domingo, 25 de octubre de 2009

José Luis Bote en Aguascalientes

Atraído por la participación que tendría el torero madrileño José Luis Bote, en la sesión del pasado jueves en el Centro Taurino México España, en donde tenía algún tiempo de no aparecerme, fui a escuchar al hoy profesor de la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda de la capital española, que ahora hace una estancia docente en la Academia Taurina Municipal de Aguascalientes.

José Luis Bote tiene en su haber una marca interesante en la historia del toreo de esta Ciudad. Es el único torero que ha cortado cuatro orejas y dos rabos en en la Plaza Monumental en una misma tarde, la del 5 de mayo de 1996, en la que alternó con Eloy Cavazos y Alejandro Silveti. Ese día tuvo la fortuna de encontrarse con los toros Curtidor de José Garfias y Andariego de Arroyo Zarco, ante una gran entrada en ese festejo que cerró la feria abrileña de ese calendario.

Esa tarde utilizó el mismo vestido blanco y oro que llevaba la tarde del 17 de mayo de 1992, en Las Ventas, cuando un toro de Alonso Moreno de la Cova le causó entre otras lesiones, la fractura de dos vértebras y una serie de afectaciones medulares que hicieron temer incluso por su posibilidad de volver a caminar;

…llevaba el vestido para demostrarme que todavía podía torear y además, porque no tenía otro…


El triunfo de Aguascalientes tuvo amplia repercusión y le llevó de nuevo a actuar en Madrid, donde el 9 de mayo de 1999, cortó una oreja a un toro castaño de Ramón Sánchez Ybargüen.

La charla continuó sobre distintos tópicos, todos cercanos a la carrera del torero, marcada por los percances que le impidieron escalar la posición a la que parecía estar destinado y a su paso y actividad actual en la Escuela Marcial Lalanda.

Recordaba Bote que la antigua Escuela de Madrid comienza a funcionar a iniciativa de Enrique Martín Arranz y Manuel Martínez Molinero, sin subvenciones oficiales. Habló sobre la dureza de los medios aplicados para la formación en esos días y sobre la calidad de quienes se hacían cargo de imbuir el toreo en los aprendices, pues aparte de Martín Arranz y Molinero, recordó a Juan Antonio Alcoba Macareno, Joaquín Bernadó, Félix Saugar Pirri y Gregorio Sánchez.

La tarea técnica de esos instructores titulares se complementaba con presentaciones especiales de toreros como Ángel Luis Bienvenida, Rafael Ortega, Antoñete o Juan Posada y las sesiones de los viernes por la tarde impartidas por don Rafael Campos de España sobre temas culturales de la fiesta y el conocimiento que sobre el toro y sus orígenes les transmitía Joselito de la Cal.

Añoró esos días en los que él, Joselito y El Fundi eran discípulos en la escuela. Las cosas eran menos fáciles que hoy, en los que como parte del canon que se impone a la empresa que gestiona la Plaza de Las Ventas, se incluye una serie de prestaciones para la Escuela y sus alumnos.

...Ya los chicos no tienen que caminar 10 o 15 kilómetros para sentarse en las tapias de un tentadero y esperar la oportunidad de torear una vaca… echo de menos para estos muchachos aquella escuela en que estuve yo...


Sobre su relación con la afición, dijo:

…respeto muchísimo a los aficionados, desde el retiro, aprecio su opinión, porque son quienes nos llevan a nuestro sitio…


Alguno de los asistentes pidió su opinión sobre el Tendido 7 de la Plaza de Madrid y sobre ese particular manifestó:

...yo reconozco a los grandes aficionados que hay en el 7… creo que fui torero del 7 y de Madrid...



Acerca del toro mexicano y su comparación con el de España, el comentario que hizo es en el sentido de que en México el toro generalmente va de menos a más, con un son y un ritmo que para el que llega por primera vez a enfrentarlos, resulta difícil entender, pero una vez que se asume ese especial tempo, se pueden lograr grandes obras. Del toro español señaló que comienza a suceder allá lo mismo que aquí, en cuanto a la predominancia de un solo encaste, lo que visto desde el ángulo de su actual ocupación, resulta contraproducente, porque parte del aprendizaje del aspirante a torero, es el conocer la mayor diversidad posible, tratándose de los toros. Mencionó que afortunadamente se trabaja en recuperar algunos hierros históricos y se refirió expresamente al de los herederos de don Tomás Prieto de la Cal, que mantiene casi en pureza el encaste veragüeño.

