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domingo, 9 de noviembre de 2025

La otoñada taurina en Aguascalientes (y VI)

Jesús Solórzano: Era un aire suave de pausados giros…

La apertura de la temporada 1970 – 71 en la plaza de toros San Marcos se ofreció el 29 de noviembre de 1970. El cartel se formó con un encierro de don Lucas González Rubio para el rejoneador Gastón Santos, quien se presentaba en Aguascalientes y a pie, el regiomontano Raúl García, Jesús Solórzano, uno de los triunfadores del anterior serial abrileño y el portugués Oscar Rosmano, quien recibiría la alternativa. En el papel, el cartel lucía muy interesante. La nota previa al festejo, publicada en el diario Heraldo de Aguascalientes, la víspera de la corrida, entre otras cuestiones, consignaba:

Para que todo el público pueda admirarlo, ya se encuentra en los corrales de la plaza de toros San Marcos, el precioso encierro que ha enviado la ganadería de don Lucas González Rubio para lidiarse en le corrida de mañana, que será todo un acontecimiento taurino... Los aficionados pueden acudir al coso San Marcos a admirar el lote de astados que ayer fueron desembarcados entre grandes medidas de cuidado, para que el encierro salga íntegro al ruedo... Son siete toros que serán lidiados por el rejoneador Gastón Santos, el centauro potosino que se presenta ante la afición hidrocálida, Oscar Rosmano quien recibe la alternativa con todos los honores, Raúl García, el regiomontano que reaparece, y Jesús Solórzano, el artista de toreo clásico y puro... El cartel es completísimo, razón por la cual los aficionados han estado acudiendo a las taquillas y de verdad, quienes no lo hayan hecho, deberían acercarse para asegurar su presencia en este gran acontecimiento taurino...

Con esa información se buscaba atraer a la afición a la plaza de toros a presenciar la corrida de arranque de temporada y a conocer al nuevo matador de toros que sería ungido en esa fecha. También se anunciaba, la misma fecha, que habría posibilidad de evitar los efectos de la oscuridad, que cae temprano en los últimos toros de los festejos. Se publicó en el mismo Heraldo de Aguascalientes:

Una buena noticia para los aficionados es que la plaza de toros San Marcos ya cuenta con torres de faros reflectores, por lo que, si la noche llega pronto, no habrá ningún problema, la visibilidad seguirá siendo estupenda, como si fuera de día... La empresa, queriendo que el público goce completamente del espectáculo, ordenó la colocación de esas torres de reflectores, para evitar el inconveniente de que en tiempo invernal la oscuridad dificultaba o impedía la lidia del último de la tarde... Ahora puede caer la noche, pero el ruedo estará completamente iluminado. ¡Enhorabuena! …

La realidad de las cosas es que, para esas fechas se estaban realizando las obras para instalar un alumbrado moderno en la plaza de las calles de la Democracia, pero esa iluminación de los festejos nocturnos no sería estrenada sino hasta el día 6 de febrero del año siguiente, así que, en el entretanto, los efectos de la penumbra se seguirían padeciendo.

La sustancia de una tarde afortunada

El éxito de la corrida descansó sobre la actuación de Jesús Solórzano, quien, con cuatro años de alternativa, empujaba fuertemente para convertirse en figura del toreo. Aquí en Aguascalientes ligó varias tardes de gran triunfo y logró ser un consentido de la afición. Este último domingo de noviembre del año 70, no sería la excepción. Se encontraría con un toro de don Lucas González Rubio que le permitiría desarrollar su tauromaquia y confirmar su posición en esta tierra. Escribió don Jesús Gómez Medina en su tribuna de El Sol del Centro:

Revestida su juvenil silueta de recamados oros y sedas color esmeralda, que, dicen, es el de la esperanza, arribó ayer al Coso San Marcos quien, horas más tarde, cobijado ya por la noche; y más que por las sombras nocturnas, amparado por la entrega entusiasta, por la férvida idolatría de un público que lo había proclamado “su” torero, Chucho Solórzano abandonaba el recinto de su consagración dejando tras de sí una estela de admiración y una marejada de los más encendidos parabienes... Profeta y mesías de su propio arte, al que llevó a extremos de perfección pocas veces logrados por quienes usan coleta, arcángel vestido de torero, Jesús Solórzano hizo del rudo ejercicio taurino un juego pleno de gracia, de simetría y de ritmo; un escarceo ligero, sutil, cuasi alado, hecho de luz y de garbo, de cadencia y señorío, que a la mente retraía el verso de Rubén: “Era un aire suave de pausados giros…” … Y todo esto realizado a la vera misma de los pitones de los bureles, cuya noble condición no elimina la existencia del riesgo... Y todo esto llevado a cabo sobre el sólido basamento de la mejor técnica taurina; pero de una técnica realzada, ennoblecida con la diamantina evidencia de un arte y de una clase de la mayor jerarquía; de tal manera que pocas veces, como ayer en las faenas de Solórzano, pudo establecerse en forma tan cabal la paridad entre el torear bien y el saber torear, “desiderátum”, por igual, de toreros y aficionados... Porque, señores aficionados: ¡torear como ayer lo hizo Solórzano, especialmente en su segundo adversario con esa inspiración y ese clasicismo, con tanta calidad y con tan rotunda intensidad, con ese arte y esa clase, en suma, es majar de poquísimas ocasiones! … Y en la historia de la tauromaquia en Aguascalientes, constituye un hito, una fecha de imperecedero recuerdo. Porque – repitámoslo - ¡ayer llegó el que tenía que venir! … con el segundo de su lote, “Artista”, cárdeno, alto de pitacos; sin mucha bravura, pero con nobilísimo estilo, el triunfo pleno, esplendoroso. ¡La apoteosis! … La escena cobró calor y emoción a partir del segundo tercio, cuando Chucho, luego de clavar un tercer par, salió perseguido espectacularmente por el cárdeno, y tan solo a su juventud y facultades debió el haber salido bien librado... En este ambiente de expectación, fue Solórzano y brindó al Lic. Edmundo Elorduy, el primero de sus “istas”, la que sería la faena de su consagración. Y a torear… ¡Y de qué forma amigos! … Un toro noble, sí, de excelente estilo; pero sin celo, sin positiva bravura; más al que la muleta bruja de Solórzano apresó con hilos sutiles para forjar así, sin visible esfuerzo físico, sin gestos espectaculares y tan solo con la efusión y la inspiración brotadas de lo más entrañable de su ser, una faena a través de la cual muchos, muchísimos redescubrieron el toreo; una faena que a otros permitióles abrir la espita del recuerdo para reconstruir faenas y escenas pasadas... Porque, ¿no es verdad que los naturales y los derechazos de Chucho nos “supieron” a distinto? ¡Ah!: es que Solórzano, señor de su arte, supo siempre situarse en el lugar debido y llevar la muleta al ritmo justo, con el temple preciso, perezoso, para ahondar si ello fuera posible, la intensidad del lance y ponerle fin mediante el preciso y levísimo giro de una muñeca cuyos goznes, si las cosas se hacen debidamente, pueden pender algún día los destinos del toreo... Y encima de esto, la variedad, la diversidad. Diversidad en la forma, que no en la calidad de las suertes. Diversidad en la ejecución de aquellas. Vimos así naturales citando de frente, ante los pitones, como lo hiciera don Juan Belmonte, para girar luego el busto al paso del astado, recreándose en llevarlo dominado, embebido en el engaño; naturales citando de perfil, realizados a pies juntos o bien ejecutados a la manera de “Litri”, cuando Solórzano, ebrio de torerismo, lanzado por el duende, bordaba, mejor que toreaba, con una muleta transformada en venero del que, a la melancólica luz del crepúsculo, fluía generosa el agua de la más pura verdad taurina... Vino luego en pleno apoteosis, la petición del indulto realizada por el público y acordada por los señores del palco de honor. Y cuando ya el inmortal “Artista” de don Lucas González Rubio desapareció por donde minutos antes había salido, el triunfo de Chucho Solórzano llegó al clímax: las dos orejas, el rabo, también una pata, simbólicos trofeos que el ya ilustre vástago del Rey del Temple paseó por el ruedo, entre ovaciones y música, haciéndose acompañar en una ocasión por el popular ganadero de Tepatitlán...

Hasra aquí la crónica de don Jesús, una crónica que a fe mía, transmite el emocionado ambiente que se vivía en la plaza en ese momento y que en su relato, deja ver con claridad la vigencia, sin citarla, de aquella sentencia de Domingo Ortega: torear no es lo mismo que pegar pases. Porque el cronista explica con claridad meridiana como Jesús Solórzano amalgamó el oficio con la clase, para hacer que un toro sin aparente fondo, diera lugar a la creación de una brillante obra artística.

Yo agregaría que una verdadera apoteosis que pudo culminarse mejor con la espada, porque de la descripción que hace don Jesús de la conducta del toro, evidentemente no era merecedor del indulto que se le pidió desde las tribunas, y sin embargo se concedió, voy a suponer que empujada la concurrencia por lo que le sucedió al torero en el primero de su lote, que malogró una faena importante por sus fallos con el acero. Pero al final, lo que trasciende es, el hecho del indulto, la entrega de la gente al hacer de Solórzano y la unanimidad de criterios en cuanto al resultado del conjunto de la tarde.

Los demás sucesos de la tarde

El lusitano Oscar Rosmano fue investido matador de toros por Raúl García con el toro Entenado, colorado, primero de la lidia ordinaria, atestiguando la ceremonia, refieren las crónicas, tanto Jesús Solórzano como Gastón Santos. Resume don Jesús Gómez Medina:

Gastón Santos exhibió sus cualidades de excelente caballista, clavando varios rejones y tres pares de banderillas en lo alto. El rejón de muerte fue insuficiente y Gastón echó pie a tierra para exterminar a su enemigo mediante dos pinchazos y una honda... Raúl García, pese a que se llevó dos toros carentes de gas, supo hacerse ovacionar su decisión y su torerismo, luciendo más de lo que permitían suponer enemigos sin ganas de luchar... Y que Óscar Rosmano, con el castaño de la alternativa, que resultó muy bravo, toreó muy bien de capa, entre aclamaciones y tuvo una primera parte de la faena muy lucida. Al final de su cometió, dio la vuelta al ruedo. Su segundo salió al ruedo ya en plena oscuridad – ¿por qué la autoridad, vistas las circunstancias, no suspendió la corrida? –. En vista de esto, no es razonable enjuiciar su labor...

Ya les contaba arriba lo del asunto del alumbrado de la plaza, que, aunque un diario se atrevió a darlo por operativo, apenas estaba en proceso de instalación. Y agregar el hecho de que en el diario Heraldo de Aguascalientes se consigna que los ocupantes del palco de la Autoridad se retiraron antes de que Oscar Rosmano diera muerte al sexto, entre las sombras de la noche.

