Contra los argumentos que son viscerales, un momento de profunda reflexión puede ser suficiente para volver las aguas a su cauce. En el caso de Michelito Lagravere, al parecer las autoridades emeritenses admitieron su ausencia de argumentos para impedirle actuar esta tarde en solitario ante seis erales y el festejo se dará.
Me congratulo de que no haya resultado la treta empleada por los responsables del bienestar de la niñez de aquella ciudad para encubrir sus evidentes ineficiencias, lo que espero redunde en bien de los niños y en bien de la Fiesta.
sábado, 24 de enero de 2009
Se impuso la cordura
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Michelito Lagravere
viernes, 23 de enero de 2009
¿Corrección política? (II)
Se anunció con bombo y platillo que el Ayuntamiento de la Mérida mexicana suspendía la actuación del niño torero Michelito Lagravere, programada en solitario para este 24 de enero, ante seis erales en la plaza de toros de aquella capital, a pedido de la Procuraduría de la Defensa del Menor y de la Familia de aquella entidad y de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
Resulta interesante observar que se invoca entre otras cuestiones, la inaplicación o violación de una Convención Internacional para la Protección de los Derechos de los Infantes o algo así (no me voy a poner a investigar el despropósito) en perjuicio del niño torero.
Pero más interesante resulta aún, el observar que la referida Procuraduría de la Defensa del Menor es el objeto principal de la primera recomendación del organismo protector de los Derechos Humanos en Yucatán, en este 2009 por no desarrollar eficazmente sus atribuciones en la protección de la niñez y la infancia realmente desvalida.
Así pues, de nuevo es la Fiesta el blanco de aquellos que, para disimular su ineficiencia o su falta de sensibilidad ante las necesidades y los valores de la comunidad a la que deben servir (incluidos los culturales), necesitan de algo o de alguien con quién tratar de paliar sus culpas.
Seguramente piensan que atacar a las cosas de los toros es políticamente correcto, pero yo no lo creo así, sería más redituable que se pusieran a cumplir con sus deberes legales y que dejen a la Fiesta discurrir por sus cauces, que ya con sus problemas propios tiene bastante.
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jueves, 22 de enero de 2009
22/I/1888, Nace en León de los Aldamas, Rodolfo Gaona
Afirma José Alameda que es Rodolfo Gaona el que hace universal el toreo. Sustenta su afirmación en el hecho de que es el primer diestro no español que se convierte en figura indiscutida de los ruedos, porque aunque antes que él tomara la alternativa en Madrid Ponciano Díaz, el que trasciende de ambos lados del Atlántico es precisamente El Petronio.
Hoy, a ciento veintiún años de su natalicio y aunque ya me había parado por aquí, creo que vale recordarle, como un torero efectivamente universal, capaz de absorber la atención de toda la afición de su tiempo y que fuera parte, de la etapa histórica en la que el toreo adquirió los caracteres que la han conducido por los derroteros que hoy discurre.
Es el propio Alameda, quien nos presenta el ser de las cosas en esos días, en su soneto Estampa de Gaona con Gallito publicado originalmente en su libro Seguro Azar del Toreo y en el que nos muestra que la rivalidad de ambos en realidad pudo ser admiración:
Estampa de Gaona con Gallito
Huraño, cenceño, altivo,
quieto en la estampa te veo
como cuando estabas vivo
en la summa del toreo.
Te da los palos José
- las banderillas, tu suerte -.
Él lo sabe - y yo lo sé -
no por competir, por verte.
Por ver en tiempo y espacio
el milagro de ajustar
los pies al verso de Horacio.
Y salir como al entrar,
andando, abriendo despacio
tu gloria, de par en par.
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Y te llamas Rafael…
Ya he planteado algunas cuestiones acerca de Rafael Rodríguez, El Volcán de Aguascalientes, un torero de esta tierra que surgió precisamente como los volcanes y que se distinguió en los ruedos por su valor y su vergüenza torera y que en la vida se mostró siempre como un hombre devoto de su familia y del lugar que le vio nacer a la fama.
Pedro Garfias, uno de muchos grandes españoles que tuvieron que dejar su Patria a causa de lo que a mi me parece una absurda guerra civil, el 16 de abril de 1950, tras una triunfal tarde en la que alternó con Silverio Pérez y Antonio Velázquez, le dedicó esta parte de su obra, en la que se exaltan los valores toreros y humanos de este gran torero mexicano:
A Rafael Rodríguez Domínguez
Yo vi un tipo contrahecho
y afiebrado de valor,
torear con todo el pecho
y no vi un tipo mejor.
