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domingo, 20 de marzo de 2011

En el centenario de Armillita III

25 de marzo de 1928: Armillita recibe su alternativa española en Barcelona

Juan Armillita cede los trastos a
su hermano Fermín (25/03/1928)
Antonio Posada había hecho matador de toros a Fermín Espinosa Saucedo en El Toreo de la Condesa el 23 de octubre de 1927, llevando como testigo al Orfebre Pepe Ortiz. El trianero le cedió al toro Maromero de San Diego de los Padres y el nuevo matador de toros cerraría el festejo triunfando al cortarle el rabo a Coludo, toro que brindó a Rodolfo Gaona. Armillita Chico tenía 16 años, 5 meses y 20 días de edad.

Tras de concluir la temporada mexicana, viaja a España con su hermano Juan, a la sazón matador de toros desde 4 años antes, con la finalidad de hacer campaña allá y es así que su apoderado, Victoriano Argomaníz le pacta la necesaria alternativa válida en ruedos hispanos para una plaza en la que siempre gozaría el torero de la mayor consideración, la de Barcelona. El motivo de tener que tomar una nueva alternativa, más que confirmar la ya obtenida, lo explica así don Luis Ruiz Quiroz:



Antes, las alternativas no españolas no tenían validez en España y los matadores de toros extranjeros tenían que tomar la alternativa en su primera actuación en cualquier plaza de la península... En el primer convenio taurino entre mexicanos y españoles de julio de 1944 se pactó que quedaba reconocida la antigüedad de las alternativas tomadas en la plaza “El Toreo” de la ciudad de México a partir del 18 de julio de 1936... En febrero de 1951 se firmó el segundo convenio entre toreros mexicanos y españoles y la cláusula 3 dice lo siguiente: “Las clasificaciones hechas en México y España de los matadores de toros se respetarán mutuamente por las Asociaciones de Toreros de ambos países”... A partir de entonces las autoridades taurinas españolas han reconocido validez a todas las alternativas mexicanas...

Armillita escribió poco antes de su muerte un esbozo de memorias, las que concluyen prácticamente en la víspera de esta alternativa y sobre este particular cuenta lo que sigue:

El 13 de marzo de 1928 llegamos a Madrid… lo primero que hicimos fue ir al sastre de toreros, un tal “Rubio de las Monteras”, para que me probara el traje de torear que tenía yo que vestir el día de mi alternativa en Barcelona. Era precioso, azul plumbago y oro. Allí mismo me ajuaree (avié) de capotes, muletas, zapatillas, medias, todo nuevecito, también montera que no podía faltar desde luego. Para las camisas estuvimos en la Casa Quiroz… No se preocuparon de llevarme a una tienta ni nada parecido, para que antes de debutar me diera cuenta más o menos como era el ganado español, Solo me tocó ver una corrida de Beneficencia a los pocos días de llegar. Torearon Marcial Lalanda, Villalta, Fuentes Bejarano y Niño de la Palma. No se me olvida un toro colorado que toreó Villalta, como se arrimó y cómo lo mató, ¡qué bárbaro! Asustado estaba yo nada más de pensar que tenía que vérmelas yo con esos toros y aquellos toreros de España…

Allí concluyen los apuntes del Maestro, que apenas doce días después de bajar del barco, estaría recibiendo de nueva cuenta, la dignidad de matador de toros en la Plaza Monumental de Barcelona.

Inserción en el número 87 del semanario barcelonés La Fiesta
Brava
, relatando la alternativa de Armillita

El cartel del domingo 25 de marzo de 1928 se integró con toros salmantinos de Antonio Pérez de San Fernando, para Juan Espinosa Armillita, el valenciano Vicente Barrera y Fermín Espinosa Armillita Chico que recibiría la alternativa, insisto, por segunda ocasión, dado que por una cuestión que califico de meramente administrativa, la recibida en El Toreo el mes de octubre anterior, no era reconocida por válida.

¿Qué ocurrió en el festejo? He encontrado dos versiones de lo ocurrido en la plaza barcelonesa. La primera, con la ventaja de la inmediatez, apareció en el número 86 del semanario La Fiesta Brava de Barcelona, publicado el 30 de marzo de 1928, y la relación que hace el cronista Civil, es en lo medular la siguiente:

Armillita Chico, el chaval que en diciembre cumplió 16 años, el mejicano que allá en su tierra armó una revolución y en el que tantas esperanzas tiene la afición Azteca, ha tomado la alternativa en Barcelona. Veamos su primera actuación ante el público hispano… Ni elegido, pudo soñarse en un toro tan pastueño, para su alternativa; llamábase el bicho Bailador y a fe que nada tenía de aficiones terpsicorescas, suave, tranquilo y nobilísimo tomó la punta del capote de Magritas, quien se lo presentó al neófito, instrumentando Fermín unas preciosas verónicas que fueron oleadas, hizo asimismo un precioso quite que fue ovacionado, puso un par de banderillas con valentía y buen estilo y previa la ceremonia emocionante de entrega de trastos por su hermano, el tradicional abrazo y un beso fraternal, brindó a la presidencia y se enfrentó con su enemigo… Dio cuatro pases tranquilos, dominador, valiente y al iniciar otro cae en la cara perdiendo los trastos, al quite Barrera y Armillita, aunque en honor a la verdad la muleta caída y movida por el viento hizo el verdadero quite, levantóse encorajinado el muchacho y siguió muleteando muy valiente y artista, entrando guapamente a volapié pinchando en hueso, luego una estocada alta, pero, con algo de tendencias que hizo rodar al toro; ovación grande muy merecida, y vuelta al ruedo… El último de la tarde, fue ya de la otra mitad, por lo que, por más que quiso Armillita chico lucirse, no logró su objeto gracias a la sosería del toro y al fuerte vendaval, que se había desencadenado; no obstante estuvo valiente y sumamente voluntarioso, tanto con la muleta como con el capote. Bien colocado en el ruedo y muy oportuno en los quites, uno de los que hizo faroleando entre aplausos unánimes de la concurrencia. En conjunto una muy buena actuación del mejicano petit, quien queda ya catalogado entre los Ases de la torería...

La segunda versión es la que aparece en el número 351 de la revista valenciana La Reclam Taurina, de Manuel Soto y Lluch, del 31 de marzo del mismo año, donde aparece una crónica firmada por Pascual Cardona, en la que se señala lo siguiente:

No podrá quejarse Fermín de lo que le deparó la suerte para su debut en España: un toro bonito, alto de agujas, alto, gacho y apretado de defensas, y sobre todo (ahí está la madre del cordero), noble y bravo. Afectado el imberbe muchacho por el debut, lo toreó valiente de capa, ciñéndose en algunos lances y no mandando lo suficiente, por lo que el noble animal le comía terreno. Lanceó, al quitar, más a nuestro gusto. Cogió palos y clavó al cuarteo un par caidillo y desigual, sin grandes primores de ejecución. Después del ceremonial de entrega de trastos, abrazos, besos, etc., etc., se encaró el chiquillo con el de Pérez, que estaba ideal. Le hizo una faena con ambas manos, variada y valiente, pero efecto de codillear un tanto, le achuchó varias veces el noble animal. Una de ellas cayó ante la cara del bruto, metiendo oportunamente el capote Barrera. Decidido, pinchó hondo la primera vez, recetando luego una estocada traserilla, algo tendenciosa, que fue suficiente. Muchas palmas. El toro se llamaba “Bailador” y tenía pelaje negro. Datos para la historia… Más terciado y sin estilo su segundo, no le permitió lucirse con la capichuela, y anotamos en su haber solo la voluntad. El viento molestaba de lo lindo. Le muleteó reposado y doblándole bien. Un metisaca, dos pinchazos y una buena estocada. Acertó a descabellar al tercer golpe. Fue despedido con palmas de simpatía. El muchacho tiene figura y detalles de buen torero. Creemos que cuando lleve toreadas varias corridas y se dé cuenta del nervio que tiene el toro español, muy distinto al de su tierra, le lucirá más su trabajo. Hoy por hoy, con lo hecho con el lote que le deparó la suerte el día de su debut, creemos a ojos ciegos que los mexicanos han exagerado unas miajas. El 22 del próximo mes volverá a torear en esta. Dejamos para entonces nuestra opinión definitiva...

