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domingo, 8 de mayo de 2022

La Feria de San Marcos hace medio siglo (y XII)

La feria de 1972 en resumen

La corrida de toros – extraordinaria por donde se le vea – que cerró el ciclo de San Marcos de 1972, se celebró el 5 de mayo. La fiesta entraría en un periodo digamos, de hibernación, pues las actividades en la Plaza de Toros San Marcos se reanudarían hasta el mes de octubre, cuando se celebró la X Convención Internacional de Peñas Taurinas y Aficionados Prácticos entre los días 8 y 15 de ese mes, con una serie de festivales en los que participaron distinguidos aficionados practicantes en el ruedo como Ángel Talamantes El Exquisito, Jaime Femat, Luis López Campa, Lalo Azcué, Paul Armand, Jesús Arroyo, el doctor Manuel Hernández Muro, el ingeniero Valente Arellano, Pepe López Hurtado – quien después se haría matador de toros –,  Guillermo Torres Landa y otros muchos que ahora escapan a mi memoria.

Los festejos formales regresarían la noche del 12 de octubre, inaugurando la temporada 1972 – 73, con una corrida de toros en la que se presentaría la ganadería de Zacatepec en nuestra plaza, para que la enfrentaran Antonio Lomelín, Curro Rivera y Mariano Ramos. Después del banquete ferial, era un buen inicio de campaña para preparar la feria del siguiente calendario.

Lo que se podía esperar para 1973

Después de que en el último cuarto de siglo se promediaran tres festejos por Feria de San Marcos, en 1971 don Guillermo González Muñoz creció la oferta a seis corridas y dos novilladas y el año que ahora me ocupa – y espero que a Ustedes también – se cumplieron ocho corridas y una novillada, festejos que sumados a la corrida verificada en el mes de enero y a las novilladas de la temporada regular, consiguieron que en Aguascalientes se dieran entre junio de 1971 y mayo de 1972, treinta y un festejos, algo verdaderamente inusitado en estas tierras.

En una entrevista publicada el 11 de abril en El Sol del Centro, realizada por Agustín Morales Padilla, en esos días redactor del diario decano de esta capital, el empresario reflexionaba:

¿No estás desalentado por los problemas que has enfrentado para integrar los carteles próximos?

Guillermo se acomoda en el mullido sillón ejecutivo, fija la mirada en el reportero y expresa:

“Esto ha sido un acicate. Los problemas nunca me han arredrado y ésta no podía ser la excepción. Inclusiva, puedo ratificar mi declaración reciente, de que, en 1973, nuestra empresa dará, durante la Feria de San Marcos, un total de 10 corridas”.

¿Con qué objeto es todo esto?

“Mi actividad de empresario taurino presupone un espíritu de superación, en bien de la fiesta brava. Esta es la tercera temporada en que manejo la plaza local y me cabe la satisfacción de que, en tanto que en el lapso 70 – 71 se dieron 24 festejos (18 novilladas y 6 corridas); en la 71 – 72 fueron presentados 30 festejos (22 novilladas y 8 corridas)”...

“Otro dato revelador de la magnitud de nuestro esfuerzo, es que el coso San Marcos es el que da mayor número de festejos, en el mundo, durante una feria, atrás, apenas, de los de San Isidro (Madrid) y Sevilla, España”.

Debo aclarar aquí, que don Guillermo habla de 30 festejos, pues todavía no se anunciaba ni celebraba la corrida del 5 de mayo a la que aludía al inicio de estas líneas. También, en una entrevista diversa, concedida a Everardo Brand Partida, el empresario deja entrever que quizás, la feria siguiente ya se daría en una plaza nueva:

La charla subía en información, y el entusiasmo de Guillermo se dibujaba en su rostro, al seguir diciendo que, para 1973 tendremos mucha mayor experiencia, y posiblemente contaremos con una plaza mucho mayor, que consecuentemente nos permitirá montar un número más grande de festejos y contratar, como ha sido siempre nuestra mete y obligación para con el público, a los toreros que más gustan en la actualidad, en sí, a las primerísimas figuras del toreo mexicano y algunas españolas…

Como podemos ver en retrospectiva, por una parte, el modelo de feria que implantó don Guillermo González Muñoz ya había cobrado carta de naturalidad y por la otra, el reclamo de la afición y de los públicos por asistir a la plaza, hacía necesaria la edificación de otra plaza de toros, dada la imposibilidad material de ampliar el cupo de la San Marcos.