Dos recuerdos personales

Tuve la ocasión de asistir a esa corrida, de polizón, acompañando a mi padre quien era el Jefe de los Servicios Médicos de la plaza. No tengo recuerdos claros de lo en ella sucedido, más que a mi padre profundamente emocionado con lo que había visto, a un exultante Lucas González Rubio, a don Guillermo González Muñoz recorriendo el callejón recibiendo enhorabuenas de todo el mundo y mi sorpresa de ver que aparte de orejas y rabos, también se otorgaban patas como trofeo.

La segunda remembranza es más reciente. La vida me dio la ocasión de tener una buena amistad con Jesús Solórzano, quien en alguna ocasión me pidió que le localizara la fecha y crónicas de una corrida en Madrid, en la que su padre, Cagancho y Victoriano de la Serna actuaron los tres, vestidos de blanco con bordados en plata. La corrida de los trajes blancos, la llamaba él. La encontré, fue el 8 de mauo de 1932, la envié la informacióm y al preparar estos pergeños, releía la crónica que Federico M. Alcázar escribió para el diario madrileño El Imparcial, en la que cita la misma línea del verso de Rubén Darío que recordó don Jesús Gómez Medina hace 55 años.

La conexión con esa corrida en la que los tres toreros vistieron de blanco y plata, viene del hecho de que en esta que hoy les recuerdo, los tres toreros y el rejoneador vistieron alguna tonalidad del verde, con bordados en oro. Y se preocuparon por anticiparlo a la prensa. Refiere la nota previa a la corrida, en El Sol del Centro del día del festejo:

Esta será la “Corrida de la Esperanza”. Señalamos lo anterior, en vista de que el color verde significa “Esperanza”, y por una extraña coincidencia, los tres matadores harán el paseíllo, enfundados en ternos verde y oro, al igual que la casaca que portará el rejoneador Gastón Santos, que debuta ante nuestro público…

La tarde de los ternos blancos, fue triunfal para El Rey del Temple. Esta lo fue para su hijo. En el toreo, como en la vida, las casualidades no existen.

En conclusión

Así es como he presentado a quienes pasan por aquí, una muestra de lo que Aguascalientes guarda en su historia taurina durante la temporada de otoño. Los toros no son privativos del tiempo de San Marcos, entre nosotros tienen cabida todo el año, que no quede duda.

Aviso parroquial: Los resaltados en el extracto de la crónica de don Jesús Gómez Medina son obra imputable exclusivamente a este amanuense, porque no obran así en su respectivo original.

domingo, 21 de septiembre de 2025

20 de septiembre de 1953: Luis Solano recibe la alternativa en Barcelona

Enrique Martín Arranz, cuando participó en la dirección de la Escuela Taurina de Madrid hizo poner en uno de los muros más visibles de ese lugar un cartel con la leyenda: Ser torero es difícil; figura del toreo, casi un milagro. Esa expresión es el reflejo de la historia de muchos que aspiraron a ser toreros en su día y quizás sea el caso de Luis Solano, el torero que me ocupa el día de hoy.

Iniciar una carrera en los ruedos cuando surgen fenómenos que acaparan el interés de la afición, y evitan que las posibilidades de quienes avanzan a un paso diferente o les falta el carisma para atraer la atención de las masas que están absortas por el hacer de unos cuantos delante de los toros. Así parece haberle sucedido a Luis Solano, quien llega a la Plaza México en la temporada novilleril de 1946, aquella en la que surgen con fuerza tres novilleros que marcarían el inicio del cambio del rumbo de la fiesta en México: Pepe Luis Vázquez, Fernando López El Torero de Canela y José Rodríguez Joselillo.

Le tocaría acompañarlos todavía al calendario siguiente, y aunque solamente el primero de los nombrados llegaría a ejercer con extensión como matador de toros, porque al Torero de Canela y a Joselillo las astas de los toros los frenaron en seco, el torero de Jalisco sería testigo de la irrupción en los redondeles de la siguiente etapa de fenómenos cuando el 9 de noviembre de 1947, un entonces oscuro sobresaliente, llamado Manuel Capetillo, se lleva la tarde en un mano a mano que Luis Solano toreaba en El Progreso con Fernando López y al domingo siguiente, en el mismo coso del Hospicio, el propio Capetillo volvería a triunfar delante de Solano y de Santiago Vega.

Faltaban unos meses para que aparecieran en el firmamento Rafael Rodríguez y Jesús Córdoba, quienes, unidos con Capetillo y Paco Ortiz, formaron la etapa de los Tres Mosqueteros del toreo mexicano, en una temporada novilleril, la de 1948, recordada como la más exitosa y fructífera que haya conocido la Plaza México en su historia. Después llegaron otros hombres con aire de novedad como El Ranchero Aguilar, Alfredo Leal, Juan Silveti o Humberto Moro, que comenzaron a dejar sin oportunidades a Solano, a pesar de que, como le viera don Paco Madrazo, tuviera buen corte y estupendas maneras de torero.

Eso le lleva a recibir una alternativa en León, Guanajuato, el 21 de enero de 1951, de manos de Luis Castro El Soldado, llevando como testigo a Luis Briones, con toros de Atenco, festejo en el que estuvo apenas discreto. 

La alternativa española de 1953

Con esos mimbres, Luis Solano marcha a España en 1953 para intentar, supongo, confirmar su alternativa de dos años antes. En los escalafones de ese año y del anterior, no tiene actuación alguna registrada en plazas europeas, de allí mi suposición, y la transmito, porque en una de las crónicas que encontré del festejo que hoy me ocupa, Ventura Bagués Don Ventura, en esos días cronista de El Ruedo y de la Hoja del Lunes de Barcelona, donde hace esta temeraria afirmación:

Vistió por primera vez el traje de luces en Ciudad Juárez; hizo su presentación en la capital de su país en 1946, y tomó una alternativa, de manos del «Soldado» en León de los Aldamas el 21 de enero de 1951... Por ser inválida tal alternativa en los ruedos españoles, hubo de aceptar la que ayer le confirió Cayetano Ordóñez...

El famoso cronista e historiador se muestra renuente a aceptar y reconocer un hecho - hoy en día todavía los hay - que ya estaba superado. La cláusula tercera del convenio firmado en febrero de 1951 para reanudar las relaciones taurinas España – México estableció: Las clasificaciones hechas en México y en España de los matadores de toros se respetarán mutuamente por las Asociaciones de Toreros de ambos países. Así entonces, eran válidas las alternativas reconocidas por la entonces Unión Mexicana de Matadores de Toros y Novillos, por ser la facultada para registrar y clasificar a los matadores de toros mexicanos, mismos que, eran aquellos que habían recibido la alternativa en cualquier lugar de la República Mexicana o del extranjero.

En esas condiciones, la alternativa de Curro Ortega, del 10 de diciembre de 1950 en Acapulco, fue reconocida en España cuando se presentó allá el 14 de septiembre de 1952, precisamente en Barcelona, como testigo de la alternativa que Julio Aparicio le dio a otro torero mexicano: Rafael García. Y a este caso, se suman otros, como los de Guillermo Carvajal, Carmelo Torres o Manuel Jiménez Chicuelín. Consecuentemente, nada nuevo había bajo el sol, solamente el deseo de incordiar. Luis Solano no iba a recibir una alternativa allá porque la suya no valiera, sino porque la renunciaba, cosa muy distinta.

Luis Solano, 29 de junio de 1947, Plaza México
Foto: El Ruedo

La corrida del 20 de septiembre de 1953

La empresa Balañá anunció un cartel compuesto con un encierro de don Lisardo Sánchez, de Salamanca, que enfrentarían Cayetano Ordóñez hijo, Anselmo Liceaga y Luis Solano, quien recibiría la alternativa. Al final de cuentas, dos de los toros de la ganadería anunciada serían rechazados en el reconocimiento y serían sustituidos por otros de don José Matías Bernardos, también salmantinos, que saldrían en primero y tercer lugar.

La realidad es que esta tarde no es la que Luis Solano hubiera soñado. Lo que las crónicas relatan hacen que afirmar que salió del paso sea exagerado. Cuenta quien firmó como FEGUFI para el Diario de Barcelona fechado el 22 de septiembre siguiente, cuenta:

Como prólogo de las corridas de la Merced, lidiárónse el domingo en la Monumental, cuatro toros de don Lisardo Sánchez, de Bótoa, y dos, primero y tercero, de don José Matías Bernardos, de Salamanca. Se las entendieron con tales astados, de muchas arrobas y desarrolladas defensas, tres pundonorosos muchachos que a nada fruncen el ceño, se atreven con todo lo que vomita el portón de los chiqueros, y han de conformarse con su sino adverso, tan y mientras no puedan imponerse y exigir el torito cómodo y facilón. Apechugaron con el corridón Cayetano Ordóñez, primogénito del “Niño de la Palma”, Anselmo Liceaga y Luis Solano, diestro mejicano que se nos dio a conocer tomando la alternativa con la sana intención, sin duda, de regresar a su Patria convertido en todo un matador de toros... Mas como el hábito no hace al monje y, con o sin doctorado no es por hoy Luis Solano más que un novillero adocenado, poco provecho ha de reportarle allá y acá, su flamante alternativa si no se suelta y aprende lo que ignora, que no es grano de anís ni mucho menos...

El juicio es duro, pero es el más amable de los que encontré. Lo que sí refleja, es el desconocimiento total del escriba acerca de quien se doctoraba en la Monumental esa tarde.

Por su parte, Rafael López Chacón, en La Prensa, del día siguiente al de la corrida, hace las siguientes reflexiones:

En el toro de la cesión de trastos – “Limpiador”, negro, bragado, número 92 – el toricantano Luis Solano estuvo voluntarioso, aunque sabido es que la voluntad no basta y, a veces, el buen deseo encubre – descubre – inexperiencia, y algo que es peor, desconocimiento. Que es lo que “distinguió” esta... aventura de recibir la alternativa del neófito mejicano – neófito por partida doble –, puesto que no está en sazón para la investidura de matador de toros, ni basta alardear de valentía cuando la ignorancia es patente. Lástima que se preparen tan solemnes formalidades para su descrédito. No insinuó Solano en qué parar la atención para considerarle merecedor del doctorado en España. Si allá, en Méjico, lo alcanzaba, no sabríamos decir cómo, cuándo y por qué resulta desatino tomar alegre y frívolamente la alternativa en una plaza de primera categoría, como la Monumental de Barcelona. En fin, Solano habría hecho muy bien quedándose en un modesto lugar del escalafón de novilleros de su país...

También exhibe su desconocimiento del doctorante de esa tarde, pero he de decir en abono de ambos cronistas, que les asiste la razón en el sentido de que las corridas bien servidas salen al ruedo fuera de las fechas de relumbrón, cuando los toreros que encabezan el escalafón no pasan por las plazas en las que se lidian.