Como se observa, esta crónica de Pascual Cardona se expresa con más reservas y con menos voluntad hacia el toricantano, aunque sin dejar de reconocer que el clima afectó su actuación y que tiene lo que hoy dirían las crónicas buenas maneras, por ello, se reserva un prudente beneficio de la duda hasta su próxima actuación, misma que, precisamente por los elementos, se suspendió hasta mejor oportunidad.

La realidad es que a partir de la cesión que Juan Espinosa hizo a su hermano Fermín del toro Bailador de don Antonio Pérez de San Fernando ese día, se inició una carrera que le llevó a ser uno de los más importantes toreros de la historia.

En ese momento Armillita Chico aún no cumplía los 17 años de edad y esta alternativa prácticamente marcó el inicio de una carrera en la que, como dijera Leonardo Páez:

…Fermín Espinosa Saucedo supo equilibrar, a su aire, la miseria de ser hombre con el prodigio de ser hombre, y provocar en quienes los aclamaron y en quienes, los seguimos admirando, un orgullo profundo como aficionados pensantes a la misma Fiesta que ellos tanto amaron y a la que tanta grandeza dieron…

Hoy, aunque con unos días de adelanto, debido a que en estas fechas se acumulan varios acontecimientos importantes, recuerdo este hecho histórico en su biografía, en el año del centenario de su natalicio.

domingo, 20 de febrero de 2011

En el centenario de Armillita, II

20 de febrero de 1944, Fermín Espinosa corta el rabo a Paracaidista de La Laguna, tras de matar 6 de San Mateo en solitario y ejecuta en El Toreo por primera vez el quite de La Saltillera.

La 12ª corrida de la temporada 1943 – 44 en El Toreo de la Condesa estaba pensada originalmente en un mano a mano entre el Maestro de Saltillo y Silverio Pérez para dar cuenta del encierro de don Antonio Llaguno. Desde esta perspectiva o desde la que finalmente se dio, despertó de inmediato un interés malsano en la afición, dado que la malquerencia entre el ganadero de Zacatecas y los dos toreros que formarían el cartel era de sobra conocida. Al final de cuentas, una semana antes el certero pitón de Zapatero de La Punta se atravesó en el camino del Faraón de Texcoco y la fecha se cerró para la actuación exclusiva de Fermín.

Don Antonio Llaguno tenía una especial antipatía hacia Armillita y todo lo que representaba. La negociación de la empresa de El Toreo con el ganadero culminó en la aceptación de este para que Fermín matara su corrida, lo que Luis Niño de Rivera, en su obra Sangre de Llaguno, explica de la siguiente manera:


…El ganadero estaba convencido de la enemistad del torero hacia su persona, misma que canalizaba a través de la lidia que daba a los toros de San Mateo. Reconocía en Fermín una enorme capacidad como torero, que servía de fundamento para creer que con tanto talento, la única explicación era que no quería darle a sus toros la lidia adecuada para hacerlos lucir. A Llaguno únicamente le cabía en la cabeza que “Armilla” tuviera propósitos ulteriores con los toros de San Mateo, y por consiguiente con él, al torearlos a contra estilo, doblándose con ellos, cuando lo que requerían era darles recorrido para que fueran a más...

…La culminación de esta confrontación se dio la tarde del 20 de febrero de 1944, cuando ambos accedieron a una encerrona del diestro coahuilense con seis bureles del zacatecano. Un verdadero duelo de titanes que no estaba planeado como tal originalmente. El programa inicial incluía al “Faraón de Texcoco”, en lo que sería también un cartel controvertido, en mano a mano entre Fermín y Silverio, con toros de San Mateo, pero el destino puso las cosas de tal manera que había que tomar decisiones de gran altura, si querían comportarse como grandes del toreo...
Los toros escogidos por el ganadero de San Mateo para la ocasión fueron cinco de encaste Llaguno (producto del cruce de ganados nacionales con lo importado de Saltillo) y uno de origen Saltillo puro, de los cuales cuatro tenían 6 años de edad y dos eran cinqueños. Por su orden salieron al ruedo: 1º Lucerito, número 32 con nota de tienta regular, nacido en 1939; 2º Tinajero, número 32, con nota de tienta bueno, nacido en 1938; 3º Vencedor, número 37, con nota de tienta regular, nacido en 1938. Este era Saltillo puro y en la plaza fue anunciado como Jerezano; 4º Barretero, número 82, con nota de tienta bueno, nacido en 1938; 5º Desertor, número 17, no se proporciona nota de tienta, nacido en 1938 y 6º Peregrino, número 50, con nota de tienta regular, nacido en 1939.

Si se observa, la corrida, en el papel, tenía mucho que toreársele. Era muy diferente a los toritos de plomoAlfonso de Icaza dixit – que el mismo don Antonio le enviaba a Lorenzo Garza – en esa temporada en el retiro – o a El Soldado, por lo que Fermín El Sabio tenía la certeza de que para triunfar esa tarde no solamente tenía que poderle al envío del señor de San Mateo, sino que tendría además que obtener un triunfo rotundo. En esas condiciones, pidió a su amigo Romárico González, ganadero de La Laguna, un toro para regalar si las condiciones se daban. El propio Luis Niño de Rivera lo narra así:

…Armillita sabía de la capacidad de Llaguno para escoger un encierro que le fuera particularmente molesto y difícil. Por su parte, don Antonio entendía con toda claridad que el torero iría bien pertrechado con un “séptimo cajón”. El encierro no podría ser simplemente malo, puesto que se jugaba el prestigio de San Mateo y la posición de su propietario. Por su parte, el maestro tenía que buscar el triunfo a como diera lugar, para demostrar su superioridad sobre los astados del zacatecano...
Al final del festejo, Armillita le había cortado la oreja al primero, Lucerito, la que le tuvo que ser traída del desolladero y dio una aclamada vuelta al ruedo tras de la lidia del cuarto, Barretero, por no haber culminado con la espada lo que varias de las crónicas consideraron que fue la faena de la tarde. Allí se abrió la ventana para el obsequio de Paracaidista – brindado a Mario Moreno Cantinflas – que le permitió al Maestro la realización de una gran faena y el corte de la oreja y el rabo y la salida en hombros de la plaza.

Críticas posteriores a la actuación de Fermín Espinosa se decantaron por intentar minimizar su triunfo ante Paracaidista, señalando la diferencia notoria de trapío que guardaba con los toros de San Mateo que compusieron el encierro titular de la corrida del 20 de febrero. Uno de los que con más insistencia puntualizaron ese hecho, fue Roque Armando Sosa Ferreyro Don Tancredo, en La Lidia de México, que desde su crónica del festejo refería el triunfo del Maestro ante un utrero.

