18 de agosto de 1946. Calesero en Burgos
Calesero, Albaicín, Luis Mata, Ángel Luis Bienvenida y Cagancho Burgos, 18 de agosto de 1946 Fotografía: Fede / Diario de Burgos |
La campaña de 1946 fue la primera en la que los toreros mexicanos se presentaban en plazas españolas después de la ruptura de 1936 y de la Guerra Civil Española. Ya he contado en esta misma bitácora los esfuerzos de Antonio Algara para reparar los desacuerdos generados en aquel entonces primero y reafirmados a partir de 1939 después, para poder primero, traer a México a Manolete y después, conseguir que nuestros toreros pudieran ir a actuar a España.
Uno de los toreros que se beneficiaron con esa reanudación de relaciones taurinas fue Alfonso Ramírez Calesero, quien había recibido la alternativa al final de 1939 y gozaba en México de fama de artista. Partió a España al inicio de la campaña de 1946.
El balance numérico al final de la campaña puede parecer pobre, pues el escalafón definitivo de la campaña dice que Calesero toreó solamente 9 corridas de toros, pero si revisamos las plazas en las que lo hizo, fueron Barcelona, Sevilla, Madrid, Zaragoza y Granada en España; Bayona y Burdeos en Francia y Santarem en Portugal. Es decir, únicamente plazas de primera categoría. Además, como en el caso que me ocupa en este momento, toreó varios festivales y entre otros, ubiqué en la prensa de la época, uno en Logroño.
Y es que a veces, la calidad debe primar sobre la cantidad. Y Calesero era un torero de esos, de los que de poco en poco fueron construyendo su leyenda.
El festival de Burgos de 1946
En estos tiempos que corren, en los que la fiesta de los toros es denostada y considerada políticamente incorrecta, vale la pena a veces voltear atrás para ver que desde siempre quienes participan activamente en ella y quienes tenemos afición por ella, nos preocupamos y hacemos obra por causas nobles poniendo los medios de la propia fiesta al servicio de esas causas.
Así, en agosto de 1946, el Monte de Piedad, la Caja de Ahorros y el Círculo Católico de Obreros de Burgos organizaron un festival taurino a beneficio del Asilo de Ancianos de las Hermanitas de los Pobres de esa capital. El festejo se celebraría el día 18 de agosto y en él actuarían inicialmente Joaquín Rodríguez Cagancho, Alfonso Ramírez Calesero, Rafael Albaicín, Ángel Luis Bienvenida y Manolo Escudero en la lidia de novillos de Ignacio Encinas, vecino de Palencia.
El Diario de Burgos fue el encargado de dar difusión a la organización del festival y de invitar a la afición y al público en general a asistir al mismo, dada la obra benéfica que se perseguía con el mismo:
Ya ha sido fijada la fecha definitiva en que ha celebrarse el grandioso festival taurino organizado por los periodistas a beneficio del Asilo de Hermanitas de los Pobres.
Tendrá lugar el domingo día 18 del actual, lidiándose reses del prestigiosísimo y escrupuloso ganadero palentino, D. Ignacio Encinas, tan acreditado en Burgos en cuyo coso con tanto éxito han desfilado corridas suyas.
Ayer, lunes, se desplazó a la propia finca del señor Encinas una representación de los organizadores a fin de elegir en el propio campo, los bichos que han de lidiarse y conseguir, de este modo, la máxima garantía de presentación del ganado como base esencial para el rotundo éxito del festejo... (6 de agosto)
Los novillos a lidiarse llegaron a la plaza el día 14 de agosto al atardecer, el propio Diario de Burgos relató las características de los mismos:
Ya han llegado los bichos. Ayer, a última hora de la tarde, llegaron a los corrales de la plaza, los cinco hermosos erales de la ganadería de Encinas, que se lidiarán en nuestro festival.
Sus pelos y señales son los siguientes: Número 37, negro zaino, “Garrochero”. Número 18, negro meano, “Cucaracho”. Número 4, negro zaino, “Manito”. Número 14, negro zaino, “Veletero”. Número 35, negro zaino, “Civilillo”.