El triunfador de la tarde

Curiosamente, el triunfador de la tarde fue un banderillero de la cuadrilla de Luis Solano, el segundo de su cuadrilla, Joaquín Piquer, quien fue fuertemente ovacionado, escuchó música y saludó desde el tercio tras parear al descarado sexto de la corrida. Escribe el citado López Chacón:

No concluyo este amago de comentario sin señalar la atronadora ovación que el público hizo a Piquer al banderillear magistralmente al último. Baste decir que con anuencia del matador tuvo que destocarse y saludar montera en mano. En tanto, la charanga dejábase oír apenas en medio de las aclamaciones al formidable peón y genial banderillero...

Agregaría nada más que Cayetano Ordóñez estuvo lucido con su primero y aseado con el cuarto y que Anselmo Liceaga pasó de puntitas.

El devenir de Luis Solano

Luis Solano toreó su última tarde vestido de luces en Arcelia, Guerrero, el año de 1961. Fue un festejo mixto en el que alternó con el novillero Luis Espinosa. Esa tarde se lidiaron cuatro toros anunciados a su nombre.

En la obra de Heriberto Lanfranchi titulada Historia del Toro de Lidia Mexicano, se recoge que en 1985 adquirió parte de la ganadería de Acapangueo, misma que a su vez, fue la antigua michoacana de Cerro Prieto, de don Benjamín Mendoza.

En ese mismo año de 1985, Luis Solano adquiere los derechos del hierro y divisa que fuera de don Rafael Obregón Urtaza, cambiando el hierro y anunciando a su nombre, siendo dado de baja por la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL) en el año 2010.

Luis Solano falleció el 23 de noviembre de 1987.

domingo, 3 de agosto de 2025

3 de agosto de 1975: Marcos Ortega recibe la alternativa en Barcelona

Marcos Ortega nació en Morelia, Michoacán y se crio en la Ciudad de México, en la colonia La Joya, y de este último sitio se asentaba su origen en los programas de la gran plaza, en la que se presentó el 21 de mayo de 1972, cortando una oreja al sexto de la corrida, que tuvo que matar por herida de su alternante Joselito Herrera, llamado Presidente, de Santa Rosa de Lima. Ese ciclo del 72, actuaría en siete festejos más y pasaría el invierno en Sudamérica, actuando principalmente en plazas de Venezuela.

Al siguiente calendario volvería a la Plaza México, para presentarse en cinco festejos más cortando una oreja el día de su presentación, a Bicicleto de Santa Marta y teniendo resultados discretos el resto de sus participaciones.

Es en esas fechas que el apoderado español Rafael González Chabola, a quien seguramente conoció en la temporada que realizó al Sur del Ecuador, lo invita a ir a España y a intentar torear novilladas allá para recibir posteriormente la alternativa. Marcos Ortega hace suya la idea y no se le verá por nuestros ruedos sino hasta cerca del final del año de 1975.

Marcos Ortega en España 1974 – 75

Chabola le encuentra a su nuevo poderdante mexicano actividad casi desde el inicio del año. En esos días, en Arnedo, La Rioja, el Festival del Zapato de Oro, organizado por el Club Taurino Arnedano era un festejo informal que tenía finalidades de beneficencia. Para 1974, se programó en horario matinal con los rejoneadores Álvaro Domecq Romero y Manuel Vidrié, el matador de toros Andrés Hernando y Marcos Ortega como novillero, con cuatro novillos de Torrestrella. Los entonces presidente y secretario de dicho Club Taurino Arnedano, Santiago Gutiérrez Milla y Marino Gil de Muro, explicaban al redactor de la revista madrileña El Ruedo, en marzo de 1974, al anunciar el festival, lo siguiente:

El trofeo «Zapato de Oro», que tiene un gran valor intrínseco... está patrocinado por la prestigiosa industria zapatera de la importante ciudad riojana... Queremos que ese día sea de auténtica fiesta para Arnedo. La solemnidad se iniciará con una misa matinal celebrada en el ruedo de la plaza, seguida de un festival, cuyos beneficios, si los hay, se destinarán a la lucha contra el cáncer... También gestionamos que los actos sean presididos por una alta personalidad riojana...

El festival fue triunfal para todos los actuantes, pues Álvaro DomecqAndrés Hernando y Marcos Ortega se alzaron con dos orejas cada uno, en tanto que Manuel Vidrié cortó las dos orejas y el rabo del novillo que le tocó en suerte.

Para el siguiente calendario, ese festival se convertiría en una de las ferias de novilladas más importantes del llamado planeta de los toros, vigente hasta la fecha.

Ese triunfo le abriría a Marcos Ortega las puertas de plazas como Jumilla, Logroño, Vitoria, Calasparra, Algemesí o Azpeitia en España y las francesas de Born de Parentis, Ceret, Saint Cyprien, Saint Sever y Aire sur Adour, sumando en ese calendario 31 novilladas cortando 58 orejas, 9 rabos, y sumando 14 salidas en hombros.

El año siguiente lo planteó para acercarse a Madrid y se anunció en varias ocasiones en San Sebastián de los Reyes, logrando llamar la atención de los veedores de la casa Balañá, quienes lo llevaron a Barcelona, donde toreó seis tardes, cuatro novilladas y dos corridas mixtas. De las novilladas, en tres formó cartel con el salmantino Pepín Peña y el alicantino Luis Francisco Esplá. También se presentó en la plaza mallorquina de Inca y en el coliseo francés de Arles. Cerró su etapa de novillero ese año con 18 festejos toreados. 

En este punto creo importante resaltar que en las plazas de Balañá, a partir de su tercera actuación, la del 1º de junio, se le colocó un remoquete que tres décadas antes Ricardo García K - Hito había acuñado para describir el arrollador paso de Carlos Arruza por los ruedos hispanos. Así entonces, los publicistas de Barcelona, Palma y otras plazas anunciaban a Marcos Ortega como El ciclón mexicano.

El anuncio de la alternativa

La empresa de don Pedro Balañá Espinos le ofreció la alternativa a Marcos Ortega y con ella, cinco corridas de toros adicionales, cuatro en Barcelona y otra en Palma de Mallorca. Se planteó inicialmente que ese festejo se diera a finales de julio, pero algunos ajustes de calendario motivaron un cambio de fecha, según se hizo saber en el semanario El Ruedo fechado el día 22 de julio de 1975:

Debido a un ajuste de última hora en los carteles de la Ciudad Condal, la alternativa del mejicano Marcos Ortega, prevista en un principio para el 31 de julio, tendrá lugar el domingo 3 de agosto. Será padrino de la ceremonia el madrileño Ángel Teruel, y testigo el diestro albaceteño Dámaso González. Queda pendiente tan solo la divisa de los toros a lidiar ese día en la Monumental de Barcelona...

Así pues, quedó ya firme la fecha del doctorado del torero mexicano, estando solamente pendiente la procedencia del ganado que completaría el cartel.+

La tarde de la alternativa, tarde de efemérides

Arreglado ya el cartel de toreros y definida la fecha, se definió que los toros serían de Juan Mari Pérez Tabernero, de Salamanca - actual Montalvo - los que enfrentaría la terna ese domingo de hace 50 años. La actuación de Marcos Ortega esa tarde tuvo diversos matices, cortando la oreja al segundo de su lote. La crónica de Rafael Manzano, en la Hoja del Lunes aparecida al día siguiente del festejo, refiere:

...Recibió los trastos de mano de Ángel Teruel... Inició su faena con un pase sentado en el estribo. A nuestro juicio equivocó su trabajo, ya que se empeñó en realizar una labor vibrante y cálida con un toro que se había desinflado en las varas y aparecía derrengado de los cuartos traseros. Mató mal, alargando el brazo, de tres pinchazos y una honda. Se le aplaudió con afecto. Digamos para la historia que el toro de la alternativa se llamaba «Calamar» y que el maestro vestía de azul y oro... Al que cerró plaza, Marcos Ortega lo veroniqueó con arte. Y se llevó al bicho al castigo por chicuelinas corraleras. Llegó la res con cierto son al último tercio. El azteca comenzó su faena con tres pases, ambas rodillas en la arena. Y siguió sobre la mano derecha con un toreo vistoso, aunque falto de temple. Entró a herir en su rectitud, agarrando una gran estocada que fulminó a su enemigo. Flamearon los pañuelos y le concedieron una oreja. Marcos Ortega banderilleó a sus dos toros, con su acostumbrada brillantez y eficacia...

Como dato adicional, agregaré que Manzano abre su relato recordando que el festejo se celebró en el 483 aniversario del inicio de la primera expedición de Cristóbal Colón.

Otra versión de los hechos es la signada por Juan de Salamanca en el Diario de Barcelona fechado el 5 de agosto siguiente:

Teruel, como padrino y en presencia de González, entregó al mejicano los trastos de matar, – no sin su discursito de circunstancias –. «Calamar» llegó con escasa fuerza al último tercio, y «el ciclón mejicano» perdió intensidad y no precisamente por su culpa, si no por la de su enemigo. Y entre los deseos justificados de agradar con pases de distintas marcas, al son de la música – el pasodoble dedicado a Domingo Ortega – trató de rematar su labor, pero los dioses le negaron el éxito, ya que estuvo desafortunado con el estoque. Solamente y al retirarse al callejón escuchó palmas de cortesía. Más «el ciclón mejicano» resurgió levemente en el último de la tarde. Brindó la faena a su padre, desplazado desde Méjico para tan propicia ocasión, y con «Banquero» realizó un trasteo muy meritorio con derroche de valor y en algunos instantes con claros atisbos de arte. Al cobrar una buena estocada cortó la oreja. Ilusiones cumplidas en un día histórico para su carrera taurina...

De Salamanca hace mención al entradón que produjo el cartel anunciado y respecto de la fecha, refiere que, por ser día de lidia de toros, no debe olvidarse que es día de santa Lidia de Tiatira

Por su parte, Julio Ichaso, en La Vanguardia, es más pragmático, va directamente a los hechos ocurridos, sin hacer referencias históricas de tipo alguno a lo sucedido y refiere:

Primero, número 35, «Calamar». El mejicano se arrodilla para recibir al toro de su doctorado y sufre una tremenda colada. No se aflige y ya en pie torea con los pies juntos sacando Unos lucidos lances. Pone banderillas el mejicano y es aplaudido. Con la muleta apenas puede aprovechar la escasa fuerza de su enemigo, pero, con todo, la voluntad de Ortega permite al público que veamos buenas maneras y, sobre todo. valor y ganas de triunfo. Acaba en la cuarta entrada y es aplaudido... Sexto, número 53, «Banquero». Un precioso ejemplar al que Ortega saluda con garbosas verónicas. Con un picotazo hondo pide el mejicano el cambio y de nuevo vuelve a sonar la música en su trabajo muleteril iniciado de hinojos. Toree Ortega con lentitud y saca a relucir bastante temple en sus naturales que quizá carecen de remate. Sin embargo, el público reconoce la extraordinaria voluntad del novel doctor, lo ovacione. Y cuando acaba de una entera, solicita y obtiene de la presidencia una oreja como premio a este matador mejicano que va a actuar en tres ocasiones consecutivas a nuestra Monumental...

