domingo, 27 de noviembre de 2011

Una fotografía con historia (II)


Cuando se anunció la salida del primer toro de regalo en la segunda corrida de la temporada 2011 – 2012 de la Plaza México, la tarde/noche del pasado 13 de noviembre, al conocerse el nombre que el ganadero José Marrón Cajiga había asignado al toro para la ocasión – Carterista –, Heriberto Murrieta, quien comentaba la corrida para la televisión, inmediatamente sacó a recuerdo una fotografía de don Jenaro Olivares que – materialmente – dio la vuelta al mundo. Es esa imagen, obtenida precisamente en la Plaza México, la que da pie para que en esta oportunidad meta yo los míos.

El día 2 de abril de 1950 se celebro la corrida de la Oreja de Oro, a beneficio de la entonces Unión Mexicana de Matadores y Novilleros. El cartel se formó con toros de Zotoluca para Fermín Rivera, Silverio Pérez, Antonio Velázquez, Luis Procuna, Raúl Ochoa Rovira y Rafael Rodríguez. El festejo, de acuerdo con las crónicas, fue uno de esos que resultan torcidos desde su inicio, pues el encierro fue escaso de trapío y su juego dejó bastante que desear.

La relación del festejo que la agencia informativa remitió al diario El Informador de Guadalajara y que apareció publicada al día siguiente al de la corrida, señala que la disputa del trofeo dorado quedó entre Antonio Velázquez y Rafael Rodríguez. De la crónica, extraigo lo siguiente:

Las opiniones se dividieron a la hora de otorgar la oreja de oro entre Antonio Velázquez y Rafael Rodríguez. Ambos hicieron lidia completa a sus respectivos toros, pero con poca suerte con el pincho. Velázquez necesitó dos pinchazos y dos medias desprendidas para terminar con su enemigo y Rodríguez de tres pinchazos, una honda que traspasa y un descabello… Desde el primer tercio ambos matadores se distinguieron en sus quites, tal vez de mayor valor los de Rodríguez, pues tuvo que luchar contra el aire. Las faenas fueron ambas a cual más de valientes y emotivas, Por lo que las opiniones mucho se dividieron al otorgar la oreja al final de la corrida y en vista de que no se hizo una opinión unánime, ni siquiera una franca mayoría a favor de alguno de los dos diestros, los directivos de la Unión, en voto de calidad, dieron la oreja de oro a Antonio Velázquez, lo que disgustó a los partidarios de Rodríguez…

Al final, Corazón de León se llevó el trofeo y los partidarios del Volcán de Aguascalientes se lanzaron al ruedo para llevárselo en volandas. Quien lo cargó sobre sus hombros fue otro hidrocálido, un estudiante de segundo año de Ingeniería Civil, Jorge López Yáñez, que inició la vuelta al ruedo con el torero a cuestas y un buen contingente de aficionados y seguidores detrás de él. En ese trayecto es cuando la lente de la cámara de don Jenaro Olivares captó la escena que dio la vuelta al mundo.

La historia de la imagen

La fotografía de Olivares publicada en
LIFE el  1 de mayo de 1950
Como se puede observar en la imagen que encabeza este texto, Jorge López Yáñez, apodado El Vago, vestido con una camisa a cuadros y un saco o americana, carga al torero y lleva la vista al frente, con una expresión de cierto júbilo o satisfacción, en tanto que a su izquierda un jovencito que lleva un overol y un gorro tejido aclama emocionado al diestro y por la derecha, un chiquillo aprovecha la distracción del costalero para con habilidad, extraer la billetera – cartera le llamamos en México – del que con el paso del tiempo sería el Ingeniero López Yáñez. Un poco más a la derecha, un agente de policía, voltea exactamente hacia el otro lado de donde los hechos suceden, pensando quizás que a él le pagan por cuidar el orden, no el desórden

Esa fotografía, entiendo, se publicó originalmente en una revista de la Ciudad de México, llamada Hoy.

La vuelta al mundo

Una vez aparecida en Hoy, la obra de Jenaro Olivares apareció en la revista LIFE en los Estados Unidos en un par de ocasiones. La primera de ellas fue en la página 31 del número correspondiente al 1º de mayo de 1950 y se le calificó como la fotografía de la semana. El pie de la publicación de la imagen en esa ocasión decía lo siguiente:

Carterista en acción. El público ovacionaba ruidosamente cuando Rafael Rodríguez, con el terno ensangrentado, era sacado en hombros de la plaza de toros México. Pero cuando esta fotografía apareció en la revista “Hoy”, dejó de lado al matador, para comentar al “habilidoso carterista” sustrayendo una billetera, mientras que a su lado, “abstraído totalmente”, se encontraba un policía uniformado, “tal y como sucede todos los días, en todos los rumbos de la ciudad”, proclamaba “Hoy” con tristeza.

La imagen se llevó de nueva cuenta a las páginas del semanario norteamericano. En esta oportunidad al número aparecido el 2 de abril de 1951, cuando en la página 124, se hizo el siguiente análisis de ella:

Qué hay en una fotografía... 
Cuando la mayor parte de las personas vieron esta fotografía, hicieron una doble apreciación. En una primera oportunidad, todo lo que vieron fue al matador herido. Después, desparramaron la vista por el resto de la imagen y sonriendo, gozaron con lo que veían. 
¿Pudo cualquiera, estando parado a la altura del codo del fotógrafo haber visto la rápida y furtiva acción del carterista? Probablemente no. El observador pudo mirar, más no ver el incidente significativo entre los gritos de la multitud. ¿Por qué? Porque en un momento de excitación, no vemos las cosas con claridad. ¿Qué novia ve su propia boda con claridad? ¿Cuántos testigos de un accidente pueden coincidir con sus versiones sobre lo ocurrido? 
Un evento cualquiera se observa mejor en imágenes que cuando ocurre. En una fotografía podemos estudiar todos los hechos y detalles con calma y sin apasionamiento y percibir objetos que hubiéramos pasado por alto sí hubiéramos estado allí.

En LIFE, 2 de abril de 1951
En esta segunda ocasión, más que meramente describir la imagen, se entra a la actividad del fotógrafo, a la manera en la que captura las imágenes y a su posición dentro del momento que imprime – en el caso comentado – en la película, así como el hecho de que a – posteriori, una buena foto nos permite conocer mejor un hecho, aún habiéndolo vivido.

Para terminar presento esta reflexión que hace la maestra Rebeca Monroy Nasr acerca de esta fotografía, de la que aparte de su calidad, resalta su oportunidad, aún demostrando un evidente desconocimiento de lo que es la fiesta y la manera de hacer fotografía en ella, porque conociendo la obra y el profesionalismo de don Jenaro Olivares, me resulta inverosímil que haya perdido la faena, únicamente para realizar la fotografía que ella comenta y que es la que da lugar a esta entrada:


Paradigmática resulta la imagen de Jenaro Olivares cuando capturó con su cámara el momento climático en que un fanático lleva en los hombros al torero Rafael Rodríguez a dar la vuelta al ruedo, sin importarle que hubiese perdido la faena. Olivares sucumbe en entusiasmo mientras un ladronzuelo toma hábilmente su cartera, ahí frente a la nariz de un policía distraído, y otras escenas que se entrecruzan en el momento decisivo de esta fotografía bruegueliana…

lunes, 21 de noviembre de 2011

En el centenario de Armillita, XI


20 de noviembre de 1944: Armillita y Despertador de Zotoluca en San Luis Potosí (II/II)

Aspecto de la reintervención a Armillita, quien aplica la
anestesia es el Dr. Javier Ibarra hijo
Ante el pronóstico del médico potosino, los hermanos del torero e integrantes de su cuadrilla, Juan y Zenaido y probablemente la familia directa del mismo, consiguieron el traslado de Armillita a la Ciudad de México, para que fuera atendido por manos más experimentadas – en esos días el doctor Hernández Muro tenía apenas 29 años de edad –, en este caso las de los doctores Javier Ibarra y José Rojo de la Vega, encargados del servicio médico de El Toreo de la Condesa y valorados como los más conocedores en este tipo de percances. En el invocado número del 1º de diciembre de 1944 de La Lidia, aparece la siguiente declaración de Zenaido Espinosa:


...estuve presente en la operación inicial y no quedé satisfecho hasta no ver que se exploraban todas las trayectorias y se exploraba hasta el último rincón de éstas... la Unión de Matadores y la de Subalternos deben interesarse muy seriamente por el estado en que están las enfermerías de las plazas provincianas. Aquellas no son enfermerías ni cosa que lo parezcan. Una mesa desvencijada, una vitrinilla conteniendo algún frasco de yodo o alcohol y pare usted de contar. Si llega a esas “enfermerías” un torero con la femoral partida, ahí queda...

