Plaza de Toros San Marcos |
Desde el 24 de abril de 1896 y con la única salvedad del año de 1947 – asunto del que ya me había ocupado aquí y aquí – la Feria de San Marcos celebraba sus festejos taurinos en la plaza de toros San Marcos, cuando menos el día del santo patrono.
Mañana lunes se cumplen 40 años de que por última ocasión, el coso de la calle de la Democracia fuera el escenario de la vertiente taurómaca de nuestra verbena abrileña. Tres años antes, con la introducción del modelo de feria a la española – otro asunto ya tratado por aquí – por don Guillermo González Muñoz, se aumentó el número de festejos, que originalmente oscilaba entre dos y tres para pasar a cerca de la decena y se comenzó a presentar en los carteles a las ganaderías y toreros más importantes del momento. También se instaló un nuevo y eficiente sistema de alumbrado en la plaza que facilitó el ofrecer corridas nocturnas en los días laborables y así los seriales no se circunscribían a los días inhábiles o de fin de semana, propiciando siempre buenas entradas.
Lo atractivo de los carteles ofrecidos y la facilidad de acudir a la plaza aún entre semana después del trabajo, sumado a un apresurado crecimiento de la ciudad, pronto demostró que las cuatro mil localidades plaza de toros San Marcos eran escasas para albergar una feria taurina de las proporciones de lo que se venía proponiendo desde 1971. Es por ello que el Gobierno del Estado inició la edificación de otro coso que inicialmente tendría el doble de la capacidad de la plaza que 78 años antes inaugurara Juan Jiménez Ecijano. Esa nueva plaza estaría en condiciones de funcionar al final de ese año de 1974 y consecuentemente, de dar cabida a los festejos feriales a partir de abril de 1975.
El serial sanmarqueño de hace 40 años constó de 9 corridas de toros y una novillada, en las que aparte del hito que la feria en sí propiamente representó, ocurrieron algunos otros en particular que forman ya parte de la historia de la ya centenaria plaza y de la del toreo en Aguascalientes.
Los festejos de ese serial fueron como sigue:
El domingo 21 de abril se abrió la feria con un encierro del ingeniero Mariano Ramírez para Eloy Cavazos, Antonio Lomelín y Curro Rivera y la nota aguda la dio el valentísimo diestro de Acapulco, quien cortó el rabo al quinto de la tarde Carcelero.
Al día siguiente, 22 de abril, por la noche, se marcó el primero de los hitos particulares a los que hacía referencia. Por primera vez en nuestra feria se daba una corrida de rejones. Se lidiaron 5 toros de El Rocío y uno de Las Huertas, para los caballeros en plaza Gastón Santos, Pedro Louceiro, Felipe Zambrano y Jorge Hernández Andrés. Todos cortaron orejas y el caballo Triunfador de Gastón Santos, resultó gravemente herido. De este festejo me ocupé en este otro espacio de esta Aldea.
El martes 23 de abril, también por la noche, los toros fueron de Gustavo Álvarez y hermanos para Manolo Martínez, Eloy Cavazos y Mariano Ramos. Un encierro complicado que solamente permitió a Cavazos cortar una oreja al corrido en quinto lugar.
La noche del miércoles 24 de abril ocurrió el señalamiento de otro hito particular. Con toros de Suárez del Real actuaron Manolo Martínez, Mariano Ramos y José Manuel Montes, que recibió la alternativa. La de José Manuel es la última alternativa que se ha concedido en el coso de la calle de la Democracia y fue con el toro Mandarín, primero del encierro corrido esa noche. Al final de su actuación, se pidió la oreja para el toricantano, misma que el Juez de Plaza, don Jesús Gómez Medina se negó a otorgar y ocurrió que, el asesor de él, don Arturo Muñoz Nájera La Chicha, sacó su pañuelo y lo otorgó, por considerar demasiado estricta la actitud de quien presidía el festejo. Por su parte, Mariano Ramos cortó las dos orejas del quinto de la noche.