Así fue como vio la principal prensa barcelonesa a Marcos Ortega la tarde de su alternativa, en la que, cada uno de los escribas tuvo sus motivos para conmemorar determinadas efemérides o santificar las fiestas.

Lo que vendría enseguida 

La línea final que escribió el cronista de La Vanguardia habla de que actuaría en tres tardes consecutivas en la Monumental. Y es que casi al salir de la plaza, ya estaba anunciado para el siguiente jueves, para alternar con César Morales y Paco Alcalde en la lidia de toros del Conde de Mayalde y el domingo 10 de agosto, acartelado con el rejoneador Álvaro Domecq Romero, Rafael Torres y Paco Bautista, para lidiar toros de Salvador Guardiola.

Y es que efectivamente, don Pedro Balañá le cumplía lo ofrecido al firmarle la alternativa. Y todavía volvería allí el 31 de agosto con Paquirri y Pepín Peña. Seguiría después en Palma de Mallorca, Oviedo, Ayamonte, Gerona y Figueras.

Y seguramente el incombustible Chabola le buscaba acomodo en las ferias del final de calendario, como Zaragoza, Jaén y alguna otra de tronío, con la finalidad de traerlo de regreso a México con su cartel bien cimentado.

La suspensión del convenio

Para el último día de septiembre del 75, Marcos Ortega sumaba ya 10 corridas toreadas en ruedos hispanos y apuntaba a sumar varias fechas más. Pero en vísperas de esa fecha, acontecimientos políticos generados entre el gobierno de México y el de España, motivaron la suspensión prácticamente de todo contacto entre ambos países y por consecuencia, la fiesta no iba a ser excepción. Señala una nota aparecida en El Ruedo del 7 de octubre de ese año:

El Convenio Taurino Hispano – Mejicano ha sido suspendido de manera provisional, ante la actitud mostrada por el Gobierno mejicano hacia España, en relación con los últimos acontecimientos de la política española. Este acuerdo fue tomado el viernes día 3 por la Junta Nacional Sindical Taurina... La Junta Nacional Sindical Taurina... ha examinado la situación que los recientes acontecimientos y la actitud del presidente de Méjico hacia España han planteado hacia el Convenio Taurino Hispano - Mejicano y las actuaciones previstas de toreros mejicanos en plazas españolas y viceversa. Por unanimidad, se acordó suspender el Convenio con Méjico, hasta en tanto no se modifiquen las circunstancias actuales...

Así pues, la temporada que tenía todavía por delante un mes, terminó para los toreros nuestros que hacían campaña por aquellas tierras. Una información contigua señalaba que un par de días antes, Eloy Cavazos y Arturo Ruiz Loredo ya habían emprendido el viaje de regreso y que en los días siguientes lo harían Manolo Arruza, el personaje de estas líneas y el novillero José Alfredo Betancourt El Chaval.

Marcos Ortega reaparecería en la Plaza México el 28 de diciembre de ese mismo año 75 para confirmar su alternativa barcelonesa, de manos de Curro Rivera y atestiguando Manolo Arruza, cediéndosele el toro Silao de San Miguel de Mimiahuápam.

Un remate estadístico

Marcos Ortega es el décimo noveno torero mexicano que recibe la alternativa en una plaza de Barcelona; el decimosexto en la Plaza Monumental; y, el último en obtenerla allí al día de hoy. Agregaré que el último matador de toros mexicano en actuar en esa plaza, es Arturo Macías, quien se presentó allí el 15 de agosto de 2010 y el último novillero en hacerlo fue Sergio Flores, quien actuó en la Monumental el 19 de junio de 2011. 

Edito: En la misma fecha de esta entrada, a las 12:30 horas del tiempo del lugar de donde la publico, me avisa el amigo Guillermo Leal que el torero Marcos Ortega ha fallecido, justo medio siglo después de haber recibido la alternativa. Que encuentre el eterno descanso.

jueves, 24 de abril de 2025

Abril de 1975: La primera Feria de San Marcos en la Plaza Monumental (VI)

Jueves 24 de abril. En la alternativa de Eduardo Liceaga, Mariano Ramos es el triunfador

Dos cuestiones previas

La feria de 1975 iba entrando, en cuestiones de toros ya en su segunda mitad y, la verdad, a pesar de que varios de los carteles ofrecidos por la empresa, en el papel, tenían una definitiva redondez, la gente simplemente no se acercaba a la plaza de toros nueva a apreciar lo que en el ruedo ocurría. Eso, en un serial de la extensión que ya había adquirido nuestra Feria de San Marcos y en las condiciones económicas que genera una plaza con la capacidad que entonces tenía la Monumental, podría llegar a tener visos de tragedia. Alejandro Hernández, cronista del diario Heraldo de Aguascalientes, hacía en el introito de su breve crónica del festejo del 24 de abril, esta necesaria reflexión:

Qué pena de ver las malas entradas que ha tenido la Monumental Aguascalientes, y si pensamos un poquito lejos, esto se pone muy feo, pues es lógico pensar que Guillermo González (empresario) por más afición que tenga, no está peleado con su dinero, y tomará, seguramente, alguna medida - ojalá y no sea la que usted, amigo aficionado, piensa - pero es imposible sostener esta situación. Por ejemplo, en la corrida de ayer, fue muy baja la entrada, y lógicamente esto origina pérdidas a la empresa. Ojalá que, de hoy en adelante, asista la gente en beneficio de todos...

La intención de dar todos los festejos en días consecutivos, motivaba la celebración de festejos nocturnos. Cuando se celebraban en la Plaza San Marcos, los eventos propios de la noche quedaban a unos pasos del coso, así que en cuestión de tiempo, resultaba rentable ir primero a los toros y después al palenque o a alguno de los centros nocturnos que por las inmediaciones del Jardín de San Marcos se montaban, pero al ubicarse la nueva plaza de toros cerca, pero prácticamente en las orillas de la ciudad y casi en medio de la nada, se planteaba un dilema que obligaba a elegir. Y la elección, visto está, era a favor de las cercanías.

La segunda cuestión ronda en torno a algo de lo que ya había comentado en alguna ocasión anterior, de una teoría que de cuando en cuando sacaba a relucir Francisco Lazo sobre los efectos de la luz artificial sobre el juego de los toros en las plazas. Dijo entonces el cronista huésped de El Sol del Centro:

En los tendidos de la Monumental de esta ciudad, un grupo de gente del toro, entre los que había ganaderos, toreros, taurinos en general, discutíamos si el pálido alumbrado del coso era o no el culpable del poco juego que están dando las reses en esta feria. Sacamos conclusiones: cuando el toro es bravo, ataca a cualquier hora. Y en el caballo tenemos la prueba, porque allí hasta con los ojos cerrados, las reses deben cargar para demostrar su casta. Los toros de Tequisquiapan lidiados esta noche, iban al caballo, pero luego hacían cosas extrañas, dando la impresión de que, en efecto, no veían bien, o se avisaban con el alumbrado de los palcos, más brillante que el de los reflectores que pretenden iluminar debidamente el ruedo y apenas consiguen su objetivo, produciendo además, sombras...

Después, cuando le salió un toro bravo a Mariano Ramos, tendría que hacer algunas machincuepas prosísticas para plasmarlas en el papel y evitar desdecirse de su teoría. No debo desconocer que llevaba un dejo de razón con lo de las sombras que genera un alumbrado defectuoso, que tocan a los toros, pero por lo demás, creo que era simplemente una animadversión personal del cronista, aunque debo confesar también que prefiero en lo personal las tardes de sol y moscas.

La gran noche de Mariano Ramos

Los dos abriles anteriores Mariano Ramos fueron redondos para él. Se alzó como el máximo triunfador de ambas ferias y ya en un nuevo escenario volvía a insistir en ponerse de nueva cuenta a la cabeza de los diestros actuantes en nuestro serial sanmarqueño. Su gran momento en esta noche ocurrió al enfrentar al cuarto de la sesión, llamado Limonero por su criador, don Fernando de la Mora Madaleno y así resumió el citado cronista de El Sol del Centro su actuación:

Desde que salió, tomó los capotes con alegría y Mariano, hábilmente volteó el suyo, toreando por la parte que es amarillo para darle mayor objetivo al morito, por verónicas y mandiles, lance éste que hemos de repetir, lo ejecuta con un sello especial. Luego atacó bravo al montado, para que el Zotoluco II le picara soberbiamente, haciéndole sangrar profusamente para llegar al tercio mortal atacando siempre con claridad y nobleza, sin acusar la falta de un buen alumbrado, sin distraerse con las sombras, es decir, demostrando que cuando el toro es bravo, acomete y si tiene nobleza, lo pone de manifiesto en todo momento, sea bajo las candilejas o a la luz del día. ¡Y no vea usted cómo lo toreó Mariano Ramos! Ayudados y naturales con temple y mando y en una ocasión dejó ver la bondad del animal, cuando en un pase de pecho, le dejó la muleta en la cabeza sin que la res derrotara. No le tiraba ni una mala mirada y el torero - charro se hinchó de torear, rematando con adornos de buen gusto. Y citó a recibir, dejando media estocada contraria, a un tiempo, que no surtió efecto. Tumbó al primer golpe de descabello y se ganó las orejas que le fueron justamente concedidas...

La alternativa de Eduardo Liceaga

Eduardo Liceaga es miembro de una de las dinastías más extensas que reconoce la historia del toreo. Hijo de Anselmo también matador de toros de brillante trayectoria, inició su andar por los ruedos en el año de 1972, presentándose en la Plaza México en agosto de 1974, donde le cortó el rabo al novillo Soldado de José Julián Llaguno el 15 de septiembre de ese año. Se despidió de la novillería el domingo anterior al día de su alternativa en Monterrey, donde le cortó el rabo al novillo Ramito de Suárez del Real. Era, sin duda, junto con Guillermo Montero, el novillero más interesante de ese momento.

