lunes, 25 de abril de 2022

La Feria de San Marcos hace medio siglo (IX)

Antonio Lomelín se lleva el Escapulario de Oro

La séptima corrida de la feria se celebraría el 25 de abril, el mero día de San Marcos y como se empezaba a acostumbrar, era el festejo llamado en la voz popular la corrida del toro, mas no por el hecho de que en ella se lidiara un encierro de impecable presentación y características, sino porque en el mismo se anunciaba a seis espadas de los más notables que se presentaron en los demás festejos feriales, matando un ejemplar cada uno y para dar algún aliciente a toreros y afición, se ponía en disputa un trofeo.

En esta oportunidad, estaba en juego de nueva cuenta el Escapulario de Oro, aportado por la Casa Pedro Domecq y los toreros que irían a por él serían Raúl Contreras Finito, Jesús Solórzano, Antonio Lomelín, Curro Rivera, Mario Sevilla y Adrián Romero, quienes enfrentarían una corrida del ingeniero Mariano Ramírez. La corrida interesó a la afición, dado el gran éxito que resultó la del año anterior, en la que Manolo Martínez y Manolo Espinosa Armillita, escribieron una de las grandes páginas de la historia de esta etapa de la Feria de San Marcos.

El resultado del festejo

En esta oportunidad Francisco Lazo, transitoriamente encargado de la crónica taurina en El Sol del Centro, no elaboró nota previa o columna relacionada a esta corrida. El 26 de abril de 1972 aparece una breve relación suya, casi telegráfica, que reproduzco en su integridad:

La Plaza San Marcos registró otro lleno hasta la azotea.

Había expectación, “clima”, como decía Paco Malgesto al entrevistar a los seis alternantes por la radio. ¡Seis toreros por un solo boleto, amigo, aquello estaba rebosante!... Sólo que el encierro del ingeniero Mariano Ramírez, muy bien presentado, una auténtica corrida de toros, que peleó con los lanceros, pero que lamentablemente no fue debidamente picado, resultó poco propicia para el éxito de los de a pie. Si acaso, los tres primeros acusaron un poco de mejor estilo, pero los otros, francamente tiraban a bueyes.

Los toreros estuvieron empeñosos y si poco lograron, nos regalaron con seis estocadas que aligeraron el aburrimiento comenzaba a hacer presa de los tendidos.

Raúl Contreras “Finito” salió por delante y se enfrentó a un cárdeno con unos pitones impresionantes al que lanceó muy bien. Una gran vara de “Barana”, arriba y castigando de firme al toro que empujaba bravo, pero que salió doblando las manitas, débil. Raúl lo toreó a media altura, con buenas maneras, pero el público quería que echara la mano abajo y eso no era posible. Lo intentó “Finito”, y la res rodó por la arena. Iba bien el astado, pero sin fuerza y finalmente con la cabeza arriba, pasando apenas. Y vino una soberbia estocada que le agradecieron con aplausos.

Chucho Solórzano le salió a un castaño que arrancó aplausos en los tendidos. Muy bien de capa y banderilleó con lucimiento. Bravo, fue picado por “Zacatecas V” y se cambió el tercio precipitadamente. Con la derecha, toreó bien Chucho y cuando el toro fue acortando la embestida, toreó por la cara y con adornos, para estocada con travesía y golpe de descabello. Vuelta.

Antonio Lomelín se enfrentó a un cárdeno oscuro, bajito, lleno y logró verónicas con mucho sabor. Bravo el toro, fue banderilleado por Antonio, logrando un tercer par excelente. Este toro sacó mejor estilo y Antonio lo aprovechó debidamente, mientras la res tuvo fuerzas. Y le toreó en redondo y al natural, cada vez mejor que, ya decimos, Antonio parece recuperar su forma física y mejorar notoriamente su quehacer taurino. Escuchó aclamaciones y derribó de una gran estocada, entrando muy derecho y mojándose los dedos. Petición, oreja, vuelta. A la postre, el triunfador.

“Currito” Rivera sigue siendo hostilizado y como el chamaco se irrita pronto, pues las cosas se complican. Se enfrentó a un toro capuchino de pinta, de pésimo estilo. Puso empeño, pero al escuchar muestras de desagrado, se tiró a matar, lo que hizo de una estocada que caló y descabello al segundo golpe, retirándose entre silbidos.

El quinto fue para Mario Sevilla, un berrendo fuerte que pasaron sin que le pegaran debidamente. Muchos problemas presentó en el tercio final, por su arrancada fuerte y descompuesta. Mario terminó de media delantera.

Adrián Romero se enfrentó a un bicho feo, toreando bien a la verónica. Una vara apenas en el pellejo y lo pasan. Termina con la cabeza arriba y moviéndola como rehilete. Tres cuartos de acero, y a otra cosa... Y punto final a la Feria Taurina Aquicalitense de San Marcos 1972...

Como pueden apreciar, pareciera que el cronista capitalino se atoró y que seis festejos consecutivos le vinieron pesando al final del camino, y la andadura que comenzó publicando crónica y columna al mismo tiempo, fue perdiendo velocidad, hasta llegar al punto en que para despachar el último tramo del compromiso únicamente reseñó, en breves líneas, lo que sucedió en ese teóricamente, último festejo de feria.

La entrega de premios

Se había anunciado desde el día 16 de abril la entrega de los llamados Trofeos Domecq al triunfador de la feria y al mejor encierro lidiado en la misma. La ceremonia de premiación se verificó el mismo día 25 por la noche en el stand de esa compañía vinícola, montado en los aledaños del Jardín de San Marcos. 

El Jurado Calificador, integrado por Fermín Espinosa Armillita, Jesús Ramírez Gámez, doctor Alfonso Pérez Romo, Jesús Gómez Medina, Jorge Durán, Juan Andrea, Octavio Sanromán y Ramón Morales Padilla, determinó que el triunfador del ciclo era Alfredo Leal y que el mejor encierro fue el de Valparaíso, por lo que se hicieron acreedores a las estatuillas creadas por el maestro Raymundo Cobo para la ocasión. La información de la prensa es en este sentido:

La Feria Taurina de San Marcos llegó, anoche, a su feliz culminación, con la premiación que llevó a cabo la Casa Pedro Domecq, al mejor torero de la feria, a la mejor ganadería y con la entrega del Escapulario de Oro al torero triunfador en la corrida verificada el día de ayer… Fue para Alfredo Leal el magnífico trofeo, obra del escultor Raymundo Cobo, por haber sido el mejor torero de la feria. El Jurado Calificador del Certamen se basó, para emitir su juicio, en las faenas realizadas a los toros de Las Huertas y de Chucho Cabrera… Para la ganadería de Valparaíso fue el trofeo destinado a las dehesas que enviaron el mejor encierro en cuanto a trapío y bravura, y fue para el espada Antonio Lomelín, el Escapulario de Oro, por su actuación en la corrida verificada el día de ayer… Anoche en el stand de la Casa Domecq, tuvo lugar la entrega de los premios a los triunfadores. El matador Alfredo Leal recibió su trofeo de manos de don Eduardo Solórzano ex – matador de toros y representante de la Casa Domecq; el señor José Manuel Garamendi representó a don Valentín Rivero para recibir el trofeo a la mejor ganadería que fue la de Valparaíso y Antonio Lomelín recibió el Escapulario de Oro, todos ellos, de manos del matador Solórzano… Fue el señor Octavio Sanromán quien expresó a los asistentes el deseo de la Casa Pedro Domecq de continuar estimulando la fiesta brava, a través de sus promociones en la Feria de San Marcos... Alfredo Leal agradeció la designación que se hizo para otorgarle el Trofeo Domecq, señalando que su designación por haberse despedido de su carrera en una feria tan taurina como la de Aguascalientes…

Es decir, con este evento se daba, al menos formalmente el cierre de la edición taurina 1972 de la Feria de San Marcos, pero aún quedaba pendiente la novillada de triunfadores que se celebraba tradicionalmente el día 1º de mayo y flotaba en el ambiente una afirmación que hizo el empresario Guillermo González en la entrevista telefónica que concedió a El Sol del Centro el 5 de abril y que se publicó al día siguiente, en el sentido de que aparte de las siete corridas que anticipaba, pudiera darse un festejo más.

Si a esa última afirmación le sumamos el hecho de que el día 24 de abril el empresario declaró a Francisco Lazo el haber adquirido un imponente encierro de La Punta, la especie de la corrida extraordinaria iba cobrando cuerpo. De la novillada y del otro asunto también, me ocuparé según se acomoden las fechas.

domingo, 24 de abril de 2022

La Feria de San Marcos hace medio siglo (VIII)

Una triunfal ¿despedida? de Alfredo Leal

La sexta corrida de nuestra feria de abril se anunció con el atractivo adicional de que sería la última que el llamado Príncipe del Toreo, torearía ante la afición hidrocálida. Alfredo Leal, desde el inicio de la década de los cincuenta, tuvo actuaciones señaladas en la Plaza de Toros San Marcos y se distinguió siempre por ser un torero fiel a su concepto, a un toreo de clase, sin concesiones a la galería y pudiéndole a los toros. No por nada se decía que su hacer era de trazo limpio, puro, transparente como el cristal.

Se apartó para la ocasión un encierro de don Jesús Cabrera, un ganadero que siempre tuvo fe y admiración por el torero de la capital mexicana, el cartel con el diestro de Acapulco, Antonio Lomelín y con Curro Rivera, que cumplía así su tercera tarde consecutiva en el serial sanmarqueño y que, en los hechos, pretendía resarcirse de las pérdidas de la víspera. La nota previa al festejo, en El Sol del Centro de la fecha de la corrida, sin firma, entre otras cosas, cuenta:
Repite el justamente llamado “Príncipe del Toreo”, Alfredo Leal, que en su actuación anterior bordó una faena de ensueño que provocó las primeras ovaciones fuertes cuando toreó magistralmente al quinto de la tarde, de nombre “Lupillo”, de la ganadería de Las Huertas, faena que hizo salir del letargo a los aficionados que hasta esos momentos habían visto transcurrir la corrida más sin pena que con gloria… Esta tarde regresa para proseguir exhibiendo su arte y ante los de don Jesús Cabrera, habrá de volver a instrumentar esas faenas portentosas, porque quiere despedirse entregándose al público, que, en justo reconocimiento a su valor, su arte y su voluntad, deberá ovacionarlo como se merece…
Todavía flotaba en el ambiente el importante de Alfredo Leal triunfo en la tercera de feria, el más sólido del serial hasta ese momento.