Por la hora en la que hicieron su entrada en la plaza fueron contadas las personas que presenciaron el desencajonamiento, pero a todos gustaron mucho, por su finura y excelente lámina... (15 de agosto)
El día del festejo se anunció, sin expresión de causa, la sustitución de Manolo Escudero por el diestro aragonés Luis Mata, torero que entre nosotros cobró notoriedad por haber sido el que alternó con Fermín Espinosa Armillita en la última corrida que éste toreó en su vida y quien además se quedó con nosotros para siempre. Fue presentado a la afición de esta manera:
...nunca nos resignamos a desaprovechar la posibilidad de mejorar el cartel.
Y, a fe, que, a última hora, hemos conseguido incorporar a éste una muy grata novedad, que los aficionados acogerán con viva satisfacción.
Nada menos que Luis Mata, que alcanzó éxitos de apoteosis en ruedos mejicanos, vino a principios de año a España y en Madrid confirmó la alternativa y desde entonces acá todas sus actuaciones se cuentan por triunfos, tan señalados como los recientes y reiterados en Madrid, Barcelona y Zaragoza, cuyas calles ha paseado en triunfo en hombros de los aficionados.
He aquí la ejecutoria con que hoy se presenta el gran lidiador aragonés ante nosotros; brillantísimos triunfos en todas las plazas y un corazón entregado al servicio de los pobres.
Digno compañero de esos admirables diestros que son Cagancho y Albaicín, Ángel Luis Bienvenida y “El Calesero”, desde el primer momento junto a nosotros...
La celebración del festejo tuvo tintes triunfales. Cagancho, Albaicín y Ángel Luis cortaron oreja, dieron la vuelta al ruedo y recibieron, como se acostumbra en esos casos, un obsequio de la presidencia de honor. La actuación de mi paisano Calesero, fue de la siguiente guisa:
SEGUNDO. – Calesero y Bienvenida torean a la verónica oyendo palmas.
El mejicano ofrece los palos a Ángel Luis y a Mata y los tres diestros entreteniendo al público jugueteando con el bicho entre constantes aplausos.
Clavan los rehiletes admirablemente y las ovaciones se suceden.
El Calesero comienza la faena de muleta con pases por alto, erguida la figura, siguieron otros de diferentes marcas para buscar la igualada, ya que el bichejo no se presta a adornos y termina con una estocada y descabello. (Ovación, oreja, vuelta al anillo y regalo)…
Pero ocurrieron cosas interesantes en el festejo. Por ejemplo, Cagancho cogió los palos en el que cerró plaza y en el que Luis Mata se alzó como el gran triunfador del festejo:
QUINTO. – Mata le saluda con unos capotazos superiores, valientes y llenos de arte.
Albaicín y Calesero son ovacionados, como Mata, en sus intervenciones con la capichuela.
Cagancho coge los palos y cambia un gran par; Calesero clava un palo; el aragonés un par y cierra el mejicano con otro levantando los brazos y llegando a la cara como los mejores (Grandes ovaciones).
Mata, de rodillas, sale en busca de su enemigo y después de pasarle por alto da varios molinetes en la misma posición, metido entre los cuernos y entre abundantes palmas. Sigue en pie con manoletinas, pases afarolados, molinetes y derechazos. Un pinchazo hondo en lo alto y descabello. (Ovación, dos orejas, rabo, regalo de la presidenta, vuelta al ruedo y además es despedido con palmas que no cesan hasta que abandona la plaza)...
Independientemente de lo anterior, para dar variedad al festival, todos los diestros alternaron en quites, los que lo acostumbraban también lo hicieron en banderillas y fuera del reparto de apéndices – retazos de toro Manolo Martínez dixit – tuvieron una jornada triunfal en la que hicieron las delicias del público que llenó la antigua plaza de toros de Burgos.
Así pues, esa es la historia de una fotografía que por sí sola encierra mucho arte.
Agradezco a Joaquín Albaicín haberme puesto tras la pista de este interesante asunto.