Y vi una lenta tristeza,
Manuel de mi corazón,
torear como quien reza,
que el toreo es oración
Ambos por igual destino,
de humilde cuna los dos
uno sigue su camino
el otro el camino de Dios.
Y aunque a ti mismo te asombren
aquél Juan y aquél Manuel
tu eres torero, eres hombre
y no te falta ni el nombre,
que te llamas Rafael.
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miércoles, 21 de enero de 2009
El Poeta del Toreo
Calesero siempre se distinguió por la calidad y la variedad de su toreo durante el primer tercio. Ejecutaba la verónica con gran pureza y aparte de sus creaciones, el farol invertido y la caleserina, era pródigo en la ejecución de una extensa variedad de suertes y de remates, como la larga cordobesa, que le valieron diversos calificativos encomiásticos, perdurando el que le impuso José Alameda, llamándole El Poeta del Toreo y dedicándole esta décima:
Hipérbole de Calesero
Toma el percal Calesero
y se le convierte en seda.
Lorca dice cabalmente:
Es poeta quien transforma cuanto toca
y le da forma o tiempo y luz diferente.
Si el rey Midas hace el cite,
apenas le mira el toro
y ya es una ascua de oro, la metáfora del quite.
Así en la hipérbole queda, como poeta el torero,
cuando se convierte en seda, el percal de Calesero.
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domingo, 18 de enero de 2009
Hoy hace medio siglo: Confirmación de El Estudiante en la Plaza México
En este día se cumple medio siglo de que la temporada de corridas de toros en la Plaza México se inaugurara. Para la ocasión el abogado Ignacio Garciadiego, que se hacía cargo de los asuntos de los propietarios del gran coso, anunció a dos toreros tlaxcaltecas que tenían por divisa el sentimiento en su actuar; Jorge El Ranchero Aguilar y Fernando de los Reyes El Callao, completándose la tercia con la confirmación de la alternativa de un torero de Aguascalientes que paradójicamente, realizó su carrera novilleril sin haber pisado ese escenario.
El confirmante era Jesús Delgadillo El Estudiante, es uno de los toreros nativos de nuestro Barrio de Triana, que tiene por patrón al Cristo Negro del Encino y por imagen en cuanto a torería, al inmortal Poeta del Toreo Alfonso Ramírez Calesero.
El lote del confirmante se formó con los toros Coreano y Cañonero, ambos de La Laguna, siéndole cedidos los trastos por El Ranchero para lidiar a muerte al primero de los laguneros nombrados. El saldo de la tarde no fue de orejas para ninguno de los actuantes por las complicaciones del encierro, pero les valió a los tres para ser anunciados después en la Corrida Guadalupana celebrada el 19 de abril siguiente.
El Estudiante se presentó como novillero en la plaza El Progreso de Guadalajara el 5 de junio de 1955 en un festejo de selección y el 23 de octubre actúa en la es considerada una de las novilladas más exitosas de la década de los cincuenta en esa plaza con José Ramón Tirado y Carlos Saldaña, cortando dos orejas al sexto de la tarde, lo que le vale su inclusión en el cartel del Estoque de Plata y en el siguiente año, actuar en cuatro novilladas seguidas en El Toreo de Cuatro Caminos.
El 20 de abril de 1958, en la Plaza San Marcos de Aguascalientes, Alfredo Leal, ante el testimonio de Joselito Huerta, le cedió los trastos para pasaportar al primero de los de Lucas González Rubio corridos esa tarde.
Aconsejado por Pablo Lozano que hacía campaña en México, marcha a España a probar suerte como novillero, presentándose el 20 de junio de 1963 en Barcelona, para despachar novillos del Conde de Ruiseñada en unión de Curro Montenegro y José María Aragón, logrando sumar tres tardes más ese calendario.
En 1964 logra cuatro actuaciones en Las Ventas y corta una oreja en su debut al lado de Eduardo Ordóñez y José Luis González Copano, estoqueando novillos de Luis Frías Piqueras y Carlos Sánchez Rico. El 15 de agosto le corresponderá atestiguar, en unión de Copano y El Pepe, la muerte del banderillero gitano Manuel Leyton Peña El Coli, quien fue herido por el primero de los únicos tres de Ángel Rodríguez de Arce corridos esa tarde en el ruedo madrileño.