Reflexiones sobre un adiós

En la crónica que escribió Francisco Lazo para El Sol del Centro, antes de relatar el hacer del Príncipe del Toreo ante los astados, reflexiona entre otras cosas:
Un día me dijo Alfredo Leal: “Es inútil todo lo que me digas. No puedo dar ese pasito adelante. En quince años de alternativa – hoy tiene 17 – no lo he podido hacer. Menos ahora...”. 
Y la paradoja, hoy, en el umbral del retiro, Leal se ha echado pa’lante y ha puesto a flote todo el arte que atesora. Él mismo me decía anoche, a la salida de la plaza: “No sé qué ha pasado. Veo con más claridad las condiciones del toro, y cuando menos me doy cuenta, ya estoy ahí, en terrenos que nunca antes pensé llegar a pisar...”. 
No, Alfredo Leal no debe irse todavía. Tiene que dar a los públicos ese toreo tan puro, sin las concesiones del adorno, del temple y belleza singular. Se lo debe a la afición que le ha esperado siempre, que le ha estimulado para que pusiera de manifiesto su toreo de seda. Anoche cuando daba la vuelta al ruedo con las orejas del que se supone es el último toro que matará en Aguascalientes, se escucharon gritos de “¡torero – torero!”, juntamente con otros de “¡no te vayas todavía!” ...Alfredo lloró emocionado, lo mismo que muchos hombres de las cuadrillas. Y lo vimos recorrer el anillo, recordando algunas de sus buenas tardes, donde hacía lucir su clase y otras en las que, indeciso, dejaba ir con todo y orejas a los toros, mientras él, con la cabeza gacha, se retiraba al burladero. Lo que no recordamos es que Alfredo le caminara a los toros… Y cruzarse sin afligirse. Y ponerle un sentimiento especial, a veces muy erguido, luego quebrando la cintura y a otras, rabioso, metiéndose con el astado para arrancarle, a base de exponer, magníficos ayudados y salir airosamente, echando tipo, después del remate… No, Alfredo Leal no debe irse todavía. Debe corresponder a la afición con ese toreo que ha puesto a flote, ese arte que todos sabían que lleva dentro, pero que tanto escatimó. Tiene una deuda que pagar...
Ya al contar su actuación ante el segundo toro de su lote esa noche, llamado Chamaco, refiere lo siguiente:
…en su segundo armó la gorda deveras. Se llamó “Chamaco” y salió haciendo cosas feas, parecía deslumbrado, pero después de arremeter contra el caballo, se compuso y dio una lidia clara, aunque se agarrara pronto al piso y tuviera el torero que meterse en terrenos comprometidos para encelarlo. Fue una faena breve, pero de pases de seda con ambas manos y cuando tocaron “Las Golondrinas”, Leal contrarrestó la dulzona melancolía de las notas, con un toreo rabioso sin demeritar la calidad del lance. Y vuelta al muletazo lento, al ritmo que imponía el diestro, no al de la arrancada del toro, con un valor sereno que no le conocíamos. Y la estocada. La brindó al público, como el toro lo había brindado al ganadero Cabrera. Entró muy derecho, vaciando suavemente y sepultando todo el acero, un tanto traserillo. La ejecución lo valió todo. Dobló la res, flamearon los pañuelos, dos orejas y vueltas otra vez, con “Las Golondrinas”. Se salta una dama, le abraza y le besa. Y le invitan vino en botas y se mantiene el grito de “¡torero – torero!”, y ese otro muy significativo: “¡no te vayas todavía!” Otra vuelta más, pedida por el público que abarrotó los graderíos del coso San Marcos… No, Alfredo Leal no debe irse aún…
El resto del festejo

Antonio Lomelín fue llamado a dar la vuelta al ruedo tras la lidia de su primero, un toro que duró poco y salió al tercio tras de echar a perder – paradójicamente – la faena que hizo al quinto, con la espada. Por su parte, a Curro Rivera se le pasó la factura de los hechos de la víspera y asegura Lazo en su crónica, que fue muy exigido. El hijo de Fermín, el de San Luis Potosí, todavía tenía una tarde pendiente ante nuestra afición.

Alfredo Leal se reitera

El 29 de abril, casi oculta en las páginas interiores de El Sol del Centro, aparece una nota en la que se contiene una entrevista para la Cadena García Valseca (CGV), sin firma, con Alfredo Leal. En ella, el torero reitera su decisión de irse de los ruedos y cuenta que ha estado regalando a amigos y compañeros de profesión, vestidos y avíos de torear y que quizás, en días próximos, pudiera torear una corrida más, en Nuevo Laredo, benéfica, a petición de sus amigos, los señores Longoria, propietarios de la plaza. Hace otras declaraciones, muy interesantes, de las que cito lo que sigue:
Fue un paso dado después de platicar ampliamente con mis familiares – dice Alfredo – me lo habían solicitado desde hace tiempo y no había querido decidirme, sino hasta estar completamente seguro de que no daría marcha atrás...
Quiero aclarar que no me voy de la fiesta, que me ha dado grandes e inolvidables satisfacciones, con amargura, dejo la profesión porque me parece insostenible la situación en la que se me ha colocado y no culpo a la fiesta misma, sino a quienes de momento la manejan y a cuyo arbitrio no quiero someterme. 
Prefiero irme con dignidad y no permanecer en un medio que se me ha vuelto hostil, de manera injustificada. De momento pienso no torear más, pero sí algún día cambian las cosas, quizás volvería a vestirme de luces, si las condiciones físicas me lo permiten.
Y concluye manifestando que se dedicará en lo futuro a sus actividades cinematográficas y de televisión, así como a administrar una finca que tiene en Guanajuato, actualmente a cargo de uno de sus hermanos.

La realidad es que al final de cuentas la afición y las empresas no dejaron ir a Alfredo Leal. Aquí en Aguascalientes volvió para la Feria de San Marcos de 1973 y estuvo tres tardes en ella, firmando, casi estoy seguro recordar, otra gran noche el 26 de abril de ese calendario. Antes, el 25 de marzo, había realizado la que fue su última gran obra en la Plaza México, ante Hortelano, también de don Jesús Cabrera, al que le cortó las dos orejas. Seguiría en activo hasta bien entrados los años ochenta, aunque ya no le volveríamos a ver vestido de luces por aquí.

sábado, 23 de abril de 2022

La Feria de San Marcos hace medio siglo (VII)


Complicada encerrona de Curro Rivera

La quinta corrida de feria de 1972 representaba la segunda ocasión en la que Curro Rivera lidiaría en solitario una corrida de toros. La anterior se produjo la noche del 6 de febrero del año anterior, cuando se inauguró el alumbrado de la Plaza San Marcos y el encierro fue de Santo Domingo. Esa fecha, las cosas no se le dieron bien a Curro, quien por una parte se mostró displicente, pero por la otra, hay que decirlo, tampoco tuvo mucha colaboración de los escasamente presentados toros de los señores Labastida.

En esta oportunidad el ganado anunciado era de Torrecilla. La narrativa de la feria, como se ha podido apreciar hasta ahora, descansó importantemente, en el cronista del diario Esto de la capital de la República y en este año, huésped de El Sol del Centro, Francisco Lazo, quien en la columna que publicó la víspera, adelantó lo siguiente:

Fue desencajonado el encierro de Torrecilla con el que se encerrará mañana “Currito” Rivera… A nosotros nos causó grata impresión uno astillado y Toño preguntó entonces a Fermín Rivera: “¿Qué te recuerda ese toro?”. Y Fermín, ni tardo ni perezoso respondió: “A Clavelito”. Y echó la memoria a andar el Maestro de San Luis: “Clavelito fue un gran toro que me tocó en suerte en México en febrero de 1951, para ser exactos...”. Viene también un toro que es medio hermano de “Payaso”, astado de Torrecilla que indultó “Currito” Rivera en la Plaza México y que hoy pasta en la finca de Fermín y otros dos que son hermanos de “Jococón”, aquél al que cortó el rabo Eloy Cavazos hace tres temporadas en Insurgentes. El señor Llaguno, al que todos llaman con afecto “El Mudito”, habla más de lo que muchos creen. Ahora que se fija bien en lo que dice… Así pues, no adelanta ningún, digamos, pronóstico, ni da datos de sus toros... Están en 420 de promedio y uno pesó 478 kilos... Y ya solo faltan dos horas para que comience el cuarto festejo de la feria que se ha calentado bastante... Y no precisamente por el sol…

Como podemos apreciar, pocos son los datos que se adelantan del encierro a lidiarse. El origen de alguno de los toros y la remembranza de una de las muy grandes tardes de Fermín Rivera, el padre del diestro que actuaría en la señalada fecha. Para el día del festejo, Lazo no publicó columna, pero El Sol del Centro publicó una nota previa de la que se puede destacar lo siguiente:

El encierro de Torrecilla está imponente y es de esperarse que haga honor al prestigio de que disfruta la ganadería porque el público tiene verdaderas ganas de admirar el arte y el valor de Curro Rivera que atraviesa por el mejor momento de su carrera y convertido en un auténtico fenómeno por el derroche de voluntad que imprime a sus faenas, siempre con ese sello personal que provoca la ovación de los tendidos… Y gran mérito tiene el hecho de que el diestro potosino se encierre solitario con los seis astados en un derroche de valor y deseos de brindar a la afición la tarde inolvidable que espera, y es por ello que el lleno está asegurado, demostrándose así la expectación unánime por la hazaña de Curro Rivera…

Ya se verá más adelante la veracidad o no de lo aquí citado.

Una conversación en el callejón

Ya en la crónica del festejo, Francisco Lazo relata una conversación que sostuvo con José Antonio Llaguno, en esos días ganadero de Torrecilla, acerca de la corrida que había enviado para ese 23 de abril de 1972. La narración es de la siguiente guisa:

…Toño Llaguno, el ganadero, pasaba la pena grande, al mismo tiempo que nos decía: “Currito es un gran torero. Ni quien lo discuta, pero en lo particular, nunca me ha gustado que un solo espada disponga de toda una corrida...”. Por nuestra parte pensamos que cuando un encierro es tan disparejo en edad, necesariamente debe haber diferentes estilos para lidiarlos. Prontamente de acuerdo con el ganadero…

Esa charla es previa a la descripción que el cronista hace de lo que salió al ruedo:

Los tres primeros toros no lo parecían. tenían cara de “chotos”. Los otros tres tenían mal aspecto. Los primeros presentaron mejores condiciones de lidia y el diestro los aprovechó toreramente, sólo que, por la falta de presencia de esos astados, la gente no se lo tomó en cuenta…

Así pues, de lo expresado por el ganadero y de lo que cuenta el cronista que lo vio, y que no fue conocido precisamente por ser duro en sus juicios tratándose de figuras del toreo, podrán ustedes ir imaginándose las proporciones que las cosas iban tomando.

Una oreja dentro del naufragio

Efectivamente, nadie tomó en serio a Curro Rivera ese 23 de abril de hace 50 años. En el propio callejón de la plaza, sitio en donde generalmente se guarda compostura y prudente silencio, Lazo afirma haber escuchado cosas como estas:

Allí junto a nosotros, en el coso aquicalitense, varios amigos taurinos, muchos de ellos conocedores y algunos otros, hombres que vistieron de luces un día y fueron figuras del toreo, no vamos a dar nombres. Vamos a aprovecharnos de algunos de sus conceptos: “Currito anda muy bien, pero no está bien que mate toros con tan poco peso, con poca cabeza, con tan poco respeto...”. Otros nos decían: “Según el toreo actual, se necesita ese tipo de toro, chico y con buen son. Pero vemos que el Curro no lo aprovechó...

