Los tres cachorros casi colocan el no hay billetes en la San Marcos
La coronación de la reina de la feria, Cecilia Yolanda I, se verificó en el cine Encanto ubicado en la avenida Madero la noche del día 8 de agosto y allí se iniciaron las celebraciones que por primera vez duraron una semana completa.
Los toros en la vendimia del 64
La Feria de la Uva del año de 1964 tuvo como uno de sus atractivos la novillada que se daría el día de su cierre, el domingo 16 de agosto, en la que se actuarían en el ruedo de la Plaza San Marcos tres toreros de dinastía. Jesús Solórzano hijo, Alfonso Ramírez Calesero Chico y Manolo Espinosa Armillita, quienes se enfrentarían a una novillada de Matancillas. Los tres hijos de los grandes maestros eran la gran atracción para la afición local, como se puede deducir de lo que se leía en la nota previa al festejo, aparecida en el diario El Sol del Centro, la víspera:
Indiscutiblemente entre todos los carteles novilleriles que a la fecha pueden montarse, ninguno tan interesante, tan atractivo, tan prometedor como el confeccionado para esta corrida de la Feria de la Uva... Y he aquí que ahora, por un regalo del destino, los aficionados de Aguascalientes, antes que los de cualquiera otra ciudad, tenemos el privilegio de ver actuar a la vez a los críos, a los retoños de los tres grandes toreros mencionados. A la tercia novilleril que, al parecer, está destinada a conmocionar hondamente, intensamente al santuario del toreo mexicano... La corrida de Matancillas es sencillamente primorosa. Digna de la solemnidad en que va a ser lidiada. ¡Como para ser corrida en la Plaza México! No exageramos: los aficionados todos pueden constatar la verdad de nuestras afirmaciones, yendo a ver los seis cromos que ha seleccionado Paquito Madrazo. Si son uniformes en el pelaje, también lucen idénticos en trapío y finura. ¡A golpe de vista están proclamando la calidad de su brava estirpe!...
Una aclaración que creo prudente. Don Francisco Madrazo Solórzano – Paquito Madrazo – era en esas fechas el encargado de llevar las ganaderías de La Punta – propiedad suya y de su hermana – y la de Matancillas – gemela de La Punta – pero propiedad esta de su tío, don José C. Madrazo y García Granados y ambas vacadas estaban encastadas en Parladé, vía Gamero Cívico y Campos Varela, ganados que se llevaron siempre en pureza, sin hacer cruces con reses nacionales.
Jesús Solórzano y Manolo Espinosa se presentaban ante la afición de Aguascalientes, en tanto que Calesero Chico ya había actuado aquí en varias oportunidades y tenía ya algún predicamento entre la afición. El ambiente previo al festejo motivó que la entrada fuera un lleno, que no puedo calificar de no hay billetes, porque como me lo contara en su día doña Carmelita Madrazo, sobrina del ganadero que lidiaba en la fecha y entonces condueña de La Punta, a don Jesús Ramírez Alonso, empresario de la Plaza San Marcos, se le quedó una entrada en las taquillas, misma que mandó colocar en un marco y la tuvo durante muchos años en un rincón taurino de su casa en la Ciudad de México.
Los tres novilleros actuantes parecían someterse a un examen de grado, porque en la plaza parecía haberse reunido un jurado importante para calificar su hacer ante los toros. Relata don Jesús Gómez Medina, en su crónica escrita para El Sol del Centro:
La tarde, espléndida. Y el lleno total, rebosante. Clima y ambiente de una gran solemnidad, en suma… Y dispersos aquí y allá, entre barreras y el tendido, los miembros del senado taurino en pleno: el Maestro Fermín, Carlos Arruza, Chucho y Lalo Solórzano. También Humberto Moro y Juanito Silveti. Y ganaderos y aficionados de postín en gran número… Todo ello a tono con la gran categoría y la importancia del cartel… En estas circunstancias hicieron el paseo los tres herederos: Chucho Solórzano, Calesero Chico y Manolo Armilla…
No era cualquier sínodo el que iba a apreciar la labor de los dos debutantes y del hijo del Poeta del Toreo, era toda la cátedra en su conjunto.