Vuelve a recibir la alternativa y así, el 10 de septiembre de 1964, en Barcelona, Fermín Murillo, con el testimonio de Curro Romero, le cede a Marciano, el primero de los seis de Torrestrella que se lidiarían esa tarde, dando El Estudiante la vuelta al ruedo en el sexto.
Esta alternativa la confirmaría en Madrid el 12 de octubre con el toro Gladiador de Arellano y Gamero Cívico, siendo padrino de la ceremonia Orteguita y testigo Santiago Castro Luguillano, que también confirmaba esa tarde.
Su hora dorada en Las Ventas la tuvo El Estudiante el 8 de agosto de 1965, fecha en la que cortó una oreja al tercero de Félix Cameno. Esta tarde trascendería también, porque Antonio Chenel Antoñete, cortó dos orejas al cuarto de la tarde, en una de sus resurrecciones taurinas, prólogo de la faena inolvidable de Atrevido de Osborne, el toro blanco del 15 de mayo de 1966.
Confirma su alternativa barcelonesa en la Plaza México el 22 de enero de 1967, siendo su padrino el diestro catalán Joaquín Bernadó y actuando como testigo Raúl García con la cesión del toro Vinatero de Tequisquiapan.
A partir de 1968 disminuye su presencia en los carteles y a partir de 1975 deja de actuar, reapareciendo el 30 de abril de 1982, para hacer su presentación en la Plaza Monumental Aguascalientes y al mismo tiempo despedirse de los ruedos, alternando con Eloy Cavazos y Humberto Moro hijo, en la lidia de seis toros de San Manuel, dando la vuelta tras la lidia del cuarto, entre el nostálgico son de Las Golondrinas y el afecto de la gente de su tierra, que veía dejar los ruedos a uno de sus toreros que destacó por su clase y su oficio en cuanta plaza pisó y a quien recuerdo aquí a los cincuenta años de su primera confirmación de alternativa.
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viernes, 16 de enero de 2009
¿Corrección política?
Una de las noticias que ha cobrado importancia estos últimos días es la que se produjo con relación a que el Presidente de la República recibió en su residencia oficial a los jugadores del equipo Toluca, campeón del torneo de la cosa esa que se juega con los pies y una pelotita.
Me llama la atención que más o menos cada seis meses, el Primer Mandatario de la Nación efectúe un acto de esa naturaleza, como si fuera una gran hazaña, digna del reconocimiento oficial el obtener ese campeonato.
Me pregunto: ¿Algún día recibirá en su despacho al triunfador de la temporada de la Plaza de Toros México o de alguna de las ferias trascendentes de este País?
No lo creo, la corrección política de estos días invita a los políticos a negar su afición a los toros y a evitar cualquier contacto con sus personajes, aunque implique negar algo que es parte de la cultura de nuestro pueblo, aunque lo correcto de esa negación sea dudoso.
Me llama la atención que más o menos cada seis meses, el Primer Mandatario de la Nación efectúe un acto de esa naturaleza, como si fuera una gran hazaña, digna del reconocimiento oficial el obtener ese campeonato.
Me pregunto: ¿Algún día recibirá en su despacho al triunfador de la temporada de la Plaza de Toros México o de alguna de las ferias trascendentes de este País?
No lo creo, la corrección política de estos días invita a los políticos a negar su afición a los toros y a evitar cualquier contacto con sus personajes, aunque implique negar algo que es parte de la cultura de nuestro pueblo, aunque lo correcto de esa negación sea dudoso.
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martes, 13 de enero de 2009
Un demonio de pasión…
Discutido siempre, pueden escribirse libros enteros sobre la personalidad de quien es evidentemente, el torero mexicano más importante del último medio siglo. Como humano y dentro del ruedo, ha sido un ser de marcados contrastes, de luces y de sombras, que lograba cautivar, en su favor o en su contra, a todos los que le rodeaban.
La disciplina de luchar consigo mismo, apuntalado por el subyacente recuerdo de la severidad – eficacia de su padre y el rigor terminativo de su hermano Gerardo, germinaron en una práctica de continuo perfeccionamiento y autocrítica.
