La otra vida de Joselito
La ucronía es un modo de abordar la historia en la que, sin negar la realidad ocurrida, se establece una forma de enlazar los sucesos de manera tal en la que su curso se deriva por un itinerario distinto al que en los hechos avanzó. Afirma Renouvier:
…alguien que se aproxima a un relato ucrónico se encuentra ante la aparición de una historia imaginaria, destinada a sentar como una verdad filosófica, superior a la misma historia…
Ante eso nos enfrentamos con la lectura de la obra de Domingo Delgado de la Cámara, titulada La otra vida de Joselito, en la que nos relata, de una manera fluida y sin ausencia de interés, lo que la historia hubiera sido si el 16 de mayo de 1920, la víctima de las astas de Bailaor de doña Josefa Corrochano vida de Ortega, hubiera sido Juan Belmonte.
Debo señalar, desde mi personal punto de vista, que Domingo parte de la versión oficial de los hechos, toda vez que acepta, para construir su relato, que tras del desastre de la corrida del 15 de mayo de 1920 en Madrid, que el cartel de Talavera de la Reina estaba anunciada con Rafael El Gallo y Larita para enfrentar los toros de la señora viuda de Ortega y que después de ese desaguisado, tanto Gallito como Belmonte se desligaron de su compromiso de Madrid, a efecto de separarse de las presiones de la afición de la capital española.
Hay información en la prensa de la época que deja claro que el cartel de Talavera, desde el inicio se formó con Joselito y Sánchez Mejías. En el en el semanario El Toreo de Madrid, en su número del 10 de mayo de 1920, se puede leer el anuncio de que el cartel de las fiestas de Talavera sería el mano a mano entre Gallito y Sánchez Mejías con los toros de Ortega y en los días subsecuentes, el diario Heraldo de Madrid se anunciaba que la Compañía de Ferrocarriles de Madrid, Cáceres y Portugal ofrecía un tren especial para la corrida de Talavera, además de los ordinarios, que saldría a las 7:30 de la mañana y regresaría a Madrid a las 8:30 de la noche de esa misma fecha.
De esa información periodística podemos desprender con claridad que la versión de El Gallo y Larita es una mera composición literaria, que a los ojos del lector lleva congruencia, pero la realidad es en otro sentido, según se puede demostrar documentalmente.
El verdadero interés de la obra de Delgado de la Cámara es la forma en la que nos presenta la evolución de los hechos a partir de que Juan Belmonte actuara ese 16 de mayo en Talavera. Lo que Alameda ha llamado el hilo del toreo hubiera tomado un derrotero bien distinto, porque la evolución histórica del toreo transitaría por veredas distintas a las que caminó después de esa fecha.
Juan Belmonte, en los hechos ocurridos, sabemos que se agregó al establishment de la fiesta y continuó con las realizaciones de los que lo antecedieron. En el planteamiento de la obra, vemos como Gallito hubiera definido, sobre todo, el camino de la crianza del toro de lidia, buscando un toro que fuera más adecuado a la teoría del toreo en redondo que planteó, en Madrid, el 3 de julio de 1914, cuando, de acuerdo con las imágenes captadas entonces, se ve que intenta hacer el toreo, ligando los muletazos, manteniéndose en un mismo espacio, intentando que el toro – un berrendo de los sucesores de Vicente Martínez – girara en torno al diestro, sin que éste tuviera que reponerse.
También Domingo nos presenta cual sería el resultado del encuentro de Joselito con los toreros de la generación siguiente a la suya. El hipotético encuentro que tendría con Marcial Lalanda, Armillita, Vicente Barrera, Manolo Bienvenida y otros de la siguiente edad del toreo en España, nos revela la esencia de la obra que intento comentarles. La fiesta de los toros sin duda, mantuvo su interés con quienes en los hechos sucedieron a José tras los eventos de Talavera, pero si él hubiera sido partícipe de ellos, algún camino distinto se hubiera marcado en algunas circunstancias, y tiene muy presente la importancia de Fermín El Sabio en esa etapa evolutiva del toreo.
Por otra parte, la obra resalta la importante influencia que tuvo Gallito en la transformación del toro de lidia del primer cuarto del siglo XX en el que comenzaría a imperar a la mitad de esa centuria. Bien se podrá afirmar que el toro andaluz se distribuyó por toda la península ibérica – también en el resto del orbe taurino – en detrimento de otros encastes históricos, pero ese toro, principalmente el de origen Murube – Ybarra – Parladé en el caso que nos ocupa, sería el que tendría mejor acoplamiento al toreo que se empezaba a gestar en el tiempo que ocupa la narrativa.
Pero, creo que ya no debería de seguir adelante con estas notas. La lectura de la obra es la mejor manera de captar la calidad del mensaje que lleva y la idea de su autor de exponer lo que pudo ser de haberse producido los acontecimientos de Talavera de la Reina de una manera diametralmente opuesta a la que tuvieron en la realidad. El libro es de esos que no se le caen a uno de las manos y que es de lectura obligada para el aficionado y también para el bibliófilo, porque, aunque se modifica a los actores, la trama histórica del mismo es impecable, lo que refuerza su valor y su narrativa.
Referencia bibliográfica: La otra vida de Joselito. – Domingo Delgado de la Cámara. – Modus Operandi – Marqués, Madrid, 1ª edición, 2021, 303 Págs. – ISBN 978 – 84 – 18016 – 18 – 9.
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