Así pues, Curro pudo rebañar una oreja del quinto, que pese a su desmedrado aspecto, le pegó un buen arropón y la paseó entre división de opiniones. Decía Lazo en la previa que las cosas estaban calientes y seguramente que sí, tanto, que en esta tarde quedaron al borde del estallido. La gente salió defraudada de la plaza, y no es que aquí se acostumbrara el toro de Bilbao, pero, retomo la apreciación del cronista, saltaron a la arena verdaderos chotos.

Al final, Pancho Lazo intentó recomponer en algo lo que ya había dicho, tratando de culpar al ganado del despropósito ocurrido, pero las líneas anteriores dejaron en claro que el asunto fue distinto:

La plaza, que registró una gran entrada, mantenía actitud de expectativa. Quería aplaudir al “Curro”, pero pocas oportunidades tuvo de hacerlo. El torero siempre estuvo en la cara del toro, pero siempre también topó con enemigos que no se prestaban al toreo que hoy en día emociona a las masas. Eran toros para lidiar y matar, a los que el espada tenía que intentar lances que agradaran a la multitud. Y ante esa disyuntiva “Currito” no se quedó corto. Intentó todo y terminó sin poder redondear un trasteo que hubiera sacudido a la afición de Aguascalientes. En resumen: el gozo, al pozo.

Corolario

Tengo la impresión, viendo por el retrovisor, de que esa encerrona se pactó un poco de manera improvisada, cuando menos en el renglón ganadero. El propio criador expresó que no se sentía cómodo mandando sus toros para ese tipo de festejos, me pregunto entonces, ¿por qué anunciarlos así? Esas son, diría mi profesor de Derecho Agrario, cosas muy científicas, que solamente los que las organizaron podrían explicar, y ya ninguno está aquí para hacerlo, así que cada uno de nosotros estamos en libertad de hacer nuestra propia conjetura.

Para el día siguiente, víspera del de San Marcos, estaba anunciada la despedida de Alfredo Leal, quien alternaría con Antonio Lomelín y el propio Curro Rivera, en su tercera comparecencia, ante toros de don Jesús Cabrera. Mañana nos enteraremos del desenlace.

viernes, 22 de abril de 2022

La Feria de San Marcos hace medio siglo (VI)

Cuarta de feria. Curro Rivera se presenta

Desde los prolegómenos del serial sanmarqueño de hace 50 años, quedó definido que el peso del mismo quedaría sobre los hombros de Curro Rivera, quien con menos de cuatro años de alternativa, tendría la responsabilidad de ser el eje de un serial que, si bien era de cuño reciente, tenía las características suficientes para tomar carta de naturalidad entre la afición mexicana. Interrumpió para ello una campaña europea que cerró con más de 40 festejos toreados y muy importantes triunfos en las principales plazas de aquella geografía. Era un albur fuerte, pues actuaría al final esa cuarteta de festejos aquí y uno más en Acapulco, el último día de abril.

Notas previas del festejo

En el ambiente flotaba todavía la redonda actuación que tuvo la noche anterior Alfredo Leal. Tengo un recuerdo muy vago de esa corrida – la presencié – y es más que nada, referido al emotivo ambiente que en ella se generó. Francisco Lazo, en El Sol del Centro, refiere:

Gran ambiente en el sorteo de Valentín Rivero, propietario de la ganadería de Valparaíso. Muchos taurinos de México y del extranjero, bajo un sol abrasador y metidos en las discusiones de siempre, pero todos de acuerdo en una cosa: la faena que hizo anoche Alfredo Leal a “Lupillo” de Las Huertas, fue excepcional. Y ahí los ve usted, pegando pases a toros imaginarios, a la vez que manifiestan entusiastas: “¡así se lo pasó...!

En ese sorteo de los toros de Valparaíso que se lidiarían la tarde del 22 de abril, el propio Lazo refiere la presencia de personajes que hoy resultan memorables y algunos hasta entrañables, entre apoderados, toreros retirados, ganaderos y demás taurinos de la época:

…Ángel Procuna, Enrique Vargas y Abraham Ortega, apoderados de los toreros que harán el paseíllo esta tarde, Mario Sevilla, “Currito” Rivera y Adrián Romero formaban los lotes, mientras don Valentín Rivero nos da los números y nombres de los toros: 101, “Tango”; 6, “Bolero”; 10, “Danzón”; 42, “Huapango”; 82, “Bambuco” y 90, “Porro”. Una corrida musical… También por allí, Fermín Rivera, padre de “Currito”, elegantemente vestido, con 10 kilos menos de peso y sin acusar nada de los momentos desagradables que vivió últimamente cuando su corazón alteró su ritmo y hubo necesidad de hospitalizarle. Atendía a las cuestiones administrativas de su vástago… Chucho Arroyo, quien estuvo al lado de su muy amigo Luis Castro “El Soldado”, cuando fue operado. Cuenta Chucho que el doctor que extrajo la piedrecilla que lesionaba el riñón de Luis era tal su tamaño que exclamó: “¡Pípila, este señor es el Pípila!”, y Mario Sevilla padre, comentó: “Si esa piedra es producto de la buena vida que se ha dado ‘El Soldado’, debe valer más que las rocas lunares”…

Ese era el gran ambiente que se vivía en el pasillo de los corrales de nuestra plaza de la calle de la Democracia el mediodía del 22 de abril de 1972.

Una anécdota que vale la pena tener presente

Cuenta en la misma columna Francisco Lazo:

Un chiquillo pide su autógrafo a Fermín Rivera y este lo atiende, pero hace un amargo comentario: “¿Para qué quieres sobras, hijo?”. Y allí cerca, Adrián Romero, le dice: “¡Vale más ahora, pues bien se acuerdan de usté!”. Eso hace sonreír grandemente a Fermín...

Un hecho que hoy sería difícil poder apreciar, el viejo maestro pretendiendo hacerse a un lado, suponiendo que ya nadie le reconoce y dejando el paso a quienes en el momento actual cargan el estandarte. Y también, por otra parte, el detalle de torería de Adrián Romero, que reconoce el valor y la posición que ocupa en la fiesta y en su historia el llamado Maestro de San Luis, don Fermín Rivera Malabehar.

Una corrida triunfal

A la corrida de don Valentín Rivero los toreros le cortaron cinco orejas, si bien dos de ellas a un toro de regalo. El cartel, balanceado con una figura joven y dos de reciente alternativa que se abrían paso, justificó la apuesta del empresario Guillermo González.

Mario Sevilla le cortó la oreja al primero de la tarde, Bolero de nombre y ante el cuarto, se desdibujó. Así le vio Francisco Lazo en su crónica:

A Mario Sevilla le correspondió en primer término “Bolero”, un toro extraordinario al que toreó soberbiamente de capa. El astado fue de largo a los caballos, y era una seda en el último tercio. Mario lo toreó con mucho arte y mucho sentimiento, echando la muleta muy adelante para embarcar, jalar, templar y mandar, y remató varias veces los ayudados con la “capetillina” para que sonara la música y escuchara coros de “¡torero – torero!”. Dos pinchazos, dos ayudados más y una entera desprendida, de rápidos efectos. Oreja, vuelta con el ganadero, con “Currito”, sacando al tercio al empresario. Pero Mario tiene un problema a resolver: su inconsistencia, esa que no le permite escalar con firmeza. Su segundo fue un toro propicio para otra faena y si es cierto que lo toreó muy bien de capa, cierto es también que se hizo un lío con la muleta y no pudo ligar la faena que el torito le estaba pidiendo a gritos. Y se desdibujó, y después de derribar, se retiró en silencio... a sabiendas de que había dejado escapar otra gran oportunidad.

Por su parte, Curro Rivera se llevó las dos orejas del primero de su lote, al que le realizó una faena importante:

…Pronto llegará el día en que Francisco Rivera Agüero, madure física y anímicamente y se consolide como gran figura del toreo… En su primero, nos regaló hasta en tres ocasiones con el “circurret”, ese pase que arranca de un derechazo, continúa en un alto por la espalda y vuelve al frente cuando el torero pone nuevamente la muleta en la cara del toro como si fuera a dar otro derechazo. Su temple no ha sufrido merma a pesar de la aspereza del toro español al que se ha estado enfrentando en los últimos meses y la largueza y profundidad de sus pases, no tienen mancha. De una gran estocada derribó al primero, atravesándolo. Dos orejas hacen sonreír ampliamente a Fermín Rivera, padre del torero y quien recibió el brindis por la muerte del morito. Con su segundo que no se dejaba, “Currito” mostró que le puede al bueno y al malo. Le dio pases, sin cuajar la faena, pero le hizo pasar al son que le marcaba. Hacia el final del trasteo, se desataron las pasiones en los tendidos de sol, pero al final, el joven maestro se retiró entre aplausos, después de derribar de dos pinchazos y entera desprendida…

Y en lo que refiere al tijuanense Adrián Romero la reflexión de Francisco Lazo es en el sentido siguiente:

…Su segundo se llamó “Porro”, que arrolló a Romero cuando toreaba de capa, sin consecuencias. Brindó a Rafael Longoria. La res resultó sosa, deslucida, distrayéndose con cualquier cosa. Poco había que hacer allí que no fuera poner voluntad, como lo puso de manifiesto Adrián. Prometió obsequiar uno y tumbó al sexto de pinchazo y estocada caída. También fue de Valparaíso el de regalo, un toro bravo deveras y de gran clase al que Adrián lanceó con mucho arte con verónicas, a la manera de Ortiz y chicuelinas. Hermoso toreo de capa en el centro del anillo. Y nos sorprende gratamente el joven doctor en tauromaquia al cuartear muy bien en un segundo par y al jugarse la piel con banderillas mini – cortas, lo mismo que con una faena artística, variada, que le corean con calor. Tres supernaturales y la plaza ya está al revés. El toro es magnífico y el torero le está haciendo honor. Media en el rincón para terminar y los gritos de “¡torero – torero!”, dos orejas y vuelta a hombros de los entusiastas, que así se lo llevan a la calle...

