En la extraordinaria, Eloy Cavazos se alza con el triunfo
En el anuncio de los carteles de la feria del 73, don Guillermo González Muñoz había dejado dos fechas descubiertas, el viernes 27 de abril y el sábado 5 de mayo. Ya tuvimos la ocasión de ver que el año anterior aprovechó el día de la Batalla de Puebla para dar una corrida de tintes históricos, con un gran encierro de La Punta y en esta oportunidad, seguramente esperando el desarrollo de los festejos pactados inicialmente, buscaría la manera de aprovechar esos huecos del calendario para ofertar a la afición algún festejo de carácter realmente extraordinario, si los hechos así se terciaban.La primera fecha no ocurrió nada, pero el sábado 28 de abril, en El Sol del Centro, aparecía la siguiente información firmada por Everardo Brand Partida, encargado de la información taurina de ese diario:
Consciente del éxito que ha logrado, en todos los órdenes, la feria taurina que actualmente se celebra, y que forma parte del programa de festejos de la Feria Nacional de San Marcos, el empresario del Coso local, señor Guillermo González, informó ayer a este diario que se alargará a 11 festejos y existe la posibilidad – muy probable ésta – de que se den 12 corridas de toros, en lugar de las 10 programadas... Reflexionando detenidamente en ello, y tras de ajustar fechas y detalles con los apoderados de los cuatro toreros, se formó ya una excelente combinación, que se dará precisamente el sábado 5 de mayo, consistente en un mano a mano entre el pequeño pero enorme torero regiomontano Eloy Cavazos y el diestro potosino Francisco “Curro” Rivera, quienes lidiarán un primoroso encierro de la ganadería triunfadora, del ingeniero Mariano Ramírez... Un mano a mano para la historia: Manolo – Mariano. Son los dos toreros que han hecho furor en el Coso San Marcos, en la presente feria, el fino y poderoso diestro regiomontano Manolo Martínez y la nueva revelación, la esperanza de la juventud torera de México, Mariano Ramos, y es éste, ni más ni menos, el cartel que se pretende montar para la corrida del viernes 4 de mayo por la noche… En principio, comentó ayer Guillermo González, los apoderados de ambos diestros, y ellos en lo particular, se muestran encantados ante la posibilidad del mano a mano. La fecha, afortunadamente no la tienen comprometida con ninguna otra empresa, y es factible, casi un hecho, que se dará la confrontación de Manolo Martínez y Mariano Ramos, la noche del 4 de mayo próximo…
En la nota se comentaba que, para esa hipotética corrida de la noche del viernes 4 de mayo, se reseñaba un encierro de Torrecilla. Al final de cuentas, ese festejo quedó así, solamente como hipótesis, porque no se pudo cerrar la combinación. En retrospectiva, diré que después del petardo pegado por los toros de don José Antonio Llaguno el 28 de abril anterior, era difícil que pudieran haber llevado gente a la plaza, independientemente del cartel de toreros que los enfrentaran, así que solamente se celebró la corrida del sábado 5, a la que tuve la fortuna de asistir, en un digamos, ecosistema, en el que estaban mi padre, el químico Teodoro Jesús Martín González, don Antonio Ramírez González, don Isidoro Cárdenas Carranza y algunos otros aficionados de los de antes, con los que pude apreciar un festejo que, confirmaba la taurinidad de esta tierra.
El encierro del ingeniero Mariano Ramírez
Las corridas son de toros, y para juzgar lo que en el ruedo sucede, hay que empezar por valorar lo que sale por la puerta de toriles. Mi recuerdo es de una corrida bien presentada, con edad y que dio buen juego. Lo que relata don Jesús Gómez Medina en su crónica publicada al día siguiente en El Sol del Centro, es en el tenor siguiente:
Cuando los toros son toros, como lo fueron, sin duda de ninguna especie, los seis que ayer se lidiaron con la divisa de la ganadería del Ing. Mariano Ramírez… Seis toros, seis, que, amén de tener edad, prestancia y trapío de toros, fueron, en buena parte, partícipes y colaboradores en los éxitos logrados por los dos matadores en pugna… Seis toros, seis, de los cuales, tres, al menos, fueron el prototipo de cuanta nobleza y claro estilo puede ostentar un toro de lidia… Seis toros, seis; de los cuales el primero y el quinto merecieron los honores del arrastre lento; y que, en conjunto, operaron el inusitado prodigio de que los espectadores, embriagados de la emoción que imprime al espectáculo la presencia del toro – toro, mostrábanse reacios a abandonar los tendidos, inclusive cuando el sexto burel ya había sido conducido al destazadero…
Días atrás intenté escribir sobre la redondez de las tardes de toros. Pues bien, cuando el toro sale al ruedo, y el torero que lo enfrenta le da la lidia que le corresponde, con seguridad, la tarde resulta ser redonda. No es tan secreto el asunto.
