domingo, 31 de agosto de 2025

Aguascalientes en agosto: toros por la Asunción y la vendimia (IV)

La postrera presentación de Garza, El Soldado y Silverio en  Aguascalientes el día de la Asunción

La XII Feria de la Uva tuvo verificativo entre los días 11 y 15 de agosto de 1965. Por lo que las crónicas periodísticas refieren, el agosto de hace seis décadas, también trajo agua, porque se refería en los diarios que el exceso de lluvia retrasaría la cosecha o vendimia y pondría en peligro al fruto cosechado, por ser más propenso a la pudrición una vez separado de la parra.

Esta edición de la Feria fue más austera a comparación de las que la precedieron, pues la información publicada no da cuenta de la presencia de grandes personalidades de los mundos de la política, de las artes o de los medios de comunicación, salvo la del literato mexicano Mauricio Magdaleno, quien en esos días era titular de la Subsecretaría de Asuntos Culturales de la Secretaría de Educación Pública, quien además tenía lazos personales en esta ciudad.

La coronación de la soberana Lucero I se verificó la noche del 11 de agosto, escogiéndose para el efecto, no un espacio abierto, como se había acostumbrado, sino el Teatro Morelos, aprovechándose el evento para su reinauguración, después de haber sido sometido a una profunda remodelación.

Los toros en la Feria del 65

Decía hace unas líneas que esta edición de la Feria de la Vendimia fue más austera y en alguna medida esa austeridad se reflejó también en su arista taurina, porque en lugar de una corrida de toros o una novillada para engalanar los festejos, se anunció desde los primeros días del mes de agosto, que se ofrecería un festival de auténtico lujo dentro de las fechas de las festividades.

Así, el sábado 7 de agosto de ese 1965, en el diario El Sol del Centro, se publicó la siguiente información:

Ya por todos los sitios acostumbrados circula la publicidad del magno festival taurino del próximo domingo 15... ¡El festival organizado en homenaje de la filial devoción a la Reina y Patrona de Aguascalientes! … Y es que, tratándose de una festividad tan acendradamente religiosa, no podían dejar de sumarse a ella los representativos de un arte esencialmente español y mexicano y, en consecuencia, católico... ¡El toreo, arte católico!, se intitula nada menos que un volumen que demuestra palmariamente la veracidad de este aserto...

Al final de cuentas, por la fecha de la conclusión de la Feria, se decidió ofrecer el festival anunciado en honor de Nuestra Señora de la Asunción, cuya festividad y Romería se celebra precisamente el día 15 de agosto, en lugar de incluirlo en la agenda de la Feria que ya vivía sus últimos instantes.

A propósito del cartel de toreros, la propia información, refleja lo siguiente:

Nada más justificado, por tanto, que Lorenzo Garza, Silverio, “El Soldado”, Fermín Rivera y David Liceaga, cinco gloriosas figuras del pasado taurino de México y unido a ellos el estupendo rejoneador Evaristo Zambrano, vengan ahora como toreros y como sinceros católicos, a realzar con su presencia – ¡y con su actuación, especialmente! – el festival del día 15...

En el papel, era un auténtico festival del recuerdo, con cinco toreros que habían escrito páginas muy importantes de la Historia del Toreo y quienes, además, todos tenían sus tardes de triunfo escritas en el escenario de la Plaza San Marcos, donde se verificaría el evento. Los toreros enfrentarían novillos de San Diego de los Padres, Peñuelas, Matancillas, Armillita Hermanos, Ramiro González y Cerralvo.

Lo que sucedió en el festival

La crónica que ubiqué fue una muy apretada de don Jesús Gómez Medina, aparecida en El Sol del Centro, al día siguiente del festejo. Lo primero que revela, es que únicamente actuaron en él Lorenzo Garza, Luis Castro El Soldado, Silverio Pérez y el caballista Evaristo Zambrano, correspondiendo enfrentar dos novillos a estos dos últimos actuantes. No se explican las razones por las cuales no comparecieron Fermín Rivera ni David Liceaga, así como tampoco se hace especial mención de la respuesta del público a los tendidos de la Plaza de Toros San Marcos.

El triunfo de Lorenzo Garza

Vestido de luces, El Magnífico había comparecido en Aguascalientes por última vez en abril de 1958, justamente en una campaña de reaparición en los ruedos. Actuaría intermitentemente entre ese año y el que nos entretiene en este momento, porque el 30 de mayo de ese año 65 había toreado una corrida de toros en Nuevo Laredo y tengo la impresión – sin pruebas que la sostengan – de que este festival, y seguramente otros, eran parte de un plan de preparación para una corrida que tenía pactada para el 7 de noviembre de ese mismo año en Monterrey, su tierra, para cederle los trastos a un prometedor joven paisano suyo.

Ese 15 de agosto de hace 60 años, salió de Aguascalientes con las orejas en las manos. Así describe su tarde don Jesús Gómez Medina:

¡Personalidad, invaluable tesoro! … Personalidad, sí, y también arte y torerismo. Un torerismo acendrado, alquitarado. Un torerismo al que los años – ¡los muchos años! – habrán despojado, quizá, de acometividad y de afán, pero que esplende ahora con el reposo y la serenidad de los crepúsculos... El “Califa de Monterrey” además, hizo derroche de una habilidad y una pupila realmente singulares para “torear” al margen del toro. Cordial, versallesco casi con el público y prodigando sus intervenciones en ayuda de sus alternantes, muy pronto se hizo de las simpatías populares y terminó por echarse a la afición al bolsillo... “El Magnífico” ayer, utilizó más la mano izquierda para conquistar adeptos que para torear de muleta a su enemigo... ¡Ah!, pero cuando lo hizo - en lo poco que llevó a cabo -, ¡cuánto sabor y qué admirable señorío! ¡Cuánta prestancia la suya y qué aroma a solera la destilada por su capote y su muleta! … Algunas de sus verónicas, los lances rodilla en tierra y los remates de pie y de hinojos propinados al suave y noble astado de don Ramiro González; y, la verticalidad de su toreo de muleta, fueron, para los espectadores, revelación y añoranza. Para los neo aficionados, en efecto, constituía aquello la revelación, el descubrimiento de un toreo y de un torero que ¡ay!, no llegaron a conocer en plenitud. Y para los taurófilos de viejo cuño, la actuación de Lorenzo, pese a producirse en el reducido marco de un festival, fue ocasión para rememorar una época; una etapa que, pese a lo añeja, no deja aún de provocar apasionamientos... Y como para poner a su faena la rúbrica netamente garcista, toreó por último Lorenzo en varios muletazos rodilla en tierra, precursores de una media delantera de rápidos efectos... Ovación y música para “El Magnífico”. Y además el premio de las dos orejas y la doble vuelta al ruedo entre caravanas y sonrisas mil de este Talleyrand de los ruedos que nos resultó ser el “Califa de Monterrey”.