De lo que menciona Guillermo H. Cantú se puede desprender una interesante descripción de lo que fue la forja de la personalidad de Manolo, criado en un ambiente en que su padre, militar de carrera, impuso una disciplina cuasi – castrense en el hogar. Debido a la avanzada edad del padre del torero, sería su hermano mayor, Gerardo, ganadero de reses bravas, quien se haría cargo de culminar la formación de su hermano menor, rigiéndose siempre por la disciplina heredada del hogar paterno.
La capacidad de autocrítica a que se refiere Cantú, sería al final de cuentas la llave del éxito de Manolo Martínez, pues le daría la capacidad de superar los fracasos y de asimilar los triunfos, permitiéndole siempre mantener el interés de los aficionados, que se mantenían siempre pendientes de sus baches y de la enmienda de éstos, situación que el torero comprendía como el origen de su capacidad creadora en el ruedo, tal y como se lo confesó a su biógrafo, Guillermo H. Cantú en su obra Manolo Martínez. Un Demonio de Pasión:
No vayas jamás a un psicólogo, porque te nivela, te quita los desequilibrios. Te hace mediocre, normal, es decir, parecido a los otros. Uno debe permanecer así, con sus ansias y contradicciones, para mantener intacto el coraje y la creación viva.
Los desequilibrios de los artistas se encuentran siempre presentes en la historia del arte. Es mas, me atrevería a afirmar que quienes más destacan en ella, son esos seres que tienen el privilegio de tener una personalidad atormentada. Sin esos tormentos interiores, quizás no hubiéramos tenido la oportunidad de disfrutar la obra pictórica de un Van Gogh, o la música de Beethoven o los inolvidables versos de Manuel Acuña. Y agregaría yo aquí, que los triunfos mas grandes de Manolo, tampoco hubieran sido posibles si no fuera por sus propios conflictos internos, los que hacía aflorar y resolvía con un trapo rojo en las manos, burlando las embestidas de la muerte, posicionada en las astas de un toro.
En suma, la personalidad de un torero como Manolo Martínez viene a ser lo que al fin y al cabo, le distingue de los demás toreros y esa particular manera de ser le permitió ser el eje y el baluarte de la fiesta de toros en México durante muchos, muchos años.
Post - scriptum: Esto lo debí poner aquí hace tres días, en el aniversario 63 del nacimiento de Manolo Martínez Ancira y además, porque así lo ofrecí a Javier, de Toro, Torero y Afición. Entonces, esta es mi aportación sobre lo que creo resulta ser la personalidad de tan discutido torero, quien sin duda mandó en la Fiesta en México, durante prácticamente cinco lustros. Ojalá les resulte interesante…
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jueves, 8 de enero de 2009
A propósito del anterior...
La noticia de los últimos días es que el inefable Rafael Herrerías vuelve a hacerse – públicamente – cargo de los asuntos de la Plaza México, después de poco menos de tres años de haberse apartado de la posición. En realidad nunca dejó de ser el poder tras el trono, pues ahora se publicita, es el Presidente del Consejo de Administración de la sociedad arrendataria del coso.
Seguramente volverá a verse abiertamente su forma de mandar arrebatada, impositiva y las más de las veces, desapegada de la razón, pero lo más preocupante es que se mantendrá, por quién sabe cuánto tiempo más, una forma de hacer fiesta que solamente ve a las cosas de los toros como un negocio de retorno rápido de la inversión y no como una actividad que en el fondo, tiende a promover la cultura, las artes y el turismo, entre otras cosas más susstanciales.
Volverá a aplicar su filosofía de que los toros son un chou en el que se tiene que dar gusto a la mayoría y ya deja entrever que el renovar la baraja taurina no será su preocupación primordial, pues escudándose en el manido pretexto de que al público hay que darle lo que pide, se decantará mejor por insistir en que la Ley de Espectáculos del Distrito Federal está mal por no permitirle armar carteles con la mayoría o la totalidad de toreros extranjeros y denostando a todo aquél que no se apegue a sus mandatos.
Lo peor es que advierte que seguirá en esto, utilizando una expresión de Miguel Ríos, hasta que el cuerpo aguante, lo que puede ser un lapso de tiempo muy corto o muy, muy largo. Hacer empresa en la Plaza México no es solo tratar de sacar de ella talegas de dinero, la función más importante de un empresario allí, es consolidar a los valores de la torería y en eso, con todos sus defectos, el único que ha podido con esa plaza es el Dr. Alfonso Gaona y allí está la historia para avalarlo.