Don Luis de la Torre, El – Hombre – Que – No – Cree – En – Nada, en refutación a Don Tancredo, expresó lo siguiente:

...nos hemos mostrado extrañados de que el señor ganadero de San Mateo en esta ocasión haya enviado a la arena de “El Toreo” una corrida con toda la barba... Si hablamos de dedicatoria especial por parte del señor Llaguno, téngase en cuenta que lo hemos hecho no por tratarse de “Armillita” y de Silverio, para quienes estuvo destinado el encierro, sino porque de de la ganadería de San Mateo es de donde salen la mayor cantidad de toros con bravura tendiente a la docilidad y en edad cercana a la juventud, con los cuales puede hacerse alarde de preciosismo y pinturería, y siempre han sido puestos sus pupilos en manos de determinados lidiadores para quienes nunca hubo vetos ni prohibiciones. Esta es la verdad escueta, no “nuestra verdad”, pues en ella solamente está comprendida nuestra manera de pensar, y en la primera se halla también el convencimiento de toda la afición... Que hábilmente “Armillita” haya obsequiado un toro de distinta ganadería y en condiciones diversas de edad, peso y estilo, en relación con los primeramente lidiados, para con él hacer patente la diferencia de lo que encierra el lidiar un TORO y un utrero, también es una verdad unánimemente aceptada; pero ello, a mi humilde entender, carece de relación directa con la hazaña momentos antes realizada. Se trató de un obsequio y en él concurrieron las características que quedan mencionadas, y no vamos a querer que Fermín haya contado de antemano con tropezar con un toro que de manera definitiva redondeara su triunfo. Pudo haberse equivocado y entonces, quizá, pudiera él mismo haber hecho disminuir el valer de su actuación, quedando, entonces sí, en un posible ridículo...
No puedo coincidir en que porque se tratara de un regalo, se justificara la alegada falta de presencia del toro de La Laguna, aunque ninguna de las relaciones del festejo – las favorables y las que no lo son – refieren que Paracaidista haya sido protestado, lo que me sugiere que en todo caso desentonó entre los toros de 5 y 6 años por ser quizás cuatreño; pero también me queda claro que el encierro de San Mateo sí iba con dedicatoria y que al final de cuentas, Armillita resolvió con eficacia la papeleta que le planteó don Antonio Llaguno con los toros que le preparó para la ocasión. En esa tesitura, el Maestro obtuvo el triunfo que la afición esperaba y mantuvo su categoría con el toro de Romárico González que previsoramente estaba dispuesto como sobrero.



El apunte de Antonio Ximénez en el que se describe
el nuevo quite de Armillita llamado después saltillera


Para concluir y sobre la nueva suerte que presentó a la afición, el pintor Antonio Ximénez, que elaboraba apuntes para La Lidia de México, la describe brevemente como una gaonera renovada, en tanto que Alberto Lázaro, en su columna semanal Cargando la Suerte en la misma publicación, dice lo siguiente:

…El 20 de febrero de 1944 – fecha que figurará con letras de oro en los anales de la tauromaquia – creó Fermín Espinosa un lance nuevo… Quién afirmó que Fermín había practicado la “tapatía”, quién aseguró que era la “fregolina” y quién, por fin, dijo que era la “caleserina”… Está inspirada en la “gaonera” y en el pase alto ligado a la manera de Victoriano de La Serna… El torero se echa la capa atrás, como para torear por “gaoneras”. Inicia la suerte exactamente como si fuera a dar una “gaonera”, pero en lugar de rematarla llevando el brazo a la altura natural, el torero lo levanta como para dar un pase alto… Es, pues, la suerte creada por Armillita, mezcla de “gaonera” y de pase alto. En su ligazón cobra gran semejanza con los pases lasernistas que se dan con la muleta… Este lance puede ligarse también por el lado izquierdo en la misma forma en que se hace hoy por el lado derecho… Y como la creación es obra de Armillita, por más que haya quienes, como siempre, le discutan el mérito, debemos llamarla en justicia “armillina”…
La historia nos demuestra que el nombre que le quedó al lance, sería el de saltillera, no en recuerdo al nombre taurino de su creador, sino al del lugar del nacimiento de Armillita, Saltillo, Coahuila.

Así es como se escribió otra de las páginas de gloria de la historia en los ruedos de Fermín Espinosa, Armillita.

N.B. El subrayado en la transcripción de la obra de Niño de Rivera es obra de este amanuense.

domingo, 30 de enero de 2011

En el centenario de Armillita I

30 de enero de 1946: Armillita, Manolete y Silverio lidian en El Toreo, el último encierro español que se ha corrido en la capital mexicana

Necesaria aclaración

El día 3 de mayo de este año se cumple el primer centenario del natalicio de don Fermín Espinosa Saucedo Armillita, quien resulta ser, a la luz de los hechos, una de las más altas cumbres de la Historia Universal del Toreo. A partir de este día y cuando menos una vez al mes, procuraré ocuparme de alguno de los hechos notables de su paso por los ruedos del mundo, distintos a los que ya he dejado constancia en las virtuales páginas de esta bitácora. Espero que los encuentren de interés y que sirvan para dejar claro que independientemente de que haya un océano entre América y Europa, la Fiesta es una y así debe seguir siendo.

La temporada 45 – 46 en El Toreo

A la reparación de la ruptura de las relaciones taurinas entre España y México, producida en 1936 y la forma en la que se gestó la temporada en la que se dio la corrida que aquí me ocupa, dediqué otro espacio de esta misma Aldea y a él les reenvío. También escribí ya a propósito del impedimento oficial al ingreso de ganado español a nuestro territorio, a causa de una epizootia de fiebre aftosa, así que para aligerar, les pido también, si es el caso, dirijan sus pasos al espacio relativo.

Solamente añadiré que esa temporada 45 - 46 encontraba en puerta, aparte del serial de El Toreo, la inauguración de una nueva plaza de toros en la capital mexicana. La ya bautizada como Plaza de Toros México, con capacidad inicial de 50,000 espectadores – después reducida en un 10% por disposición gubernativa –, manejada por una empresa distinta a la de La Condesa y con la que se iniciaría una competencia en materia de asuntos taurinos en la Ciudad de México, con el Monstruo de Córdoba como eje de ella, tanto así, que el día 22 de abril de 1946, se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto del Jefe del Departamento del Distrito Federal, Javier Rojo Gómez, limitando la celebración de festejos taurinos a 2 por semana, pues se aducía entre otras cosas, que con más, se afectaba seriamente la actividad productiva y la economía de las familias.

En ese entorno se anuncia en El Toreo un festejo con un cartel encabezado por Armillita, Manolete y Silverio Pérez, para enfrentar un encierro español de origen Murube. Aludo a su origen, dado que en las distintas informaciones que he podido recabar, me encuentro con autores como Guillermo Ernesto Padilla, que aseguran que la corrida era de doña Carmen de Federico, en tanto que Filiberto Mira y Francisco Narbona señalan que los toros fueron de don Luis Vallejo Alba y  por su parte El Tío Carlos simplemente dice que fueron de Murube. Cualquiera que sea el caso, lo único seguro es el origen de los toros, puesto que la familia Urquijo de Federico compró a la familia Murube la ganadería que formaron a partir de ganados de Vistahermosa, vía Arias de Saavedra y en su caso, don Luis Vallejo Alba o compró a doña Carmen de Federico el pie de simiente para formar la suya o como afirma el veterinario Juan José Zaldívar, adquirió directamente de Tomás Murube una fracción de la ganadería de su familia.

Un festejo accidentado

La corrida estuvo envuelta en varios accidentes previos. La presencia de Manolete en las plazas mexicanas representó un revulsivo para las cosas de los toros de este lado del mar. Las entradas para ir a verle se cotizaban a altos precios y las instalaciones para ir a adquirirlas resultaban insuficientes. Me encuentro en el diario El Informador de Guadalajara, la víspera de la corrida, con la siguiente información:

Multa por falta de taquillas. – México D.F., enero 28. – Mil pesos de multa fueron impuestos a la empresa de “El Toreo” por no haber colocado las taquillas que dispuso el Gobierno del Distrito Federal en los terrenos de la plaza, para facilitar la venta de los boletos. Cada semana que pase sin cumplirse, aumentará la multa.