Creo que don Jesús se encontró con una versión añejada y debidamente reposada de lo que fue en su día Lorenzo Garza, y pudo observar cómo se adaptó a su circunstancia en ese momento y además fue descubierto por los aficionados que solamente lo conocían por la lectura o por la tradición verbal. Lorenzo Garza todavía tenía cuatro tardes portando el terno de luces por delante y casi todas ellas marcadas por el signo del triunfo, porque sería hasta el 20 de febrero de 1966 que se despediría en definitiva de los ruedos en su natal Monterrey.

El arte de Luis Castro El Soldado

En estos apuntes agosteños ya había tenido oportunidad de ocuparme de El Soldado, porque fue el eje del cartel de la corrida del año 1959. Siguió en la brega y hasta donde pude indagar, una de sus tardes postreras vistiendo el terno de seda y oro, fue la del 29 de abril de 1962 en el Toreo de Cuatro Caminos, cuando le cortó una oreja al toro Perlito de Tequisquiapan

A Luis Castro le correspondió un novillo complicado, pero en su turno al quite, en el de Garza, estuvo sublime. En su conjunto, así lo vio el cronista:

Luis Castro, antaño enconado rival, tenaz opositor de Garza; Luis Castro, el gran torero cuyo capote y cuya muleta solía tener suavidades de terciopelo, ritmo y cadencia de estrofa, inició ayer su actuación realizando un quite por chicuelinas … ¡Pero qué chicuelinas! Grave, pausado el movimiento del engaño, que Luis mantenía muy abajo; lleno de plasticidad y de garbo la actitud del torero; lento, preciso su girar. ¡Un quite pleno de armonía, de arte y de belleza! … ¡Un quite... para soñarlo! … Ocurrió lo anterior durante la lidia del enemigo de Garza, el nobilísimo burel enviado por don Ramiro González. Posteriormente, en su turno, como su rival, de la vacada de Cerralvo, andaba resentido de los remos posteriores y por ello escaso de fuerza, “El Soldado” llevó a cabo una labor pletórica de torerismo: la lidia sobria, medida, toda precisión y eficacia. Los muletazos de exacto remate, algunos concluidos rodilla en tierra; algún adorno de circunstancias y el espadazo entero propinado con facilidad... Ovación y vuelta al ruedo para el torero de Mixcoac, un torero cuyo capote bordó ayer el lance de Manuel Jiménez con el primor y la plasticidad con que toreó por chicuelinas a “Famoso” y a “Porrista”...

No todos los toros se prestan para hacerles florituras, pero cuando surge la ocasión de hacerlas, aunque sea en los del rival o del alternante, hay que salir a ello. El Soldado aprovechó la bondad del novillo Lorenzo Garza en su turno al quite y lució y consiguió el momento más destacado de su tarde.

¿El sino de Silverio?

Silverio Pérez fue uno de los dos alternantes que enfrentaron dos novillos. Por eliminación y porque la crónica no refleja otra cosa, le correspondieron los de San Diego de los Padres y de Armillita Hermanos. De la crónica aparecida en El Sol del Centro, se aprecia que simplemente esta no fue su tarde. Escribe don Jesús:

LOS INFORTUNIOS DEL “COMPADRE”: Decididamente Silverio Pérez al salir de su solar texcocano lo hizo bajo adversos auspicios. De allí que los dos bureles a los que ayer se enfrentó resultasen igualmente inadecuados al lucimiento: sin respeto y sin fuerza ambos... De esta manera el arte del genial inmortalizador de "Tanguito", el toreo pleno de sabor y hondura del "Faraón de Texcoco" - actualmente el señor Diputado por Texcoco - apenas asomó en este o aquel momento; en algún lance a pies juntos y particularmente, en varios muletazos de trinchera que algo tuvieron del arte silverista. Y nada más...

Silverio Pérez, si mis apuntes y memoria no me traicionan, había estado entre nosotros, vestido de luces por última vez en abril de 1944, reapareciendo después de la cornada de Zapatero de La Punta y se había despedido de los ruedos, en la Plaza México, en 1953.

Tras de su despedida de los ruedos, incursionó en la política, siendo electo Presidente Municipal de Texcoco, su tierra y después Diputado Federal por el distrito correspondiente a esa región. Hago el apunte, porque se refiere a él don Jesús Gómez Medina como el señor Diputado por Texcoco, cuando en realidad, el primer día de enero de ese año, había iniciado su segundo periodo como Alcalde de Texcoco, su pueblo natal.

La actuación de Evaristo Zambrano

Por su parte, Evaristo Zambrano enfrentó a los novillos de Matancillas y Peñuelas. Lució con el primero, sobre todo, dice don Jesús, con las banderillas a una y a dos manos, pero falló con el rejón de muerte, por lo que el sobresaliente, Jorge Reina El Piti hijo, tuvo que despenar al novillo, siendo llamado el rejoneador después a dar la vuelta al ruedo. Ante el de Peñuelas, complicado, se limitó a cumplir, aunque en ese sí estuvo fino con el rejón de muerte.

Terminando

En Aguascalientes, los festejos taurinos en agosto no son necesariamente abundantes en cantidad, pero se intenta presentar esta tradición de nuestra tierra asociándola a las actividades agroindustriales que nos distinguen o a las festividades religiosas que nos son propias, porque donde la taurinidad es parte de la entraña de los pueblos, en realidad no falta razón para celebrar fiestas de toros.

Aviso parroquial: Los resaltados en los textos transcritos son obra imputable únicamente a este amanuense, porque no obran así en sus respectivos originales.

domingo, 24 de agosto de 2025

Aguascalientes en agosto: toros por la Asunción y la vendimia (III)

La clase de El Callao y el arrebato de Tirado, lo más destacado de la corrida de feria

Para la IV Feria de la Uva, verificada del 23 al 25 de agosto de 1957, fue invitada para fungir como reina la señorita Laura Irene Ortega Hernández Duque, quien tenía además la particularidad de ser hija del Gobernador del Estado, Ing. Luis Ortega Douglas. En esta oportunidad ya no se encomendó la difusión desde la capital al Brigadier Antonio Arias Bernal – quien solamente asistió como invitado especial –, lo que le restó difusión periodística a nivel nacional e internacional, así como tampoco se procuró la asistencia de diplomáticos y artistas de renombre.

La intención fue que conocieran las festividades escritores y personajes de la cultura y la industria como Jean Sirol, Agregado Cultural de la Embajada de Francia; los vitivinicultores europeos Paul Antebí, Jean Laine y Antonio Migliano.

Y por otra parte se convocó a un grupo de periodistas entre los que se encontraron Rodolfo Landeros Gallegos, Francisco Martínez de la Vega, Jorge Joseph, Rafael Solana, Elena Poniatowska, el decano del Periodismo Nacional, Luis Lara Pardo, Miguel Carriedo, y Fernando Castro entre los más destacados.

Por la presencia de todas esas personalidades y los visitantes del extranjero, se proclamó que la comida ofrecida en Viñedos Ribier tuvo carácter internacional, pues en torno a la mesa hospitalaria de don Nazario Ortiz Garza, se reunieron representantes de países tradicionalmente vinícolas. Además, el anfitrión estaba de plácemes, pues había enviado sus productos vínicos a concursar en la Feria de la Viña, en Montpellier, Francia, resultando galardonado por varios de ellos.