El 25 de abril, jueves, se celebró con festejo nocturno. El encierro anunciado fue de Piedras Negras para Jesús Delgadillo El Estudiante, Antonio Lomelín y Curro Rivera. La corrida fue muy accidentada. Los toros de Piedras Negras acusaron, nada más salir de los toriles, una debilidad inusual que no les permitía desplazarse por el ruedo y a más de alguno se le tuvo que apuntillar sin ser lidiado porque una vez que rodaba por la arena no había manera de volver a ponerlo en pie. El ganadero Raúl González y González subió al palco de la autoridad y tomó el micrófono del sonido local para denunciar públicamente que sus toros habían sido drogados en los chiqueros de la plaza, pero no pudo evitar ser multado. Al final se lidió uno solo de los toros anunciados originalmente, junto con 4 de Suárez del Real y uno de Gustavo Álvarez y hermanos. Por supuesto ninguno de los alternantes pudo lucir.
El viernes 26 de abril, también por la noche, se lidió un encierro de Las Huertas y para disputarse el Escapulario de Oro de San Marcos, se anunció originalmente a Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Antonio Lomelín, Curro Rivera y Mariano Ramos. El sexto puesto estaba en disputa para un torero de Aguascalientes, es decir que el que triunfara entre Jesús Delgadillo El Estudiante y el recién doctorado José Manuel Montes, ocuparían esa plaza. Pero ni disputa hubo. La noche del 24 de abril, tras de la actuación en la corrida de su alternativa, se anunció que sería José Manuel quién ocuparía ese lugar, aún pendiente la actuación de El Estudiante. Sin cortar orejas por sus fallos a espadas, Mariano Ramos se llevó el trofeo en disputa.
El sábado 27 de abril, ya por la tarde, con toros de Valparaíso, actuaron mano a mano Manolo Martínez y Eloy Cavazos en lo que se consideró el cartel estelar de la feria. Manolo le cortó una oreja al que abrió plaza y las dos y el rabo a Fundador, quinto de la tarde. Eloy Cavazos por su parte, se llevó el rabo del segundo de la jornada en la espuerta.
La tarde del domingo 28 de abril los toros fueron de don Jesús Cabrera y el mano a mano entre Curro Rivera y Mariano Ramos. Curro le cortó el rabo al que abrió plaza y superó lo hecho todavía al cortarle el rabo al tercero Gallardo. Mariano Ramos por su parte, se fue con las dos orejas de Jacalero, segundo de la tarde en la espuerta.
La tarde del miércoles primero de mayo se celebró la última corrida de la feria. Los toros fueron de Guadalupe Medina y se enfrentaron a ellos el rejoneador Felipe Zambrano, Alfonso Ramírez Calesero Chico, Ernesto San Román El Queretano y Rafael Gil Rafaelillo. La corrida fue escasa de fuerza, pero el rejoneador le cortó una oreja al toro que abrió plaza y Rafaelillo tiene el honor de ser el último matador de toros que cortó una oreja en una corrida de feria celebrada en la plaza de toros San Marcos. El Queretano por su parte, resulta ser el último matador de toros herido en una corrida de feria en el mismo ruedo, pues se llevó una cornada en la axila por el segundo de su lote.
La feria concluyó el domingo 5 de mayo con la tradicional novillada de feria en la que se disputaba el trofeo Cristo Negro del Encino. Los novillos fueron de Garabato para José Antonio Picazo El Zotoluco, Alfredo Gómez El Brillante y Rafael Íñiguez El Rivereño. Al final el ganador del trofeo fue José Antonio Picazo.
Ese fue el transcurrir de nuestra feria hace cuatro décadas. En algunos calendarios posteriores la plaza se volvió a abrir para dar alguna novillada en la feria por empresas diversas a las que organizaban las corridas y con resultados poco halagadores en la organización, en lo artístico y en lo económico.
La última vez que se ofreció en la San Marcos una corrida de feria fue el 24 de abril de 1996 para conmemorar el centenario de la inauguración de la plaza.