Las crónicas de prensa no refieren el nombre del toro de Tequisquiapan que fuera el de su alternativa, pero ante él su actuación fue la siguiente:

Y Mariano le dio la alternativa a Eduardo Liceaga, esa joven promesa que esta noche no pudo lucir sus cualidades. Por el contrario, se acentuaron sus naturales defectos. No fijó los pies con el capote y con la muleta estuvo indeciso en el de su doctorado y a ratos se animó con su segundo. Pero en general, su actuación fue desvaída, haciendo pensar a muchos que le han precipitado al lanzarlo al doctorado. La verdad es que Eduardo no es un temerario de los ruedos, por el contrario, es medido de valor. Sus virtudes son otras, el temple y el arte. Vamos a ver si más adelante, conforme vaya viéndole más seguido la cara al toro, va cuajando para llegar a ser el toreo que de él se espera. A su primero lo mató de pinchazo hondo y media. Y a su segundo, de dos pinchazos, media delantera y dos golpes de descabello...

La realidad es que Lazo fue muy considerado con Liceaga. Estuve presente en esa corrida y recuerdo con claridad que el toricantano, vestido de blanco y oro, montó un espectáculo esperpéntico, por el pánico que hizo presa de él. Los golpes de descabello que le dio al sexto de la corrida no fueron dos, sino una docena cuando menos y le sonaron dos avisos. Así transcurrió la segunda alternativa que se otorgaba en la Plaza Monumental.

La noche de Humberto Moro, el testigo de la ceremonia tampoco transitó por cauces de fortuna, pero ya le vendría un momento más acercado a la gloria. Era la víspera del día de San Marcos, todo Aguascalientes ya estaba de fiesta. Aquí dejo estas notas por hoy. 

domingo, 23 de marzo de 2025

24 de marzo de 1935: Luis Castro “El Soldado” recibe la alternativa en Castellón

Puerta de Cuadrillas, Castellón 24 de marzo 1935
Foto: Vidal

Luis Castro El Soldado dijo haber tenido su primer contacto con la fiesta en el rastro o matadero de Mixcoac, al llegaba desecho de las ganaderías de lidia y ganado de media casta, por lo que los toreros y los aspirantes a serlo acudían a entrenar con ellos antes de su última hora. Allí, El Soldado conoció a Carmelo Pérez, quien fue el que le inició en el arte del toreo. Así se lo contó al periodista José Pagés Rebollar:

…Como ya te imaginarás, el ambiente donde crecí era un poco taurino y yo saliendo de la “chamba”, me iba pa’los terrenos donde lidiaban los matadores, nomás pa’ver, hasta que un día, ya muy entrada la tarde, Carmelo Pérez (a quien le decían " El Loco" aunque realmente se llamaba Armando) me aventó la capa y me gritó: “Ándale, chavo, dale unos capotazos a este zaino. ¿O tienes miedo?”. El miedo me lo tragué de golpe. Cogí el trapo y parado frente al toro supe instintivamente que tenía cualidades para ser torero, para llegar a matador de toros y así me ganó de golpe la afición por el arte...

Así, dejó el empleo que tenía en el rastro y comenzó a recorrer la legua, hasta que, en 1931, logró que El Amo, don Próspero Montes de Oca se fijara en él y lo pusiera en su plaza Merced Gómez de Mixcoac, y al calendario siguiente logró llegar al Toreo de la Condesa, donde El Soldado toreó 16 de las 31 novilladas que se dieron allí ese año. Allí comenzó a fraguar una seria rivalidad con un novillero de Monterrey llamado Lorenzo Garza y con quien escribiría importantes páginas de su historia.

Para entonces El Soldado ya se había revelado como un diestro que toreaba a la verónica con clase y gusto; que cuando era adecuado y conveniente tomaba las banderillas y pareaba con elegante exposición y con la muleta, le podía a los toros. Eso le anima para en 1933 hacer campaña en ruedos de Europa, toreando 17 novilladas en España, presentándose en Madrid el 20 de julio y regresando a México al final de la temporada para recibir una alternativa en el Toreo de la Condesa el 5 de marzo de ese año, de manos de Joaquín Rodríguez Cagancho, quien le cedió los trastos para dar muerte al toro Fundador de Coaxamalucan, en presencia de David Liceaga. Torearía una corrida más, en el mismo coso de la colonia Condesa, al siguiente domingo, para emprender otra vez el viaje a España, e intentar obtener una alternativa válida allá.

Junto con Garza, el amo de Madrid

El año de 1934 le reportó a El Soldado 33 novilladas en España y 4 en Portugal, pero la cumbre de esa temporada novilleril tuvo su verificativo entre el 24 de julio y el 23 de agosto de ese 1934, cuando en la plaza de la Carretera de Aragón, en Madrid, junto con Lorenzo Garza, se volvió el amo de la torería de aquellos días. Fueron tres novilladas en las que ambos pusieron de acuerdo a todo el mundo, donde no hubo reproche a sus actuaciones y que hoy, a algo menos de un siglo de distancia, se siguen aplicando como ejemplo de lo que debe ser la entregada actuación de un novillero.

Desde la primera de esas tardes, cuando una inoportuna cornada envió a la enfermería a Cecilio Barral tras pasaportar al primero del festejo, y que los mexicanos se quedaron con casi todo el encierro, la prensa de la época pedía el mano a mano entre ellos, pero la empresa se resistió, aun cuando para la segunda tarde – también tercia – algunas entradas, dijera más de un cronista, fueron tan caras como las de la Beneficencia...

Fue hasta la tercera fecha en la que pudieron enfrentarse los dos toreros mexicanos, con novillos de Coquilla, convirtiéndose, al decir de Eduardo Palacio, el cronista del ABC madrileño, en el fuerte revulsivo que requería la fiesta de toros... Así estaba el patio en aquellos días.

La corrida de la Feria de Castellón del año 35

En aquellos días la primera feria de categoría que se daba en ruedos hispanos era la de La Magdalena en Castellón de la Plana. Hace 90 años era una feria que constaba de una corrida de toros y de un festejo cómico - taurino. El cartel para la ocasión se compuso con Rafael Gómez El Gallo, Lorenzo Garza y Luis Castro El Soldado, quien recibiría la alternativa. Los toros para la ocasión serían de doña Carmen de Federico, anunciados todavía como de Murube, que era su origen.

El comentario previo al festejo, aparecido en el diario Heraldo de Castellón del 20 de marzo, firmado por Pedro Sala, entre otras cosas refiere:

Toros de la vacada de Murube, esos toros nobles, lidiables, de mucho empuje... Toros que obedecen al percal como cuando los lidiadores quieren lucirse, arrimarse, enfrentarse con ellos. Y esos toros serán toreados nada menos que por el pinturero Rafael. Allí veremos salsa esencial torera. Gracia a raudales, arte, filigrana, conocimiento maestro en el arte de Cúchares... Se nos presenta en nuestra plaza el joven Lorenzo Garza, de ruidosos triunfos en cuantas plazas ha toreado. Estilista, dominador, algo belmontista. Además, la furia triunfal de "El Soldado", que como veloz cometa ha conquistado uno de los primeros puestos en los cosos taurinos por su elegancia y valor... Lorenzo Garza y "El Soldado" embelesarán al público con sus faenas limpias, claras, de tonación puramente artística...

La prensa local destacaba los detalles importantes de la corrida de feria y reparaba en los aspectos más importantes de la tauromaquia de cada uno de los artistas que actuarían en el festejo, haciendo notar, como se aprecia, que, en el papel, el cartel era redondo.

La alternativa de El Soldado

El primer toro de la corrida, se ha podido saber que se llamó Perlito y la crónica consigna que El Soldado vistió de ceniza y plata. Lo que cuenta quien firmó como Suspiros para el citado diario Heraldo de Castellón acerca de su actuación es lo siguiente:

El primer toro de la corrida de ayer señala una nueva efeméride en la historia de nuestra plaza, la de la alternativa de El Soldado. Padrino Rafael “El Gallo” y testigo Lorenzo Garza. “El Soldado” luce lucido traje ceniza y plata. Encuentra al toro soso y quedadote. No embiste. Lo desafía valeroso y no consigue la arrancada franca. Varios trallazos por la cara para fijarlo. Un pinchazo sin soltar y media estocada ladeada, no ha habido lucimiento por la soberbia del torero. En el último triunfó El Soldado rotundamente. Mucho valor durante la faena, muletazos soberbios, tocaduras de pitón, música, ovaciones, entusiasmo, y para colofón, un soberbio volapié, saliendo el toro muerto de los vuelos de la muleta, rodando a los pies del mejicano, con las cuatro patas al aire. El Soldado salió triunfador en la tarde de su alternativa.

Por su parte, el enviado del diario madrileño El Liberal, escribió acerca de su actuación ante el sexto de la corrida, que fue el del triunfo:

El Soldado torea a la verónica entre aclamaciones. Alternan en quites los dos mejicanos. Las ovaciones son atronadoras. El Soldado coge las banderillas y clava tres excelentes pares, uno de ellos por dentro en un metro de terreno. Brinda al Sr. Pagés y. solo con el enemigo, el Soldado hace una faena pletórica de arte y de valor. Hay algunos muletazos de gran torero. Se arrodilla, da las espaldas al toro y se encoge de hombros como para evidenciar que esto tiene poca importancia. La faena, superior a toda ponderación, pone al rojo blanco el entusiasmo de los espectadores. Luis mata bien y por unanimidad se le conceden las orejas y el rabo del toro...

Hay algo más de detalle en esta relación, que entre la del cronista local, que, desde el inicio de su relación, confiesa que es gallista y dedica casi todo su espacio a recordar la manera en la que se afilió al partido del genial Rafael en el año de 1900 y la desazón que le produjo ver, que los años no perdonan, en un imaginario diálogo con un sobrino suyo:

Al salir de la plaza respiré tranquilo. Rafael no había fracasado.

- ¿Has visto que bien torea el Gallo? - decía mi sobrino. ¿Has visto qué pases y qué cosas más bonitas ha hecho?

- El Gallo - le contesté tristemente - no ha toreado hoy. ¡Con los años no puede nadie!

Por su parte, Lorenzo Garza también le cortó el rabo al segundo de su lote, quinto de la tarde, pero ese hecho no terminó por convencer al cronista de Castellón, quien resume así su juicio sobre el hacer de los dos toreros mexicanos que actuaron esa tarde:

El valor en el toreo, si bien es la base fundamental para llegar a ser figura, debe ir acompañado de otras cualidades y aptitudes, de las que ayer solo vimos destellos fugaces. Y decimos esto, porque si el valor bastara para ser torero, es indudable que Garza y "El Soldado" serían las figuras mexicanas del toreo pasado, presente y futuro. ¡Qué alardes temerarios los que ayer prodigaron los dos mejicanos en sus faenas de muleta! Ahora que a nosotros no nos convencieron esos desplantes que a nada práctico conducen y que no encierran más finalidad que hacer patente un desprecio total de la vida. Queremos el valor frío, sereno y consciente, pero no la valentía alocada...