Los de Valparaíso

Acerca del encierro enviado por don Valentín Rivero, escribió en su día Francisco Lazo:

Hoy día los públicos piden faenas de sesenta pases y quieren que todos sean con mucho temple, largos, sin importarle generalmente las condiciones del toro. Exigen toreo sedeño, artístico, de gran dimensión y profundidad. Para lograr eso, se necesita un toro propicio, que embista de principio a fin de su lidia, que no tenga resabios, que sea claro y noble, pues de otra forma, no es posible que el torero consiga lo primero. Muy pocos diestros logran faenas con toros que no reúnan esas características y son insuficientes para llenar todos los carteles. Don Valentín Rivero ha logrado ese toro en muchos casos, sin demérito alguno de la bravura. Ayer dos de sus pupilos pelearon de firme con los montados y llegaron al tercio mortal queriéndose comer la muleta; fueron tercero y séptimo, éste último que regaló Adrián Romero… Puede decirse que el balance favorece al ganadero, pues además de que sus toros se dejaron hacer, les cortaron cinco orejas…

Así fueron los sucesos de la cuarta corrida de feria de hace medio siglo. Al día siguiente, Curro Rivera acometería la hazaña, por segunda ocasión en nuestra plaza San Marcos, de lidiar en solitario una corrida de toros, en esta ocasión, de Torrecilla. El día de mañana recordaremos lo allí sucedido.

jueves, 21 de abril de 2022

La Feria de San Marcos hace medio siglo (V)

Tercera de feria: Alfredo Leal borda al natural un toro de Las Huertas


Prudente aclaración:
Hace 10 años publiqué una primera versión de estos hechos. Hoy los retomo, agregando alguna información y aproximándome a la que aquella versión contenía de otra manera.

La previa de Pancho Lazo

El cronista titular del Esto, encargado por este serial del menester también en El Sol del Centro en la columna que escribía con información previa al festejo, expresó abiertamente su poco gusto por la presentación del encierro enviado por don Luis Javier Barroso:

La verdad no nos gustó el encierro de Las Huertas que se lidiará esta noche: es disparejo, fuera de tipo y algunos toros dan la impresión de estar pasaditos en edad. Pero como dijo Alfonso Ramírez “Calesero”: “Yo no quiero que me gusten, quiero que me embistan...” … Roberto Mendoza “El Sándwich” quien lleva los poderes de Joaquín Bernadó parecía un tanto desconsolado: “Nos tocó, como siempre, el más cabezón, es el número 196, al que echaremos por delante”...

Los médicos veterinarios Antonio Feregrino y Omar de Luna fueron designados por el Municipio para que verifiquen post – mortem la edad de los toros estoqueados y que las astas no hayan sufrido manipulaciones.

“Ambos somos aficionados – nos decía el doctor Feregrino – pero nunca habíamos ocupado un cargo semejante. Lo hacemos con mucho gusto y ayudamos a que se cumpla el Reglamento. Además, entramos gratis a los festejos...”

Y dentro de la crónica del festejo, Lazo se reiteró:

Los pupilos de Las Huertas, confirmaron nuestra primera apreciación al verlos en los corrales: disparejos en presentación aparentemente en edad. Había unos que parecían novillos adelantados y otros, toros arriba de los cinco años... El de regalo, fue de la ganadería de Chucho Cabrera, un toro... que le tiró de patadas a los caballos, pero de extraordinario son, que metía la cabeza muy abajo, arando con los hocicos...

Lo que debió ser la penúltima corrida aquí de El Príncipe del Toreo

En el anuncio que se hizo de los carteles de la feria, se dejó patente que la corrida de la noche del lunes 24 de abril sería la última que Alfredo Leal torearía, al menos aquí en Aguascalientes. Esta que sería para él, la víspera de su despedida de esta plaza, bajo la luz de las candilejas también, le representó un importantísimo triunfo. Lo consiguió con el quinto de la noche, llamado Lupillo, según la crónica, por ser hijo de aquel Guadalupano que indultara en la Plaza México el regiomontano Raúl García más o menos cinco años antes. Sobre el andar de El Príncipe ante ese toro, Lazo escribió:

Lanceó en el centro del anillo, cargando ligeramente sobre la pierna de salida, a ritmo lento. Y con la muleta, echándola apenas adelante, embarcaba, templaba y mandaba, muy erguido, moviendo solo el brazo, con elegancia. Eran los primeros muletazos, bellos en ejecución, pero aún sin el sentimiento que iba a desbordar Alfredo sobre el ruedo de la plaza de San Marcos... Y ahora con la izquierda, más lento todavía, haciendo flamear el trapo rojo en el último tiempo, con un suave muñecazo. Trataba al toro con delicadeza para hacerlo sentir a gusto y sentirse él, Alfredo, igual. Y todo allí, en el centro del anillo, sin paréntesis que pudieran romper la continuidad, que sacaran de su embeleso al torero y cortaran aquel coro de ¡torero, torero!, o las aclamaciones que, de tan continuas, parecían una sola... Pocas, pocas veces se ha visto torear así; repetimos, pocas veces se encuentran un toro de tanta calidad y un torero de tanto arte... Se echó la espada a la cara Alfredo y el público, engolosinado gritaba ¡no, no!, pues quería seguir disfrutando de aquellos momentos. Solo que era ya hora de entrar a matar, y lo hizo Leal, muy derecho, dejando una estocada entera, un tanto traserilla, que hizo rodar sin puntilla al noble animal. Petición unánime. Dos orejas concedió la autoridad, solamente, quizás por la colocación defectuosa del acero. A Leal no le importaban los trofeos, como tampoco pareció importarle al público. Y juntos, torero y aficionados se entregaron a la celebración, uno sonriendo ampliamente y los otros vitoreándolo. Y le dijo Alfredo al “Chacho” Barroso: “¡Qué toro!”. Y le respondió el ganadero: “¡Qué torero!” ...

Tras de su faena al quinto de la noche, se refiere en la crónica la siguiente declaración de Alfredo Leal:

Sí; me voy. Pero deseo hacerlo con dignidad... y toreando, así como pude hacerlo hoy. Hubo momentos en que no escuchaba nada, como si el toro y yo estuviéramos en el vacío, él embistiendo y yo llevándolo suavemente... Luego parecía reventar todo y escuchaba la aclamación. ¡No veas que feliz me siento...!

La actuación de Jesús Solórzano

La afición tenía en la memoria todavía la actuación de Jesús Solórzano en el festejo que abrió el serial el domingo anterior, en el que, si bien los elementos y los toros tuvieron que ver en el resultado, dio la impresión de no emplearse a cabalidad con el quinto de aquella corrida. En esta noche, salió con una actitud diferente y ahora sí, los toros fueron los que le impidieron refrendar hazañas de otros días: 

Parecía que el primero de Chucho Solórzano se iba a prestar a la faena. Chucho toreó a la verónica con mucho sabor, echando la pierna adelante y jugando bien los brazos. Preciosos aquellos lances, como el quite por chicuelinas antiguas. Luego banderilleó con sobradas facultades, en dos cuarteos y el tercer par saliendo del estribo. El toro cambió de lidia y se tornó incierto... De pinchazo y bajonazo lo mandó al destazadero... Su segundo fue bravo a carta cabal. De salida remató en los burladeros, repitiendo hasta tres veces en el que está cerca de toriles y luego, cuando lo hizo en el de matadores, pareció lastimarse las vértebras y se le inmovilizaron las patas traseras... después del primer puyazo que le hizo sangrar recobró facultades... y Chucho prometió uno de regalo... El público ya no quiso ver al toro y le ordenó al toro que lo matara, lo que hizo de una entera delantera... Salió el de Chucho Cabrera, manso, pero queriéndose comer la muleta. Muy buenos momentos tuvo Solórzano con ese toro, aunque no redondeó el trasteo. Derribó de dos viajes y se retiró entre aplausos cuando el reloj marcaba un cuarto para las doce de la noche...

Joaquín Bernadó y Calesero Chico

Los temores de El Sándwich se materializaron. El lote que le tocó no se desplazó y el maestro de Santa Coloma de Gramanet no pudo mas que estar digno ante semejante colección:

Al catalán Joaquín Bernadó le correspondieron un toro muy joven y otro muy viejo... Bernadó es un torero honrado y le busca a todos los toros, empeñoso, poniéndose cerca, tratando de agradar. El público lo comprendió y le aplaudió con fuerza. Pasó fatigas para matar a aquellos bichos que mantuvieron, hasta el último momento, la cabeza en las nubes...

Por su parte, el hijo mayor del Poeta del Toreo tenía su dosis de malquerientes en los tendidos y no se le toleraba la menor duda ante la cara del toro:

A Alfonso Ramírez “Calesero Chico”, el público le hostiliza desde el paseíllo... Ayer tuvo un toro propicio para que brillara su clase. Fue el séptimo, "Pingüino" de nombre, bravo, claro. Y Alfonso se decidió por momentos y el público le respondió entusiasta. Sólo que no sostuvo el ritmo el torero y los aficionados volvieron a lo mismo: a hostilizarle y a ratos a ridiculizarle con gritos hirientes... Su primero, bravo, pero que presentó dificultades, fue buen motivo para que el público se cebara en los sustos que pasó “Calesero Chico”...

Para el día siguiente

La cuarta corrida del serial se llevaría a cabo el sábado 22 de abril, con toros de Valparaíso para la presentación de Curro Rivera, Mario Sevilla y Adrián Romero, regresando la actividad a la tradicional hora de las cinco de la tarde.

miércoles, 20 de abril de 2022

La Feria de San Marcos hace medio siglo (IV)

Antonio Lomelín y Rafaelillo destacan en la segunda de feria

La noche del jueves 20 de abril de 1972 se celebró la segunda corrida del serial de ese calendario. Se anunciaron toros de Suárez del Real para el rejoneador Felipe Zambrano, Raúl Contreras Finito, Antonio Lomelín y Rafael Gil Rafaelillo. Al final de cuentas, solamente salieron al ruedo seis de los anunciados originalmente, pues el de rejones procedió de La Punta

Lo que costaba hacer una feria

Por su parte, Francisco Lazo, cronista huésped del mismo diario, en columna que publicaba de manera sindicada también en el Esto de la capital mexicana, deja unos trozos de una entrevista que realizó al empresario Guillermo González, en los que le reveló la inversión que realizaba para ofrecer a la afición de Aguascalientes una feria como la que estaba teniendo verificativo:

…orgullosamente, mandó encender la iluminación de la plaza, esta bonita plaza de San Marcos, con capacidad para 3,800 personas. No había una sombra, los reflectores, dando luz de cuarzo, hacen ver el ruedo como si cayera el sol de la tarde. Siguió diciendo Guillermo: “Compré esta plaza en un millón doscientos mil pesos. Le hice mejoras por seiscientos mil, doscientos mil de los cuales, fueron exclusivamente para el alumbrado”.

Guillermo González abrió el domingo pasado la Feria Taurina, dando el primero de los siete festejos que llevará a cabo. “Me fue mal – reconoce –. Hicimos una entrada de 79,800 pesos. Perdí alrededor de 50 mil del águila”.

¿Cuánto cuesta montar la Feria?

“En siete carteles invierto un millón, doscientos mil pesos. Agotando el boletaje en las siete tardes, entran un millón seiscientos mil pesos, lo que me daría una utilidad de 400 mil, aclarando antes, que dentro la inversión, están considerados los impuestos...”.