El festejo taurino de la feria

Para el domingo 25 de agosto de ese 1957, fecha del cierre de las festividades, se anunció una corrida de toros en la que actuarían Luis Procuna, José Ramón Tirado y Fernando de los Reyes El Callao, ante un encierro de El Rocío, ganadería que se presentaba ante el público de Aguascalientes. También se presentaban ante el público de Aguascalientes el mazatleco Tirado y El Callao, quienes habían recibido la alternativa apenas en el tramo final del año anterior, por esa razón eran "nuevos en esta plaza".

En la edición de El Sol del Centro del día de la corrida, se comentó lo siguiente acerca de los diestros debutantes:

Ramón Tirado pertenece al grupo de los toreros dotados de valor y decisión. Merced a su arrojo, el diestro mazatleco llevó a cabo en España, una relampagueante campaña novilleril, yendo de un triunfo al siguiente, hasta que sus reiterados triunfos tuvieron su epílogo cuando Tirado recibió la alternativa, en festejo de tronío, para luego venir a México a participar en la Feria Guadalupana... A su vez Fernando de los Reyes representa, en esta contienda de valor, destreza y arte, la solidez, el bien hacer y la calidad del toreo clásico... Es el suyo un arte sobrio, pero dotado de hondura y sentimiento, características que le permiten despertar las más intensas reacciones de admiración y entusiasmo...

Respecto de la ganadería que acudía por primera vez a la Plaza San Marcos, encastada principalmente con ganados de Pastejé y Mimiahuápam y procedente de Jiquipilco, Estado de México, propiedad de don Manuel Buch y Escandón, con divisa amarillo y rojo, y que se había presentado con corrida de toros en la Plaza México el 18 de enero de 1953, se decía:

Vacada que, entre las jóvenes, goza del mayor cartel, puede ufanarse de haber enviado el más bravo ejemplar que se lidió en México durante la última temporada. Y quien hace cesto, hace ciento... ¿Por qué no esperar que, entre los seis astados de esta tarde, esté el toro de bandera que, con su bravura y nobleza contribuirá a hacer memorable esta fecha en el recuerdo de los aficionados? …

Ese era el ambiente previo a una corrida en la que el cartel, encabezado por Luis Procuna, tenía siempre ese signo de incógnita que le imponen los genios:

Procuna, torero desconcertante y desigual, como suelen serlo los de su corte, en las tardes de inspiración ha ejecutado el toreo con un sello personal del que hay pocos ejemplos... Ahí están sus grandes triunfos, sus faenas cumbres a la vera de los más grandes ases, para testimonio de lo que estamos aseverando...

Como se ve, el cartel anunciado tenía imaginación, miga, no se veía repetitivo y resultaba interesante a la afición, aunque la mayor parte de los ingredientes del mismo, fueran de nuevo cuño.

El resultado del festejo

La crónica escrita por don Jesús Gómez Medina para El Sol del Centro, tiene un introito donde hace un resumen amplio de lo sucedido esa tarde del 25 de agosto de hace 68 años, y entre otras cosas apunta:

No fue muy pródiga en resultados de orden artístico la corrida de la IV Feria de la Uva... Hurgando en la lidia de los seis bureles, apenas cabe destacar, en este apartado de valores artísticos, una tanda de verónicas y unas chicuelinas de “El Callao”, el farol de rodillas – ¡auténtico chispazo de emoción y de arte! – con que prologó Luis Procuna su labor en el cuarto, y ampliando el alcance del significado del arte, la actuación de Ramón Tirado en su primero... El resto de la jornada quedó reducido a la exhibición de los propósitos triunfales que, al parecer, alentaban el ánimo de los tres espadas; a meros bocetos de obra de arte que a la postre no llegaron a cristalizar porque, entre el deseo del artista y la consumación de un intento, se interponía de continuo el mal estilo, el aplomamiento y la carencia de acometividad de que... dieron muestra los toros de “El Rocío”... Formaron dichos bureles un encierro desigual en tamaño y también en edad y casi todos bien dotados de cornamenta. Y, si bien los seis se mostraron prontos y recargaron ante los montados, ante los peatones de taleguilla, hicieron la lidia cambiante de las ganaderías cuyo estilo no está aún definido... efectuando medias embestidas o buscando el abrigo de los tableros, según suelen hacerlo los bureles que han alcanzado la mayoría de edad...

Pareciera que con esto queda contado el total de los sucesos del festejo, pero resulta ser que José Ramón Tirado le cortó la única oreja del festejo al segundo de la tarde. Ya en el desarrollo del hacer de los toreros, en lo individual, el cronista refiere a este propósito:

Ramón Tirado, ya lo hicimos constar, resultó el más aplaudido de los tres espadas actuantes. Inclusive, el único apéndice otorgado en la jornada, correspondió al mazatleco... Empero, como ya también lo dejamos consignado, el toreo de Tirado, espectacular, fosforescente, no llega a calar hondamente en el ánimo de los aficionados: al menos así ocurrió ayer... Diríase que cuanto se ha alejado Ramón Tirado de las normas perennes del arte taurino para adentrarse en el modernismo a ultranza, ha perdido su toreo en intensidad, en hondura, en calidad emocional, en suma, pese al innegable valor que posee este diestro. Sin embargo, este derroche de agallas y cuanto hay de impresionante, de sugestivo en su estilo, suelen valerle – como ayer ocurrió – la obtención del aplauso popular y, al final de cuentas, la consecución del éxito...

Pues no convenció a don Jesús Gómez Medina el pupilo de El Pipo, quien se convertía en un exponente de la corriente encimista que llegaría a su culmen unos cuantos años después cuando el mismo Rafael Sánchez sacara del anonimato a uno de Palma del Río y ahora sí, revolucionara el toreo, por completo.

De la actuación de Procuna, ya citaba que don Jesús resalta la ejecución de un auténtico farol de rodillas al cuarto de la corrida, agregando:

Al cuarto le dio la bienvenida con un farol de hinojos al que ya aludimos: fue aquel un lance impregnado de brillantez y de emotividad dentro del tono gris de la tarde. Pero luego el morito saltó al callejón y cuando tornó a la arena, había perdido la alegría de la que inicialmente parecía estar dotado... Y aunque Procuna forzó la máquina e inclusive tomó los palitroques en un intento infructuoso de ganar aplausos, el toro, reservón y con media embestida, pese a los arrestos de que dio prueba Luis al torearlo de muleta, impidió la realización de proezas dignas de mención...