El juicio es de una gran dureza y prematuro, porque Garza y El Soldado apenas iniciaban su andadura como matadores de toros y conforme iban asentándose en esa categoría, iban presentando a la afición el verdadero rostro de su hacer ante los toros. Uno como un excelente intérprete del pase natural y el otro, como uno de los más destacados realizadores del toreo a la verónica que la historia de la fiesta ha conocido.

Es así como recuerdo el día de la alternativa de una de las figuras más importantes de la Edad de Oro del Toreo en México, quien además se distinguió por tener una personalidad arrolladora fuera de los redondeles, lo que le hizo ser uno de los personajes más admirados en el llamado planeta de los toros.

domingo, 1 de diciembre de 2024

30 de noviembre de 1924: Juan Espinosa Armillita recibe la alternativa en El Toreo de la Condesa

Juan Espinosa Armillita había debutado como novillero en el año de 1922 y al año siguiente se había presentado en la plaza Chapultepec de la capital mexicana, alternando con el neoyorkino Sidney Franklin en la lidia de novillos de La Encarnación, en festejo matinal y lo haría en el coso de la colonia Condesa el 18 de mayo de 1924, cuando se abrió la temporada de novilladas de ese calendario, misma que constó de 15 festejos menores y tres corridas mixtas. El torero de Saltillo actuó en 14 novilladas y dos de esas corridas con matadores de toros, un hecho inusitado hasta nuestros días.

Fueron sus compañeros de quinta Pepe Ortiz, Genaro Corona, Miguel Gallardo El Diablito, Manuel Gómez Blanco Yucateco o Sidney Franklin entre los novilleros, porque en ese ciclo actuaron varios diestros que habían recibido antes la alternativa y la renunciaron como Samuel Solís, Julián Rodarte, Porfirio Magaña, Cayetano González o Eligio Hernández El Serio. Se ve que habiéndose barruntado que la despedida de Rodolfo Gaona estaba ya cerca, muchos toreros intentaban escalar una cima que en su día no pudieron alcanzar, aprovechando que El Califa de León dejaba las lides en los ruedos.

Apoderado por el matador retirado Eduardo Leal Llaverito – tío abuelo de nuestro contemporáneo Curro Leal – el saltillense Juan Espinosa Armillita desarrolló una triunfal temporada novilleril en el Toreo de la Condesa, imponiéndose en varias de las tardes en las que actuó al complicado ganado al que le tocó enfrentar, porque las novilladas que don José del Rivero adquirió para la temporada en buena medida provinieron de hierros como Parangueo, Galindo, Cazadero, La Encarnación o San Nicolás Peralta y aunque también se presentaron ganaderías como Piedras Negras, Zotoluca, San Mateo o San Diego de los Padres, el número de novillos que enviaron fue bastante menor a las nombradas en primer término.

Polémica temprana

Pronto se desató una polémica acerca de las posibilidades de Armillita. Se comenzó a hablar de que él sería el sucesor de Gaona, quien ya había anunciado que al final de la inminente temporada de corridas de toros se despediría de los ruedos. Al pontifex máximus del gaonismo, Carlos Quirós Monosabio, no pareció caerle bien la propuesta, porque en el número de El Universal Taurino fechado el 24 de junio de ese 1924, en una pieza titulada No se ganó Zamora en una hora, entre otras cuestiones, escribió:

Espinosa no ofrece la singularidad de un caso. Imita – y muy bien hace en imitarlo –, a Gaona. Gaona lo mismo hubiera hecho, si en sus mocedades encuentra a quien copiar... Espinosa será un gran lidiador, muy seguro, muy enterado, muy fácil, pero no marcará huella personal. Se parecerá a otro... Gaona fue él desde sus comienzos. Tuvo semejanzas con modelos que no conocimos, y por ello no pudo sujetársele a ninguna comparación. Y aun cuando siguiera su escuela, puede decirse que no los imitó, sino que, desde un principio, buscó hacer destacar su personalidad... Juan, hasta hoy, poco es lo que tiene hecho para corresponder a las señaladas muestras de estimación que ha recibido de los aficionados... Los que ya creían ver en Juan Espinosa a enemigo de peso para arrojarlo sobre Gaona, se habrán convencido de que ese deseo está verde...

Juzgó, como se puede ver, con inusitada dureza y sin conceder atisbo alguno de duda al joven Armillita que, si bien tenía ya un par de años recorriendo las plazas de nuestra república, demostraba que entendía el torero y tenía voluntad de ser gente en esto.

Dos números después, el 8 de julio siguiente, en el mismo Universal Taurino, don Luis de la Torre, El – Hombre – Que – No – Cree – En – Nada, replicó a Monosabio y de esa réplica entresaco:

Gaona y Espinosa, cada quien, en su nivel, el uno de maestro cuajado y el otro de aventajadísimo discípulo, los dos son lidiadores estupendos, y si se diera el caso anotado por “Monosabio”, entonces “Armillita” sería algo maravilloso, rayano casi en lo sobrenatural... ¿Qué Gaona creó una personalidad? ¡Quién lo ha dudado hasta ahora! Pero debemos no olvidar, sin que por ello disminuya en algo su enorme mérito, que fue guiado por un maestro que no desatendió el más insignificante detalle a fin de que sus discípulos, de acuerdo con su inteligencia y aptitudes, los aprovecharan, poniéndoles como modelos a los grandes clásicos de su época... Si Espinosa no es muy variado en su repertorio – que sí lo es – culpa debe ser de su modelo, que en los últimos tiempos se muestra demasiado avaro de las riquezas de su arte. Si Espinosa hubiera visto a Gaona en los tiempos a que alude el señor “Monosabio”, indudablemente que sería tan largo como lo era entonces el futuro Califa...

Muy temprano se le tiraron a la yugular al joven Armillita, por su deseo de tratar de ser un torero importante y de escalar con rapidez la primera línea de la torería nacional.

La octava corrida de la temporada 1924 – 25

La alternativa de Juan Espinosa Armillita se programó para el domingo 30 de noviembre de 1924, anunciándose como padrino al leonés Rodolfo Gaona y para atestiguar la ceremonia al madrileño Antonio Márquez quien se presentaba en la temporada. El encierro seleccionado al efecto fue de la ganadería de Zotoluca, propiedad de don Aurelio Carvajal. Las entradas a la plaza se agotaron con bastante anticipación. Escribió Verduguillo para El Universal Taurino:

La alternativa de “Armillita” y la reaparición de Márquez, han hecho el milagro. No cabe la gente en los tendidos y los que han llegado tarde, se han visto en la necesidad de escalar las azoteas y allí tomar asiento… Los Sres. Presidentes, Generales Obregón y Calles, han sido ovacionados al entrar en el circo. La ovación se ha prolongado por varios minutos, y han tomado parte en el agasajo todos los concurrentes… “Chicuelo” es también aplaudido, cuando ocupa su barrera de primera fila, Y para que nadie se sienta, también aplaudimos al C. Regidor que preside la corrida, a pesar de que no conoce el reglamento de toros vigente…

Lleno hasta en la azotea y personajes de renombre en los tendidos. Cuando en los carteles se ofrecen combinaciones formadas con imaginación, inteligencia y atendiendo al interés de la afición, ésta se retrata en las taquillas y llena las plazas. Esta particular fórmula es infalible.

Sigue escribiendo Rafael Solana en su crónica:

Las cuadrillas hacen el paseo, marchando al frente un charro vestido a la usanza de hace algunos años, y tras de éste, los maestros Rodolfo Gaona (de tabaco y oro), Antonio Márquez (de verde esmeralda y oro) y Juan Espinosa “Armillita” (también de tabaco y oro). Los tres espadas son ovacionados, y cuando los varilargueros ocupan sus puestos, sin colocarse ningún peón entre ambos, como lo dispone el reglamento, Rosendo Béjar manda que salga el primero…

El toro de la alternativa de Armillita se llamó Costurero, de pelo cárdeno oscuro, listón, salpicado, bragado y estaba marcado con el número 34. Ante él, el toricantano realizó una faena en la que destacó su actuación en el segundo tercio:

Juan Espinosa toma los garapullos... Después de dos salidas en falso, el niño se decide y prende un magnífico par, llegando a la. cara, y cuadrando como los grandes banderilleros… La ejecución ha sido colosal. Por el lado izquierdo va ahora el muchacho. Se pasa sin clavar una vez, y a la segunda, deja uno de poder a poder estupendo, Las palmas que se le tributaron fueron pocas, y eso que toda la plaza aplaudió... Lo dicho: “Armilla” es as con las banderillas. ¿Estamos de acuerdo? … brinda a los Presidentes, y se encara desde luego con “Costurero” que ha llegado al trance final con la cabeza suelta… Los primeros cuatro muletazos son de torero enterado, por bajo, para castigar… Lograda la cuadratura, el de Saltillo, se perfila en corto, emprende el viaje derecho y rápido, y hunde todo el acero, un tanto perpendicular y delantero, con lo que basta para que “Costurero” quede en condiciones de ser descabellado, lo que hace Juan en dos tiempos, es decir: primero toca un poquitín, cayendo el toro, pero el puntillero lo levanta, y luego Espinosa tiene que descabellar por segunda. vez; ahora sí completo…

Como se puede leer, la alternativa de Juan Espinosa Armillita no fue triunfal, pero sí fue una demostración de que se trataba de un torero poderoso, con capacidad para superar las dificultades que los toros le presentaran y, sobre todo, que estaba listo para la alternativa que le había sido concedida.

Rodolfo Gaona ante Pavo

Señalaba Verduguillo al relatar la actuación de Armillita que éste último era un as con las banderillas. Pues bien, Rodolfo Gaona, quien era un consumado artista del segundo tercio, no iba a dejarse pisar el terreno y aunque el cuarto de la tarde, Pavo, un muy bien armado berrendo en negro no era precisamente el toro ideal, salió a dejar su rúbrica y a establecer que él seguía siendo, todavía, el principal en esos menesteres:

Del segundo tercio se encarga Don Rodolfo. He puesto DON, y van ustedes a ver por qué. Por lo pronto, clava el Indio un par muy bueno, de poder a poder, por el lado derecho. Luego prende un sesgo por fuera colosalisímo. Cuartea en seguida otro par por el lado izquierdo, de maestro, llegando y... “Asómate a la: ventana para que mi alma no pene” ... ¿Y el cuarto par? Bueno: un sesgo por dentro, faltando un milímetro para que el Indio quedara clavado en las tablas. ¿Valientes a mí? Yo borro donde otro pinte. Por supuesto que ese cuarto par, que fue hazaña de maestro y además de hombre, provocó en los tendidos enorme alboroto… No escribí... y conste, que para que yo no escriba, y me dedique a contemplar una faena con todo el afán y toda la sed de emociones que mi pecho encierra, debe ser ella muy grande, enorme. Básteme decir, que las célebres faenas de “Brillantino” y “Faisán” quedaron borradas por la inenarrable labor del Indio…

El celo es un ingrediente fundamental para ser figura del toreo, el tener ese deseo de mantener y defender el sitio que se ha ganado delante de los toros.

