Ayer terminó, al menos para Madrid, una trayectoria que pudiéramos calificar de longeva. Tres décadas de vestir el terno de luces es un lapso temporal que pocos diestros cubren con la brillantez y la dignidad que el hijo de Paquito Esplá ha llevado su ministerio, no obstante que alguno le calificara alguna vez de tener la apariencia de ser un mal discípulo del Papa Negro o que un punzante Alfonso Navalón le llamara titiritero, pero aún esos que le expresaron su desacuerdo tuvieron que convenir en que en su porte y en su comportamiento había un aire de torería que no era común en su tiempo y que pronto se fue acentuando, volviéndose más notorio, más extraño a los usos corrientes.
Tras de que anunció su decisión de irse de los ruedos este año, se le criticó su decisión de hacer esta postrera campaña con encierros calificados de comerciales, dejando de lado los peyorativamente llamados duros o toristas con los que nos dejó verle en su madurez. Ayer esa decisión se vio recompensada con su gran faena a Beato, en la que de haber vivido don Alfonso - que se distinguió siempre por su honestidad -, seguramente hubiera rectificado lo del titiritero, pues la faena del adiós fue completa y emotiva, de un torero en plenitud, que es como deben de irse los que visten de seda y alamares.
Hace algo más de cuatro décadas, cuando se despidió un Poeta de los ruedos, Calesero, Manuel García Santos escribió un sentido editorial titulado Se ha perdido un capote, mismo del que haciendo paráfrasis me ha servido para titular estas ideas. De ese editorial, me hurto estas líneas:
“…Se ha perdido un capote. Como hace mucha falta, se gratificará espléndidamente a quien lo encuentre y lo entregue en el albero de una plaza de toros…
…¡Buscarlo porque se trata de un Stradivarius, de un incunable, de un tesoro y una leyenda!...
Buscarlo… Al que lo encuentre, además de gratificarlo, le espera la gloria, el dinero… y la inmortalidad”.
Aquí hemos perdido un torero y la batalla por recuperarlo será larga, porque como decía García Santos, los toreros de ese cuño no surgen todos los días, son en efecto, casi incunables. Pero seguramente en algún villorrio perdido, ya está algún jovencito deseando ser torero y aprendiendo a atesorar y a respetar los valores de torería que Luis Francisco Esplá lució y defendió por alrededor de tres décadas.
La primera corrida de toros que vi con uso de razón fue precisamente la despedida de Calesero, será por eso que me producen siempre estos fastos una agridulce sensación, aunque sea a la distancia y eso que no hay allá como aquí puñaladas sentimentales como Las Golondrinas y otros añadidos sintéticos que le ponen más emoción, pero le restan autenticidad al hecho.
Ojalá que el guerrero encuentre un buen reposo, que lo tiene bien merecido.
La fotografía que ilustra esta entrada es obra de Rosa Jiménez Cano y la uso con su autorización.
Afortunadamente para mi, yo si he podido ver, y muchas veces, a Esplá en la plaza de Madrid y aparte de que unos días estuviera bien, otros regula y otros mal, lo que siempre ha tenido es su honradez y sus ganas de darlo todo en la plaza. Y una cosa muy importante, siempre podía surgir la sorpresa llena de torería. Hay que tener en cuenta una cosa y es que sus triunfos más importantes han estado unidos al toro y al lucimiento de éste de cara al aficionado. Podía ser un titiritero como decía el gran Navalón, pero todos esos detalles de la montera, los trajes, las suertes y los gestos, eran la expresión de una forma de netender el toreo. Un saludo para México
ResponderEliminarEn suma, un compendio de una torería que quizás hoy, pudieramos considerar, perdida. Espero que no irremisiblemente.
ResponderEliminarEs la primera vez que participo en tu blog. Lo he conocido gracias a Rosa Jiménez Cano, cuyo blog me ha descubierto tantas cosas. Me ha encantado este comentario sobre Luis Francisco Esplá, torero de mi tierra, por su sensibilidad y sencillez. Con tu permiso, le pongo un enlace desde mi blog. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias por la visita y gracias a Rosa por propiciarla. Espero que esta Aldea te siga dando motivos para pasar por ella.
ResponderEliminarJorge, he hecho lo propio (el enlace) en esta bitácora). Saludos.
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