Algunos números del serial

Ya había dejado dicho por aquí que esta feria de 1972 fue la feria de Alfredo Leal. Dos tardes – noches en realidad – toreó y en ambas se alzó como rotundo triunfador, realizando dos importantes faenas a Lupillo de Las Huertas en la segunda y a Chamaco de Jesús Cabrera en la sexta del serial. Se aseguró por la empresa y por el Príncipe del Toreo que esta era su despedida de los redondeles, pero la forma en la que se entendió con los toros lo llevó a reconsiderar y seguir adelante con su carrera. Regresaría en 1973 y volvería a firmar una tarde importante en las tres en las que se presentó.

Curro Rivera, quien se convirtió, por los desencuentros crematísticos entre la empresa, Joselito Huerta, Manolo Martínez y Eloy Cavazos, en el eje y sostén de esta feria del 72, tuvo un paso agridulce por la San Marcos. Si bien tuvo una faena importante ante Bambuco de Valparaíso, a partir de su actuación en solitario el día 23 de abril, las cosas se deslizaron hacia abajo y terminó entre una auténtica división de pareceres en los tendidos de la plaza. También sería de los que volvería al año siguiente.

Antonio Lomelín cortó una oreja a Abrileño II en la segunda del ciclo y otra en la corrida del día 25 a un toro del ingeniero Mariano Ramírez que le valió ser galardonado con el Escapulario de Oro de San Marcos. También le tendríamos aquí el año de 1973 en nuestra feria. Adrián Romero le cortó dos orejas a un toro de regalo, de Valparaíso en la cuarta de feria y en el mismo festejo Mario Sevilla se llevó otra de Bolero, aunque dejó la impresión de que estuvo por debajo de las posibilidades que el toro ofrecía. Mario Sevilla volvería al año siguiente, Adrián Romero, no.

La última oreja de la feria la cortó Fabián Ruiz a Candilejo de La Punta, el toro más pesado que se ha lidiado en una plaza mexicana en toda la historia del toreo nacional. También, las crónicas consideraron que Candilejo no fue enteramente aprovechado y que se premió más el arrojo y valor del diestro hidrocálido. Escribió Everardo Brand Partida en El Sol del Centro:

Imponente el astado, y cuando Fabián se enfrentó con él, los olés se dejaron escuchar, pero sin ninguna justificación, si acaso el valor del torero al pararse frente al toro. Porque, como lo decíamos anteriormente, el hidrocálido no toreó, fueron mantazos por aquí, otros más allá, unos intentos de torear por chicuelinas... pero nada, y el público todo se lo tomaba a bien, porque se enfrentó al toro más grande… y pese a todo, afloraron muchos pañuelos en los tendidos, por lo que el Juez otorgó la única oreja de la tarde, una oreja que bien podemos señalar que fue cobrada por el impresionismo y el valor del hidrocálido, al enfrentarse al toro más pesado que se ha lidiado en plazas mexicanas.

Agregaría, en cuanto a las corridas se refiere, que Jesús Solórzano realizó una entonada faena a un toro de regalo de Las Huertas la noche del 21 de abril y que el 5 de mayo dio una vuelta al ruedo por su labor ante Enanito de La Punta, así como lo hizo ese día también Joaquín Bernadó por su hacer ante Lagrimoso. Por su parte a Rafael Gil Rafaelillo, las prisas del público le escamotearon una bien ganada oreja a Majareta de Suárez del Real, último de la noche del día 20, pues por salir corriendo a la variedad del Palenque, no se preocuparon por pedirla.

