20 de junio de 1915, natalicio de Silverio Pérez en Texcoco, Estado de México
Esta entrada parecerá a muchos un enorme gazapo histórico o cuando menos una irreverencia, dado que el Faraón celebró siempre su cumpleaños el día 20 de noviembre. Pero el paso del tiempo es inexorable y no deja lugar a dudas en cuanto a que los hechos de la naturaleza y de los hombres suceden y en el caso, el nacimiento de Silverio Pérez Gutiérrez es uno de esos que no puede ser ni ocultado, ni traspuesto en el tiempo en el que ocurrió.
Cierto es que el Tormento de las mujeres se festejaba el día 20 de noviembre, pero eso tiene una explicación. En el sitio web que su familia le ha dedicado a quien sin duda es el torero que la afición mexicana más quiere, se hace la siguiente narración biográfica:
La historia comienza el 20 de junio de 1915 en el poblado de Pentecostés, Municipio de Texcoco, Estado de México cuando nació el quinto hijo del matrimonio formado por Don Alberto Pérez y Doña Concepción Gutiérrez “Chonita”, el recién nacido, aquel niño prietito y feo era hasta cierto punto fenómeno, pues al lanzar su primer grito al mundo, se dejaron ver dos grandes dientes en el maxilar superior que le daban un raro aspecto de conejito. “Consejas” vecinales vieron en esto..., un presagio.
El 20 de noviembre del mismo año sus padres lo llevaron a la pila bautismal a “tomar agua para que se le saliera el demonio” razón por la cual, sus padres le festejaban su cumpleaños en esa fecha.
Huérfano de padre (1923), de madre (1929), de hermano mayor, Carmelo (1931) se convirtió en cabeza de familia a la edad de 15 años.
Es, a la muerte su hermano Carmelo que decide convertirse en torero y el 3 de marzo de 1932, contando con 17 años, torea su primera novillada. En abril de 1935 partió rumbo a España debutando en la Plaza de Toros de Tetuán el 1o. de mayo de 1935 alternando con: Liborio Ruíz, Varelito Chico y con Manuel Rodríguez “Manolete”.
El 24 de junio de 1938 se casó con Ma. De la Paz Domínguez Jimeno “La Pachis” con quien tuvo 6 hijos: Silverio, Silvia, Marcelo, José Antonio, Consuelo y Ana Laura.
Tomó la alternativa de manos del Maestro Fermín Espinosa “Armillita” en Puebla, Pue. El 6 de noviembre de 1938 y el 11 de diciembre del mismo año, nuevamente de manos del Maestro “Armillita”, confirmó la alternativa en la plaza de Toros “El Toreo de la Condesa”. El 1o. De marzo de 1953 se despide de los toros cortándole la coleta el Maestro “Armillita”.
Invitado a participar en la política inicia sus responsabilidades en 1951 hasta 1978 ocupando diversos cargos públicos.
Pachis, su esposa fallece el 14 de noviembre de 2005 y 10 meses después, el 2 de septiembre fallece Silverio…
El cariño que se le profesó a Silverio Pérez, como podemos ver, trascendió a su paso por los ruedos y le permitió hacer una segunda carrera en la política, donde se distinguió por su vocación de servicio a los demás y por el deseo de mejorar el lugar que le vio nacer. Del mismo sitio de internet del que copié los datos de la efeméride de su nacimiento, extraigo los siguientes datos de su paso por los caminos del servicio público:
Silverio desempeñó las siguientes responsabilidades en el municipio de Texcoco:
Síndico Procurador de Texcoco durante 1951.
Presidente de la Junta de Mejoras Materiales del Municipio de Texcoco de 1955 a 1957. (en ese lapso se reconstruyó la carretera México-Texcoco).
Presidente Municipal de Texcoco de 1958 a 1960.
Diputado Federal de 1961 a 1963.
Posteriormente fue nombrado Coordinadoe de Desarrollo Agrícola y Ganadero del Estado de México.
De 1967 a 1969 Presidente Municipal de Texcoco por tercera ocasión. Fue durante este trienio que Silverio pudo lograr uno de sus grandes anhelos, que fue el rendir homenaje al gran rey, poeta, guerrero y urbanista que hizo de Texcoco la Atenas de Anáhuac: Nezahualcoyotl pidiéndole al Maestro Humberto Peraza erigiera una estatua digna del Rey de Texcoco y que se colocó majestuosamente a la entrada de la cabecera municipal.
La honestidad de Silverio fue irreprochable, no compraba conciencias ni repartía dinero que como siempre decía no era de él sino del Pueblo y claro, no faltó un grupo de personas bien organizadas que le ofrecieron se postulara para la Gubernatura del Estado de México a lo que Silverio accedió con gran entusiasmo sin imaginarse que “lo iban a bajar del tren”.
Estando en una reunión llegaron unos enviados de la Presidencia de la República y le pidieron los acompañara, que el Presidente Gustavo Díaz Ordaz quería verlo. Muy sorprendido les acompañó, llegaron, lo pasaron de inmediato al Despacho Presidencial en donde fue recibido muy cordialmente por el Presidente. Le saludó y con toda seriedad le dijo: “Silverio, ¿usted fue torero no?”, sorprendido Silverio le contestó que por supuesto... “pues en las corridas de toros hay que pedirle permiso al juez para matar al toro, ¿no?... “claro Señor Presidente”, le contestó; “pues a usted se le olvidó pedir permiso y el candidato a la Gubernatura del Estado de México va a ser el Prof. Carlos Hank González…
Silverio decidió terminar ahí su actividad dentro de la política.
Esa era la calidad humana de Silverio Pérez, a quien recuerdo en estas fechas en las que se cumple el centenario de su natalicio.
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