domingo, 10 de diciembre de 2023

9 de diciembre de 1973: Confirma en la México El Niño de la Capea

El Niño de la Capea
Pancho Flores

La temporada 1973 – 74, organizada por DEMSA, con don Javier Garfias en calidad de cara visible, constó de 16 festejos, empezó el 2 de diciembre del 73 y terminó el 24 de marzo del año siguiente y tuvo como prólogo, una corrida benéfica el 15 de septiembre anterior, cuyos recursos estarían destinados a paliar en algo las necesidades de las comunidades de Puebla y Veracruz afectadas por un fuerte sismo. Como se puede ver, no es de ahora, ni de antier, que la fiesta está siempre en apoyo de las mejores causas de la sociedad. Y como remate, nuestros maestros en el retiro, torearon al día siguiente, también en la gran plaza, un festival con la misma finalidad, que igualmente llenó el coso. Decididamente creo que no somos tan malos como nos quieren pintar.

El elenco que formó don Javier Garfias para ofrecer el ciclo – y el derecho de apartado – se integró con los diestros mexicanos Mariano Ramos, Raúl Contreras Finito, Jesús Solórzano, Adrián Romero, Antonio Lomelín, Raúl Ponce de León, Manolo Espinosa, Jorge Blando, Miguel Villanueva, Luis Procuna y Jaime Rangel; los españoles Francisco Ruiz Miguel, además de El Niño de la Capea y José Mari Manzanares, quienes confirmarían sus alternativas, el colombiano Pepe Cáceres y los rejoneadores Gastón Santos y Pedro Louceiro

En el renglón ganadero, terminaron lidiándose: Javier Garfias (1 encierro más 3 toros), Mimiahuápam, San Mateo (2 encierros), Tequisquiapan, José Julián Llaguno (3 encierros), Torrecilla (1 encierro más 3 toros), Reyes Huerta, Santacilia, Zotoluca (1 toro), Jesús Cabrera, Campo Alegre, La Laguna (4 toros), Manuel de Haro (2 toros), Santo Domingo (1 toro), Mariano Ramírez y El Rocío (1 toro).

Momentos estelares de una temporada

Esa temporada tuvo sus tintes de gloria cuando Mariano Ramos materialmente bordó al toro Abarrotero de José Julián Llaguno, que fue indultado y conforme a la costumbre de la época, le fueron entregadas las orejas y el rabo simbólicos por su faena; la temporada alcanzó quizás su cota más alta el 13 de enero cuando Jesús Solórzano se entendió con Fedayín de Torrecilla y dejó firmada una de las faenas que son de las históricas de la Plaza México. También tuvo sus momentos de épica, cuando entre el disgusto de la concurrencia, Manolo Martínez se dejó toros vivos el 16 de diciembre y el 20 de enero – este último será motivo de especial análisis después – y también cuando el Niño de la Capea escuchó los tres avisos en la primera de las dos últimas fechas señaladas.

Y el tiempo de epopeya no faltó tampoco. Fue en la 14ª corrida, que bien pudo ser la del final de la temporada. La despedida de Luis Procuna fue el sumario en el que se concentraron todas las emociones de una afición que fue privada por cuestiones ajenas al toreo, de ver las desiguales actuaciones de una de las figuras históricas que el toreo mexicano ha producido y que, ha sido además irrepetible. Ese domingo 10 de marzo de 1974, Luis Procuna dejó en el ruedo de la Plaza México el epítome de su tauromaquia y cortó, el que quizás haya sido uno de los rabos mejor logrados de los ciento y tantos que allí se han otorgado. Se fue de los ruedos como lo que fue, un triunfador y le dejó claro a los que lo mandaron al ostracismo por casi una década, que, de proponérselo, todavía había mucho Procuna por delante.

La segunda corrida de la temporada 73 – 74 

La temporada, decía, se había inaugurado el domingo 2 de diciembre y para el siguiente, se programó un encierro de don Javier Garfias para Curro Rivera, Pedro Gutiérrez Moya El Niño de la Capea y Curro Leal, estos dos últimos, nuevos en la plaza como matadores de toros y, por ende, confirmantes de sus alternativas. El padrino de la ceremonia llegaba con nuevo apoderado a este ciclo capitalino, pues había roto con Enrique Vargas, que era quien lo había llevado desde sus inicios novilleriles, para dejar el manejo de sus asuntos al ingeniero Manuel Lourdes Camino

La tarde fue más bien grisácea, porque al final de cuentas, solamente El Niño de la Capea pudo cortarle la oreja al toro que abrió plaza, nombrado Consentido y que sirvió para que confirmara la alternativa que recibiera en Bilbao el 19 de junio del año anterior. Escribió el cronista de la agencia EFE, para el semanario El Ruedo:

Moya, que confirmó su alternativa española, toreó con mucho duende, temple, clase y arte. En su primero oyó grandes ovaciones y terminó de un estoconazo, recibiendo una oreja, con petición de otra y vuelta al ruedo, devolviendo prendas de vestir. Con su segundo Moya demostró que, además de artista, es un poderoso lidiador, ya que con doblones efectistas se adueñó de su nada fácil enemigo. Fue premiado con una gran ovación…

Por su parte, el psiquiatra Enrique Guarner, en su Historia del Toreo en México, relata así su recuerdo acerca de esa actuación de la siguiente manera:

El primero de la tarde fue castaño y bocinero. Pedro Moya lo recibió con preciosas verónicas y una media que levantaron al público de sus asientos. El quite por chicuelinas resultó lento y pausado. Brindó a los concurrentes y con la muleta realizó un inolvidable trasteo con magníficos pases en redondo. Iniciaba cada serie con un molinete, alegrando al toro, y la remataba con el perfecto obligado de pecho. Vino después la gran estocada y se le concedió la oreja y una vuelta al ruedo. Para mi manera de ver y luego de ver varias veces esta faena filmada, creo que merecía mayor premio o por lo menos comentarios más favorables a los que tuvo; sobre todo debido a su gran limpieza…

Se observa de ambos comentarios la descripción de un torero con clase, con poderío y con tendencia a torear limpiamente, pero no hay atisbos de lo que vendría después con él. Y es que quizás su escasa permanencia en México en esas fechas, por tener que viajar a Sudamérica a cumplir compromisos allá, le mantenía inconexo de los medios y del ambiente taurino nuestro, pero ya habría ocasión. Escribe Daniel Medina de la Serna:

Todos sabemos ahora que “El Niño de la Capea” ha sido el torero español de la Plaza México, pero esas primeras tardes, para que no lo pudiéramos avizorar, ni menos profetizar, tuvo unas actuaciones contrastantes, de las que además se ausentaba, casi al día siguiente, para ir a cumplir contratos en América del Sur. En la tarde de su confirmación le cortó la oreja al de la ceremonia, “Consentido”, tras una gran faena y un volapié impecable; con el otro poco pudo hacer...

Al domingo se le iría vivo Nene de Mimiahuápam y conoció la cara no amable de la afición de la capital. Esto le contó a Víctor José López El Vito:

Su opinión sobre Manolo Martínez la resume a una de las muchas tardes que torearon juntos en la México, y que los dos vieron regresar sus toros al corral tras escuchar los tres avisos en dos de sus turnos. Uno por cabeza. Fue una tarde muy bonita… Cuando acabó la corrida, al abandonar el ruedo como es tradicional él, Manolo Martínez, más antiguo que yo al salir me dijo: “Mira mano, sígueme” … Nos metimos en la enfermería hasta las diez de la noche, asegurándonos que no había nadie esperándonos. Salimos de la plaza en medio de la oscuridad en las calles que rodean la Monumental. La gente no estaba para bromas…

Pero el 20 de enero siguiente se reuniría con Alegrías de Reyes Huerta y aún después de recibir un aviso por ponerse pesado con la espada, se le obligó a dar dos vueltas al ruedo por la faena que le hizo. El torero de Salamanca asegura que ese día fue el que lo adoptó la afición de la Plaza México.

El resto de la corrida

Curro Rivera pareció acusar el cambio de apoderamiento y, se decía también, las tensas relaciones familiares que le resultaron por esa decisión profesional. La crónica aparecida en El Ruedo, de la agencia EFE, dice:

Rivera, en su primero, dibujó cuatro lances en los medios a pies juntos y sin moverse un milímetro, y con la franela logró varias tandas de derechazos y naturales, serenos y torerísimos. Fue ovacionado. Con su segundo. Rivera lo intentó todo; pero tuvo que abreviar en virtud de que el de Garfias agotó sus fuerzas. Nuevamente ovacionado…

Por su parte, años después, Daniel Medina de la Serna, agregaría:

Para Curro Rivera fue ésta una temporada complicada por las relaciones personales con su padre, con el cual terminó por romper cuando menos en el plan poderdante – apoderado. Esa primera tarde el doble padrino estuvo como desconcertado y un tanto ausente, apenas se vio bien en su primero y algo mejor en el cuarto, aunque sin mayores proezas...

Curro Leal pasó de puntitas en esta tarde de compromiso, aunque ya tendría oportunidad de volver a la gran plaza y escribir su nombre en la historia de ella.

Para terminar

El Niño de la Capea, como lo dice Medina de la Serna, es uno de los toreros españoles de la Plaza México. Sus obras con Corvas Dulces, Fandango, Manchadito, Samurái, Pedregoso, Bordador, Delicioso, Cantarito o Piropo tienen lugar privilegiado en la historia y la memoria de la Plaza México. Hoy en el cincuentenario de su confirmación de alternativa en ella, le recuerdo con admiración y respeto.


domingo, 3 de diciembre de 2023

1º de diciembre de 1963: Guillermo Sandoval confirma su alternativa en la Plaza México

Guillermo Sandoval confirma en
Madrid 1° agosto 1965
Foto: Martín Santos Yubero
El inicio de la década de los sesenta fue promisoria para el toreo en México. Surgió una generación de novilleros que parecía que representarían el relevo de los toreros de nuestra Edad de Plata de una manera tersa, sin sobresaltos. Así, vimos surgir en las plazas México y el Toreo de Cuatro Caminos a Abel Flores El Papelero, Gabino Aguilar, Mauro Liceaga, Fernando de la Peña, y Guillermo Sandoval quienes atrajeron la atención de las casas de apoderamiento españolas que se hicieron presentes aquí a finales de 1961, en la persona entre otros de Alberto Alonso Belmonte, Cristóbal Becerra y los diestros retirados Pepe Iglesias y Antonio Posada, quienes buscaban contratar para sus grupos a algunos de esos novilleros y por supuesto a varios de los matadores que encabezaban nuestro escalafón.

