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domingo, 29 de septiembre de 2024

30 de septiembre de 1928: Inauguración de la Plaza de Toros de Granada


La plaza de toros de Granada, actualmente conocida como la Monumental de Frascuelo, no fue un proyecto gestado tras un proceso extenso de discusión, sino que resultó tras de un cuestionado concurso de adjudicación de la Plaza de Toros del Triunfo. Se anunciaba en el diario El Defensor de Granada del 10 de febrero de 1927:

Esta Sociedad abre concurso para el arriendo de la Plaza de Toros, a partir del 1º de Enero de 1928, con sujeción a las condiciones que están de manifiesto en las oficinas cíe esta Sociedad, sita en el mismo edificio de la plaza, los días laborables, de once a trece, desde el día 31 del corriente, hasta el día 3 de Marzo próximo. – Granada a 28 de Enero de 1927. – El presidente del Consejo de Administración, Miguel López Sáez.

Pronto se hizo público que el matador de toros retirado José Moreno Lagartijillo Chico optaba por ser considerado para dirigir esa plaza y la afición granadina tenía gusto por esa opción, puesto que el diestro era reconocido como un taurino responsable. Así, el citado diario El Defensor de Granada del 4 de marzo siguiente daba a conocer:

En la tarde de ayer tuvo lugar el concurso para el próximo arriendo de nuestra Plaza de toros, y por el resultado de los tres pliegos leídos, ha sido adjudicado el mismo al inteligente aficionado y ex matador de toros José Moreno «Lagartijillo Chico»… Gran entusiasmo ha causada entre la afición granadina el resultado de este concurso, ya que a partir del año próximo tendremos al frente de la Plaza un buen aficionado y conocedor de estos menesteres, el que, como en su etapa anterior, sabrá complacer al público… Reciba también nuestra enhorabuena el Consejo de Administración de la Sociedad propietaria de la Plaza de Toros por el acierto al convocar dicho concurso y la comparecencia en él de tan popular como inteligente aficionado…

Todo hacía suponer que José Moreno se haría cargo, al menos por los siguientes dos años, del granadino coso del Triunfo. Pero siempre hay imponderables en ese tipo de concursos. El domingo 13 de marzo de ese 1927 se ofreció un banquete a Lagartijillo Chico. La crónica del mismo en El Defensor de Granada del día 15 siguiente, entre otras cosas, dice:

Conforme anunciamos, el domingo último, a los dos de la tarde, tuvo lugar en el hotel Inglaterra el banquete que sus amigos íntimos ofrecían al que fue valiente torero granadino José «Lagartijillo», hoy don José Moreno Sánchez, prestigioso comerciante, y ex empresario taurino… don José Gómez Jiménez ofreció el banquete, diciendo que en actos de afecto como éste debe enmudecer la palabra y dejar que hable el corazón. Después de un canto a la amistad, expresó a qué causa se debía este homenaje: expresión de simpatía hacia la persona que ha sufrido un acto injusto, y que está en la conciencia de todos; acto realizado con José Moreno, al no concederle el arrendamiento de la plaza de toros… Historia de lo ocurrido en este asunto: las proposiciones presentadas, y el resultado de la adjudicación, hecha por un voto de diferencia, a una proposición no presentada descubiertamente, como era la de José Moreno… Dice que quizá lo ocurrido haya convenido a los intereses de Granada, porque el resultado de la adjudicación ha sugerido a muchos elementos la idea de constituir una sociedad para la construcción de una nueva plaza con suficiente cabida para que en ella puedan darse notables espectáculos a precios reducidos. Esta idea va ya en camino de pronta realidad… El resultado del concurso ha hecho surgir la idea de construir una nueva plaza; las cosas van por buen camino, y ya se ha recibido contestación favorable de la dueña de unos apropiados terrenos (la que reside en Madrid)… «Construyendo una plaza de capacidad para 15,000 espectadores, y dando buenos y baratos espectáculos, los aficionados quedarán satisfechos y Granada también» – concluye diciendo el agasajado –, que como los anteriores oradores, es muy aplaudido…

Como se puede leer, ya adjudicada la plaza a Lagartijillo Chico, se valoró una propuesta que, presentada en sobre cerrado, no fue considerada en su día, revocándose el resultado inicial de la licitación y concesionándola a un grupo encabezado por Rogelio López Cravioto, sin mediar explicación alguna, según se desprende de la información periodística. El resultado de la retractación inicial de la adjudicación y la reasignación de ésta, fue la decisión de edificar en Granada una nueva plaza de toros.

En consecuencia, el 14 de mayo de 1927, se constituyó la Sociedad Nueva Plaza de Toros, cuyo consejo de administración estaba presidido por los señores Rafael Díaz y Rogés, marqués de Dílar, Celestino Echevarría, Valeriano Torres, Manuel López López, Emilio Dávila Ponce de León y Pérez, conde de Guadiana, José Cassinello, Juan Luis Trescastro de Medina, José Bernedo Arévalo, Francisco Sánchez Urrutia y por supuesto, José Moreno Lagartijillo Chico. Posteriormente, para completar los costos de la obra, se invitó a participar en el capital a aficionados y empresarios de Granada, encontrándose en las actas de la sociedad que participó el señor Federico García Rodríguez, padre del poeta Federico García Lorca.

El proyecto se encargó al arquitecto local Ángel Casas Vílchez, quien partió de un trabajo que había presentado en 1912, tiempo en el que Gallito impulsaba la edificación de plazas monumentales para hacer más accesible la fiesta de los toros, adjudicándose la obra al maestro de obras José Jiménez Huertas El Pajarero, quien a finales de julio de ese 1927, se compromete a tener terminado el coso en un año.

La inauguración de la plaza

A finales de marzo de 1928 la sociedad constructora de la plaza ofreció un desayuno en la meseta de toriles de la plaza a la prensa local, para que pudieran apreciar el notable avance de la obra y en el mismo, se anunció que sería inaugurada con una corrida de toros el domingo 30 de septiembre de ese año.

El cartel de ese primer festejo se formaría con Manuel Jiménez Chicuelo, Joaquín Rodríguez Cagancho y Félix Rodríguez, quienes se enfrentarían a un encierro de la Viuda de Concha y Sierra. Los toros fueron desencajonados públicamente el día 26 de septiembre, según se relata en El Defensor de Granada:

Ayer tarde y como se tenía anunciado, se verificó el desencajonado de los toros que han de lidiar las cuadrillas de los afamados matadores Chicuelo, Félix Rodríguez y Cagancho el próximo domingo con motivo de la inauguración del nuevo circo taurino… La presentación de los seis ejemplares que ha enviado la señora de Concha y Sierra todos los espectadores la encomiaban, pues realmente hacía tiempo que no se lidiaba en Granada corrida con más tipo de toros hechos, lustrosos de pelo, gordos y con abundancia de pitones…

También, la sociedad constructora ofreció obsequiar a los pobres cuatro mil kilos de pan la víspera del festejo y por su parte el compositor granadino Francisco Alonso, autor de famosas obras como el pasacalle Los nardos o el chotis El Pichi, ofreció la composición de un pasodoble alusivo a la apertura del nuevo coso, e incluso dirigir a la banda municipal en tan señalada oportunidad. En la misma nota antes citada, se refiere a este propósito lo siguiente:

Se ha recibido el paso doble que nuestro paisano Paco Alonso ha compuesto y que se estrenará el día de la inauguración, que lleva por lema «Nueva Plaza de Toros» y que inmediatamente se ha puesto a ensayarlo la banda municipal…

El día 28 de septiembre se anunció a la afición que el cartel inaugural sufría un cambio en su composición, pues el santanderino Félix Rodríguez no estaría en condiciones de cumplir el compromiso adquirido por cuestiones de salud y su lugar sería ocupado por Fermín Espinosa Armillita Chico:

El elegante y gran artista del toreo Fermín Espinosa «Armillita Chico», que tan excelente cartel conquistó en la pasada feria, tomará parte en la corrida del domingo sustituyendo a Félix Rodríguez, el cual se encuentra enfermo con alta fiebre… El público tenía grandes deseos de volver a ver torear a «Armillita Chico» y, por tanto, la sustitución no ha podido ser más en armonía con el deseo de los aficionados… El torero mejicano con esta corrida es la última que torea en España, embarcando seguidamente para Méjico, donde ha sido contratado para diez corridas…

Félix Rodríguez había firmado 114 corridas para ese año de 1928 y apenas pudo torear 24 de ellas, debido a su ruinoso estado de salud.

Es importante destacar que la empresa de la Plaza de El Triunfo también programó una corrida para ese domingo 30 de septiembre, con toros de Trespalacios para Antonio Márquez, Manuel del Pozo Rayito y Gitanillo de Triana. Al final el llamado Belmonte Rubio sería sustituido por Mariano Rodríguez Exquisito.

