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domingo, 11 de mayo de 2014

Mexicanos que cortan orejas en la Feria de Abril de Sevilla

En la Feria de Abril sevillana – paradójicamente verificada en mayo – de este año de gracia de 2014, se anunciaron tres toreros mexicanos. Es este un hecho que llama la atención a la afición, sobre todo si consideramos que en los últimos ciento tres años (1911 – 2014), es más el tiempo muerto que el coso del Baratillo ha representado para nuestra torería.

Afirmo lo anterior porque durante los siguientes calendarios no localicé presencia de toreros mexicanos en la temporada sevillana: 1911, 1913, 1915, 1920 – 1929, 1931, 1932, 1934, 1936 – 1944, 1948 – 1953, 1958 – 1962, 1966, 1967, 1970, 1973 – 1976, 1980 – 1982, 1984, 1985, 1987 – 1993, 1995 – 1997, 1999 y 2003 – 2007.

Como lo reflejan las cifras, en ciento tres años, cincuenta y ocho de ellos han visto transcurrir el abono de Sevilla – y por ende su Feria de Abril – sin el concurso de nuestros diestros. De allí que ahora me ocupe de localizar quienes han actuado en ella más de una tarde – y aclaro desde ahora que solo me limito al espacio de tiempo de esa feria abrileña – y a que en ella hayan cortado alguna oreja.

Rodolfo Gaona

Abre esta relación el Califa de León, que el 21 de abril de 1918 cortó una oreja al segundo de su lote, de Concha y Sierra, en tarde en la que alternó con Gallito y con Fortuna. La relación aparecida en el diario El Imparcial de Madrid, al día siguiente del festejo, dice lo que sigue:
En Sevilla, La cuarta de feria. Ganado de Concha y Sierra para Gaona, Joselito y Fortuna. Una oreja a Joselito y otra a Gaona. Sevilla 21 (6:10 tarde). Con el tiempo amenazando lluvia y un lleno completo se celebra la cuarta corrida de feria, en la que se corren toros de Concha y Sierra... Cuarto. - Un aficionado salta al ruedo para torear, cae ante la cara del toro y de milagro no es empitonado... Gaona torea por gaoneras, siendo colosales las tres primeras. (Ovación)… El mejicano empieza la faena de muleta con un pase de rodillas colosal; luego, pases de tirón para llevarse el toro a los medios. Allí hace una gran faena; arregla la muleta de espaldas al toro. Entrando bien, da un volapié inmenso y se sienta en el estribo, mientras el bicho dobla sin puntilla. (Grandísima ovación, oreja y vuelta al ruedo. Al cabo, con la colosal faena, ha redimido en parte el mejicano sus culpas de las anteriores tardes)...
Del mismo Madrid, El Heraldo, la noche misma del festejo, dice lo que sigue:
Cuarto. – «Rutinero», castaño... Un capitalista se arroja al ruedo. Gaona da dos verónicas valientes y una gaonera superior. Después hace un quite muy lucido. Gallito otro bueno y Fortuna otro de valiente... Gaona cuartea en un par muy fino. Repite con otro igual. Termina con otro, al cuarteo, de buena ejecución... Toma los trastos y da el primer pase hincado de rodillas. Sigue cerca, con pases de tirón para llevarse el toro a los medios. Una vez conseguido el objeto, da dos pases de rodillas agarrando el pitón. Un molinete muy lucido. La faena es muy adornada. Entrando de manera colosal, deja una estocada en la cruz. El toro tarda en doblar y Gaona se lo lleva al sol, donde dobla…
La crónica de El Heraldo no consigna el otorgamiento de la oreja, igual que el semanario El Toreo. Habría que aclarar que en el que abrió plaza también se le tiró un espontáneo a El Petronio y que Joselito le cortó una oreja al segundo de la tarde. La oreja obtenida por Gaona resulta ser, según los historiadores de la Maestranza, la tercera que se concedía en la historia de la plaza.

Armillita

La siguiente oreja que cortó un torero mexicano la obtuvo Fermín Espinosa Armillita el 20 de abril de 1933, cuando para lidiar toros de doña Carmen de Federico alternó con Manolo Bienvenida y Domingo Ortega. Es curioso que el Maestro, pese a la excelente impresión que causó en esa plaza, de acuerdo con la crónica publicada en el ABC de Sevilla por Juan Mª Vázquez al día siguiente de la corrida, no terminaría de entrar en ella sino hasta 1945, cuando corta un rabo a un toro de Manuel González en la Corrida de la Prensa. De la relación indicada extraigo lo que sigue:
Ocho toros y un torero… No necesitaron ser muy puros ni absolutamente reposados los cinco naturales que Fermín Armillita engarzó en su corrida de la Feria de septiembre, para que el ágil y gracioso torero de Méjico sobrepujase – aparte la gentileza de sus adornos sevillanos – la impresión producida entonces por las estrellas que le acompañaban en el cartel, de las cuales, porque eran estrellas fugaces, sería inútil preguntarnos ahora los nombres... Únicamente por el esfuerzo de su mano izquierda Armillita ha vuelto a Sevilla, y, gracias a su vuelta, volverá otra vez, como primerísima figura, a figurar en nuestras corridas más solemnes... Adornado, pinturero, valiente, decidido a abrirse paso... él – nadie más que él – alegró el circo de la Maestranza durante la lidia de una corrida que hizo difícil, no la malicia – que no existió –, sino la bravura auténtica y pegajosa de unos bichos en los cuales la traza veragüeña derivaba mejor al estilo pastueño, encarrilado y lento, de los murubes, por el camino sinuoso, de apremiantísimas curvas, de la sangre de Saltillo. Suelto, desahogado, muy torero, el reposo suave de sus verónicas, el floreo multicolor de sus quites y la majeza de sus pares de banderillas – al quiebro y al cuarteo – acusaron al único torero de la tarde, que, si un poco atosigado al muletear, por el nervio de sus enemigos, de ellos dio cumplida cuenta bien pronto, sin que le hubiese abandonado la tranquila sonrisa de quien sabe lo que hace, cómo lo hace y cuál ha de ser el resultado feliz de su esfuerzo... Armillita, frecuentemente ovacionado, cortó la oreja del quinto toro, y fue despedido con una calurosa salva de aplausos...
En el caso de Armillita hago una necesaria y muy honrosa excepción en esta relación de triunfos, porque en 1933, el Maestro actuó una sola tarde.

Carlos Arruza

El Ciclón Mexicano, el 18 de abril de 1945 será el siguiente en obtener un trofeo. Esa tarde los toros fueron de Clemente Tassara y sus alternantes Manolete y Pepe Luis Vázquez. La crónica de Antonio Olmedo Don Fabricio, también en el ABC de Sevilla, refiere lo que sigue:
Dos taleguillas rotas... El tema de los toros ha vuelto al ser habitual en esta nuestra Sevilla, madre del toreo. La expectación, forjada a fuerza de valor y estilo por esas dos figuras señeras de la tauromaquia, que son Manolete y Arruza, se ha justificado ayer plenamente sobre el ruedo de la Real Maestranza... Dos taleguillas rotas, las que ciñen Arruza y Manolete, califican y ponderan el éxito del festejo de ayer; las dos primeras taleguillas de la torería actual, hechas jirones por las astas de los toros de Tassara, son el exponente de una competencia que devuelve a la fiesta su emoción sustancial, sin la cual degeneraría el toreo... Arruza merece la consideración de benemérito de la fiesta nacional... Las faenas a sus dos toros fueron sencillamente inenarrables. La primera breve, pero cerquísima y eficaz, para matar como los cánones mandan. La segunda faena, tan cercana como la otra, más reposada y completa, sobresaliendo los pases por bajo iniciales, los magníficos naturales con la izquierda y dos emocionantísimos y soberbios molinetes de rodillas... La faena había puesto en vilo a los espectadores y como la estocada fue certera, hubo oreja y aún unánimemente se pedía mayor premio para el aclamado espada...
Al día siguiente, 19 de abril, alternando de nueva cuenta con Manolete y completando la terna Pepín Martín Vázquez, Carlos Arruza volvió a cortar otra oreja a uno de los toros de Carlos Núñez que le tocaron en suerte.

