viernes, 1 de mayo de 2009

Un buen amigo y un buen libro…


Ayer por la mañana recibí una llamada telefónica del buen amigo don Gustavo de Alba, que me notificaba que en una librería del centro de Aguascalientes estaba en oferta un libro sobre la obra del pintor valenciano Roberto Domingo.

Ante el encierro casi forzado al que nos vemos compelidos por estos días, hay que encontrar algo que hacer y en estos casos, la lectura es un buen paliativo para evitar los efectos nocivos de la falta de actividad.

Quizás a muchos no les represente novedad, pero la obra en cuestión se titula Roberto Domingo. Arte y Trapío y es de la autoría de María Dolores Agustí Guerrero, madrileña de origen valenciano, quien de acuerdo con la solapa del libro, cuenta con carnet de Investigadora del Ministerio de Cultura Español y es además filósofa, gemóloga y perito judicial en materia de Bellas Artes.

El prólogo de Ángel Luis Bienvenida nos refiere una visita que en el otoño de 1944 realizaron él y el Papa Negro al estudio del artista, para pedirle que le pintara un óleo en el que aparecieran sus hijos Pepe, Antonio y el propio Ángel Luis jugando con banderillas en la Real Maestranza de Sevilla. El objeto del cuadro era corresponder a Antonio un brindis hecho a Ángel Luis en una corrida que habían toreado juntos ese año.

El lienzo que llevaba don Manuel Mejías era descomunal y eso disgustó a Roberto Domingo, que pidió uno más pequeño. Refiere el torero que se fueron a Sevilla y a la semana siguiente volvieron al estudio del pintor con dos sacos de albero, los que esparció en el piso de madera del lugar diciendo: ¡Aquí lo tiene para que lo pueda hacer más exactamente!.

Al año siguiente el cuadro estaba listo, Antonio, de grana y oro, iba en la cara del toro; Pepe de azul y oro estaba en un segundo plano y Ángel Luis, de verde y oro quedó al fondo. Antonio no aceptó el cuadro, argumentando que tenía muchos de don Roberto, por ello, Ángel Luis remata su prólogo agradeciéndose la oportunidad de poder admirar todos los días por haberlo conservado, tan grande obra, de tan grande y olvidado pintor taurino.

El libro contiene una prolija biografía de quién, de acuerdo con la declaración de intenciones de su autora, refleja luminosa y sincera, la vida misma con todo su aroma y todo su dramatismo, reconociendo que en alguna medida su trabajo no hubiera sido posible sin una obra de 1957, publicada por Valeriano Salas y escrita por J. Peñasco.

La obra contiene, como dice su contraportada, extensa documentación gráfica, cerca de ochocientas fotografías y documentos que dan una idea completa de tan insigne pintor, devolviéndole la actualidad y el lugar preeminente que le corresponde en el mundo del arte, con especial referencia a su genial interpretación de la fiesta taurina.

Pero lo que más me llamó la atención, es este pequeño epílogo, que tiene mucho de verdad y que creo que explica, en unas cuantas palabras, el verdadero sentido de la obra:

He aquí una modesta aproximación a la vida y obra del insigne pintor Roberto Domingo. Sirva como llamada de atención sobre su injusto olvido y llegue algún momento, que deseamos esté próximo, a ocupar el lugar destacado que por derecho le corresponde en la historia de la pintura contemporánea.

Ya les contaré el resultado de la lectura completa.

Referencia bibliográfica: Agustí Guerrero, María Dolores. – Roberto Domingo. Arte y Trapío. – Editorial Limusa S.A. de C.V. – Grupo Noriega Editores, 1ª edición, México, 1998. La edición española es de Agualarga Editores S.L.

Tal día como hoy: 1º de mayo de 1960. Triunfal alternativa del trianero Rubén Salazar en la Plaza de Toros San Marcos

NECESARIA ACLARACIÓN: Hoy debiera celebrarse la quinta corrida de la Feria de San Marcos. Por las razones que han sido profusamente difundidas, esta corrida y las que siguen, no se llevarán a cabo. La razón de seguir publicando estos recuerdos, es que el trabajo ya lo tengo hecho y me parece algo ocioso dejarlo “añejar” un calendario completo, así que seguiré las fechas del cartel original de los festejos y continuaré publicando estas ideas, si Ustedes no tienen objeción.

En la Plaza de Toros San Marcos se han otorgado 15 alternativas entre el año de 1910 y el de 1974, año en el que también, se verificaron por última vez los festejos de la feria abrileña en su ruedo. De los diestros que en su ruedo salieron matadores de toros, solamente cuatro son nativos de esta tierra y es precisamente el personaje de esta fecha uno de ellos.

Originario de nuestro Barrio de Triana, donde nació en 1932, Rubén Salazar había realizado ya varias campañas como novillero en las plazas de México y en Aguascalientes, fue integrante de una promoción que se compuso por toreros como Felipe Bernal El Chelín, Javier Maceira, Carlos González y Fernando Brand, en tanto que en lo nacional, compartió carteles en la novillería con toreros de la importancia de Alfredo Leal, Antonio del Olivar, Jaime Bolaños, Joselito Huerta y Fernando de los Reyes El Callao.

Como novillero actuó en once ocasiones en la Plaza México, destacando sus tardes del 7 de junio de 1953, cuando cortó la oreja de Presumido de Cerralvo; la del 14 de junio de ese mismo año, cuando se llevó las dos orejas de Farolito de Miguel Franco y siete días después cuando cortó una oreja de Rumboso y otra de Jazminero de Santa Marta. Viaja a España y se presenta en Las Ventas el 19 de marzo de 1957, alternando con Antonio León y Ruperto de los Reyes en la lidia de novillos de El Jaral de la Mira.

El cartel confeccionado para la ocasión que hoy les recuerdo lo integraron el torero regiomontano Luis Briones, llamado Luis de Seda y Oro por sus refinadas maneras y el moreliano Joselito Torres, quienes junto con el toricantano, enfrentarían un encierro también hidrocálido de Garabato, propiedad del pintoresco don Celestino Rangel Aguilar El Tato, una de las ganaderías tradicionales en los festejos de la región.

Sobre la tarde de la alternativa, de nueva cuenta recurro a la crónica de don Jesús Gómez Medina, aparecida en El Sol del Centro del día 2 de mayo de 1960, que nos cuenta lo siguiente:

…Triunfalmente, cortando la oreja y el rabo del sexto burel y además saliendo a hombros de los capitalistas, de esta guisa coronó Rubén Salazar la tarde de su alternativa.