En la tarde del 29 de septiembre fue bendecida la plaza de toros y en acto previo, por la mañana, allí mismo también se entregaron las cuatro toneladas de pan a los pobres:

En la tarde de ayer tuvo lugar la bendición de la plaza de toros de la calle de Olóriz, por el señor cura párroco de la iglesia de San Ildefonso, concurriendo a tan hermoso acto numerosa y distinguida concurrencia… También se verificó, como ya teníamos anunciado, el reparto de pan a los pobres, ayer por la mañana, oyéndose constantes muestras de alabanza por acto tan humanitario como el realizado por la propiedad de dicho edificio, aliviando así las necesidades de la gente pobre…

En la misma víspera del festejo, el compositor Francisco Alonso avisó que no le sería posible asistir a la corrida como era su deseo, por una cuestión familiar:

El presidente de la Sociedad Nueva Plaza de Toros ha recibido una carta de nuestro paisano Paco Alonso, comunicándole que con motivo de la enfermedad que padece su señora esposa, no puede tener el gusto de dirigir la banda municipal que ha de estrenar en la corrida de esta tarde el pasodoble de que es autor; en su lugar lo hará el director de dicha banda, el señor Montero…

La corrida inaugural

Quien firmó como El Bachiller Cantaclaro para El Defensor de Granada, comienza su relación de la siguiente guisa:

La tarde comentó con mal cariz, amenazó lluvia. Pero al mediodía abrió el tiempo, y a la hora de los festejos lucía el sol en el firmamento… La edificación de la nueva plaza, hecha en un año, es otro sorprendente caso de voluntad insospechada, No vamos ahora a volver a detallarla, sólo diré que el edificio es magnífico y de una capital de primer orden… Media hora antes de comenzar el festejo, la banda municipal, dirigida por el maestro Montero, se sitúa en el anillo e interpreta el nuevo pasodoble dedicado a esta plaza y original del paisano Paco Alonso… Se trata de una preciosa composición, en la que brilla, una vez más, la musa alegre del maestro granadino… El público la ovacionó y hubo de ser repetido el pasodoble… Presenta la Plaza grandioso aspecto. En palcos y delanteras, la mujer granadina luciendo las más clásicas galas… Asesora el gran ex torero Rafael Guerra «Guerrita», que es ovacionado cariñosamente al aparecer en el palco, así como las bellas presidentas… Despeja muy bien el caballista Paco Rodríguez y surgen después los aguaciles y las cuadrillas a cuyo frente figuran «Chicuelo», «Cagancho» y «Armillita chico», que vienen vestidos, respectivamente, de azul, verde y rojo, con golpes de oro…

El primer toro de la corrida se llamó Tumbaguito, número 32, negro, entrepelado, bragado y no sucedió nada extraordinario en su lidia, más que nada, porque según cuenta el citado Bachiller Cantaclaro, el toro se rajó después de los primeros compases de la lidia. No obstante, por haber sido el primero en pisar la arena del nuevo coso, la empresa pidió se conservara su cabeza, para que la preservara el taxidermista.

El único apéndice de la tarde se lo llevó Chicuelo tras de lidiar al cuarto de la tarde. Escribe el Bachiller Cantaclaro:

«Agujito», núm. 73, sardo y más pequeñito. Este bicho fue el primero que fue desencajonado... «Chicuelo» veroniquea y se adorna... Cuatro varas, sin recargar el bicho, constituyen el primer tercio... Los matadores actúan quitando, vamos al decir (pues el bicho no lo necesita), y «Cagancho» es empujado por acercarse. ¿Sí llevará «razón» el hombre al no hacerlo? … «Chicuelo» hace una faena con salsa. Solito en ella, se adorna, suavísimo, en un ayudado bueno, y sigue por alto, con tranquilidad, y jugando con el mosquito... Se pasa la muleta por la espalda... Obliga al bicho para un natural con la zurda, sin resultado. Más adornos, un ayudado alto, tres por bajo y un afarolado. Quiere citar varias veces, y el bicho no fija... Lo cambia de terreno, y ataca para un pinchazo, que salta, sin que «Agujito» haga por él. (El diestro ha entrado con su poquito de balanceo, y así repite con otro pinchazo igual, después de tres pases). Dos pases más, y media arriba que tira. (Ovación, vuelta al ruedo y saludo). Con benevolencia, se le concede la oreja...

Armillita enfrentó a Bordador, número 29 y Ermitaño, número 50, resultando ovacionado en ambos, pudiendo haber cortado apéndices, pero por el mal manejo de la espada, los perdió; y por su parte, Cagancho, pues, en lo suyo, se llevó un par de broncas.

La plaza nueva casi se llenó, salvo algunos claros en las andanadas de sombra, que mostraron algunos claros. Las crónicas reflejan que la Plaza de El Triunfo sí se llenó. Los tiempos eran otros, dos corridas de toros el mismo día y en la misma ciudad, con las dos plazas repletas, cosas que ya no hemos de volver a ver.

domingo, 30 de junio de 2024

2 de julio de 1939: La presentación de Silverio Pérez en Lisboa

Silverio Pérez visto por
Carlos Ruano Llopis
Después de que en 1936 se terminaran las relaciones taurinas entre España y México, los toreros mexicanos no dejaron de actuar en Europa, pues las plazas de Portugal y de Francia siguieron reclamando su presencia para mejorar los carteles que ofrecían a sus respectivas aficiones. Toreros como Lorenzo Garza, Paco Gorráez, Ricardo Torres, Jesús Guerra Guerrita, Luis Castro El Soldado o Fermín Espinosa Armillita eran frecuentes actuantes en las plazas de Arles, Lunel, Bayona, Nimes, Toulouse, Lisboa, Povoa do Varzim, Vila Franca de Xira, Évora y otras de aquellas tierras en las que la tauromaquia tiene presencia. 

Esas actuaciones se producían generalmente en el verano, época en la que la actividad taurina decrece en México, principalmente por coincidir con la temporada de lluvias, tiempo de aguas decimos aquí. Por eso es que el ciclo taurino por excelencia comienza aquí a finales de octubre o inicios de noviembre y termina el mes de mayo del año siguiente. Sí, nuestras temporadas son una especie de “ejercicios montados” porque inician en un calendario y terminan en otro, pero el hecho de que donde más se concentra la actividad esté al Sur del Trópico de Cáncer, genera esas complicaciones climáticas.

Por esa razón en el año del 39 del pasado siglo, toreros como Fermín Espinosa Armillita, Luis Castro El Soldado, José González Carnicerito de México y Silverio Pérez, junto con los novilleros Manolo y Carlos Arruza se dirigieron a Portugal tras de que terminara aquí en México la temporada taurina. Francia estaba fuera de toda cuestión, puesto que con los conflictos de orden político – militar que empezaba a tener con la Alemania de Hitler, prolegómenos de la II Guerra Mundial, la actividad taurina estaba suspendida y no se reanudaría sino hasta después de terminada esa confrontación bélica.

Silverio Pérez en Europa

Antes de la actuación que este día me ocupa, El Faraón de Texcoco ya se había presentado en los ruedos de Europa. En 1935 aprovechó el verano para hacer campaña en España como novillero y he podido localizarle, aparte de su histórica presentación en la plaza de Tetuán de las Victorias, otras como la reaparición en ese mismo ruedo, y su debut en las plazas de Valencia, Barcelona, Salamanca y por supuesto, su presentación en la plaza de Las Ventas el 26 de septiembre de ese año, fecha en la que cerró su campaña por aquellas tierras. 

Así que los ruedos del otro lado del Atlántico no le eran precisamente extraños a Silverio, quien volvería a ellos en el año de 1945, ya como matador de toros a hacer una breve pero exitosa campaña en plazas como Barcelona o Burgos dejando la impronta de su calidad torera y humana en todos los sitios en los que actuó.

La corrida del 2 de julio de 1939 en Lisboa

Su presentación ante el público lusitano se dio en una corrida dentro de lo que en la época se llamó la temporada de julio en la capital portuguesa. Se anunció a los toreros a caballo Joao Branco Nuncio y José Casimiro y a los toreros a pie Fermín Espinosa Armillita Chico y Silverio Pérez para enfrentar ocho toros de la ganadería de Joaquim de Oliveira Fernandes. Inicialmente se señaló que la corrida sería con picadores, según se desprende de la siguiente información aparecida en el Diario de Lisboa fechado el 28 de junio de 1939:

El domingo por la noche, en Campo Pequeno, adornado Portugal, por el asombroso «diestro» mexicano «Armillita Chico» … «Armillita Chico» es el más completo de los toreros actuales y figura del toreo mexicano y como informamos, salió expresamente rumbo a Europa contratado por la Empresa de Campo Pequeno para torear dos corridas, despidiéndose de nuestro público, la noche del domingo, en la corrida en la que alternará con otro gran torero también mexicano: Silverio Pérez… Esa noche se lidiarán toros de la inmensa ganadería que tanto éxito consiguió en el primer festejo de esta temporada, perteneciente a don Joaquim de Oliveira Fernandes, de Évora. La bravura, nobleza, y presentación de los toros del Sr Oliveira Fernandes ha dejado un gran palmarés y se espera con gran interés la lidia de un nuevo encierro de la misma ganadería… «Armillita Chico» y Silverio Pérez actuarán con «picadores», en la lidia de cuatro toros y el resto serán toreados por los notables caballeros Joao Nuncio y José Casimiro…

Me llamó la atención que se anunciara que Armillita y Silverio actuarían con picadores, caso poco frecuente en los ruedos portugueses, pero veremos pronto que las cosas se produjeron de manera diferente.

El encierro de Joaquim de Oliveira

La corrida de Joaquim de Oliveira Fernandes estaba destinada a llamar la atención. Así, el Diario de Lisboa del último día de junio anunciaba que esa noche, se llevaría a cabo de manera pública y con entrada gratuita, el desencajonamiento de los toros en el ruedo de Campo Pequeno:

Hoy, a las 22:30 horas, en la arena de Campo Pequeno, serán desencajonados a la vista del público, que tendrá entrada libre, los toros de la acreditada ganadería del señor Joaquim Oliveira Fernandes que, pasado mañana por la noche, serán lidiados por los toreros mexicanos «ARMILLITA CHICO» y SILVERIO PÉREZ y por los notables caballeros JOAO NUNCIO y JOSÉ CASIMIRO… Las taquillas abrirán el día de hoy. Los señores abonados deberán retirar sus entradas antes de las 21:00 horas…

La descripción de los sucesos del desencajonamiento de los ocho toros verificado la víspera en el ruedo de Campo Pequeno, entre otras cosas cuenta lo siguiente:

La empresa de Campo Pequeno abrió ayer sus puertas para que el público viese el desencajonamiento de los toros. El público llenó la plaza y salió entusiasmado con la fina presentación de los ocho toros que «ARMILLITA CHICO», SILVERIO PEREZ, JOAO BRANCO NUNCIO y JOSE CASIMIRO lidiarán mañana en la gran corrida nocturna, dedicada a los «equipos» que, en la tarde, disputarán el encuentro Lisboa – Sevilla… Toros bien criados, finos y bien armados, dando, por la manera en la que salieron de los cajones, los mejores indicios de casta y de bravura… La corrida dará inicio a las 22:15 horas para dar tiempo a que los entusiastas del «football» puedan asistir…

El festejo y su resultado

La crónica de la corrida aparecida al día siguiente del festejo, firmada por F, es brevísima, más concentrada en la actuación de los cavaleiros que en la de los toreros a pie, según podremos leer enseguida:

Con buena entrada se realizó ayer por la noche en Campo Pequeno una corrida para la cual, el Sr. Joaquim de Oliveira Fernandes envió ocho toros grandes y con nervio. Tan grandes y con tanto nervio que la lidia de los cuatro en puntas que salieron para los espadas, fue muy perjudicada por la falta de picadores… Fuera de algunos «encontronazos» de los toros, extraordinariamente veloces con los caballos, los caballeros triunfaron. Joao Nuncio, después de haber resuelto con brillantez las dificultades que le presentó el primero, tiró, como él lo sabe, de todo su arte en su segundo cuyas «ganas de pelea» hubieran permitido algunos pases de muleta. José Casimiro toreó con alegría y rapidez, siendo también justamente aplaudido… Los mexicanos «Armillita Chico» y Silverio Pérez no pudieron sacar gran partido de los toros, por no tener con ellos a sus «cuadrillas» … El segundo, lleno de ganas de triunfar, y sin esa apatía y desinterés que dan los coches caros y el dinero en los bancos, buscó hacerse de cartel, demostrando ya sea con la capa o con la muleta, que es un torero fino y valiente. En cuanto a «Armillita Chico», estuvo hecho un gran banderillero... Y, ya que hablamos de fiesta: ¿Leyeron lo que declaró Marcial Lalanda, como titular del Sindicato de Toreros? Dijo que «las corridas de toros ya no son un espectáculo cruel porque, entre otras medidas, ahora se inyecta morfina a los caballos». Ahora, como muchos toreros ya consumen «estupefacientes», sólo queda inyectar a los toros para que el espectáculo se vuelva completamente «estúpido». No hablamos del público…

De las breves líneas dedicadas a su actuación, se observa que la actuación de Silverio Pérez causó buena impresión en la crítica y en la afición de la capital de Portugal, lo que le valió volver pronto a la plaza de Campo Pequeno el 27 de julio siguiente, para actuar en un festival a beneficio de los empleados del comercio de Lisboa, en un cartel formado con los rejoneadores Joao Branco Nuncio, José Casimiro, Fernando Salgueiro y Vasco Jardim, y los espadas Armillita Chico y el novillero Carlos Arruza, con novillos de Claudio Moura, antes Viuda de Soler.

Escribió Guillermo H. Cantú:

La etapa taurina de Silverio en Portugal no ha sido suficientemente valorada, como si por el hecho de no matar a los fuertes y grandes toros lusitanos, lo que los toreros realizan con ellos careciera de mérito… Las poblaciones de Lisboa, Oporto, Nazareth, Villa Franca de Xira y otras más, atestiguaron los avances y evolución del texcocano, en una serie de triunfos consecutivos que pocos mexicanos han obtenido en aquellas tierras…

El hecho de que los toros no mueran a estoque en los ruedos portugueses luego nos induce a pensar que lo que se hace ante ellos tiene menos mérito que cuando se hace ante los toros que mueren en el ruedo. Sin embargo, también tendemos a soslayar que en los festejos a la portuguesa no hay picadores, que el toro llega casi entero al tercio final, y poder con ellos, tiene un mérito indiscutible.

Es por ello que lo realizado por los toreros a pie que allá se presentan y en particular en la tarde relatada por Silverio Pérez tiene una gran importancia. Es por eso que recuerdo este día su presentación en la plaza de Campo Pequeno.

domingo, 2 de junio de 2024

3 de junio de 1984: Valente Arellano recibe la alternativa en Monterrey

Era el verano de 1975, fui invitado a una tienta en Chichimeco por Miguel Espinosa Armillita, quien había sido mi compañero en la escuela desde la primaria y quien se preparaba para presentarse en las plazas como novillero en el siguiente calendario. Era también época de vendimia, pues en esa época todavía en Aguascalientes se cultivaban vides con fines de vinificación y las tierras de su familia no eran excepción. Allí sus hermanos Manolo y Fermín, matadores de toros ambos y el Maestro Armillita dirigían las labores de selección de hembras, lo que presenciaba yo desde la gradería de la placita de tientas.

Me llamó la atención sobremanera que un chiquillo de alrededor de una docena de años, al que todos llamaban Valente, salía a tomar las tres de casi todas las becerras que eran tentadas y que con bastante gracia y, sobre todo, con conocimiento, les pegaba algunas series de muletazos. Pero, además, escuchaba las instrucciones que tanto el Maestro Fermín desde las alturas o sus hijos desde los burladeros le daban y las llevaba a la práctica.

Terminadas las faenas de tienta, al pasar a la mesa para comer, Miguel me contó que el chiquillo era hijo del enólogo que veía las cosas de la producción de mostos y vinos para su padre y para Manolo su hermano, que venía de Torreón, quien además era aficionado práctico, recordándome que había toreado en los festivales que se dieron en Aguascalientes a finales de 1972, en una convención internacional que se dio en la plaza San Marcos.

Tiempo después supe que el nombre completo de padre e hijo era Valente Arellano. Y años después, México entero conocería ese nombre, porque sería un torero que vendría a revolucionar un ambiente y sistema taurinos que estaban adormilados, en la espera de un diestro que vinera a llamar a las plazas a la afición de siempre y a crear nuevos interesados en conocer y seguir lo que esta fiesta es y representa.

El ser y el estar del torero

Valente Arellano no se preocupó solamente por aprender a esquivar artísticamente las embestidas de los toros. También, cuentan sus biógrafos, tuvo la preocupación de conocer la historia de la fiesta, la de los hombres que la han ido construyendo y, a entender que más que saber torear, hay que saber ser torero:

Del Maestro Fermín, más que aprender a torear, aprendí a ser torero, a sentir como torero, a vivir como torero, a entender por qué un torero es una persona distinta a los demás, un ser diferente... Ver al Maestro Fermín vivir para la fiesta, hablar con la devoción con que él lo hacía sobre los toros, tener tanta afición como él, aún después de retirado no perderse corrida... Ese andar como torero, vestirse como torero, oírlo platicar sobre la entrega que uno debe tener para con el toro... Por eso digo que el Maestro Armillita, más que enseñarme a torear, me enseñó a ser torero... (Valente Arellano. Una promesa. – Valente Arellano Flores. – Págs. 55 – 57)

La cercanía con el Maestro Armillita le permitió comprender desde una edad temprana que el hecho de ser torero no consiste solamente en salir al ruedo y trastear al toro, sino que implica entregarse al toro y a los públicos que van a ver actuar al torero. Por esa razón, entendería el joven diestro, el torero no puede ser monótono, debe ser variado, de manera tal que pueda ofrecer esa torería a la afición:

... he hecho estos quites: “El Ojalá”, “La Valentina”, “La Gaonera”, “La Saltillera”, “La Tafallera”. He toreado por “Tijerillas”, “A lo Chatre”, por “Fregolinas” y por “Vizcaínas”. De los quites de Pepe Ortiz he hecho “El Quite de Oro”, “El Quite por las Afueras”, “Tapatías”, “Orticinas” y “Guadalupanas”, también he quitado con “La Mariposa”, “La Crinolina”, “La Caleserina”, también con “Chicuelinas”, “Chicuelinas Antiguas”, “Chicuelinas Andantes” y todas las combinaciones que me han salido con ellas... (Valente Arellano Flores, op. cit. – Pág. 13)

Con ese bagaje y con alrededor de ciento y medio de novilladas toreadas, llegaría el chiquillo que había visto yo pegándole muletazos a las becerras en Chichimeco algo menos de una década antes, a recibir la alternativa de matador de toros.

La tarde de su alternativa

La corrida de su doctorado se anunció para el domingo 3 de junio de 1984 en la plaza de toros Monumental Monterrey. Se lidiarían seis toros de San Miguel de Mimiahuápam para Eloy Cavazos, Miguel Espinosa Armillita Chico y Valente Arellano.

Antonio Córdova, cronista del diario regiomontano El Porvenir, narró de esta manera la faena de la alternativa de Valente:

Brillantemente tomó ayer la alternativa en esta ciudad Valente Arellano, con el toro “Solitario” Nº 177 de 476 kilos que le cedió Eloy Cavazos, su padrino de alternativa. Con el coso monumental lleno en su totalidad, donde no cabía un alma, Valente recibe al toro de su doctorado con lances a la verónica cargando la suerte para después hacer una faena extraordinaria con la que ingresó al escalafón de matadores de toros con toda la grandeza y la expectación que ha rodeado su carrera... Una faena que brindó a sus padres Sonia y Valente, iniciada toreramente de rodillas para luego situar en el centro de la plaza, un pase de trinchera y una serie de derechazos extraordinarios que remató con el forzado de pecho. Vino luego una tanda de naturales llevando muy bien embebido al toro en los vuelos del engaño para volver luego al toreo derechista y rematar rodilla en tierra, en tanto la banda de música entonaba “De Torreón a Lerdo” ... Valente, entregado al público, toreó vertical a pies juntos poniéndose muy cerca de los pitones, jugándose la vida en verdad. Hizo un desplante ante el clamor del público, se llevó el toro a la zona de toriles, para pinchar en el primer intento con el alfanje y dejar luego media estocada que hizo doblar al toro, entregándosele una oreja que el torero de La Laguna lució en una vuelta al ruedo llorando de emoción...

Así iniciaba lo que sería una muy breve andadura por el escalafón mayor pues después de esta tarde actuó el 10 de junio en Texcoco; el 18, en San Juan del Río; el 24 en Celaya; el primero de julio en Ciudad Juárez; el 8, en Tijuana; el 15, en San Buenaventura; el 22 nuevamente en Tijuana y el 29 de julio se vestiría de luces por última vez en Matamoros, porque el 5 de agosto siguiente, su vida terminaría abruptamente.