Total, que se consigue un avión por mediación del inefable General Maximino Ávila Camacho y se transporta a Armillita al Sanatorio Francés, donde se le reinterviene para explorar la cirugía realizada por el médico Manuel Hernández Muro – a la fecha calificada por muchos redomados ignorantes como una cornada quirúrgica – y el veredicto de los santones Ibarra y Rojo de la Vega fue publicado en estos términos:

Fue necesaria la salida de un tercer avión que al filo de las seis de la tarde del martes, aterrizó, trayendo a Fermín, que inmediatamente fue trasladado al Sanatorio Francés, donde los doctores Rojo de la Vega e Ibarra exploraron detenidamente la herida, encontrando que la operación inicial practicada por el joven doctor Hernández Muro, había sido hecha con todo esmero y atingencia...

Conforme avanzaron los días, se advirtió que la cicatrización de la herida podría oprimir el nervio ciático, lo que agregaba un matiz de incertidumbre a la recuperación del torero y con ello, una nueva sombra de duda a la actuación de Hernández Muro, quien no se separó de Fermín Espinosa en todo el trance. El doctor Javier Ibarra declaraba de la siguiente guisa, según nota aparecida en el diario El Informador de Guadalajara del 23 de noviembre de ese año:

El diestro Fermín Espinosa se hallaba mejorado hoy por la tarde, teniendo esta mañana solamente una temperatura de 36.5 grados, con aspecto y evolución normales de sus heridas, funcionando sin contratiempos los tubos de canalización... El doctor Javier Ibarra dijo que hay peligro de que “Armillita” quede incapacitado para volver a torear, porque al cicatrizar la herida puede quedar oprimido el nervio ciático, y esto entorpecería los movimientos del músculo y le produciría grandes dolores.

Homenaje y entrega de pergaminos a los médicos
que atendieron a Armillita
Afortunadamente esos pronósticos no se cumplirían, pues el semanario La Fiesta del día 6 de diciembre y La Lidia de dos días después daban cuenta de la salida de Armillita del hospital y de su retorno a su domicilio particular para continuar con su restablecimiento, e incluso en la última de las informaciones aludidas, se mencionaba que preparaba ya su reaparición para el final de ese diciembre, sin especificar plaza, encierro o alternantes.

A explicación no pedida…

En el semanario La Fiesta del 17 de enero de 1945, se da cuenta de un homenaje que los armillistas de la Ciudad de México, encabezados por José Ramírez, José Díaz, el Licenciado Ignacio Rodríguez Morales, Cutberto Pérez y Alberto Escoto rindieron a los médicos Javier Ibarra, José Rojo de la Vega y Manuel Hernández Muro por el exitoso tratamiento de la grave cornada sufrida por Armillita en San Luis Potosí el 20 de noviembre anterior.

En ese número de La Fiesta, se hace un resumen de lo sucedido en la reunión y del mismo, me resulta destacado lo siguiente:

...el doctor Rojo de la Vega en nombre del doctor Ibarra y del suyo propio, hondamente emocionado expresó su reconocimiento por el homenaje y en su brillante pieza oratoria se refirió a la tendenciosa y malévola publicación hecha en una revista, tratando de hacer creer a la opinión pública que ellos habían restado méritos a la labor del doctor Hernández Muro, lo cual era absolutamente falso. Apeló, en presencia del doctor Hernández Muro, a que éste, con su hombría y su caballerosidad, aseverara o desmintiera la bajeza de la publicación aludida. Por su parte, el interpelado agradeció aquél homenaje – el primero recibido durante su vida profesional – y que, según dijo, no vendría a servirle de vanidad sino como un gran estímulo; y categóricamente protestó y desmintió lo dicho por la revista a que se hizo referencia en contra de los doctores Ibarra y Rojo de la Vega, a quienes prodigó frases respetuosas llamándoles maestros y agradeciéndoles las palabras de elogio que tuvieron para él cuando vino a México trayendo herido a “Armillita”...

Al final de la misma se entregaron pergaminos a los médicos con la siguiente leyenda:

Los Armillistas de la Ciudad de México patentizan su agradecimiento al ilustre doctor don Manuel Hernández Muro por su eficiente intervención médica en la persona de nuestro gran torero Fermín Espinosa “Armillita” y le rinden su admiración y afecto otorgándole el presente pergamino. Diciembre de 1944. Firmas del comité organizador, integrado por José Ramírez, José Díaz, Lic. Ignacio Rodríguez Morales, Cutberto Pérez y Alberto Escoto.

El doctor Manuel Hernández Muro defendió su posición como cirujano ante quienes pudieron criticar su manera de tratar la herida de Armillita, por haberse apartado de la metodología seguida de manera tradicional, causando revuelo no sólo en el medio de la medicina taurina, sino a todos los niveles, ya que el que en esos días era un joven y desconocido cirujano provinciano le había prodigado a tan grande figura del toreo, una atención impecable, elogiable en todos los términos.

Pergaminos entregados por Los Armillistas de la Ciudad de México
a los doctores Hernández Muro, Ibarra y Rojo de la Vega
El doctor Manuel Hernández Muro – un moderno santo laico, como diría Don Dificultades – falleció el 17 de septiembre de 1986 a los 71 años de edad y todavía el domingo 14 anterior había estado en su puesto en el burladero de médicos de la plaza ya llamada El Paseo – Fermín Rivera, servicio del que fuera jefe durante 45 años.

Tras de este único percance, Armillita reapareció en Guadalajara el 31 de diciembre de 1944, para lidiar toros de Zacatepec mano a mano con Antonio Bienvenida.

El corolario de la historia es que la cornada de Despertador vino a demostrar que a pesar del enorme poderío de Armillita delante de los toros, él era al final de cuentas, como escribe Leonardo Páez, también, apenas, un ser humano.

Espero que hayan disfrutado como yo, esta remembranza.

domingo, 20 de noviembre de 2011

En el centenario de Armillita, XI


20 de noviembre de 1944: Armillita y Despertador de Zotoluca en San Luis Potosí (I/II)

En una carrera que duró alrededor de un cuarto de siglo, Fermín Espinosa Saucedo torea 836 corridas de toros; comparte carteles con toreros de cuatro generaciones distintas; jamás se le fue un toro vivo a los corrales y ese 20 de noviembre de 1944, a los 33 de edad y 17 de alternativa, ningún toro había sido capaz de horadar sus carnes. Tal era el poderío del Maestro de Saltillo, que podía parecer sobrehumano ante los ojos de la afición y de quienes ocasionalmente se asomaban al mundo del toreo, pues con un importante número de corridas de toros lidiadas, tanto en España como en México, Armillita había salido indemne de todas ellas.