Por su parte, El Callao tampoco tuvo tela de donde cortar, aunque el cronista refiere que los mejores momentos y de mejor calidad torera, corrieron a su cargo:

Los lances saturados de mayor calidad taurina, los de mejor ejecución, brotaron del capote de Fernando de los Reyes. Fueron estos los que “El Callao” instrumentó, embarcando al morito, templando y mandando en la embestida y cargando la suerte con la pierna y con el busto, al saludar al primero de la tarde... Todavía pudo “El Callao” dibujar dos o tres chicuelinas parsimoniosas y ceñidas; pero, en el último tercio, y con el toro aquerenciado en tablas, la escena perdió su brillantez inicial. Intentó Fernando torear por derechazos, sacando para ello al bicho a terreno más propicio; más, visto lo inútil de su propósito, recurrió al empleo de la tizona...

Como se puede deducir de la lectura de este pasaje, aunque breve, la actuación de El Callao ante el primero de su lote, le resultó satisfactoria y conforme a su manera de entender lo que es el toreo. 

Para terminar

La Feria de la Uva en esa primera etapa de su existencia era breve, apenas de un fin de semana, entonces, el azar del toreo no dejaba mucho margen para que en un solo festejo se pudiera tener una tarde triunfal cada año, sin embargo, como parte de las tradiciones de nuestra ciudad, se seguirían ofreciendo festejos en estas fechas.

Hasta la próxima semana.

domingo, 17 de agosto de 2025

Aguascalientes en agosto: toros por la Asunción y la Vendimia (II)

La clase y el oficio de El Soldado se imponen en su actuación final vestido de luces en nuestras plazas

Para el año de 1959, la Feria de la Uva o Feria de la Vendimia, que en el vocabulario popular la denominación era indistinta, se celebró entre los días 14 y el 16 de agosto. Fue un evento que se diferenció de los anteriores, tratando de acercarlo más a toda la población, según lo refiere el académico Luciano Ramírez Hurtado:

En lo que respecta a la VI Feria de la Uva,99 ésta duró tres días, se celebró del 14 al 16 de agosto, y se aseveró que era “eminentemente popular”. No obstante, se llegaron a ventilar en la prensa ciertas dificultades, pues algunos de los vitivinicultores se negaban a cooperar con la amplitud necesaria en los gastos que implicaba su organización... (Luciano Ramírez Hurtado, El Paraíso Perdido, Pág. 247, UAA, 2016)

Así, aparte del desfile de la reina con sus embajadoras para compartir la abundancia mediante el obsequio de uvas a la población, en esta oportunidad se organizó un concurso de racimos, un concurso de tragones de uva, la carrera de meseros a la manera de la de la Feria de San Marcos, un desfile de calesas y algunos otros eventos más. Llama la atención también el apunte del profesor Ramírez Hurtado en el sentido de que los vitivinicultores no estuvieron por la labor de aportar los recursos necesarios para la organización de las festividades.

Ese giro del sentido de la Feria no impidió que se engalanara con la presencia de invitados especiales, y así, destacó la presencia del ex presidente de la República, General Lázaro Cárdenas, el General Raúl Madero, gobernador de Coahuila; el embajador de Colombia, Daniel Brigard Herrera; el embajador de los Estados Unidos, Robert C. Hill; el embajador de Perú, Germán Aramburu Lecaros; Antonio Arias Bernal El Brigadier, en su calidad de presidente del Comité Nacional de la Feria de la Uva; Abel Quezada, caricaturista del diario Excélsior; Emilio Sánchez Piedras, líder de la Cámara de Diputados; y, el Gobernador de Tlaxcala, Joaquín Cisneros Molina, entre los más renombrados.

El anuncio de la corrida de feria

El día 13 de agosto se desembarcó la corrida de Golondrinas, ganadería propiedad de los señores Jacobo y José María Domínguez Lecea, vecinos de Lampazos, Nuevo León, misma que se presentaba en Aguascalientes y se hizo público el cartel de toreros que la enfrentaría, encabezado por Luis Castro El Soldado, Gabriel España y Teófilo Gómez, estos dos últimos toreros de reciente alternativa y que se consideraba serían del interés de la afición local. Al día siguiente de esa operación, en el diario El Sol del Centro, se publicó lo siguiente:

Ayer fueron desencajonados los seis toros de Golondrinas que el próximo domingo lidiarán aquí Luis Castro “El Soldado”, Gabriel España y Teófilo Gómez, en el festejo taurino de la VI Feria de la Vendimia… Trátase, en efecto, de un encierro apropiado a la categoría del festejo: con peso y romana, lo cual podrán atestiguar los aficionados que concurran a las corraletas de la plaza desde esta mañana… Los ganaderos de Golondrinas han escogido minuciosamente este encierro para hacer su presentación en la plaza de San Marcos, sabedores de la categoría que taurinamente hablando, guarda ésta...

De lo dado a conocer en la información periodística, los toros a lidiarse, visualmente eran adecuados para el festejo a celebrarse y tenían el cuajo suficiente para atraer una buena entrada al coso San Marcos, el domingo en el que se cerrarían las festividades por el calendario de hace 66 años.

El día de la corrida, nuevamente se publicó información relativa al festejo, en el mismo diario, resaltando por una parte las ilusiones de los toreros de más reciente alternativa y la impresionante hoja de servicios del primer espada, por supuesto:

Al lado de un torero plenamente cuajado, poseedor de toda la ciencia que puede derivarse de los muchos años de andar por los ruedos del mundo; junto a un diestro que, además, puede alardear de ser poseedor de una clase de la mejor ley, como es Luis Castro “El Soldado”, veremos actuar hoy, en el coso San Marcos... a Gabriel España y también a Teófilo Gómez son dos jóvenes espadas que, con un crecido bagaje de ilusiones y de virtudes taurinas, inician actualmente el recorrido del cual, “El Soldado”, se halla ahora en su fase última. De esta manera, todo lo que Luis Castro pueda significar en experiencia, su lograda madurez, la vastedad de sus recursos y la calidad de su arte, lo compensan el arrojo juvenil y el explicable afán de triunfar, de marchar adelante, de que, naturalmente están animados Gabriel España y Teófilo Gómez...

Así pues, las cosas quedaron dispuestas para que se diera ese festejo de la sexta versión de la Feria de la Uva.

La corrida del 16 de agosto de 1959

Al final de cuentas la corrida no resultó lo triunfal que se hubiera esperado. El encierro de Golondrinas no dio el juego que tanto la afición como sus criadores hubieran esperado. La corrida, de acuerdo con la crónica, fue mansa, con un par de toros manejables, pero fuera de esos dos, los demás no permitieron el lucimiento de los toreros.