El equivalente en dólares de esa época eran 125 aproximadamente. Y es que las colas que se formaban alrededor del coso hacían imposible la adquisición de las ansiadas localidades. Pero no solo se tomaban medidas gubernativas, el asunto tomó también tintes políticos. Un senador, Vidal Díaz Muñoz, arremetió en contra de las empresas, tanto de El Toreo como de la Plaza México en los siguientes términos:


Continúa la reventa en la Capital. Todas las medidas que se han adoptado, parece que resultan inútiles. – México D.F., enero 29. – El señor senador Vidal Díaz Muñoz, expresó que no se había acabado con la reventa de boletos para los toros, por más medidas que se habían adoptado. Que es vergonzoso que antes de expenderse los boletos en las taquillas oficialmente, la víspera o el mismo día de la corrida, desde varios días anteriores se ven a los revendedores con blocks de boletos en los cafés, peluquerías, clubs y demás sitios de reunión, a donde se trasladó la perseguida reventa de las calles. El senador Díaz Muñoz hace responsable de esta reventa al gerente de El Toreo, Antonio Algara, de quien dijo que era un personajillo que al parecer goza de grandes favores oficiales. También dijo el mismo senador que los precios en la nueva plaza México eran excesivos, lo que demuestra que su dueño, el licenciado Neguib Simón va igualmente por el camino de la especulación y la explotación.
Ese era el ambiente en el que se iba a desarrollar la corrida a la que me referiré enseguida.

Armillita sin los toros de Murube

Al final de cuentas Fermín El Sabio no lidió ninguno de los toros españoles que le hubieran correspondido, sino dos de Zacatepec, de la misma procedencia, pero de origen nacional. En el sorteo se desechó uno de los de Urquijo o Vallejo – según la versión que se acepte – por chico y el cuarto de la tarde fue devuelto por manso, así que acabó enfrentando dos pupilos criados en Tlaxcala por don Daniel Muñoz, quien después de haber intentado fusionar los ganados familiares de origen Piedras Negras con simiente zacatecana de San Mateo que le facilitara su amigo don Antonio Llaguno, se decantó por lo saavedreño, vía Murube, siendo una de las contadas ganaderías mexicanas que se mantuvieron fieles a esa línea de sangre.

¿Cómo fue la actuación de Armillita en esta señalada tarde? Voy a recurrir a la relación de don Carlos Septién García El Tío Carlos, que en el diario El Universal publicó la crónica de la corrida bajo el título Manuel Rodríguez Manolete o la pureza del arte y que de la actuación del Maestro Armillit, destaca lo siguiente:

FERMÍN: El de Saltillo – vestido de paja y oro, como trigo maduro – salió por la victoria. Pase a pase, lance a lance, fue elaborando un triunfo sólido, consciente, sereno; dijérase que Fermín estaba cuidando su tarde con el mismo esmero cariñoso con que se cuida un toro suave y dócil. Fermín quería cortarle las orejas a la tarde... Era ese Fermín distinto que hemos visto desde que llegara “Manolete”: el Fermín que despojado de su profesoral indiferencia ante los retozos más o menos brillantes de sus discípulos, ha encontrado en la solemne presencia del cordobés un estímulo digno para hacer esplender toda la vasta dimensión de su ciencia... Así, el toreo de Armillita ha dejado de ser el monólogo entristecido o la algarabía sofística que solía ser antes, cuando no había quien lo entendiera o cuando, aburrido, apelaba al engaño para recibir algún calor de palmas. Hoy es un diálogo levantado, profundo: diálogo que, en mutua fecundación, se ha entablado entre la plenitud de Fermín y la liturgia de Manuel Rodríguez. Diálogo cuyas frases de clásica prosa imperial están siendo nuestro regalo y nuestro afán... “Número 28”, de Murube, fue el cuarto. Negro, apretado de encornaduras y bizco, astillado del derecho. Chico también, como todos los de esta tarde. Salió trotón; luego se puso abanto; después se dio a revolver al revés. Por fin, se mantuvo con la cabezota alta... En un derroche de maestría, Fermín lo recogió, lo hizo humillar y luego se lo pasó en varios lances seguidos. Lo que se llama corregir los defectos y luego torear con lucimiento... Vinieron las varas y el toro salió suelto... Luego, el toro hizo asco y por evidente mansedumbre, fue devuelto... En sustitución apareció un toro de Zacatepec, negro bragado, chico y sacudido... Tres varas y el toro salió suelto... Como preludio, un pase de costado; un pase alto y un natural y otro pase por abajo... Luego se lo llevó a los medios. Y allí trazó cinco pases naturales, dos de ellos muy buenos, los otros con ligero enmiendo... Un pase alto; otro de pecho, y de nuevo por abajo. El animal huía por momentos. Además, había necesidad de acosarlo para que embistiera. Fermín lo probó así, cuando en un descanso le metió la muleta hasta los propios hocicos y se la agitó varias veces. Como si se lo hiciera al “Caballito”... A fuerza de aguante, Fermín logró tres derechazos muy ceñidos, toreando con el brazo, y un derechazo con remate alto en el que sintió el calor del toro, y en el que aguantó un gañafón... Se marchó el toro a su querencia de toriles. Y allí lo siguió toreando por alto y por abajo. Luego, con pases de tirón, lo sacó de la querencia para volverlo a citar al pase natural; sólo que el toro rehusó la pelea y, huyendo, volvió a las tablas... Allá fue entonces Fermín. Se dobló con él varias veces. Lo volvió a sacar, y el toro se volvió a marchar. Una lucha con el bueyote... Al fin, en la propia querencia de tablas, Fermín toreó en cuatro derechazos magníficos. Al final de ellos pescó por el rabo al manso para hacerlo regresar. Lo dobló varias ocasiones más para igualarlo, y entrando con habilidad, dejó una estocada caída que hizo doblar. Se levantó el toro y al fin cayó definitivamente... La mayoría pidió la oreja. La minoría la rechazó. Fermín, entonces, al igual que Manolete en el toro anterior, hizo un signo diciendo que para él estaba bien ganada. Y se la guardó tranquilamente en la bolsa de la chaquetilla... Y les peló los dientes a los que le chillaban… Vueltas al ruedo, salida a los medios, música maestro... Fermín había cuidado su triunfo con cariño”.

Manolete cortó un rabo esa tarde y Silverio Pérez estuvo discreto. De allí el título de la crónica de El Tío Carlos. No obstante, la actuación de Fermín Espinosa, según se retiene de la relación transcrita, deja en claro que todos los toros tienen faena posible – sobre todo cuando se tiene que defender el sitio que de figura se tiene – nada más es cuestión de sabérselas hacer y de encontrar el terreno en que la misma sea posible, lo que para Armillita era el eje de su tauromaquia, escribiendo con ello una de las páginas importantes de su historia.


Espero que disfruten esto, como yo lo he hecho al prepararlo.

domingo, 25 de julio de 2010

En Barcelona: Armillita y sus dos Clavelitos

Resultaron ser dos

Al darme a la busca de los datos para cumplir este ofrecimiento hecho tiempo atrás, me encontré con versiones contradictorias en cuanto a la fecha en la que Armillita y Clavelito habían cruzado sus caminos en Barcelona. Pero al profundizar en la búsqueda, me encontré con que en esa Monumental, Fermín el Sabio había realizado dos importantes faenas a toros con ese nombre y que ambas se habían logrado con diferencia de poco más de un año. Entonces, me resultó más interesante la preparación de esta entrada, pues aparte de clarificar el mito tejido en torno a Armillita y Clavelito, me surge la ocasión también de presentar otra obra inmortal de esta auténtica figura del toreo.

