martes, 23 de abril de 2024

Abril de 1974: la última feria de la Plaza de Toros San Marcos (IV)

Tercera corrida de feria: Cuando no llega el toro y todo se descompone

En las informaciones previas al serial de hace medio siglo, se hacía un serio reclamo por un grupo de aficionados organizados en el Círculo Taurino de Aguascalientes, exigiendo respeto a las tradiciones históricas de la fiesta de los toros en el desarrollo de la Feria Nacional de San Marcos. De lo leído, no se pedía nada extraordinario, solamente observar los mínimos indispensables para preservar la seriedad en los festejos del serial abrileño. También se hizo constar la réplica de quienes consideraron en esos días que el avance de los tiempos requería otra aproximación a lo tradicional y se debía de revisar la forma de conducir las fiestas de los toros.

El cronista tiene que contar algo cuando asiste con ese carácter a los festejos, aunque los sucesos allí ocurridos no merezcan ser relatados. Entonces, el de la pluma algo debe escribir en torno al festejo y el ambiente que lo rodea. En esta ocasión don Jesús Gómez Medina se vio en esa encrucijada y recurrió a retomar las cuestiones relacionadas con esos temas de los días previos al inicio del serial, manifestando entre otras cuestiones lo siguiente, dirigiéndose al ingeniero Jorge López Yáñez:

Pues bien, estimado “Vago”; nunca, ni en el más optimista de nuestros sueños, imaginamos que la modesta, aunque entusiasta actuación del Círculo Taurino ni que la cordial excitativa que, al iniciarse la presente feria, el propio círculo dirigió de consumo a empresarios, toreros, ganaderos y aficionados, darían pábulo a la admirable pieza literaria; a la maravillosa creación artística que, en el huehuenche más auténtico, vio la luz en un diario de esta ciudad... la exposición de motivos, los razonamientos y las conclusiones contenidas en esa pieza literaria impar, cuyo autor – porque insisto, lo de “Los Cinco” no es más que una patraña – tiene abiertas desde ese día, las puertas de todos los augustos recintos donde se rinda pleitesía al bien razonar y al mejor decir... Aunque en rigor, el desplegado de marras tuvo la importancia y la trascendencia del parto de los montes...

El cronista sacó adelante su cometido en parte con estos razonamientos, reiterando su idea de que todas las tradiciones de la fiesta deben y merecen ser respetadas.

Cuando la ausencia del toro lo descompone todo

En su llamémosle, misiva al Vago López Yáñez, también don Jesús se ocupa de establecer por qué una corrida que en el papel era atractiva, con un cartel de toreros formado por Manolo Martínez, Eloy Cavazos y Mariano Ramos, quienes enfrentarían un encierro de Gustavo Álvarez y hermanos, se fue por el precipicio, precisamente por el mal juego de los toros:

Como tú sabes, en las dehesas de dicha vacada tuvo puesto un bien surtido harem aquel famoso toro “Espartaco”, indultado tras una brillante faena de Joselito Huerta. Pero, si juzgamos los resultados, el que en realidad sentó sus reales y dejó lamentable descendencia en dicha finca, fue el histórico buey Apis... Difícilmente, en efecto, se puede conjuntar un encierro tan parejo, tan uniforme en la carencia de casta, en la mansedumbre y mal estilo... En suma: un encierro indigno de una feria como la de San Marcos, que ni siquiera tuvo el exculpante de haber estado bien presentado...

En ese aspecto coincidirá Alejandro Hernández en su tribuna de el Heraldo de Aguascalientes, pero buscando otras intenciones, según podremos leer:

Seguros estamos que al paso que vamos, muy pronto nos quedaremos sin este bello espectáculo, y ni escribir queremos sobre la bueyada que envió un ganadero (?). ¿Será esta la ganadería que dicen que es de José Chafik? ¿Será esta la ganadería por la que anda muy interesado el apoderado de Manolo Martínez... Como verán, lo manso del ganado dio al traste con un cartel del que mucho se esperaba...

La realidad es que la ganadería de Gustavo Álvarez y hermanos es la que fundó originalmente en 1948 el ingeniero Mariano Ramírez con vacas y sementales de Pastejé, con la que, lidiando como San Antonio, se presentó en Irapuato en 1953. No le gustó a don Mariano el juego de sus toros y en 1957 le vendió a su paisano don Gustavo Álvarez Alba ese ganado murubeño, al que fue haciendo distintos agregados de sangre Llaguno, hasta que, en 1979, sus descendientes la enajenaron a Julio Moreno, que es el actual titular de los derechos del hierro en la ANCTL

José Chafik, en 1974, junto con don Marcelino Miaja tenía ya ocho años de ser titular del hierro de San Martín, aquel que fundara Juan Aguirre Conejo Chico, con vacas y sementales de San Mateo, y la historia de esta ganadería es de sobra conocida.

Quizás la confusión de Alejandro Hernández deriva de que Espartaco, el toro de Cantinflas indultado por Joselito Huerta en el Toreo de Cuatro Caminos, padreó un breve tiempo en San Martín, antes de hacerlo con los señores Álvarez.

La actuación de los diestros

Después de esta digresión histórica, regreso al juego que dieron los toros de los hermanos Álvarez. La realidad es que de los seis presentados, a juicio de don Jesús, el que medio se dejó meter mano, fue el primero de la noche, de nombre Justiciero:

Brilló, esplendoroso, durante la lidia del primero, un castaño aldinegro que resultó, quizás, el menos malo del sexteto. Consecuencia esta, en buena parte, de la forma como Manolo aguanta a sus enemigos, los centra en el engaño y los lleva con mando y temple ejemplares. Así lo hizo al torear de capa; lances suavísimos con el engaño a media altura, rematados con media superior. Y con la franela, empleando similares procedimientos, con la derecha y también con la otra mano, varias tandas de pases de calidad; remates plenos de sabor y torerismo; todo ello precursor de dos pinchazos y una entera desprendida. Ovación y vuelta al ruedo...

Eloy Cavazos cortó la única oreja de la jornada al quinto, nombrado Abogao. Explica Alejandro Hernández:

Con su segundo, el que entendía por el nombre de “Abogao”, lo recibió con dos valientes faroles de rodillas, en los que se pasó muy cerca los pitones de la res... En su faena muleteril, a base de exponer y no irse de la cara de su enemigo, ligó series de muleta con ambas manos, no importándole las ásperas acometidas de la res, recibiendo por esto muchos aplausos y como mató muy bien, el juez no tuvo impedimento alguno y le concedió una oreja, la que también pedía el público con sus pañuelos, recorriendo Eloy el anillo en medio de gran alboroto...

La relación que hace don Jesús Gómez Medina deja claro que el peor librado de la terna fue Mariano Ramos, quien pechó con lo más malo de la corrida:

No salió mejor librado, por lo que respecta a la falta de calidad de sus enemigos, Mariano Ramos. Con el agravante de que sus dos toros fueron, amén de mansos, faltos de fuerza, y el sexto, de mal estilo, con sentido. Ello no arredró a Ramos, que expuso más allá de lo previsible, si bien con resultados muy relativos en cuanto a brillantez. Inclusive se halló a un paso de sufrir una cornada, como también le ocurrió a uno de sus rehileteros; todo ello a consecuencia de las malas ideas del sexto boyancón.

Parecía que las cosas comenzaban a torcerse en el renglón ganadero en este capítulo final de la Plaza de Toros San Marcos como escenario de nuestra feria, y el siguiente par de festejos parecería confirmar que las cosas iban en esa dirección, aunque en estas cuestiones de los toros, la definitividad no resulta ser algo que se presente con frecuencia.

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