Con su éxito, mediante su magnífica y emotiva faena a dicho cornúpeta, Salazar corroboró sus merecimientos al doctorado y además, revistió la última etapa del festejo con la brillantez y el calor que son el marco insustituible de las jornadas de éxito. De aquí que, cuando el último de los astados de Garabato cayó en mitad del ruedo, fulminado por el acero del nuevo matador, el entusiasmo del público – de un público que llenó casi los dos departamentos – llegó a su clímax: tiñéronse de blanco los tendidos, los más impacientes izaron a Rubén y, aclamado estruendosamente, portando orgullosamente los apéndices del burel, recorrió en dos ocasiones la pista y finalmente, abandonó la plaza en hombros de los entusiastas.

La faena del triunfo

No le habían rodado las cosas a la medida de sus ilusiones a Rubén Salazar con el primer burel. ¡El toro de su alternativa!

Fue este – ¡oído al parche, los amigos de las estadísticas! – un bicho cárdeno, oscuro, bragado y lucero, capacho de encornadura, con el número 83 en los costillares.

Casi de salida se coló por un burladero al callejón; más tarde mostraría carencia total de bravura…

Ya tenemos a Luis Briones armando de estoque y muleta a Rubén Salazar, para otorgarle el grado máximo de tauromaquia. Atestigua Joselito y asiente el público con su aplauso.

El toro, manso, busca la zona de adentro. Permutando terrenos, Salazar lo trastea brevemente, destacando dos pases de pecho de su labor. Y para concluir, alarga el brazo y deja medio acero desprendido. Remata con descabello al cuarto golpe…


Rubén Salazar vio truncada su carrera por una inoportuna cornada sufrida en Ciudad Juárez en 1963, que le partió el Tendón de Aquiles y que le limitó la movilidad de su pie derecho. Por ello encauzó su afición en la organización de festejos y principalmente en la enseñanza de las artes toreras y fue el instructor titular de la Primera Escuela de Tauromaquia que se tuvo en Aguascalientes, llamada Abogado Jesús Ramírez Gámez, que organizara Guillermo González Martínez, entonces empresario de las plazas de Aguascalientes y que funcionó en la propia Plaza San Marcos en los años ochenta del siglo pasado y en la que contribuyó a la formación de los matadores de toros José María Luévano, Jorge Mora, Pedro Montes, Fabián Barba y César Delgadillo, que en la primera etapa de su preparación, pasaron por la que fuera la primera escuela taurina formal de Aguascalientes

Rubén Salazar falleció en su tierra el 15 de diciembre de 2006.

El cartel que estaba anunciado para hoy: Toros de Begoña para Sebastián Castella y Arturo Macías, mano a mano.

jueves, 30 de abril de 2009

Tal día como hoy: 30 de abril de 1987. Manolo Martínez y Lebrijano de De Santiago.

NECESARIA ACLARACIÓN: Hoy debiera celebrarse la cuarta corrida de la Feria de San Marcos. Por las razones que han sido profusamente difundidas, esta corrida y las que siguen, no se llevarán a cabo. La razón de seguir publicando estos recuerdos, es que el trabajo ya lo tengo hecho y me parece algo ocioso dejarlo añejar un calendario completo, así que seguiré las fechas del cartel original de los festejos y continuaré publicando estas ideas, si Ustedes no tienen objeción.

Manolo Martínez se había ido de los toros en 1982 y solo soportó el retiro durante tres años. Seguramente la crianza de toros de lidia y la formación de nuevos toreros no dieron satisfacción a esa hambre de miedo y sed de toros negros que refiriera nuestro Volcán, Rafael Rodríguez cuando la Diosa Rubia, doña Conchita Cintrón le preguntara el por qué de la vuelta de los toreros a los ruedos.

Esta nueva etapa de la égida martinista en los ruedos tuvo más claroscuros que la anterior. Si don Lorenzo Garza dijo en los inicios de Manolo que no dividía y que eso le faltaba para ser una gran figura, en ese momento, se encontraba en el culmen de la separación de la afición en istas y antis, sobre todo, contando con que una nueva generación de toreros mexicanos encabezada por Miguel Espinosa Armillita Chico, Jorge Gutiérrez y David Silveti se ocupaban de cautivar el interés de la afición.

Aparte, ya reabierto el intercambio con Europa, veíamos de España a diestros como Pedro Gutiérrez Moya El Niño de la Capea, José Mari Manzanares, José Ortega Cano, al portugués Víctor Mendes, al francés Nimeño II y una serie de toreros que dieron un aire distinto a la fiesta de este lado del mar y que además, cambiaron en mucho el modo de ser de nuestra Feria de Abril, tanto, que para compaginarla con la de Sevilla, comenzó a adentrarse en el mes de mayo en su parte principal.

El cartel del 30 de abril de 1987 era un mano a mano entre Manolo Martínez y Miguel Espinosa Armillita Chico, con toros potosinos de De Santiago, propiedad de José Antonio Garfias de los Santos, ganadería que por esas calendas estaba en la cúspide de su trayectoria, tanto así, que con el encierro de su otro hierro, José Garfias, unos días después, también Manolo Martínez y sus alternantes, rematarían otra tarde triunfal.

La relación de don Jesús Gómez Medina en El Sol del Centro del día 1 de mayo de 1987 destaca lo siguiente:


Se le daba por liquidado, afirmábase que su retorno a los ruedos obedecía a móviles económicos. Más he aquí ayer, en el cálido escenario de la Monumental, el orfebre al que se consideraba extinto para el toreo abrió generosamente la vena de su arte y cinceló una faena de perfiles antológicos; y el conceptuado como mercenario de la fiesta enriqueció la historia de los festejos feriales con un trasteo de calidades extraordinarias. ¡La faena de la tarde! ¿La faena de la tarde? ¡La faena de esta feria… y de muchas ferias! Una faena, en suma, de relieves históricos: tal fue la realizada por Manolo Martínez con el estupendo Lebrijano, de Santiago, tercero de la sesión…

¡El toreo – arte, aspiración suprema, desiderátum de toreros y aficionados, tal fue el sello constante de la actuación del diestro de Monterrey en el tercio final!...

Cada vez más adentrado el diestro en su tarea; o, mejor, a cada muletazo yendo a más en temple y gallardía, prosiguió el toreo derechista de una calidad, con una hondura, con tal armonía y ritmo, con una cadencia deliciosamente musical, que a las mentes venían los versos del Divino Rubén: Era un aire suave de pausados giros / el hada Armonía ritmaba sus vuelos…

¡El toreo convertido en arte puro! El toreo, la recia y viril disciplina creada por los
bizarros lidiadores de hace dos centurias, elevado al nivel de las bellas artes…

Y, entre tanto, el torero – artista, borracho de inspiración, volcando su sentimiento en cada pase, sintiendo y haciendo sentir a plenitud todo cuanto el toreo encierra de plasticidad, de emoción y de arte.