Guillermo Sandoval, originario del barrio de Peralvillo de la capital mexicana, que se había presentado en Cuatro Caminos el 7 de mayo de 1961 y en la Plaza México el 16 de julio siguiente – ambas plazas las llevaba al mismo tiempo el Dr. Alfonso Gaona – se fue a España dándole poderes a Pepe Iglesias, quien por las plazas en las que actuó el torero capitalino, debió ser cercano a la empresa Jardón, que tenía a su cargo la plaza de Las Ventas. Así, casi al bajarse del avión, le contrata su presentación en Zaragoza, para el 8 de abril de 1962, alternando con El Cordobés y Rafael Ataide Rafaelillo en la lidia de novillos de Baltasar Ibán

Así iniciaría una campaña en la que torearía 27 novilladas, destacando sus actuaciones en plazas como Zaragoza (5), Madrid (3), Barcelona (2), Valencia (2), San Sebastián (2) o Alicante. Fue el novillero mexicano que más tardes sumó ese año y quedó arreglado para volver el siguiente, cuando toreó 5 novilladas más otras tres en Madrid, una más en Zaragoza y cerró ese capítulo de su carrera en Calatayud.

La alternativa la recibió en Barcelona el 18 de agosto de 1963, de manos de Joaquín Bernadó y fungiendo como testigo Vicente Fernández El Caracol. El toro de la ceremonia se llamó Algarrobito y fue de la ganadería salmantina de Lamamié de Clairac. Ese calendario todavía alcanzó a sumar otras tres corridas de toros, todas en Palma de Mallorca, entre el 25 de agosto y el 20 de octubre de ese año.

La confirmación de alternativa de Guillermo Sandoval

La temporada de toros 1963 – 64 en la capital mexicana se verificó en dos plazas. Por una parte, la México tenía como cabezas de su elenco a Luis Procuna, Joselito Huerta, Jaime Rangel, Paco Camino, Diego Puerta, El Viti y proponía como confirmantes a Guillermo Sandoval, Fernando de la Peña, Oscar Realme y Abel Flores El Papelero, todos ellos doctorados entre agosto y el final de septiembre en ruedos hispanos y en el caso de Realme, ya hasta confirmado en Madrid.

El elenco de Cuatro Caminos, plaza llevada en esta oportunidad por Alejo Peralta y Dolores Olmedo, se apoyaba en Calesero, Antonio Velázquez, Rafael Rodríguez, Jesús Córdoba, Manuel Capetillo, Juan Silveti, El Ranchero Aguilar, Alfredo Leal y era el gran atractivo del mismo Manuel Benítez El Cordobés, que venía junto con Pedrés, El Caracol y el venezolano César Girón. En algún otro punto de esta bitácora, conté ya que el punto débil de esta empresa estuvo en la obtención de ganado de garantías, porque la empresa de la México, le bloqueó cualquier posibilidad de conseguirlo.

La corrida inaugural de esa temporada en la Plaza México se celebró el 1º de diciembre de 1963, cuando para lidiar un encierro de Tequisquiapan, se anunció a Humberto Moro, Santiago Martín El Viti y Guillermo Sandoval, quien confirmaría su alternativa. A propósito de ese festejo de apertura de temporada, escribió para El Redondel don Alfonso de Icaza Ojo:

La corrida inaugural de la temporada grande siempre es un acontecimiento en nuestra incomparable Ciudad de los Palacios... Hoy la gente ha llenado las localidades numeradas, mucho más que las generales, lo que demuestra que no persigue la baratura de los precios, sino el ver la fiesta desde más cerca y en el mejor asiento posible... Nuestras corridas seguirán siendo grandes, en tanto el público responda a los buenos carteles que se le ofrecen... Preside la corrida el licenciado Jacobo Pérez Verdía, asesorado por Samuel Solís... El tiempo es magnífico, pues brilla el sol en el azul de nuestro cielo, calentando el ambiente que al amanecer de hoy era gélido...

No fue precisamente un lleno el que provocó esa primera tarde, pero sí una entrada respetable, que reflejaba el interés de un cartel imaginativo, balanceado y que dejaba a la afición esperar que en ella se dieran hazañas dignas de ser recordadas.

El primer toro de la corrida se llamó Indiano, de pelo cárdeno claro y se le anunciaron 520 kilos en la tablilla. Fue el de la confirmación de Guillermo Sandoval. Su actuación ante él, de acuerdo con el ya invocado Ojo fue de la siguiente guisa:

Brinda el diestro de Peralvillo a un señor que suponemos sea su padre y pasa a habérselas con un toro que toma muy bien el engaño, yendo hasta donde lo mandan. Comienza a muletearlo cerca de las tablas, siempre por alto, hasta que remata la serie con un pase de trinchera bien instrumentado... Cita de largo con la zurda... resultando cogido a poco... Varios buenos derechazos llevando al toro desde aquí hasta allá, y nueva cogida, rompiéndole la taleguilla. Se levanta y el público lo aplaude ruidosamente... trata de entrar a herir, pero una parte del público se opone. Nueva ración de trapo, con abundancia de derechazos eternos, que demuestra que el toro tenía todavía mucho que torearle... media estocada delantera y perpendicular a un tiempo... los peones capotean y extraen el arma y Sandoval entra de nuevo y deja el estoque delantero, casi hasta el puño, doblando casi de inmediato la res... Hay palmas al toro en el arrastre y ovación para Guillermo Sandoval que saluda desde el tercio...

Por su parte, Carlos León, en sus Cartas Boca Arriba del diario Novedades, dirigiéndose en esta oportunidad a Pedro Chicote, en su Museo Internacional de Bebidas en Madrid, discurre:

Guillermo se pasó dos años en España y, si actuó bastante como novillero, viene apenas con cuatro actuaciones como matador de toros. Su verdor, pues, era lógico que fuera como el de un ligero vino abocado. Sin embargo, el novel espada salió con ansias novilleriles y, en el sorteo, tuvo mejor suerte que la venturosa del sacristán de Boccaccio 70... Nobilísimo era el cárdeno que Don Fernando de la Mora envió para abrir plaza. Un toro para consagrarse, pero... el neófito no lo comprendió y trató de muletearlo a salga pez o salga rana. Y así no es posible. Se llevó dos impresionantes volteretas, de las que se levantó como sólo podían hacerlo Adán y Eva: sin verse la ropa. Pero la voluntad y el valor no fueron suficientes ante un burel de seda que exigía un torero…

Guillermo Sandoval fue herido por el toro que cerró la corrida, llamado Rumbero, sexto – bis del encierro, ante el cual parecía estarse acomodando y presentando por fin el toreo de clase que le caracterizaba. Escribe Carlos León:

Con el sustituto del sexto volvió a tener la suerte de topar con un bicho excelente, más apenas empezaba a armar la escandalera con el capote, cuando se produjo otra cogida, que ahora sí lo mandó a la enfermería...

Por su parte, Ojo reflexiona acerca de la actuación del confirmante ante este segundo toro de su lote:

...después de unos cuantos capotazos de tanteo liga hasta media docena de buenas verónicas, que remata por partida triple con un recorte muy ceñido, una “brionesa” y una rebolera, oyendo palmas en abundancia de la concurrencia... Sandoval, en el quite, chicuelea primorosamente, pero es cogido después de la manera más tonta: remata de rodillas, el toro hace por él y él hace por el toro, que no tiene sino estirar la gaita, para inferirle una cornada en el muslo derecho, que provoca hemorragia...

Cuando parecía que Guillermo Sandoval iba a redimir su crédito ante la afición de la capital, se encontró con los pitones de los toros y sus intenciones se quedaron en mera declaración. Volvería a la Plaza México el 26 de enero de 1964, para alternar con Luis Procuna y Diego Puerta ante un encierro del Ing. Mariano Ramírez y ya no regresaría vestido de luces a la gran plaza.

El resto de la corrida

Santiago Martín El Viti firmó esa tarde una de sus grandes obras en el coso de Insurgentes. Lo hizo ante el quinto de la corrida, Hortelano, al que le cortó las dos orejas, faena de la que Carlos León dijo: Santiago era un ausente de sí mismo y de su alrededor – de su yo y sus circunstancias, como diría Ortega y Gasset – pues allí no existía sino el toro, sólo el toro que el “Viti” iba creando a la medida de su muleta...

Por su parte, Humberto Moro no tuvo una reaparición feliz en la Plaza México, no obstante que tuvo tres toros para revitalizar su cartel ante la afición capitalina. Fue una de esas tardes en la que simplemente no se acomodó.

El futuro de Guillermo Sandoval

Guillermo Sandoval confirmaría su alternativa en Madrid el 1º de agosto de 1965, recibiendo los trastos nuevamente de manos de Joaquín Bernadó y en presencia de Antonio Sánchez Fuentes, cediéndole el primero de los toros de Miguel Zaballos corridos esa tarde veraniega. Fue la única corrida en la que actuó ese año en aquellas tierras y sufrió una cornada grave, según se deduce del parte médico rendido:

Durante la lidia del primer toro ingresó en esta enfermería el diestro Guillermo Sandoval, con herida por asta de toro situada en cara antero interna del muslo izquierdo en la unión con el tercio superior con el medio, que interesa piel, tejido celular y aponeurosis femoral con una trayectoria de cinco centímetros de longitud dirigida hacia atrás y hacia arriba que produce grandes destrozos en el muslo, vasto interno y abductores; contusionando el paquete vascular con espasmo arterial, desgarro de la vena femoral y arrancamiento de la colateral con abundante hemorragia que hizo precisa transfusión de sangre durante todo el acto operatorio. Luxación escapulo humeral del lado derecho. Pronóstico grave.

Como se puede ver, a Guillermo los toros lo castigaron duramente en los momentos menos oportunos.

