domingo, 5 de julio de 2020

Los giros de la fortuna (IV)

Rocky Moody. La férrea voluntad de querer ser torero

Colfax, Iowa

Años después de su lesión
Rocky Moody seguía siendo
un reclamo en Ciudad Juárez
Colfax, Iowa, en el middleast norteamericano, es una población que se fundó en 1866 al influjo de una estación del ferrocarril y una posta de diligencias. Luego se descubrieron yacimientos de carbón, lo que facilitó el desarrollo urbano de la zona, y terminó de detonar ese proceso la aparición de pozos artesianos de aguas de alto contenido mineral que fueron aprovechados con propósitos de salud, dando una época de bonanza al pueblo que terminó con la gran depresión que inició en 1929.

Colfax es conocido además por ser el lugar de origen de James Norman Hall, autor de la novela Mutiny of the Bounty, que fue llevada al cine al menos en tres ocasiones, la primera estelarizada por Clark Gable en 1935; la segunda en 1962, con Marlon Brando en el papel principal, siendo nominada a siete premios Óscar, aunque ese fue el año en el que Lawrence de Arabia arrasó con todo y la tercera en 1984, con Mel Gibson al frente del reparto.

Pues bien, el 27 de agosto de 1931, cuando Colfax contaba apenas con unos 2,200 habitantes, llega al mundo quien nació como Hallis Ivar Warren en un hogar que hoy llamaríamos disfuncional. Poco viviría Hallis en Colfax, pues ya en 1933 su madre, con él y dos hermanas suyas, se mudó a Moline, en el estado de Illinois, una población diez veces mayor y seguramente con mayores oportunidades de empleo para una madre de familia sola y con tres hijos. De esta etapa de su vida Alameda, en Crónica de Sangre”, agrega:
…la mujer debe buscar el sustento suyo y el de sus cuatro hijos (Rocky tiene tres mediohermanas). El trabajo que encuentra en un restaurante le quita mucho tiempo y le da poco dinero. Tiene que acomodar a sus hijos repartiéndolos entre conocidos. Y el matrimonio Moody adopta al pequeño. Así, se convierte en Rocky Moody. Alterna el trabajo con el estudio. Los años pasan. Va a los clubes campestres como caddy y, cuando no, de lavaplatos. Y hace su high school. Le faltan dos años para terminar cuando decide un cambio. Pasa a una escuela especial de marina. Allí, completa sus estudios y obtiene su diploma…
San Diego y Tijuana

Es llamado al servicio militar obligatorio y por su paso en la escuela especial de marina es enlistado en la Armada de los Estados Unidos. Va al frente de guerra en Corea y después regresa a la base de San Diego en California. Allí, un fin de semana cualquiera, cruza la frontera hacia Tijuana, un domingo y se mete a la plaza de toros. Rocky Moody queda cautivado por lo que allí percibió. Sigue asistiendo cada vez que puede y en 1953, cuando termina su servicio, toma una decisión, será como esos hombres que visten trajes brillantes y juegan con la muerte en una forma más leal que como se hace en la guerra y… ganan dinero. Y busca la manera de conocer la forma de hacerlo. 

Trabaja en diversas ocupaciones para proveerse de sus avíos, lee la literatura taurina que cae en sus manos y cuando se entera que hay toros en los jaripeos del lienzo charro, se apersona allí para intentar echarles capa. Esa es su formación al inicio, valor puro, intuición y ganas de ser. Y con eso, el domingo 10 de abril de 1954, cuando para lidiar toros de La Punta alternaban Pepe Luis Vázquez (mexicano), Rafael Rodríguez y Juan Silveti, allí en Tijuana, se tira de espontáneo en el tercero de la tarde. Lyn Sherwood, en Yankees in the Afternoon cuenta:
…en una tarde en Tijuana, se tiró de espontáneo y de rodillas le pegó varios pases a un toro. La gente respondió con emoción. Esa probatura de gloria para Rocky fue breve pero deliciosa. La policía le echó mano y le llevaban a prisión, pero dos de los matadores del cartel, Pepe Luis Vázquez y Rafael Rodríguez intercedieron por él, por lo que volvió al tendido. Andando el tiempo, serían sus mentores…
Unos meses después, consigue que la empresa le permita lidiar un “novillo de regalo” en una corrida que torearon el rejoneador Gastón Santos y Antonio Velázquez, Rafael Rodríguez y Cayetano Ordoñez en la lidia ordinaria. Se le informa que el novillo es de La Laguna. Sale del paso a su entender. Se gastó todos sus ahorros en el intento, pero tuvo la satisfacción de considerarse ya un profesional.