Jesús Córdoba

En 1953 Jesús Córdoba le cortó una oreja a un Miura el día 24 de abril y al día siguiente, otra a un sobrero de Benítez Cubero que los maestrantes le obsequiaron para que in extremi” salvara un festejo que se había ido por la borda a causa de la falta de casta y fuerza de los toros de Sánchez Cobaleda y Escudero Calvo corridos en la lidia ordinaria. De ese par de tardes me he ocupado ya en esta ubicación por lo que les remito a ella para recordar las particularidades de esas hazañas del Joven Maestro en el coso del Baratillo.

Joselito Huerta

El León de Tetela es el siguiente torero mexicano que actuó un par de tardes en la Feria de Sevilla y salió al menos con un apéndice en la mano. El 17 de abril de 1957 fue acartelado con toros de Manuel Sánchez Cobaleda y Carlos Núñez (4º, 5º) y con Antonio Ordóñez y Manolo Vázquez como compañeros de terna. La tarde transcurrió entre el sopor que producen el calor y el mal juego de los toros. La crónica de Gil Gómez Bajuelo en el ABC de Sevilla apunta lo que sigue:
En el segundo festejo Joselito Huerta realizó brillante labor, premiada con un apéndice… Los «cobaledas», gordos, congestivos, quedados al máximo, pero sin malas ideas... La fiesta transcurrió sosa, monótona, apenas sin relieve... El brindis de Joselito Huerta. Cuando juzgamos la labor del mejicano, el Domingo de Resurrección, dijimos que era muy otro del año pasado. Que se había superado... Hubo un momento ayer - ¡hombres de poca fe - en que estuvimos a punto de retractarnos... Y llegó el sexto. Tenía los cuernos en alto, ancha la cuna. Nada con el capote. El caballo repelía al toro. Estaba la atmósfera cargada de pesadez. Los banderilleros acentuaron el clima. Sólo Luis Andaluz pareó con discreción. Y vimos como Joselito Huerta molido por la paliza que le dio su toro anterior, cosido y recosido el traje en el callejón, salió al tercio brindando a la plaza. ¿Brindar de qué? ¿Qué había visto? Hasta el viento se levantó, haciendo el quite al torero, tratando de hacerle desistir. Pero el mejicano no cedió. Empapó de agua la muleta, para vencer al aire primero y vencer después al toro. Surgieron indómitas las reacciones del indio bravo. Le consintió a fuerza de arrimarse. Le hizo embestir, lo dominó y surgió en varias fases una magnífica faena, en la que los redondos fueron el motivo de varias tandas de naturales, soberbios, magistrales, en los que el mejicano tomó de largo al toro y lo llevó con temple, embarcándolo, corriendo la mano superiormente... Estupenda, magnífica faena, valerosa y artística, que culminó con la estocada, que puso al toro patas arriba, en decúbito supino, Aleteó de albura el graderío y el presidente concedió la oreja al mejicano. Quedó justificado el sorprendente brindis y nosotros sentimos el gozo de diferir la íntima retractación…
Curro Rivera

Pasarían 14 años para que otro diestro mexicano obtuviera algún apéndice y es en este orden Curro Rivera quien, alternando con Curro Romero y Victoriano Valencia en la lidia de toros de Fermín Bohórquez logra la hazaña. La tarde del 19 de abril de 1971 corta tres orejas y se convierte en el primero y único torero mexicano entre 1911 y esta fecha en abrir la Puerta del Príncipe en la Feria de Abril de Sevilla. Manuel Olmedo Don Fabricio II, relató en el ABC de Sevilla lo siguiente:
Curro y Currito… La presentación de Currito Rivera en la Maestranza ha sido triunfal y convincente. Lo hemos visto en todo momento muy seguro y muy suelto. Al tercero de la tarde lo lanceó con tanta decisión como prestancia... Luego, dominador y arrogante, con sereno coraje compuso una faena de muleta superior a las condiciones del toro... Excelente fue el trasteo y soberbia fue la estocada con que Currito tumbó a su adversario... difícilmente superable por la guapeza, por el buen estilo y por la precisión con que realizara la suerte el joven diestro, premiado justamente con las dos orejas de su adversario. En el sexto, manso integral... Currito lo persiguió denodadamente y le dio muchos pases, deshilvanados, llenos de majeza... concluyó su esforzada labor con un estoconazo, saliendo trompicado. Hubo eufóricos en número suficiente para que al interesante espada le concedieran una oreja. Halagüeño debut...
Los toros a los que Curro Rivera cortó las orejas fueron Zalamero (3º) y Gavilán (6º).

Joselito Adame

Cierra esta relación el torero de Aguascalientes, quien el 16 de abril de 2012, enfrentando toros del Conde de la Maza, cortó una oreja al segundo de su lote – sexto de la tarde –, en tarde en la que alternó con Luis Bolívar y Salvador Cortés. A esa fecha, habían pasado 41 años entre la tercera oreja de Curro Rivera – también cortada al sexto de aquella corrida – y esta obtenida por Joselito. Fernando Carrasco, cronista del ABC de Sevilla, contó así lo sucedido:
Joselito Adame capea la mansedumbre… Al que cerró plaza le dejó un quite por lopecinas para el recuerdo. Vino con muchas ganas este Adame, que brindó al respetable. Se la jugó sin cuento en unos estatuarios ajustadísimos rematados con un extraordinario pase del desprecio. Muy bien el mexicano, que le dio distancia a su oponente y al natural, le hilvanó una tanda majestuosa. Sin humillar del todo, Adame supo sacarle todo el partido por ambos pitones. Estuvo pinturero y a la par valeroso para tragar en las embestidas con la cara a media altura de «Puritito», que finalmente claudicó. Buena la estocada. Una oreja de ley por cómo planteó y resolvió la situación…
He de aclarar que en la Feria de 2012, esta fue la única tarde a la que Joselito Adame fue contratado.

El pasado viernes – 9 de mayo –, Joselito Adame cortó una oreja, de nuevo al sexto de la corrida de Victoriano del Río, un colorado llamado Despreciado. Sus alternantes fueron Enrique Ponce y Sebastián Castella. De nuevo y para no romper la línea de citación de opinión seguida, recurro a la crónica de Fernando Carrasco publicada en el ABC de Sevilla en la que expresa esto:
A por todas… Joselito Adame ha recibido a sus dos toros a portagayola. Muy bien el inicio de faena a su primero, un toro encastado que ha pedido mando y que le dejasen la muleta en la cara. Así lo ha entendido el mexicano, que ha brillado sobre todo sobre la diestra. Toro importante al que le ha tragado en los últimos compases de faena. Los dos descabellos han dejado todo en una vuelta al ruedo... Otro toro bueno ha sido el sexto, repitiendo y con vibración. Adame, queriendo mucho, lo ha toreado muy bien, primero en estatuarios y luego sobre la diestra en series quizá algo ligeras pero emocionantes. Bajó algo al natural pero subió de tono sobre la diestra, donde recibió una fea voltereta al rematar con un molinete. Se levantó sin mirarse y una postrera serie a diestras encandiló al respetable. Y la gran estocada, que ha necesitado de dos descabellos, le ha puesto la oreja en sus manos…
Dados los tiempos muertos a los que me he referido al inicio y a la gran cantidad de festejos fuera de feria a los que han acudido nuestros toreros, la cosecha de apéndices en los de abril es breve. Pero todos tienen su historia. Aquí tienen lo que yo considero lo más relevante de ella.

domingo, 6 de octubre de 2013

6 de octubre de 1963: El Presidente López Mateos y el Mariscal Tito asisten a los toros en la Plaza México

El Presidente López Mateos recibiendo el brindis de
Diego Puerta. El Mariscal Tito a su derecha.
Foto archivada en la colección Life de Google
Plaza México, 6 de octubre de 1963
Ya decía en una oportunidad anterior que en tiempos no tan pretéritos esta Fiesta no portaba el sambenito de la incorrección política. En México, en los primeros años del siglo XX era frecuente la presencia de los jefes de estado en las plazas de toros y después de la Revolución de 1917, siguieron asistiendo, aunque con menos frecuencia. Uno de los que rompieron con esa inercia fue don Adolfo López Mateos, quien desde sus tiempos de Secretario del Trabajo era visto con frecuencia en El Toreo de Cuatro Caminos y ya en la Presidencia de la República se cuentan algunas fechas señaladas, en las que se presentó en la Plaza México a disfrutar de su afición. Dentro de la temporada 1962 – 63, asistió a la corrida del 10 de febrero de 1963, en la que recibió el brindis de los tres espadas actuantes, que fueron Jesús Córdoba, Diego Puerta y Jaime Rangel.