En 1966 se produjo un cisma sindical entre la torería mexicana y nació lo que hoy es la Asociación Nacional de Matadores de Toros, Novillos, Rejoneadores y Similares. Pero quedó subsistente en el ámbito local de la Ciudad de México la Unión Mexicana de Matadores de Toros y Novillos, misma que fue liderada por Luis Procuna. El semanario El Ruedo de Madrid, fechado el 27 de diciembre de 1966 contenía la siguiente información:

Después de consumada la escisión entre los toreros mejicanos, las personas que forman los Comités o Juntas Directivas de la Unión y de la Asociación son las siguientes: Unión. - Luis Procuna, reelegido secretario general, Jesús Córdoba, Oscar Realme, Víctor Huerta, Guillermo Sandoval y Fernando de la Peña. En Honor y Justicia, Emilio Sosa, Eduardo Moreno y el novillero Rafael Ramírez. En Hacienda y Vigilancia, Emilio Rodríguez Vela, Jorge Carrillo y el novillero Roberto Segovia...

Prácticamente todos los toreros que se integraron a la Unión y que ocuparon cargos directivos en ella, terminaron casi en ese momento sus carreras, pues por una especie de pacto de caballeros, las empresas contrataban preferentemente a los afiliados a la Asociación. Guillermo Sandoval siguió toreando intermitentemente hasta el año de 1978, año en el que encontré el último registro de una actuación suya, el 19 de octubre, en Acapulco, mano a mano con el diestro ecuatoriano Bolívar Vasco, en la lidia de toros de Matancillas. Esa tarde cortó tres orejas a los toros de su lote.

Hoy recuerdo a Guillermo Sandoval en el sexagésimo aniversario de su confirmación de alternativa, un torero que por su clase pudo ocupar un sitio de privilegio en los ruedos de México.

domingo, 26 de noviembre de 2023

26 de noviembre de 1977: Miguel Espinosa Armillita recibe la alternativa en Querétaro

Miguel Espinosa, el menor de los hijos varones del Maestro Armillita, después de torear un importante número de festivales al lado de su hermano Fermín y de los hijos de otros toreros, sobre todo de la Edad de Plata mexicana, empezó a vestir el terno de luces el año de 1976. Se presentó con los del castoreño el 18 de marzo de ese año en Jiquilpan, Michoacán, alternando con Javier Tapia El Cala y Miguel Munguía El Inspirado para lidiar novillos de la ganadería de su padre y unos días después toreó una segunda en San Juan de los Lagos, Jalisco.

La tercera novillada de su carrera fue su presentación ante la afición de la ciudad en que nació, Aguascalientes, el domingo 18 de abril, en el festejo que ese año abría la Feria de San Marcos, disputando el trofeo del Cristo Negro del Encino, junto con Pepe Luis Vázquez hijo, Alfredo Gómez El Brillante, Carlos Liceaga, Juan Miranda y Pedro Loredo, ante un encierro de San Manuel.

Era una apuesta arriesgada, venir a abrir una de las ferias más importantes de América y matando un solo novillo, pero al final, lo resolvió con suficiencia y cautivando a la afición que se reunió en la plaza Monumental Aguascalientes, llevándose a su casa el trofeo en disputa, mismo que le entregó al final de la novillada Alfonso Ramírez Calesero.

Esa temporada torearía una veintena de festejos aquí en México y para 1977 marchó a hacer campaña en ruedos europeos, actuando en plazas de primer orden como Barcelona, Sevilla, Valencia o Pamplona. De su presentación en Barcelona, el 27 de marzo, escribió Julio Ichaso para La Vanguardia:

Es hijo del espada azteca Fermín Espinosa «Armillita», tan conocido y aplaudido en nuestras plazas. Se presenta Miguel, en Barcelona... Como dato curioso diremos que «Armillita chico» actúa en Barcelona precisamente en la fecha que su padre Fermín tomara la alternativa aquí, hace cuarenta y nueve años y dos días, para ser exactos... Miguel tomó las banderillas con buena ejecución y estilo. Muchas palmas... Brindó a Manolo Mateo, el decano de los reporteros gráficos taurinos. Muletazos con agobiante y artística lentitud. Aplausos y música. Lo muleteó por los dos lados... ovaciones... Entró a herir con facilidad, pero la espada enseñaba la puntita. Volvió con dos estoconazos más, concediéndole la oreja, despidiéndole con aplausos, así como a sus compañeros de terna y paseo a hombros por los «capitalistas»...

El jueves 9 de junio de ese 1977, actuó en el último festejo que se dio en la hoy extinta plaza de Las Arenas, también en la Ciudad Condal, junto con José Manuel Dominguín y Tomás Campuzano, ante novillos de Antonia Laa Sánchez.

El 6 de julio de ese mismo año, abrió la Feria de San Fermín en Pamplona, en un cartel en el que participaron los rejoneadores Álvaro Domecq y Joao Moura ante toros de Ramón Sánchez y a pie Miguel alternó con José Luis Palomar ante novillos de Diego Romero. A propósito de ese festejo, relató Vicente Zabala Portolés para el ABC madrileño:

He disfrutado hoy en Pamplona con la felicidad del viejo Armillita, que ha visto cómo su hijo triunfaba en una tarde plena de aciertos. El chiquillo (es un auténtico niño) me parece un estupendo remedo de lo que dicen que fue su padre. Le funciona la cabeza. Torea variado con capote, banderillas y muleta. Le veo talento y decisión para resolver problemas... El nuevo Armillita es torero de escuela. Su padre le ha enseñado el oficio. Se aprecian mil detalles, hasta en la resurrección del molinete con la izquierda y el saber estar en la plaza. Todo lo quiere hacer bien, aunque no siempre lo consiga. Junta las zapatillas para banderillear. Esto es muy difícil y meritorio. Tiene un montón de detalles importantes, que le pueden conducir a ese camino de ver cómo la dinastía azteca de los Armillitas se prolonga por lo menos una generación más. Hubo petición de oreja y vuelta en el primero. Cortó la oreja del sexto en medio del diluvio. Ahora a esperar. Hay que verle más veces. Nada de precipitaciones ni campanas al vuelo, pero el manito tiene muchas cosas de las que agradan al buen aficionado...

Esa fue en general, la impresión que Miguel Armillita causó en su paso por los ruedos de Europa en su campaña novilleril, que cerró con 35 festejos toreados y que, planteado su regreso a México, era con la finalidad de recibir la alternativa al inicio de la temporada mexicana.

La alternativa de Armillita Chico

La primera corrida de la Feria de Navidad de 1977 que ofrecía la empresa de la plaza Santa María de Querétaro, a celebrarse el sábado 26 de noviembre, se componía con ocho toros de don Javier Garfias para Manolo Martínez, Eloy Cavazos, José Mari Manzanares y Miguel Espinosa Armillita, quien recibiría la alternativa.

La crónica del festejo aparecida en el diario El Informador de Guadalajara, fue firmada por Luis Soleares, seudónimo de don Carlos Loret de Mola Mediz, quien dijo del toricantano:

Armillita Chico, Miguel Espinosa, de blanco y oro, recibió al primero de la tarde, “Arlequín”, de 515 kilos, con verónicas de muy buen corte que recordaron a las de su padre el maestro grande. El burel, de buen peso y magnífico trapío, como toda la corrida, acude bien para dos cuarteos con cites en el estribo. El tercero le resulta superior. Brinda el toro de la alternativa a su padre, Fermín, quien está entre barreras. Lleva a su enemigo a los medios, con trincherazos y firmas. Hay derechazos y cinco buenos naturales. Como el toro ya no pasa, lo cierra en tablas y le saca algunos naturales más. Luego medios pases y tres pinchazos, antes de una estocada entera...

Ante el octavo de la función, nombrado Solitario, el cronista le apunta nuevamente lucimiento en el segundo tercio y con la muleta en la mano izquierda, ante un toro que se quedó parado, concluyendo acerca de su actuación lo siguiente:

El público lo despidió con aplausos. Miguel Espinosa tiene el corte de su padre y su inteligencia para entender a los toros. Se augura que será un buen matador...

El resto de la corrida

Manolo Martínez, se llevó tres orejas en la espuerta; Eloy Cavazos le cortó las orejas y el rabo al primero de su lote y el sexto de la tarde, Aladino, número 37, con 478 kilos de peso, fue indultado, concediéndosele las orejas y el rabo simbólicos. Por las protestas de la concurrencia, se negó a dar la vuelta al ruedo, misma que dio en solitario el ganadero don Javier Garfias acompañado por dos de sus nietos. Por su parte, José Mari Manzanares le cortó las orejas y el rabo a Cobrador, cuarto de la corrida y primero de su lote.

En suma, una corrida que fue triunfal e histórica, pues en ella inició su andar por los ruedos como matador de alternativa un torero que durante casi tres décadas figuró en el primer plano de la fiesta en el mundo.

Concluyendo

De las narraciones transcritas podemos ver que en esas primeras tardes se nos describía a un torero más variado, que todavía se encargaba de cubrir el segundo tercio y que, con la muleta, empezaba a barruntar lo que sería el fuerte de su actuar en la cima de su carrera: el toreo al natural.

Miguel Armillita se despidió de los ruedos en Aguascalientes el 1o de mayo de 2005 y regresaría, testimonialmente, una sola tarde, la del 6 de diciembre de 2009, a la Plaza México, a confirmarle la alternativa a Cayetano Rivera Ordóñez.

Falleció en Aguascalientes el día 5 de noviembre de 2017.

domingo, 19 de noviembre de 2023

Universidad, tauromaquia y tolerancia

La biblioteca Francisco Xavier Clavigero de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México había anunciado, para iniciar el pasado jueves 16 de noviembre, una exposición de fotografías obra de don Carlos González Frey, quien firmó siempre sus instantáneas simplemente como Carlos, y que fuera el fotógrafo de cabecera primeramente, del doctor Alfonso Gaona y el indispensable, diría yo, de la Plaza México, porque el grueso de su actividad detrás de la cámara y la lente, la desarrolló en ese escenario taurino desde su apertura y hasta marzo del año 2003.

El día de la inauguración de la muestra se publicó en la red social X – antes Twitter –, en la cuenta oficial de la institución educativa, que la exposición se cancelaba, porque: La IBERO informa que suspendió esta exposición. La Universidad promueve el respeto a todas las formas de vida. Magra y pobre explicación para justificar un atropello que no denota más que ignorancia e intolerancia. Pero el daño, se lo hacen ellos mismos.

