lunes, 10 de mayo de 2010

Tal día como hoy: 2008. Israel Téllez se lleva la Oreja de Oro

La corrida de la Oreja de Oro nace como un cierre de temporada donde los triunfadores de ésta, se disputan un trofeo significativo y el carácter de triunfador del ciclo. Posteriormente, el festejo se aprovechó como un medio de allegar medios a la Asociación de Toreros, perdiendo su esencia y en buena medida su interés, porque hoy, carece del aliciente de taquilla que implica la presencia de los más importantes diestros en esta clase de festejos.

Al tener hoy en día un festejo de esta naturaleza un carácter fundamentalmente recaudatorio, la papeleta del mismo se busca sea lo menos onerosa posible y en ese orden de ideas, los toreros actúan por los gastos y se buscan economías en otros renglones, como el de los toros, por ejemplo.

Sobre el festejo en cuestión escribí lo siguiente:


… el encierro de Carranco, a mi juicio, fue una colección de complicaciones, aunque un par de ellos permitieran algunas facilidades a sus respectivos matadores, que no acabaron aprovechándolos a cabalidad.

… Israel Téllez se llevó a casa el trofeo en disputa y lo logró a base de exponerle a un toro que en los primeros lances le demostró que sabía lo que se dejaba atrás y que se lo echó a los lomos, infringiéndole lo que al inicio pareció un puntazo y que tras de ser examinado en la enfermería, resultó ser en apariencia una cornada de tres trayectorias.

La lesión sufrida no arredró al guanajuatense, quien se aplicó en banderillas, exhibiendo facultades y con la muleta, construyó una faena sobre la mano diestra, en los que se evidenció que el toro seguía desarrollando la tendencia a buscar lo que había detrás de los engaños, pero valerosamente Israel le plantó cara y le arrancó series con mucha intensidad.

Culminó su actuación con un par de muletazos de vuelta entera, siendo tropezado tras del segundo. Con la espada, dejó una entera algo caída que provocó derrame, lo que le redituó, por petición de la concurrencia, la única oreja de la tarde, pasando a la enfermería tras de pasearla alrededor del anillo.

Los toros potables se los llevaron Juan Antonio Adame y Ricardo Rivera, quienes no parecieron aquilatar debidamente las condiciones de ellos y no encontraron la cuadratura del círculo, yendo de más a menos en sus trasteos. Para Fabián Barba fue un galafate que le permitió solamente estar digno y Alfredo Gutiérrez bastante hizo con mantener de pie un inválido.

Por su parte Jorge Hernández Gárate, con el abreplaza, un toro fijo que se quedó parado pronto, lució con los rejones de castigo y las banderillas, viéndose imposibilitado para mantener el tono inicial de su actuación. Intentó dos veces la suerte de matar, descordando en el segundo intento…


Es loable el esfuerzo de la Asociación de Matadores por allegarse fondos para sus actividades benéficas, pero como lo expresaba al principio, el sentido de la Corrida de la Oreja de Oro se ha perdido y con ésta pérdida, también se ha ido su brillantez. En cuanto se recupere la presencia en ella de los auténticos triunfadores y deje de ser un clavo ardiendo para diestros que están en el paro, redundará en mejores recursos para la Asociación y en un real atractivo para la afición.

Con esta entrada concluyo esta serie de recuerdos en torno a nuestra Feria de San Marcos, que con el festejo de hoy se cierra. Si las cosas se presentan propicias, dentro de un año, procuraré hacer otros sobre el tema.

El festejo de hoy: 6 novillos de Jesús Cabrera para Sergio Flores, Gerardo Adame y Juan Camilo Alzate.

El infográfico con los carteles de la Feria 2008 es obra de Armando Landín - Miranda y lo uso con su autorización.

1 comentario:

  1. Xavier:
    Por esta parte del mundo estamos sólo centrados en nuestro San Isidro y si ya normalmente vivimos en nuestro mundo taurino, en estas fechas ya es algo desmedido. Pero quiero hacerte un comentario y es lo que nos entristece a los de allá y a los de acá, y es que copiamos vicios. Lo que tú narras pasa aquí en Madrid con la corrida de Beneficiencia, auntiguamente toreada por los triunfadores de la feria y que ahora se conoce el cartel casi con un año de antelación. Y ¿qué pasa? pues que esta corrida, la que era la más importante del año, ha perdido casi todo su interés. A propósito, la imagen es espeluznante, el vestido hecho jirones y el torero sonriente y feliz por el triunfo. ¡Qué grande es esto!
    Un saludo desde esta parte del mundo, auqnue ahora sea una isla.

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