Para la celebración de la proclamación del Plan de San Luis, con el que se inició la Revolución de 1910, la empresa Jueves Taurinos, subsidiaria de la de El Toreo de la Ciudad de México y regentada por don Joaquín Guerra, anunciaba la reinauguración de la Plaza de Toros El Paseo de San Luis Potosí (inaugurada en 1895) y la corrida con la que se celebraría ese hecho, sería un mano a mano entre Armillita y Silverio Pérez, que lidiarían toros tlaxcaltecas de Zotoluca.

El semanario La Lidia del 17 de noviembre anterior a la corrida, publicaba lo siguiente:

Nuestro estimado amigo, don Joaquín Guerra, empresario de los “Jueves Taurinos”, compró hace algún tiempo la plaza de San Luis Potosí y la ha renovado convenientemente, invirtiendo en las obras respectivas, la cantidad de treinta mil pesos. 
Para el lunes 20 de noviembre inaugurará la temporada con el concurso de “Armillita” y Silverio mano a mano, con un encierro de “Zotoluca”. Don Joaquín piensa celebrar en el Coso Potosino, la mayor cantidad de festejos posibles, pues trata de recuperar para su tierra, el segundo lugar de las plazas de la República que por mucho tiempo tuvo el coso del Paseo.

Así fue como se gestó uno de los grandes hitos de la biografía taurina y humana de quien, insisto, es con poco margen para la discusión, el torero mexicano más importante en la Historia del Toreo.

La cornada

La corrida había transcurrido con poco lucimiento. El encierro de Zotoluca fue complicado y los toreros solo pudieron lidiarlo y materialmente quitárselo de encima. El quinto de la jornada se llamó Despertador. Arelia, en La Lidia del 1º de diciembre de 1944 describe lo sucedido en esa tarde:

...Los toros de Zotoluca fueron sosos y broncos. Sin embargo, tanto Fermín como Silverio se esforzaron por complacer al público. Así fue que Fermín, que había estado bien a secas en sus dos primeros toros, quiso dar la nota en el quinto, “Despertador”, negro mulato, marcado con el número 53. Después de brindar la muerte a don Joaquín Guerra, “Armillita” se fue hacia el toro y consintiéndolo mucho, lo obligó a pasar en seis muletazos altos, estando Fermín sentado en el estribo. La gente empezó a entusiasmarse y a tocarle muy fuerte las palmas al maestro. Ya de ahí “Armillita” toreó por lasernistas y ejecutó el molinete de rodillas de los días de fiesta, creciéndose, sintiendo lo que hacía y engolosinándose con el toro que cada vez pasaba mejor, domeñada su fuerza y su bronquedad por la maestría del torero... En plena borrachera de torero “Armillita” se pasó la muleta a la mano izquierda, haciendo pasar al zotoluqueño en algunos naturales magníficos, ciñéndose cada vez más, hasta que en el quinto muletazo Despertador se le quedó en el centro de la suerte y al derrotar enganchó por la pierna izquierda a “Armillita”, zarandeándolo impresionantemente… Llevado el herido a la enfermería, se apreció toda la magnitud de la cornada y sin pérdida de tiempo fue trasladado a la clínica donde lo atendió el doctor Hernández Muro, en tanto se hacían los preparativos para trasladarlo a esta capital, con toda la urgencia que el caso requería...

Imagen aparecida en el semanario La Fiesta que muestra
el tamaño de la cornada sufrida por Armillita
A pesar de la época en la que el percance se produjo, el doctor Manuel Hernández Muro, en esos días un joven médico traumatólogo, aplicó un método de tratamiento al torero herido que hoy es usual y que consiste en estabilizar al torero herido y posteriormente trasladarlo al hospital adecuado para recibir el tratamiento necesario para restañar sus lesiones. Como veremos más adelante, esa manera de acometer la curación de Armillita, sería motivo de críticas de los sectores más tradicionalistas de la medicina taurina de la época.

El parte facultativo

Tras de la intervención quirúrgica realizada por el médico Hernández Muro, el parte que rindió fue el siguiente:

Al pasar de muleta al quinto toro de la corrida celebrada hoy en esta plaza, de Zotoluca, fue cogido gravemente Fermín Espinosa “Armillita” que alternaba mano a mano con Silverio Pérez. El parte facultativo dice textualmente: Herida por cuerno de toro en la cara antero interna del muslo izquierdo, tercio interno, de 8 centímetros de extensión, con cuatro trayectorias: en la cara antero interna una hacia arriba, con extensión de 15 centímetros, interesando piel, tejido celular subcutáneo, aponeurosis y músculos de la región; otra hacia abajo con extensión de 10 centímetros, interesando los mismos planos; otra hacia atrás y arriba, de 30 centímetros de extensión, y otra atrás y abajo con extensión de 20 centímetros. Estas últimas interesaron piel, tejido celular subcutáneo, aponeurosis, músculos, descubriendo el fémur en una extensión de 10 centímetros y el nervio ciático en la misma extensión. A estas últimas trayectorias solamente les faltó la piel y tejido celular para traspasar el muslo. Fue trasladado a la clínica San Luis, donde bajo anestesia balsofórmica se le practicó una intervención quirúrgica, consistente en desbridación de la herida en su totalidad, retirando piel, tejidos musculares y aponeurótico espacionado, coágulos y hematomas existentes en las diversas trayectorias. Se ligaron los vasos sangrantes, se desinfectó con solución de Dakin, agua oxigenada y sulfatiazol quirúrgico. Se canalizó con 10 tubos de hule. Se le aplicó suero anti gangrenoso, antitetánico, glucosado y cardiotónico. Estas heridas son de las que por su naturaleza ordinaria ponen en peligro la vida y curan, cuando lo hacen, en más de quince días. El Médico de Plaza: Dr. Manuel Hernández Muro.

Como se puede apreciar del prolijo parte rendido por el doctor Hernández Muro, la cornada fue de una gran extensión y aunque no afectó los grandes vasos de la región, por su tamaño y quizás por el hecho de no existir antibióticos en esa época – aunque ya se habla de la aplicación de sulfatiazol – se consideró que era de las que ponen en peligro la vida

El día de mañana concluiré con esta presentación, dada su extensión.

domingo, 13 de noviembre de 2011

David Silveti, ocho años de ausencia


Ayer se cumplieron ocho años de la desaparición física de David Silveti. La verdad es que la confirmación de alternativa de su hijo Diego en la Plaza México el pasado domingo me había movido a escribir algo sobre “El Rey” dada la proximidad de esta fecha, evitando caer en algo que llevara un tono fúnebre o encaminado a rememorar exclusivamente la ausencia del torero ido. Fue entonces que revolviendo la hemeroteca me encontré con la crónica de la corrida celebrada en Huelva, el 11 de octubre de 1986. Un festejo que es un hito para la Historia del Toreo por dos razones. Primero, porque en ella se presentó en ruedos españoles la ganadería mexicana de San Mateo y después, porque esa corrida mexicana la lidió y mató David Silveti en unión de José Ortega Cano y Tomás Campuzano.