Brotó también, el toreo con la izquierda; naturales largos, templadísimos, mandones y los adornos plenos de gallardía, los remates, torerísimos, oportunos; el despliegue más generoso, en suma, del bagaje artístico del gran torero de Monterrey, para deleite y embeleso de cuantos presenciábamos el prodigio… y del propio torero, que, literalmente se gustaba, se deleitaba con su propio arte…

Para ser congruente con su historia de luces y sombras, Manolo Martínez se dejó un toro vivo, pero también realizó una de las faenas que bien pueden contarse entre las más importantes de las realizadas hasta hoy en la Monumental Aguascalientes.

La que realizó con Lebrijano, públicamente fue reconocida en más de alguna ocasión por el torero de Monterrey como el compendio de su tauromaquia, diría yo, como su última lección magistral.

El cartel que estaba anunciado para hoy: Toros de San Miguel de Mimiahuápam para Zotoluco, El Juli y Arturo Macías.

martes, 28 de abril de 2009

Nuestra Feria en tiempos… de influenza

Ha concluido de manera abrupta y por ende inesperada la edición 2009 de la Feria Nacional de San Marcos. La cuasi pandemia de lo que coloquialmente se conoce como la Influenza Porcina ha aconsejado que nos pongamos a buen recaudo y que todos los lugares que funcionan a partir de la concentración de grandes grupos de personas – las plazas de toros incluidas – cierren sus puertas hasta una ocasión mejor.

Bajo esa lamentable circunstancia, en esta oportunidad, la Feria de San Marcos terminó con la apariencia de las que se daban entre la mitad y el último cuarto del pasado siglo. Tres festejos, dos corridas y una novillada. En aquellos días, era lo que había, hoy, nada más lo que pudo ser, quedándose en el caldero la parte más nutrida del serial, en la que participarían El Juli, Sebastián Castella y los jóvenes mexicanos Joselito Adame y Octavio García El Payo, como los principales atractivos de ese tramo del cartel ferial.

De acuerdo con declaraciones del Gerente de la Empresa, el matador de toros retirado Ricardo Sánchez, se calculaban entradas que rozaban el lleno para los días 30 de abril y 1, 2 y 3 de mayo. Me consta por otra parte, que para la corrida del día 2, ya no había entradas ni para remedio, como decía mi padre. Estas buenas entradas, sumadas al lleno de no hay billetes del día 25 de abril, redundaría seguramente en un éxito económico para los organizadores de la Feria, que al final de cuentas, verían que más de la mitad de los festejos mayores que ellos propusieron – la corrida de la Oreja de Oro la ofrece la Asociación Sindical de Matadores – tuvieron entradas calificables de extraordinarias, lo que no sucedía en muchos años.

En los festejos ocurridos, habrá que destacar por una parte la entrega y el valor del torero local Fabián Barba, que venía jugándose el futuro a una sola carta no obstante su interesante actuación del año anterior. Le correspondieron dos toros con diferente tipo de complicaciones – de esas que dan la edad y la casta – de la muy bien presentada corrida de Medina Ibarra, en el festejo del día 24 de abril. Evidenció que ha visto poca acción, pero suplió las deficiencias que la falta de sitio ocasiona poniendo el corazón por delante y cortando dos muy merecidas orejas en una tarde en la que Rafael Ortega poco expuso a pesar de la voltereta que se llevó; Antonio Barrera estuvo anodino – como casi siempre que está por aquí – y Juan Antonio Adame vio descender su cotización de una manera estrepitosa.

El día del Santo Patrono algunos pronósticos se cumplieron. En efecto, José Tomás y Arturo Macías fueron los que se quedaron con la atención de la afición que se congregó en la Monumental Aguascalientes y los que escribieron las páginas más memorables de la historia de esa tarde. El numerito de la sesión, quedó a cargo de los ocupantes del palco de la Autoridad, que una vez más exhibieron que en eso de medir, existen cuando menos dos varas.

La faena de José Tomás fue una de las importantes que se han realizado en el ruedo de nuestra plaza, mal culminada, con un pinchazo en lo alto y una estocada trasera y tendida. Al final, se obsequió la petición mayoritaria y se le concedió la oreja.

Arturo Macías evidenció asentamiento, un avance que sin duda le lleva por el camino de consolidarse como uno de los toreros que pueden llevar con orgullo el pabellón mexicano en cuanta plaza se presente. Su faena tuvo momentos de mucha plasticidad y de toreo suave, acariciador, pero también, hay que reconocerlo, por instantes, recordó el torbellino que era y que le llevó a los primeros triunfos. Eso sí, sin que disminuyera la algarabía en los tendidos en momento alguno. A la hora de oficiar con la tizona, primero un pinchazo y después un espadazo atravesado que hace guardia y que habilidosamente extraen las infanterías. Don Manuel Ramírez de la Torre, Juez de Plaza – Presidente – de inmediato obsequia la petición popular con dos orejas, las que recibió entre algunas protestas el paisano.

Las circunstancias del remate de las faenas fue similar, un pinchazo seguido de una estocada defectuosa. ¿Cuál era el motivo de premiar de manera distinta? Una segunda oreja chauvinista en lugar de valorar un gran triunfo, pone en entredicho el real valor de la actuación de un torero. Y pensar que el Alcalde nombró solamente a un Juez de Plaza para evitar esas divergencias de criterio. ¿Se imaginan lo que sucedería si ocuparan el palco varios en los distintos festejos? ¡Guárdenos Dios!

En esta misma tarde actuó Zotoluco, que tuvo que ir a revientacalderas en el cuarto. Cortó una meritoria oreja en una tarde en la que se observó en los tendidos la urgencia de que terminara con su actuación para que dejara el ruedo libre a José Tomás y a Arturo Macías. Tiene sus inconvenientes el acartelarse con determinados toreros, porque a la hora de la verdad, no se valora en justicia lo que se hace frente a los toros, sobre todo, cuando andan bajos de raza.

La novillada del día 19 fue una prueba para los jóvenes que la enfrentaron. Al final, el mayor rodaje de Fernando Labastida fue lo que le permitió salir avante, Jorge Adame exhibió que tiene idea pero que le falta rodaje y el caleño Fernando Alzate volvió a mostrar su indómito valor, pero también confirmó que, de acuerdo con lo que le vimos el año pasado, ha retrocedido algo en cuanto a su hacer delante de los toros.

En cuanto a los tres encierros jugados – dos corridas y una novillada – habrá que señalar que los toros de Medina Ibarra tenían cuajo, fueron bravos para los montados y que sacaron las complicaciones que son propias del toro bravo que lo es por su edad. El quinto de esa corrida, segundo del lote de Rafael Ortega, era un toro para salir con un gran triunfo de la plaza, pero su matador prefirió instrumentar un trasteo de cara a la galería y en esa tesitura, hasta una voltereta sacó, lo que le impulsó a cambiar el planteamiento y a salir del paso con brevedad. Solamente Fabián Barba aprovechó dentro de sus capacidades el lote que le correspondió.