Don Carlos González Frey

Izka González, nieta del fotógrafo, en su perfil de Linkedin, en febrero de este año, al cumplirse el 15º aniversario de su fallecimiento, hace una serie de reflexiones acerca de lo que fue la vida de don Carlos González, a quien con justicia podemos calificar como el fotógrafo de la Plaza México. Entre otras cosas, nos cuenta lo que sigue:

Mi abuelito se quedó huérfano a los 7 años (1920), vivió en la calle un tiempo hasta que, dicho por él, se acercó a un hospicio porque no quería ser un vago… Aprendió la profesión de zapatero y después la vida y su afición por la fiesta brava lo llevaron al trabajo que lo llenó de satisfacciones y que estoy segura para él, de hecho, no era un trabajo, era su vida: la fotografía… Aprendió a hablar inglés porque quería leer los manuales de sus cámaras (a mediados del siglo XX los mejores equipos se manufacturaban en el extranjero y todo estaba disponible en inglés)…

Quizás esta es una situación que es el antecedente de la incomodidad de quienes señalaron con el índice la organización y el anuncio de la exposición cancelada, que don Carlos haya sido un hombre “hecho por sí mismo, algo que hoy en día le produce escozor a muchos, sobre todo a esos que se proclaman progresistas y que equiparan esa voluntad de ser alguien, a un mero egoísmo.

Tras su óbito, la familia de don Carlos decidió que el destino del testimonio de su obra fotográfica, recogido en más de 225,000 negativos, pasara a la custodia de la Universidad Iberoamericana, lugar en el que, por una mera razón lógica, considero que debería ser resguardado, clasificado, digitalizado y puesto a la disposición de quienes lo requirieran para su consulta en trabajos de índole académica, artística o cultural. Sigue escribiendo Izka González:

Por muchos años cuando dejó de trabajar, se preocupaba por su archivo, decía que los negativos se podían quemar y no sabía qué hacer con ellos… Su acervo tan valioso, que consta de 225,379 negativos en guardas de papel, de metal y sueltos, además de cámaras y otros documentos, hoy está protegido y resguardado en el Área de Acervos Históricos que pertenece a la Biblioteca Xavier Clavijero de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México…

Queda clara entonces, la finalidad con la que ese material fotográfico, que da testimonio de lo sucedido en la Plaza México principalmente, durante casi seis décadas, fue entregado a la Ibero y no fue precisamente para que permaneciera embovedada y lejos de los ojos de la humanidad.

Joselillo, Plaza México 1946
Foto: Carlos González

Don Carlos González Frey falleció en la Ciudad de México el 15 de febrero de 2008 y como lo afirma su nieta, en vida tuvo el reconocimiento de sus colegas y amigos, así como evidentemente de su familia, que pensó en procurar un destino para su obra en el cual se pudiera seguir accediendo a ella y se tuviera presente siempre su memoria.

La Biblioteca Clavigero

El doctor Luis Arriaga Valenzuela S.J., Rector de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, en un artículo publicado en la Revista Ibero salida en el mes de octubre del presente año, titulado La Biblioteca Francisco Xavier Clavigero. Una expresión de nuestro compromiso con la construcción del futuro, entre otras cuestiones, expresa:

...en la Ibero creemos que el acervo de nuestra biblioteca debe encontrarse al servicio de un Bien Mayor, especialmente cuando nos permite discernir la complejidad de cada momento histórico para actuar en consecuencia... Se trata, sobre todo, de una biblioteca concebida para hacer posible que la investigación, el intercambio de ideas... Es decir, que sea una biblioteca viva... una biblioteca abierta a la creatividad, las inquietudes y el talento de sus usuarios, especialmente cuando se reconoce que ellas y ellos también son “portadores de saberes” ... Por eso Goldin sugiere que concebir a una biblioteca como lugar de encuentro vivo no se opone “a la idea tradicional que se tiene de ella como un espacio que resguarda y posibilita el acceso a las ideas y al pensamiento” ...

Contradictoria la postura del señor Rector cuando por escrito habla de intercambio de ideas, de creatividad, de talento, de saberes y de apertura al pensamiento como elementos esenciales de existencia de un espacio como una biblioteca y por el otro, cuando se va a exponer una muestra de algunos de los materiales que se resguardan allí, cede a las presiones de unos cuantos, y sin mediar mayor explicación, se escuda en un argumento de catálogo y cancela la exposición, para que no parezcan ni él, ni la institución que dirige, políticamente incorrectos.

Universidad y Tolerancia

Desde sus tiempos más remotos la Universidad ha representado un lugar en el que se reúne el conocimiento, la discusión y la transmisión de las ideas de una manera digamos, democrática, porque todo el mundo tiene derecho a expresar su pensamiento, a que los demás se las escuchen y lo más importante, que, si no las comparten, que se las respeten. 

Todo ello implica necesariamente que en la Universidad todas las expresiones de la vida y del saber humano tienen cabida y todas las formas de pensar acerca de ellas también tienen lugar. En otras palabras, en la Universidad se puede – y agregaría yo, se debe – disentir, pero siempre dentro de un marco de respeto a las personas y a sus realizaciones. La Universidad es el terreno inalienable de la unidad en la pluralidad diversa.

El punto de partida de ese ambiente de respeto es la tolerancia. Puede no gustar a muchos, en este particular caso, la tauromaquia, pero otros muchos tenemos afición a ella. A unos y a otros, nadie nos obliga a acercarnos o a alejarnos de la fiesta de los toros. La solución es muy sencilla: que se aproxime a ella quien tenga gusto o curiosidad y quien no, por las razones que sean, tiene el inalienable derecho de pasar de largo.

Ser tolerante, ha establecido la UNESCO, en diversos documentos, es el reconocer los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los demás… Es por eso que la tolerancia no es resignación, derrota, ni sumisión. Y es que la resignación inmoviliza, y en cambio, la tolerancia promueve; la derrota implica aceptar que hay perdedores, y cuando hay tolerancia, todos ganamos; cuando nos sometemos, nos damos por vencidos, pero la tolerancia siempre nos posibilita triunfar.

Así pues, el escuchar solamente una de las versiones acerca del tema para cancelar la exposición, implica inmovilizar, derrotar y someter a quienes intentaron exponer la otra. Es un claro ejemplo de una conducta que no refleja precisamente un espíritu universitario, ni de parte de quienes pidieron – o seguramente – exigieron esa cancelación, y desgraciadamente tampoco, de aquellos que la decretaron.

Intentando terminar

La moda de lo woke ha impregnado la forma de vivir de muchos jóvenes en la actualidad y les hace estar enojados con todo y les ha convencido también que todos los demás les debemos algo, según el tiempo y el lugar en donde se encuentren. Esa manera de ver la vida les hace creer que todas las instituciones han de ser destruidas o transformadas de acuerdo a su particular modo de sentir en una situación determinada.

No admiten como válida la cultura del esfuerzo, pues sintiéndose acreedores del resto de la humanidad, creen tener autoridad para exigir y recibir todo lo que necesitan o crean necesitar, y desprecian profundamente a aquellos que, por su propio esfuerzo, intentan salir adelante. Y su actitud hacia ellos es la de echarlos fuera, borrarlos, cancelarlos.

Expreso mi solidaridad a Hugo Martínez Gómez, el alumno de la Ibero que fue el organizador y curador de la exposición, y una de las principales víctimas de la intolerancia de una institución que paradójicamente lleva por lema el de La Verdad nos hará Libres. A mi juicio, el resultado final es que la Ibero ha puesto en duda su calificativo de Universidad y aquellos que se opusieron a la exposición y los directivos que la cancelaron definitivamente les viene grande, muy grande el calificativo de universitarios.

Que pena que una que fuera una de las casas de estudio más importantes de México, haya caído tan bajo.

domingo, 12 de noviembre de 2023

John Fulton, a 60 años de su alternativa

John Fulton
Foto: Santos Yubero
Hay toreros que son calificados de exóticos por no ser de origen hispano. Quizás a John Fulton, natural de Filadelfia, en Pennsylvania en los Estados Unidos, se le pueda tratar de encasillar allí, pero no es precisamente así su caso. El hecho de no llamarse hispanamente Juan y apellidarse López, Gutiérrez o Martínez, no le hace precisamente una especie de bicho raro en el ambiente de los toros en los lugares donde se verifican festejos, pues, aunque su apariencia física, su manera de hablar la llamada lengua de Cervantes y su nombre delataban su origen anglosajón, su manera de comportarse en los ambientes propios de la fiesta denotaban que se había asimilado plenamente a ella.

John Fulton fue discípulo de Pepe Ortiz, el Orfebre Tapatío, quien en San Miguel de Allende tenía su ganadería de toros de lidia en la Hacienda de Calderón. Allí se convirtió en uno de los continuadores de la verdadera Escuela Mexicana del Toreo, la iniciada por Saturnino Frutos Ojitos y llegada a él por la vía de Luis Güemes, quien fuera banderillero en la cuadrilla juvenil del maestro de Gaona y después también en la cuadrilla del Petronio de los ruedos. A la vera de Pepe Ortiz se formaron toreros como Jesús Córdoba y Pepe Luis Méndez y es significativo que varios de nacionalidad norteamericana, como Robert Ryan, Diego O’Bolger o el mismo Fulton, aprendieron el toreo allí en la casa del gran artista de Guadalajara.

En ese orden de cosas se presentó como novillero en la Plaza de Toros Oriente en 1953 y tras de observar que era complicado actuar en tierras mexicanas, en 1956 marcha a España, estableciéndose en Sevilla, logrando presentarse como novillero en Cádiz, el 29 de junio de 1958, alternando con Pepe Álvarez y Emilio Oliva, en la lidia de novillos de Pepe Luis Vázquez. Álvarez no mató ninguno por haber sido herido por el que abrió plaza y Fulton fue herido por su primero, pero salió de la enfermería a matar al quinto y al sexto, dando vuelta al ruedo en ambos.