Previo al festejo

En una entrevista concedida a Rafael Moreno del ABC de Sevilla y publicada el 6 de octubre de ese 1986, David hace un repaso del camino de lesiones que tuvo que padecer para llegar a ese momento, iniciado prácticamente la tarde de su confirmación de alternativa en 1977 en la Plaza México y repetido con inquietante frecuencia en forma de lesiones que, a diferencia de las cornadas, no tardaban en sanar quince días, como acostumbradamente rezan los partes facultativos, sino que llegado un momento, le llevaron a los ruedos bajo su propia responsabilidad y usando un aparato ortopédico. De esa entrevista extraigo lo siguiente:

- ¿Te sientes mermado con el aparato ortopédico delante del toro?
- Me siento con la capacidad suficiente. No sería capaz de hacerlo de otra forma, primero por no engañar al público y segundo, por mí mismo.
- ¿Has tenido que aprender algún tipo de recurso por este motivo?
- Taurino no, físicos sí; tengo que aguantar mi peso de otra forma...
- ¿Se nota el aparato por fuera?
- Si te fijas bien, sí...
- ¿Qué función cumple?
- Evitar que la rodilla se doble en cualquier dirección.
El próximo sábado está anunciado en Huelva. «Mi intención es quedar bien para que me contraten para la próxima temporada. Torear en España es mi gran ilusión. He luchado mucho para lograrlo y sé que lo voy a lograr»”

David Silveti ya planteaba desde ese momento lo que Jesús Solórzano hijo llamaría después la ética, la estética y la patética del toreo, en una serie de revelaciones que hizo a Rafael Ramírez Heredia, de la siguiente guisa:

…Jesús Solórzano, matador de toros como sello en su vida, no en vano es hijo y sangre de toreros, expresó que los diestros se podían dividir en tres clases (claro, cuando son figuras, no antes): Éticos, estéticos y patéticos… Ético, cuando el torero es un dechado de pundonor, el que todas las tardes sale a cumplir consigo mismo y por supuesto con aquellos que pagaron su boleto… Estéticos, aquellos para los cuales el arte va sobre todas las cosas… - y ¿patéticos? – hicimos la pregunta… diestros que olían a drama, a pesadumbre interna…

El David Silveti que volvía a los toros tras de cada nueva lesión salía a cumplir con su deber en el ruedo, ejecutaba las suertes con una gran belleza y además, quizás sobre todo lo anterior, resultaba un verdadero drama el ver a un hombre prácticamente imposibilitado para ello, desviar las embestidas de los toros con solamente el juego de los brazos y las muñecas, devolviendo al toreo la sensación de mortal peligro que le es consustancial. El David Silveti que la afición mexicana vio, sobre todo en sus últimas actuaciones, demostró que ese ingrediente es el verdadero faltante para hacer que los públicos regresen a las plazas.

La Corrida de la Hispanidad de Huelva

De la crónica de Rafael Moreno, aparecida en el ABC de Sevilla del 12 de octubre de 1986 destaca lo siguiente:

Con estos toros, David Silveti anduvo hecho un león. Así de claro. Sin dejarse arrugar, con los dientes apretados y dispuesto a jugarse la vida para triunfar. Nos sorprendió el torero mexicano, aunque bien mirado no tendría por qué haber sido así: un hombre que ha sido capaz de superar todas las adversidades que él ha superado para poder vestirse de torero no podía ahora tirarlo todo por la borda, ahora que por fin se veía en España frente a dos toros de su tierra. Dos toros que no quisieron darle ninguna facilidad.
El primero tuvo genio para dar y regalar. David le pudo porque le llevó siempre la muleta muy baja. El toro de pronto se dio cuenta de que no asustaba al torero y se fue buscando las tablas. Luego, el puntillero lo levantó en varias ocasiones. Botaba el toro buscando al del cachete. Con el segundo, David se jugó la vida. El toro se lo quería comer, pera él fue capaz de ganarle la pelea.
Estuvo hecho un león. Creo que lo de León le viene de familia.

Poco más se puede agregar. Un torero que demostraba que ante todo quería ser torero y ante el toro se preocupó por serlo, honrando su dignidad y sobre todo, a sus antepasados que también lo fueron.

Los toros

La presentación en España de los toros de San Mateo, continentes de una de las vertientes más puras de la sangre del Marqués del Saltillo en el mundo, es otro hito importante que merece ser recordado. La corrida tuvo también lo suyo y aunque solamente cinco de los toros llevaron marcado el hierro de la “S” y de la “E” entrelazadas y uno el de San Marcos, el encierro terminó causando sensación. De la misma crónica recojo los siguientes pasajes:

Cuando el último toro mexicano lidiado ayer en la plaza de Huelva cayó a los pies de su matador Tomás Campuzano todos respiramos tranquilos. De pronto se había acabado la corrida. No nos habíamos dado cuenta. Nadie, absolutamente nadie, se había aburrido en la plaza. No había sido posible: los toros mexicanos nos mantuvieron a todos la tensión constantemente a flor de piel. Ni siquiera era posible hablar con el vecino. Lo que ocurría en el ruedo exigía toda nuestra atención. Aquellos toros, mejor toritos, si los juzgamos por su volumen, habían obrado el milagro de mantenernos con el alma en un vilo durante todo el festejo. La fiesta recuperó de pronto todo su sentido emotivo. El miedo llegaba a los tendidos. El peligro se veía desde lejos y también el mérito de los toreros que fueron capaces de hacerle frente… Con esta clase de toros no hace falta más. Ayer en Huelva vivimos una dimensión de la fiesta casi olvidada. Los saltillos que volvieron a su tierra de origen para morir nos trasladaron a otra época, no sabemos si definitivamente superada, pero desde luego altamente emotiva. Comprendo que en España se ha alcanzado un nivel de selección distinto. Al toro de aquí ese genio se le ha transformado en bondad. Quizá en el punto medio estaría la virtud. Pero eso es difícil. Tras una larga epopeya, estos toros descendientes de aquellas doce vacas y dos sementales que el legendario Antonio Llaguno, en combinación con su amigo Bombita, le compró al marqués de Saltillo, y que en tiempos de la revolución mexicana tuvo que esconder en los sótanos de su casa de la capital cuidándolos él mismo, estos toros, aunque no nos han dado una lección, sí al menos nos han hecho reflexionar sobre la necesidad que tenemos hoy en nuestra tierra no de raza ni de bravura, pero sí de fiereza para que el animal no se caiga y tenga movilidad durante toda la lidia…

En suma, el toro bravo, con movilidad, que requiere de una muleta poderosa que lo someta para que se le pueda torear. Eso fue lo que la corrida mexicana representó en esa Corrida de la Hispanidad de 1986 en Huelva.

¿Cuál fue el resultado? José Ortega Cano, que vistió de rosa y oro, dio la vuelta al ruedo en el que abrió plaza y fue silenciado en el cuarto; Tomás Campuzano, vestido de grana y oro, cortó la oreja al segundo y las dos al quinto, que no fue malo y David Silveti, que vestía de azul y oro, salió al tercio a pesar de ser avisado en el tercero y saludos y cortó una oreja al sexto. Tomás Campuzano salió a hombros por la puerta grande.

Creo que así es como se debe recordar a los toreros, en sus tardes de gloria.

Post - scriptum: Hoy me doy cuenta de que el pasado viernes 11, esta Aldea cumplió 3 años de estar en el éter. Espero que desde entonces, esté aportando algo a esta Fiesta tan propensa al vilipendio. 

domingo, 6 de noviembre de 2011

Tesoros Taurinos de la Filmoteca de la UNAM: Los toros vistos por el Noticiero Cine Mundial (1955 – 1973)


El noticiero cinematográfico

La portada del DVD
Es este un género que surge en 1906, cuando un empresario de variedades llamado Gabriel Káiser ofrece en sus sesiones comienza a ofrecer películas de actualidades. Un par de años después, la productora francesa Pathé introduce al mercado el Pathé Journal, con versiones para la Gran Bretaña (Pathé Gazette) y los Estados Unidos (The Pathé’s weekly).