La corrida de los Herederos de Teófilo Gómez hizo buenas las previsiones que sobre ella se plantearon. Muy justa de presencia, muy escasa de raza y aunque se concedió el arrastre lento a un torito de esos de entra y sal, a falta de ese ejemplar y de la entrega de José Tomás y Arturo Macías, se pudieron cargar la tarde. Desde antes del festejo muchos nos preguntábamos por la fijación del de Galapagar por esos ganados, pues el año pasado, en la misma fecha, salió con lo mismo. Después, en un programa de radio, el matador retirado Ricardo Sánchez dio algo de luz sobre el asunto cuando dijo que en muchos casos, no es la Empresa la que adquiere los toros, sino que son los toreros los que se los revenden. ¿Será este uno de esos casos? Sobre este particular recomiendo ver esta interesante entrevista, realizada al ganadero mexicano José Marrón, en su calidad de Presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia.

La novillada de Malpaso sacó complicaciones, pero los novilleros están en una etapa de aprendizaje y en esa etapa es donde se tienen que adquirir las habilidades necesarias para dar a cada toro la lidia que requiere. En la carrera de un torero habrá más de un toro que le pida a su presunto matador el carnet y la única manera de aprender a resolver las interrogantes que estos plantearán, es delante de los que vayan saliendo. Seguramente que en esta tarde los interesados habrán obtenido ideas que en lo futuro les serán de gran utilidad.

En cuanto a la autoridad, aparte de lo ya indicado arriba, habrá que señalar que sin justificación, ordenaron el retiro de los montículos de arena que se colocaban delante de cada uno de los burladeros y que constituían un obstáculo visual para evitar que los toros se estrellaran en ellos. Eso tuvo su precio. El tercer toro del día 25 de abril se estrelló de salida y cayó fulminado allí mismo. Quizás no se vean muy estéticos esos cúmulos de arena, pero en verdad que en los casi treinta y cuatro años de existencia de la plaza, esta es la primera vez que esto sucede. Ojalá enmienden para futuros festejos.

Ya no resta más que esperar para el mes de noviembre, cuando se dé el Festival de Calaveras, en el que ya se habla de que en lugar de la solitaria corrida que se acostumbra, quizás se ofrezca una mini – feria de tres o cuatro festejos. Ya veremos…

domingo, 26 de abril de 2009

Un final inesperado

Hoy, 26 de abril de 2009, al filo de las seis de la tarde, se anunció la suspensión definitiva de los eventos pendientes de la Feria Nacional de San Marcos para este año 2009 y entre esa suspensión se incluye la de los festejos taurinos pendientes, quedando cubierta por ella, la corrida de toros de esta tarde, que se quedó en el despeje que hicieron los charros que fungen de alguaciles en la Plaza Monumental Aguascalientes.

Los espectáculos masivos, del tipo de los deportivos, taurinos, cines, discotecas y otros similares, constituyen, de acuerdo con las Autoridades Sanitarias, un medio para la dispersión del virus que se señala es uno señalado como H1 – M1 tipo A identificado como del genoma del cerdo euroasiático, conocido coloquialmente como de la Influenza Porcina que ha causado ya varias muertes en el País y que dado el gran atractivo que tiene nuestra Feria, podría diseminarse con rapidez, de haberse insistido en continuar adelante con su desarrollo.

Hace algunos días escribía sobre lo sucedido en el año de 1947, donde por una epizootia de Fiebre Aftosa, nuestra Feria se vio mutilada de su aspecto taurino, aunque en sus demás aristas se llevara a cabo con normalidad, lo que produjo el desencanto de muchas personas, como el gran escritor de nuestra tierra, don Luis de la Torre, El-hombre-que-no-cree-en-nada, quien publicó un candente artículo en La Lidia de México sobre lo que representó esa Feria sin toros.

Así, como las novelas y los cuentos del boom latinoamericano, la Feria de este año tuvo un final inesperado, aunque desprovisto de magia y más bien envuelto en aires cercanos a la tragedia, porque el que una pandemia se cierna sobre nuestras cabezas, verdaderamente lo es.

En este estado de cosas, poco material hay para la valoración en lo que en este espacio nos ocupa, pero de eso me haré cargo en los próximos días.

Tal día como hoy: 26 de abril de 1981. Se presenta La Punta con corrida de toros en la Plaza Monumental


Para la Fiesta de los Toros, La Punta nace en el año de 1902, ya que en el mes de octubre de ese año, don Ignacio Madrazo y Carral cede un toro para ser lidiado en la Plaza de Toros San Marcos. Nos refiere su nieto, don Francisco Madrazo Solórzano, que el toro escogido por su padre don Francisco y su tío don José – hijos de don Ignacio – era uno de pelo colorado hornero y que provenía de una piara de toros ladinos que ellos poseían.


En el año de 1918 adquieren ganados de San Nicolás Peralta – vacas principalmente – y las empadran con los toros Pinchasapos de Parladé y Finezas del Marqués del Saltillo. Posteriormente adquirirán vacas y sementales a los señores Llaguno de San Mateo, con cuyos productos se presentan en El Toreo de la Ciudad de México y en 1925 dan el giro definitivo, con el consejo y ayuda de Juan Belmonte, adquiriendo simiente de Parladé y de Gamero Cívico, eliminando todo lo anterior y haciendo una nueva agregación de sangre española dos años después, para tener en México una ganadería de sangre española pura, caso único en la historia de la ganadería de lidia mexicana.


Tras de la Revolución de las primeras décadas del siglo XX y del reparto agrario que le fue consecuente, La Punta vio considerablemente mermada su superficie territorial y los medios para mantenerse como la ganadería de primera línea que siempre fue. Así, a partir de los años sesenta de esa centuria comenzó a salir de los carteles y plazas de primera línea y a tener una presencia más esporádica en los grandes acontecimientos.


Igualmente, el cierre de las fronteras a la importación de ganado europeo por el problema que la fiebre aftosa generó entre la mitad de la década de los cuarenta y la mitad de la década de los cincuenta, impedía el adquirir sangre de su mismo encaste para mejorar sus productos o superar los problemas de consanguinidad que se pudieran estar presentando, pues era de una conformación totalmente diferente a la mayoría de las ganaderías mexicanas que partían de la base creada por don Antonio y don Julián Llaguno en San Mateo con reses del Marqués del Saltillo y ganados criollos.


Aún con esas limitaciones, don Francisco Madrazo Solórzano intentó mejorar su pie de cría y agregó tres toros padres de San Miguel de Mimiahuápam que llevaban goterones de sangre del Conde de la Corte, adquiridos vía Pastejé, cuando este hierro fue propiedad de la familia Barroso, y que fueron los números 80, negro, listón bragado; el número 110, Vencido, colorado, bragado y el número 193, Ventanito, negro, entrepelado, bragado, que eran el origen de este nuevo intento de La Punta por volver a los primeros planos.