También se acostumbraba agasajar a los jefes de estado extranjeros que nos visitaban, ofreciéndoles festejos, ya sea organizándolos ex – profeso o aprovechando alguno de la temporada en curso y así, el 20 de junio de 1954, se ofreció en honor de Haile Selassie, en esos días emperador de Etiopía a una novillada en la Plaza México – misma a la que asistió –, en la que en la lidia de novillos de Coaxamalucan alternaron Eliseo Charro Gómez, Joselito Huerta y Jorge Luis Bernal, o el festejo extraordinario que da lugar a que esté yo ahora aquí con Ustedes.

En cuanto se confirmó la agenda de Josip Broz, se anunció su presencia en una corrida de toros a celebrarse en la Plaza México. El proyecto inicial era ofrecer un mano a mano entre Joselito Huerta y Paco Camino y de hecho, la primera publicidad que se dio al festejo se orientó en ese sentido. Así lo señalaba una columna publicada en el diario El Informador de Guadalajara el día 1º de ese mes:
El domingo próximo se celebrará en la Plaza México una corrida extraordinaria en honor del Mariscal Tito, que asistirá acompañado del señor Presidente de la República, mano a mano de Joselito Huerta y Paco Camino... Se lidiarán dos toros de cada una de las ganaderías zacatecanas, Torrecilla, José Julián Llaguno y Valparaíso...
Sería la víspera del festejo cuando se diera a conocer que Paco Camino no actuaría en la llamada Corrida Presidencial, la misma columna señalaba en la víspera de la corrida:
Mañana se celebrará la corrida extraordinaria en la Plaza México en honor del Mariscal Tito, con toros de Valparaíso, José Julián Llaguno y Torrecilla, para Joselito Huerta y Diego Puerta... Como es costumbre en figuras hispanas, la administración decidió enfermar a Paco Camino y no pudo hacer el viaje... Pudo más la administración “Chopera” que el empresario – suegro...
Así es como quedó integrado en definitiva el festejo en el cual dos jefes de estado se reunieron, creo que por única ocasión, en los tendidos de la plaza de toros más grande del mundo, a presenciar un festejo taurino.

El clima pareció operar en contra de la celebración de la corrida. Desde días antes llovía pertinazmente y el día del festejo las cosas no mejoraron. En la zona del primer tendido de sombra de la Plaza México se acondicionó un palco para que ambos presidentes y sus acompañantes – asistió también la esposa de Tito, más no la de López Mateos – pudieran disfrutar con comodidad del espectáculo.

Los toros fueron por su orden Cochinito de Torrecilla, Jerezano y Guerrillero de Valparaíso; Sainaltense y Fresnillo de José Julián Llaguno y cerró plaza Velero de Torrecilla, sustituto de otro de la misma procedencia que, saltó las tablas y se insertó en un contraburladero y como no se le pudo sacar de allí, se le apuntilló y sustituyó por el sobrero.

Diego Puerta cortó las orejas al segundo de la tarde y Joselito Huerta una al quinto de la tarde. La crónica de agencia aparecida en el diario El Siglo de Torreón al día siguiente del festejo refleja lo siguiente:
Diego Puerta, el torero sevillano voluntarioso y valiente, fue el triunfador del festejo taurino extraordinario en honor de los Presidentes Tito de Yugoslavia y López Mateos de México, en la Plaza México, donde alternó con el mexicano Joselito Huerta… Puerta, quien hizo una gran faena a un toro de Valparaíso, su primer enemigo, cortó dos orejas, en tanto que Huerta, quien estuvo valiente, solo cortó un apéndice… Con la plaza llena hasta el reloj, se lidiaron toros de Torrecilla, Valparaíso y José Julián Llaguno, tres de ellos magníficos… El Presidente López Mateos, con su huésped de honor, el Presidente Broz Tito y la señora de Broz, acompañado de los Ministros del Gabinete mexicano y de los acompañantes del Mariscal Tito, ocuparon un palco de honor en la primera fila del tendido de sombra… Los dos Jefes de Estado fueron largamente aplaudidos a su arribo al coso. En el curso de la lidia, cuando Puerta y Joselito Huerta les brindaron la muerte de sendos toros, los dos Presidentes obsequiaron a los toreros con cigarreras de plata… Joselito Huerta, con el que abrió plaza estuvo bien con el capote, con el que ligó buenas verónicas. Con la muleta hizo doblones de buena factura, ligó buenos naturales, pero prolongó demasiado la lidia y fracasó con el estoque, pinchando en cuatro ocasiones. Al intentar el descabello escuchó un aviso. Fracasó en esta suerte y, por fin, mató con media estocada… Con el tercero de la tarde, Huerta, a quien correspondió el peor lote, tuvo que bregar para fijarlo, pues el toro tenía tendencia a meter la cabeza, pero el de Tetela con voluntad le dio buenos derechazos, bien rematados. Se adornó con un molinete invertido y después fue sacudido por el astado que le hizo dar una vuelta en el aire. Mató bien y hubo petición de oreja, pero el toro no dobló enseguida y Huerta intentó el descabello, que atinó al tercer intento. Fue ovacionado y dio una vuelta al ruedo… Con el quinto de la tarde, el mejor de sus enemigos, Joselito hizo una gran faena. Con el capote, a pies juntos conjugó varias verónicas. Con la muleta toreó al natural y ligó varios trincherazos, siendo trompicado de nueva cuenta, pero mató bien y recibió una oreja, que fue protestada y que él entregó al Presidente López Mateos… Diego Puerta, con el segundo de la tarde, le llegó al público desde que recibió con verónicas al de Valparaíso, rematadas a una mano y concluyó con una soberbia rebolera. Con la franela bregó para llevarlo a los medios, donde valientemente se juntó al astado en una faena comprometida, a base de naturales, para rematar con una estocada hasta la empuñadura. El toro no dobló y al primer intento de descabello acertó. López Mateos con la plaza toda ondeó su pañuelo y el sevillano recibió dos orejas, una de las cuales fue protestada… Con el cuarto de la tarde, Diego Puerta tuvo un enemigo bastante suelto, sin bravura después, que se quedó bastante. El hispano estuvo voluntarioso, pero abrevió y tras media estocada descabelló bien. El que cerró plaza estuvo bastante bronco y se saltó la barrera, lastimándose al quedar atrapado en un burladero, habiendo necesidad de apuntillarlo. Con el sustituto, Puerta, a pesar de la mansedumbre del enemigo, bregó sacando el mejor partido posible y mató bien.
A propósito de las faenas de Joselito Huerta y Diego Puerta, realizadas fundamentalmente sobre la mano izquierda, escribió don Luis Ruiz Quiroz:
Esa corrida dio pie a que al día siguiente el periodista Juan Pellicer “Juan de Marchena” escribiera su primera crónica para el diario “Esto” y haciendo alusión a la ideología del mandatario visitante escribiera: “Al presidente Tito, además, debió serle muy grato contemplar lo que es el izquierdismo en el toreo. ¡Vaya naturales de Joselito Huerta! ¡Y Diego Puerta también tiene mano izquierda! Señor Mariscal Tito: muy bien puede usted decir en Belgrado, que ha visto el monumento de izquierda en faenas torerísimas”.
Después de esa ocasión, solamente un Presidente de México volvería a la Plaza México, con su investidura a presenciar una corrida de toros. Alguno se ha dejado ver en plazas de toros de fuera de la capital, pero hoy en día, lo que se entiende por corrección política hace que los jefes de estado se vean forzados a negar o a vivir de manera morganática su afición.

domingo, 15 de septiembre de 2013

14 de septiembre de 1968: Alternativa de Curro Rivera en Torreón

Curro Rivera, Aguascalientes Ca. 1976
Francisco Martín Rivera Agüero nació en la Ciudad de México el 17 de diciembre de 1951. Fue hijo de una de las figuras importantes de la mitad del siglo XX, el potosino Fermín Rivera y sobrino por la vía materna del gran estoqueador bilbaíno Martín Agüero. Se presenta como novillero con caballos en la plaza de toros que hoy lleva el nombre de su padre el día 6 de agosto de 1967, acartelado con Mario Sevilla y Jorge Blando para enfrentar un encierro de Valparaíso.