El de Justo Puente antes Vicente Martínez

Junto con la faena realizada al toro Centello de Aleas en Madrid el 5 de junio de 1932, se señala como su otra obra más acabada la realizada en la Plaza Monumental de Barcelona el día 29 de julio de 1934, cuando para lidiar toros de Justo Puente – antes Vicente Martínez – alternó con Juan Belmonte y Marcial Lalanda. Esa tarde es la de uno de los famosos toros de nombre Clavelito con los que se cruzó en la capital de Cataluña y en torno del cual se han tejido numerosas historias que rayan casi en el mito, generado éste incluso desde la perspectiva del propio autor de la faena, que en torno a ella expresó a José Pagés Rebollar lo siguiente:

La tarde más espectacular de mi vida Pepe, tuvo lugar en Barcelona una vez que alterné con Belmonte y Lalanda. Belmonte cortó una oreja, Lalanda dos orejas, un rabo y una pata. Yo por primera vez en la historia del toreo, corté cuatro patas, dos orejas, el rabo y los testículos de “Clavelito” toro de la ganadería de Justo Puente.
La realidad de los hechos es diferente. Como lo expresa don Humberto Ruiz Quiroz en su libro Fermín el Grande visto por la crítica española, las relaciones escritas del festejo acotan esa apreciación del Maestro en términos diferentes, más mesurados y aún contradictorios, aunque sin desmerecer el tamaño de la hazaña lograda por el torero saltillense en esa corrida que marcaba la reaparición en el ruedo barcelonés del Pasmo de Triana.

Los diarios madrileños en los que ubiqué crónicas sobre ese particular fueron el ABC, el Heraldo de Madrid, La Voz, La Libertad y Luz y aún entre ellos, las versiones no son exactamente coincidentes, no obstante que el festejo que pretenden reseñar es el mismo, como se verá a continuación.

ABC consigna que a Lalanda se le concede la primera pata que se otorga en Barcelona, después de agotar la ciencia del toreo con el segundo de la tarde y en cuanto a Armillita, tras de matar al sexto, que se llevó una ovación enorme, las orejas, el rabo, una pata del bruto y vuelta al ruedo a hombros de los entusiastas, que se lo llevan así hasta la calle, hasta que los guardias lo rescatan y lo meten en un taxi, aclarando que, la corrida fue de las que hacen época, no obstante no haber sido el ganado gran cosa.

El Heraldo consigna la pata de Marcial al segundo, más no la de Armillita al sexto, pero sí su salida en hombros y agrega que la corrida fue verdaderamente memorable. De igual manera, Febus, corresponsal de La Voz consigna la pata de Lalanda y no la de Fermín, aunque sí su salida en volandas. Es La Voz el único diario madrileño que transmite el nombre y número del toro y lo manifiesta como Clavel, número 55 y lo describe negro, gordito y con pocas defensas.

La Libertad no menciona ninguna de las dos patas, aunque sí consigna la salida triunfal de Fermín el Sabio al final de la corrida y Luz consigna las dos patas. La de Marcial, según su corresponsal fue la mano izquierda y la de Armillita, la mano derecha.

La descripción del corresponsal del diario madrileño Luz acerca de los hechos es la siguiente:

Sexto. – De Manuel Fuente, gordo. Para bien en unos capotazos buenos de Armillita seguidos de unas verónicas. El matador se ciñe mucho en su quite. Los picadores aprietan de lo lindo. Belmonte da la media verónica en su quite. Vuelven a recargar los de a caballo. (Protestas.) Marcial remata su quite de rodillas. Armillita coge las banderillas y pone dos buenos pares voluntariosos. Cierra el tercio el hermano del matador con un buen par. Brinda Armillita al público y da el de pitón a rabo. Da siete naturales con la zurda y el por alto y recibe un achuchón. Sigue toreando cambiándose la muleta de mano. (Música.) Molinetes y faena valiente, confiada y mandona. Da un molinete rodilla en tierra. (Ovación.) El toro acude con nobleza. Estocada hasta el puño. (Orejas, rabo y la mano derecha del toro.) Es paseado en hombros por el redondel y sacado igualmente de la plaza.

Como podemos ver, la descripción de los hechos varía de testigo en testigo, pero es coincidente en un elemento esencial, en que los trofeos obtenidos por el Maestro Fermín llegaron a la primera pata cortada y nada más. Afirma don Humberto Ruiz Quiroz que la exageración nace, aparte de las expresiones propias del torero, de alguna crónica que afirma que el torero cortó todo lo que pudo apetecer…, hecho que se prestó, junto con la versión contada por el propio torero, para la exageración mencionada.

El de Atanasio Fernández

Poco más de un año después de la tarde de la reaparición de Belmonte, se anunció una corrida de 8 toros de Atanasio Fernández para Marcial Lalanda, Armillita, Manolo Bienvenida y Victoriano de la Serna. El festejo se celebró el 24 de septiembre de 1935, dentro del marco de las fiestas de La Merced.

En esta oportunidad las versiones son más coincidentes, las crónicas encontradas en los diarios ABC, El Heraldo, La Voz, La Libertad y El Siglo Futuro son uniformes en el sentido de que Armillita cortó la pata al sexto toro de la tarde y que Manolo Bienvenida, con el que el torero mexicano disputaba la cabeza del escalafón ese año, se llevó tres orejas y un rabo.

El único diario que consigna el nombre del toro al que le cortó la pata Fermín, es La Voz, mismo del que tomo su descripción de la faena al sexto de la tarde:

Sexto. - «Clavelito». Negro, colín, amorrillado y cornicorto Embiste con sosería, sin que Armillita logre hacerse con él al torearlo de capa. Se ovaciona un quite finísimo de Bienvenida por chicuelinas, y otro de Armillita torerísimo echándose el capote a la espalda. Bienvenida repite con un quite por faroles que se ovaciona largamente. Cambia un par superiorísimo. Repite con otro de frente de igual calidad, y termina con otro par por dentro formidable. (Ovación.)

Armillita brinda a un amigo, y tras un ayudado por alto enorme, sigue con cinco naturales prodigio de arte y ejecución. Suena la música. Frente a toriles y solo en el anillo, sigue el mejicano la faena con derechazos, naturales, molinetes y afarolados. Los espectadores no cesan de ovacionar al torero artista y sabio. Al pretender engendrar un molinete de rodillas sale trompicado, y por fortuna, ileso. Después de unos pases con la derecha imponentes, da el molinete de rodillas, rematando de un volapié hasta la guarnición. Rueda el toro sin puntilla, y la ovación es de las que forman época, ya que ha sido la mejor faena de la tarde. Corta las orejas, el rabo y una pata. Da dos vueltas al ruedo y sale a los medios.

Antonio Santainés recuerda, algo más de siete décadas después este suceso y la personalidad de Fermín el Sabio de la siguiente manera:

Torero de repertorio con el capote, fácil en banderillas, excelente muletero y estoqueador habilidoso, sus recursos para mandar en los toros y su portentosa intuición hicieron que se le considerara como el Joselito mexicano. Y, en realidad, quienes así lo vieron no cometían ningún error en proclamarlo... En Barcelona gozó de un sólido prestigio y llegó a torear en total 35 corridas, cantidad de festejos nada despreciable considerando el excelente plantel de toreros de aquella lejana época. Contabilizar sus triunfos y darles una valoración sería un trabajo prolijo. No obstante se considera y admite como la faena más destacada la del 24 de septiembre de 1935. En dicha corrida toreó con Marcial Lalanda, Manolo Bienvenida y Victoriano de la Serna que lidiaron ocho toros de Atanasio Fernández... Lo que resultó con el sexto fue el momento culminante de la corrida. «Clavelito» se llamaba el toro que había de proporcionarle a Armillita Chico el mayor éxito de su vida. Clavó tres grandes pares de banderillas. Seguidamente brindó la muerte del toro al prestigioso señor Vasconcelos, acompañado de su esposa y sobrinas, desarrollando una histórica faena con la muleta que el público no dejó de paladearla un momento. Y al rodar el toro tras una estocada en las agujas se produjo un indescriptible delirio. Se le concedieron las orejas y como el toro era rabón, quedó mutilado del todo, y una pata y en medio de una atronadora ovación dio dos vueltas al ruedo...
En este segundo caso, las relaciones del hecho que han llegado hasta nuestros días son coincidentes tanto en la forma en la que se desarrolló, como en la conclusión que tuvo. Reflejan también una grandeza de la fiesta que parece que en estos días tiende a perderse, pues hoy la competencia dentro del ruedo parece ser una mera entelequia, en tanto que aún de las crónicas escritas, como las que nos narran los festejos a los que me he referido aquí, podemos percibirla de manera tal, que nos invita a seguir adelante con nuestra afición, porque como escribió el citado Antonio Santainés: aquella faena al toro «Clavelito» se expandió por todo el universo. Aun la recuerdan los que la saborearon…

domingo, 23 de mayo de 2010

Juan Espinosa Armillita

Hoy se cumplen 46 años del fallecimiento de Juan Espinosa Armillita, el primero que como matador de toros llevara a los ruedos del mundo el sobrenombre que llenaría muchas páginas importantes de la historia del toreo. En esta fecha quiero recordarle en una tarde poco común de su paso por los ruedos, misma que paso a contarles a continuación.