Se presentó en Madrid el 15 de octubre de 1961, para lidiar novillos de Jesús Sánchez Arjona en unión de Luis Alviz y Francisco Raigón. A propósito de esta tarde, Benjamín Bentura Sariñena Barico, en su crónica de El Ruedo, aparecido el día 19 siguiente, dice:

Se presentaba el norteamericano John Fulton, mocetón sobrado de facultades y bastante enterado de las reglas fundamentales del arte de torear... Se adivina en el norteamericano el adiestramiento en las placitas de tienta y una cuidadosa observación de lo hecho por toreros de categoría... Mató al tercero de media estocada caída y perpendicular. En el sexto oyó los tres avisos después de trece pinchazos y diez intentos de descabello...

Esa campaña sumó dos festejos más, uno en Sanlúcar de Barrameda, el 14 de mayo, enfrentando novillos de Álvarez Hermanos, junto con el rejoneador Baldomero Gaviño, Facultades y Joaquín Ceballos Quinito y otro, el 12 de octubre, en el Puerto de Santa María, cuando para lidiar novillos de José G. Barroso, se le acarteló con Mondeño II y Antonio Ruiz.

El número de El Ruedo fechado el 31 de mayo de 1962, daba cuenta de que en el Ateneo de Sevilla, se inauguró una exposición de pintura taurina, obra de John Fulton:

En el Ateneo de Sevilla  ha inaugurado una exposición de pintura taurina John Fulton, el torero de Filadelfia, afincado en la ciudad de la Giralda, y que alterna los pinceles con su afición a los toros. John tenía - y tiene - la ilusión de llegar a doctorarse en tauromaquia. Le anima a ello Antonio Ordóñez, su gran amigo. Fulton no quisiera volver a su tierra sin recibir su alternativa de manos de aquel, y en la Plaza de Ronda. De las dieciséis obras que expone en el Ateneo sevillano, la mitad son interpretaciones del artista sobre temas poéticos de Federico García Lorca. Concretamente, cuatro de los cuadros están dedicados a dar vida al celebérrimo "Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías"...

En los ruedos, esa campaña la cerró con dos festejos toreados.

La tarde de la alternativa

Santiago Sánchez Traver, en su obra Un siglo de corridas de la prensa de Sevilla, narra lo siguiente:

Curioso y original el cartel de la Asociación de la Prensa de 1963, el 18 de julio de nuevo. (se) hablaba de estar orgullosos de haber "logrado formar un cartel verdaderamente revolucionario. Ya está listo para su uso el cartel de no hay billetes. Grandioso cartel que forman Susoni, El Bala y Gabriel Aguilar"… Susoni como El Bala fueron cogidos en esos días… Y sigue la previa: "los periodistas sevillanos cambian la novillada por una corrida. A tal fin han conseguido la contratación de tres diestros hace tiempo alejados de nuestro ruedo". Y no era cierto porque ese cartel del 18 de julio ya estaba organizado mucho antes de la suspensión del día 14. Y destaca: "La primera alternativa que se otorga en España a un torero de ese país"...

La Corrida de la Asociación de la Prensa de Sevilla se anunció finalmente para el jueves 18 de julio de 1963, con seis toros de Félix Moreno Ardanuy (Saltillo) y un novillo de Barcial para rejones que enfrentarían don Rafael Peralta, José María Montilla, César Faraco y John Fulton, que recibiría la alternativa.

Antonio de los Santos Cutiño Santiño, fue el encargado de escribir la crónica para el ABC hispalense, misma de la que extraigo lo que sigue:

John Fulton cumplió plausiblemente su quehacer como matador de toros, teniendo en cuenta sus propias aptitudes y las circunstancias adversas en las que hubo de desenvolverse. A su primero, que cabeceaba ostensiblemente al embestir, lo recogió bien en unos lances, y, tras de recibir los trastos de su padrino Montilla, realizó una faena de reducido repertorio... aprovechando las inconstantes acometidas del enemigo, hasta lograr que la música alegrara el trasteo. Se quitó de enmedio al bruto de un pinchazo, estocada contraria y media en buen sitio y hubo vuelta a la redonda, acreditativa de su primera actuación en la categoría superior... En el sexto, bronco e incierto... el diestro de Filadelfia anduvo decidido con capa y muleta, pero la faena adoleció de falta de ligazón, aunque fueron estimables algunos derechazos... repitiéndose en su honor los aplausos que el respetable le otorgase a lo largo de su voluntariosa actuación...

Por su parte, Don Celes, en el ejemplar de El Ruedo del 25 de julio siguiente, opinó en el siguiente sentido:

De John Fulton no sabemos aún si pensar que es un pintor que torea o es un torero que pinta. Ambas aficiones se dan vigorosas en su curiosa personalidad, que esta tarde afrontó valientemente la suprema ocasión de la alternativa. Recibió ésta, en un toro que cabeceaba, de manos de Montilla, teniendo que limitarse, dadas las condiciones del bicho, a un escaso repertorio de pases con la derecha, acabando de un pinchazo, estocada contraria y media en su sitio, dando la vuelta al redondel. El sexto, que también le correspondió, era bronco; pero el diestro de Filadelfia – ¿qué tal le suena, lector? – mostró decisión, tanto en el capote como con la muleta. Lástima que la faena no lograse un poco de ligazón, pues los derechazos que la integraron tuvieron gallardía y mando. Terminó de pinchazo, media y descabello...

Su alternativa sevillana, en la que el toro de la cesión se llamó Espartoncillo, la confirmaría en Madrid el 29 de octubre de 1967, de manos de José Mata con el toro Dormido de Benítez Cubero, junto a Luis Navarro El Isleño quien también revalidaba ese día. La función la abrió el rejoneador Manuel Vidrié quien enfrentó un novillo de Pío Tabernero de Vilvis.

Torearía su última corrida en España el 30 de septiembre de 1973, en Torremolinos, actuando mano a mano con Bartolomé Sánchez Simón y la rejoneadora Antoñita Linares en la lidia de toros de Isaías y Tulio Vázquez para los de a pie y uno de Pérez Valderrama para la caballista.

Después andaría a caballo entre Sevilla y México, donde actuaba esporádicamente, principalmente en las plazas de la frontera Norte y tendría su última actuación en nuestras plazas el 14 de abril de 1995, donde todo comenzó, en San Miguel de Allende, alternando con Mariano Ramos y llevando por delante al rejoneador José María Fuentes para enfrentar un encierro de San Antonio de Triana.

El Estudio de John Fulton

Después de dejar los ruedos, John Fulton instaló su estudio – galería de arte. Lo hizo en la Plaza de la Alianza número once, a unos pasos de los Reales Alcázares de Sevilla. Allí se dedicó a desarrollar su otra pasión, la pintura y pronto adquirió una gran reputación como ilustrador de temas taurinos. Desarrolló una técnica para pintar obra con sangre de toro, tratada con anticoagulantes para que no perdiera su color característico.

Escribió Félix Machuca para el ABC madrileño en 2022:

…Pintaba con la sangre de los toros. Cosa que descubrió en un viaje a las cuevas de Altamira, quedando impresionado de los que los hombres de la saga del Oso cavernario habían pintado en las rocas de sus paredes. Fulton los imitó. Habló con amigos médicos que le aconsejaron qué hacer para que la sangre no se diluyera. Y dibujó sus toros y toreros con la sangre totémica de un animal al que siempre consideró sagrado…


También quiso ser apoderado y se dedicó a introducir en el planeta de los toros a Atsuhiro Shimoyama, un gimnasta originario de Tokio, a quien anunciaba como El Niño del Sol Naciente, quien después de ver la versión de Sharon Stone de Sangre y Arena se fue a Sevilla, se inscribió en la escuela taurina de Alcalá de Guadaira e intentó hacerse torero.

El 16 de agosto de 1995, El Niño del Sol Naciente fue volteado por un utrero en Pedro Bernardo, en la provincia de Ávila y a consecuencia de ello sufrió, según unas informaciones, una cuadriplejia, según otras, una hemiplejia, pero el resultado final fue que se tuvo que quitar de torero. Actualmente reside en Sevilla, recuperado, pero sin perder su afición.

John Fulton sufrió una serie de eventos cardiovasculares el 7 de febrero de 1998, en Sevilla y no se pudo recuperar de ellos, falleciendo el día 20 siguiente.  

Concluyo estas líneas con una reflexión que hizo el torero de Filadelfia a Lyn Sherwood, para su libro Yankees in the Afternoon, acerca de su manera de entender el por qué a los toreros extranjeros y en particular a los norteamericanos, les cuesta tanto trabajo entrar en el ambiente taurino hispano:

Considero que el factor más determinante que ha impedido que los norteamericanos se conviertan en verdaderas figuras del toreo en España y México, es la creencia de que solamente un español, en particular el andaluz, puede llegar a ser figura. El español puede admitir el valor de un extranjero, pero de inmediato lo etiqueta como suicida o temerario, en lugar de valorarlo como sereno, como el de ellos. El torero extranjero jamás recibirá el apoyo o la pasión incondicional de las masas que pudiera recibir el más torpe o desangelado de los suyos...

domingo, 5 de noviembre de 2023

Hace 70 años. Inauguración de la plaza de toros de Colima

Vista aérea de la Plaza de Toros de Colima
Foto: Google Maps

El libro Tauroefemérides de Sergio Martín del Campo Rodríguez contiene la siguiente entrada: 

4 de noviembre de 1953: Con aforo de 3,500 asientos se inaugura oficialmente el coso de Colima, México, hicieron ese primer despeje de cuadrillas Manuel Capetillo y Curro Ortega para enfrentarse a cuatro astados del hierro de San José de Buenavista.

Ordinariamente se considera que la fiesta de toros en la capital colimense es la que se verifica en su conurbada Villa de Álvarez, en la mundialmente conocida plaza de toros artesanal La Petatera, que se levanta anualmente para la feria que se celebra hoy en día en las inmediaciones de los carnavales, pero que históricamente nació para celebrar a San Felipe de Jesús, el 5 de febrero. Cuenta Roberto C. Huerta Sanmiguel:

Quizá debido al espíritu liberal de la época, y a la vez, a la coincidencia histórica entre dos hechos totalmente opuestos que para entonces se conmemoran el mismo día: la antigua celebración del cinco de febrero a San Felipe, se convierte por unos años en la celebración de la Constitución, por lo que las corridas de toros se empiezan a hacer normalmente, pero ahora, se apropian de la tradición con otro pretexto totalmente laico... ("Plaza de Toros La Petatera. Patrimonio sustentable de Colima". Miguel Fernando Elizondo Mata y Alfonso Cabrera Macedo, coordinadores. Universidad de Colima, 2018.)