¿No es mucho arriesgar para lo que puede haber de utilidad?

“Yo trabajo para el futuro. Quiero que la Feria de Aguascalientes llegue a ser la más importante de las que se den en el mundo de los toros. Cuando lo logre, también habré logrado lo otro, ganar mucho dinero...”.

Ya hemos dicho que un lleno total deja 240 mil en taquillas. Guillermo ratifica: “Entre los boletos regalados y pases, hay que descontar un mínimo de $5,000.00 por corrida... Muchas personas, alegando tener algo que hacer en la plaza, consiguen asistir a la corrida sin pagar. Ahí van estos otros números: En la plaza caben 3,800 personas y siempre entran sin pagar un 14 por ciento... No me estoy quejando... Simplemente estoy señalando las cargas que hay en taquillas…”

Si hemos de creer las palabras del Cabezón, la utilidad que obtenía en ese entonces, era meramente marginal y era cierto en verdad que daba toros por pura afición. Es también ilustrativo, el hecho de que señale, con precisión, que más del diez por ciento de los asistentes a un festejo, ingresaban a él sin pagar su entrada. Sin duda, que era una gran carga, sobre todo si se tiene en cuenta el reducido cupo del escenario y el precio accesible de las entradas en aquella época.

La segunda corrida de feria y su resultado

La crónica del nombrado Francisco Lazo nos deja ver que los toros no dieron el juego esperado. El año anterior el encierro de don Francisco Suárez del Real acaparó todos los elogios, pero este 1972 la suerte le fue esquiva:

El encierro que envió el ganadero zacatecano Francisco Suárez del Real, no resultó como el del año pasado; bien presentado sí, cómodo de cabeza, fue disparejo en cuanto a bravura. Tres de ellos mansos sin remedio; otro resultó blando y dos atacaron pronto a la caballería, uno de ellos, el segundo, sacando magnífico estilo y el otro, el que cerró plaza, terminó entregándose al acoso del torero, embistiendo con docilidad. Los conformistas dicen que con dos toros buenos cumple una ganadería. A nosotros nos parece que no, más aún si en el encierro hay reses que acusen falta de sangre brava, que echen la cabeza abajo y rasquen y busquen finalmente por donde huir, como sucedió finalmente con los tres lidiados en primer término. Lo menos que se puede esperar de un toro de lidia, es que peleé, de principio a fin, sea cual fuere la calidad de su embestida. A esos toros que van, los toreros pueden sacarle provecho, mucho o poco según su capacidad, lidiando o toreando, palabras sinónimas que en los toros tienen significado distinto. Si el toro se para, no quiere embestir o busca caminos de salida, todo se desluce, aún el empeño de los diestros…

No obstante, Antonio Lomelín, con el quinto de la jornada, pudo lucir y llevarse una oreja en la espuerta. El toro se llamó Abrileño II, recordando al que el año anterior le correspondió a Manolo Espinosa Armillita y le permitió llevarse el Escapulario de Oro de San Marcos:

…la fortuna sonrió a Antonio y le envió a “Abrileño II” que hizo honor a la familia, pues es sabido que “Abrileño I” dio magnífico juego el año pasado. Bravo fue el torito que llegó al tercio mortal con magnífico estilo, metiendo la cabeza con gran claridad. Y Antonio banderilleó estupendamente, primero al cambio, saliendo un poco comprometido y luego dos cuarteos alzando los brazos, cuadrando y clavando en todo lo alto, le hizo una faena de altibajos. Comenzó con dos cambiados en el centro del anillo, y corrió muy bien la mano para entusiasmar al público... y luego mezcló una serie de vulgaridades que no correspondían ni al toro que tenía enfrente, ni a los pases que había logrado en un principio. De pronto toreó serio, luego toreó de rancho. Pero ya había encendido los entusiasmos y como cobró una magnífica estocada a toro arrancado, fue pedida la oreja que concedió el juez…

Por su parte, Rafaelillo se presentaba en Aguascalientes como matador de toros. Y cayó de pie ante nuestra afición. No cortó orejas por un descuido de la gente, que vista la hora en la que terminó la corrida, salió de la plaza, casi en estampida, para ir corriendo al Palenque a ver el espectáculo de Los Randall:

En su segundo, “Majareta” de nombre, lanceó con mandiles muy suaves y verónicas despatarrándose y cerró el capítulo pintureramente. Ya está la gente con él. Bravo es el toro, se arranca al caballo y llega al tercio mortal un tanto incierto. Pero “Rafaelillo” lo encela y nos regala un trasteo de calidad indiscutible, casi en el mismo terreno y en dos ocasiones el toro se frena a media suerte, pero el chiquillo no mueve una pestaña, solo el brazo para hacerle continuar el viaje. Hay temple y arte, todavía no hay la solidez de una figura consagrada, pero suficiente para tener la seguridad de que “Rafaelillo” va a escalar muy alto. Otra gran estocada y cuando esperamos petición unánime, el público toma las salidas apresuradamente, quizás hacia otros placeres que guardan estas noches de feria en la bella Aguascalientes…

Un hecho poco frecuente

Un error de los torileros hizo que Finito tuviera que matar los dos primeros toros de lidia ordinaria de la jornada. No tuvo suerte con ellos, pero su labor fue reconocida con salida al tercio en ambos casos:

Raúl Contreras “Finito” es un torero que va recuperando el terreno que perdió lastimosamente después de un ostracismo inexplicable. Conserva lo fundamental para su profesión: valor. Y ha refrescado su empeño. Planta los pies de verdad. Su toreo ha sido eso, verdad, y pisa terrenos que lo acercan al drama. Ayer despachó primero y segundo pues el torilero se equivocó y los soltó uno tras otro… La equivocación del torilero dejó aquello en un mano a mano con cuatro toros entre Antonio Lomelín y Rafael Gil “Rafaelillo”…

Felipe Zambrano topó con un toro de La Punta que no se prestó para el toreo a caballo y de acuerdo con la relación que hace Lazo, bastante hizo con poder colocarle los hierros de reglamento y algunas banderillas. Lo dejó para que el sobresaliente – de quien no menciona el nombre – terminara con él, lo que consiguió con una entera caída después de un pinchazo.

Lo que seguiría

Habría toros en días seguidos hasta el de San Marcos. Para la noche del viernes 21, se anunció a Alfredo Leal, Joaquín Bernadó, Jesús Solórzano y Alfonso Ramírez Calesero Chico, con toros de Las Huertas. Ya recordaremos ese festejo el día de mañana.

sábado, 16 de abril de 2022

La Feria de San Marcos hace medio siglo (III)

16 de abril de 1972, primera corrida de feria

Tras del anuncio formal de los carteles que conformarían la Feria de San Marcos del 72, todo quedó dispuesto para que el domingo 16 de abril de ese año se abriera el serial taurino. El cartel, como ya lo había comentado, lo conformaba un encierro de La Punta, para el salmantino de La Fuente de San Esteban, Paco Pallarés quien hacía campaña en México desde el final del año anterior, Jesús Solórzano y Mariano Ramos.

La nota previa aparecida en El Sol del Centro, el día del festejo, reseñaba lo siguiente:

Al mencionar el ganado de este festejo, no podemos dejar de hacer hincapié en las brillantes características de los bureles enviados por Paquito Madrazo. ¡Vaya arrogancia y fina estampa! ¡Vaya trapío y respeto de los siete buenos mozos que están en los corrales, proclamando, con su sola presencia, la calidad de su brava estirpe! … Y si el aficionado encontrará ocasión de admirar la prestancia y gallardía del toro de lidia, los matadores Paco Pallarés, Chucho Solórzano y Mariano Ramos, podrán elaborar una actuación triunfal al enfrentarse y torear a enemigos que, como los de La Punta, reúnen por igual las dos más preciadas características del toro de lidia: bravura y trapío.

Certámenes taurinos

En la misma nota previa se anunció la instauración de un certamen para premiar al triunfador y el mejor encierro lidiado en el serial, patrocinado por la Casa Pedro Domecq:

…un grupo de entusiastas aficionados consideraron oportuno el organizar un certamen taurino en relación con los festejos feriales. Un certamen que, desde luego, tenga la significación y la categoría de nuestros festejos sanmarqueños, cuya brillantez atrae cada año mayor número de visitantes, y mayor número de aficionados… En suma, un concurso taurino de auténtica jerarquía, equiparable a los que se verifican en ferias tan sonadas como las de Jerez, Bilbao, San Isidro, Sevilla, etc. … En estas condiciones, solicitaron el patrocinio de una entidad de indiscutible abolengo taurino: la Casa Pedro Domecq. Y, según era de esperarse, dicha empresa accedió de inmediato a la petición de los aficionados en cuestión y en tal virtud, han quedado establecidos dos estupendos premios… ambos trofeos constituyen dos piezas de singular calidad. Son dos admirables esculturas del gran artista mexicano Raymundo Cobo, cuyo mérito artístico podrán calibrar en breve los aficionados, ya que van a ser exhibidos en céntrico aparador de la ciudad… La adjudicación de estos premios estará a cargo de un jurado integrado por los taurinos y aficionados… y la fiesta de entrega tendrá lugar con todo boato y esplendor por la Casa Pedro Domecq, el miércoles 26 del presente mes, en un salón del Hotel Francia…

Esos premios se sumaron al Escapulario de Oro de San Marcos que la Compañía Vinícola de Aguascalientes otorgaba al triunfador de la corrida del día 25 de abril, en la que seis toreros se disputaban el trofeo.

El festejo y su resultado

El 16 de abril de 1972 tuvo un clima desapacible, frío y lluvioso. Eso ahuyentó a la gente de los tendidos de la plaza restando lucimiento a la inauguración taurina de la Feria del 72. No obstante, hubo momentos de lucimiento de los diestros actuantes que quedaron plasmados en la crónica escrita por Everardo Brand Partida para El Sol del Centro, cubriendo la ausencia que se autoimpuso el cronista titular, don Jesús Gómez Medina, quien ocupaba el palco de la autoridad.

De la actuación que tuvo Paco Pallarés ese día, resalta entre otras cosas lo siguiente:

Correspondió al español lidiar en primer lugar, recibiendo a “Relámpago”, número 77, con una serie de lances a pies juntos rematando limpiamente, con la media… Sentado en el estribo inició la faena muleteril, que prosiguió con la derecha, pero sin mayor ajustamiento, manteniéndose siempre discreto, y sin despertar la emoción fuerte en los tendidos. Acabó con el primero de la tarde de un pinchazo y una estocada ligeramente desprendida. Saludos desde el tercio… Con el corrido en cuarto lugar, “Coleto” de nombre, Pallarés inició también el trasteo al filo de las tablas, pero no pudo sostener el ritmo con que lo inició, y fue a menos acabando por sumir al público en el tedio y el aburrimiento. Dos pinchazos y una entera desprendida, fueron suficientes para finalizar su debut ante el público hidrocálido…

Paco Pallarés terminaría ese año con 15 corridas en su haber aquí en México. No logró esa tarde penetrar en el gusto de la afición de Aguascalientes y sería la única actuación que tuvo en nuestras plazas. Todavía regresaría a México el año siguiente para sumar 6 actuaciones y ya no le volveríamos a ver por aquí.