Una tarde singular

La segunda corrida de la feria de Bilbao de 1933, a celebrarse el 21 de agosto de ese año, se anunció con Domingo Ortega, Maravilla y Victoriano de La Serna, para dar cuenta de un encierro de doña Carmen de Federico. Maravilla fue herido de consideración por un Pablo Romero el día anterior; La Serna mandó un certificado médico y no compareció. Armillita fue llamado a sustituir a Antonio García y se anunció al trianero Cagancho para sustituir a Victoriano, pero a la hora anunciada, Joaquín Rodríguez no llegó y el festejo se tuvo que dar como mano a mano.

La costumbre y la reglamentación exigen la presencia de un sobresaliente o espada sustituto en los festejos en los que se anuncian menos de tres espadas, para que en caso de algún percance de los diestros actuantes, éste pueda dar fin a la corrida. Ante la indisponibilidad de toreros de alternativa en la capital vizcaína en ese momento, se recurrió a Juan Espinosa, que aunque integrado a la cuadrilla de su hermano, era matador de toros, para cubrir esa vacante. Federico Morena, del diario El Heraldo de Madrid, en su edición nocturna de esa misma fecha, lo contó de esta manera:


Mal empieza la feria. En la segunda corrida de abono hay dos sustituciones; la de Maravilla, herido ayer tarde por un toro de Pablo Romero, y la de La Serna, que a última hora ha enviado un certificado facultativo. Sustituye al primero Armillita Chico y debía sustituir al segundo Cagancho; pero el gitanísimo matador estaba ayer en Almería y minutos antes de la hora anunciada para la corrida no se ha presentado. Y como dan las cuatro y media se hace el desfile, capitaneando las cuadrillas Armillita Chico y Ortega. De sobresaliente actúa Juan Espinosa, el que fue bravo matador de toros y hermano de Fermín...
En el diario madrileño Luz del día siguiente al festejo el corresponsal Cayetano lo narra así:


Cagancho, Armillita y Ortega; toros de Carmen de Federico (antes Murube). La fatalidad ha trasformado en absoluto el cartel de hoy, del que desaparece el gran aliciente del torero universitario doctor Victoriano de la Serna. Armillita sustituye a los diestros heridos, y el cartel no deja de tener interés por el mano a mano. Cagancho, que estaba anunciado, no torea, pues ha pedido la plaza de Las Arenas y un coche (¡qué exagerado!). Hoy ha amanecido lloviendo, pero cesó la lluvia y la tarde está tibia y con un deseo ligero de continuar sus humedades anteriores. En la plaza hay un lleno regular, y en el paseo se oyen aplausos a los dos matadores y al sobresaliente, el peón Armillita...
Juan y Fermín banderillearon al tercero de la tarde, luciendo Juan, según las crónicas en dos pares extraordinarios y siendo largamente ovacionado.

Así fue como por una última ocasión, Juan Espinosa Armillita, volvió a salir al ruedo con la dignidad de matador de toros. El azar del toreo (lo único seguro que hay en él, Alameda dixit), le colocó en la disyuntiva de volver a colocarse en una posición en la que dadas las circunstancias, quedaría al mando de las cuadrillas. No obstante, esta última tarde no fue así, solamente pudo parear con lucimiento y disputando las palmas a su hermano Fermín, sin tener que guardar la discreción y la eficacia de ordinario.

Algo de su vida

Nació en Saltillo, Coahuila el 26 de junio de 1905 y al influjo del ejercicio de su padre como banderillero, se inicia como novillero en 1922, logrando ser el más destacado de la promoción de 1924 en la capital mexicana.

Le cabe el honor de ser el último torero al que Rodolfo Gaona le otorga la alternativa, lo que ocurre en el viejo Toreo de la Ciudad de México, el día 30 de noviembre de 1924 ante el testimonio de Antonio Márquez. El toro de la ceremonia se llamó Costurero y fue el primero de los de Zotoluca lidiados esa tarde.

Marcha a España para hacer campaña en 1925 y recibe su alternativa española en Talavera de la Reina el 16 de mayo, de manos de Marcial Lalanda, con toros de Justo Puente, en tarde que también actuó el rejoneador Alfonso Reyes. Este doctorado lo confirmaría en Madrid el 29 de septiembre de manos de Torquito y llevando como testigo a Valencia I, mediante la cesión del toro Rebozado de José Bueno. Sumó esa campaña 8 corridas.

El ejemplar de La Lidia del 4 de enero de 1925 adelantaba el siguiente juicio sobre este torero:

…es un torero fácil y elegante con el capote, que torea y para y empapa con un temple y una suavidad maravillosos. Bravo y fuerte, se asoma al balcón con las banderillas en la mano, sabiendo componer la figura y ejecutando la muerte con un acierto lleno de facilidad y de gracia. Con la muleta domina y templa, corre la mano en los naturales, pasándose todo el toro por la cintura y ligándolos con el de pecho, y en conjunto, domina y manda hasta el supremo instante, en que entra por derecho, pincha arriba y sale limpio de la suerte…

Entre 1925 y 1932 Juan Espinosa Armillita sumó en plazas de España 93 corridas de toros, siendo los años más fructíferos los de 1926, 27 y 28, cuando sumo respectivamente 22, 22 y 16. En 1930 solamente toreó 7 y en 1932 nada más 2, por lo que en 1933 decide integrarse a la cuadrilla de su hermano Fermín, en calidad de primero, cambiando el oro por la plata y sería, junto con Zenaido su hermano, integrante de una de las mancuernas históricas en la brega y en el segundo tercio, como Blanquet y Cantimplas o Magritas y Valencia, pues como bien lo señala Mariano Alberto Rodríguez, biógrafo del Maestro Fermín:

...Juan tenía el toreo en la cabeza y fue un eficaz peón de brega. Con los toros difíciles el capote de Juan fue látigo y tralla para domeñarlos, quitarles resabios, toreando sin enseñarles malas ideas. Solía cambiar los toros de tercio con el capote a dos manos, moviéndolo rítmicamente mientras se movía hacia atrás. En el sitio en que lo quería su matador entraba el capote de Zenaido y cortaba el viaje del toro. La colocación de aquella pareja de Juan – Zenaido fue única…

Epílogo

Juan Espinosa Saucedo fue primera figura en las filas de los toreros de plata entre 1933 y 1952. Hasta 1949 militó en la cuadrilla de Fermín el Sabio y entre 1950 y 51 lo hizo en la de Silverio Pérez. El 21 de diciembre de 1952 salió a la Plaza México con Luis Miguel Dominguín y en esa tarde el toro Cañí de Rancho Seco le hirió gravemente. Esa fue la última tarde en la que Juan Armillita se vistió de luces. Así le recuerda José María de Cossío:

…toreaba muy bien con el capote y la muleta, que en sus manos era eficaz; era seguro con el estoque. Con las banderillas era notabilísimo… Entre los recuerdos salientes están muchos de los pares vistos clavar por Armillita.