A partir de esa presentación Curro Rivera realizará una fulgurante campaña por los ruedos mexicanos, ofreciendo a la afición un toreo de sólidas bases técnicas pero reforzado con un refrescante aire nuevo que reflejaba por una parte la juventud del diestro – apenas 16 años – pero por la otra, la intención de escalar las más altas cumbres de la fiesta.

Su alternativa se programó para el día 14 de septiembre de 1968 en la plaza de Torreón, Coahuila, dentro de los festejos de la Feria del Algodón. Le apadrinaría Joselito Huerta y constataría la ceremonia Jaime Rangel. El encierro elegido para la ocasión fue de San Martín. Ya desde la víspera se hacían diversos comentarios sobre ese festejo, que sería el primero de feria. El licenciado Pedro Ramírez Rubio, en su columna Momento Taurino”, del diario El Siglo de Torreón, expresó lo siguiente la víspera:
Gran aparato en torno a Curro Rivera, deseosos estamos de conocerlo y posteriormente emitiré mi opinión... No cabe duda de que su padre conoce el medio... Don José Huerta, el maestro de Tetela de Ocampo, será todo un señor padrino y sabrá darle una buena lección… Jaime Rangel, esperamos verlo en su tarde... Los toros de San Martín y Zacatepec, afirman que son garantía... Parece que al fin el monopolio se acordó de nuestro coso... ¡Suerte a la afición lagunera!
Al día siguiente al festejo, se publicó sin firma, una crónica de la siguiente guisa:
Huerta fue el triunfador de la corrida ayer en esta ciudad. Rivera tomó la alternativa. Joselito Huerta cortó dos orejas, y fue el triunfador de la corrida celebrada ayer en la Plaza de Toros de esta ciudad, en la que tomó la alternativa Curro Rivera quien por pinchar 3 veces perdió los apéndices… Se lidiaron seis toros de San Martín que cumplieron y uno de Zacatepec, manso. Se registró media entrada y la corrida se celebró con tiempo que amenazaba lluvia… Curro Rivera toreó estupendamente con el capote al toro del doctorado por verónicas y gaoneras. Trasteo variado con el sello personal de la casa. Por pinchar tres veces perdió la oportunidad de cortar las dos orejas. En el otro bien con el capote, faena torera y voluntariosa, recibiendo aplausos, y regaló el sobrero de Zacatepec que no se prestó a lucimientos, pero mereció aplausos por su actuación… Joselito Huerta fue ovacionado con el capote en el primero, desarrollando faena de gran maestro destacando las series de derechazos y naturales con adornos. Mató de estocada. Dos orejas; en el otro, se mostró torero y fue aplaudido por variado trasteo, mató de tres viajes y dio vuelta al redondel… Jaime Rangel cargó con lo menos propicio del lote. En el primero fue ovacionado con el capote, trasteo breve, silencio. En el otro, mostrándose voluntarioso y valiente, mata de pinchazo y estocada, escuchando ovación.
El toro de la ceremonia se llamó Presidente y fue de la ganadería titular, por esas fechas recien adquirida por Jose Chafik y Marcelino Miaja a quien la fundó, el picador retirado Juan Aguirre Conejo Chico.

Podrán preguntarse el por qué de lo escueto de la crónica de un festejo ferial. De hecho y en primera instancia yo quedé sorprendido de la cobertura tan breve que se le dio a ese festejo, pero recorriendo las páginas del diario advertí que se había decretado la evacuación de distintas zonas de la ciudad de Torreón previéndose inundaciones por crecientes extraordinarias del río Nazas, debidas estas al ingreso a tierra del huracán Naomi que entró por el puerto de Mazatlán en la costa del Pacífico.

En esa forma, las páginas del diario estaban casi todas ocupadas con las distintas instrucciones que se daban acerca de las zonas tanto de Torreón, como de sus conurbadas Ciudad Lerdo y Gómez Palacio – estas pertenecientes al Estado de Durango – que deberían ser evacuadas con la intención de evitar en lo posible desgracias personales. Igual, se daba cuenta de una compañía vinícola que ofrecía hacer esfuerzos extraordinarios para salvar la cosecha y la producción de la región.

Los festejos de la Feria del Algodón de 1968
Por otra parte, el mismo 15 de septiembre de 1968 se anunció la suspensión del resto de los festejos de la Feria del Algodón en la siguiente gacetilla:
Se suspenden actividades de la feria. Las actividades de la Feria del Algodón tuvieron que ser suspendidas desde anoche y pospuestas para reanudarlas en la fecha que oportunamente se dará a conocer, tanto al público, como a los expositores… Se tomó esta medida en virtud de que el ambiente no es de fiesta y aunque el tiempo hubiera permitido el funcionamiento de la exposición agrícola, industrial, comercial y ganadera, se prefirió posponerla porque quizás hubiera habido pocos visitantes… Hoy tendrán los miembros del Club Rotario y los organizadores de la Feria una entrevista con el Gobernador del Estado, Sr. Braulio Fernández Aguirre, para solicitarle su opinión y su apoyo para pedir de la Secretaría de Gobernación el permiso para prorrogar el plazo que se les había concedido… Por su parte el Centro Campestre suspendió también el Baile de Independencia anunciado para esta noche, no así el Club de Leones, que efectuará el suyo en su Casino de la Colonia San Isidro.
Esta nota no hace alusión a la segunda corrida de la feria, en la que recibiría la alternativa el diestro venezolano Carlos Málaga El Sol, pero el día del festejo – 16 de septiembre – se publicó lo siguiente: 
Carlos Málaga “El Sol”, de Venezuela se hará matador de toros en otra ocasión. Esta tarde aquí estaba anunciada tal ceremonia, pero la corrida se suspendió por los torrenciales aguaceros que están cayendo en la ciudad… La mayor parte de las calles están inundadas, el río Nazas amenaza con desbordarse, y por ese motivo se decidió suspender el festejo taurino… Se dijo que la corrida se dará una vez que se normalice la situación… En el cartel de esta tarde estaban anunciados Raúl García que sería padrino de la alternativa de Carlos Málaga “El Sol” y Eloy Cavazos como testigo y los toros de Zacatepec.
El Sol recibiría la alternativa dos semanas después, el 29 de septiembre, en San Miguel de Allende, de manos de Eloy Cavazos y fungiendo como testigo mi paisano Fabián Ruiz. Los toros serían de Campo Alegre.