Por su parte, Jesús Solórzano venía con el signo de ser uno de los grandes triunfadores del serial de 1970, con la gran faena que hizo a Poeta de Torrecilla el día 24 de abril y todavía con la impronta de varias faenas importantes realizadas el año anterior no coronadas con la espada. Era un torero que tenía predicamento entre la afición de Aguascalientes. Así le vio el cronista de El Sol del Centro:

Dio la impresión Solórzano, que con el 5º obtendría un triunfo grande, ya que con su particular estilo, con mucha clase, lo recibió con una serie de verónicas, y el remate con la media, cargando la suerte, alborotó a los tendidos… Aceptó la petición para que cubriera el segundo tercio. Y en qué forma lo hizo. ¡Fueron tres cuarteos, de los que sobresalió el tercero, dejando los palitroques en todo lo alto, muy unidos, tras de una ejecución formidable! Y ya el público veía llegar una de esas faenas solorzanistas, que en otras tardes enloquecieron a las multitudes… Tras de iniciar la faena – previo brindis al público – con excelentes ayudados, corriendo la mano, no acabó de comprender del todo, las condiciones del punteño… La faena vino a menos, y un pase aquí, otro más allá, algunos adornos, lasernistas y ... nada. Dio cuenta de ese 5º de la tarde, con un pinchazo, media desprendida y acierto al tercer intento de descabello. Para colmo de males se “tomó” una vuelta, que algunos solorzanistas aceptaron…

Sin terminar de convencer, al final de cuentas, el hijo del Rey del Temple saldó su primera tarde del serial con una vuelta al ruedo. No es quizás el premio más anhelado por un torero, pero tampoco implica haber hecho el viaje de vacío.

Por su parte, Mariano Ramos debutaba en Aguascalientes como matador de toros. Su actuación fue un atisbo de lo que se podría esperar de él en el futuro, pues se mostró como un torero poderoso y sapiente, convenciendo a la afición de inmediato de sus posibilidades.

A su primer enemigo, Mariano lo recibió con ajustados “parones”, lances a pies juntos, que arrancaron la primera ovación fuerte, ya que el remate, con media verónica rodilla en tierra, al estilo de Lorenzo “El Magnífico”, puso al público de pie… “Atrevido”, llegó visiblemente aplomado al último tercio... Empero, frente a sí tenía un torero todo pundonor y vergüenza, y su faena transcurrió en medio de los pitones, a la mínima distancia, pasándose al burel por la faja… Lamentablemente no pudo colocar el acero en lo alto sino hasta el tercer viaje, y de igual forma, fue en el tercer intento de descabello que acertó, y hubo de concretarse a saludar desde el tercio… Con el que cerró plaza, Mariano Ramos estuvo en plan de torero grande. Esas verónicas – “dignas de un cromo” – y la serie de chicuelinas tras del primer puyazo a “Gaitero”, arrancaron la ovación fuerte… Muleta en diestra, Mariano se dobló torera y artísticamente con su adversario, prosiguiendo el trasteo aseadamente, muy ajustado y llevando bien toreado al socio. Surgieron así series de naturales y derechazos mandones, y brotaron las dianas y las palmas para el muchacho, que pasó apuros, al igual que con su primer enemigo, para despacharlo. Su presentación como matador de toros, si no fue triunfal, puede señalarse como estupenda, ya que innegablemente el público estará ansioso de verlo nuevamente en el Coso San Marcos.

Everardo Brand señala en su crónica que, en ambos toros de su lote, pudo cortar las orejas Mariano Ramos, pero que sus fallos con la espada le impidieron hacerlo. Sería esta la única comparecencia del torero charro en este serial, pero tendríamos oportunidad de seguirle viendo en años venideros, pues se convertiría en uno de los casi insustituibles de los carteles rematados de nuestro serial.

Terminando

La apertura de la feria taurina de hace 50 años no tuvo en su conjunto, la brillantez que pudiera esperarse de un evento de esta naturaleza, sin embargo, de la relación que he traído a recuerdo, podemos apreciar que tuvo pasajes de interés para el aficionado.

La segunda corrida del serial se verificaría el siguiente jueves 20 de abril, a las 9 de la noche: abriría plaza el rejoneador Felipe Zambrano y a pie irían Antonio Lomelín, Raúl Contreras Finito y Rafael Gil Rafaelillo, anunciándose toros de Suárez del Real.

Ya en la fecha, procuraré ocuparme de los sucesos alrededor de esa corrida.

Aviso Parroquial: Durante estos días de feria, apareceré por aquí con un poco más de frecuencia que lo usual y no necesariamente en domingo, sino coincidiendo con las fechas en las que se dieron toros hace 50 años, o cuando se hayan dado acontecimientos que estime que pueden ser reseñados.

domingo, 10 de abril de 2022

La Feria de San Marcos hace medio siglo (II)

El anuncio de la Feria de 1972

Se publican oficialmente los carteles

El 11 de abril de 1972 se hizo pública en los dos diarios de la ciudad la composición de los siete carteles iniciales que formarían el serial de San Marcos para ese calendario. No medió acto o ceremonia para su develación, simplemente se hizo la inserción en la prensa escrita y se observó que tenía algunas diferencias con lo que cinco días antes el empresario Guillermo González había adelantado por teléfono a su regreso de España, pues quedaron de la siguiente guisa:

Domingo 16 de abril, 5 de la tarde: Paco Pallarés, Jesús Solórzano y Mariano Ramos. Toros de La Punta.

Jueves 20 de abril, 9 de la noche: El rejoneador Felipe Zambrano, Antonio Lomelín, Raúl Contreras Finito y Rafael Gil Rafaelillo. Toros de Suárez del Real.

Viernes 21 de abril, 9 de la noche: Alfredo Leal, Joaquín Bernadó, Jesús Solórzano y Alfonso Ramírez Calesero Chico. Toros de Las Huertas.

Sábado 22 de abril, 5 de la tarde: Curro Rivera, Mario Sevilla, Adrián Romero. Toros de Valparaíso.

Domingo 23 de abril, 5 de la tarde: Curro Rivera, en solitario. Toros de Torrecilla.

Lunes 24 de abril, 9 de la noche: Alfredo Leal en su despedida, Antonio Lomelín y Curro Rivera. Toros de Jesús Cabrera.

Martes 25 de abril, 5 de la tarde, disputándose el Escapulario de Oro de San Marcos: Raúl Contreras Finito, Jesús Solórzano, Antonio Lomelín, Curro Rivera y Mario Sevilla y Adrián Romero. Toros de Mariano Ramírez.

El interés de la afición fue grande y aunque no se anunció en ese momento la octava corrida que dejó entrever el empresario en su primer encuentro con la prensa, de inmediato los tenedores de tarjetas de derecho de apartado, así como aquellos madrugadores interesados, se presentaron tanto en las taquillas de la plaza como en el lobby del extinto Hotel Francia a tramitar la renovación de sus apartados o la adquisición de sus entradas a la plaza.

Un nuevo reglamento

En el Periódico Oficial del Estado del 12 de marzo de ese 1972, se publicó el decreto del Congreso del Estado por el cual se aprobaba y ponía en vigencia, a partir del día 20 de ese mismo mes, el Reglamento de los Espectáculos Taurinos, que preveía cuestiones como el hecho de que la edad mínima del toro se fijaba en tres años y medio, con un peso mínimo de 420 kilos. En virtud de que en las plazas no existía báscula, el peso se verificaba en canal, pero no se establecía proporción a considerar para determinar el probable peso en vivo. Admitía la lidia, en novilladas, de desecho de tienta y cerrado y prohibía taxativamente la lidia de reses despuntadas.

El cronista titular de El Sol del Centro, don Jesús Gómez Medina, a partir de la publicación del Reglamento, hizo una serie de artículos en ese diario, poniendo a la consideración de la afición su contenido y explicándolo de manera didáctica. Sería, aparte de una entrevista que enseguida se tratará, su participación final antes de la Feria, en la que ejercería como Juez de Plaza, encargándose de aplicar ese Reglamento y por ello se abstendría de ocupar su acostumbrada tribuna en el diario decano de esta ciudad.

Las reacciones al anuncio

Pronto se produjeron reacciones y comentarios de los involucrados al anuncio del serial taurino, de las causas que dieron lugar a su conformación en esos términos y el primero en expresarse fue Joselito Huerta, quien en entrevista concedida a don Jesús Gómez Medina, aparecida en El Sol del Centro de ese mismo 11 de abril, entre otras cosas, dijo:

Nunca he dicho que no me interesaba venir a torear en Aguascalientes. Por el contrario, guardo gran estimación y reconocimiento por este público, cuya capacidad reconozco y cuyo aplauso he tenido la satisfacción de conseguir muchas veces. Lo que ocurrió es que, sencillamente, no pudimos llegar a un entendimiento en el aspecto económico Guillermo González y yo; a esto obedece, exclusivamente, no haberme contratado para la próxima feria. Pero, repito, el público de Aguascalientes merece toda mi consideración… La afición de Aguascalientes es acreedora de toda mi simpatía y afecto por su entusiasmo y porque sabe estimular con su aplauso al torero que busca complacerla. En prueba de esto, próximamente, el día 29, torearé en el festival organizado por el “Comité pro becas para estudiantes” y posteriormente vendré a despedirme de este público toreando una corrida de toros en la que será mi última actuación en Aguascalientes.

Así pues, no fue la salud del torero, sino, según su propia versión, una cuestión crematística la que no permitió su presencia en los festejos formales de la feria, pero, de cualquier modo, no quiso quedar fuera de la vista de la afición y se presentó a torear un festival benéfico, que enriqueció la oferta taurina de ese abril de hace medio siglo.

La versión del empresario

Por otra parte, en el mismo diario, páginas adelante, aparece una extensa entrevista que el periodista Agustín Morales Padilla, en esas calendas, redactor de El Sol del Centro, hiciera a Guillermo González Muñoz, el empresario, quien, entre otras cosas, comentó:

…cuando llegó el momento de formalizar contrataciones, el empresario se encontró con obstáculos que nunca imaginó. Por principio de cuentas, Manolo Martínez, pasando por un compromiso aceptado y faltando, inclusive, a una relación de amistad de mucho tiempo, se puso exigente y hubo que ofrecerle – palabras textuales del “Cabezón” – “todo el dinero que pidió, fechas y encierros” … Cuando le fueron satisfechas sus desorbitadas pretensiones, Martínez planteó otra exigencia, a través de su apoderado Chafic, consistente en ligar en las mismas fechas y al mismo dinero, a Joselito Huerta, lo que el empresario rechazó, por inaceptable…

Luego de ajustar a los diestros aztecas que interesan más en este momento – de los que se quedaron a hacer temporada en el país –, el dueño del coso San Marcos sentó un precedente cuando tomó el avión y se fue a España, no precisamente a traer diestros de esa nacionalidad, sino por los contratos de Curro Rivera y Eloy Cavazos, toreros mexicanos que constituyen la máxima atracción en la actual campaña hispana… Rivera aceptó venir, sacrificando inclusiva la corrida que el domingo 23 debería torear en Alcalá de Henares; pero en cambio Cavazos se vio impedido de hacer el viaje, debido a que tiene ocupadas de antemano, fechas que coinciden, precisamente, con los festejos que se darán en Aguascalientes.