Lo que pudo haber sido

El techo de Valente Arellano daba la impresión de ser altísimo. Su juventud y su voluntad de superar cualquier obstáculo que se le pusiera delante, daban la impresión de que el camino que pudo haber recorrido era muy extenso y la altura que podría haber alcanzado también era complicada de estimar. Esto reflexiona su padre:

Para andar por el mundo hay que caminar con los ojos puestos en algo, con un objetivo en la mira. Con el deseo de alcanzar algo. En ese permanente querer, en ese desear algo, en luchar por alcanzarlo está la clave de una vida con éxito. Cuando se descansa porque ya se alcanzó lo deseado, el hombre empieza a morir un poco... Torear en un festival... Matar un becerro... Ir a una tienta... Ser figura del toreo... Ser el mejor de aquí... Torear en Sudamérica, ser el mejor de allá... Debutar en Sevilla... Confirmar en Madrid... Ser el número uno allá también... En la vida de todo aquel que ha soñado con ser torero, en la vida de los que han sido toreros, en la vida de los que han sido figuras, en la vida de todos ellos, esta serie de metas, como finales de etapa en la azarosa carrera que es la vida del torero han sido siempre objetivos a alcanzar, sueños irrealizables para algunos, conquistas logradas para unos pocos, cumbres no escaladas, deseos irrefrenables... ¿Cuántas metas se quedaron esperándote Valente? ¿Hasta dónde hubieras llegado? (Valente Arellano Flores. Op. cit., Págs. 155 - 156)

El par de preguntas que deja al final son de esas que no tienen respuesta. El único que hubiera podido responderlas era el propio Valente, pero ya no está en posibilidad de hacerlo. Lo que nos deja, es la impronta de que con el deseo de hacer las cosas y con la voluntad de apartarse en buena medida de los convencionalismos y límites que a veces nos presenta el sistema que nos rodea, es posible destacar, salir adelante y poner las cosas en un nuevo ritmo de funcionamiento.

Lo importante es tener la voluntad de aceptar las incomodidades que representa al inicio, el enfrentar a lo establecido, la personalidad necesaria para atraer la atención de la afición y el valor y el oficio para imponerse a las condiciones de los toros. Esos activos se reúnen en una sola persona muy de cuando en cuando, y en esos casos hablamos de toreros de época.

Valente Arellano estaba llamado a ser uno de esos toreros de época. Por eso le recuerdo en este cuadragésimo aniversario de su alternativa.

domingo, 7 de abril de 2024

7 de abril de 1929: Armillita se presenta en la plaza de Campo Pequeno de Lisboa

Plaza de Toros Campo Pequeno

Sin lugar a dudas, Lisboa es una de las capitales del llamado planeta de los toros. Si bien lo que impera allí es el toreo a caballo, el ruedo de su plaza de Campo Pequeno es uno de los que cualquier figura del toreo debe pisar al menos una vez en su carrera, para completar el circuito de haber actuado en todas las principales ciudades de la fiesta.

Para el maestro Fermín Espinosa, en 1929 todavía Armillita Chico – su hermano Juan aún oficiaba como matador de toros – no existía excepción sobre ese particular, así que en ese calendario, en el que toreó, de acuerdo con el anuario Toros y Toreros de Tomás Orts Ramos Uno al Sesgo 24 festejos, lo arrancó el día 7 de abril precisamente en la plaza lisboeta, alternando a pie con el madrileño Eladio Amorós y participando en el festejo también los caballeros en plaza Ricardo Teixeira y Antonio Luis Lopes, así como un grupo de forçados encabezado por Manuel Burrico. Los toros serían para todos, de la ganadería de Álvaro Ferreira.

La difusión previa del festejo

El festejo fue ampliamente pregonado a través del Diario de Lisboa, en el que si bien, no se publicó cartelillo anunciador alguno, del lunes 1º al sábado 6 de abril, al menos una gacetilla vio la luz dando a conocer pormenores de la corrida a celebrarse. El citado periódico no salía los domingos y teniendo en cuenta que la temporada se inauguró el día 31 de marzo anterior, a los organizadores les interesaba invitar a la afición de la capital portuguesa a comparecer a los tendidos de su gran plaza, para de esa manera seguir ofreciendo carteles interesantes durante el desarrollo del ciclo tradicional.

La información aparecida el 3 de abril anterior al festejo, ofrece una amplia información acerca de todos los participantes en la corrida del domingo siguiente, haciendo mención de los blasones de los toreros de a caballo y, resaltando las virtudes de los dos jóvenes espadas que se presentarían ante la afición de Lisboa ese domingo:

Los artistas que en alguna época anterior llenaron Campo Pequeno reaparecen este domingo en la primera plaza del país, el caballero Ricardo Teixeira, lidiador de valor incontestable y de indudable conocimiento de su profesión, así como los hermanos Gonçalves (Rafael y Francisco) también artistas de gran valor, quienes cultivan su arte en la más fina de sus modalidades… Los espadas de la tarde, «Armillita Chico» y Eladio Amorós fueron contratados con la certeza de que agradarán a la afición de Lisboa. Eso es de esperarse pues se trata de dos artistas completos y destacados en todos los tercios y al mismo tiempo, de dos artistas nuevos que tienen una constante sed de gloria y de fama. Eladio es un excelente torero en toda la extensión y «Armillita» es un auténtico fenómeno, pues a pesar de sus escasos 17 años ya figura entre los mejores matadores de toros... Antonio Luis Lopes, quien el domingo pasado toreó con gran lucimiento y el otro caballero de la tarde; el peonaje de la tarde, formado por A. Carvalho y J. Procopio, por los hermanos Gonçalves y por los banderilleros que acompañan a los dos espadas, así como un grupo de forçados dirigido por Manuel Burrico.

Y el día 4 de abril, en el nombrado Diario de Lisboa, se vuelve a hacer una glosa de las virtudes de los dos jóvenes espadas, reparando sobre todo en la juventud de ellos, especialmente en la de Armillita, la que califican como un caso único en la historia de la fiesta y además aportan alguna información adicional acerca de los miembros de las cuadrillas de esos toreros de a pie, señalando que el maestro Fermín sería acompañado por su hermano Zenaido y que además irían con ellos Fernando Cepeda y Saturio Torón:

El público aficionado verá el próximo domingo en Campo Pequeno a dos matadores de toros que son verdaderamente dos asombrosos artistas por dominar todo el toreo, aun siendo lidiadores muy nuevos. En otros tiempos, sólo muchos años de práctica conducían a un torero al puesto de matador de toros; hoy «Armillita» con 17 años y Eladio con pocos más, son estrellas del arte que abrazan y en el que destacan. Tampoco ha habido nunca un torero de 17 años, como «Armillita», que consiguiera hacerse con la alternativa y se la dio un torero de gran envergadura como es «Chicuelo» … «Armillita Chico» y Eladio lidian el domingo tres toros de Álvaro Ferreira, teniendo cada uno su toro y lidiando el otro en competencia. Y, como además de todo, son distinguidos muleteros, tienen que lidiar con la muleta a casi todos los demás de la corrida. En total, nueve toros saldrán a la arena, destinados a los espadas, a los caballeros Ricardo Teixeira y Antonio Luis Lopes, a nuestros banderilleros Carvalho, Procopio y los hermanos Gonçalves, el español «Cantillana», peón de Antonio Luis y los banderilleros de los espadas Fernando Cepeda, Zenaido Espinosa y Saturio Torón. Los forcados tienen como cabo a Manuel Burrico.

El festejo y su resultado

El cronista titular del Diario de Lisboa era desde ese entonces Rogerio García Pérez quien firmaba como El Terrible Pérez. Para esta oportunidad no contaremos con su opinión, por las siguientes razones, que expone en el introito de la crónica parcial del mismo, aparecida el 9 de abril siguiente a la corrida:

Un excelente y antiguo «aficionado» José Vicente – al llamarlo antiguo, pretendo apenas evocar su pasado de vehementes polémicas taurinas – escribió, en un diario de la tarde de la semana pasada, sus impresiones de la corrida de inauguración, crónica modélica y de buen estilo. En esa crónica, en que se aprecia la actuación de un torero de a caballo y en la que no hay «cordialidad» reveladora de una «comodidad natural» ... del que José Vicente me acusa, por eso, con la más sincera cordialidad, aquí le cedo hoy, mi sección… El Terrible Pérez.

Por esas razones y varias más, El Terrible Pérez cedió su espacio a otro cronista, quien se ocupó, en la ocasión, solamente del actuar de los caballistas y de las cuadrillas, sin hacer una sola referencia ni a Armillita ni a Eladio Amorós. Eso sí, hace un análisis cuidadoso de los toros de Ferreira lidiados esa tarde:

No podemos dar amplias referencias del ganado del señor Álvaro Ferreira, porque no tomamos nota de la infame pelea que dieron... De memoria señalo al primero que tuvo codicia con el caballo, y al cuarto que fue solo voluntario, manso, habiendo terminado completamente quedado por la lidia que le dieron... Los otros Álvaros Ferreira, desiguales de cuerpo, sin defensas, sin fuerza, mansos, verdaderas ratas y ciertamente gorditos, más aptos para divertir a los alumnos de una escuela infantil que para hombres con presunciones de lidiadores...

Del juicio de quien firmó como José Vicente, se puede inferir que en la tarde faltó el toro, tanto por la calidad de su presencia, como por la de su juego en el ruedo, ese par de situaciones son más que suficientes para dar al traste con una corrida de toros, y en la que me ocupa, por lo visto, el éxito no se hizo presente desde la óptica del escritor portugués.

La corrida según los diarios madrileños

Tres periódicos de la capital de España reseñaron breve y diría yo, contradictoriamente la corrida del 7 de abril de 1929 celebrada en Lisboa. El primero de ellos en el tiempo es el Heraldo de Madrid del día siguiente de la corrida, que la resume de la siguiente guisa:

LISBOA. – Con un lleno completo se ha celebrado una corrida de toros a la española... Los toros, de Infante, bravos y nobles... Armillita Chico y Amorós gustaron mucho con capa, banderillas y muleta. Simularon la suerte de matar a la perfección, y fueron ovacionados dentro y fuera de la plaza... Armillita Chico volverá a torear el 12 de mayo.

La siguiente versión proviene de El Liberal, que publicó el 9 de abril lo siguiente:

LISBOA. – Con lleno completo se ha celebrado la corrida de toros... Los rejoneadores portugueses que actuaron estuvieron superiores. Los toros de Infante, fueron muy bravos... Armillita Chico consiguió un éxito en todo. Eladio Amorós también tuvo una gran tarde. Ambos diestros fueron ovacionados constantemente.