El triunfo de Eloy Cavazos
Eloy Cavazos enfrentó esa tarde a Bellotero, Barbero y a Caporal, nombre este último que se repite en varias tardes gloriosas de la ganadería del ingeniero Mariano Ramírez. Pues bien, a ese quinto toro de la tarde – el que nunca es malo – el torero de la Villa de Guadalupe le cortó las orejas y el rabo. Así lo relató en su día don Jesús Gómez Medina:
Y triunfó en el quinto, “Caporal”, un cárdeno listón, apretado de cornamenta, al que Cavazos, previa labor de brega para sujetar, toreó pintureramente para concluir con un recorte superiorísimo, aprovechando la dócil, alegre y clara embestida de "Caporal". El puyazo de rigor, y un quite por chicuelinas del propio Eloy, ceñidas, brillantes, avaladas con un remate que, en realidad, le resultó dibujado… “Caporal” fue nobilísimo y alegre hasta el final. Y Cavazos aprovechó lo anterior para torear en forma espectacular y lucida, con una y otra mano, entre el beneplácito de la clientela; aprovechando cumplidamente la nobilísima condición del astado y adornándose en su oportunidad, frente al entusiasmo colectivo… El estoconazo espectacular y de efectos inmediatos. La ovación que estalla tumultuosa y los pañuelos que demandan, a porfía, todos los apéndices, que le son entregados a Eloy Cavazos mientras recorría el ruedo en compañía del Ing. Mariano Ramírez y de Guillermo González; a la vez que los despojos del estupendo “Caporal” eran paseados lentamente en torno a la barrera…
Así, Eloy Cavazos cortaba su segundo rabo en el serial a un segundo toro de la ganadería de don Mariano, que también era premiado con la vuelta al ruedo, alzándose sin margen para la duda, como el triunfador de la feria y defendiendo su sitial de figura del toreo.
Curro Rivera destaca con el cuarto de la corrida
Curro Rivera se enfrentó por su orden a Farolero, Tabernero y Sanmarqueño. Es precisamente ante el segundo de los nombrados, ante el que tuvo la actuación más lograda en la tarde. Sigue contando don Jesús Gómez Medina:
A “Tabernero”, un cárdeno claro, Curro lo toreó de capa vistosamente, aunque enmendándose de un lance al siguiente. El propio Curro cubrió el segundo tercio, destacando, de sus tres pares, el segundo: un cuarteo en todo lo alto… “Tabernero” llegó al final de sus días bravo, revolviéndose pronto. De primera intención, Rivera lo toreó superiormente por derechazos, largos, templados, con mando y quietud, a los que agregó el remate clásico y sabroso del pase de pecho… Nuevo toreo derechista, precursor de un intento malogrado de toreo al natural; adornos, pases altos girando y de molinete; todo esto con el mérito irrefutable de llevarlo a cabo frente a un toro. Y para concluir, un pinchazo en una banderilla y el estoconazo mortal. Ovación. La oreja, la vuelta al ruedo y el saludo final desde los medios…
En conclusión
Las tardes de toros redondas dejan de lado los partidarismos y tienen la particularidad de poner a todo mundo de acuerdo. Como narra don Jesús Gómez Medina en su crónica, después de arrastrado el último toro, nos costaba salir de la plaza. También, se respiraba un aire justiciero, porque el recorrido triunfal alrededor del anillo, no solamente lo hizo el diestro triunfador, sino que lo compartieron su alternante, el ganadero y el empresario, es decir, todos aquellos que tuvieron parte en los hechos motivo del éxito. Hoy eso sucede cada vez menos y cuando ocurre o no se acepta en los tendidos o no se entiende, siendo que ese es uno de los síntomas notorios de la grandeza de esta fiesta.
Aviso parroquial: Los resaltados en los textos transcritos son obra imputable exclusivamente a este amanuense, porque no obran así en sus respectivos originales.
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