Esos dos hechos consiguieron que Rocky Moody viniera a Aguascalientes, donde residía Rafael Rodríguez y donde Pepe Luis Vázquez pasaba largas temporadas. Aquí, entre nosotros, Rocky comenzó a aprender el toreo, a entender que no era solamente a base de valor seco y ganas de ser como se puede enfrentar a los toros con alguna probabilidad de éxito. Casi me atrevo a asegurar que Rocky vivía en una casona que está a unos pasos de la Plaza de Toros San Marcos, que durante muchos años funcionó como pensión y en la que muchos norteamericanos relacionados con el mundo del toro se alojaban en su paso por esta ciudad.

Andando para hacer camino

Rocky Moody empezó a aprender el toreo, haciéndolo de salón en la plaza de toros y recorriendo el camino que hacían los principiantes de aquella época. En esta región, era visitar las ganaderías cercanas y en temporada, ir casi en peregrinación a los pueblos de Jalisco en los que se celebraban novenarios y en los que se lidiaban toros de media casta o cebúes y que casi siempre sabían latín. En ese entonces no había escuelas taurinas, el noviciado era duro y el que lo superaba tenía alguna probabilidad de alcanzar el triunfo.

Fueron años difíciles. La prensa que pude consultar no le refleja actuaciones sino hasta el primer día de 1958, cuando en Rincón de Romos torea una corrida mixta con su guía, Pepe Luis Vázquez y le corta una oreja a uno de los de Presillas que le tocaron en suerte. Quizás lo mostrado en esa actuación impulsó a Pepe Luis a recomendarlo a la empresa de Juárez para que le dieran una oportunidad en cuanto hubiera un claro en su programación y así, se anunció a Rocky Moody en la Alberto Balderas de la ciudad fronteriza para el 20 de julio de ese 1958. Alternaría con Raúl García y Jorge Rosas El Tacuba en la lidia de novillos de José María Franco.

Rocky no había estado mal con el tercero de la tarde y ante el sexto salió a buscar un triunfo que le permitiera seguir funcionando en las plazas de importancia. Repentinamente, al intentar un muletazo, el novillo se frena, lo prende y le pega una cornada que desde el primer momento se percibió que era grave por el sangrado que brotaba de la herida.

La intervención fue oportuna pero plagada de complicaciones. La ligadura de la femoral partida – procedimiento quirúrgico comúnmente aplicado en la época – se soltó y comprometió la circulación de la pierna izquierda del torero, además, se desarrolló un proceso infeccioso que puso en peligro la vida de Rocky. Se hizo inminente la amputación. Para ello se le trasladó al hospital militar de Fort Bliss, en El Paso, Texas, mismo en el que, tenía derecho a ser atendido por su hoja de servicios militares.

En el semanario madrileño El Ruedo del 7 de agosto de 1958, se publicó la siguiente información:
Rocky Moody, el novillero norteamericano que resultó cogido en la novillada celebrada en Ciudad Juárez el pasado día 20 del actual, sufrió la amputación de la pierna izquierda por debajo de la rodilla en el hospital William Beatmunt, organismo militar del Fuerte Bliss, de El Paso, en Texas. 
El hospital no proporcionó información alguna a la prensa, y solo se supo que José López, apoderado del infortunado lidiador yanqui, comprobó la amputación. López pudo hablar con Rocky, y este le confirmó que piensa establecerse en Aguascalientes con un negocio. 
Entre tanto, el empresario de Ciudad Juárez organiza un beneficio para Rocky Moody. Ya contestó José Ramón Tirado diciendo que está dispuesto a torear a beneficio de Moody.
Al final fue una novillada la que se llevó a cabo en su beneficio. La información que aparecida en el diario El Siglo de Torreón del 8 de septiembre de 1958, dice:
Ciudad Juárez. 7 de septiembre. – En la plaza “Alberto Balderas”, ante un lleno total, en beneficio de Rocky Moody, siendo ovacionadísimo al presentarse en el ruedo, con novillos de Santo Domingo y Peñuelas. Patricia McCormick fue ovacionada en su lote. Rubén Salazar cumplió en uno y cortó oreja en el otro. Víctor Huerta dio la vuelta en uno y recibió la oreja en otro.
Rodando cuesta arriba