Curro Rivera salió de Torreón la noche misma de su alternativa a torear a Ciudad Juárez, plaza en la que recibió una cornada de consideración cuando alternaba mano a mano con Raúl García, perdiendo, según su administración al menos cinco fechas, según nota publicada en el diario El Informador de Guadalajara:
Curro Rivera tiene para 20 días de reposo. El diestro mexicano Curro Rivera que resultó gravemente herido ayer domingo en Ciudad Juárez al día siguiente de su alternativa, tiene una cornada de doce centímetros de extensión en el muslo izquierdo… La parte afectada es la cara anterior del tercio medio y con dos trayectorias, una de doce centímetros y otra de quince, que dejan al descubierto el fémur, la safena y la femoral… Según los médicos que le atienden, Curro Rivera – que por este percance pierde sus cinco primeras corridas como matador de alternativa – tardará en sanar unos veinte días.
Así fue el arranque de una carrera que concluyó en una primera etapa el 15 de noviembre de 1992 en la Plaza México, con el toro Cumbre de Julio Delgado, al que le cortaría las dos orejas, alternando con José Ortega Cano y Miguel Espinosa Armillita Chico. Volvería un par de ocasiones a los ruedos. La primera, el primero de enero de 1995, para dar la alternativa en San Luis Potosí a Miguel Lahoz, con el testimonio de Jorge Gutiérrez y toros de Xajay y una segunda el año 2000, iniciando el 27 de agosto, fecha en la que también en la plaza El Paseo – Fermín Rivera doctoró a Fermín Spínola y a Óscar López Rivera – ambos sus discípulos – y después actuó en un breve número de corridas, cerrando el calendario – 30 de noviembre – en la Plaza México en un festival a beneficio de la Fundación Teletón, en el que cortó dos orejas y junto con El Juli se alzó como triunfador.

Curro Rivera falleció en la finca de La Alianza, asiento de la ganadería que fuera de su padre, el 23 de enero de 2001 a causa de un infarto masivo de miocardio. Se asegura que tras de la redonda actuación del Festival del Teletón del anterior noviembre, la empresa de la Plaza México le había contratado para reaparecer vestido de luces en la corrida del 5 de febrero, la fecha estelar de la temporada americana y que allí se estaba preparando para esa importante cita a la que ya no pudo llegar.

Hoy le recuerdo en este aniversario de su llegada a la dignidad de matador de toros.

domingo, 7 de octubre de 2012

Mariano Ramos. Torero


Es mi palabra escritura y es mi lema la bravura,
soy de mi tierra el que guarda la tradición y el honor.
Soy el charro mexicano, noble, valiente y leal…


La primera actividad de Mariano Ramos en un redondel fue relacionada con la charrería. Él y su familia eran charros mexicanos, de esos de los que Jorge Negrete cantaba que eran nobles, valientes y leales… y que según el mismo cantar, vestían trajes alamarados con botonadura de oro y espuelas de Amozoc… En ese ambiente de la charrería es seguro que aprendió el manejo del ganado y también pudo relacionarse con otro torero que al igual que él, primero aprendió a florear la reata, a hacer manganas a pie y a caballo y a ejecutar todas esas suertes, que al decir de Alameda, de ser utilidad – para el manejo del ganado en el campo, en este caso –, se volvieron juego. Me refiero a Joselito Huerta, figura en los ruedos del toreo y también en los del aquí llamado deporte nacional.

Considero que esa proximidad con El León de Tetela facilitó a Mariano Ramos el acercarse al ganadero Agustín Chávez Magallón, titular del hierro de Ibarra – y suegro de Huerta –, en donde aprende el toreo enfrentándose a una gran cantidad de vacas de retienta. Ante esa clase de ganado, evidentemente, la tauromaquia que desarrollará será sobria, dominadora y de un gran entendimiento de las condiciones de los toros; lo accesorio tendrá poco espacio o ninguno en su andar por los ruedos.

Esa formación la va a completar en el rastro – matadero – que había en Ferrería en la Ciudad de México, al que fueron a parar casi todas las vacas de la ganadería de La Punta, cuando sus potreros tuvieron que ser evacuados a causa de una reforma agraria mal aplicada y entendida a principios de la década de los setenta del pasado siglo. Allí se relaciona con el inefable Rafael Herrerías, quien tenía alguna función administrativa en el lugar y es precisamente con Mariano Ramos con quien comienza a frecuentar los callejones de las plazas y a introducirse en el taurineo.

Su presentación como novillero fue el 21 de febrero de 1970 y llega a la Plaza México el 25 de julio del año siguiente, alternando con los hidrocálidos Arturo Magaña y Mauricio Lavat. Esa tarde corta la oreja de Auditor el sexto de los de la Viuda de Emilio Fernández corridos ese domingo. La temporada de 1971 en la capital mexicana constaría de veintidós festejos y tuvo también como atractivos a Luis Procuna hijo, Rafael Gil Rafaelillo, José Antonio Gaona y Curro Leal. Mariano toreó nueve novilladas en el ciclo, cortó siete orejas y se llevó el Estoque de Plata en el festejo de triunfadores celebrado el día 31 de octubre, tras cortar las dos orejas de Agricultor de La Laguna.

En Aguascalientes le vimos por primera vez el día 10 de octubre de ese 1971. Don Guillermo González Muñoz le anunció con un encierro de don Ezequiel Gutiérrez, de origen Parladé vía La Punta y Matancillas, que enfrentaría alternando con Arturo Magaña y Luis Procuna hijo. La tarde fue lluviosa y la asistencia al coso de la calle de la Democracia escasa, pero lo visto allí nos dejó claro que estábamos enfrente de un torero de esos que surgen muy de cuando en cuando. Así le vio Everardo Brand Partida, en esos días, encargado de la información taurina en el diario El Sol del Centro:
   
Magaña, Ramos y Procuna, orejeados… No pudo ser más satisfactorio el resultado – en el aspecto artístico – de la primera novillada de la temporada 1971 – 72 que se dio ayer en el Coso San Marcos en cuyo ruedo cosecharon sendos triunfos el hidrocálido Arturo Magaña, Luis Procuna hijo y Mariano Ramos quienes desorejaron a los corridos en primero, sexto y séptimo lugar, respectivamente... el tendido cálido registró una entrada bastante aceptable y en sombra, los aficionados, los auténticos taurinos, dieron fe de los triunfos de Magaña, Ramos y Procuna que se las vieron con un encierro de don Ezequiel Gutiérrez, bravo en términos generales, peleando bien con los de a caballo y permitiendo el lucimiento de los espadas, quienes fueron paseados en hombros de los eufóricos aficionados al término de la novillada... UN TORERO DIFERENTE, CON MUCHO MANDO Y CLASE ES MARIANO RAMOS... Mucho se había dicho del muchacho, que se reveló en la actual temporada chica capitalina y ayer justificó ante el público de Aguascalientes, el por qué llegó a esta plaza precedido de tales triunfos... En efecto, Mariano Ramos, pese a su corta edad y al poco tiempo que tiene en las filas de la novillería mexicana, demostró que es un torero diferente, muy poderoso, con mucho mando, y si bien los dos primeros adversarios – en la lidia ordinaria – no le dieron margen para el éxito, con el séptimo, de regalo, armó la escandalera... El novillo no era propiamente una “perita en dulce” ya que llegó al tercio final reservón y desarrollando sentido, pero Mariano, con ese valor y ese poderío muleteril, fue mostrando el camino a seguir al astado, exponiendo enormidades y haciendo el toreo de verdad, sin ventajas y sin adelantar en lo absoluto el engaño... Mariano daba la impresión de un torero español, que jamás cita adelantando el engaño, empero sin torear exclusivamente con la muñeca, en sí, que aguantaba a pies juntos la embestida del burel, al que luego llevaba bien acompañado trazando con su muleta la dimensión del pase, surgiendo una faena que mantuvo al público de pie y entregado plenamente a la clase y torerismo de Ramos, que finalizó con tres cuartos en buen sitio, para que doblara el séptimo y último de la tarde, y con ello el triunfo del muchacho, que recibió la oreja de su enemigo... Los tres espadas fueron paseados en hombros de los aficionados, a esas alturas eufóricos, por el resultado de este primer festejo de la temporada 1971 – 72, que se inició con el mejor de los éxitos...
Como podemos deducir de lo reseñado, desde sus inicios, Mariano Ramos fue fiel a una manera de hacer el toreo, que era la de poderle a los toros, dominarlos y así hacerles el toreo. Como decía hace unos párrafos, lo accesorio no le venía; pareciera que no lo necesitaba para expresarse en el ruedo, pues esa tauromaquia en cierto modo parca pero efectiva le hacía llegar a los tendidos y encontrarse en el ánimo de la afición.