El cartel de la reaparición lo formaron Eloy Cavazos, Jesús Solórzano y Humberto Moro. La tarde fue de un triunfo rotundo para el regiomontano, que de acuerdo con la crónica de Everardo Brand Partida en El Sol del Centro, se desarrolló así:




Una bella exhibición del toreo sevillano, pinturero y alegre, brindó a la afición de Aguascalientes el diestro regiomontano Eloy Cavazos, quien se consolidó como el máximo triunfador de la 4ª corrida del serial, en la que también saboreó las mieles del triunfo el matador hidrocálido Humberto Moro, a quien vimos en plan grande con el primero de su lote, al que desorejó.


El presentimiento del torero de Monterrey logró hacerse realidad en cuanto se refiere al encierro de ‘La Punta’, ganado que el propio Cavazos pidió para torearlo en su último compromiso del serial del presente año, ya que en términos generales la corrida fue brava, encastada, bien presentada y de respeto, exhibiendo un estilo extraordinario los que se jugaron en primero, tercero y cuarto lugar…


El que abrió plaza fue un toro con toda la barba, cárdeno, marcado con el número 14 y ‘Travieso’ de nombre, al que Eloy toreó superiormente con el capote.


Al filo de las tablas exhibió su toreo de capa al que imprime un sello muy particular, ejecutando la verónica ajustada a pies juntos, con el solo juego de los brazos, rematando la serie de lances con media muy torera que arrancó la primera ovación de la tarde…
…Entre música y gritos de ¡torero!, ¡torero!, Eloy cuajó una faena de mucha calidad. Series de ayudados mandones y templados, bellamente rematados con molinetes o el forzado de pecho, pases estos que tiene bastante hechos el matador.


…Cuando el astado comenzó a mostrar agotamiento, Eloy recurrió a la ejecución de la ‘regiomontana’, pero con verdad, exponiendo mucho y llegando así fuerte a los aficionados, que observaron la forma en la que se fue detrás de la toledana, para cobrar un estoconazo hasta la empuñadura y en todo lo alto, que hizo rodar al primero de la tarde, del que el Juez concedió las dos orejas.
Pero Cavazos buscaba el triunfo grande, inobjetable, alcanzándolo con el que se corrió en cuarto sitio ‘Mayoral’, marcado con el número 9.


Este toro fue un dechado de bravura y con una embestida ‘así de clara’, colaborando con el diestro, que desde el inicio de la lidia, con el capotillo, lo toreó superiormente…
…Para algunos aficionados Eloy aprovechó plenamente las condiciones y bravura del astado, al que ejecutaba series de derechazos, pero limitadas hasta cierto punto, cuando el toro pedía mayor hondura y ligazón en todos y cada uno de los pases que eran fuertemente coreados al diestro, que conquistó, luego de cobrar un estoconazo completo y de efectos inmediatos, el triunfo grande y las orejas y el rabo del punteño fueron concedidas por la Autoridad…


…Fue ‘Señorito’, marcado con el número 11, un astado bravo, no muy fácil con los toreros de a pie, luego de que peleó fuerte con las cabalgaduras…
…Humberto lo había recibido con 5 verónicas dibujadas, preciosas en cuanto a ejecución se refiere, realizando la suerte como lo mandan los cánones, parando, cargando la suerte sobre la pierna contraria, tirando del cornúpeta llevándolo y acompañándolo con el juego de brazos, bien coordinado con el de su cuerpo, quebrando la cintura…


…Muleta en ristre, el hidrocálido se hizo de su enemigo y ante más de 12 mil espectadores bordó un faenón de antología, exhibiendo clase, hondura y sentimiento torero…
…Los millares de aficionados no daban crédito a lo que ocurría en el ruedo, donde surgía un muletero excepcional, de un corte diferente, muy dominador y seguro, ya que ayer Moro se mostró ayer diferente y en ningún momento como antes estuvo a merced de los pitones de su enemigo, al que liquidó de un estoconazo completo y en todo lo alto.


Bien concedida la oreja, que a nuestro juicio y el de muchos otros, debió de acompañarse con otro auricular del Punteño…

La ganadería de La Punta se había presentado en la Monumental Aguascalientes el 8 de mayo de 1977 con una novillada para José Antonio Ramírez El Capitán, Paco Olivera Bombita, Roberto Ramírez El Oriental, Saúl Saleri, Gerardo Navarro y Ricardo Sánchez, pero en este 26 de abril de 1981, lo hacía con una corrida de toros y es a la fecha, la única que ha lidiado este legendario hierro en este escenario.

El cartel del hoy: Un toro para rejones de El Vergel y seis de Carranco de lidia ordinaria, para el caballero en plaza Rodrigo Santos y los matadores de toros Antonio Barrera, Ignacio Garibay y Víctor Mora.

sábado, 25 de abril de 2009

Tal día como hoy: 25 de abril de 1959. Rafael Rodríguez y Poeta de San Mateo.



Hoy se cumple medio siglo de que El Volcán de Aguascalientes, Rafael Rodríguez Domínguez, realizara en el ruedo de la Plaza de Toros San Marcos, lo que para muchos aficionados resulta ser la faena más grande de su paso por los ruedos.

Esa tarde se conjuntaron con Rafael otras tres grandes leyendas de la fiesta, Alfonso Ramírez Calesero, Luis Procuna y los toros de San Mateo, que dieron una tarde que hoy a medio siglo de su realización, sigue siendo el paradigma de una corrida de feria triunfal, en la que todos, afición, toreros, ganaderos y público salen de la plaza satisfechos por lo que les ha tocado vivir.

La primera placa que se colocó para conmemorar un fasto en la Plaza de San Marcos fue precisamente la dedicada a la faena de Rafael Rodríguez a Poeta, el toro número 9 de San Mateo y tuvo que pasar una década para que se colocara la siguiente, ésta, en homenaje a la ganadería de La Punta por haber llegado a sus 45 años de existencia. Tal ha sido la impronta de esta faena en la afición de Aguascalientes, que la tiene como una de sus memorias más preciadas.

En esta ocasión transcribo íntegra y sin ulterior comentario la crónica de don Jesús Gómez Medina, aparecida en El Sol del Centro del día 26 de abril de 1959, en la que tuvo de compañero de tendido a un aficionado de excepción, al Maestro Fermín Espinosa Armillita, según se desprende de su propia narración.



Apoteosis De Rafael Rodríguez
La faena de "Poeta"
Una tarde de extraordinaria brillantez, con el triunfo estruendoso de Calesero, Luis Procuna y Rodríguez, y la ganadería de San Mateo 5 toros desorejados; el 3o. resultó de bandera.

Surgiendo de los repletos tendidos, el grito consagrado se extendió por todos los ámbitos del Coso y fue a desgranarse a los píes de la enhiesta figura del artista:

¡Torero!...

