1912: Resurrección en Sevilla y Beneficencia en Madrid... el mismo día
Anuncio de la Corrida de Resurrección de 1912 |
Hace cien años que las corridas de Resurrección en Sevilla y de la Beneficencia en Madrid coincidieron en fecha. Se celebraron el domingo 7 de abril de 1912 y la primera, inveterata consuetudo, marcó el inicio de la temporada hispalense, en tanto que la segunda, en este caso, dado lo temprano de su celebración, marcó excepcionalmente un inicio en gran forma – toros de Murube y Santa Coloma para Fuentes, Pastor, Manolete y Gaona – de la temporada madrileña, dejando claro quizás, lo que estaría por venir en el coso de la Carretera de Aragón.
Mi intención ahora es ocuparme de la corrida celebrada en La Maestranza, – objeto del cartel que ilustra esta entrada – en la que para lidiar a los toros que un día fueron del canónigo Hidalgo Barquero y Carlos Otaolarruchi y que ahora se anunciaban a nombre de Adolfo Gutiérrez Agüera y a los que harían frente Enrique Vargas Minuto, Rafael El Gallo – anunciado entonces Gallito – y Francisco Martín Vázquez.
La corrida representó una tarde importante para el torero de Alcalá de Guadaira, aunque pareció haber estado torcida desde su inicio. El diario El Liberal de Madrid da cuenta, al día siguiente de la celebración del festejo, de que El Gallo dudó en presentarse a la plaza, invocando una fiebre y una lesión en un dedo. La información aludida es como sigue:
Gallito no torea hoy. Sevilla 7 (8:55 n). – Al llegar a su casa Gallito se metió en cama y llamó al médico. Parece que éste le halló fiebre. Además dice Gallito que se resiente de un dedo que se fracturó en Alicante. Por estas causas no ha tomado el tren para Madrid...
Si a lo anterior se suma que las relaciones en los demás diarios madrileños refieren la incomodidad de los asistentes a la corrida por la falta de trapío de algunos de los toros que compusieron el encierro, veremos que la tarde pudo tener un resultado menos halagüeño que el que la historia nos relata, de no ser por el derroche de valor del Señor Curro Martín Vázquez, quien al final de la tarde resultó ser quien saliera en volandas de la plaza y sin necesidad de corte de orejas, ni de puertas del Príncipe, pues se lo llevaron por la calle Iris, que es por donde siempre se han llevado a los toreros triunfadores, mientras no hubo pruritos principescos…
La relación publicada en El País de Madrid refleja lo siguiente:
Regular entrada, pero mucha animación y muchas mujeres guapas. Gallito, que había pasado la noche anterior enfermo, se decidió a torear a media mañana. Toro primero, «Desdeñoso», negro y como los restantes de la ganadería de Agüera. Minuto le lancea oyendo aplausos. Cumple el toro, y no se puede decir lo mismo de los banderilleros. Minuto muy adornado, muy voluntarioso y muy torero, pasa de muleta para un pinchazo, dos medias atravesadas y una entera alta. Dos veces se le coló en la faena y ambas le anduvo con la ropa.
Negro con bragas es el segundo que se llamó en vida «Granadino». Con voluntad tomó cinco puyazos y le adornaron el morrillo Posturas y Niño de la Audiencia. Gallito trastea de muleta lucido. Pincha una vez, vuelve a pasar de muleta y cuela una corta para descabellar con el estoque después de intentar hacerlo con la puntilla.
Vázquez saluda al tercero con dos verónicas al salir de una de las cuales le empitona y le revuelca sin consecuencias. Más poderoso que voluntarioso, el toro acepta cinco caricias de los caballeros, a los que mata dos caballejos. Vázquez prende un par al cuarteo bueno y completan el tercio los peones. La labor de muleta de Vázquez es larga y desgraciada en la del pincho.
El cuarto «Sardinero», berrendo en negro, apretadillo de cuernos. Sin excederse dejó buen recuerdo en la pelea de varas. Gallito y Minuto torean al alimón cosechando aplausos. Minuto coge los trastos, se arrodilla y avanza hacia el toro para dar un pase magnífico. (Gran ovación). Luego pincha en hueso, y por último, entrando muy valiente, una buena estocada en los mismos rubios. Vuelta al ruedo.
Continuaba la ovación a Minuto cuando ya andaba por el anillo «Contador», que era el quinto, berrendo en negro.Gallito lancea a la verónica y el toro manso con toda franqueza se libra del tueste por milagro a fuerza de acosarle. El gitano prende par y medio en un golpe. Bien con la muleta y mal, mal con el estoque. Es una fatalidad este torero que recorre la escala completa, desde lo mejor hasta lo peor. La bronca que le administraron fue tan grande como justa.
El último era pequeñito y de color negro. Minuto le cambia de rodillas. Vázquez brinda a la esposa del presidente del Consejo y trastea de manera valiente. Da de primeras tres buenos pinchazos que se aplauden y para final una contraria. (Ovación y salida en hombros).
Los diarios ABC y El Heraldo, ambos de Madrid, coinciden igualmente en la salida en hombros de Francisco Martín Vázquez y la bronca a El Gallo tras la lidia del quinto, en tanto que El Imparcial no consigna la salida en hombros, dejándola en muchas palmas y reduce la bronca a Rafael al hecho de que el público le silbó ruidosamente…
Así fue la historia que está tras de este cartel. Dos inauguraciones de temporada, cada una con sus matices, pero desprendidas ambas de absurdas pretensiones. En Madrid, fueron ovacionados Vicente Pastor en el sexto, Manolete en el tercero y séptimo y Rodolfo Gaona en el octavo. Por su parte, Antonio Fuentes solo pudo cosechar palmas en su lote.
Xavier:
ResponderEliminarComo para que ahora se le escape a un plumilla el que sacaran a uno en volandas, como lo de pasar por alto la bronca a uno al que se le puede cargar con ello. Aunque igual también estamos ante un caso de esos de partidsmo taurino.
Un saludo
Enrique: Depende de que tan “sobrecogido haya quedado” ese “olvidadizo plumífero”… Decía el General Obregón, que fue Presidente de este país: “nadie aguanta un cañonazo de 50,000 pesos…”. Y en sus días, nuestros pesos eran de oro… Un abrazo.
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