La actuación de El Soldado

Lo que resultó ser la última tarde en la que Luis Castro El Soldado actuó vistiendo el terno de luces en las plazas de Aguascalientes, no le fue redonda, pero sí obtuvo en ella el reconocimiento de la afición – de la auténtica – por su hacer ante los toros que le tocaron en suerte. Relata don Jesús Gómez Medina en su crónica escrita para el diario El Sol del Centro:

Es una verdad indiscutible que las figuras cumbres del arte taurino, todos los llamados toreros de época, han sido o llegado a ser, grandes lidiadores… Pues bien: “El Soldado” es, hoy por hoy, uno de los diestros más sobresalientes en este decisivo aspecto del toreo; lidiador consumado que, además, realiza la lidia con una limpieza, un aplomo y un señorío que difícilmente tienen paralelo en la actualidad... En este aspecto, Luis Castro es torero para el buen aficionado, nunca para el espectador adocenado, para el villamelón incapaz de percibir cuánto hay de mérito y valer en esto... ¡Y ayer había tantos espectadores de este tipo en la plaza! … La actuación del de Mixcoac, por cierto, tuvo un primer capítulo que, por su espectacularidad, satisfizo a todos los parroquianos: su actuación con el primer burel, uno de los dos astados de Golondrinas que se dejaron torear... Con el capote y con la franela, Luis toreó pausada y rítmicamente, haciéndose ovacionar repetidas veces. Y con medio acero lo puso en manos del veterano Chino Lara... Y al reclamo popular, “El Soldado” salió hasta los medios para agradecer las palmas... A su segundo lo lidió de principio a fin, haciendo cabal demostración de talento y eficacia… A todo esto, no faltaron los pitos... ¿De los exigentes, acaso? ¡No, de los exigentes que exigían que toreara! … ¿Acaso lidiar no es torear? … Con otro espadazo similar al anterior, Luis Castro puso término a la lidia de este cuarto y difícil astado...

La eterna contradicción que se produce entre la afición y entre el público se hizo patente en esta tarde, al no entender que no a todos los toros se les puede parar y pegar muletazos. Por eso, ante el segundo de su lote, a El Soldado, un grupo de espectadores le afeó su hacer, por no comprender que era lo adecuado a las condiciones del astado.

El resto de la corrida

Teófilo Gómez se mostró como un torero que tenía el valor por divisa. Se puso donde los toros hacen daño y logró entusiasmar a la concurrencia – escasa, refiere el cronista – con su despliegue de valor:

Por ser valiente aguanta a los toros e inclusive, en fuerza de parar casi por sistema, los obliga a tomar el engaño con mayor docilidad y continuidad que las previsibles, vistas las condiciones de los astados… Con su primer adversario – el otro de los dos manejables del encierro – el queretano tragó paquete con el percal, y luego, muleta en mano, prosiguió haciendo demostración de agallas en el toreo por alto, antes de ligar una tanda de muy buenos derechazos, rematados con superior pase de pecho. Repitió la dosis, y se adornó luego con manoletinas, Pero con el acero, el hombre es una calamidad: no tiene ni valor ni habilidad para estoquear. Se eternizó pinchando en la peor forma, y hasta escuchó un aviso... Con el quinto, nuevamente a base de parar y aguantar, consiguió hacerse del bicho, para torearlo sobre la derecha, entre aplausos... Y con el pincho, nueva dosis de desaciertos y exhibición de medrosidad e indecisión. Y justificadamente se “ganó” otro recado de la autoridad...

Lo conseguido con las telas, Teófilo Gómez lo perdió por manejar mal los aceros. No encontré referencia de que volviera a nuestras plazas vestido de luces, pero años después, sería visitante frecuente en su nuevo hacer como criador de reses de lidia y en esa arista de su vida taurina, se resarciría con muchos triunfos, del que se le escapó esta tarde.

Gabriel España, quien apenas el 24 de abril anterior había tenido una buena tarde en la Feria de San Marcos, en esta oportunidad cargó con los huesos del encierro y bastante hizo con salir del paso. Refiere el cronista:

Los toros que integraron su lote sacaron mansedumbre y el peor estilo; en estas condiciones, el estilista cordobés, pese a haberlo intentado, nada consiguió digno de encomio. Y a la hora de la verdad, a punto estuvo de seguir la huella de Teófilo Gómez...

Así, la corrida concluyó, insisto, sin un triunfo resonante, pero con la impronta que dejó la actuación firme y resuelta de un gran torero.

Un par de apuntes finales

Don Jesús Gómez Medina cierra su crónica con un par de reproches a los organizadores de la corrida, que bien vale la pena reproducir:

Dos detalles tuvo el festejo, que mucho desdijeron de su categoría y del prestigio de nuestra plaza: la presencia de una desafinada murga, que estuvo desafinando toda la tarde, y la inoportuna comparecencia en el ruedo del regio cortejo... cuando habían sido lidiados ya dos toros...

Y creo que razón no le falta. La música en los toros es esencial, en una medida justa y en los momentos oportunos. Pero siempre con calidad. Y los desfiles también tienen su momento, son antes del paseíllo o se dejan para mejor ocasión.

Hasta la próxima semana.


domingo, 10 de agosto de 2025

Aguascalientes en agosto: toros por la Asunción y la vendimia (I)

A 70 años de la primera corrida de una Feria de la Uva

Existen registros en los archivos de que en lo que hoy es Aguascalientes se cultivaba la uva y se producían vino y aguardientes desde el siglo XVIII. En ese entonces la Villa tenía apenas alrededor de seis mil habitantes y de acuerdo con el censo de cepas levantado a propósito de un expediente administrativo, conforme a los procedimientos agrícolas de la época, la superficie cultivada llegaría a lo sumo a unas diez hectáreas.

Posteriormente, en el primer cuarto del siglo XX, con la apertura del Distrito de Riego 01, en lo que hoy es Pabellón de Arteaga, originalmente la Colonia Progreso, ante la posibilidad de contar con aguas para el riego, se plantaron vides en esa región, pero sin la posibilidad de una explotación industrial, siendo su aprovechamiento como fruta en fresco y se relata que se hicieron algunos intentos de vinificación, pero principalmente a nivel doméstico o familiar.

Es a la mitad del pasado siglo cuando don Nazario Ortiz Garza inicia en Aguascalientes la viticultura con vocación industrial, al plantar inicialmente trescientas hectáreas de vid con la intención de vinificación y crea la Vinícola San Marcos, que fue el buque insignia de la vinicultura acalitana durante las casi tres décadas que permaneció esa industria, que junto a los talleres de los ferrocarriles y la del vestido, se convirtieron en el sostén de la economía de Aguascalientes por ese tiempo.

Habrá que señalar que el producto principal que se elaboraba en esas épocas era el aguardiente, comercializado principalmente bajo la forma de brandy, siendo el más reconocido el Brandy San Marcos, a pesar de que existieron otras marcas locales como Parián, Filso, Cardenal, Alonso o Montoro. La superficie cultivada de vides, se afirma fue de alrededor de unas ocho mil hectáreas.

Después de un paréntesis de un par de décadas, causado por la absorción de los primeros viñedos por la mancha urbana, el encarecimiento del costo de la energía eléctrica para extraer el agua del subsuelo para la irrigación por la cancelación de subsidios, y sobre todo, por la apertura comercial de México, que hizo inviable la vitivinicultura en la región, se comenzó a retomar en superficies más reducidas y con la idea de producir vinos de mesa de calidad. Eso ha regresado a nuestra tierra una tradición reciente, pero que arraigó pronto en la población y ha sido, una de nuestras señas de identidad.