“Quisimos dejar de manifiesto dos cosas” explica Memo González, al referirse a su periplo a la Península: “De una parte, que la empresa taurina a mi cargo sabe cubrir sus compromisos; y de otra, que ningún torero sobra, pero tampoco es indispensable” …

Al final de cuentas, Guillermo González resolvió con atingencia y de manera exitosa el compromiso que se echó a cuestas. Personalmente calculo que Eloy Cavazos pudo haber venido un par de tardes, pues solamente actuó en España los días 9, 16 y 30 de abril, en Las Palmas, Barcelona y Málaga y el 4 de mayo en Palma de Mallorca. Después de esta última fecha, volvió a torear hasta el 18 de mayo en Madrid, pero quizás su administración consideró que no era prudente cruzar el mar para venir a torear ante nosotros.

El futuro de la Feria de San Marcos

En la misma entrevista, Guillermo González comunicó al periodista algunas reflexiones sobre el futuro que apreciaba para nuestra feria y lo que podría venir para los siguientes años en lo que a los toros se refiere:

Mi actividad de empresario taurino presupone un espíritu de superación, en bien de la fiesta brava. Esta es la tercera temporada en que manejo la plaza local y me cabe la satisfacción de que, en tanto que en el lapso 70 – 71 se dieron 24 festejos (18 novilladas y 6 corridas); en la 71 – 72 fueron presentados 30 festejos (22 novilladas y 8 corridas)”.

“Otro dato revelador de la magnitud de nuestro esfuerzo, es que el coso San Marcos es el que da mayor número de festejos, en el mundo, durante una feria, atrás, apenas, de los de San Isidro (Madrid) y Sevilla, España”.

Encarecimiento irrefrenado de la fiesta

Luego, el empresario abordó otra cuestión que ha sido objeto de comentarios abundantes en el ambiente taurino: el encarecimiento gradual de la fiesta. Dice Guillermo:

“Los toreros se ponen cada día más exigentes en sus honorarios y algunas figuras piden un dinero que sencillamente no es posible darles.

Por otra parte, los ganaderos piden más por sus encierros. Esto va conduciendo a un encarecimiento irreversible del espectáculo, nocivo desde luego”.

El empresario afirmó que, sin embargo, en Aguascalientes se mantienen inalterables los precios de acceso al coso. “Es más – subrayó – plazas con mayor aforo, como San Luis Potosí y Querétaro, entre otras, tiene las localidades numeradas mucho más caras que aquí”.

González reafirmó, además, su propósito de continuar manejando el espectáculo en la nueva plaza que construirá el Gobierno del Estado. Dijo que allí se podrán abaratar las localidades populares, gracias a lo cual se dará oportunidad de asistir a los festejos al público de recursos modestos…

Como se puede apreciar, Guillermo González pretendía transformar una feria que promedió tres festejos por ciclo durante décadas, en una que se convirtiera en el referente de este tipo de celebraciones. La historia nos enseña que lo consiguió, que en estos tiempos que corren, lo que comenzaba a construir hace 50 años, es hoy en día la feria taurina más importante de América.

Al momento de esa entrevista las cosas estaban dispuestas para que en menos de una semana saltara el primer toro a la arena de la Plaza de Toros San Marcos. Hoy, medio siglo después, las cosas están en las mismas condiciones. Ya seguiré en los próximos días, recordando los sucesos de esa feria que, a la vista de sus resultados, fue la feria de Alfredo Leal.

domingo, 3 de abril de 2022

La Feria de San Marcos hace medio siglo (I)

Guillermo González Muñoz y Calesero
Aguascalientes, 13 de febrero de 1966
Archivo Carlos Meza Gómez

Unos preparativos complicados

Durante 1971, don Guillermo González Muñoz, coloquialmente conocido como El Cabezón se dio a la tarea de preparar e implantar en nuestro medio una feria taurina a la manera en la que se hacían en plazas españolas. Para ello instaló un moderno alumbrado en la Plaza de Toros San Marcos con la finalidad de dar festejos nocturnos y de esa manera tener la posibilidad de darlos en días consecutivos, aun entre semana, en días laborables sin afectar el funcionamiento de la industria y el comercio de la ciudad.

Después, armó seis corridas de toros en las que se presentaron los principales diestros de la baraja mexicana con las principales ganaderías de nuestro campo bravo, dividiendo seis corridas en tres nocturnas y tres vespertinas, mas una novillada que llevaba a los triunfadores de la temporada anterior a la Feria, con entradas que fueron a lleno por tarde, en las que la afición quedó satisfecha por lo ofrecido por el empresario y consecuentemente invitada a seguir asistiendo a la plaza de toros.

La Feria del año 72

Las primeras noticias acerca de la vertiente taurina de la Feria de San Marcos de 1972 no eran alentadoras. Se rumoraba que Joselito Huerta había externado que ya no tenía interés en venir a torear a Aguascalientes y que Manolo Martínez, el triunfador del serial anterior pedía emolumentos que se salían de toda razonabilidad, teniendo en cuenta el cupo de la Plaza de San Marcos, el costo de las entradas y la todavía relativa novedad del proceso ferial. Es decir, que sus pretensiones eran desproporcionadas.

Se desataron muchas especulaciones a partir de esas primeras notas de prensa. En el caso de Joselito Huerta, se hablaba de que en realidad no estaba plenamente restablecido del aneurisma que le sacó de circulación a partir del 7 de noviembre del año anterior y que motivó que fuera a Suiza a tratarse, no obstante que había reaparecido el mes de febrero anterior. Y en el caso de Manolo Martínez se pensó que se trataba de una estratagema del empresario Guillermo González para poner algún aire de misterio sobre la conformación del serial.

La realidad se vendría a conocer el día 6 de abril de hace 50 años, cuando en la sección deportiva de El Sol del Centro, el decano de los diarios de Aguascalientes, se publicó una información de la siguiente guisa:

México, abril 5. (EXCLUSIVO POR TELÉFONO). – Guillermo González, el empresario taurino de Aguascalientes, llegó esta madrugada procedente de España, muy satisfecho, porque logró contratar a Curro Rivera, que interrumpe su campaña en la Madre Patria para torear cuatro días en el coso San Marcos durante la Feria… De paso, afirmó que en lugar toreros españoles que no interesan, ya porque están pasados de actualidad, se optó por darle oportunidad a matadores jóvenes como Adrián Romero, Mariano Ramos, Alfonso Ramírez “Calesero Chico”, “Rafaelillo” y Mario Sevilla… En definitiva, don Guillermo González afirmó que la temporada taurina constará de siete corridas formales y una novillada, aunque dejó abierta la posibilidad de que se efectúe otro festejo… Diestros peninsulares solamente vendrán dos, de mucho cartel, como lo son Paco Pallarés y Joaquín Bernadó, pero también actuará el rejoneador lusitano Pedro Louceiro… Pero eso sí, entre los mexicanos que ya han sido contratados para las corridas de feria, están los que más llaman la atención del aficionado… De los auténticos ases de la tauromaquia mexicana, se lamentó González, el único que no podrá estar presente es Eloy Cavazos, pues tiene compromisos que no puede cancelar o rescindir para el 16, el 24 y el 30, en España…

El anuncio hecho por el empresario de la Plaza de Toros San Marcos merece ser analizado. En primer término, deja ver que el peso del serial gravitaría sobre una sola figura, la de Curro Rivera. Y después, en retrospectiva, podemos apreciar que en alguna medida guarda cierta similitud con el anunciado para este año que corre, puesto que la empresa se decidió a abrir sus carteles a matadores de nuevo cuño como Calesero Chico (alternativa de 1966), Mario Sevilla (alternativa de 1969), Adrián Romero (alternativa de 1970), Mariano Ramos y Rafaelillo (ambos con alternativa de 1971) y entre ellos y varios toreros asolerados, armar una feria rumbosa.

La primera versión de los carteles

En la nota ya citada, el empresario anunció que los carteles del serial se conformarían de la siguiente manera:

De cualquier manera, ello no restará lucimiento a la temporada, puesto que se ha logrado integrar carteles con toros y toreros de indiscutible categoría.

El día 16, con toros de La Punta, alternarán los matadores Paco Pallarés, Chucho Solórzano y Mariano Ramos y habrá un toro para el rejoneador Evaristo Zambrano.

El día 20 serán toros de Suárez del Real para Alfredo Leal, Joaquín Bernadó y “Rafaelillo”.

El día 21, con toros de Las Huertas, se las verán Antonio Lomelín, Raúl Contreras “Finito” y Alfonso Ramírez “Calesero Chico”. Este día también habrá un toro para el rejoneador portugués Pedro Louceiro.

Curro Rivera abre su temporada el día 22, alternando con Chucho Solórzano y Mario Sevilla. Para ellos habrá seis toros de Valparaíso.

El 23, Curro Rivera se encierra con seis astados de Torrecilla.

El 24, 8 bureles de Chucho Cabrera para el propio Curro Rivera, Alfredo Leal, Antonio Lomelín y Adrián Romero.

Finalmente, el día 25, seis toros para seis toreros: Curro Rivera, Alfredo Leal, Chucho Solórzano, Antonio Lomelín, Adrián Romero y Mario Sevilla. La ganadería será la de don Mariano Ramírez…

Tras la publicación formal de los carteles, se vería que este primer anuncio sufriría varios cambios, pero sin afectar la presencia de Curro Rivera en cuatro tardes y las de Alfredo Leal, Mario Sevilla y Adrián Romero en dos.

Las palabras del empresario

Ya en Aguascalientes, don Guillermo González Muñoz fue entrevistado por Everardo Brand Partida, quien escribía cosas de toros en El Sol del Centro y entre otras cuestiones, el empresario expresó:

…El empresario hidrocálido dijo que “Curro” habló estupendamente a la prensa española de la Feria de San Marcos, de allí su esfuerzo, respondiendo al de la empresa local, para viajar y reaparecer ante la exigente y conocedora afición aquicalitense. En los mismos tópicos se expresó de otro diestro azteca que causa furor en ruedos españoles: Eloy Cavazos.

