejicano…
También la relación hecha por Juan de las Ramblas en El Ruedo, fechado el 22 de junio siguiente, es laudatoria, según se lee:
También hizo su presentación el mejicano Raúl Contreras «Finito». ¡Atención a este nombre, señores aficionados! A ambos enemigos los lanceó de capa soberbiamente, especialmente al segundo, al que propinó tres verónicas impresionantes. La faena de muleta a su primero fue magnífica, sobre ambas manos, ligando los pases y colocándose superiormente en sus terrenos. Mató de una estocada en la yema, que tuvo el defecto de asomar por debajo de la res al atracarse demasiado el matador y ser el bicho poco hondo. Flamearon los pañuelos. Como el «usía» no concedió la oreja, el público le obligó a dar tres vueltas al anillo.
En su segundo se superó al tirar de su enemigo con la mano zurda, en naturales justos, largos y hondos. Lo mató de una estocada en la cruz. Le concedieron las dos orejas y dio triunfal vuelta al anillo. Además puso dos pares de banderillas al quiebro con mucha facilidad, Ahí hay un novillero cuajado y diestro en todas las suertes...
Manolo Sanlúcar dio la vuelta al ruedo en su primero y fue aplaudido en el quinto y Palomo Linares fue aplaudido en el tercero y dejó ir el triunfo con la espada en el que cerró plaza. Los novillos lidiados – sin precisar su encaste, pues en casa de don Salustiano se llevaba por separado lo de Vega Villar y lo de Urcola – fueron por su orden: el número 64, Canastillo con 367 kilos; el 55, Tabernero con 375 kilogramos; el número 61, Zurdito de 377 kilos; el número 72, Bailarín que dio 427 en la báscula; el número 60, Español con 412 kilos y el 71, Bastonero, de 413 kilogramos.
Al final de la campaña 1965, Finito toreó, según el escalafón publicado en el semanario madrileño El Ruedo el 21 de diciembre de 1965, 13 novilladas y cortó 13 orejas.
Recibió la alternativa en la plaza La Esperanza de Chihuahua el 31 de octubre de 1965, de manos de Joselito Huerta, siendo testigo Antonio del Olivar, con el toro Coloritos de La Laguna.
La confirmó en la Plaza México el 29 de enero de 1967, apadrinado por Juan Silveti y atestiguando Juan García Mondeño, con el toro Saucito de Torrecilla.
Finito falleció el 4 de diciembre de 1974 a los 28 años de edad, a consecuencia de las lesiones sufridas en un accidente automovilístico que tuvo el 23 de noviembre anterior.