Estos noticieros se caracterizaron por tener una periodicidad semanal, aparecer en días fijos, tener un metraje estándar, llevar en su trama varios asuntos relacionados con la actualidad, aunque no tuvieran relación entre ellos, estar divididos esos temas con cartelones (cortinillas) y sobre todo, sin dar interpretación a los hechos que presentaban.

Esa manera de informar tendría un gran éxito en los Estados Unidos, y así las productoras americanas Universal (1913), Fox (1919), Paramount (1927) y MGM (The News of the Day realizado por William Randolph Hearst, 1931), entran en una dura competencia por el mercado de los noticieros, tanto informativa como comercial.

En México, el noticiero también tuvo aceptación y varios títulos se desarrollaron en el tiempo. Cine Verdad de Carlos Velo, Cinescopio y El Mundo al Instante de Fernando Arévalo, Noticiero Cámara de Fernando Marcos, Noticiero Continental de Fernando Hernández Bravo y Felipe Morales, Edición Fílmica de Carlos Denegri, Noticiero Mexicano Universal, Noticiero Mexicano EMA – España, México, Argentina – de Carlos Loret de Mola, Noticiero Novedades – Continental, Noticine y Telerrevista son los más conocidos.

Uno de los de mayor permanencia quizás fue Cine Mundial, producido por Manuel Barbachano Ponce, personaje que contó entre sus apoyos para sus logros cinematográficos a personajes como Carlos Velo, Gabriel García Márquez, Rafael Solana, José Alameda o Luis Buñuel. Con la participación de esos personajes, aparte de los noticieros cinematográficos, Barbachano produjo películas como ¡Torero!, biográfico de Luis Procuna, dirigido por Carlos Velo que fue nominado al Óscar como mejor documental en 1956; El Gallo de Oro, a partir de un cuento de Juan Rulfo y en el que los guionistas fueron Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes; Nazarín, dirigida por Luis Buñuel o Los Clarines del Miedo, cinta también de tema taurino estelarizada por Francisco Rabal y en la que participaron los diestros Félix Briones y Miguel Ángel García así como el rejoneador Josechu Pérez de Mendoza.

El Noticiero Cine Mundial, dirigido por Fabián Arnaud Jr., funcionó regularmente de 1952 a 1973 y la Filmoteca de la UNAM conserva alrededor de un millar de números presentados, más aquellos que dice Paco Coello, fueron de guión censurado por no concordar con el concepto de buenas costumbres del momento histórico en el que se produjeron o por no ir de acuerdo con la orientación política del régimen en ese mismo tiempo.  

El contenido del DVD

La recopilación hecha por José Francisco Coello Ugalde contiene grandes momentos de la historia reciente del toreo en México, como la faena de Litri a Dancero de Piedras Negras, en su reencuentro con la afición mexicana; la emotiva despedida de Fermín Rivera; un reportaje acerca de la manera en la que se formaban los toreros antaño en México, al presentarnos a los maletillas en Nonoalco y Chapultepec; los encierros de Pamplona de 1956; la temporada 1958 - 59 en El Toreo de Cuatro Caminos y la posibilidad de apreciar faenas históricas como la del Ranchero Aguilar a Bogoteño de La Laguna o la de Manuel Capetillo a Marquesito de Santo Domingo; la cornada que Escultor de Zacatepec le dio a Antonio Velázquez en la boca; la reaparición de David Liceaga; o la presencia de Kim Novak, Lilia Prado y Silvana Pampanini en un festival que encabezaba Cantinflas

También la cornada que Camisero de La Laguna le dio a Capetillo; la Beneficencia de 1959 con Pepe Luis, Manolo Vázquez y Antonio Bienvenida; la presentación de una nueva figura llamada Curro Romero en Madrid (1959); Juan Silveti y Marinero de La Laguna y así hasta llegar a los días más próximos de Paco Camino, El Cordobés, Manolo Martínez y hasta llegar a Mariano Ramos...

Es decir, un extraordinario panóptico de lo que en ese cuarto de siglo resultó la Fiesta de los Toros para México, narrado por José Alameda, que presenta en cápsulas breves, pero con sustancia la actualidad, la tradición o la Historia del Toreo para ser disfrutada en una sala de cine durante aproximadamente tres minutos, que era el espacio temporal dedicado a la "cápsula" taurina.

Indudablemente que como afirma Paco Coello en el tríptico explicativo del disco digital, la selección de reportajes es una que está bien lograda. Javier Villán, crítico taurino del diario madrileño El Mundo ha escrito que hacer una antología es hacer una opción y que hay tantas antologías como antólogos haya. La que aquí les comento es la de Paco Coello, misma que vale ser vista y re – vista, con la finalidad de recordar la Fiesta que un día fue.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Calaveras del siglo pasado


Hoja volante que contiene las Calaveras
correspondientes a una temporada mexicana
quizás de 1908 (transcrita abajo)

El último tercio del siglo XIX en México se caracteriza indudablemente por una población mayoritariamente analfabeta, que requiere de la síntesis visual que le relate un acontecimiento. A esa descripción en imágenes – realizadas en muchos casos por grandes grabadores como José Guadalupe Posada o Manuel Manilla –, se suma generalmente un corrido o unas décimas, de fácil memorización, que versifican el hecho y que novelizan de manera comprimida el suceso y a veces, hasta música le ponen, lo que permite la tradición oral de esas noticias, que salen de las esferas de la rígida censura a la que están sometidos los medios convencionales de comunicación, los que además, solo están disponibles para aquellos que tienen las habilidades suficientes para leerlos. En cuanto a la creatividad literaria, Elisa Speckman Guerra nos dice lo siguiente:

…En lo tocante a los redactores, sabemos que el impresor contó con la ayuda de su hijo Blas Vanegas Arroyo (Rubí), Constantino S. Suárez (Chóforo Vico), Francisco Oscar y Ramón N. Franco. Desconocemos quién o quiénes compusieron los corridos. Existen dos posibilidades que al parecer se combinaron: algunas composiciones fueron obra de la colectividad y la imprenta se limitaba a recogerlas, reproducirlas y reformarlas y otras fueron escritas por Antonio Vanegas Arroyo o sus colaboradores…

Así nacen la Gaceta Callejera y la infinidad de hojas volantes en las que se reproducían corridos, tragedias, mañanitas y hasta las noticias de la muerte del Romano Pontífice, como el caso del Papa León XIII, que representan para la mancuerna Posada Vanegas, un éxito editorial. Así surgen también las calaveras relacionadas con diversos medios sociales, culturales y políticos y el taurino no sería excepción.

En el caso que les presento, correspondiente a una temporada de toros sucedida quizás en 1908 en la Capital Mexicana, organizada por Diego Prieto Cuatrodedos. En la hoja volante que ilustra esta entrada, vemos que se usa como reclamo la imagen de la Calavera Torera de Manuel Manilla que ya había presentado a Ustedes en otra oportunidad. Ojalá encuentren interesante lo que hoy les presento y les sirva de descanso respecto de mis intentos de hacer versos..., que ya les había advertido hace un año, sobre todo a un par que yo me sé, que procuraría no hacerlo más.