En alas de la brisa, el clamoreo tramontó el recinto de la plaza y sus ecos esparciéronse por la vecina floresta y, luego, fueron a propagarse por todos los rincones de la ciudad en fiesta:

¡Torero!... ¡Torero!...

Pues desde ayer, la Feria y Aguascalientes toda hállase convertida en una fervorosa plática de toros.

Y en todos los labios, un nombre: ¡Rafael Rodríguez!

¡Rafael Rodríguez, sí, el forjador de esa faena de milagrería, de ese trasteo inmortal al tercer sanmateíno, que constituyó el episodio culminante de una jornada de perfiles excepcionalmente brillantes!

¡Rafael Rodríguez, el máximo triunfador de una corrida en la que el éxito acompañó con idéntica asiduidad a los toreros y el ganadero!

¡Rafael Rodríguez, sí, el artífice de ese trasteo cumbre a una burel de características igualmente extraordinarias! ¡El creador de esa prodigiosa faena, a través de la cual el hidrocálido escaló el Himalaya del arte del toreo!...
El toreo, caricia suave
Es teoría belmontiana, ratificada con la autoridad de Rafael "El Gallo". - Para torear bien – díjole una vez el Divino Calvo a su hermano Joselito –; para torear bien hay que acariciar.

¡Acariciar! ¡Templar!... Convertir el esforzado juego que crearon los rudos lidiadores dieciochescos, en un espectáculo impregnado de ritmo, de armonía y de estética: ¡he aquí la gran conquista y el mayor timbre de gloria del Pasmo de Triana!

Y bien: ¿qué, sino esto, realizó ayer Rafael, cuando toreaba de muleta al maravilloso sanmateíno? Evoquemos la escena:

Acometía el noble bicho suavemente, templadamente, con el hocico al ras de la arena; y Rafael, "convertidas las piernas en estacas", lo prendía en el engaño y tiraba de él lentamente, rítmicamente, interminablemente. ¡Aquellos inacabables derechazos, plenos de armonía y de mando, en los que se volvió realidad el toreo en redondo! ¡Aquellos prodigiosos muletazos en los que el torero obligó al astado a girar pausadamente en su derredor, mientras la plaza entera sacudíase a los efectos de un latigazo de emoción! ¡De emoción artística!

¡El toreo, caricia suave!...

Caricia, sí; pero, también solidez y firmeza. Señorío total del hombre sobre la bestia. ¡Torerísmo!

Tal fue la gran faena de Rodríguez al tercero; y aunque en menos grado las mismas virtudes durante su trasteo con el sexto.

Porque Rafael que había puesto la plaza boca abajo cuando pasaba de muleta a su primero, amen de las dos orejas y el rabo de este imponderable burel y de las numerosas vueltas al ruedo realizadas entre una ovación atronadora, interminable, efectuó idéntica cosecha de apéndices con el sexto y, finalmente salió de la plaza en hombros.
El Poeta del Toreo
"Torear – dejó escrito Federico Alcázar – torea cualquiera. Lo difícil es torear con arte, porque el arte es un don de privilegio. Y mucho más con garbo, porque el garbo sólo está reservado a los elegidos".

¡Torear con arte! ¡Torear con garbo! ¿Acaso los anteriores conceptos no parecen escritos para el Calesero?

¡Alfonso Ramírez, poeta en traje de luces! ¡Cómo esplendió ayer tu arte sin igual y el garbo con que haces el toreo, cuando lanceabas al cárdeno que abrió plaza; cuando lo toreabas de muleta con derrocha de elegancia y de imperio; cuando, tu capote prodigioso -¡el primer capote que existe en el planeta de los toros!- burillaba chicuelinas y faroles, caleserinas y recortes que eran un estallido de color, de ritmo y de gracia!

¡Alfonso Ramírez, torero en plenitud! ¡Que magistral y diestro te mostraste cuando lidiabas al cuarto, exhumando un torero por la cara que constituía alarde de precisión, de limpieza y de mando! ¡Y a qué grado la calidad singular de tu toreo representó la alcanzada del éxito en una jornada que, tras el exordio triunfal que tú le impusiste, conservaría, acrecentando, ese espléndido matiz para convertirse en una tarde de perfiles históricos!

¡La tarde en que tres grandes figuras del toreo mexicano saturaron de emoción y de arte a los aficionados y, además, cortaron los apéndices de cinco bravos toros de San Mateo.
Luis Procuna
Procuna, o la personalidad... Porque Luis es peculiar en todo. Hasta en su concepción del toreo. Su técnica y su estilo difieren de todos; y esto, que representa una virtud, pues en el toreo, como en todas las artes, lo que cuenta es el acento personal, constituye por otra parte una deficiencia. Pues, en fuerza de ser original, Procuna suele trastocar el ritmo y el curso natural de la lidia y esto a la postre, mengua la unidad y la rotundez de sus faenas.

Pero, en lo que hace a su gusto, en lo que "siente", ayer, una vez más, estuvo Luis magnífico.

En realidad su faena al segundo fue muy buena. Por principios de cuentas, procuró hacerse del bicho que, tras de un desconcertante principio, en cuanto le pegaron los hulanos, sacó la casta y la bravura. ¡Y el buen estilo!

Y, tras de centrase con el sanmateíno, lo toreó el ‘Berrendo’ por derechazos superiores. Hizo luego lo suyo, su toreo por alto, girando en el que es único y, a continuación la estocada de efectos definitivos. Gran ovación, oreja y vuelta.

Al quinto, otro burel de excepción, Luis no llegó a entenderlo. No acertó a colocarse en el sitio justo para torearlo como la calidad del bicho merecía.

Apenas hacía el final de la faena atinó Procuna a ponerse al nivel del astado, en cuatro derechazos que reanimaron los entusiasmos. El resto, con ser muy espectacular, careció de hondura.

Empero, una vez más supo estar breve con la espada; una entera, para llevarse la segunda oreja de la sesión.
San Mateo
Estupendo, extraordinario resultó el encierro enviado por Toño Llaguno. ¡Casta, bravura, nobleza a raudales, estilo, docilidad; todo lo tuvieron los bureles de la justamente afamada divisa blanca y rosa!

¡La divisa de las tardes triunfales!

Sí magnífico fue el primero, también lo resulto el siguiente; quizás en mayor grado al final de su lidia.

El tercero, de tan bueno, de tan extraordinario, era difícil y peligroso para el toreo. Corría ésta el riesgo de fracasar y hundirse ante su estupendísima docilidad, ante su maravilloso "son". Para nuestra fortuna, este tercer astado, marcado con el número 9, encontróse con un torero que, sobre tan espléndida arcilla, supo erigir el edificio de su gran triunfo.

El cuarto desmereció un poco al lado de sus hermanos; y el segundo de Procuna, fue tan claro y tuvo un temple similar al del tercero ¿Se quiere mejor elogio?