Por su finura, por su elegancia, por su arte, por su exquisito gusto en los jugueteos, un tanto sobrios en la preparación; por su ejecución perfectísima, puede parangonarse con los mejores banderilleros que en el mundo han sido. No se me olvide la impresión producida en Madrid cuando por primera vez tomó los palos.

Apenas empezó a ejecutar, el público en pie, como electrizado y emocionado, le tributó una formidable ovación, que no cesó hasta la muerte del toro, sugestionado el público por la magna manera de parear y recuerdo que pidió la concurrencia que pusiera algún par más…

Es un gran peón y como banderillero de vez en cuando, sin querer, podríamos decir que contra su voluntad, muestra aquel arte inmenso, innato en él, pero claro es, ordinariamente no filigranea y el aficionado puede apenarse de esto, ya que estas galanuras las ejerce por derecho propio el matador.

Hace unos días mi amigo Martín Ruiz Gárate recordaba en su Taurofilia una sobremesa venteña con Antonio Corbacho y citaba al hoy apoderado que decía que él nunca había sido sub nada… Pues bien, aquí tienen otro ejemplo de un torero, que a pesar de haber vestido durante muchos años la plata, Juan Espinosa, Armillita tampoco fue sub de nada, ni de nadie.



domingo, 27 de septiembre de 2009

45 efemérides interesantes en la historia de El Toreo de la Condesa

Aunque la historia reciente de la fiesta en México se comienza a escribir en El Toreo de la Condesa, se puede delinear lo que esta ha sido a partir de los acontecimientos que sirvieron para darle forma. En esta relación seguramente no encontrarán varios que son conocidos como piedras angulares de la historia de ese gran coso, pero es que tantos grandes hechos sucedieron allí y todos merecen ser contados, que a veces, resulta interesante dejar de lado los que son de todos conocidos y sacar a la luz otros que tienen menos difusión. Algunos de los que me han parecido más destacados - más o menos uno por cada año de los que funcionó - son los siguientes:



22 de septiembre de 1907, corrida inaugural, 4 toros de Tepeyahualco para Manuel González Rerre y Agustín Velasco Fuentes Mexicano que recibía la alternativa y 4 novillos de la misma procedencia para la Cuadrilla Juvenil Mexicana dirigida por Enrique Merino El Sordo, siendo matadores de ella Samuel Solís y Pascual Bueno.

26 de enero de 1908, se lidia por primera vez un encierro español en El Toreo. 5 toros de don Felipe de Pablo Romero y uno de Piedras Negras para José Clarós Pepete y Morenito de Alcalá.

28 de febrero de 1909, Presentación de la ganadería de Miura. Corrida a beneficio de Vicente Segura, que realiza gran faena al toro Perlito del que le es concedida la oreja. Alternó con Diego Rodas Morenito de Algeciras y Francisco Martín Vázquez.

23 de enero de 1910, Rodolfo Gaona ejecuta por primera vez en México la gaonera ante el toro Pinalito de Rafael Surga, en corrida a su beneficio en la que alternó con Tomás Alarcón Mazzantinito.

29 de enero de 1911, beneficio de Antonio Fuentes que alternó con Rodolfo Gaona y Luis Freg en la lidia de toros de San Diego de los Padres. El Califa de León cortó la oreja del quinto toro de la tarde.

3 de marzo de 1912, concurso de ganaderías en el que participaron Atenco, San Diego de los Padres, Tepeyahualco, Piedras Negras, San Nicolás Peralta y Santín. Alternaron Vicente Pastor, Fermín Muñoz Corchaíto y Rodolfo Gaona. El toro premiado fue el de Tepeyahualco y Corchaíto le cortó las dos orejas por una valerosa faena al de San Nicolás Peralta.

12 de enero de 1913, se lidian 6 toros del Duque de Veragua, que habían sido sementales en San Nicolás Peralta, para Rafael González Machaquito, Arcadio Ramírez Reverte Mexicano y Merced Gómez. Asistió al festejo el Presidente de la República, Francisco I. Madero.



29 de marzo de 1914, se presenta como novillero Juan Silveti, anunciado como Belmonte Mexicano, en corrida mixta en la que el matador Eligio Hernández El Serio mataría 2 toros de Santín y Silveti y Nacho Gómez, cuatro novillos de la misma procedencia.

19 de diciembre de 1915, Juan Silveti se despide de las filas de la novillería. Alterna con Eduardo Leal Llaverito y Manuel González en la lidia de novillos de Piedras Negras. Silveti salió en hombros de la plaza.

27 de febrero de 1916, recibe la alternativa Rodolfo de los Santos Templaíto de Sevilla. Fue padrino Luis Freg; testigo, Juan Silveti y los toros, de San Nicolás Peralta.

11 de julio de 1917. El Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y encargado del Poder Ejecutivo, Venustiano Carranza, expide un decreto que prohíbe los festejos taurinos en el Distrito Federal, el decreto de referencia dice en lo conducente:

…Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, encargado del Poder Ejecutivo de la Nación, en uso de las facultades que me encuentro investido y CONSIDERANDO....Que siendo el deber primordial de todo gobierno asegurar a todos los individuos que forman la colectividad del estado, el goce de los derechos fundamentales, sin los que la sociedad no puede existir, ni llenar debidamente sus fines, también como consecuencia la obligación, de fomentar aquellos usos y costumbres que tiendan a la realización de aquel objeto, sea favoreciendo el desenvolvimiento de la personalidad humana, sea procurando mayor adaptación de las exigencias y necesidades de la época, así como igualmente tiene el deber de contrariar y extirpar aquellos hábitos y tendencias que indudablemente son un obstáculo para la cultura o predisponen al individuo al desorden, despertando en él sentimientos antisociales… Que entre esos hábitos, figura en primer término la diversión de los toros, que a la vez que se pone en gravísimo peligro sin la menor necesidad, la vida de un hombre, se causan torturas igualmente sin objeto a seres vivientes que la moral incluye dentro de esfera de protección a la Ley… Que además, la diversión de los toros, provoca sentimientos sanguinarios, los que por desgracia, han sido el baldón de nuestra raza a través de la historia, y en los actuales momentos, un incentivo para la malas pasiones y causa que agrava la miseria de las familias pobres, las que por proporcionarse el placer malsano de un momento, se quedan sin lo necesario para el sustento de varios días…


5 de octubre de 1919, se presenta Enrico Caruso en El Toreo con la ópera Carmen de Bizet, concluyendo su actuación a despecho del aguacero que se soltó durante la función.

9 de diciembre de 1919, la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión derogó el decreto expedido el 11 de julio de 1917 por el encargado del Poder Ejecutivo Federal, que prohíbe la celebración de festejos taurinos en el Distrito Federal.

2 de mayo de 1920, la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión aprobó la derogación del decreto expedido el 11 de julio de 1917 por el encargado del Poder Ejecutivo Federal, que prohíbe la celebración de festejos taurinos en el Distrito Federal.

16 de mayo de 1920, se reabre El Toreo a los festejos taurinos. 6 toros de San Mateo para Juan Silveti y José Corzo Corcito.

26 de diciembre de 1920, Ignacio Sánchez Mejías corta el rabo al toro Caparrota de San Diego de los Padres, en festejo en el que alterna con Juan Silveti.

2 de noviembre de 1921, con toros de Coaxamalucan alternan Juan Silveti, Domingo González Dominguín y Bernardo Casielles. Silveti cortó la oreja a su primero; Dominguín fue herido por el quinto y Casielles salió en hombros de la plaza aún sin cortar orejas.