La calavera sevillana 
Esta hermosa calavera
que fue de un grande torero,
viene a presidir las fiestas
que nos va a dar Cuatro Dedos
Cuatro Dedos ha llegado
con una nueva cuadrilla,
muy dispuesto a celebrar
las fiestas de la canilla.
Él, como primer espada
figura en línea primera;
es la primer calavera
de esta cuadrilla afamada. 
Y siguen las animitas
o sean los banderilleros,
que todos tienen gran fama
de ser muy buenos toreros. 
No te descuides, Zocato,
vaya a ser que un toro prieto,
te dé un soberbio sopapo
que te deje hecho esqueleto. 
Mucho cuidado, Miranda,
al poner las banderillas,
no vaya el toro a quebrarte
de un astazo las costillas. 
Mucho cuidado Valencia,
con ese toro que sale,
que si no te cuidas bien,
ni ser Valencia te vale. 
Hernández José se llama
el otro banderillero,
no sea que «El americano»
deje en América el cuero. 
El simpático Saleri
de Puebla en el Panteón,
espera a sus compañeros
que les llegue la ocasión. 
El Curro también espera
a aquellos aficionados,
que los toros despuntados
han de volver calavera. 
El viejo José Machío
a todos les aconseja,
que cuiden más la pelleja
toreando con menos brío. 
Llegó ya a la Capital
El Mestizo, Juan León.
y si no se cuida mucho
irá a torear al Panteón. 
Gaviño y Lino Zamora
con ansia esperan de veras,
a que los toreros de ahora
sean como ellos calaveras. 
El picador Juan Durán
les dice a sus compañeros,
que a pesar de tantos cueros
sólo esqueletos serán.
Calaveras han de ser
Cuatro Dedos, el Blanquito,
Frascuelo, el Nene y Bebé,
Juan Moreno y el Cuquito.
En fin, todos los toreros
que son valientes de veras,
llegarán a convertirse
en hediondas calaveras. 
Y si en el mundo se escapan
del toro que sea más fuerte,
nunca se podrán librar
del torito de la muerte. 
Que aquí está la calavera
que preside la función,
que a sus amigos espera
en las puertas del Panteón. 
Y no les ha de valer
tener buenos lazadores,
por que todos se han de ver
en el Panteón de Dolores. 
Se despide esta bella calavera
con su arrogante gorra de torero,
para volver el año venidero
a saludar a la nación entera.
Una breve nota sobre lo que es una "calavera", aquí.

lunes, 31 de octubre de 2011

A propósito de un decreto... (II/II)



Portada del Periódico Oficial del Estado
del 17 de octubre de 2011
Lo que se pudo expresar en una mejor manera…

En el ya abordado apartado segundo considero que se usa una vez más de manera indebida el lenguaje coloquial. Los propietarios fundadores de la ganadería de La Punta fueron don Francisco y don José C. Madrazo. En el lenguaje ordinario de la prensa, la afición y los taurinos se les conocía como don Paco y don Pepe, para la charla de café, la crónica del acontecimiento o aún la explicación del contenido del decreto, vale llamarles así. Pero en el texto de un instrumento legal, de un documento jurídico que pasará a la posteridad y que será el arma de la defensa de la Fiesta cabe solamente llamarles don Francisco y don José, con seriedad, como debe ser todo lo que rodea a esta Fiesta.

En el considerando tercero me encuentro también con lo que creo que es una innecesaria utilización de términos coloquiales al hacer referencia a las dinastías toreras que son o se han afincado aquí, pues los Armilla y los Caleseros son denominaciones, vuelvo a sostener, que sirven para aderezar una charla. En todo caso, habría que señalar que son los Armillita y los Calesero porque el apodo que los toreros de la familia Espinosa llevan, es el de Armillita, y el de los de la familia Ramírez es Calesero, en singular. Además, por tratarse de sobrenombres, debieron expresarse entrecomillados o en cursiva, cosa que no consta así en el documento publicado.

El artículo 5º remite, en los términos del artículo 71 de la Constitución Federal a que la Legislatura del Estado intervenga para que se promueva ante el Congreso de la Unión o el Titular del Poder Ejecutivo Federal la adopción de las medidas en el mismo descritas. Aquí creo que no corresponde al caso la remisión a la Legislatura del Estado, pues en la fracción XXIX – Ñ del artículo 73 constitucional, se faculta al Congreso de la Unión únicamente para expedir leyes de coordinación en materia de cultura entre la federación y los estados. Eso significa que la materia es concurrente y que ambas esferas de gobierno pueden tener sus leyes sobre la materia. En todo caso, procede pedir la intervención del Titular del Ejecutivo Federal para que solicite ante la UNESCO la inscripción del Patrimonio Cultural Inmaterial en los registros de esa Organización Internacional, toda vez que en los términos del artículo 89 fracción X de la citada Constitución General, es el encargado de dirigir la política exterior del Estado Mexicano. Y por el lado de la ley, pues en todo caso, el Gobernador puede remitir al Congreso del Estado las iniciativas que resulten necesarias para que se cumpla lo por él decretado.

La cita de una ley también es defectuosa en esa parte expositiva. Se invocan los artículos 1º, 2º, 3º, 6º, 7º, 8º y 10 fracción I de una Ley del Patrimonio Cultural del Estado de Aguascalientes, cuando la denominación real de la legislación invocada es Ley de Protección y Fomento del Patrimonio Cultural del Estado de Aguascalientes, según se publicó mediante decreto número 182 en el Periódico Oficial del Estado, Número 27, Tomo LXIV, de fecha de 2 de junio del año 2001. La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha reiterado que la cita equivocada de preceptos legales no tiene trascendencia si se fijan con precisión los supuestos que se invocan, pero vuelvo a insistir en que la pulcritud era indispensable en este caso.

Por último, ¿costaba mucho trabajo el transcribir íntegra la definición de Patrimonio Cultural Inmaterial contenida en el artículo 2, inciso 1 de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial? Esta dice así: 

Se entiende por “patrimonio cultural inmaterial” los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana. A los efectos de la presente Convención, se tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible.

¿Qué es el decreto?

Dice la Suprema Corte de Justicia de la Nación:

El decreto administrativo es la expresión jurídica de la voluntad del órgano ejecutivo, que dicta resoluciones en el ejercicio de sus funciones, sobre una especie particular de los negocios públicos… que desde un punto de vista formal son actos administrativos porque emanan de un órgano de tal naturaleza, pero que desde el punto de vista material, son actos creadores de situaciones jurídicas abstractas, generales e impersonales y que vienen a ser una forma de proveer a la observancia de las leyes. Existen decretos que tienen efectos generales y abstractos, que formalmente tienen una naturaleza administrativa y materialmente legislativa, es decir, son actos regla… (IUS 911902)

En el Estado de Aguascalientes, el Titular del Poder Ejecutivo expide esos decretos con fundamento en el artículo 46 fracción I de la Constitución del Estado, concordante al 89 fracción I de la Constitución Federal. El único requisito adicional que se impone al Gobernador es que el Jefe de Gabinete refrende el decreto de que se trate y lo firme conjuntamente con él, según lo dispone el artículo 49 de la propia ley fundamental local. 

Es decir, los decretos administrativos aunque provienen de una autoridad ejecutiva, crean situaciones jurídicas semejantes a las que generan las leyes que aprueban los legisladores, pero con una diferencia fundamental: Está sujeto a la revocación o modificación por parte de la misma autoridad ejecutiva que dictó el decreto, perdiendo o alterando entonces su contenido y alcance. Es decir, no precisa de un proceso abrogatorio o derogatorio como la ley, que para dejar de tener vigencia, en principio, solamente puede llegar a tal estado, por el mismo proceso mediante el cual el legislador la puso en vigencia. 

No obstante creo necesario señalar que un decreto administrativo puede ser también dejado sin efecto por un Tribunal que lo considere contrario al orden jurídico o por una ley posterior aprobada por la Legislatura, que se ocupe de la materia.

Mirando hacia adelante…

Ahora creo que sigue el continuar la tarea bajo la guía de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, aprobada por el Senado y publicada en el Diario Oficial de la Federación del 2 de junio de 2006. Si la Fiesta tiene ya ante los ojos de la ley la calidad de expresión cultural, ahora corresponde al Estado honrar su compromiso internacional y comenzar a establecer medidas de protección y promoción para ella.