La andadura de Rocky Moody comenzó a ir cuesta arriba. Sus derechos como militar no cubrían una prótesis para su pierna amputada. Así, intentó ser agente de seguros, después lavaplatos y un sinfín de ocupaciones para tratar de subsistir. Alguien se apiadó de él y le regaló una pierna artificial, pero no comprendió que esos adminículos deben ser hechos a medida. Esa pierna postiza era más larga que la natural suya y le producía graves lesiones en el muñón de la amputación, así que dejó de usarla.

Pero después de dar tumbos debido a su discapacidad, Rafael Rodríguez volvería a aparecer en su vida. Y lo traería de nuevo a Aguascalientes. Alameda cuenta que la habitación de Rocky Moody en la pensión estaba como la dejó aquél día de julio de 1958 cuando tomó el tren para Ciudad Juárez, ilusionado porque torearía una novillada con dos de los punteros de México.

Eso debió ser el año de 1960. Una de las primeras cosas de las que se proveyó a Rocky Moody fue de una prótesis adecuada a su persona. Ya con la extremidad artificial adecuada, insistía en que quería y podía ser torero. Entonces El Volcán de Aguascalientes decidió ayudarlo a someterse a una prueba y lo llevó a Xajay, con sus amigos los señores Guerrero, para que toreara unas vacas. Allí, entre otras cosas, cuenta Alameda:
...Pero ahí viene otra vez la vaca. Rocky, alerta, se coloca en posición torera sobre las plantas, afloja el cuerpo y suelta el brazo en semicírculo de un derechazo. El animal, como si quisiera beberse la muleta, sigue ciego el engaño. Rocky no tiene más que girar sobre los talones con un pequeño esfuerzo y repite el pase. Limpidez. Aire quieto y silencio. Un momento perfecto… Empero hay algo falso. Y para que no lo olvidemos, la vaca, al revolverse, le come un tiempo a Moody y lo sorprende. No tiene más que apuntar el hachazo y lo alcanza entre la ingle y la cintura, con un desgarrón que a medias lo desnuda. El golpe ha sido seco, como balazo en costal de cuero. Y el muñeco de trapo cae desvencijado. Revuelto de capotes y de gritos. Maraña. Desorden… Meditación. Rocky sabía, antes de venir a Xajay, que no puede volver a torear. Su intento no tiene una finalidad práctica y mucho menos un propósito comercial…
Rocky Moody quizás allí quedó desengañado. Sherwood afirma que hizo algunas pruebas más y que logró dominar a la prótesis, pero que la Asociación de Matadores ya no le permitió actuar. Las verdaderas razones se perderán en la noche de los tiempos.

Por otra parte, el periodista hidrocálido Federico de León, en su columna sindicada Federico de León dice…, aparecida en el Diario de Colima del 6 de octubre de 1960 afirma:
...ROCKY Moody, el novillero norteamericano al que amputaron una pierna a causa de una cornada, estrenó pierna artificial. Abrirá un taller eléctrico en Aguascalientes...
No tengo recuerdos de Rocky Moody, ni de su taller aquí en Aguascalientes. Parece ser que pronto regresó a los Estados Unidos pues no podía soportar el dolor de la derrota en el mundo de los toros. Lyn Sherwood describe así sus últimos años:
...Así, se instaló en Mercier, Tennessee, donde se convirtió en agente de fianzas. También instaló un comercio de licores y una granja de aves, aunque nunca dejó de comentar cuestiones taurinas con amigos y toreros. Se volvió desconfiado y hasta cierto punto, paranoico, desconfiado, entre los pocos con los que tenía trato era con el texano Fred Renk. 
Rocky Moody falleció en septiembre de 1990. Ese fue el final solemne de un hombre derrotado que nunca dejó de maldecir los giros de la fortuna que le negaron una mejor oportunidad de gloria en los ruedos…
Los giros de la fortuna, dice Lyn Sherwood… esos giros que a veces derrumban la existencia… aún de los más valientes.

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