El encierro de Zotoluca

La corrida enviada a El Toreo por don Aurelio Carvajal tuvo edad y cuajo. Los toros de la divisa celeste y rojo y que llevaban el antiguo hierro de Tepeyahualco, dejaron satisfechos a todos con su presentación:

Hay encerrados para esta tarde, seis buenos mozos de Zotoluca. Ya sabemos que don Aurelio Carvajal, es entre los ganaderos, uno de los que más se ha venido preocupando porque sus reses tengan buena presentación y tipo. De “Zotoluca” no salen becerros. Y el que quiera desmentirme, no tiene más que ver que las dos corridas que se han lidiado este año, han sido las más serias de cuantas hemos visto… Es una corrida de prueba la que hay encerrada en los corrales. No parece, sino que Pepe del Rivero quiso encerrar a “Armillita” en su alternativa con toros de respeto para que les vaya perdiendo el miedo, y para demostrar a los incrédulos que el joven de Coahuila puede con todo lo que le echen...

Coda

Sin duda que el hecho que se proclamara a Juan Espinosa Armillita como sucesor de Rodolfo Gaona, molestó a muchos de los seguidores del Califa. La historia nos enseña que después de una interesante y digna trayectoria como matador de toros en ruedos de España y de México, sería también un enorme y muy distinguido hombre de plata.

Pero otro Armillita, Fermín Espinosa, que sí sucedió a Rodolfo Gaona y que, sin duda, es la principal figura del toreo que México haya dado a la historia, se presentó en El Toreo, con 13 años de edad, el 13 de agosto de ese mismo año de 1924. 

La dinastía Armillita había llegado para quedarse.

lunes, 16 de septiembre de 2024

16 de septiembre de 1934: Ricardo Torres recibe la alternativa en Barcelona

Ricardo Torres fue el triunfador de la temporada de novilladas en El Toreo en 1933. De los 27 festejos que consistió el ciclo, toreó 14, observándose en el elenco que allí se presentó la presencia de nombres como los de Silverio Pérez, Arturo Álvarez Vizcaíno, Alfonso Ramírez Calesero o Manuel Gutiérrez Espartero, quienes bastante darían de que hablar tiempo después. Cuenta Verduguillo en sus Tres Décadas de Toreo en México, la forma en la que se gestó la alternativa de Ricardo Torres en la plaza de la colonia Condesa:

La corrida de Covadonga, que había sido vieja costumbre celebrar, y que era tradicionalmente una de las más rumbosas de cada temporada, no podía celebrarse, porque los toreros estaban muy vistos ya, y el único español de la temporada, Ortega había toreado tanto, y sin interrupción, que ya había colmado la medida; pero entonces, don Antonio Llaguno tuvo una idea; tomó el teléfono y llamó directamente a Madrid a su amigo Victoriano de La Serna, y lo contrató para venir a matar dos corridas de San Mateo... en poco más de una semana lo tuvimos aquí... el “Rex” hacía de Gibraltar a Nueva York cuatro días, y el ferrocarril de Nueva York a la estación de Colonia tres y medio; otros barcos hacían entre La Coruña y Veracruz un promedio de once a quince días de navegación... vinieron las dos corridas de La Serna con los sanmateos: la primera fue la de Covadonga, mano a mano con Balderas, protegido entonces del señor Llaguno; y, la segunda, con Balderas y Ricardo Torres, que recibió la alternativa, esa fue la corrida de la Prensa...

Así pues, esa Corrida de la Prensa se celebró el domingo 18 de febrero de 1934, y en ella, Alberto Balderas, en presencia de Victoriano de La Serna le cedió los trastos para pasaportar al toro Rumboso, primero de la corrida de San Mateo lidiada esa tarde.

Con ese bagaje, el discípulo de Samuel Solís se marchó a España a intentar torear, a sabiendas de que para hacerlo tendría que renunciar a la alternativa recibida en la capital mexicana y torear novilladas para justificar que se le otorgara de nueva cuenta. Su buena manera de hacer el toreo le permite desarrollar una interesante temporada en ruedos hispanos, en la que destacan 5 tardes en Madrid, una en Sevilla y dos en Barcelona. Por ello, la corrida de su alternativa se programó para el día 16 de septiembre de ese año precisamente en la Monumental Barcelonesa, donde le apadrinaría Marcial Lalanda, con el testimonio de Antonio Posada, contándose además con la actuación en el primer y último lugar del rejoneador español Antonio Cañero; los toros serían de Julián Fernández, antes Vicente Martínez y dos de Nemesio Villarroel para el rejoneador. El semanario barcelonés La Fiesta Brava, fechado el 14 de septiembre de ese año, anunciaba:

De padrino oficiará, Marcial Lalanda, al que acompañará Antonio Posada. Los toros serán de Vicente Martínez y antes de la ceremonia habrá un prólogo a cargo del rejoneador Cañero… Ricardo Torres se ha ganado a pulso el doctorado en Barcelona. A la novillada de su presentación vino decidido a ganarse el espaldarazo y la empresa, ante el éxito alcanzado por Torres, se apresuró a ofrecerle la ansiada alternativa… Ricardo Torres llega a la alternativa con el refrendo de los públicos más exigentes de España, ante los que ha demostrado el joven mejicano que hay en él un torero de gran capacidad técnica y de una calidad artística extraordinaria. Esa impresión sacó nuestro público en la novillada de presentación de este artista que el domingo recibirá en España el refrendo de su doctorado en Méjico, ilusión que trajo de su patria y que deseamos vea satisfecha coronada por el éxito más decisivo… ¡Suerte Ricardo!

La corrida del 16 de septiembre de 1934

Abierta la puerta de cuadrillas, sale por delante el caballero en plaza Antonio Cañero, vestido a la usanza campera andaluza, y tras de él a la izquierda de la formación Marcial Lalanda vestido de verde manzana y oro; a la derecha, el sevillano Antonio Posada, quien llevaba un terno rosa palo y oro y al centro, el toricantano Ricardo Torres vistiendo un terno gris perla bordado también en oro. 

El primero de la lidia ordinaria, toro de la alternativa de Ricardo Torres se llamó Verdejo, un toro que de acuerdo a las crónicas era colorado, grande y cornalón. Ante él, la actuación del torero hidalguense que recibía la alternativa fue descrita de la siguiente manera por Fernando Sayos Trincherilla, a la vez cronista y director del semanario La Fiesta Brava:

Ricardo Torres, que vestía flamante terno perla y oro, saludó al que rompió plaza, "Verdejo", castaño, grande y cornalón, con unas verónicas en las que aguantó valerosamente la embestida incierta del enemigo. Se le aplaudió fuertemente, pues hubo en los lances, aparte un innegable valor, mucho arte de torero… Tres veces entró a los caballos el de Fernández, saliéndose siempre suelto, por lo que no hubo ocasión de que intervinieran los espadas… En su afán de complacer. Torres, uno de los banderilleros más grandes que han venido de Méjico, cogió los palos, porfió en todos los terrenos, tratando de alegrar al mansurrón cuya sosería aumentaba por momentos, para prender dos pares en los que Ricardo lo hizo todo… Entre aplausos. Marcial cedió los trastos al neófito, quien abrazó emocionado al padrino, brindando luego a su paisano “Verduguillo”, crítico taurino de “El Universal” de Méjico… Gazapeando tomó la muleta el de los cuernos y Torres, decidido y valeroso lo dobló tres veces con ayudados bajos, perdiendo los avíos en un derrote… Siguió con pases de castigo, muy cerca de los pitones, sin amilanarle los gañafones que le tiraba el galán, y, cuando éste se le puso a tiro, arrancó a herir, pinchó llevándose el arma y repitió con una estocada en la yema que hizo doblar… Hubo aplausos y saludos…

Destaca el hecho de que se hiciera constar en la relación el que Verduguillo hacía labor en aquellas tierras por esos días, siguiendo principalmente, creo, a la pareja Garza – El Soldado que se puso de moda justamente en Madrid en ese mismo calendario.

Por su parte y de manera más escueta, J.M. Hernández, quien escribió la crónica para el diario barcelonés El Noticiero Universal, resume la actuación de Ricardo Torres ante el toro de su alternativa, de la siguiente manera:

Ricardo Torres volvió a tomar ayer tarde la alternativa. La había tomado ya en Méjico este invierno último de manos de Victoriano de La Serna, y al venir a torear a España renunció al doctorado. Cuando se presentó en Barcelona nos impresionó tan favorablemente que dijimos de él se trataba de un gran torero... Con el de la alternativa aun estuvo el muchacho animosillo y torero. Veroniqueó con arte. Puso dos pares de banderillas haciéndolo todo él, porque el bicho esperaba. Lo pasó de muleta cerca, valiente, dominador, salvando por mando en el engaño las coladas del cornúpeto. Mató de un pinchazo sin soltar y una entera caidilla y atravesadilla. Le ovacionaron y salió al tercio...

De lo transcrito se puede advertir que no fue precisamente la alternativa soñada, más como veremos adelante, no ha sido por falta de voluntad de los toreros.

El encierro de Julián Fernández Martínez

Las crónicas que pude consultar se refieren a un a corrida ejemplarmente presentada, aunque la estampa de los toros no correspondiera al juego que después dieron en el ruedo. Señala el ya citado Trincherilla en su crónica del festejo:

Si la bravura hubiera corrido pareja con la presentación, ésta de Julián Fernández hubiera sido una corrida magnífica. El ganadero lo fio todo a la presentación de sus reses – gordas, lustrosas, bien armadas – y el resultado fue una esaborición… Salvo el corrido en quinto lugar – un ejemplar magnífico, berrendo en negro largo, – estupendamente criado y que peleó con alegría y acusó bravura y nobleza hasta el cuarto muletazo – las reses no acusaron aquellas excelentes cualidades que lucieron que los toreros codiciaran la ganadería de Vicente Martínez… Mansotes, reservones, con medias arrancadas, la lidia que dieron estos toros estuvo llena de dificultades, imposibilitando el lucimiento de los espadas…

No obstante, Marcial Lalanda se entretuvo en cortarle el rabo al primero de su lote y Antonio Posada con el quinto de la corrida realizó, a decir de las crónicas, la faena más torera. 

Lo que seguiría en la historia de Ricardo Torres

Ricardo Torres volvería a México a confirmar esta su segunda alternativa a El Toreo el 2 de diciembre de ese 1934, siendo su padrino Domingo Ortega y fungiendo como testigo Antonio García Maravilla, el toro de la ceremonia sería Colorín de Piedras Negras y hasta el año de 1936 volvería a Madrid a confirmarla allá, justamente el 12 de abril de ese año, de manos de Victoriano Roger Valencia II y siendo testigos Pepe Amorós y Pepe Gallardo, cediéndosele el toro Esparragueño de Pallarés Hermanos.