Y, por último, en esa última fecha, el diario La Voz con algo más de extensión, dio a conocer lo siguiente:

LISBOA 8. – Con un lleno y mucha expectación celebróse ayer la corrida a la española. El rejoneador Luis Lopes estuvo muy lucido en su suerte, y fue aplaudidísimo, Armillita Chico y Eladio Amorós gustaron extraordinariamente toreando de capa y muleta. Armillita banderilleó con admirable estilo... Los dos espadas fueron ovacionados durante toda la corrida, y salieron en hombros. Han vuelto a ser contratados para el 12 de mayo... Los toros de Ferreira salieron bravos.

Solamente esta última nota coincide con el ganado que efectivamente se lidió, pues las dos anteriores señalan que los toros de la corrida fueron de Infante y en el caso de la información de el Heraldo de Madrid, no se hace mención ni siquiera, de la presencia de los caballeros en plaza. La Voz y el Heraldo señalan que Armillita volvería a Lisboa el 12 de mayo. 

Fermín Espinosa regresó, pero hasta el 23 de junio cuando para enfrentar toros, ahora sí de Infante da Cámara, alternó con Heriberto García y Joao Branco Nuncio, quien enfrentaría toros sin embolar, según se anunció en su día. Ese particular festejo lo ofreció el Presidente de Portugal, Antonio Oscar de Fragoso Carmona, en honor del recién electo Presidente del Consejo de Ministros de Italia, que estaba allí en visita de Estado, nada menos que Benito Mussolini, asistiendo ambos al mismo.

El porqué de esta remembranza

No fue esta, evidentemente una tarde gloriosa para el maestro Armillita, pero el hecho de interés reside en que hoy se cumplen 95 años de su presentación en la plaza de toros Campo Pequeno, la capital taurina de Portugal y una de las capitales, insisto, del llamado planeta de los toros.

domingo, 25 de febrero de 2024

29 de febrero de 1948: Antonio Velázquez obtiene el Estoque de Oro en el Toreo de Cuatro Caminos

Antonio Velázquez
La temporada 1947 – 48 sería la primera en varias décadas en la que la capital mexicana la vería dividida en dos plazas de primer orden, porque a partir del 23 de noviembre de 1947 entraría en funcionamiento el Toreo de Cuatro Caminos, plaza que sería manejada por don Antonio Algara, quien se había encargado de la temporada grande concluida a principios de ese año, pero en la Plaza México, misma que quedaría en manos del político chihuahuense Tomás Valles, quien el año anterior terminó su gestión como Diputado Federal y buscaba un escaparate para mantenerse en la mirada pública, tanto así, que también se volvió criador de reses de lidia.

Esa temporada se tendría que realizar sin el concurso de toreros hispanos, pues casi al cierre de la campaña anterior se produjo una nueva ruptura de las relaciones taurinas, cuando un grupo de toreros de allá que no hicieron campaña en nuestras plazas, destacadamente, Antonio Bienvenida, Luis Miguel Dominguín y Juan Belmonte Campoy, quienes invocando falta de reciprocidad, dieran por terminado el convenio.

Así, la formación de los elencos requeriría una gran dosis de imaginación y de trabajo. Escribe Daniel Medina de la Serna:

Antonio Algara, que al parecer tenía cierta aversión a la plaza de la Ciudad de los Deportes, dejó la gerencia de ésta en manos del político chihuahuense Tomás Valles para irse a la de El Nuevo Toreo, o Toreo de Cuatro Caminos, como también se le ha conocido, y para conseguir toreros se fue a España, inclusive con la idea de hacer gestiones para arreglar lo del rompimiento, lo que no consiguió pero regresó con los contratos de Carlos Arruza, Carlos Vera “Cañitas”, Fermín Rivera, Antonio Velázquez, Antonio Toscano, y los de los portugueses Diamantino Vizeu y Manolo dos Santos; al volver a México se apalabró con “Armillita”, Garza, Silverio, “El Soldado”, Jorge Medina y “Joselillo”. Tomás Valles, en cambio… sólo tenía lo que a Algara no le había interesado…

El principal atractivo del elenco de la Plaza México era Luis Procuna y con él iban entre los más renombrados, Jesús Solórzano, Ricardo Torres, Gregorio García, Luis Briones, Ricardo Balderas y Antonio Velázquez, siendo este último el que vendría a revitalizar una temporada que se pretendía dar por finalizada de manera anticipada, dadas las pobres entradas que generaban los festejos allí anunciados.

Al final de cuentas, pareciera que no había alguna cláusula de exclusividad en los contratos de los toreros base de ambos elencos, porque la historia nos enseña que actuaron en ambas plazas Luis Procuna, Antonio Velázquez, Fermín Rivera, Carlos Arruza, Silverio Pérez, Jorge Medina, Calesero y Ricardo Torres. Pareciera que a los ojos del empresario se imponía mejor el interés del aficionado que el prurito de evitar que el competidor pudiera contar con la participación de un determinado diestro.

La corrida a beneficio del Sanatorio de Toreros

Cuenta Verduguillo que en 1923 se tuvo una serie grande de percances tanto en la capital, como en distintas plazas de la República y que, conforme a la costumbre de la época, la empresa que había contratado al torero solamente se hacía cargo del tratamiento de sus heridas por los tres primeros días. Así, se advirtió la necesidad de crear un Montepío de Toreros que llevara a la instalación de un hospital o sanatorio en el que, a partir de la mutualidad, los heridos pudieran seguir siendo atendidos sin el quebranto a su economía personal. La primera sede de ese lugar de tratamiento médico fue el consultorio del doctor Francisco Ortega, quien se encargaría de continuar con el tratamiento iniciado por los médicos de plaza.

En esas condiciones, el Montepío pudo funcionar apenas un par de años, pero Verduguillo señala que fue el germen de las asociaciones sindicales de matadores, subalternos y monosabios, las que posteriormente obtendrían para sus agremiados una atención médica adecuada a los riesgos que enfrentaban.

Sería en el año de 1947, cuando se pusiera a funcionar el Sanatorio de Toreros de Santa María de Guadalupe, en las cercanías de la Plaza México, y sería a beneficio de ese centro nosocomial que la Unión de Matadores de Toros organizara una corrida de toros dentro de la temporada 1947 – 48 en el Toreo de Cuatro Caminos, a celebrarse el bisiesto domingo 29 de febrero de 1948. Se adquirió un encierro de Zotoluca para que lo lidiaran Fermín Espinosa Armillita, Luis Castro El Soldado, Fermín Rivera, Silverio Pérez, Antonio Velázquez y Luis Procuna, quienes se disputarían el trofeo del Estoque de Oro, que sería concedido por aclamación popular.

Tormentoso prólogo

A la hora del sorteo de los toros, se suscitó un rifirrafe entre los diestros actuantes, presididos por Armillita y los representantes de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros, quienes exigían el pago de sus emolumentos a esa hora, amenazando que, en caso de no recibirlo, no actuarían esa tarde. Escribió Benjamín Bentura Sariñena en el número de El Ruedo salido a los puestos el 4 de marzo siguiente:

A la hora de hacer el sorteo, los subalternos que habían de actuar en la corrida se negaron a torear si no se les abonaba en aquel momento el importe de sus honorarios. Como era domingo y los bancos estaban cerrados, los representantes de la Unión quisieron pagar por medio de cheques; pero los subalternos no aceptaron esta solución, y se decidió que actuasen, como picadores y banderilleros, matadores de toros y novilleros…

La crónica de agencia aparecida en el diario El Siglo de Torreón al día siguiente del festejo, precisa:

La corrida de hoy ha sido la “corrida de la ingratitud”; fue organizada por la Unión de Matadores para recaudar fondos para su sanatorio… A la hora de hacer el sorteo, sucedió que las cuadrillas que integrarían veinticuatro miembros, exigían el pago de setenta y dos mil pesos por adelantado…

De lo relatado en las crónicas que he podido consultar, salieron como banderilleros, vestidos de paisano, los matadores de toros Carlos Vera Cañitas, Luis Briones, Gregorio García, Leopoldo Ramos Ahijado del Matadero, Pepe Luis Vázquez (mexicano), Jorge Medina y Manolo dos Santos así como también los novilleros Jesús Belmonte y Rutilo Morales; como picadores actuaron varios aspirantes a ingresar a la Unión, pero se menciona que el cuarto fue picado por el viejo Berrinches y que fungió como puntillero Andrés Blando.

Lucieron con los palos evidentemente Cañitas, Gregorio García y Manolo dos Santos, en tanto que. bregando, fueron Pepe Luis Vázquez y Rutilo Morales quienes se hicieron notar. Para más INRI, a partir del segundo de la tarde estuvo lloviendo con intermitencia.

La tarde de Antonio Velázquez

Estas corridas de concurso no eran novedad para Antonio Corazón de León. En 1944 había ganado la Prensa de Oro en la Corrida de la Prensa organizada en el Toreo de la Condesa. Al siguiente año, el sol le salió de noche en la corrida de la Oreja de Oro, cuando le cortó el rabo al toro Cortesano de Torreón de Cañas en un festejo al que había llegado por la vía de la sustitución y que lo sacó del ostracismo.

Por esas razones Velázquez tenía bien claro que el ir por una sola oportunidad implica el darlo todo y buscar agua hasta entre las piedras. La crónica aparecida en el diario El Informador de Guadalajara al día siguiente de la corrida, relata:

En el quinto que correspondió a Velázquez, actuó Jorge Medina de peón, trata de sujetarlo, pero el toro sale suelto. Igual suerte corre Velázquez que pretende veroniquear… En quites Velázquez trata de hacerlo por gaoneras siendo trompicado saliendo por pies. Jorge Medina coloca un par desigual al cuarteo. Chucho Belmonte otro muy desigual y Jorge Medina cierra el tercio con uno estupendo al cuarteo aguantando mucho e igualando en la propia cara del toro… Antonio Velázquez uno de la firma, otro por alto, otro de la firma, un ayudado por alto. Se muestra voluntarioso. Tres derechazos por alto de primera calidad, rematando el último. Tres derechazos magníficos y después instrumenta varios muletazos que enloquecen al público y arriesgando mucho, otros más de primera calidad… Después de tres pinchazos en hueso deja una estocada desprendida que atraviesa al toro y luego una segunda que acaba con la vida de la res. Perdió la oreja después de la magnífica faena, logrando la vuelta al ruedo entre el delirio popular…

Luis Procuna realizaría una faena también aclamada, pero al menos en el relato, más breve. Al final, cuando se pidió la decisión de la concurrencia, a juicio de los organizadores, la mayoría se decidió por Antonio Velázquez:

El público ruidosamente decide que el Estoque de Oro sea para Velázquez entre protestas de los partidarios de Procuna…

Las corridas de ese tipo de concurso tienen ese inconveniente, que los partidarios más ruidosos, son los que consiguen el trofeo para su torero. Quizás sería conveniente replantear la manera de adjudicarlos, designando un jurado cualificado para ello y, sobre todo, dando un baremo bajo a los trofeos obtenidos, que adolecen del mismo vicio de todas las aclamaciones públicas.