En su participación solicitó el reconocimiento a la labor que en Aguascalientes desarrollan tanto la Academia Taurina Municipal, como la Escuela de las Artes y el Toreo. Consideró que en México está en un momento crucial gracias a su afición y agregó delante de su discípulo Luis Gerpe, alumno de intercambio de la Escuela madrileña:

…en el momento que Ustedes exijan a sus jóvenes, ellos crecerán… no los acomoden y llegarán más lejos…


Su visita concluyó recomendando a los asistentes el mantener su afición, pues es, según su juicio, lo que mantiene viva a la fiesta,

…sin una afición constante y exigente, esto no puede ir adelante…



EDITO: A propósito del comentario de Bastonito, revisé mis notas y cuando el torero dijo que se sentía torero del 7, agregó que se sentía también torero de Madrid. De esta manera salvo la omisión.

5 comentarios:

  1. Tiene razón José Luis Bote cuando dice que fue un torero "del 7", pero creo que se queda corto: fue un torero de Madrid, de toda la plaza, porque tenía una clase increíble y una concepción añeja de la Tauromaquia que, de no ser por la fatalidad, a buen seguro le habría llamado a hacer grandes cosas.

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  2. Es cierto, también mencionó que se sentía "Torero de Madrid", aunque en un contexto distinto.

    Por su torería añeja creo que es bueno que esté cerca de los chicos que dicen querer ser toreros, de allí la añoranza de los "tiempos duros" del aprendizaje, pues quizás era en esa "dureza" donde se adquiría esa torería.

    Gracias por la visita.

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  3. Siempre me he sentido muy cercano a El Bote, primero porque los dos vivíamos en la misma calle en Madrid a unos cincuenta metros, igual que el malogrado Yiyo, y segundo porque le veíamos en Las Ventas tarde a tarde intentando abrirse paso en el toreo a base de un toreo clásico. Y aquella tarde en la que un intento de quite desde la barrera fue casi fatal. Luego pudimos disfrutar de su toreo a pesar de las dificultades que tenía hasta para andar, pero dejó muy claro que se torea con los brazos. Un ejemplo de torero, de pundonor, amor a su profesión y dignidad como hombre. ¡Qué bien toreaba El Bote!

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  4. Recuerdo la final de la escuela taurina de Madrid con El Fundi, El Bote, y Joselito, en Las Ventas. Apenas quince años Joselito, alguno más los otros dos. Trajes desvaídos, toreria, ganas de comerse el mundo. Estampa a la antigua, en fin.

    A partir de ahí, ese cartel se prodigó por tantos pueblos de España…¡y con que éxitos!

    Luego sus vidas tomaron caminos distintos. El Bote siempre ha sido un buen torero respetado por la afición, pero no siempre tuvo la suerte de cara.

    Respecto a ser torero de "el siete", ¿Cuál de ellos? Porque en treinta años he conocido siete "sietes" al menos. Por cierto me salí de aquella zona de los tendidos de las Ventas cuando una tarde en la que toreaba Joselito, de novillero con picadores, uno de los famosos componentes de aquel siete de entonces, le insultó descaradamente.

    Desde luego es verdad que El Bote ha sido y es torero de Madrid, pero los aficionados de Madrid se ubican en los más diversos sitios de la plaza de Las Ventas no solo en ese tendido.

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  5. Efectivamente, despues del percance, el toreo de Bote fue, como de ha dicho arriba con acierto, un toreo de brazos. De brazos y de cabeza, de entrega y de redaños.
    Tuve la suerte de verlo alla y aca en tardes buenas y no tanto. De todas, sin embargo, me quedo con una faena magistral a un marrajo aldinegro en la Plaza de Torreon: el maestro, transfigurado en estatua verde y oro, gallardo, serio, jugandose la vida en un trance mistico de entrega torera, casi en estado de gracia, frente a un publico de bullanga y musica facilona que, de pronto, percibiendo tal toreria y dignidad en el ruedo, se le rindio sin reservas, azorado y al borde de sus asientos. Que torerazo!
    Bote es de los que, en la mas remota e incognita de las tertulias de cabales, al ser recordado, hace siempre exclamar a mas de uno:
    --Bueno, bueno, ese comia aparte!

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