Finalmente el que cerró plaza, en cuanto el toreo se centró con él, peleó como los buenos y dio lugar a otro largo y brillante trasteo. Para resumir, digamos que, hoy como que ayer los toros de San Mateo fueron dechado de lo que debe ser el ganado de lidia.

Y que el homenaje tributado al tercero, y a su criador, Toño Llaguno, fue tan caluroso como merecido.
Un poco de estadística
En su primero Calesero estupendo con el percal. Con los palitroques, gran par al quiebro, tras de que Procuna y Rafael había dejado solo apenas un plano.

Soberbia faena sobre la mano derecha, entusiasmo en los tendidos; estocada, dos orejas y vuelta.

De salida, el segundo parece no querer embestir. Tras los puyazos, le brota la casta llega superior al tercio final. Faena y triunfo de Luis, rematado con el corte de un apéndice.

El triunfo de Rafael en el tercero inicióse cuando le dio la bienvenida con unos lances positivamente soberbios.

En los quites, Calesero y Procuna rivalizan en brillantez y en aciertos. Igual ocurre en el segundo tercio.

Pero a continuación, se produjo esa avalancha de torerismo y de arte que fue la faena de Rafael. Con la izquierda, primero; y más tarde con la diestra, toreó con una verdad, una limpieza y un sentimiento que colmaron los entusiastas.

Lasernistas de hinojos; media en la yema; dos orejas, rabo, vuelta al ruedo con él...
¡El delirio!

Con el cuarto, Calesero hace derroche de torerismo. Sapiente y poderoso, lo lidia con señorío y desahogo.

De lo ocurrido en el quinto, ya dejamos cuenta.

Con el último Rafael principió por doblarse para hacerse del burel. Y conseguido esto, ¡a torear! Ahora exclusivamente sobre la derecha, otra faena de vigorosos relieves triunfales. Manoletinas estatuarias, estocadas. De nueva cuenta las dos orejas y el rabo. Salida final en las andas del triunfo.

Apostilla final

Es de Fermín Espinosa: “Hacía mucho tiempo que no ‘botaba’ yo en mi localidad, por ver torear como hoy lo hizo Rafael...”

El cartel para hoy: Toros de Herederos de Teófilo Gómez para Zotoluco, José Tomás y Arturo Macías.

viernes, 24 de abril de 2009

Tal día como hoy: 24 de abril de 1967. Se presenta Manolo Martínez en Aguascalientes


Hoy hace 42 años que en la segunda corrida de feria que se dio en la Plaza de Toros San Marcos actuaron Raúl García, Raúl Contreras Finito y un joven diestro regiomontano llamado Manolo Martínez, que por primera vez actuaba en esta ciudad, ante toros michoacanos de El Junco.

Como se puede ver del programa de la feria, esta corrida no estaba contemplada originalmente para el serial, pero se fraguaba ya el asalto a la cumbre del torero de Monterrey y la búsqueda del sitio privilegiado que ocupaba por esos días Manuel Capetillo, que era el eje del serial como se concibió primeramente, al estar anunciado en los dos carteles de los que constaba.

La relación que hizo de la fecha don Jesús Gómez Medina en El Sol del Centro, tiene por notas destacadas lo siguiente:



…Interrogado el Pasmo de Triana sobre el concepto del toreo, luego de explicar su parecer al respecto, terminó por aseverar categóricamente:

‘Mi visión en esto de torear se condensa en una sola frase: temple. Torear es templar, es llevar al toro pendiente del engaño, no quitárselo nunca mientras siga su impulso…’

Y añadía el más grande de los transformadores del toreo:

‘Yo creo que habrá un torero que sepa medir el empuje de todos los toros y que saque de ellos el mejor partido; creo en fin, que todos los toros tienen lidia y que a todos se les puede sacar un provecho para el lucimiento. Lo que se necesita es medir el impulso inicial de la embestida y mediante el temple, aprovecharlo para consumar la suerte.’

Estos y otros conceptos fluían a la mente mientras Manolo Martínez toreaba de muleta a su primer enemigo; un toro cárdeno, asaltillado, con buen estilo, con sedeña embestida, más con poquísima fuerza. Pero el capote y la muleta de este torero nacido en Monterrey – como Lorenzo el Magnífico, con cuyo arte tiene el de Manolo Martínez muchos puntos de contacto – lograron el prodigio de hacer pasar una y cien veces a un astado de muy menguadas energías.

¡El capote y la muleta de Manolo Martínez, manejados rítmica, acompasada, suavemente!

¡Con temple, en suma!

La apoteosis del templeApenas salió el de El Junco, Manolo Martínez se plantó en la arena. Y en esa actitud, garboso, erguido, vertical, pero con una verticalidad exenta de rigideces, con una quietud tan solo quebrantada por el perezoso movimiento de los brazos que manejaban el engaño, trazó el de Monterrey tres lances a pies juntos, tres parones esculturales. Fijó luego al cárdeno, añadió otros lances con el compás abierto y remató superiormente.

El toro – lo mostró desde el primer momento – tenía magnífico estilo. Embestía con suavidad y nobleza ducales, pero andaba muy menguado de fuerza. Por eso tan solo recibió un puyazo, en el que dobló los remos…

Pero tenía casta y casta de excelente calidad. Y como Manolo Martínez lo toreó con un temple exacto, exquisito, más a la vez imperioso, inflexible de su muleta, jardín del arte del toreo, fueron brotando en series que semejaban ramilletes de rosas purpúreas de los pases naturales, los derechazos, bañados de fragancia y torerismo con claveles nacidos en los cármenes del Alcázar sevillano…

La firmeza del trazo y el ritmo suave, uniforme del engaño, lograban el prodigio de alargar la trayectoria del muletazo.

¡Y con cuanta gallardía, con qué nuevo e impetuoso clasicismo el gran torero norteño cerraba cada serie con el broche emocionante de los pases de pecho!

Intercalados en la faena, el trincherazo y los pases de la firma surgieron como la pincelada colorista y alegre que alternaba con la solemne cadencia del toreo en redondo.

Y cuando las menguadas fuerzas del cárdeno parecían agotadas del todo, fue dable admirar de que manera Manolo Martínez, llegando al terreno necesario, insistiendo, inclusive provocando al burel con golpes del muslo en el pitón alargaba inverosímilmente el trasteo y prolongaba, acrecentándola, la locura colectiva, al consumar nuevas y mejores series de naturales y derechazos.

Cumplíase en esta forma la teoría belmontina: ‘Lo que se necesita es medir el impulso inicial de la embestida, y mediante el temple, aprovecharla para consumar la suerte’…

Así describió el cronista la primera de las 58 actuaciones que Manolo Martínez tendría en nuestras plazas y lo que a mi juicio resulta ser el inicio de su andadura para tomar el mando de la fiesta en México. También actuaría Martínez en la corrida del día siguiente, el principal de la feria, ya acartelado con Capetillo, pero su declaración de intenciones quedó establecida en esta fecha que hoy recuerdo para quienes me distinguen con su visita por esta Aldea.