La convención internacional a la que aludo, señala entre otras cosas lo siguiente:

Sólo se podrá proteger y promover la diversidad cultural si se garantizan los derechos humanos y las libertades fundamentales como la libertad de expresión, información y comunicación, así como la posibilidad de que las personas escojan sus expresiones culturales… La “protección” significa la adopción de medidas encaminadas a la preservación, salvaguardia y enriquecimiento de la diversidad de las expresiones culturales. “Proteger” significa adoptar tales medidas…

Los principios rectores de esa protección son, según la Convención los de soberanía; de igual dignidad y respeto de todas las culturas; de solidaridad y cooperación internacionales; de complementariedad de los aspectos económicos y culturales del desarrollo; de desarrollo sostenible; de acceso equitativo y de apertura y equilibrio, mismos que pueden servir de base a la legislación que sobre el particular se apruebe, insistiendo de mi parte que la única limitación que se impone es que esa protección no sea contraria a los derechos humanos, lo que considero que es tan claro, que en este caso no amerita explicación alguna.

De acuerdo al párrafo noveno del artículo 4º de la Constitución Federal, el libre acceso a la cultura y a todas sus expresiones, es un derecho fundamental y como tal, en todo caso la protección y fomento de la Fiesta resulta ser una forma de respeto a esos derechos básicos, en tanto que la prohibición o cualquier tipo de limitación o cortapisa que se le imponga, resultaría entonces, contraria a lo que este tratado internacional ordena. Así pues, el respeto a este precepto fundamental sería concordante con la intención de que al proteger las manifestaciones culturales, se respeten los derechos humanos.

Esta Convención es derecho vigente y por ende obligatorio en México, según resulta del texto del artículo 133 de la Constitución General y de la interpretación realizada del caso por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que en Jurisprudencia ha determinado que esos tratados internacionales se ubican exactamente por debajo de la Constitución y por encima de las Leyes Ordinarias. Entonces, ahora corresponde a los legisladores el poner en vigencia los instrumentos legales necesarios para que esta y otras manifestaciones del Patrimonio Cultural Inmaterial en México, sean debidamente protegidas.

Punto final

Reitero que estoy de acuerdo en cuanto al fondo de la materia del decreto. Quizás, de acuerdo con lo que he apuntado arriba, se pudo hacer con mayor pulcritud, pero lo importante aquí es que hubo la decisión política oportuna en el momento necesario para evitar, al menos en el caso de Aguascalientes, el río revuelto que ocasionan quienes pretenden ignorar lo que son nuestras tradiciones.

No obstante, considero que se debieron esgrimir algunos argumentos no contenidos en el decreto y que otros se expresaron de manera defectuosa. No quiero decir con esto que el resultado final contenga fallos, pero como lo señalaba hace unos párrafos, en este tipo de cuestiones, la pulcritud absoluta es indispensable.

Termino señalando que considero que el decreto no es la solución absoluta de todos los problemas de la Fiesta ante sus detractores. Es apenas una herramienta que servirá – si se aplica adecuadamente – para construir, con el consenso y la participación de todos los que se involucran en ella, el verdadero marco de protección que requiere para mantenerse y crecer en nuestro medio.

Documentos de interés:

El ejemplar digital del Periódico Oficial del Estado de Aguascalientes en el que se publicó el decreto comentado, lo pueden obtener aquí.

Una transcripción fiel del decreto, la pueden consultar aquí.

El texto de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, la pueden consultar aquí.

El texto de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, la pueden consultar aquí.

El texto de la Ley de Protección y Fomento del Patrimonio Cultural del Estado de Aguascalientes, la pueden consultar aquí.

domingo, 30 de octubre de 2011

A propósito de un decreto... (I/II)


Portada del Periódico Oficial del Estado
del 17 de octubre de 2011

El pasado lunes 17 de octubre se anunció la publicación en el Periódico Oficial del Estado de Aguascalientes, del decreto del Gobernador del Estado que declara Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de Aguascalientes a la Fiesta de los Toros y de interés público su salvaguarda.

En el acto de la firma del decreto, estuvieron presentes representantes de los distintos estamentos de la Fiesta, expresando su beneplácito por la toma de tan trascendente decisión, que se dijo en la fecha, ponía a salvo a la Tauromaquia y a las expresiones artísticas que de ella derivan, de los embates de los grupos que, movidos por intereses que en su mayoría son de aquellos que no admiten confesión, pretenden integrar una cruzada para lograr la prohibición de los espectáculos taurinos en México, al menos en la forma en la que ahora los conocemos.

En la reunión a que hago referencia, se mencionó que el decreto se había materializado gracias al invaluable apoyo del Abogado y Notario Jesús Eduardo Martín Jáuregui y en informaciones posteriores se estableció que fue él quien redactó el texto que el Titular del Poder Ejecutivo del Estado suscribió y ordenó se publicara en una edición vespertina del referido Periódico Oficial.

Una vez que tuve en mi poder el texto del decreto, me di a la tarea de leerlo y de intentar entender su sentido y alcance, mismo que ahora trataré de presentarles aquí.

El fondo del asunto…

Del texto del decreto se descubre que la intención del Gobernador del Estado de Aguascalientes es clara, se trata de defender, mediante un instrumento jurídico, una de las tradiciones más arraigadas del pueblo de Aguascalientes. La protección consistiría, desde mi punto de vista, en quitar la tentación a legisladores y activistas locales y foráneos, de comenzar a promover iniciativas en la Legislatura local que tiendan a desterrar o a restringir la celebración o el disfrute de los festejos taurinos en el territorio del Estado Libre y Soberano de Aguascalientes.

No puedo ni debo estar en desacuerdo con esa decisión. Creo que ninguna persona que se pronuncie como aficionada a la Fiesta de los Toros puede estarlo. Ya era necesario que las Autoridades comenzaran a tomar el toro por los cuernos, saliendo al paso de grupos y de personas que operan con influencia de ideas que no pertenecen a nuestra idiosincrasia – quizás hasta financiamiento del extranjero reciben –, que pretenden por una parte, desterrar del panorama de nuestras tradiciones a la Fiesta y por la otra, coartar la libertad de elección de quienes sentimos algún tipo de interés por ella. No en vano algún activista que despliega su trabajo en Europa como en América, ha sido últimamente objeto de buena acogida por algunos medios de comunicación que tienen una penetración importante.

Insisto, en ese sentido no me queda más que ser otro de los que expresan su beneplácito por la decisión tomada. Cuando menos en Aguascalientes las reglas ya están dadas – aunque como veremos enseguida, con sus asegunes – y si alguien pensara en venir aquí a sembrar su insidia en contra de la Fiesta, por lo pronto, ya puede irse con su música a otra parte

Me llaman la atención diversos detalles de forma y de fondo que presenta el decreto publicado el 17 de octubre pasado. Y me extraña sobre todo, porque quien se dice que es su autor material – Jesús Eduardo Martín Jáuregui – es Abogado y Notario Público y en la docencia tiene a su cargo entre otras, las cátedras de Derecho Romano, Lógica y de Hermenéutica Jurídica – a mí me impartió las dos primeras –, disciplinas éstas  que tienen mucho que ver con los planteamientos que enseguida intentaré hacer.

Lo que creo que faltó decir…

Este es uno de aquellos casos en los que la abundancia no es dañina y sí en cambio, un medio de reforzar la motivación del decreto, ofreciendo la mayor cantidad de argumentos disponibles para justificar y defender en su caso el instrumento legal y su materia.