En cuanto a la novillada del primero de mayo, la disputa por el Cristo Negro del Encino se centró entre Arturo Magaña y José Antonio Ramírez El Capitán. Al final de cuentas, este último fue el que la afición eligió con su aplauso – cuestionable sistema – como el ganador del trofeo, que se disputó en una novillada accidentada en la que el propio Magaña, Pepe Luis Sánchez y don Alfonso Pedroza La Gripa ingresaron a la enfermería heridos de alguna consideración por unos complicados novillos de La Punta corridos esa tarde.

Los galardonados

La Casa Pedro Domecq puso en disputa dos trofeos, consistentes en unas estatuillas de bronce realizadas por Raymundo Cobo. Se premiaría al triunfador de la feria y al mejor encierro en ella lidiado. Habrá que apuntar aquí que la premiación se realizó la noche del 25 de abril, fecha en la que aún no había sido siquiera anunciada la corrida del 5 de mayo, razón por la cual, se declaró que el mejor encierro corrido hasta ese momento, fue el de Valparaíso, la tarde del sábado 22 de abril.

En cuanto al triunfador de la feria, ninguna duda cupo de que el trofeo era para Alfredo Leal, que, en teoría, con esa redonda y rotunda actuación ponía punto y final a una trascendente carrera desarrollada en los principales ruedos del mundo.

Nombres que ya no escuchamos

Las notas, columnas y crónicas nos hablan de personajes como Fermín Rivera, Ángel Procuna, Manuel Contreras Zacatecas, Abraham Ortega, Enrique Vargas, Jesús Arroyo, don Alfonso Pedroza La Gripa o don Luis Castro El Soldado, todos asistentes a algunos de los festejos del serial y que todavía pudieron apreciar la transición de la manera de ofrecer toros a una que es la que impera en la actualidad.

Ese año de consolidación de nuestra feria la vendría a convertir en una de las más destacadas, pero también cobraría su cuota, porque muchas fechas tradicionales como el 15 de agosto, el 16 de septiembre, el 20 de noviembre, los días de Navidad o del Año Nuevo, se perdieron como fechas para los toros. Todo o casi todo se concentra en dos o tres semanas que transcurren entre abril y mayo. ¿Es ventajoso que sea así?

Así pues, aquí dejo este resumen, apretado, de lo que representó la Feria de San Marcos en su arista taurina hace 50 años, que representó la consolidación de un modelo que sería de observancia casi obligatoria en todas las plazas de importancia en México.

sábado, 16 de abril de 2022

La Feria de San Marcos hace medio siglo (III)

16 de abril de 1972, primera corrida de feria

Tras del anuncio formal de los carteles que conformarían la Feria de San Marcos del 72, todo quedó dispuesto para que el domingo 16 de abril de ese año se abriera el serial taurino. El cartel, como ya lo había comentado, lo conformaba un encierro de La Punta, para el salmantino de La Fuente de San Esteban, Paco Pallarés quien hacía campaña en México desde el final del año anterior, Jesús Solórzano y Mariano Ramos.

La nota previa aparecida en El Sol del Centro, el día del festejo, reseñaba lo siguiente:

Al mencionar el ganado de este festejo, no podemos dejar de hacer hincapié en las brillantes características de los bureles enviados por Paquito Madrazo. ¡Vaya arrogancia y fina estampa! ¡Vaya trapío y respeto de los siete buenos mozos que están en los corrales, proclamando, con su sola presencia, la calidad de su brava estirpe! … Y si el aficionado encontrará ocasión de admirar la prestancia y gallardía del toro de lidia, los matadores Paco Pallarés, Chucho Solórzano y Mariano Ramos, podrán elaborar una actuación triunfal al enfrentarse y torear a enemigos que, como los de La Punta, reúnen por igual las dos más preciadas características del toro de lidia: bravura y trapío.