Manolo Martínez solamente estaba anunciado en el segundo cartel de la feria y en las apenas 45 corridas que llevaba toreadas a esa fecha, únicamente se había encontrado con el tapatío en enero en León y en México en la corrida del Estoque de Oro y en Irapuato, estas dos últimas durante el mes de abril.

Entonces, Pepe Luis Méndez, matador de toros retirado y a la sazón, apoderado del diestro veía la necesidad de mantener al ya llamado Milagro de Monterrey en la cercanía de Capetillo, en preparación de lo que culminaría el 3 de diciembre de ese año en El Toreo de Cuatro Caminos, ante los toros de don Luis Barroso Barona, que sería el encumbramiento de Martínez y la eventual retirada del Mosquetero, como lo apunté en una entrada anterior.


Esa es, desde mi punto de vista, la razón de insertar una corrida que tiene todos los visos de extraordinaria en un día laborable – lunes – dentro de una feria ya hecha, pues de otro modo, carecería de razón, sobre todo si se considera que su torero ya tenía un puesto dentro de ella y en el día principal, pero se trataba de ir por todo y esa era la única manera de lograrlo.

El cartel para hoy: Toros de Medina Ibarra para Rafael Ortega, Antonio Barrera, Fabián Barba y Juan Antonio Adame.

miércoles, 22 de abril de 2009

Merecido homenaje a Chafik


El próximo viernes 24 el Gobernador del Estado y el Patronato de la Feria de San Marcos rendirán un homenaje a Pepe Chafik en Aguascalientes. Es un reconocimiento que sin duda merece y que por muchas razones, la mayoría difíciles de confesar, se ha dejado de lado por los que deciden en las cosas de la fiesta en este País.

No debemos olvidar que en el último tramo del Siglo XX, fue él quien tomó la iniciativa junto con don Luis Barroso Barona y don Eduardo Martínez Urquidi, de importar simiente de España para dar una nueva perspectiva a la manera de criar toros de lidia en México.

Afortunadamente hay todavía quien reconoce la cultura del emprendedor y procura que los esfuerzos de los que, como Pepe Chafik, ven más allá del corto plazo, se vean recompensados al menos en la esfera de lo entrañable, del saber que hay un grupo de personas que entienden que esa actividad desarrollada tiene algo de extraordinario y que algún día habrá de rendir los frutos que todos esperamos.

Resulta interesante desde este lado del Atlántico, ver que es más sencillo que en España se le reconozca al titular del hierro mexicano de San Martín su aportación, pues el pasado 26 de febrero, la Asociación El Toro de Madrid le rindió un sentido homenaje, con motivo de la premiación al toro Coquito, del San Martín español, hoy de la titularidad de Ignacio Huelva, como el mejor de la temporada madrileña del año 2008, toro que fue criado por don Pepe.

Desde aquí mi enhorabuena al ganadero y al visionario, que con seguridad, pronto verá los frutos de su esfuerzo.

domingo, 19 de abril de 2009

Tal día como hoy: 19 de abril de 1980. Armillita Chico y Curro Rivera triunfan en la primera de feria.


La primera corrida de la feria de 1980 se daba con la presencia de dos triunfadores de la escena taurina mexicana. Los toros de José Julián Llaguno, que como todos los de su Sangre, estaban en la cresta de la ola y la de Miguel Espinosa Armillita Chico, que venía precedido de la nombradía que le otorgó el mes de marzo del año anterior, la faena al complicado toro Arte Puro de Torrecilla – a mi juicio, la mejor que le vi en su carrera –, la tarde de la alternativa de Ángel Majano en la Plaza México.

El saldo de este primer festejo mayor sería de cuatro orejas para Miguel y una para Curro Rivera, siendo lo más destacado del recuento de don Jesús Gómez Medina en El Sol del Centro del 20 de abril de 1980 lo siguiente:


¿Será Miguel Espinosa el anhelado regenerador del toreo, el nuevo mesías taurino de cuyo arribo vive siempre pendiente la afición?...

…Pues triunfador por partida doble, vencedor en la lidia de sus dos enemigos con los que llevó a cabo otras tantas faenas de mérito y brillantez excepcionales: conquistador en buena lid de las dos orejas de ‘Licenciado’ y de las dos orejas de ‘Agrónomo’ – galardones que, a juzgar por el entusiasmo y la demanda colectiva, debieron de estar acompañados por otros trofeos – Miguel Espinosa salió de la plaza en pleno éxito, arropado por el aura de la idolatría popular y deja para las tardes subsecuentes y sus futuros alternantes, una marca difícil de alcanzar…

…cuando se daba por descontado un trasteo de mero trámite, Miguel fue al de José Julián Llaguno y con suaves muletazos lo desengañó y se hizo de él, para cuajar luego un faenón superior al del tercer toro. ¡Arte, torerismo, verticalidad y buen gusto fueron virtudes que dieron relieve y brillantez extraordinarios al trasteo, realizado todo él a base de temple y mando, de quietud y de bien hacer! ¡Lo que se llama una gran faena! Vino luego la estocada en buen sitio, dobló finalmente el astado y las dos orejas – el público demandaba también el rabo – la ovación estrepitosa, el triunfo rotundo.

La afición de Aguascalientes tiene ya ‘su’ torero: Miguel Espinosa. Había brindado éste la faena a Paquito Madrazo y cuando concluida aquella, Miguel y Paquito se fundieron en un estrecho abrazo, nos pareció ver en éste un reflejo de la gran amistad y la mutua admiración que existió entre aquellos dos grandes señores de la fiesta que fueron don Francisco Madrazo y don Fermín Espinosa…


Al final de cuentas, como lo barrunta la crónica de don Jesús, el resultado más trascendente de ese serial sería el asentamiento en el gusto de la afición hidrocálida, de los hermanos Fermín y Miguel Espinosa Menéndez, los hijos del llorado Maestro Armillita como los portadores del estandarte de la torería de esta tierra en los ruedos locales y en los del resto de la Aldea de Tauro, donde los dos escribieron interesantes páginas de la Historia del Toreo.

También vemos en el programa general de los festejos, que una historia paralela, que se entrecruzaría por las veredas del arte con las de los hermanos Armillita comenzaba a escribirse. En las novilladas de feria aparecían ya los nombres de los hermanos Ricardo y Luis Fernando Sánchez, pero de eso, quizás habrá espacio para comentar más adelante.

Por último cabría señalar que en rigor, este festejo era el segundo de la feria a la que hago referencia, pues como se ve del programa general de ella, el día anterior, arrancó con una novillada.

El cartel para hoy: Novillos de Malpaso para Fernando Labastida, Jorge Adame y Fernando Alzate.

Aldeanos