La feria actual es una de las de más tronío de ese segmento temporal del calendario taurino mexicano y aunque es breve, por la singular naturaleza del coso en la que se verifica y por los nombres que la visten, capta la atención de todo el planeta de los toros.

La inauguración de plaza fija en la capital de Colima

La efeméride que he citado, no dejo de reconocer que me causó sorpresa, porque supuse que esa plaza de toros ya no estaría en pie hoy en día. Y, sin embargo, al empezar a investigar en las redes, me encontré con que aún está en el sitio en el que se puso a funcionar hace 70 años. Ya no se aprovecha para la fiesta de los toros, pero sí como centro de espectáculos.

La construcción de la plaza, según el Diario de Colima, fue gracias a los empeños de don Roberto Téllez Velázquez. No hay más información en ese diario, porque, cuestión curiosa, la relación del festejo de apertura, celebrado en el marco de la XVII Feria Regional Agrícola, Ganadera, Industrial y Comercial, se encuentra justamente en el primer número del periódico, salido a la luz el domingo 8 de noviembre siguiente. 

Quien firmó la crónica como Un Asoleado, reflexiona lo siguiente acerca de esa inauguración:

El empeño de Roberto Téllez Velázquez para construir su modesta placita de Almoloyan y crear la afición taurina, presentando espectáculos de categoría, merece el más sincero de los elogios, pero es indispensable, que el fracaso de la corrida juevetina, le sirva de experiencia, y en lo sucesivo sea más cauto en sus contrataciones, para evitar que los intereses del público y los suyos propios resulten afectados...

Ya está allí el adelanto del resultado del festejo. No fue uno de esos que se quedan en la memoria de la afición y quisiera pensar que los hechos que confluyeron en ese desenlace, se debieron a la inexperiencia del novel empresario.

La corrida de apertura

Sigue contándonos ese Asoleado:

La corrida del jueves fue anunciada a las cuatro de la tarde y eran las cinco, sin que diera principio, lo cual constituye una falta de seriedad de la empresa y una condescendencia excesiva de la autoridad, en perjuicio de la consideración que debe guardarse al público... se anunció que se lidiaría ganado de XAJAY, pero los toros presentados ostentaban la señal de sangre propia de la ganadería de Piedras Negras... A las cinco y diez minutos de la tarde hicieron el paseo las cuadrillas, encabezadas por Manuel Capetillo, de azul y oro y Curro Ortega de rosa y oro...

Inicio tardío, cambio del encierro anunciado y en el desarrollo de su crónica, el relator hace notar que es indispensable que las autoridades estatales pongan en vigor un reglamento para proteger los intereses de afición y público. Y es que, en esos días, la reglamentación estaba en manos de las legislaturas, no de los municipios, como en nuestros tiempos actuales.

Una apreciación que me llama la atención es que el cronista señala: los toros presentados ostentaban la señal de sangre propia de la ganadería de Piedras Negras.... Supongo que se refería a la corbata o señal de sangre en la badana que es propia de la vacada prócer de Tlaxcala. Pero viendo la efeméride relacionada por Sergio Martín del Campo y que señala que se lidiaron toros de San José de Buenavista, creo prudente señalar que también en esa ganadería guanajuatense se usa una señal de sangre similar, pero la dirección del corte de la badana es distinta. En Piedras Negras, se corta de arriba hacia abajo y en San José de Buenavista, de abajo hacia arriba. Quizás allí, el Asoleado cronista, se confundió.

Manuel Capetillo solamente mató al primero de la tarde, pues el segundo de su lote fue un manso de libro y no fue posible lidiarlo de manera alguna:

Sale enterándose. Negro listón, bragado, corto y vuelto de pitones, casi capacho, un poco más chico que los anteriores, pero enmorrillado, más gordo y de bonita lámina... Los peones inútilmente se afanan por correrlo, pero el toro rehúye decididamente a los capotes y barbea las tablas, buscando la salida. Es manso perdido... Salida infructuosa de los varilargueros y esfuerzo en vano de todos los coletudos, que no logran su propósito de que el toro se acerque a los de aúpa... La cosa se prolonga indefinidamente y la gente se aburre. Capetillo obtiene del Juez su anuencia para que el toro pase sin varas y entran en funciones los rehileteros, quienes después de angustiosas fatigas logran dejar tres medios pares, diseminados en todo el cuerpo del animal, que está hecho un marmolillo… En respeto de su categoría y con buen juicio, Manuel consigue la venia para que el sobresaliente pasaporte al toro. El muchacho se arma de los trastos toricidas y se da a corretear tras su enemigo que no quiere verlo ni con prismáticos. No hay faena, ni puede haberla. El toro es indigno del cuchillo de un matancero, y su presunto matador se ve obligado a devolver los avíos y quedar inédito... Como no había reservas ni cabestros, el toro tuvo que ser sacrificado en el redondel, lo cual requirió la intervención de las cuadrillas, caporales, empleados de la plaza y hasta espontáneos. Después de quince minutos de carreras y sustos, fue posible lazar al animal y apuntillado vivo…

Por su parte, Curro Ortega tuvo la actuación menos desairada de la tarde ante el segundo de la función:

Sale con muchos pies y es negro azabache, largo y hondo, astifino y bien puesto de pitones. Hace salida natural... Apenas corrido por su peón de confianza, Curro Ortega lo saluda con un precioso lance a pies juntos y aprovechando el viaje. Como el toro mansurronea, el espada se dedica a sujetarlo, alternando los doblones con intentos de verónicas, de las cuales dos le resultan. Remata con una vistosa rebolera y pasamos al tercio de varas... Un picador robusto y mal encarado, con el alma más negra que un catafalco, agarra un puyazo a medio lomo, hundiendo hasta la arandela. El boquete abierto en el infeliz animal podía apreciarse a una legua. Banderilleado con aseo, pasa el toro al último tercio y el Curro inicia la faena con derechazos suaves, para que no se le desplome el pupilo, que pierde sangre a borbotones por el ojal causado por el centauro asesino... La faena carece de relieve y el Curro busca la igualada. Tres pinchazos y una entera perpendicular y contraria. Palmitas y a otra cosa...

De lo contado por el cronista, pudiera deducirse que el puyazo tremebundo que recibió el toro en mal sitio y de gran profundidad mermó en tal manera sus facultades, que privó a su matador de una actuación con más brillo, pero eso en realidad solamente lo supieron quienes lo vieron en su día.

El devenir de la plaza de Colima

La plaza de toros que se inauguró hace 70 años no arraigó entre los llamados profesionales de la fiesta. La vida temporal y cíclica de La Petatera, que se ubica a unos minutos de distancia, de la plaza fija, tenía ya capturado el atractivo taurino de esa región. Así, revisando anuarios, entre 1958 y 1991, apenas pude localizar siete festejos realizados en ella, normalmente en el mes de noviembre, quiero suponer, durante la celebración de la Feria en la que fue inaugurada. 

Eso sí, pisaron su ruedo, diestros como Alfredo Leal, José Ramón Tirado, Jaime Bravo o Juan Jiménez El Trianero, quienes en su día y en la historia, han sido gente en esto.

Pero allí sigue la plaza, firme en sus cimientos, recordándonos lo que un día pudo ser.

domingo, 29 de octubre de 2023

A 50 años de la alternativa de Manolo Arruza


Es muy probable que Manolo Arruza se haya presentado en público ya sin el concurso de los demás hijos de las figuras de nuestra Edad de Oro, en San Luis Potosí el 25 de agosto de 1971 en un festival benéfico, en el que alternó con Luis Castro El Soldado, Silverio Pérez, Manolo Martínez, Curro Vázquez y Gabriel Soto El Momo en la lidia de novillos de las distintas ganaderías de esa entidad. Tenía 16 años y por lo que se puede deducir de distintas informaciones de prensa posteriores, el que lo ayudaba en su aprendizaje era Javier Cerrillo, quien fuera miembro de la cuadrilla de su padre y en su día también su compañero de aprendizaje en la escuela que tuvo Samuel Solís en la placita de Tacuba cuando ambos iniciaron su andar por los ruedos.

Fue Cerrillo quien lo acompañó a España el siguiente calendario para dejarlo allá a la vera de don Andrés Gago, quien lo introdujo al ambiente en el campo primero y ya avanzada la temporada, le arregló siete novilladas, todas en plazas de Andalucía, para que se fuera poniendo a punto para una campaña completa y definitiva. También toreó tres festivales benéficos, entre ellos, uno celebrado en Córdoba conmemorando el XXV aniversario de la muerte de Manolete.

La temporada de 1973

Ya establecido su crédito en ruedos hispanos, don Andrés Gago pudo contratarle a Manolo Arruza 33 novilladas en 1973, las que pudieron ser algunas más, pero una fractura en una mano le obligó a iniciar su temporada hasta mediados del mes de julio, perdiendo prácticamente un tercio de la temporada en su rehabilitación. Terminó la campaña en quinto lugar del escalafón y fue considerado, junto con Paco Alcalde y Carlos Escolar Frascuelo, uno de los novilleros más interesantes de ese momento. Eduardo Guzmán, en el número de El Ruedo salido a los puestos el 4 de septiembre de 1973, le veía así:

Manolo Arruza goza de unas envidiables facultades físicas. Alto, joven, sonriente y simpático, puede ser un torero bastante completo. Ya está mucho más hecho de lo que podía hacer suponer el número todavía escaso de novilladas lidiadas. Con el capote es variado y florido, con más lucimiento en los lances de adornos – faroles y chicuelinas – que en la verónica fundamental. Es un banderillero tan excepcional como pudo serlo el autor de sus días. Con la muleta hace algo más que defenderse, llevando en ocasiones perfectamente toreados a los astados mientras guarda una impresionante inmovilidad, arrastrando la muleta por la arena. Mata rápido y bien, a lo que le ayuda su elevada estatura. Todo lo cual no constituye pequeño bagaje para quien está prácticamente empezando…

Cerró esa su temporada final como novillero cortándole el rabo a un novillo de Carlos Núñez en Barcelona y su última actuación en ruedos hispanos ese calendario fue en un festival celebrado el 6 de octubre en Benidorm en homenaje y beneficio del matador de toros colmenareño Agapito García Serranito, quien cuatro años antes, fuera herido en esa plaza y a consecuencia de ese percance, quedara imposibilitado para continuar en su profesión.