Así se daban las cosas de los toros en un domingo bisiesto de hace 76 años. Hoy las cosas son bastante distintas, pero el recordarlas y conocerlas nos permite entender el camino que podemos reandar para mejorar lo que sucede hoy aquí.

domingo, 28 de enero de 2024

21 de enero de 1964: Se presenta El Cordobés en Aguascalientes

Sin los medios de comunicación actuales, El Cordobés era, sin duda, un torero conocido ya para la afición mexicana. Entre los noticieros cinematográficos que reservaban una generosa porción de su metraje para informar de las cosas de los toros y la irrupción de Manuel Benítez en los foros cinematográficos, se tenía una idea bastante cercana a la realidad de la revolución que estaba llevando a cabo en los ruedos de su tierra. Meses antes de su llegada a nuestras plazas, en abril de 1963, se estrenó en las salas mexicanas, Aprendiendo a morir, su debut cinematográfico y justo en la antevíspera de su presentación en el Toreo de Cuatro Caminos, se proyectó por primera vez Chantaje a un torero.

Así pues, con los medios existentes, se podía tener una noción de lo que la empresa que tenía a doña Dolores Olmedo y Juan Cañedo como figuras principales, presentaría en las inmediaciones de la Navidad de ese año 63. Ya comentaba antes, que El Cordobés declaró a Rafael Morales Clarinero, que solamente venía contratado por dos tardes:

Tengo 60 firmadas para la temporada próxima... Después de estas dos corridas aquí me voy a Cali, para torear el 27 y 29... No sé si regrese a México, eso es cosa de mi apoderado... Yo estoy dispuesto a dejar contento al público, aunque como es natural, no siempre se puede...

Evidentemente que después del rotundo triunfo que se apuntó en la tarde del 22 de diciembre, los principales empresarios del país se dedicaron prácticamente a acosar a Manolo Chopera, encargado de los asuntos de Benítez, para intentar llevarlo a sus plazas. Y es que en esas calendas había muchos empresarios independientes, que llevaban una o dos plazas a lo sumo, lo que permitía competencia y variedad en la oferta en esos ruedos.

La consecuencia no tardó en hacerse evidente. Las apenas dos corridas que trajo firmadas El Cordobés al final de 1963 se transformaron en más de una treintena para el inicio de 1964. Y por supuesto que Aguascalientes no se iba a quedar fuera de esa ruta.

El anuncio de la actuación de El Cordobés

El sábado 18 de enero de 1964, la primera plana de la sección deportiva del diario El Sol del Centro, se dedicó por entero al anuncio de la contratación de Manuel Benítez para actuar en la Plaza de Toros San Marcos. ¡“El Cordobés”, torea aquí el martes!, decía la cabeza de la nota, que, sin firma, explicaba:

…es bien sabido que, desde que existe el coso San Marcos, por sus arenas han desfilado, casi sin excepción, todos los primates de la torería de este y aquel lado del charco. ¡Manuel Benítez no iba a dejar de hacerlo! … saldrán a disputarle las ovaciones y el triunfo dos toreros mexicanos, representativos de dos etapas y dos interpretaciones diversas del arte de Cúchares: Alfonso Ramírez “Calesero”, el emperador del primer tercio, y Jaime Rangel, el más joven entre los astros taurinos de México cuya revelación ha teñido de esperanzas el cielo de la afición mexicana… frente a los tres ases, lucirán su arrogancia y mostrarán su fiereza y bravura seis hermosos bureles de La Punta…

Y por otra parte, el cartelillo anunciador del festejo, aparecido en el diario Heraldo de Aguascalientes, rezaba:

Plaza de toros San Marcos. ¡Monumental corrida de toros! La empresa, Jesús Ramírez Alonso, sin escatimar gasto alguno, ha confeccionado este extraordinario cartel: Presentación del diestro de Palma del Río: Manuel Benítez "El Cordobés", Alfonso Ramírez “Calesero” y Jaime Rangel con primorosos toros de La Punta…

Se hacía especial hincapié en que don Jesús Ramírez Alonso, el empresario, no había escatimado gasto alguno para traer a nuestra ciudad al diestro más cotizado del momento, como en su día lo hiciera trayendo a Luis Miguel Dominguín o a Litri, cuando justamente estaban en la cresta de la ola.

La corrida de la decepción

Aunque los boletos se pusieron a la venta apenas la víspera del festejo, la San Marcos se llenó a toda su capacidad, y eso que los precios fueron incrementados en un 30% con relación a los festejos de la anterior Feria de San Marcos. La prensa de la época no refleja inconformidades de la afición por esa subida de precios, que seguramente consideraban adecuada, dada la redondez, en el papel, del cartel anunciado.

La esencia de la fiesta está justamente en los toros que han de ser lidiados. Si el toro no está presente o no da el juego que de él se espera, todo se va por la borda, y esto fue lo que sucedió este martes de hace 60 años. La anónima crónica publicada en el diario Heraldo de Aguascalientes del día siguiente del festejo, así lo refleja:

La enorme expectación que despertó entre los aficionados el cartel que confeccionó la empresa de Chito Ramírez, se fue apagando a medida que transcurría la lidia de los bureles malísimos de La Punta que en ningún momento se dejaron torear. Y así tuvimos una corrida que no pasará a la historia no obstante la inclusión en ella de “El Cordobés” y el auténtico triunfador de la Plaza México, Jaime Rangel… La entrada fue indudablemente lo mejor ayer en el Coso San Marcos, estuvo lleno a reventar, los aficionados que esperaban ver una corrida buena, salieron completamente decepcionados por las condiciones de los punteños…

Los mejores momentos de la tarde los dio Jaime Rangel, que fue premiado con la vuelta al ruedo tras de finiquitar al quinto. Relata don Jesús Gómez Medina en su crónica para El Sol del Centro:

...en su segundo, tras de un primer tercio aceptable y luego de un derechazo inicial de espectacular ejecución, citando a distancia y aguantando como los buenos y seguido de otros que también le fueron jaleados, el punteño buscó el abrigo de los tableros y, apencado en tal sitio, concluyó su lidia... Pero Rangel, que a todo trance deseaba refrendar y rubricar éxitos recientes, trastocando las situaciones, literalmente se convirtió en el agresor: “embistió”, por así decirlo, al descastado burel. Y cercándolo, cruzándose con él en forma tremenda, acosando al manso, obligándolo, en suma, logró instrumentar varios pases izquierdistas de gran mérito por lo expuestos, por el terreno que pisó y la forma en que aguantó el flamante ídolo de la afición mexicana... Por ello, al concluir de dos pinchazos y un espadazo tendido, Jaime Rangel fue obligado a recorrer el ruedo recogiendo la cosecha de su tesón, de su torerismo y de su honradez profesional...

El estelar de la combinación, El Cordobés, se mostró voluntarioso a pesar de que tampoco tuvo mucha tela de donde cortar. Refiere don Jesús Gómez Medina:

El sensacional torero de Palma del Río, autor principal del morrocotudo lleno, en realidad quedó inédito para la afición de Aguascalientes. Pues en su primero, un torillo raquítico, que rodó por la arena cuando apenas acababa de abandonar los chiqueros, no ofrecía posibilidad alguna, ya no digamos para la obtención del triunfo, sino tan solo para una actuación plausible. Se imponía abreviar, como lo hizo el hispano...

Ante el sexto de la tarde, las cosas parecían corregirse, pero tampoco llegaron a buen puerto. Sigue contando don Jesús:

Y con el sexto, que, como sus hermanos, hizo una prometedora irrupción en el ruedo. El Cordobés lanceó con su estilo basto, afinando un tanto en las chicuelinas del único quite a que dio lugar el punteño. Pues conviene hacer hincapié en que todos los bureles, a excepción del primero, recibieron un solo picotazo... Sin embargo, tan breve ración de hierro bastó para que el segundo adversario del Cordobés expulsara de su cuerpo la pequeña dosis de casta que trajo de la dehesa... Pero la casta de que carecía el bicho la exhibió entonces Manuel Benítez para extraer a pulso y a base de su indiscutible aguante, varios pases con la derecha que reavivaron un tanto los adormecidos entusiasmos de las graderías. Tales fueron aquellos derechazos en los que, entre la erecta figura del de Palma del Río y las tablas no existía sino el breve espacio suficiente para que pasara la cola del desangelado morlaco. Que, sin embargo, tenía dos pitones cuya existencia, al parecer, ignoraba El Cordobés... La desastrosa jornada llegó a su término, finalmente, cuando el pupilo de Chopera clavó medio espadazo delantero, que hizo doblar...

Por su parte, Calesero tuvo buenos momentos en los dos primeros tercios del que abrió plaza y ante el cuarto de la sesión, la concurrencia le hizo pagar los platos rotos por el mal rumbo que iba tomando la tarde, según lo escribió el citado cronista de El Sol del Centro:

Y en Alfonso Ramírez se cobraron entonces los aficionados, amén de las culpas del propio espada, agravios en los que indiscutiblemente aquél no tenía parte. Pues, ¿por qué inculparlo de la debilidad de remos y del descastamiento mostrado por la mayoría de los punteños? …

Queda evidente que los toros enviados por don Paco Madrazo no se prestaron para florituras y aunque los toreros le pusieron voluntad al asunto, ésta no fue suficiente para corregir el rumbo de la tarde, que por sí sola pasó a la historia, aunque el cronista del Heraldo de Aguascalientes afirmara exactamente lo contrario.