Mariano Ramos
Recibió la alternativa en Irapuato, el 20 de noviembre de ese mismo año de 1971, de manos de Manolo Martínez, que le cedió al toro Campanero de Santacilia, en presencia de Francisco Rivera Paquirri. Confirmaría en la Plaza México el 5 de diciembre siguiente, con el mismo padrino, pero con Antonio Lomelín de testigo y el toro de la ceremonia fue Antequerano de Tequisquiapan. Su confirmación en Las Ventas se celebró el 18 de mayo de 1974, cuando Curro Romero le cedió al toro Fusilillo de Baltasar Ibán, nuevamente en presencia de Paquirri.

Su historia en la Plaza México está marcada por tres grandes faenas. La primera es la del toro Abarrotero de José Julián Llaguno, al que indultó el 6 de enero de 1974, cuando alternaba con Manolo Martínez y Manzanares padre; la segunda, el 9 de febrero de 1975, cuando alternando con Manolo Cortés y Curro Rivera, cortó el rabo a Azucarero de Tequisquiapan y la que quizás se estime como su más grande obra en ese ruedo y una de las faenas más destacadas de la historia de esa plaza de toros, la que realizara el 21 de marzo de 1982 al toro Timbalero de Piedras Negras, al que, con saldo de una sola oreja, realizó una faena en la que exclusivamente lidiando – entendida esa lidia como lid, dice Daniel Medina de la Serna – dominó a un toro de esos que se diría en términos comunes que no sirven, pero que al torero – charro le fue útil para escalar lo que quizás fue la cumbre de su paso por los ruedos.

En Aguascalientes, el 2 de mayo de 1993 realiza una de las faenas más importantes realizadas en la historia de la Plaza Monumental al toro Tocayo de Javier Garfias, el que es indultado – un indulto serio y merecido – en lo que quizás constituye también uno de los momentos más altos de su historia en su paso por las plazas de nuestra ciudad.

Conchita Cintrón escribió acerca de Mariano:

Hace años hubo una tarde histórica, en Sevilla, en la cual realizó Mariano Ramos una faena cumbre… Yo tengo dos horas disponibles para describir lo que realizó y no me es posible hacerlo… pues la expresión artística, cuando se revela en toda su plenitud, es tan rica en matices como difícil de analizar… Todo arte se resume en belleza, aunque no todo lo bello se considera arte. El arte, diría yo, nace del propósito de expresar belleza; de la necesidad imperiosa de comunicar un mundo interior, incompatible con las limitaciones impuestas con lo mortal… Por existir belleza sin arte puede haber interpretaciones con momentos hermosos que no llegan a ser expresión artística. Son actuaciones superficiales que, en los toros, incitan al aplauso entusiasmado del aficionado popular que grita, gesticula, y se preocupa muchísimo por la actitud de la presidencia… pero en cambio, a su lado, nunca faltará gente más exigente (¿o será más sensible?) totalmente al margen de la algarabía del tendido. Son personas que esperan algo más profundo de los toros… Aguardan ese momento que nos ofreció ahora Mariano Ramos; ese momento sublime en que el artista de elección, expresando una emoción que le rebasa el alma, le revela en el espectáculo grandioso el encuentro del hombre con la eternidad…
Antier dejó esta tierra Mariano Ramos, un torero que siguiendo el cantar de Jorge Negrete, fue ejemplo sin reproche o desdoro, de la noble tradición…,  de los hombres de a caballo de este país, pero también de aquellos que vestidos de seda y oro, de su tierra guardan la tradición y el honor… Creo que el juicio que hará la historia de su trayectoria será favorable, porque si algo siempre le distinguió, fue su honradez en el ruedo. Descanse en paz.

Aclaración pertinente: Los resaltados en los textos transcritos, son imputables exclusivamente a este amanuense.

domingo, 24 de abril de 2011

La Feria de San Marcos y su actual estructura a 40 años vista, VIII

24 de abril de 1971: Corrida de expectación…

La cuarta corrida de la Feria de 1971 era la del cartel más redondo del serial. Comprendía el mano a mano entre las dos principales figuras de nuestra torería y el encierro a lidiarse provenía de una de las ganaderías que en ese momento era la que tenía, junto con su hermana gemela Torrecilla, la cabecera en la preferencia de los más importantes diestros de la baraja taurina nacional.

Habida cuenta de que Antonio Lomelín, Eloy Cavazos y Curro Rivera hacían campaña en ruedos españoles en esos días, no era posible ofrecer aquí en México una confrontación más atractiva que la de ese 24 de abril, en la que por una parte, participaba el torero veterano, deseoso de sostener su categoría y por la otra, el joven que venía empujando con fuerza y con el interés de quedarse en la cima y con el mando de las cosas aquí.

En esa forma lo planteaba la información previa a la corrida, aparecida el mismo día de esta, en El Sol del Centro, que en lo esencial dice:

Es el mano a mano que ha causado una verdadera expectación y una carretada de comentarios respecto a quién pueda resultar el triunfador de la tarde porque, tanto Manolo, como Joselito tienen aptitudes sobradas y, si acaso el éxito le ha sonreído hasta ahora al regiomontano, no es menos cierto que el León de Tetela, llega dispuesto a hacer valer su jerarquía y a evidenciar su experiencia y el por qué de sus crecientes triunfos (...) Finalmente, en la temporada de feria hacen su presentación los bureles de Dn. José Julián Llaguno, de magnífica estampa y con suficientes kilos en los costillares que acusan la bravura que ya son tradicionales en ese hierro y con los cuales, los aficionados pueden vivir la mejor corrida de la Feria Nacional de San Marcos, que está en pleno clímax.

Pero hay una expresión manida que dice que llega el toro y todo lo descompone y todavía otra, que sirve de cabeza a esta entrada, que sentencia que una corrida de expectación, es corrida de decepción. Y eso fue lo que nos quedó al salir de la plaza a los que asistimos a los toros ese 24 de abril de hace 40 años. Por su interés, transcribo íntegra la crónica de don Jesús Gómez Medina, aparecida el 25 de abril de 1971 en El Sol del Centro, que puede dejarles más claro lo sucedido, que cualquier cosa que yo pueda decirles:

La corrida de ayer no justificó el entradón 

Una oreja a Huerta, 2 medias verónicas de Manolo y un encierro chico y débil 

La monotonía es el gran mal del toreo moderno. Una de sus lacras más características. 

Otros podrían serlo – en realidad lo son – el becerrismo, el afeitado... 

Pero, concretamente, hoy en día las faenas pecan de falta de variedad. Suelen reducirse a series alternadas de pases por abajo, con la izquierda, luego con la derecha y de nuevo con la de cobrar. 

Ciertamente el toreo por abajo puede conceptuarse como la más alta expresión del toreo de muleta, una vez que el descastamiento de las ganaderías dejó ya fuera de uso aquellas faenas de dominio, verdaderas luchas de poder a poder entre el poderío del astado y la sapiencia, el valor y la eficacia del torero; faenas en las que la emoción ocupaba el sitio propiedad hoy de un esteticismo decadente. 

Sí; el toreo por abajo con la muleta puede ser, en la actualidad, una bella manifestación plástica, despojada, por otra parte, del condimento de la emoción a la que ahuyentaron de los ruedos la falta de edad y de fuerza de los bureles. Pero intentarlo a todo evento; con todos los toros y en todas las ocasiones puede ser inadecuado. Nos encontramos así ante esas faenas en las que los pases parecen extraídos con sacacorchos; en las que, por consecuencia, no existe la continuidad y el ritmo que avivan y mantienen el entusiasmo colectivo; faenas trazadas a retazos, luego de una porfía que, por machacona, acaba provocando el fastidio. 

Los públicos modernos, mal informados, argumentan: 

- ¡Pero si Manolete les hacía faena a todos los toros y a todos los toreaba por naturales y derechazos!... ¡Mentira!, volvemos a decir. 