5 de febrero de 1922, Alternando con Juan Belmonte e Ignacio Sánchez Mejías, Rodolfo Gaona realiza una gran faena al toro Bordador de Piedras Negras.

7 de enero de 1923, Rodolfo Gaona corta las orejas y el rabo a Curtidor de Atenco, en tarde en la que alternó con Rafael El Gallo y Manuel García Maera.

23 de marzo de 1924, Rodolfo Gaona triunfa con los toros Quitasol y Cocinero de San Mateo, cortando las orejas y el rabo de ambos, en corrida en la que alterna con José Roger Valencia y Francisco Peralta Facultades.

12 de abril de 1925, despedida de Rodolfo Gaona. Alternó con Rafael Rubio Rodalito y llevaron de sobresaliente a Pepe Ortiz. Los toros fueron 2 de Atenco, 2 de San Diego de los Padres y 2 de Piedras Negras. Azucarero, de San Diego de los Padres, fue el último toro que estoqueó vestido de luces el Califa de León.

25 de octubre de 1925, toros de San Mateo para Manuel Jiménez Chicuelo, Juan Silveti y Manolo Martínez. Es la tarde de la faena de Chicuelo a Dentista, faena que Pepe Alameda califica junto con la que en Madrid hizo a Corchaíto de Graciliano Pérez Tabernero, como parteaguas histórico en la manera de hacer el toreo.

18 de julio de 1926, se presenta como novillero en El Toreo Fermín Espinosa Armillita, para lidiar novillos de San Mateo alternando con Edmundo Maldonado Tato y Julián Pastor.

13 de marzo de 1927, Manuel Mejías Rapela Bienvenida o El Papa Negro se corta la coleta en El Toreo, matando dos toros de San Diego de los Padres. Sus hijos, los hermanos Manolo y Pepe Bienvenida, le desprenden el añadido y lidian 4 erales de Xajay esa tarde.

1º de enero de 1928, el toro Calzorras de San Diego de los Padres, infiere grave cornada a Pepe Ortiz, en tarde en la que alternaba mano a mano con Cayetano Ordóñez Niño de la Palma.

3 de febrero de 1929, Francisco Vega de los Reyes Gitanillo de Triana, realiza su inmortal faena al toro Como Tú de San Mateo, en tarde en la que alternó con Pepe Ortiz, Cagancho y Vicente Barrera.



12 de octubre de 1930, toros de Atenco para Luis Freg, Pepe Ortiz y Gil Tovar. Se utilizan por primera vez petos en los caballos de picar en las plazas de toros de la capital mexicana y es en El Toreo.

1o de febrero de 1931, Heriberto García corta las orejas y el rabo de Lamparillo de Miura, en tarde que alterna con David Liceaga y Alberto Balderas.

10 de enero de 1932, Jesús Solórzano, en tarde que alterna con Joaquín Rodríguez Cagancho y Pepe Ortiz, realiza su inmortal faena al toro Granatillo de San Mateo.

5 de febrero de 1933, David Liceaga, en tarde que alternó con Cagancho y Luis Gómez Estudiante, realiza una gran faena al toro Ilustrado del Marqués de Villamarta, que es indultado.

28 de enero de 1934, Luis Freg actúa por última vez en El Toreo. Lo hace en la Corrida de la Oreja de Oro alternando con Pepe Ortiz, Armillita, Alberto Balderas, Jesús Solórzano y Domingo Ortega en la lidia de toros de La Laguna.

3 de febrero de 1935, Lorenzo Garza realiza corta el rabo a los toros Gitanillo y Saladito de San Mateo, en tarde en que por cornada de Alberto Balderas en el primero de la tarde, se queda prácticamente con toda la corrida.

23 de febrero de 1936, Alberto Balderas corta el rabo al toro Mensajero de San Mateo, en tarde en la que alternó con Lorenzo Garza, que también cortó el rabo de Doradito, sexto de la tarde.



7 de febrero de 1937, en la Corrida de la Prensa, Jesús Solórzano corta la oreja al toro Redactor de La Laguna. La faena a este toro fue utilizada como stock shot para la película ¡Ora Ponciano!, estelarizada por el diestro y la ilustración de una de sus verónicas fue la cabeza del semanario El Redondel durante casi medio siglo. Alternó esa tarde con Lorenzo Garza.

20 de marzo de 1938, Fermín Espinosa Armillita corta las orejas y el rabo al toro Tapabocas de Coquilla, en tarde que alternó con Alberto Balderas y Lorenzo Garza.

15 de octubre de 1939, Julián Rodarte gana el Estoque de Plata alternando con Arturo Álvarez Vizcaíno, Antonio Rangel, Carlos Vera Cañitas, Andrés Blando y Miguel Montes en la lidia de novillos de La Trasquila.

29 de diciembre de 1940, Alberto Balderas es mortalmente herido por Cobijero de Piedras Negras, en tarde que alterna con Carnicerito de México y Andrés Blando, que toma la alternativa.

16 de febrero de 1941, Fermín Espinosa Armillita tiene una tarde triunfal con los toros Flautista, Payaso y Chocolate de Torrecilla, en tarde que alterna con Lorenzo Garza. El día 6 de diciembre de ese año, se colocó una placa en bronce en los muros de la plaza para conmemorar esa gran actuación.

22 de marzo de 1942, Silverio Pérez corta el rabo al toro Peluquero de Carlos Cuevas, en corrida en la que actuó mano a mano con Carlos Arruza.

31 de enero de 1943, inmortales faenas de Armillita a Clarinero y Silverio Pérez a Tanguito, de la debutante ganadería de Pastejé, en la tarde que recibió la alternativa Antonio Velázquez.

9 de enero de 1944, toros de Matancillas para Armillita, Jesús Solórzano y Silverio Pérez, que se encontró con Cirilo al que según su propio dicho, le realizó la mejor faena de su vida, misma que no culminó con el estoque.

9 de diciembre de 1945, toros de Torrecilla, se presenta Manolete para confirmar su alternativa de manos de Silverio Pérez y llevando a Eduardo Solórzano como testigo. El de Córdoba cortó el rabo de Gitano, primero de la tarde y fue herido por Cachorro, quinto del festejo. Silverio también le cortó el rabo al cuarto, Cantaclaro.



17 de febrero de 1946, toros de Coaxamalucan para Manolete, Pepe Luis Vázquez y Luis Procuna. Manolete cortó el rabo de Platino, Pepe Luis el de Cazador y Procuna el de Cilindrero, se afirma que es esta quizás la tarde más redonda de la presencia de Manuel Rodríguez en las plazas de la capital mexicana.

Extraer recuerdos así, entraña el riesgo de dejar fuera de la recolección muchos igual o más valiosos que los aquí presentados, pero en el caso, la idea inicial era escoger unos cuantos y al empezar la labor, consideré que sería interesante entresacar uno de cada uno de los años que funcionó como plaza de toros y el dato curioso de la presentación de Enrico Caruso en su albero, que no es cosa de todos los días. Espero que la idea de la grandeza de su historia quede dibujada con este breve repaso.


Créditos de las ilustraciones:

La fotografía aérea de El Toreo es obra de Margaret Bourke - White y pertenece al acervo de la revista LIFE, archivado en Google.
La del concierto en el ruedo de El Toreo está tomada del foro digital El México de Ayer.
La fotografía de Gitanillo de Triana es obra de Urbina.
La fotografía de Lorenzo Garza pertenece a la colección particular del Dr. Antonio Ramírez González, quien me ha permitido su uso. No tiene indicación de quién es su autor.
Y la fotografía de Manolete, dando la vuelta al ruedo en El Toreo, probablemente con el rabo de Gitano de Torrecilla en las manos, es obra de William C. Shrout y pertenece también al acervo de la revista LIFE, archivado en Google.

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