La Feria de la Uva

Es en el año de 1954, que el gobernador Benito Palomino Dena, juntamente con don Nazario Ortiz Garza, instauran la Feria de la Uva o Feria de la Vendimia, a celebrarse en la tercera semana de agosto de cada año, en la que se organizarían eventos culturales y sociales y en la que también, muy señaladamente, los viticultores obsequiarían algo de su producto a la población de Aguascalientes. Esto último se hacía mediante un desfile de tractores que remolcaban tolvas cargadas con racimos de uva, que las embajadoras de los viñedos entregaban a los espectadores del desfile.

El quincenario de la Asunción

Aunque la cédula de fundación de la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes está fechada en octubre – día 22 –, la ciudad está encomendada a su patronazgo y la fecha de su conmemoración es el día 15 de agosto. 

Los primeros quince días del octavo mes del año convierten a Aguascalientes en el escenario de una serie de expresiones de devoción hacia la patrona de la ciudad. De todos los puntos de la diócesis llegan peregrinaciones hacia la Catedral Basílica a proclamar su fe y su admiración y respeto por la Virgen de la Asunción y los fastos concluyen el día 15 por la noche con la Romería de la Asunción, celebración que tiene ya casi siete décadas de llevarse a cabo.

Los toros, la Asunción y la vendimia

A partir de la mitad del siglo XX, se aprovecharon indistintamente las fiestas de La Asunción o de la Vendimia para ofrecer algún festejo taurino a la afición. Nunca se estructuró una feria taurina en forma, porque la fiesta patronal se concentraba en una sola fecha – el 15 de agosto – y la celebración de la vendimia se reducía inicialmente a un fin de semana largo después de las celebraciones patronales, así que sin una fijeza en el calendario, lo mismo se daba una corrida de toros, una novillada o un festival, vinculado con cualquiera de las dos celebraciones, dependiendo de la forma en la que los días de la semana se acomodaran.

En estas próximas entradas trataré de recordar algunos de los eventos más destacados de los sucesos ocurridos en el ruedo de la plaza de toros San Marcos entre 1955, cuando se dio la primera corrida de toros vinculada a la Feria de la Uva y el año de 1977, en el que, a mi juicio, lo taurino alcanzó su máximo esplendor con un magno festival en homenaje a Calesero. 

Seguramente en ese lapso de tiempo hubo varios festejos más en esa época del año, pero trataré de exponer aquí los que me parecen los más significativos.

La primera corrida de la Feria de la Uva

Para el domingo 7 de agosto de 1955 se anunció la celebración de la corrida extraordinaria con motivo de la Segunda Feria de la Uva. El cartel se componía con un encierro de Torrecilla, entonces todavía propiedad de don Julián Llaguno, que enfrentarían Alfonso Ramírez Calesero y Rafael Rodríguez mano a mano.

El festejo revestía un interés propio de nuestra ciudad. El solo anuncio de los dos toreros de Aguascalientes en el mismo cartel, producía ese ambiente de enfrentamiento que el amigo Gustavo de Alba señalaba como fácil de confundir con una especie de lucha de clases, cuando nos decía:

...sin necesidad de tener brochazos de marxológo, la comparación fácil de una lucha de clases que se dirimía, año tras año, durante la Feria de San Marcos en el ruedo del centenario coso de la calle de la Democracia: ricos versus pobres, curros versus descamisados, los de sombra frente a los de sol. Sin embargo, creo que esa rivalidad va más allá de la lucha de clases o, quizás mejor dicho, la trasciende con algo más importante que con el paso de los años se ha perdido en la afición aguascalentense: la emoción, el interés profundo por la fiesta... Aquellos que no iban a la plaza, solían acercarse, con genuina atención a los conciliábulos de taurinos que se formaban, ya fuera en la legendaria “Bolería Calesero”, en el Parián, o en los cafés de la época, para preguntar cómo habían estado “El Calesa” y “El Volcán”, aun cuando no fuera tiempo de feria...

Entonces, el ambiente estaba a punto y la entrada asegurada, sobre todo si se considera que Rafael Rodríguez había estado ausente de la Feria de San Marcos el abril anterior.

Cuando el toro todo lo descompone

Uno de los subtítulos de la crónica de don Jesús Gómez Medina para El Sol del Centro reza: Torrecillas mandó 6 feas ratas... Y la narración acerca de su comportamiento y presencia que hace acerca de ese encierro, es la siguiente:

...la lidia de los seis primeros toros (?) a punto estuvo de hacer naufragar al festejo en el mar de sosería y mal estilo que aportaron al festejo los pupilos de don Julián Llaguno. Su endeblez, además, y su carencia de respeto, los hacían inadecuados para lidiarse en un festejo de categoría. La conclusión se impone: o al Sr. Llaguno no le interesa conservar el prestigio de su ganadería, o bien tiene en muy poca estima a la afición de Aguascalientes...

Ante un encierro de tales condiciones, Calesero tuvo pocas oportunidades de lucimiento, teniendo algunos momentos brillantes ante el tercero de su lote, quinto de la tarde, pero sin pasar más allá.

Rafael Rodríguez y Tapatío de Ramiro González

Aunque ya le había cortado dos orejas al segundo de su lote, tras ser picado el sexto de la corrida, Rafael Rodríguez anunció el regalo de un toro, que fue autorizado por quien presidía el festejo. El sobrero era precisamente el toro llamado Tapatío, de la ganadería de don Ramiro González, toro que describe así la crónica:

“Tapatío” de las dehesas de Ramiro González fue el encargado de salir por los fueros de los de su especie. ¡Fue un hermoso ejemplar de toro de lidia! Fuerte, enmorrillado, corto y apretado de pitacos; con trapío, en suma, marcado con el número 91. Además, con bravura, poderío y nobleza, y con más de 450 kilos sobre los lomos. ¡Lo que se llama un toro! …

La faena, de acuerdo con la narración escrita de don Jesús Gómez Medina, fue emotiva, tanto por la entrega del torero, como por la pelea que dio el toro, que recibió tres puyazos, señala, estrellando a los jamelgos contra las tablas... Así pues, el toro fue bravo y poderoso. Ante él, El Volcán de Aguascalientes realizó lo siguiente:

Bravo, pujante, sobrado de codicia y duro de patas – inclusive pareció haberle faltado otro puyazo –, tal concluyó sus días el de Ramiro González. La faena de Rodríguez tuvo como nota de mayor relieve, la de su emotividad. En cada pase, el riesgo era evidente, la distancia, mínima. Pues bien: en tal sitio y en estas condiciones se desarrolló la lidia de “Tapatío”, que llegó a su clímax cuando con el engaño en la mano torera, Rafael se enroscó repetidas veces al astado en el pase fundamental del toreo de muleta. Y, tras los desplantes y los muletazos de adorno, la estocada en sitio desprendido... Fue entonces cuando el festejo alcanzó su culminación; al triunfo del torero - rubricado con las orejas y el rabo de su enemigo - se enlazaba el triunfo del ganadero. Entre ovaciones y música recorrieron ambos el ruedo, en tanto que a los despojos del excepcional “Tapatío” se les tributaban los máximos honores...