Manolete, merced a su genio, acertó a suponer que situándose más cerca, obligaría a pasar a toros que, en otras condiciones, “antes de él”, no pasarían y serían tan solo materia de los trasteos de aliño, de las faenas por la cara. Pero cuando el astado decía francamente que no; cuando no existía el mínimo de posibilidades requerido, Manolete, como cualquier otro torero y más él que lo era en mayor grado que otros, apelaba también al toreo por la cara para cumplir su cometido. 

Ahora bien; al sobrevenir la innovación manoletista existían circunstancias que favorecieron su realización. España había salido apenas de una guerra que produjo una intensa sangría en su población y que originó la extinción de muchas de sus ganaderías bravas. Así, al ansia de diversión de toda etapa postbélica sumábase la carencia de toros con la edad y el peso adecuados. Se transigió, pues, en virtud de las circunstancias, con el novillo adelantado, escaso en años y en kilos. 

Y apareció también el afeitado sistemático. Y comenzó a hablarse del “hombre del saco”. 

Y, finalmente, quedó sembrada la simiente de lo que ahora cosechamos. 

Cinco lustros después... 

Hoy, a la vuelta de casi treinta años, asistimos, quizás, a la etapa preagónica del espectáculo taurino. Los toros son más chicos que nunca y también más faltos de fuerza que nunca lo fueron, en tal grado que la suerte de varas está a punto de desaparecer, por innecesaria. 

El descastamiento de los astados, producto del trasiego de sangres y la multiplicación de las vacadas, nos ofrece actualmente la penosa escena del utrero cebón, que dobla dulcemente los remos ante el primer lanzazo. 

Y esto, ¿cómo remediarlo? Porque también en España afrontaron a la fecha este problema. ¿Cómo, pues, refrescar y avivar la sangre de las ganaderías bravas, que mueren paulatinamente víctimas de un implacable linfatismo? 

¿Y cómo reinfundirle a la fiesta la emoción, piedra básica del espectáculo? 

Nos encontramos, pues, ante el grave riesgo de asistir, incapaces de remediarlo, al lento pero implacable derrumbamiento de la que se llamara la más bella de todas las fiestas; que, quizás, antes de morir, a semejanza del astro rey, nos regala con sus más bellos fulgores, si bien, desprovistos ya del calor que sólo da el mediodía... 

Lo ocurrido ayer 

El mano a mano de Joselito Huerta y Manolo Martínez, que se desarrolló ante un entradón formidable, fue en buena parte una copia de los festejos anteriores; seis bureles escasos en edad y respeto, unos en mayor grado que otros y dos toreros empeñados en eslabonar series de naturales y derechazos a cada uno de sus tres enemigos.”

Después de lo relatado por don Jesús, creo que huelga cualquier comentario. Hasta mañana.

viernes, 22 de abril de 2011

La Feria de San Marcos y su actual estructura a 40 años vista, VI

22 de abril de 1971: El primer gran lleno y orejas para todos

La segunda corrida de la Feria de San Marcos de hace cuatro décadas también se celebró bajo la luz de las candilejas. El cartel tenía como incentivo la presentación del León de Tetela y del chihuahuense Raúl Contreras Finito, a más de la repetición de Manolo Martínez, que venía como triunfador del festejo con el cual se inició el ciclo. El encierro provenía de la ganadería zacatecana de don Jesús Cabrera, la que fuera originalmente formada por el torero de Monterrey Lorenzo Garza, con lo más selecto de los ganados de San Mateo en los días de don Antonio Llaguno.

La nota previa a la corrida, aparecida el día de su celebración en El Sol del Centro, refiere en su médula lo siguiente:



Segunda corrida nocturna con 6 cromos de Dn. Chucho Cabrera 

Arribamos a la parte central de la Feria. Desde hoy y hasta dentro de una semana, la escala de la alegría señalará un continuo crescendo, que alcanzará su ápice el día 25, para declinar paulatinamente más tarde (...) Hoy por la noche, segunda corrida de feria. ¡Y con qué cartel, amigos! Presentación de Joselito Huerta, el admirable torero poblano, en la cima de su madurez, en la plenitud de su arte, y de su torerismo... Reaparece el reinero Manolo Martínez, cuando los lauros ganados tan en buena lid el pasado día 18 conservan plenamente su lozanía (...) Se presenta también, Raúl Contreras “Finito”, el torero de Chihuahua, poseedor de un arte recio, viril, enterizo, como si lo hubiese forjado con el metal y el basalto de sus ariscas serranías norteñas (...) ¡Ah!, pero además, está el encierro de Don Jesús Cabrera, ganadería postinera, si las hay. Formada con la flor de la vacada sanmateína, después de pertenecer a su fundador, Lorenzo Garza, pasó a las manos de Chucho Cabrera, tan buen aficionado como entusiasta ganadero, que ha logrado hacer de ella una de las más solicitadas por los toreros y públicos (...) El encierro que va a ser lidiado este día, arrojó, al salir de la hacienda, un peso promedio de 430 kilos. Y está además en el tipo de la casa...

De lo que sucedió en la corrida, da cuenta don Jesús Gómez Medina, quien con extraordinario gusto, pero con emoción, narra lo que quizás se pueda considerar la primera faena extraordinaria realizada en este tipo de ferias en Aguascalientes y que fue la realizada por Manolo Martínez al sexto de la función. Sin más, les dejo con lo medular de la narración de don Jesús:

¡El sentimiento del toreo! ¡Ah!; cómo constatábamos su existencia en carne propia mientras Manolo Martínez toreaba de muleta al sexto. ¿Quién, entonces, pudo sustraerse a la emoción que, desprendiéndose de la arena, inundaba luego el graderío hasta formar la fusión plena entre los enfebrecidos espectadores y el torero que majestuosamente oficiaba en el altar del arte? 

Recordemos la escena: un toro cárdeno, tirando a veleto, que en el primer tercio no se dejó torear, habiendo desarmado inclusive, al de Monterrey; un toro que aceptó dos puyazos peleando tan solo regularmente. Y nada más. Pero fue a él, muleta en mano, Manolo Martínez, le pisó el terreno, lo consintió, lo aguantó y la faena comenzó a brotar de lo que, aparentemente era la nada. Y surgió el toreo grande, como brota también el cante grande de la garganta de un cantaor en trance. 

Y los muletazos que comenzaron siendo intrascendentes, muy pronto adquirieron el empaque y la brillantez de los lances de excepción. Y las series fueron encadenándose. Y el torero, entregado plenamente a la realización de la faena, fuéla sintiendo cada vez con mayor intensidad; y al saborear su propia obra, al gustarse él mismo toreando, acabó envolviendo en el mismo alud emocional a los espectadores, a la plaza entera. 

¡Ah!: y cómo dilató entonces Manolo la trayectoria de los muletazos, como si pretendiese prolongar la duración de la caricia que había llegado a ser su muleta: ¡tal era el temple exquisito, el mimo con que la manejaba! ¡Y de qué manera, al ahondar en su propia emoción, provocó el brote del sentimiento multitudinario, para formar de esta manera el marco incomparable de las grandes jornadas del toreo! 

Entre tanto, Manolo continuaba su obra, seguía toreando. Con la derecha y también con la izquierda; derechazos, naturales, de pecho, un abanico caricioso. Y entre otros adornos, un molinete estatuario, piramidal. La estocada y la apoteosis. Las dos orejas. Las vueltas al ruedo a hombros de los más decididos. El triunfo total, en suma. El triunfo del sentimiento del toreo. 

Lucida reaparición de Huerta 

Que Joselito Huerta es un señor torero, lo saben de sobra los aficionados. Un torero que, además, es dueño de un pundonor extraordinario (...) En el cuarto surgió el torero magistral, cuya muleta resulta lección de diáfana eficacia para todo burel. Fue así como Huerta, pisando el terreno de su enemigo, aguantando quietamente sus embestidas y templando y mandando como lo que es: un torero, llevó a cabo un meritísimo trasteo a base de pases en redondo con una y otra mano, precursores de adornos varios y ceñidos; y rematado todo con tres cuartos de estoque en el sitio debido. Gran ovación, la oreja del de Cabrera y la vuelta al ruedo. 