Post - Scriptum: Las ligas hacia los sitios que guardan las célebres expresiones del empresario, están incluidas en el texto.
La fotografía es obra de CEPx09.
Edito para dejar algunas ligas a algunos artículos de prensa, en los que se ilustra de cuerpo entero a este personaje:
Su despedida de la Plaza México.
Otra sobre ese mismo tema, vista desde España.
Su visión de los toreros mexicanos.
Espero ahora sí, haber concluido.
Seguramente volverá a verse abiertamente su forma de mandar arrebatada, impositiva y las más de las veces, desapegada de la razón, pero lo más preocupante es que se mantendrá, por quién sabe cuánto tiempo más, una forma de hacer fiesta que solamente ve a las cosas de los toros como un negocio de retorno rápido de la inversión y no como una actividad que en el fondo, tiende a promover la cultura, las artes y el turismo, entre otras cosas más susstanciales.
Volverá a aplicar su filosofía de que los toros son un chou en el que se tiene que dar gusto a la mayoría y ya deja entrever que el renovar la baraja taurina no será su preocupación primordial, pues escudándose en el manido pretexto de que al público hay que darle lo que pide, se decantará mejor por insistir en que la Ley de Espectáculos del Distrito Federal está mal por no permitirle armar carteles con la mayoría o la totalidad de toreros extranjeros y denostando a todo aquél que no se apegue a sus mandatos.
Lo peor es que advierte que seguirá en esto, utilizando una expresión de Miguel Ríos, hasta que el cuerpo aguante, lo que puede ser un lapso de tiempo muy corto o muy, muy largo. Hacer empresa en la Plaza México no es solo tratar de sacar de ella talegas de dinero, la función más importante de un empresario allí, es consolidar a los valores de la torería y en eso, con todos sus defectos, el único que ha podido con esa plaza es el Dr. Alfonso Gaona y allí está la historia para avalarlo.
Post - Scriptum: Las ligas hacia los sitios que guardan las célebres expresiones del empresario, están incluidas en el texto.
La fotografía es obra de CEPx09.
Edito para dejar algunas ligas a algunos artículos de prensa, en los que se ilustra de cuerpo entero a este personaje:
Su despedida de la Plaza México.
Otra sobre ese mismo tema, vista desde España.
Su visión de los toreros mexicanos.
Espero ahora sí, haber concluido.
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Xavier González Fisher
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domingo, 4 de enero de 2009
Alfonso Gaona: El único empresario que le ha podido a la Plaza México
El pasado 2 de enero se cumplieron 3 años de la desaparición física de Alfonso Gaona de Lara, el emblemático empresario que entre 1940 y 1988 fuera el paradigma del empresario taurino en la capital de la República y por qué no decirlo así, en México entero.
Optometrista de profesión y por ello llamado el Doctor, Alfonso Gaona desde su primera juventud tuvo el deseo de interiorizarse en la fiesta de los toros. Aunque originario de Saltillo, Coahuila, por la ocupación de su padre, la familia se traslada a Morelia en Michoacán, lugar en el que traba pronta amistad con dos morelianos que figurarían en el mundo taurino principalmente como ganaderos: Emilio Fernández y Alfredo Ochoa Ponce de León.
Al enterarse la familia de Alfonso Gaona que tenía intenciones de intentar hacerse torero, le consiguen una beca para estudiar en los Estados Unidos y le envían a Chicago, lugar en el que residía uno de sus hermanos. Allí es donde cursa sus estudios de optometría y al regresar a México, ingresa a ejercer su profesión a los servicios públicos de salud.
Al final de la década de los 30 los estamentos de la fiesta en México estaban divididos. Se había generado el llamado Pacto de San Martín Texmelucan, en el que toreros y ganaderos se dividieron en dos bandos, uno liderado por don Antonio y don Julián Llaguno y que llevaba como cabeza entre los toreros a Lorenzo Garza, El Soldado y Fermín Rivera y el otro liderado por Wiliulfo González de Piedras Negras y los hermanos Madrazo de La Punta y los lideraban como toreros Armillita, Silverio Pérez y Jesús Solórzano.