El encierro titular a punto estuvo de cargarse el festejo y un toro sobrero, de regalo, salvó in extremis la tarde, dejando claro a propios y extraños que el toro y su bravura son la esencia de esta fiesta.

Así fue como concluyó el primer festejo taurino celebrado para celebrar el cultivo de la uva y su vendimia en Aguascalientes, por estos días, hace ya 70 años.

domingo, 3 de agosto de 2025

3 de agosto de 1975: Marcos Ortega recibe la alternativa en Barcelona

Marcos Ortega nació en Morelia, Michoacán y se crio en la Ciudad de México, en la colonia La Joya, y de este último sitio se asentaba su origen en los programas de la gran plaza, en la que se presentó el 21 de mayo de 1972, cortando una oreja al sexto de la corrida, que tuvo que matar por herida de su alternante Joselito Herrera, llamado Presidente, de Santa Rosa de Lima. Ese ciclo del 72, actuaría en siete festejos más y pasaría el invierno en Sudamérica, actuando principalmente en plazas de Venezuela.

Al siguiente calendario volvería a la Plaza México, para presentarse en cinco festejos más cortando una oreja el día de su presentación, a Bicicleto de Santa Marta y teniendo resultados discretos el resto de sus participaciones.

Es en esas fechas que el apoderado español Rafael González Chabola, a quien seguramente conoció en la temporada que realizó al Sur del Ecuador, lo invita a ir a España y a intentar torear novilladas allá para recibir posteriormente la alternativa. Marcos Ortega hace suya la idea y no se le verá por nuestros ruedos sino hasta cerca del final del año de 1975.

Marcos Ortega en España 1974 – 75

Chabola le encuentra a su nuevo poderdante mexicano actividad casi desde el inicio del año. En esos días, en Arnedo, La Rioja, el Festival del Zapato de Oro, organizado por el Club Taurino Arnedano era un festejo informal que tenía finalidades de beneficencia. Para 1974, se programó en horario matinal con los rejoneadores Álvaro Domecq Romero y Manuel Vidrié, el matador de toros Andrés Hernando y Marcos Ortega como novillero, con cuatro novillos de Torrestrella. Los entonces presidente y secretario de dicho Club Taurino Arnedano, Santiago Gutiérrez Milla y Marino Gil de Muro, explicaban al redactor de la revista madrileña El Ruedo, en marzo de 1974, al anunciar el festival, lo siguiente:

El trofeo «Zapato de Oro», que tiene un gran valor intrínseco... está patrocinado por la prestigiosa industria zapatera de la importante ciudad riojana... Queremos que ese día sea de auténtica fiesta para Arnedo. La solemnidad se iniciará con una misa matinal celebrada en el ruedo de la plaza, seguida de un festival, cuyos beneficios, si los hay, se destinarán a la lucha contra el cáncer... También gestionamos que los actos sean presididos por una alta personalidad riojana...

El festival fue triunfal para todos los actuantes, pues Álvaro DomecqAndrés Hernando y Marcos Ortega se alzaron con dos orejas cada uno, en tanto que Manuel Vidrié cortó las dos orejas y el rabo del novillo que le tocó en suerte.

Para el siguiente calendario, ese festival se convertiría en una de las ferias de novilladas más importantes del llamado planeta de los toros, vigente hasta la fecha.

Ese triunfo le abriría a Marcos Ortega las puertas de plazas como Jumilla, Logroño, Vitoria, Calasparra, Algemesí o Azpeitia en España y las francesas de Born de Parentis, Ceret, Saint Cyprien, Saint Sever y Aire sur Adour, sumando en ese calendario 31 novilladas cortando 58 orejas, 9 rabos, y sumando 14 salidas en hombros.

El año siguiente lo planteó para acercarse a Madrid y se anunció en varias ocasiones en San Sebastián de los Reyes, logrando llamar la atención de los veedores de la casa Balañá, quienes lo llevaron a Barcelona, donde toreó seis tardes, cuatro novilladas y dos corridas mixtas. De las novilladas, en tres formó cartel con el salmantino Pepín Peña y el alicantino Luis Francisco Esplá. También se presentó en la plaza mallorquina de Inca y en el coliseo francés de Arles. Cerró su etapa de novillero ese año con 18 festejos toreados. 

En este punto creo importante resaltar que en las plazas de Balañá, a partir de su tercera actuación, la del 1º de junio, se le colocó un remoquete que tres décadas antes Ricardo García K - Hito había acuñado para describir el arrollador paso de Carlos Arruza por los ruedos hispanos. Así entonces, los publicistas de Barcelona, Palma y otras plazas anunciaban a Marcos Ortega como El ciclón mexicano.

El anuncio de la alternativa

La empresa de don Pedro Balañá Espinos le ofreció la alternativa a Marcos Ortega y con ella, cinco corridas de toros adicionales, cuatro en Barcelona y otra en Palma de Mallorca. Se planteó inicialmente que ese festejo se diera a finales de julio, pero algunos ajustes de calendario motivaron un cambio de fecha, según se hizo saber en el semanario El Ruedo fechado el día 22 de julio de 1975:

Debido a un ajuste de última hora en los carteles de la Ciudad Condal, la alternativa del mejicano Marcos Ortega, prevista en un principio para el 31 de julio, tendrá lugar el domingo 3 de agosto. Será padrino de la ceremonia el madrileño Ángel Teruel, y testigo el diestro albaceteño Dámaso González. Queda pendiente tan solo la divisa de los toros a lidiar ese día en la Monumental de Barcelona...

Así pues, quedó ya firme la fecha del doctorado del torero mexicano, estando solamente pendiente la procedencia del ganado que completaría el cartel.+

La tarde de la alternativa, tarde de efemérides

Arreglado ya el cartel de toreros y definida la fecha, se definió que los toros serían de Juan Mari Pérez Tabernero, de Salamanca - actual Montalvo - los que enfrentaría la terna ese domingo de hace 50 años. La actuación de Marcos Ortega esa tarde tuvo diversos matices, cortando la oreja al segundo de su lote. La crónica de Rafael Manzano, en la Hoja del Lunes aparecida al día siguiente del festejo, refiere:

...Recibió los trastos de mano de Ángel Teruel... Inició su faena con un pase sentado en el estribo. A nuestro juicio equivocó su trabajo, ya que se empeñó en realizar una labor vibrante y cálida con un toro que se había desinflado en las varas y aparecía derrengado de los cuartos traseros. Mató mal, alargando el brazo, de tres pinchazos y una honda. Se le aplaudió con afecto. Digamos para la historia que el toro de la alternativa se llamaba «Calamar» y que el maestro vestía de azul y oro... Al que cerró plaza, Marcos Ortega lo veroniqueó con arte. Y se llevó al bicho al castigo por chicuelinas corraleras. Llegó la res con cierto son al último tercio. El azteca comenzó su faena con tres pases, ambas rodillas en la arena. Y siguió sobre la mano derecha con un toreo vistoso, aunque falto de temple. Entró a herir en su rectitud, agarrando una gran estocada que fulminó a su enemigo. Flamearon los pañuelos y le concedieron una oreja. Marcos Ortega banderilleó a sus dos toros, con su acostumbrada brillantez y eficacia...