Otra oreja para Finito 

Incrustado a última hora en el cartel para salvar la irresponsabilidad del hispano Bernadó, Raúl Contreras justificó su inclusión realizando una aplaudida faena a su primero. Constó ésta, como es de rigor en estos tiempos, de varias tandas de pases naturales y también de derechazos, con algo de rapidez, pero imprimiendo a las suertes la vistosidad y la alegría que son, también, condimento del toreo. No faltó desde luego, el capítulo de adornos, entre el palmoteo del respetable. 

Y cuando concluyó “Finito” con una estocada honda en sitio mortal, sonó fuerte la ovación, salieron los pañuelos en solicitud de la oreja que la autoridad otorgó, aunque “Finito” hubiese exhibido en sus manos ambos apéndices auriculares, con disgusto de la parroquia, que lo obligó a tirarla, mientras realizaba el primero de los dos recorridos por la arena (...) El encierro de Cabrera, terciado y sin mucha alegría, si bien exhibiendo gran docilidad. El de mayor respeto, el sexto. La entrada fue un lleno total.

Como podemos ver, la noche fue hasta cierto punto redonda, pues los tres toreros realizaron obras que calaron en los tendidos. El único pero que se puede poner a los sucesos de aquél 22 de abril, es lo que narra en las últimas líneas de su crónica para El Sol del Centro don Jesús Gómez Medina, la presencia de los toros, pues de ella se observa que fueron de poco respeto, un mal que se arrastraría por estos pagos durante muchos años y que seguirá apareciendo con más frecuencia de lo que se desea. Más así ocurrieron los hechos y de esa manera se los expongo. Hasta mañana.

domingo, 13 de septiembre de 2009

El Imposible

Resulta difícil pensar que un torero pueda sacar la cabeza más de tres lustros después de su presentación como novillero. Ese es el caso de El Imposible, que en el Jueves Taurino del 16 de junio de 1945, se presentara en El Toreo de la Colonia Condesa, anunciado como Carlos Moreno y que apareciera quince años después como Antonio Campos (su nombre completo era Carlos Antonio Campos Moreno), ejecutando un muletazo que se describía como imposible de realizar y de allí tomó su nombre artístico, El Imposible.

El muletazo imposible, que consiste en dar una serie de giros con el toro arrancado, para quedar en posición de rematar con una arrucina (vean la composición fotográfica de abajo), es lo que le convierte, con Felipe Rosas, Jaime Rangel y Víctor Huerta, en el sostén de la temporada novilleril capitalina de 1960. Así, contra todos los augurios, el torero que década y media antes había sido desahuciado por la afición y por la crítica al dejarse ir un bravo novillo de Milpillas, ahora estaba en la cresta de la ola.

Recibe la alternativa en Tijuana el 18 de junio de 1961, siendo su padrino Jesús Córdoba y fungiendo como testigo Raúl García, con toros de Javier Garfias y aunque no logra un triunfo rotundo esa tarde, se abre las puertas de las plazas de la zona fronteriza con los Estados Unidos, en una época en la que Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Nogales sumaban cada una alrededor de una treintena de festejos al año, haciéndose un gran cartel en ellas.

Marcha a España el siguiente calendario y suma 14 fechas, convirtiéndose en un ídolo en Barcelona, donde actúa en ocho de sus corridas de ese año. Confirmará su alternativa en Madrid el 12 de mayo de 1963, de manos de Pedrés y llevando de testigo a Andrés Vázquez, con el anticipo artístico de don Rafael Peralta, que lidió un novillo de Antonio Pérez de San Fernando. Los toros de la terna de a pié, fueron de Carlos Núñez. Esa tarde la saldó con una vuelta al ruedo. La opinión de Antonio Díaz Cañabate en el diario ABC de Madrid sobre esa tarde es la siguiente:

…El “Imposible”, en el toro de la confirmación de su alternativa, después de brindar, anunció que iba a dar el pase al cual debe, según parece, su apodo. El pase imposible. Yo ya se lo había visto el año pasado, creo que en Santander. Desde luego es un pase perfectamente posible, porque no es un pase, es un paso de baile taurino. Por mí puede el baile continuar. A mí no me molestan los adornos en su momento, al contrario, me parecen precisos, en su momento, repitoy repetiré. ¿Y es el momento la iniciación de una faena? Pues ¿por qué no? Ahora bien, ya está hecho posible lo imposible. A torear se ha dicho. A torear en serio, que es a lo que estamos. El toreo cómico lo agotaron Charlot, Llapisera y su Botones y unas cuantas “inas” y ridiculeces que privaron durante un tiempo, que ya creemos superado y que estaremos alerta para que no se reproduzca. Adornos sí, pero no como base de una faena…




La presentación de El Imposible en Barcelona, 5 de julio de 1962



Repetirá en Las Ventas el día de San Isidro, cuando compartiendo el cartel con don Ángel Peralta, que se enfrentó a un novillo de Javier Molina y compartiendo terna con Fermín Murillo y Mondeño. Ese día le cortó una oreja al tercero de la tarde, primero del lote de Fermín Bohórquez que sorteó y al que logró pegarle el muletazo de su creación. De nuevo recurro al exigente testimonio de Díaz Cañabate, sobre ese momento particular:

…El tercero toma la primera vara de largo. La segunda, corrida. No tiene mucha fuerza. El presidente lo cambia. A la muleta llega tardo, pero cuando embiste es aquello que llamaban antes los revisteros una perita en dulce. ¡Qué bien se la comió “El Imposible”! No intentó ninguna tontería. No se embarulló. Toreó sereno, sin hacer caso del aire, que soplaba para todo el mundo y parecía que no soplaba para él. Me gustó “El Imposible”. Faena con temple y con mando. Faena a tono (con buen tono) de la perita en dulce, confitura que a muchos toreros se les indigesta. Sobresalieron tres pases iniciales con la derecha realmente excelentes. Un pinchazo y, entrando bien, una estocada. Una oreja…



Al final de esa campaña sumó solamente nueve fechas en ruedos ibéricos, a causa de los percances que sufrió en Málaga, Plascencia, Palma de Mallorca y en San Sebastián. La de Málaga, del 14 de abril, fue muy extensa, según se deduce del parte facultativo:

…Durante la lidia del sexto toro, ha ingresado en la enfermería de esta plaza el diestro mejicano Antonio Campos «El Imposible», que presenta herida por asta de toro en la región glútea inferior, con dos trayectorias, una ascendente, que diseca ambos glúteos, alcanzando hasta el trocánter mayor; y otra descendente, que dislacera el músculo bíceps hasta su inserción en el fémur. Pronóstico, grave. Doctor Abrines…



Un ídolo en Barcelona, 8 tardes en una temporada



Confirmará su alternativa en México el 9 de febrero de 1964, cuando Calesero le cede a Soldadito de Tequisquiapan en presencia de Diego Puerta, que esa tarde tuvo una cumbre al cortar las dos orejas de Rastrojero.

La pirotecnia de su manera de hacer el toreo, anima a las empresas a incluirlo entre los toreros que se integrarán a la campaña que hacía en México El Cordobés y logra actuar en varias tardes junto a él, destacando la del 19 de febrero de 1964, en Aguascalientes, cuando se le va por delante a Manuel Benítez, cortándole el rabo a uno de los toros de Santacilia que le tocaron en suerte.

Sin embargo, tiene que reducir su actividad, pues la enfermedad que al final terminaría su existencia ya le comenzaba a causar molestias que interferían con su actividad profesional y así, después del triunfo hidrocálido, vuelve a la México el 1º de marzo y torea su última corrida en Puebla, el 15 de ese mismo mes, mano a mano con Joselito Huerta, en la lidia de toros de Zotoluca y Santa Marta.

Un cáncer hepático logró lo que otras circunstancias adversas no pudieron; quitar de torero a El Imposible, quien a partir de una férrea voluntad y la decisión de querer ser alguien en los ruedos, resurgió de su propio fracaso. Falleció en la Ciudad de México el 28 de diciembre de 1964, justo cuando empezaba a ver los frutos de su dedicación.

Aldeanos