A la altura de esas fechas, Ricardo Torres era el décimo torero mexicano en recibir la alternativa en Barcelona. Antes que él la obtuvieron Carlos Lombardini, Pedro López, Juan Silveti, y Luis Freg en el ruedo de Las Arenas, Joselito Flores en el de La Barceloneta, y Pepe Ortiz, Fermín Espinosa Armillita, Heriberto García y David Liceaga en el de la Monumental.

No obstante, Barcelona seguiría siendo punto de ingreso y destino de la torería mexicana siempre que fue posible ofrecer toros en ese lugar, que más pronto que tarde deberá ser recuperado para la fiesta de los toros.



domingo, 25 de agosto de 2024

26 de agosto de 1951: En la inauguración de la plaza de Piedrahita, recibe la alternativa Paco Ortiz

Anuncio de los festejos de inauguración
Diario de Ávila 23 de agosto 1951

Piedrahita es la cabecera de uno de los municipios de la provincia de Ávila, situado en el valle de Corneja, en la Sierra de Gredos, actualmente parte de la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Hace 73 años tenía una población algo superior a los tres mil habitantes, que se distinguía en esos días por contar en su casco urbano con el palacio de los duques de Alba, el templo de La Asunción, el convento de los Carmelitas, y muy principalmente la Ermita de la Virgen de la Vega.

El entonces interventor de la Administración del Estado en Ávila, Eugenio Gómez Pereira, tuvo la iniciativa de construir una plaza de toros en Piedrahita, según declaró al Diario de Ávila, fechado el día 23 de agosto de 1951:

Ilusiones nacidas del cariño que siento por el pueblo; no en balde soy hijo adoptivo del mismo y eran varios los años que, al llegar la época de las fiestas, escuchaba sus lamentaciones por el poco realce que alcanzaban al no haber Plaza de Toros. Esta fue la causa de que yo tomara la iniciativa para su construcción…

La obra se encargó al arquitecto municipal Clemente Oria González, quien también es el autor del proyecto y quien realizó un coso de mampostería con una capacidad para cinco o seis mil personas, según la fuente que se consulte. Dice la nota aparecida en el diario madrileño ABC del 28 de agosto del mismo 1951:

Ya tiene la ciudad abulense un circo taurino de primera categoría; su aforo es dé 6,000 localidades y está construido en piedra. Las obras han costado dos millones de pesetas…

La inauguración de la plaza de toros, nombrada la Monumental de Castilla la Vieja, constituiría un evento importante para la comunidad de Piedrahita.

Los preparativos del festejo

La comunidad piedrahitense esperó con alegría la inauguración del escenario que daría realce a sus fiestas de agosto. Así, en el Diario de Ávila del 22 de septiembre anterior a la corrida, se anuncia que uno de los principales establecimientos de la localidad se hacía eco del festejo inaugural:

Con una delicadeza exquisita, propia del establecimiento «Bazar El Siglo» se exhibe en sus escaparates un verdadero museo taurómaco, en el que no falta detalle de todos los aditamentos propios de la fiesta nacional… fotografías y programas de distintas épocas y gustos, desde el papel de estraza, hasta el de seda y raso, regalos de aficionados al arte de Cúchares, a sus novias, y, en fin, tantas y tantas cosas, que han llamado enormemente la atención del público, y que ha felicitado por esta nueva al dueño del establecimiento, el amigo Desiderio, que a pesar de haber permanecido mucho tiempo allende los mares, volvió a su patria chica que tanto añoraba…

También, la misma publicación daba cuenta de la reseña de los toros salmantinos de doña María Antonia Fonseca que lidiarían Pablo Lalanda, Julio Aparicio y Paco Ortiz quien recibiría la alternativa en tan señalada tarde:

Se lidiarán seis hermosos toros de la acreditada ganadería de doña María Antonia Fonseca Herrero, del campo de Salamanca, con divisa blanca y negra, que no hay duda darán guerra a los varilargueros y a los rehileteros, para después llegar a los maestros, de los que esperamos buenas lecciones… Los toros nos dicen que son de lámina y trapío y que prometen dar juego, y la lista por el orden de números es como sigue: el Número 43 «Botonero», negro; 57 «Sombrerero», negro listón; 74 «Lavandero», negro bragado; 31 «Perdido», negro; 33 «Pimentero», negro listón; 90 «Jovencillo», negro bragado»…

Los toros eran en ese día de origen Coquilla y el hierro y divisa que llevaban actualmente corresponde a la ganadería que se anuncia como Los Guateles. Julio Aparicio era uno de los toreros predilectos en esa casa.

En el número de El Ruedo salido el 16 de agosto anterior, se publicó este curioso adelanto:

El próximo día 26, domingo, se inaugurará la Plaza de toros de Piedrahita con una corrida en la que actuarán Pablo Lalanda, Julio Aparicio y el novillero mejicano Paco Ortiz, que tornará la alternativa, por acuerdo especial, de manos del segundo espada, de Julio Aparicio…

Como adelante veremos, las cosas no sucederían exactamente así.

La corrida inaugural

La Monumental de Castilla la Vieja casi se llenó en su primera tarde de toros y llevando como alguacilillo al frente al pequeño hijo del promotor de la obra Eugenio Gamo Gómez Pereira, los alternantes partieron plaza, guardando en el paseíllo justamente los puestos que por su antigüedad les correspondían, por lo que el anticipo de El Ruedo vino a ser cuando mucho, una declaración de buenas intenciones.

Paco Ortiz cortaría la oreja al toro de su alternativa. El cronista del Diario de Ávila, firmando como P.P. Luis, relata:

Paco Ortiz le recoge con unos lances muy ceñidos y con una sola vara, porque el pobre torete no puede más, se cambia el tercio en que los banderilleros cumplen… Pablo Lalanda entrega dos trastos de matar al mejicano que abraza emocionado a los dos matadores y empieza su faena que ha brindado al público, con unos pases por alto a los que siguen unas manoletinas y dos naturales que se aplauden, después intercala unos mantazos raros que un vecino del callejón califica de “pase del desprecio” y entra a matar agarrando un pinchazo y después una estocada. El público le aplaude y la Presidencia le concede la oreja…

En el segundo toro de su lote, el toricantano vuelve a conquistar la atención de la concurrencia. Sigue contando el cronista:

Sexto, negro. Paco Ortiz recoge al toro que es más grande y con más poder que sus hermanos y ejecuta unas chicuelinas ceñidísimas. Los piqueros cumplen y Ortiz que está deseando agradar comienza su faena que brinda a la señora de González de Vega (don Ramón), arquitecto de Ávila, con unos pases ayudados por alto a los que siguen una agrie de naturales, de pecho y les otros de su invención. Con un valor extraordinario aguanta varias tarascadas que le larga el morlaco, resultando cogido aparatosamente, pero se levanta sin inmutarse y con el traje destrozado sigue la faena va lentísimo, terminando con el toro de dos buenas estocadas…

Perdió los trofeos por los fallos con los aceros, pero dejó constancia de su valor y su entrega en una tarde trascendente para su futuro.

Pablo Lalanda, por su parte, le cortó las dos orejas al cuarto de la tarde, el que mejor comportamiento tuvo en el ruedo:

Pablo Lalanda le fija con unos capotazos y pide a la Presidencia que cambie el tercio, sin que los de aúpa intervengan y con el toro enterito, después de brindar a la Princesa de Bulgaria que ocupaba una barrera acompañada del Cónsul de Bolivia, empieza la faena de rodillas, siguiendo con pases de todas las marcas en los que sobresalen varios naturales citando de hinojos, (ovación) sigue con unas manoletinas mirando al tendido y otra serie de naturales y desplantes que se ovacionan. Entra a matar agarrando media estocada que con otra entera superior hacen rodar al toro sin puntilla, ovación dos orejas, vuelta al ruedo y salida al tercio…

Por su parte, Julio Aparicio sorteó el lote menos adecuado para el lucimiento y solamente pudo dar una vuelta al ruedo tras finiquitar al tercero de la corrida.

Nada nuevo bajo el sol...

P.P. Luis hace notar la irregularidad existente en cuanto a la integridad y la presencia de los toros que se lidiaron al inicio de su crónica:

La inauguración de una Plaza de toros en la provincia y el cartel anunciado para ello, trasladaron ayer al revistero a la Villa del Corneja, y a fe que llevaba la esperanza de pasar una gran tarde de toros, porque en aquellos momentos del viaje, en una buena tarde de sol que amortiguaba el aire serrano, no se acordaba que, en estos tiempos modernos, “Fígaro” tenía sucursales en casi todas las dehesas donde se cría ganado que algunas veces resulta bravo… Pero los tiempos adelantan que es una barbaridad como decía don Hilarión y así vimos que los toros enviados por doña María Antonia Fonseca Herrero, del Campo de Salamanca, además de pequeños, tenían tan bien cuidada la cabeza que quitaban toda emoción a la fiesta…

No cambian las cosas. De lo que hoy en día podemos enterarnos casi en tiempo real, hace casi tres cuartos de siglo, se dejaba patente en letra impresa. Los toros anunciados como tales, no lo parecían y también se hacía evidente que las astas de los lidiados en la fecha, no estaban íntegras, lo que, como dice el cronista, le quita el ingrediente de la emoción al espectáculo, indispensable en todo festejo taurino.

Y es que agrega, la calidad de la plaza que se inauguraba ameritaba otra presentación del ganado:

Y nos volvimos un poco apenados al comprobar cómo en una cabeza de partido puede llegarse a construir una plaza de toros, que es el espectáculo que mueve a las multitudes, mientras en la capital tenemos que seguir con este encerradero de ganados que creemos mandó construir Recaredo…

Sin embargo, el ambiente festivo contagió a quienes asistieron a este festejo de inauguración y así, se llevaron en hombros a la fonda a Pablo Lalanda y a Paco Ortiz, como triunfadores de la tarde.

Esta alternativa, la segunda que recibiría en su carrera, Paco Ortiz la confirmaría en la Plaza México el 6 de marzo de 1952, de manos de Félix Briones, quien le cedió al toro Churumbel de Atlanga, en presencia de Pepe Luis Vázquez (mexicano). También renunciaría a esta alternativa, para recibir una tercera el 16 de noviembre de 1959, de manos de Luis Castro El Soldado, en Pachuca, misma que ya no confirmó.

Paco Ortiz falleció en Pachuca, Hidalgo, el 13 de junio de 1984.

Aviso parroquial: Los resaltados en los extractos de la crónica de P.P. Luis son obra imputable únicamente a este amanuense, porque no obran así en su respectivo original.

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