Los prolegómenos de la alternativa

Tras del festival de Benidorm, Manolo Arruza anunció su regreso a México a recibir la alternativa. Algunos medios españoles cuestionaron su decisión, porque consideraron que con la sólida campaña novilleril que había desarrollado ese año del 73, podría ser doctorado allá en alguna de las primeras ferias importantes del siguiente calendario. En una entrevista anterior a la corrida del doctorado, pero aparecida en el número de El Ruedo salido a la venta el 23 de octubre de 1973, Manolo Arruza le declaró entre otras cosas a Jesús Sotos, lo siguiente:

Me voy agradecido a todos los españoles. Me han tratado muy bien. Excesivamente. Es un país de caballeros. Algo quisiera decirles a todos ustedes... Qué tomo la alternativa allá en Guadalajara porque es mi país. Pero que amo al de ustedes como al propio; que me llevo el mejor recuerdo de empresarios, ganaderos y afición. Y de ustedes. Repito: Gracias a todos... ¿Te vas a hacer matador de toros en homenaje al padre o por propia afición? ... Siento decirlo. Posiblemente el recuerdo siempre imborrable, de mi padre, me impulsara a la afición. Pero el toreo nació en mí. creo que soy torero desde que me parió mi madre... ¿Cómo será la futura temporada? ¿Piensas en Madrid y en Sevilla? ... Estaré presente en la temporada española. Pero eso habría que preguntárselo a mi apoderado. Él sabe en todo momento lo que tiene que hacer...

Por su parte, Vicente Zabala Portolés, en su tribuna del ABC madrileño, también dedicó espacio a anunciar la inminente alternativa de Manolo Arruza, en información aparecida el 19 de octubre de ese año:

El lunes toma la alternativa también en Guadalajara Manolo Arruza, hijo del «Ciclón Mejicano». El joven Arruza ha llevado a cabo una brillante temporada novilleril en España, aunque le haya faltado el espaldarazo de plazas tan importantes como las de Madrid y Sevilla... El padrino de la ceremonia va a ser el ídolo azteca Manolo Martínez y como testigo actuará el español Paco Ruiz Miguel. Los toros pertenecen a la ganadería del empresario Javier Garfias. ¡Lo que hubiera dado el llorado Carlos Arruza por ver la continuidad de sí mismo! Y es que los toreros que rompen sus dinastías a propósito, alejando a sus hijos de la razón de ser de sus vidas, arrostran una gran frustración. Me refiero, claro está, a aquellos toreros que se sienten eternamente toreros, para los que no cabe nunca lo de «ex – matador de toros». No entiendo los «ex». Los toreros de verdad son siempre toreros, aunque no ejerzan. ¿Qué otra cosa puede poner en su carnet de identidad un Pepe Luis Vázquez, por ejemplo? A nadie se le ocurre llamar a un doctor retirado «ex - médico», ni a un periodista «ex – periodista», ni a un ingeniero «ex – ingeniero». Sin embargo, se utiliza mucho con los toreros retirados, creándoles una amargura innecesaria...

Zabala incurre en un gazapo notable al informar un cartel que raya en lo imaginario en cuanto a padrino, testigo y toros, apoyado quizás en alguna información previa que fue superada por el anuncio oficial de la Feria de Octubre que al final ofreció don Ignacio García Aceves, pero por otra parte cuando menos deja espacio para informar del hecho en una de las tribunas de información más importantes del planeta de los toros.

La corrida de la alternativa

La corrida de la alternativa de Manolo Arruza era la segunda de una Feria de Octubre que arrancó el sábado 20 con una novillada y que continuaría en días consecutivos hasta el domingo 28, con ocho corridas de toros, en las que estaban anunciadas las principales figuras del toreo españolas y mexicanas. Aparte de la alternativa, Manolo Arruza llevaba dos tardes más en ese ciclo, al igual que las demás figuras anunciadas, así entonces, el arranque de su andadura como matador de toros no podía ser menos prometedor.

Esa segunda corrida de feria fue nocturna, por celebrarse en lunes, día laborable y se anunció un encierro de don Jesús Cabrera para Eloy Cavazos, Curro Leal y Manolo Arruza, que recibiría la alternativa. La crónica “in situ” del festejo la escribió don Francisco Baruqui Michel para el diario El Informador de Guadalajara y no fue muy cordial con el ganadero, porque consideró pobre la presentación y el juego de los toros:

La segunda de feria y... nada. Mucha expectación por esta corrida que mal anunciada como tal, debió ser como novillada por los astados que se lidiaron, sin presencia, sin trapío, bureles de «casta aguada» que con ir una vez al caballo se rajaban después; escarbando todos y llegando aplomados al último tercio, y no por falta de fuerza, sino por falta de casta, lo que se confirmaba en tanto que la lidia avanzaba. Y de tan poca presencia que hasta un «animado» espectador, burlándose de las autoridades (que ni esfuerzo tuvo que hacer para llegar descamisado al ruedo), se bajó que no se lanzó siquiera al último novillete de la noche. Eso sí, una novillada que se envió como corrida que deja muy mal parada la divisa de Cabrera...

Es conocida la exigencia que como aficionado tuvo el licenciado Baruqui, que a veces, a decir de muchos aficionados, rayaba en la exageración. Pero también habrá que abonar en su favor que ese acendrado espíritu crítico, es lo que ha dado a Guadalajara a estas fechas, su título de ser la plaza más seria de México, aunque a veces tenga sus desviaciones.

El toro con el que Manolo Arruza fue investido matador de toros se llamó Zacatecano. De su actuación esa noche, relata lo siguiente el citado cronista de El Informador:

Con elegante terno azul ultramarino y oro, muy bien vestido con pañuelo y todo (olé por la solera) y luciendo el capote de paseo de su inolvidable padre (vaya bordados que se hacían entonces), partió plaza Manolo al son de un paso doble muy retrasado e instrumentado por la semidormida banda, en la noche de su alternativa... Muy grata impresión me ha causado Arruza, bien cimentados los comentarios que de él se hacían antes de su presentación. Joven, torero, con planta y figura hacía sentir la presencia del incomparable Carlos, su padre. Lidiador fácil, dominador, imprime a su toreo esa característica del jugueteo que es consecuencia de su firme pisada y valor sereno; vaya forma de caminarle a los astados y de hacer verdad al torear (no usa para nada el pico del engaño, sino que cita con la muleta planchada y al realizar el pase no «saca» al toro de la pañosa, sino que lo torea bien mandado con las bambas de la muleta). Seguro, alegre y con repertorio; ¿hace cuánto que no veíamos quitar por gaoneras?, ¿cuánto qué no se remataba con afarolados?; ¿y la arrucina? ... Con el capote no destaca mucho, salvo en un farol de rodillas, en el que llevó muy toreado al animal. En verónicas acusa el defecto de echar el pie para atrás, pero en banderillas se muestra como un excelente rehiletero, seguro, con verdad, se deja llegar mucho al toro para levantar muy alto los brazos cuadrando bien, «asomándose al balcón»; y aunque luce las cualidades del padre; facultades, elasticidad que le permite verse atlético, tiene el muchacho mucho arte... Ahora que lo hemos visto con novillotes, en una «corrida» muy apañada, habrá que verlo con toros. Pero indiscutiblemente en Manolo Arruza hay una figura del toreo, que será cuña para muchos y habrá de quitar más de algún moño... (y, además, torea con la espada de matar y no pide musiquita). Con el acero se va muy derecho, y además es certero y con su elevada estatura, puede convertirse en un magnífico estoqueador...

Así fue la primera tarde de un torero que permaneció en activo, actuando en las principales plazas de toros del mundo hasta el 8 de noviembre de 2009, cuando se despidió de los ruedos en la Plaza México, alternando con Enrique Ponce y Fermín Spínola. El último toro que mató se llamó Veracruzano y fue de San José, ganadería propiedad de don José Arturo Jiménez Mangas. Hoy en día se dedica a preparar jóvenes que tienen la intención de hacerse toreros en la Academia Taurina Municipal de Aguascalientes.

Aviso parroquial: Los resaltados en los textos transcritos son obra imputable exclusivamente a este amanuense, pues no obran así en sus respectivos originales.

domingo, 22 de octubre de 2023

A 30 años del I Congreso Mundial de Criadores de Toros de Lidia

Gráfica de la ceremonia inaugural
El Informador, 22 de octubre de 1993
De una manera casi silenciosa, con mucho tiento, en 1993, un grupo de ganaderos mexicanos, del Estado de Jalisco para ser precisos, se echaron a cuestas la tarea de reunir a los ganaderos de todos los países en los que se cría el toro de lidia. Jesús González Gortázar El Chacho, entonces titular del hierro de Castro Urdiales y a la vez Senador de la República y presidente de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales, junto con Ignacio García Villaseñor, en esas fechas ganadero de San Mateo y de San Marcos, Francisco y Carmelita Madrazo, de La Punta, Francisco Torre ganadero de Torrevieja y el escultor Jorge de la Peña, se constituyeron en el comité organizador de ese importante evento, autorizado por la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL) y con el aval de la Secretaría de Agricultura y Ganadería a través de su Dirección General de Fomento Pecuario.