Este torero, considerado como uno de los ases de la baraja taurina mexicana, no pudo venir, según figuraba en los planes de Guillermo, en vista de los compromisos creados con anterioridad. El 23 y el 30 de este mismo mes se presenta en ruedos de la Madre Patria, y difícilmente podría volar para torear aquí tan solo una o dos tardes.

Este viaje, continuó Guillermo González, me brindó magníficas y muy gratas experiencias, e hizo que se formara en mi mente la idea de brindar a México, especialmente a nuestra querida patria chica, Aguascalientes, la feria más importante del orbe, en lo que se refiere a materia taurina.

“Si en este año daremos ocho festejos – siete corridas de toros y una novillada – para el próximo ¡bien podemos asegurarlo!, aseguró enérgicamente, serán un mínimo de 10 corridas y una o dos novilladas, y con ello nos acercamos considerablemente, a escasos 3 festejos de la feria sevillana, que en el presente año únicamente contará con 15 corridas de toros”.

La charla subía en información, y el entusiasmo de Guillermo se dibujaba en su rostro, al seguir diciendo que, para 1973 tendremos mucha mayor experiencia, y posiblemente contaremos con una plaza mucho mayor, que consecuentemente nos permitirá montar un número más grande de festejos y contratar, como ha sido siempre nuestra mete y obligación para con el público, a los toreros que más gustan en la actualidad, en sí, a las primerísimas figuras del toreo mexicano y algunas españolas.

Ya para el año próximo planearemos la forma de aumentar a 10 – igualando la de Sevilla – y posteriormente a 17 las corridas de toros en la Feria de San Marcos, que en cuatro o cinco años más podremos – “Confío plenamente en ello” – situar como la primera feria taurina de México y del mundo.

Poco aporta, al parecer, a nuestro empresario, que Aguascalientes cuente tan solo con 200 mil habitantes, contrastando considerablemente con los tres millones de Madrid, España, y de que el turismo que recibe nuestra Entidad ni tan siquiera sea comparado con el de la Madre Patria, pero su meta se la ha trazado: “Esperamos, deseamos sinceramente, que se alcance, tanto en bien de Aguascalientes, de la afición y de la gente del toro…”

Como se puede leer, el empresario ya vislumbraba que Aguascalientes tendría una nueva plaza de toros, que el número de festejos del serial abrileño iría aumentando en cuanto el concepto de feria se fuera arraigando en la afición mexicana y que con la confección de carteles postineros, nuestra Feria de San Marcos se iría posicionando entre aquellas de categoría principal en lo que Díaz – Cañabate llamó en su tiempo el planeta de los toros

El transcurso del tiempo demostró que don Guillermo González Muñoz no estaba equivocado, que nos legó una muy importante feria taurina. Pero por estos días me ocuparé de la de hace medio siglo, conforme las efemérides se vayan produciendo.

domingo, 27 de marzo de 2022

1º de abril de 1962: Joaquín Bernadó y Manzanero de Coaxamalucan

Joaquín Bernadó
Foto: Martín Sánchez Yubero
Joaquín Bernadó inició el año de 1962 en Guadalajara el día 14 de enero y allí, en El Progreso, compartiendo cartel con Alfonso Ramírez Calesero y Jorge El Ranchero Aguilar, ante toros de Tequisquiapan, y se reiteraría, como escribió el cronista del diario El Informador que firmó como Gitanillo, que le definió como un torero:

...de gran personalidad, exquisita clase y una suavidad de seda, que corre la mano con temple extraordinario... y con su gran clase logró que los aficionados se le entregaran en su presentación...

Dos semanas después tuvo la ocasión de refrendar su buen hacer ante una complicada corrida de Xajay en el Toreo de Cuatro Caminos, alternando con el caballero en plaza Ángel Peralta, Rafael Rodríguez y Antonio Campos El Imposible. Solamente pudo dejar constancia en esta tarde de sus buenas formas ante los toros, pues la corrida no permitió a ninguno de los diestros actuantes manera alguna de lucimiento en esa sexta corrida del ciclo organizado por el doctor Alfonso Gaona.

La décimo quinta de la temporada 61 - 62

Para el primer día de abril del año 62, se anunció un encierro de Coaxamalucan, de don Felipe González, para Manuel Capetillo en su tercera comparecencia de la temporada, Joaquín Bernadó que iba a por su segunda tarde, José Ramón Tirado también en una tercera actuación y el madrileño Luis Segura que se presentaba por segunda ocasión, reapareciendo después de la grave cornada que recibió el 11 de febrero anterior. Al final de cuentas, de los toros anunciados se lidiaron solamente siete, pues el que abrió plaza fue de Piedras Negras.

El segundo de la tarde se llamó Manzanero y lo que apreció don Alfonso de Icaza Ojo acerca de la labor de Joaquín Bernadó ante él en su crónica aparecida en El Redondel de la misma fecha del festejo, es de la siguiente guisa:

…“Manzanero”, de mucho menos respeto, pues se trata de un novillo de pinta fúnebre y bizco del pitón izquierdo.

Joaquín Bernadó le sale al encuentro, trata de recogerlo, y una vez que lo logra, da varios lances de chicotazo, con los pies juntos, para instrumentar después tres buenas verónicas, toreramente rematadas. Ovación y dianas.

El propio Bernadó pone al toro en suerte, mediante un abaniqueo, y cuando él da una larga, echándose el capote a la espalda, el de Coaxamalucan dobla los remos. Una vara recargando y de nuevo cae el toro cuando hace el quite el diestro catalán, que, citando después desde lejos, instrumenta tres saltilleras estatuarias y bien rematadas que le valen nuevas ovaciones.

Siguen los banderilleros haciendo de las suyas.

Bernadó brinda a un amigo y hace que su peón le lleve el toro a las tablas, para iniciar su faena con tres pases en el estribo. Airosamente se lleva al toro a los medios y ahí corre la mano de manera superior en varios derechazos, a la vez que torea al natural, de frente, con auténtico preciosismo. El toro se echa, pero el diestro no se desanima, antes, por lo contrario, continúa toreando cada vez mejor; da un pase en dos tiempos, muy espectacular, y se adorna con manoletinas y afarolados. Las palmas del público han atronado el espacio cuando Joaquín entra a matar muy derecho, y deja una estocada entera. Estalla la ovación, y la autoridad concede dos orejas, dando el espada dos vueltas al anillo.

Dispénsesenos que no detallemos más la labor de Bernadó, pues nuestro teléfono sufrió una larga interrupción…

El juicio de Ojo respecto de la presencia del encierro es duro, desde la cabeza de la crónica que abarca las dos páginas centrales del tabloide, pues afirma que los pupilos del Gallo Viejo fueron el grupo más disparejo de lo que iba de temporada. Yo diría, tratando de atenuar la apreciación de don Alfonso, que esa circunstancia es el resultado de tratar de completar un encierro de ocho toros, pues normalmente los grupos son de seis o de siete y para cerrar uno así, a veces se tiene que echar mano de otros que están menos puestos. Pero sesenta años después y sin imágenes a la mano, difícil es ir más allá de la mera especulación.

Otra versión es la de Carlos León, quien en el Novedades, al día siguiente de la corrida, dedicó su carta boca arriba a don Miguel Alemán Valdés, en esas calendas Presidente del Consejo Nacional de Turismo y entre otras cosas, le contó en esa crónica a guisa de misiva:

En sus memorias, Pío Baroja cuenta que la vez primera que salió de viaje hacia la capital británica, se encontró en la Estación del Norte de Madrid a Ortega y Gasset. Al decirle cuál era el destino de su viaje, le preguntó el que luego sería gran filósofo:

- ¿Pues qué hay ahora en Londres?

- Hay Londres - respondió Don Pío.

Así, si alguien que no hubiera estado hoy en la plaza nos preguntara: ¿Pues qué hay en Joaquín Bernadó?, bastaría con responder: hay torero. Eso que se dice tan sencillo y que es tan difícil de afirmar. Pues si otra vez habíamos dicho que lo único torero del barcelonés era que se llamaba Joaquín, como “Cagancho”, ahora es de justicia reconocer que tuvo una actuación completa, que lo revela como un magnífico lidiador.

Con “Manzanero”, el bravísimo toro de Coaxamalucan que cubrió de gloria la divisa de Don Felipe González, le íbamos a ver a Joaquín Bernadó una lidia completísima, de acuerdo con la noble bravura del burel. Desde que se abrió de capa y trazó verónicas mandonas, yendo del tercio a los medios, se desgranó la primera ovación, que iba a repetirse cuando crispó los nervios de las masas con unas saltilleras estrujantes. Luego, la faena larga y variada, abundante en alegre pinturería. Primero los muletazos sentado en el estribo, el firmazo garboso y el de pecho dramático, para después citar como los clásicos, con la muleta plegada, para dar varios naturales citando de frente, como en las mejores épocas del toreo. Siempre suntuoso, elegante y pinturero, el catalán tiró del repertorio de las alegrías hasta lograr una faena que en todo instante fue coreada por la muchedumbre. Y como digno colofón, la estocada desprendida, pero fulminante, que hizo polvo al noble coaxamaluqueño. Dos orejas y otras tantas vueltas al ruedo, fueron el justo premio a labor tan señera...

Carlos León, mordaz cuando hacía falta o cuando las cosas no eran de su parecer, en esta oportunidad quedó rendido ante la torería y la clase de Joaquín Bernadó, cantada desde sus primeras tardes en estas tierras y que le permitiría permanecer en el gusto de la afición de este lado del mar por un par de décadas más y de alguna manera permanecer, pues después de dejar de vestir el terno de luces, como profesor de la Escuela Taurina de Madrid, varios diestros mexicanos, fueron discípulos suyos.

Lo demás de la corrida

Manuel Capetillo tuvo una faena poderosa y de lucimiento intermitente ante Mechudo, el de Piedras Negras que abrió plaza, saludando desde el tercio. José Ramón Tirado por su parte saldó su actuación con discreción, luciéndose con las banderillas en sus dos toros y por su parte, Luis Segura se vio inseguro, seguramente aún no repuesto de la cornada que recibió en la octava corrida de la temporada en ese mismo ruedo, aunque en su descargo habrá que decir que el primero de su lote era burriciego – coinciden Ojo y Carlos León – en tanto que el octavo no se vio, por la desastrosa lidia que se le dio.

Bernadó y México

Joaquín Bernadó, es todavía, creo, por pocas fechas, el torero español que más ha toreado en México desde el año 1920, con 190 tardes. Recorrió toda nuestra geografía desde 1961 hasta el año de 1988, cuando toreó entre nosotros su última docena de festejos. No rehuía fechas, plazas, ganaderías o alternantes y esa disposición siempre le fue correspondida por la afición, que acudía gustosa a verlo, porque sabía que apreciaría cuando menos, torería, que esa se lleva a la plaza, pues lo demás es aleatorio.

Es por eso que hoy, en las cercanías del sexagésimo aniversario de su primer gran triunfo en la capital mexicana, traigo a estas páginas virtuales su recuerdo.

Aldeanos