El deseo de volver

Después de la corrida El Cordobés fue agasajado por el Maestro Armillita en su casa de Chichimeco. Allí le entrevistó don Ramón Morales Jr., quien en El Sol del Centro, publicó lo siguiente:

Me voy con grandes deseos de volver pronto a Aguascalientes”, nos dijo Manuel Benítez “El Cordobés” antenoche, en la finca de Armillita… El martes, Fermín nos invitó a cenar… Se habló del resultado pobrísimo en lo artístico de la corrida que horas antes se había celebrado; de que, gracias a “El Cordobés”, la plaza se había llenado totalmente en un día laborable cuando los boletos se habían puesto a la venta apenas un día antes, etc… “El Cordobés” se refirió a la forma como había respondido el público en la taquilla y de su estupendo comportamiento, pues no obstante el resultado del festejo, por culpa del ganado, la concurrencia apenas sí mostró su enfado – la de sol – con algunos gritos, en tanto que los espectadores de sombra se mantuvieron callados, serenos… “Tengo deseos de volver pronto a Aguascalientes, quizás entonces haya más suerte”…

El Cordobés volvería a Aguascalientes alrededor de un mes después. Si las cosas se tercian, quizás en estas mismas páginas virtuales, pueda ocuparme de ello.

domingo, 26 de noviembre de 2023

26 de noviembre de 1977: Miguel Espinosa Armillita recibe la alternativa en Querétaro

Miguel Espinosa, el menor de los hijos varones del Maestro Armillita, después de torear un importante número de festivales al lado de su hermano Fermín y de los hijos de otros toreros, sobre todo de la Edad de Plata mexicana, empezó a vestir el terno de luces el año de 1976. Se presentó con los del castoreño el 18 de marzo de ese año en Jiquilpan, Michoacán, alternando con Javier Tapia El Cala y Miguel Munguía El Inspirado para lidiar novillos de la ganadería de su padre y unos días después toreó una segunda en San Juan de los Lagos, Jalisco.

La tercera novillada de su carrera fue su presentación ante la afición de la ciudad en que nació, Aguascalientes, el domingo 18 de abril, en el festejo que ese año abría la Feria de San Marcos, disputando el trofeo del Cristo Negro del Encino, junto con Pepe Luis Vázquez hijo, Alfredo Gómez El Brillante, Carlos Liceaga, Juan Miranda y Pedro Loredo, ante un encierro de San Manuel.

Era una apuesta arriesgada, venir a abrir una de las ferias más importantes de América y matando un solo novillo, pero al final, lo resolvió con suficiencia y cautivando a la afición que se reunió en la plaza Monumental Aguascalientes, llevándose a su casa el trofeo en disputa, mismo que le entregó al final de la novillada Alfonso Ramírez Calesero.

Esa temporada torearía una veintena de festejos aquí en México y para 1977 marchó a hacer campaña en ruedos europeos, actuando en plazas de primer orden como Barcelona, Sevilla, Valencia o Pamplona. De su presentación en Barcelona, el 27 de marzo, escribió Julio Ichaso para La Vanguardia:

Es hijo del espada azteca Fermín Espinosa «Armillita», tan conocido y aplaudido en nuestras plazas. Se presenta Miguel, en Barcelona... Como dato curioso diremos que «Armillita chico» actúa en Barcelona precisamente en la fecha que su padre Fermín tomara la alternativa aquí, hace cuarenta y nueve años y dos días, para ser exactos... Miguel tomó las banderillas con buena ejecución y estilo. Muchas palmas... Brindó a Manolo Mateo, el decano de los reporteros gráficos taurinos. Muletazos con agobiante y artística lentitud. Aplausos y música. Lo muleteó por los dos lados... ovaciones... Entró a herir con facilidad, pero la espada enseñaba la puntita. Volvió con dos estoconazos más, concediéndole la oreja, despidiéndole con aplausos, así como a sus compañeros de terna y paseo a hombros por los «capitalistas»...

El jueves 9 de junio de ese 1977, actuó en el último festejo que se dio en la hoy extinta plaza de Las Arenas, también en la Ciudad Condal, junto con José Manuel Dominguín y Tomás Campuzano, ante novillos de Antonia Laa Sánchez.

El 6 de julio de ese mismo año, abrió la Feria de San Fermín en Pamplona, en un cartel en el que participaron los rejoneadores Álvaro Domecq y Joao Moura ante toros de Ramón Sánchez y a pie Miguel alternó con José Luis Palomar ante novillos de Diego Romero. A propósito de ese festejo, relató Vicente Zabala Portolés para el ABC madrileño:

He disfrutado hoy en Pamplona con la felicidad del viejo Armillita, que ha visto cómo su hijo triunfaba en una tarde plena de aciertos. El chiquillo (es un auténtico niño) me parece un estupendo remedo de lo que dicen que fue su padre. Le funciona la cabeza. Torea variado con capote, banderillas y muleta. Le veo talento y decisión para resolver problemas... El nuevo Armillita es torero de escuela. Su padre le ha enseñado el oficio. Se aprecian mil detalles, hasta en la resurrección del molinete con la izquierda y el saber estar en la plaza. Todo lo quiere hacer bien, aunque no siempre lo consiga. Junta las zapatillas para banderillear. Esto es muy difícil y meritorio. Tiene un montón de detalles importantes, que le pueden conducir a ese camino de ver cómo la dinastía azteca de los Armillitas se prolonga por lo menos una generación más. Hubo petición de oreja y vuelta en el primero. Cortó la oreja del sexto en medio del diluvio. Ahora a esperar. Hay que verle más veces. Nada de precipitaciones ni campanas al vuelo, pero el manito tiene muchas cosas de las que agradan al buen aficionado...

Esa fue en general, la impresión que Miguel Armillita causó en su paso por los ruedos de Europa en su campaña novilleril, que cerró con 35 festejos toreados y que, planteado su regreso a México, era con la finalidad de recibir la alternativa al inicio de la temporada mexicana.

La alternativa de Armillita Chico

La primera corrida de la Feria de Navidad de 1977 que ofrecía la empresa de la plaza Santa María de Querétaro, a celebrarse el sábado 26 de noviembre, se componía con ocho toros de don Javier Garfias para Manolo Martínez, Eloy Cavazos, José Mari Manzanares y Miguel Espinosa Armillita, quien recibiría la alternativa.

La crónica del festejo aparecida en el diario El Informador de Guadalajara, fue firmada por Luis Soleares, seudónimo de don Carlos Loret de Mola Mediz, quien dijo del toricantano:

Armillita Chico, Miguel Espinosa, de blanco y oro, recibió al primero de la tarde, “Arlequín”, de 515 kilos, con verónicas de muy buen corte que recordaron a las de su padre el maestro grande. El burel, de buen peso y magnífico trapío, como toda la corrida, acude bien para dos cuarteos con cites en el estribo. El tercero le resulta superior. Brinda el toro de la alternativa a su padre, Fermín, quien está entre barreras. Lleva a su enemigo a los medios, con trincherazos y firmas. Hay derechazos y cinco buenos naturales. Como el toro ya no pasa, lo cierra en tablas y le saca algunos naturales más. Luego medios pases y tres pinchazos, antes de una estocada entera...

Ante el octavo de la función, nombrado Solitario, el cronista le apunta nuevamente lucimiento en el segundo tercio y con la muleta en la mano izquierda, ante un toro que se quedó parado, concluyendo acerca de su actuación lo siguiente:

El público lo despidió con aplausos. Miguel Espinosa tiene el corte de su padre y su inteligencia para entender a los toros. Se augura que será un buen matador...

El resto de la corrida

Manolo Martínez, se llevó tres orejas en la espuerta; Eloy Cavazos le cortó las orejas y el rabo al primero de su lote y el sexto de la tarde, Aladino, número 37, con 478 kilos de peso, fue indultado, concediéndosele las orejas y el rabo simbólicos. Por las protestas de la concurrencia, se negó a dar la vuelta al ruedo, misma que dio en solitario el ganadero don Javier Garfias acompañado por dos de sus nietos. Por su parte, José Mari Manzanares le cortó las orejas y el rabo a Cobrador, cuarto de la corrida y primero de su lote.

En suma, una corrida que fue triunfal e histórica, pues en ella inició su andar por los ruedos como matador de alternativa un torero que durante casi tres décadas figuró en el primer plano de la fiesta en el mundo.

Concluyendo

De las narraciones transcritas podemos ver que en esas primeras tardes se nos describía a un torero más variado, que todavía se encargaba de cubrir el segundo tercio y que, con la muleta, empezaba a barruntar lo que sería el fuerte de su actuar en la cima de su carrera: el toreo al natural.

Miguel Armillita se despidió de los ruedos en Aguascalientes el 1o de mayo de 2005 y regresaría, testimonialmente, una sola tarde, la del 6 de diciembre de 2009, a la Plaza México, a confirmarle la alternativa a Cayetano Rivera Ordóñez.

Falleció en Aguascalientes el día 5 de noviembre de 2017.

domingo, 25 de junio de 2023

Mexicanos en solitario en ruedos europeos

Hace una semana el michoacano Isaac Fonseca, demostrando una vez más que lo único seguro en el toreo es el azar – Alameda dixit – terminó por matar con lucimiento él solo seis toros en la plaza de Colmenar Viejo. El festejo, final de la Copa Chenel, se anunció como un mano a mano en el que alternaría con el salmantino Juan del Álamo, con toros de tres ganaderías diferentes y de distintos encastes y que, al decir de las crónicas, algunos fueron destartalados en sus hechuras.

El que abrió plaza se echó a los lomos apenas en los quites a Juan del Álamo y ese seguro azar del toreo dejó las cosas dispuestas para que Isaac Fonseca tuviera a su disposición la corrida completa, que al final, resultó ser de cuatro ganaderías distintas y solamente se lidiaron cuatro de los toros anunciados originalmente. Es de resaltarse que el torero mexicano también fue herido por el tercero de la tarde y que, con discreción, se mantuvo en el ruedo y concluyó la tarde. Llevaba, durante la lidia de los tres últimos toros, una cornada de 18 centímetros en la zona de la rodilla derecha, lo que no le impidió cerrar triunfalmente su actuación.