Ese estado de cosas motivó que en el año de 1939 se dieran dos temporadas, una con toros y toreros del bando de los Llaguno y otra, llamada Relámpago constante de solo 7 festejos, con los de los señores de Piedras Negras y de La Punta, concluyendo ambas en un verdadero desastre, pues las dos resultaron ruinosas para la afición y para las empresas que se afanaron en montar esa competencia que no llevaba a nadie a ninguna parte.
Para el año de 1940, Jesús Torres Caballero y el ganadero de Quiriceo, Jorge Jiménez del Moral que fueran los organizadores de las últimas dos temporadas de corridas en El Toreo el año anterior, quedó fuera de la empresa y el General Maximino Ávila Camacho, hermano del Presidente de la República y titular de la mayoría accionaria de la sociedad propietaria de la plaza designó como nuevos gestores del coso a Anacarsis Carcho Peralta, quien nombró como Gerente a Alfonso Gaona, el que sería el encargado de la parte pública de la operación de la empresa.
La aptitud del llamado Doctor Gaona para la actividad se vio pronto, pues le fue posible conciliar los intereses encontrados de los dos bandos enfrentados por los hechos de Texmelucan y para demostrarlo, confeccionó para su primera tarde, el 1 de diciembre de ese año, la alternativa de Carlos Arruza, otorgada por Armillita y con el testimonio del queretano Paco Gorráez, enfrentando la terna toros de Piedras Negras. El cartel tenía su simbolismo, pues combinaba elementos de los dos grupos en pugna apenas un año antes
Su llegada a la Plaza México se da en el año de 1948. Contaba el Doctor que los primeros festejos los dieron el constructor del coso Neguib Simón Jalife y después, actuó como empresario Lorenzo Garza, pero al tener que desprenderse el empresario y político yucateco de la propiedad de la plaza y del estadio adyacente, a causa de las pérdidas económicas que su construcción le causara, el nuevo adquirente de la misma, le ofreció la operación de ella, desde el año de 1947.
La oferta se hizo a través de su amigo de la juventud, el ya ganadero Emilio Fernández, por cuyo conducto envió una cortés negativa en primera instancia, debido a que sus negocios relacionados con la optometría y una cadena de tiendas de regalos funcionaban muy bien, pero un año después, en 1948, el mismo Emilio Fernández le invitó a una comida en la que le presentó a Moisés Cossío, el propietario de la plaza y allí mismo se acordó el inicio de su actividad al frente de la plaza más grande del mundo, llevando como sub – gerente al empresario potosino Joaquín Guerra.
Allí se consolidó una relación que mantendría a Alfonso Gaona durante 48 años en el empresariado taurino, con sus altas y sus bajas, pues tuvo lapsos en los que aunque era arrendatario de la Plaza México o del Toreo de Cuatro Caminos y en los que además operó las plazas de San Luis Potosí, Monterrey, Tijuana y Aguascalientes entre otras, por los vaivenes de la fiesta de los toros, se vio precisado a mantener las principales cerradas.
Esto redunda en que en esos cuarenta y ocho años de empresario, Alfonso Gaona ofreció 27 temporadas de toros en la Capital de la República, en las que ofreció un brillante epílogo a la Edad de Oro y promovió el surgimiento de la Edad de Plata del Toreo mexicano, con la aparición de Los Tres Mosqueteros en el año de 1948, su primero al frente de la México, amén de que dejó los espacios necesarios para el surgimiento o consolidación de otros diestros como Juan Silveti, Joselito Huerta, Alfredo Leal, Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Curro Rivera, Antonio Lomelín, Jorge Gutiérrez y el último novillero mexicano que volteó al revés la gran plaza, Valente Arellano.
Se le criticó por ser un empresario de plaza cerrada, pero toda su circunstancia me indica, que como en cualquier faena con estructura, el Doctor Gaona le dio las pausas necesarias a la actividad que realizaba y siempre que ofertó espectáculos taurinos al público, la afición y los públicos atendían a su reclamo, el cemento en su tiempo, no era el protagonista en los tendidos.
En sus intermedios (1957 – 1960 y 1965 – 1976), diversas personas y entidades se hicieron cargo del gran coso con resultados variopintos. Cuando terminó su gestión definitivamente en 1988 las cosas tampoco mejoraron y lo único que me demuestran los resultados en su ausencia, independientemente de lo autoritario o pintoresco que haya sido el ocupante de ese sitio, es que el único empresario que le ha podido a esa gran plaza, es el Doctor Alfonso Gaona, de quien hoy hago este recuerdo.
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