Por principio de cuentas, el decreto carece de denominación. La cabecera de su publicación solamente nos indica que proviene de la Oficina del Gobernador del Estado, más no se le titula debidamente como el Decreto que declara a la Fiesta de los Toros como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de Aguascalientes. Los manuales de técnica legislativa aconsejan de manera unánime que todo acto de esta naturaleza debe llevar una denominación o título que precise la clase de instrumento legal de que se trate y la materia a la que se refiere, lo que, insisto, en el caso no ocurrió.

En cuanto a la parte expositiva o considerativa del decreto, dividida en nueve apartados ordinales, se hace mención de algunos aspectos históricos relacionados con la permanencia de la Fiesta en Aguascalientes. Por ejemplo, se afirma en el segundo, que Aguascalientes ha sido siempre sitio para ganado bravo, desde la Hacienda de Cieneguilla en su tiempo de propiedad de la Compañía de Jesús…, para después mencionar otras fincas ganaderas. Creo que una omisión importante en este renglón es la de dejar fuera de la consideración a las Haciendas que durante un buen tramo de los siglos XIX y XX proveyeron de ganado a las plazas de El Buen Gusto y San Marcos de ganado para los festejos, sin que su vocación principal fuera la de la crianza de este tipo de reses – como El Pabellón, La Cantera o la Estancia de Mosqueira ; desde mi punto de vista, éste último hecho habla más de la taurinidad de nuestra tierra, que los considerados en el apartado que comento.

En el ordinal séptimo se hace referencia a un hecho que no se puede negar, pero en la manera en que se expresa, es demasiado reduccionista. Efectivamente la Fiesta de los Toros  es uno de los elementos fundamentales de la Feria de San Marcos. Pero sí el decreto afecta a todo el Estado de Aguascalientes, habrá que tener en cuenta el hecho de que la feria abrileña corresponde solamente a Aguascalientes capital y que los otros diez Municipios del Estado, así como diversos centros de población dentro de los mismos, tienen sus propias celebraciones feriales y que al menos en las cabeceras de esos otros diez municipios, también se dan toros con motivo de sus fiestas cívicas o patronales. Entonces, la Feria de San Marcos no lo es todo en Aguascalientes, quizás sea la de mayor importancia por el número de festejos que se dan, pero no es la única y creo también que las demás localidades en las que se dan toros pudieron y debieron ser consideradas para reforzar este argumento.

También se deja de lado el hecho de que en Aguascalientes capital haya dos edificios que originaria y funcionalmente son plazas de toros de primer orden y que una de ellas, la San Marcos, tenga ya ciento quince años en funcionamiento y que además, como edificación esté protegida por el INAH. Igualmente omite el considerar que en el territorio del Estado, aparte de la San Marcos, la plaza de toros de Rincón de Romos también es centenaria, aunque su estado material actual sea ruinoso. A esta consideración podría añadirse el hecho de que cuando menos en la capital, hay plaza de toros fija desde el año de 1850, año en el que se abrió al público la del Buen Gusto.

Se omite también un argumento histórico que en mi criterio resulta fundamental. Existen en los archivos históricos, documentos que demuestran que en Aguascalientes se dan toros desde el siglo XVIII. Nicolás Rangel – en su día miembro de número de la Academia Mexicana de Historia –, en su Historia del Toreo en México, cita uno de ellos, del año de 1791, celebrado con motivo del advenimiento al trono de España de Carlos IV. Si hemos de entender que una tradición es la transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha de generación en generación… o una doctrina, costumbre, etc., conservada en un pueblo por transmisión de padres a hijos..., sería válido deducir que entre más antigua, más arraigada, así que me resulta notable y trascendente la falta de cita de éste y algunos otros antecedentes en tal sentido, que podrían haberse investigado en los Archivos Históricos correspondientes para el efecto.

Otra cuestión, en lo que a este apartado se refiere, es que se omite considerar que la declaración de una práctica como Patrimonio Cultural Inmaterial se debe observar una cuestión fundamental: que no sea atentatoria contra los derechos que consagra la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Como bien lo hace notar François Zumbiehl, del Observatorio de las Culturas Taurinas de Francia:

En primer lugar la Unesco considera como patrimonio cultural inmaterial las prácticas que corresponden a cinco criterios o campos: las artes vivas del espectáculo, las tradiciones y expresiones orales, los rituales y acontecimientos festivos, las artesanías tradicionales, y las prácticas que fomentan el conocimiento de la naturaleza y del universo... El último y definitivo criterio es que esta tradición no atente a la declaración universal de los derechos humanos. ¡Ojo!, no se habla aquí de otros derechos… (Revista Taurodelta, número 38, septiembre de 2011, Pág. 19)

Considero que esta situación se debió puntualizar con toda claridad, para dejar bien sentado que el hecho de declarar a la Fiesta como Patrimonio Cultural Inmaterial de Aguascalientes, es absolutamente apegado al orden jurídico que nos rige.

Ya entrando a la parte dispositiva del decreto, observo que los artículos 4º y 5º también son defectuosos en su expresión, pues los teóricos de la Técnica Legislativa recomiendan que cada artículo debe ser breve y contener frases cortas y referirse a un solo tema, más cuando el contenido del artículo es extenso – como el caso de los objeto de esta observación – se deben desagregar en fracciones, distinguidas con números romanos y procurar que cada fracción sea de un solo párrafo. La lectura de esos dos preceptos deja claro que esa base elemental de la técnica para legislar se dejó de lado, dando una sensación de incoherencia a los mismos.

Otra cuestión que considero quizás la omisión más grave, es que en el articulado del decreto no se contempla para ningún caso la participación de la afición en la protección, conservación y fomento de este elemento del Patrimonio Cultural de Aguascalientes. Se asignan competencias al Instituto Cultural de Aguascalientes y se crea un Comisionado Taurino del Poder Ejecutivo del Estado, pero no se deja espacio expreso ni a la afición y curiosamente, tampoco a ninguno de los estamentos profesionales de la Fiesta. Recurro de nuevo al testimonio de François Zumbiehl, quien sobre el particular expresa:

...es imprescindible dentro de cada país una buena coordinación entre estos cuatro grupos – aficionados, profesionales, expertos científicos y políticos –. Ha sido clave para lograr el reconocimiento de la corrida en Francia. A los representantes de los aficionados les toca explicar cómo la afición se entretiene durante todo el año por múltiples actividades culturales (coloquios, tertulias, homenajes a los toreros y ganaderos…) y cómo se trasmite a los jóvenes. Los políticos, por su parte, deben impulsar a nivel local, regional, nacional, y por supuesto internacional ante la Unesco, el reconocimiento de la Fiesta como Bien de interés cultural y como patrimonio cultural inmaterial. Ellos son los primeros en poder medir la contribución de los toros a la identidad cultural, al desarrollo económico y turístico de las comunidades que les han elegido... (Revista Taurodelta, número 38, septiembre de 2011, Pág. 20)

¿Será que también en la esfera oficial se piensa que la única participación del aficionado en el fomento y preservación de la Fiesta es la de ir religiosamente a las taquillas a pagar su entrada? De ser así, se reduce bastante la posibilidad de que la intención del decreto sea efectiva en los hechos.



Visto así, el decreto debió de ir más allá de considerar la garantía de libre acceso a la cultura y dejar cuando menos las bases sobre las cuales se pudiera definir la participación de todos los que tienen interés en la Fiesta...


El día de mañana presentaré a Ustedes la conclusión de este análisis.


Documentos de interés:

El ejemplar digital del Periódico Oficial del Estado de Aguascalientes en el que aparece publicado el decreto, se puede obtener aquí.

Una transcripción fiel del texto del decreto, se puede consultar aquí.

Aldeanos