El resto de esta historia ha sido ya contado con amplitud y también se da seguimiento a la evolución de los toreros heridos, pero al calor de este suceso, surgen preguntas acerca del número y época de las oportunidades que han tenido nuestros toreros de actuar en solitario en ruedos de Europa, sea porque así se hayan anunciado o porque la suerte los dejó en esa circunstancia. 

Hemos hecho una revisión de los libros de la historia, y esto es algo de lo que se ha podido encontrar.

Rodolfo Gaona

28 de junio de 1908, en Tetuán de las Victorias, cuatro toros de Basilio Peñalver. Esta actuación la organizó su maestro Ojitos, con la finalidad de que la prensa madrileña y el empresario de Madrid, Manuel Retana lo vieran y le dieran la ocasión de confirmar su alternativa. Fue la primera corrida que Gaona toreó como matador de alternativa. Me he ocupado en estas páginas con mayor extensión de este festejo en este lugar.

14 de julio de 1912, en Madrid. Gaona se anunció para matar seis toros de Trespalacios. Al final se lidiaron cinco de estos y uno de Benjumea. Esa tarde salieron al ruedo por su orden Monterito, Saltador, Garabito (este de Benjumea), Granizo, Azafranero y Churrero en una tarde ventosa, que impedía el lucimiento de los toreros y sí a esto sumamos el hecho de que los seis toros, de acuerdo con la crónica publicada en El Imparcial, parecieron una parada de cabestros, el resultado para el discípulo de Ojitos no fue halagüeño, pues el de Benjumea se le fue vivo tras los tres avisos y el sexto le dio una paliza tal, que obligó a que por orden de la presidencia del festejo, lo terminara el sobresaliente Carlos Lombardini. De esta tarde ya me había ocupado por aquí en este sitio.

Fermín Espinosa Armillita, Madrid, 24 de julio de 1932

La empresa madrileña anunció para el 9 de junio de 1932 una corrida extraordinaria, en la que alternarían Luis Fuentes Bejarano, Armillita y Manolo Bienvenida, quienes darían cuenta de una corrida de Marcial Lalanda, que haría su presentación en la capital de España como ganadero de reses de lidia. No está de más hacer notar que los toros llevaban todavía el hierro de don Antonio Flores Tassara, que fue quien enajenó la ganadería al más grande, según dice su pasodoble. 

Esa corrida se suspendió por la ausencia del hijo del Papa Negro principalmente, pero la prensa madrileña de la época acusó al entorno de Armillita de pretender extorsionar a la empresa ya en el patio de cuadrillas para que se le incrementaran sus honorarios y se le firmara un par de corridas más.

Al final de cuentas, el Maestro de Saltillo logró saldar sus cuitas con Retana y para el 24 de julio siguiente se anunció en solitario con los toros de Marcial Lalanda. Huelga reiterar que continuó la conjura de la prensa madrileña en su contra, aplicando un criterio imperante en estos tiempos, en el sentido de que no salió de la plaza con las orejas en las manos y cargado a hombros por la afición. Pero tampoco fue un fracaso rotundo. La reflexión final de la crónica de Gregorio Corrochano en su crónica del ABC madrileño, es ilustrativa:

Hubiera deseado una tarde decidida, que fuese una lección a los toreros españoles que no quisieron la corrida de Marcial, incluyendo el propio ganadero. Porque ¿para cuándo se deja la ocasión de ser torero? Al ver don Marcial que no querían sus toros, debió decirle a Marcial: toréalos tú...

La carrera de los toreros, aún la de las grandes figuras de la historia, no se ilustra en blanco y negro exclusivamente, también tiene amplias gamas de grises. De esta accidentada tarde me ocupé en su día aquí y aquí.

Carnicerito de México, 12 de octubre de 1932

El mismo año en el que Armillita lo intentó en Madrid, don Pedro Balañá decidió terminar su temporada reiterando su admiración y respeto por los toreros que llegaban de este lado del mar. Para la Fiesta de la Raza, como entonces se celebraba, anunció una corrida de toros de los hermanos Pallarés Delsors para que los lidiara como único espada el diestro originario de Tepatitlán, Jalisco, José González Carnicerito, con el agregado de México, para evitar allá en España, se le confundiera con Bernardo Muñoz Carnicerito de Málaga.

El resultado no fue halagüeño, la crónica que se publicó en el semanario La Fiesta Brava de la Ciudad Condal únicamente establece que Carnicerito pudo con los toros, que, por su parte, sacaron guasa y poca fuerza, logrando cortar una oreja al segundo de la tarde.

Fermín Rivera, Burdeos, 22 de septiembre de 1946

Fermín Rivera fue uno de los diestros que durante el conflicto entre las torerías de México y España que abarcó los años de 1936 a 1944, no dejó de torear en Europa. Lo hizo en ruedos de Francia y Portugal, junto con varios otros diestros de su generación, como Silverio Pérez o Ricardo Torres, quienes tuvieron un sólido cartel ante aquellas aficiones y eran la carta de presentación de nuestra fiesta en esas tierras. Aprovechaban así el ritmo lento que las cosas de los toros toman aquí en México durante el verano.

Ya en el 46 las cosas estaban más o menos arregladas y los nuestros volvieron a España, pero también muchos se presentaron en plazas francesas y los que ya eran conocidos allí, como el Maestro de San Luis, tuvieron ocasión de ampliar los horizontes de su temporada europea aprovechando los contactos y triunfos obtenidos con anterioridad. Así fue como Fermín Rivera llegó al coso de Burdeos para matar un encierro de Pouly. La crónica publicada en el ABC madrileño del 25 de septiembre siguiente dice entre otras cosas:

...ha revestido caracteres de sensacional acontecimiento, ya que la afición y crítica han recordado como único caso el de “Guerrita”, que también fue capaz de llenar por sí solo la plaza francesa para la lidia de seis toros. Los billetes se agotaron dos días antes y concurrió la élite de la afición francesa...

Esta tarde fue triunfal para Fermín Rivera, pues la saldó con el corte de siete orejas y un rabo y fue llevado en hombros por la afición por las calles de la ciudad por un largo rato después del festejo.

Rodolfo Rodarte

San Sebastián, 25 de mayo de 1911. La novillada programada para esa fecha era un mano a mano entre el torero de San Buenaventura y el vallisoletano Pacomio Peribáñez, quienes enfrentarían seis ejemplares de Amador García, antes del Cura de la Morena. En un caso parecido al de Juan del Álamo, Peribáñez se fue a la enfermería para no salir tras los primeros lances de capa. Se fue con una herida en las inmediaciones del ojo izquierdo, que dice el parte médico que quedó al descubierto.

Así, Rodolfo Rodarte tuvo que despachar la novillada completa y lo hizo con lucimiento. La crónica aparecida en El Pueblo Vasco del día siguiente al del festejo, dice:

La corrida fue dura, muy dura; ofreció dificultades, que el gran Rodolfo supo vencer a fuerza de valor y arte, y el público, que festejó sin interrupción al chico, dio pruebas de una inteligencia y una justicia dignas del mayor elogio...

Saldó el compromiso cortándole una oreja al quinto y también, dicen las crónicas, con un metacarpiano fracturado al aguantar un derrote tras de matar al sexto. Así, sigue el cronista, se lo llevaron en hombros hasta la fonda.

Tetuán de las Victorias, 1º de agosto de 1915. Se le anunció para matar seis novillos de Antonio Arroyo, antes Ángel Cabezudo, hierro que hoy corresponde a la ganadería de La Guadamilla. El sobresaliente del festejo fue un torero que hizo campañas aquí en México, Emilio Mayor Mayorito y que cobraría protagonismo, por solicitar a la presidencia del festejo – de rodillas – que se le permitiera matar al sexto, cosa que ni Rodarte ni quien presidió aceptaron, con cierto desagrado de la concurrencia.

El coahuilense radicado en Aguascalientes terminó el festejo cortándole la oreja al cuarto de la tarde. La concurrencia, que llenó la plaza, salió complacida, algunos cronistas no tanto, como el de La Lidia”, que resumió:

El ganado cumplió, sin excederse. Rodolfo Rodarte superior en dos y bien en los restantes. Lo mejor de la corrida, dos pares de banderillas en el cuarto toro de José Rodarte, El servicio de caballos, detestable… La presidencia, muy acertada.

En la variedad estará siempre el gusto y de la discusión, normalmente, siempre nace la luz.

Dos menciones especiales

El 31 de mayo de 1911, en Cáceres, se contrató a Rodolfo Gaona para torear un mano a mano con Cocherito de Bilbao lidiándose toros de Palha. El diestro bilbaíno fue herido por el tercero de la tarde y el Califa terminó despachando cinco de los toros que se anunciaron. Le cortó una oreja al cuarto de la tarde y al final de la tarde se lo llevaron en hombros.

El 25 de mayo de 1952, en el festejo que cerró la Feria de San Isidro de ese año, se anunció una corrida de don José Luis y los herederos de don Felipe de Pablo Romero para Raúl Acha Rovira, Juan Silveti y Pablo Lozano. El tercero de la tarde causó una conmoción cerebral a La Muleta de Castilla tras arrollarlo cuando pretendía recibirlo a porta gayola y después hirió a Rovira en la suerte de matar. Así, el hijo del Tigre de Guanajuato se quedó con cuatro toros de ese encierro y le cortó las dos orejas a Campero, el quinto, consiguiendo así abrir la Puerta de Madrid, siendo el primer torero mexicano en hacerlo en una Feria de San Isidro.

Para terminar

Cada una de las historias aquí pergeñadas merece ser contada de manera individual, extensivamente, porque encierran importantes dosis de valor y de torería. Son, en una medida importante, parte de los cimientos sobre los cuales se sostiene el edificio de nuestra tauromaquia contemporánea, pues sin ellas, sin sus actores, sin los logros que consiguieron, no es posible entender lo que hasta hoy se ha avanzado y lo que está por venir.

Aldeanos