Como dato adicional, agregaré que Manzano abre su relato recordando que el festejo se celebró en el 483 aniversario del inicio de la primera expedición de Cristóbal Colón.

Otra versión de los hechos es la signada por Juan de Salamanca en el Diario de Barcelona fechado el 5 de agosto siguiente:

Teruel, como padrino y en presencia de González, entregó al mejicano los trastos de matar, – no sin su discursito de circunstancias –. «Calamar» llegó con escasa fuerza al último tercio, y «el ciclón mejicano» perdió intensidad y no precisamente por su culpa, si no por la de su enemigo. Y entre los deseos justificados de agradar con pases de distintas marcas, al son de la música – el pasodoble dedicado a Domingo Ortega – trató de rematar su labor, pero los dioses le negaron el éxito, ya que estuvo desafortunado con el estoque. Solamente y al retirarse al callejón escuchó palmas de cortesía. Más «el ciclón mejicano» resurgió levemente en el último de la tarde. Brindó la faena a su padre, desplazado desde Méjico para tan propicia ocasión, y con «Banquero» realizó un trasteo muy meritorio con derroche de valor y en algunos instantes con claros atisbos de arte. Al cobrar una buena estocada cortó la oreja. Ilusiones cumplidas en un día histórico para su carrera taurina...

De Salamanca hace mención al entradón que produjo el cartel anunciado y respecto de la fecha, refiere que, por ser día de lidia de toros, no debe olvidarse que es día de santa Lidia de Tiatira

Por su parte, Julio Ichaso, en La Vanguardia, es más pragmático, va directamente a los hechos ocurridos, sin hacer referencias históricas de tipo alguno a lo sucedido y refiere:

Primero, número 35, «Calamar». El mejicano se arrodilla para recibir al toro de su doctorado y sufre una tremenda colada. No se aflige y ya en pie torea con los pies juntos sacando Unos lucidos lances. Pone banderillas el mejicano y es aplaudido. Con la muleta apenas puede aprovechar la escasa fuerza de su enemigo, pero, con todo, la voluntad de Ortega permite al público que veamos buenas maneras y, sobre todo. valor y ganas de triunfo. Acaba en la cuarta entrada y es aplaudido... Sexto, número 53, «Banquero». Un precioso ejemplar al que Ortega saluda con garbosas verónicas. Con un picotazo hondo pide el mejicano el cambio y de nuevo vuelve a sonar la música en su trabajo muleteril iniciado de hinojos. Toree Ortega con lentitud y saca a relucir bastante temple en sus naturales que quizá carecen de remate. Sin embargo, el público reconoce la extraordinaria voluntad del novel doctor, lo ovacione. Y cuando acaba de una entera, solicita y obtiene de la presidencia una oreja como premio a este matador mejicano que va a actuar en tres ocasiones consecutivas a nuestra Monumental...

Así fue como vio la principal prensa barcelonesa a Marcos Ortega la tarde de su alternativa, en la que, cada uno de los escribas tuvo sus motivos para conmemorar determinadas efemérides o santificar las fiestas.

Lo que vendría enseguida 

La línea final que escribió el cronista de La Vanguardia habla de que actuaría en tres tardes consecutivas en la Monumental. Y es que casi al salir de la plaza, ya estaba anunciado para el siguiente jueves, para alternar con César Morales y Paco Alcalde en la lidia de toros del Conde de Mayalde y el domingo 10 de agosto, acartelado con el rejoneador Álvaro Domecq Romero, Rafael Torres y Paco Bautista, para lidiar toros de Salvador Guardiola.

Y es que efectivamente, don Pedro Balañá le cumplía lo ofrecido al firmarle la alternativa. Y todavía volvería allí el 31 de agosto con Paquirri y Pepín Peña. Seguiría después en Palma de Mallorca, Oviedo, Ayamonte, Gerona y Figueras.

Y seguramente el incombustible Chabola le buscaba acomodo en las ferias del final de calendario, como Zaragoza, Jaén y alguna otra de tronío, con la finalidad de traerlo de regreso a México con su cartel bien cimentado.

La suspensión del convenio

Para el último día de septiembre del 75, Marcos Ortega sumaba ya 10 corridas toreadas en ruedos hispanos y apuntaba a sumar varias fechas más. Pero en vísperas de esa fecha, acontecimientos políticos generados entre el gobierno de México y el de España, motivaron la suspensión prácticamente de todo contacto entre ambos países y por consecuencia, la fiesta no iba a ser excepción. Señala una nota aparecida en El Ruedo del 7 de octubre de ese año:

El Convenio Taurino Hispano – Mejicano ha sido suspendido de manera provisional, ante la actitud mostrada por el Gobierno mejicano hacia España, en relación con los últimos acontecimientos de la política española. Este acuerdo fue tomado el viernes día 3 por la Junta Nacional Sindical Taurina... La Junta Nacional Sindical Taurina... ha examinado la situación que los recientes acontecimientos y la actitud del presidente de Méjico hacia España han planteado hacia el Convenio Taurino Hispano - Mejicano y las actuaciones previstas de toreros mejicanos en plazas españolas y viceversa. Por unanimidad, se acordó suspender el Convenio con Méjico, hasta en tanto no se modifiquen las circunstancias actuales...

Así pues, la temporada que tenía todavía por delante un mes, terminó para los toreros nuestros que hacían campaña por aquellas tierras. Una información contigua señalaba que un par de días antes, Eloy Cavazos y Arturo Ruiz Loredo ya habían emprendido el viaje de regreso y que en los días siguientes lo harían Manolo Arruza, el personaje de estas líneas y el novillero José Alfredo Betancourt El Chaval.

Marcos Ortega reaparecería en la Plaza México el 28 de diciembre de ese mismo año 75 para confirmar su alternativa barcelonesa, de manos de Curro Rivera y atestiguando Manolo Arruza, cediéndosele el toro Silao de San Miguel de Mimiahuápam.

Un remate estadístico

Marcos Ortega es el décimo noveno torero mexicano que recibe la alternativa en una plaza de Barcelona; el decimosexto en la Plaza Monumental; y, el último en obtenerla allí al día de hoy. Agregaré que el último matador de toros mexicano en actuar en esa plaza, es Arturo Macías, quien se presentó allí el 15 de agosto de 2010 y el último novillero en hacerlo fue Sergio Flores, quien actuó en la Monumental el 19 de junio de 2011. 

Edito: En la misma fecha de esta entrada, a las 12:30 horas del tiempo del lugar de donde la publico, me avisa el amigo Guillermo Leal que el torero Marcos Ortega ha fallecido, justo medio siglo después de haber recibido la alternativa. Que encuentre el eterno descanso.

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