La revista madrileña El Ruedo salida el 19 de octubre de ese año, contenía la siguiente información remitida por su corresponsal Tadeo Alcina:

En las oficinas de la asociación nacional de Criadores de Toros de Lidia, en una sencilla ceremonia, el gobernador del estado de Jalisco tomó la protesta a los integrantes del Comité organizador del primer congreso mundial de ganaderos de lidia. Para tal evento se cuenta con la participación de España, Francia, Portugal, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Guatemala y Estados Unidos, que en conjunto suman unos 205 participantes… La reunión se llevará a cabo del 21 al 24 de octubre; de España estarán presentes el ganadero Conde de la Maza, Jaime Sebastián, Juan Pedro Domecq, Victorino Martín, Álvaro Domecq y Diez, José Murube, Iñigo Sánchez y otros. A través de su presidente, el señor Alberto Gamazo, ha pedido que España sea la sede del segundo congreso mundial en 1995. De Portugal se confirmó la asistencia del ganadero Murteira Grave…

Pareciera, por la brevedad del tiempo, que el proyecto se realizó de manera rápida o precipitada, pero el 22 de octubre, en el diario El Informador de Guadalajara, don Francisco Baruqui cuenta:

El poder de congregar a miembros pertenecientes a una actividad tal de diferentes partes del mundo es, a no dudar, una labor de gran positivismo cuando lo que se busca es el acercamiento en vías de una mayor identificación y el inicio o el fortalecimiento de lazos de amistad… Y si tal acercamiento se refiere entre gente que lo mismo procede de España, Portugal, Francia o Centro y Sur América, dedicada a la apasionante crianza de uno de los ejemplares más hermosos de la creación como lo es el toreo de lidia, cobra una relevancia singular y ejemplarizante, cuando, iniciándose, se logra organizar el Primer Congreso Mundial de Ganaderos de Lidia… El proyecto me lo comentó desde hace más de un año mi estimado amigo el Lic. Jesús González Gortázar, ganadero jalisciense de Castro Urdiales, quien inquieto siempre y con el deseo permanente de una relación significativa entre los criadores de bravo, se dio a la tarea de echar a andar el plan…

Como se puede ver, la preparación y organización del Congreso, en esas fechas único en su naturaleza, se llevó a cabo con el tiempo adecuado, dando los pasos medidos, pero firmes. Y aunque de manera protocolaria, unos días antes de su inauguración, el comité que realizaba con antelación los trabajos organizativos, fue formalmente constituido, diría yo, únicamente de cara a la galería.

La ceremonia inaugural

La mañana del jueves 21 de octubre de 1993 se abrieron las puertas del Teatro Degollado en Guadalajara, para que el entonces gobernador de Jalisco, Carlos Rivera Aceves declarara abiertos los trabajos del Congreso, en una mesa presidida por el doctor Igor Romero, director general de Fomento Pecuario y representante personal del Secretario de Agricultura y Ganadería en México, Carlos Hank González, el ganadero Jorge de Haro González, presidente de la ANCTL, y representantes de las asociaciones ganaderas de los países que concurrieron a la reunión.

El gobernador destacó en su alocución la cultura que los jaliscienses tienen en las actividades agropecuarias y la importancia que tendría, para todos los asistentes a la reunión, la generación de conclusiones que fortalezcan la crianza del toro de lidia, actividad en la que el Estado de Jalisco tiene una posición destacada a nivel nacional.

Por su parte, el presidente de la ANCTL expresó:

Nos reunimos aquí con motivo de lo que nos motiva y desvela: el toro de lidia. El día de hoy los ganaderos de reses bravas iniciaron una estrecha relación que esperamos sea para siempre… en nuestro país se vive la experiencia de un rápido desarrollo que necesariamente nos lleva a una transformación, respaldado por los principios de modernidad que también incluyen el cambio…

Concluida la ceremonia los asistentes se trasladaron al Museo de la Ciudad, donde se inauguró, bajo el auspicio de la casa Pedro Domecq, una exposición de esculturas de Jorge de la Peña, cuadros del pintor nativo del Puerto de Santa María, Juan Lara, con temática del campo bravo mexicano y de monturas charras obra del talabartero oaxaqueño Jesús Mejía Olea. Allí las atenciones corrieron a cargo de don José Ariza, funcionario de la compañía vinícola.

Posteriormente los congresistas e invitados se trasladaron al Lienzo Charro Ignacio Zermeño, en donde se les ofreció una charreada y como fin de fiesta el matador de toros tapatío Pepe Murillo lidió y mató un toro con lucimiento.

Juan Pedro Domecq y el toro artista

El viernes 22 se presentaron las distintas ponencias, a cargo de los ganaderos Juan Pedro Domecq, Victorino Martín hijo, José Chafic, el escritor y periodista Filiberto Mira y de don Francisco Madrazo Solórzano.

Juan Pedro Domecq expuso su punto de vista sobre la crianza del toro de lidia y el proyecto que pretendía realizar en su ganadería, que lleva el legendario hierro de Veragua. Quizás por primera vez en un evento público, externó su teoría sobre lo que el llamó el toro artista, que dijo, es el toro que tiene fijeza y ritmo y que llega embistiendo hasta el final de la faena. Lo opuso al toro fiero, del que dijo, es el que al final de la lidia tiende a rajarse, aunque reconoció que es el toro fiero es el que permite ver la diferencia entre toreros.

En su turno, Filiberto Mira hizo un esbozo genealógico de lo que era en esas fechas la ganadería brava en México y alabó la adaptación del toro traído de España a las condiciones que tenemos en México. Afirmó que el toro de lidia aquí estaba debidamente mexicanizado. También evocó a nuestros toreros de la Edad de Oro, recordando grandes faenas de Fermín Espinosa Armillita, Lorenzo Garza, Alberto Balderas, José González Carnicerito y haciendo una evocación de la creatividad capotera de nuestros toreros reflejada en los bellos quites de Pepe Ortiz y de Calesero.

No hay evidencia periodística de la participación de la doctora Irina Maltseva, pero don Pepe Chafic, habló largo sobre la inseminación artificial como una importante herramienta en el futuro de la ganadería de lidia en el mundo, y le recordó a los presentes que el primer ganadero de toros de lidia en el mundo que aprovechó con éxito la inseminación artificial fue don Luis Obregón Santacilia. Terminó comentando a los presentes que él estaba experimentando con ella, aunque fuera del país, porque la legislación no le permitía aplicar a plenitud esas técnicas en México.

Posteriormente, Victorino Martín García expuso a los presentes un panóptico sobre el origen y los diversos encastes del toro de lidia actual en España y la presencia que tienen en las diferentes plazas europeas.

Y le tocó cerrar la sesión a don Francisco Madrazo Solórzano, quien expuso un trabajo de revisión histórica evocadora de una importante época de la fiesta en México que provocó muchas emociones en los asistentes y que conmovió a más de alguno. Fue quizás, la intervención más aplaudida de toda la reunión.

La tienta en El Cuadrado

El sábado 23 de octubre don Ignacio García Villaseñor organizó una faena de tienta para los asistentes al Congreso en su rancho El Cuadrado, en esos días asiento de las ganaderías de San Mateo y San Marcos, en donde nuestros visitantes del extranjero podrían apreciar la manera en la que se llevan a cabo las distintas tareas que son consustanciales a la selección del ganado de lidia.

En la tienta de hembras, la sorpresa grata para los asistentes fue el asolerado toreo del ganadero de El Batán, el matador de toros Gabino Aguilar, el único torero mexicano que ha recibido la alternativa en la Corrida de la Beneficencia en Madrid. Ese día, muchos de los ganaderos españoles que le habían visto vestido de luces, salieron emocionados del tentadero de El Cuadrado por lo hecho por el torero de la Hacienda de Piedras Negras.

El mensaje de Conchita Cintrón

En el diario El Informador de Guadalajara, el mismo 23 de octubre, apareció una publicación en la columna semanal que allí llevaba la torera universal Conchita Cintrón, que entre otras cosas dice:

Quienes rodean la fiesta, y sobre ella escriben, hablan y pontifican, suelen tener ideas heterogéneas sobre las causas de su aparente decadencia; las razones que rodean las figuras de relumbrón; los fracasos de los empresarios, la ignorancia de los toreros neófitos, la desvergüenza del afeite y la falta de trapío, que se verifica en ciertos encierros.

Pues bien: los ganaderos son, han sido y serán, los únicos responsables de todo lo miserable y todo lo grande dentro de las tardes de toros. Ellos tienen, en sus manos, el único elemento puro e incorruptible de la fiesta. Esperemos que de este Congreso resulte una unión fuerte y fraternal entre ellos. Romántica, porque “lo otro” no tiene cabida en las dehesas del campo bravo. Y aprendan a hacerse respetar como es debido, pues olímpica es su responsabilidad de ser fieles guardianes de la única verdad que nutre el planeta de los toros.

El mensaje de la llamada Diosa Rubia es contundente. Los criadores del toro de lidia son quienes tienen la verdad de la fiesta en sus manos. Y esa verdad sigue siendo válida, a tres décadas de distancia.

La clausura

El Congreso fue clausurado la mañana del domingo 24 de octubre y por la tarde se celebró en el Nuevo Progreso una corrida de toros en la que actuaron Mariano RamosCésar Pastor y Jorge Gutiérrez ante toros de José Julián Llaguno

De acuerdo con la información publicada en El Ruedo de Madrid el 3 de noviembre siguiente, se acordó que la sede del siguiente Congreso sería España, a determinarse la ciudad en la que se celebraría:

España será la sede en el 95 del Segundo Congreso Mundial de Ganaderos de Toros de Lidia. El primero se celebra por estas fechas en México… Aunque aún no está determinada la ciudad, se tienen en mente los nombres de Sevilla y Salamanca. Uno de los puntos que se han tratado con mayor interés es el posible intercambio de semen de toro, ya que en países de la Comunidad Económica Europea existen restricciones sanitarias que harían muy caro el transporte de sementales, con lo que vendría muy bien ese intercambio, labor que también refrescaría el campo bravo en Sudamérica.

Como se puede ver de la nota, el tema de la inseminación artificial parece ser que fue el que más llamó la atención para la transferencia de simiente de Europa hacia América, aunque en los hechos, faltaba poco más de un año, al menos en el caso de México, para que se reabrieran las fronteras a la importación de ganado de lidia de España, con fines de reproducción.

Para concluir

Así, a vuelapluma, recuerdo la celebración del primer Congreso que reunió a criadores de toros de lidia de todos los lugares del mundo en los que esta actividad pecuaria especializada está presente, con la finalidad de mantener la cercanía entre quienes se dedican a esa actividad y el intercambio de conocimientos entre ellos.

Los ganaderos del mundo han seguido reuniéndose cada dos años. La próxima reunión será aquí en Aguascalientes el próximo 2024, esperemos que el estrechamiento de sus lazos de amistad y el intercambio de conocimientos los lleve a seguir engrandeciendo la fiesta.

Aldeanos