Certámenes taurinos

En la misma nota previa se anunció la instauración de un certamen para premiar al triunfador y el mejor encierro lidiado en el serial, patrocinado por la Casa Pedro Domecq:

…un grupo de entusiastas aficionados consideraron oportuno el organizar un certamen taurino en relación con los festejos feriales. Un certamen que, desde luego, tenga la significación y la categoría de nuestros festejos sanmarqueños, cuya brillantez atrae cada año mayor número de visitantes, y mayor número de aficionados… En suma, un concurso taurino de auténtica jerarquía, equiparable a los que se verifican en ferias tan sonadas como las de Jerez, Bilbao, San Isidro, Sevilla, etc. … En estas condiciones, solicitaron el patrocinio de una entidad de indiscutible abolengo taurino: la Casa Pedro Domecq. Y, según era de esperarse, dicha empresa accedió de inmediato a la petición de los aficionados en cuestión y en tal virtud, han quedado establecidos dos estupendos premios… ambos trofeos constituyen dos piezas de singular calidad. Son dos admirables esculturas del gran artista mexicano Raymundo Cobo, cuyo mérito artístico podrán calibrar en breve los aficionados, ya que van a ser exhibidos en céntrico aparador de la ciudad… La adjudicación de estos premios estará a cargo de un jurado integrado por los taurinos y aficionados… y la fiesta de entrega tendrá lugar con todo boato y esplendor por la Casa Pedro Domecq, el miércoles 26 del presente mes, en un salón del Hotel Francia…

Esos premios se sumaron al Escapulario de Oro de San Marcos que la Compañía Vinícola de Aguascalientes otorgaba al triunfador de la corrida del día 25 de abril, en la que seis toreros se disputaban el trofeo.

El festejo y su resultado

El 16 de abril de 1972 tuvo un clima desapacible, frío y lluvioso. Eso ahuyentó a la gente de los tendidos de la plaza restando lucimiento a la inauguración taurina de la Feria del 72. No obstante, hubo momentos de lucimiento de los diestros actuantes que quedaron plasmados en la crónica escrita por Everardo Brand Partida para El Sol del Centro, cubriendo la ausencia que se autoimpuso el cronista titular, don Jesús Gómez Medina, quien ocupaba el palco de la autoridad.

De la actuación que tuvo Paco Pallarés ese día, resalta entre otras cosas lo siguiente:

Correspondió al español lidiar en primer lugar, recibiendo a “Relámpago”, número 77, con una serie de lances a pies juntos rematando limpiamente, con la media… Sentado en el estribo inició la faena muleteril, que prosiguió con la derecha, pero sin mayor ajustamiento, manteniéndose siempre discreto, y sin despertar la emoción fuerte en los tendidos. Acabó con el primero de la tarde de un pinchazo y una estocada ligeramente desprendida. Saludos desde el tercio… Con el corrido en cuarto lugar, “Coleto” de nombre, Pallarés inició también el trasteo al filo de las tablas, pero no pudo sostener el ritmo con que lo inició, y fue a menos acabando por sumir al público en el tedio y el aburrimiento. Dos pinchazos y una entera desprendida, fueron suficientes para finalizar su debut ante el público hidrocálido…

Paco Pallarés terminaría ese año con 15 corridas en su haber aquí en México. No logró esa tarde penetrar en el gusto de la afición de Aguascalientes y sería la única actuación que tuvo en nuestras plazas. Todavía regresaría a México el año siguiente para sumar 6 actuaciones y ya no le volveríamos a ver por aquí.

Por su parte, Jesús Solórzano venía con el signo de ser uno de los grandes triunfadores del serial de 1970, con la gran faena que hizo a Poeta de Torrecilla el día 24 de abril y todavía con la impronta de varias faenas importantes realizadas el año anterior no coronadas con la espada. Era un torero que tenía predicamento entre la afición de Aguascalientes. Así le vio el cronista de El Sol del Centro:

Dio la impresión Solórzano, que con el 5º obtendría un triunfo grande, ya que con su particular estilo, con mucha clase, lo recibió con una serie de verónicas, y el remate con la media, cargando la suerte, alborotó a los tendidos… Aceptó la petición para que cubriera el segundo tercio. Y en qué forma lo hizo. ¡Fueron tres cuarteos, de los que sobresalió el tercero, dejando los palitroques en todo lo alto, muy unidos, tras de una ejecución formidable! Y ya el público veía llegar una de esas faenas solorzanistas, que en otras tardes enloquecieron a las multitudes… Tras de iniciar la faena – previo brindis al público – con excelentes ayudados, corriendo la mano, no acabó de comprender del todo, las condiciones del punteño… La faena vino a menos, y un pase aquí, otro más allá, algunos adornos, lasernistas y ... nada. Dio cuenta de ese 5º de la tarde, con un pinchazo, media desprendida y acierto al tercer intento de descabello. Para colmo de males se “tomó” una vuelta, que algunos solorzanistas aceptaron…

Sin terminar de convencer, al final de cuentas, el hijo del Rey del Temple saldó su primera tarde del serial con una vuelta al ruedo. No es quizás el premio más anhelado por un torero, pero tampoco implica haber hecho el viaje de vacío.

Por su parte, Mariano Ramos debutaba en Aguascalientes como matador de toros. Su actuación fue un atisbo de lo que se podría esperar de él en el futuro, pues se mostró como un torero poderoso y sapiente, convenciendo a la afición de inmediato de sus posibilidades.

A su primer enemigo, Mariano lo recibió con ajustados “parones”, lances a pies juntos, que arrancaron la primera ovación fuerte, ya que el remate, con media verónica rodilla en tierra, al estilo de Lorenzo “El Magnífico”, puso al público de pie… “Atrevido”, llegó visiblemente aplomado al último tercio... Empero, frente a sí tenía un torero todo pundonor y vergüenza, y su faena transcurrió en medio de los pitones, a la mínima distancia, pasándose al burel por la faja… Lamentablemente no pudo colocar el acero en lo alto sino hasta el tercer viaje, y de igual forma, fue en el tercer intento de descabello que acertó, y hubo de concretarse a saludar desde el tercio… Con el que cerró plaza, Mariano Ramos estuvo en plan de torero grande. Esas verónicas – “dignas de un cromo” – y la serie de chicuelinas tras del primer puyazo a “Gaitero”, arrancaron la ovación fuerte… Muleta en diestra, Mariano se dobló torera y artísticamente con su adversario, prosiguiendo el trasteo aseadamente, muy ajustado y llevando bien toreado al socio. Surgieron así series de naturales y derechazos mandones, y brotaron las dianas y las palmas para el muchacho, que pasó apuros, al igual que con su primer enemigo, para despacharlo. Su presentación como matador de toros, si no fue triunfal, puede señalarse como estupenda, ya que innegablemente el público estará ansioso de verlo nuevamente en el Coso San Marcos.

Everardo Brand señala en su crónica que, en ambos toros de su lote, pudo cortar las orejas Mariano Ramos, pero que sus fallos con la espada le impidieron hacerlo. Sería esta la única comparecencia del torero charro en este serial, pero tendríamos oportunidad de seguirle viendo en años venideros, pues se convertiría en uno de los casi insustituibles de los carteles rematados de nuestro serial.

Terminando

La apertura de la feria taurina de hace 50 años no tuvo en su conjunto, la brillantez que pudiera esperarse de un evento de esta naturaleza, sin embargo, de la relación que he traído a recuerdo, podemos apreciar que tuvo pasajes de interés para el aficionado.

La segunda corrida del serial se verificaría el siguiente jueves 20 de abril, a las 9 de la noche: abriría plaza el rejoneador Felipe Zambrano y a pie irían Antonio Lomelín, Raúl Contreras Finito y Rafael Gil Rafaelillo, anunciándose toros de Suárez del Real.

Ya en la fecha, procuraré ocuparme de los sucesos alrededor de esa corrida.

Aviso Parroquial: Durante estos días de feria, apareceré por aquí con un poco más de frecuencia que lo usual y no necesariamente en domingo, sino coincidiendo con las fechas en las que se dieron toros hace 50 años, o cuando se hayan dado acontecimientos que estime que pueden ser reseñados.

Aldeanos