El triunfo de Jesús Solórzano
El hijo del Rey del Temple se había presentado en la Plaza México el 14 de julio de 1963 y llevaba desde entonces una sólida campaña novilleril con triunfos en las principales plazas del país. En esta su presentación en Aguascalientes, no haría excepción y ante el primero de su lote de esta señalada tarde, iniciaría un andar que convertiría a nuestras plazas en uno de sus talismanes. Así le vio don Jesús Gómez Medina:
Ya está en el ruedo “Solimán”, el primero de los astados de Matancillas. ¡Hermoso ejemplar de toro de lidia! Fino, recortado, con amplio morrillo y cómodo de pitacos. Y, además, muy bravo, muy dócil y alegre… Breve intervención de la peonería, y tras de ella, Chucho clava en tierra ambas rodillas para instrumentar un apretado farol. Luego, de pie, lancea al natural con gran lucimiento; añade dos airosas chicuelinas y concluye con la revolera. Y estalla la primera ovación… Un primer picotazo acepta el de Matancillas. Al librar, Solórzano se ciñe toreando por gaoneras a las que pone término con un remate al estilo de Lagartijo, el de Córdoba. Las palmas continúan sonando con estrépito… Segundo puyazo, recargando el morito. Y Calesero se adorna en dos chicuelinas y en la revolera final… El segundo tercio corre a cargo de Chucho. Y a fe que el muchacho lo hace con sobra de lucimiento, superándose de uno a otro par… El primero, un cuarteo bien igualado, precedido del giro que patentó Fermín. Para el siguiente Solórzano arrancó zigzagueando, al modo de Arruza, mejorando la ejecución y la colocación de los garapullos. Pero el tercero supera con creces todo lo anterior: ¡Cómo cuadró y alzó los brazos entre los propios pitones! ¡Y qué enhiestos y exactos quedaron los garapullos en lo más alto del morrillo! ¡Lo que se llama un gran par, un extraordinario par de banderillas! … Brindó Chucho al pueblo soberano. Y, sobre una y otra mano, fue forjando un trasteo que alcanzó su ápice en dos pases en redondo con la diestra, enormes de temple y longitud, y en otros tantos derechazos rodilla en tierra igualmente templados y con mando… El de Matancillas, nobilísimo, de sedeña embestida, daba pábulo a estas excelencias… Estocada honda, que hace doblar. Gran ovación. Doble otorgamiento de apéndices, que la protesta de las mayorías reduce a la mitad. Y dos vueltas al ruedo, entre aclamaciones y música, para el vástago del Rey del Temple… Durante el arrastre, los despojos del bravo “Solimán” recibieron el reconocimiento de los buenos aficionados…
El segundo de su lote se defendió y no se prestó a mayores florituras, no obstante Chucho hizo gala del oficio bien aprendido, pudo con él y lo despachó con limpieza, siendo premiado con la vuelta al ruedo.
El arte de Calesero Chico
El segundo del lote de Calesero Chico fue el que le permitió el lucimiento, después de que su primero fuera echado a perder por un puyazo trasero y bajo. Así lo relata don Jesús Gómez Medina en su crónica:
En el quinto, “Regalón”, noblote y suave de embestida, aunque sin mayor enjundia, reapareció el cincelador del pase natural… En tres o cuatro tandas, cruzándose con el socio, llegándole al sitio justo, insistiendo y tirando de él con admirable exactitud; templando, mandando, prolongando la dimensión del muletazo en fuerza de llevar embebido, aprisionado a “Regalón” en el embrujo de esa muleta tersa, pulida, como si el arte diese textura y gravidez a la ruin franela de que está construida, este nuevo Calesero buriló, frente al éxtasis colectivo, el pase fundamental del toreo de muleta… No dio para más la menguada acometividad del toro. Por ello, resultaron ociosos los posteriores intentos de Alfonso. El cual, tras de un pinchazo, clavó una estocada casi entera, que bastó… Gran ovación. Doble vuelta triunfal. Y una oreja recibida entre protestas: pero ganada de sobra con el prodigio de su toreo izquierdista…
La faena parecía encaminada hacia mayores alturas, pero la falta de fuerza de Regalón no le permitió más que lo que nos cuenta la crónica, que, no obstante, por lo que se lee, debió ser exquisito.
La presentación de Manolo Armillita
La relación que hace don Jesús parte de la añoranza, recordando la primera tarde en la que se encontraron en el ruedo de la Plaza San Marcos Armillita y Lorenzo Garza, y lo hace a propósito del vestido que llevó en esa tarde el maestro Fermín y el que en la novillada que narra, vistió su hijo Manolo:
El domingo 25 de abril de 1937, actuaron por vez primera en el coso San Marcos los colosos de la época: Fermín Espinosa y Lorenzo Garza… Fue aquella una corrida memorable, de la que, quienes la presenciaron, todavía se hacen lenguas. Fermín se ataviaba con un terno grana y oro; el de El Magnífico era blanco, con áureos bordados… Ayer, al presentarse ante la afición hidrocálida Manolo Espinosa, enfundábase en un terno similar al que ostentara en aquella remota fecha, su ilustre progenitor: corinto y oro… ¡Ah! Pero no fue tan solo el color del traje lo que nos hizo recordar el árbol de que es vástago este chaval. Su notable facilidad para realizar el toreo y el tranquilo desenfado con el que deambula por el ruedo y ante la cara de los bureles, son reflejo, indudablemente, de similares virtudes que en grado eminente poseyó Fermín… A Manolo, por lo que ayer le pudimos apreciar, fáltale madurar debidamente para que pueda exhibir cuanto de torero lleva dentro. Por hoy, su misma facilidad resta calor y brillantez a su labor. Le hace falta, por tanto, exponer más; mostrarse menos fácil, si ello fuere posible, para arrancar de las masas la reacción entusiasta que tan sólo se provoca por la vía de la emoción o del arte… Por lo demás, Manolo sabe torear, y torea estupendamente… “Flamenco” terminó aplomado. Pero ello no obstó para que Manolo Armilla llevase a cabo una faena limpia, desahogada, en la que, junto a los pases altos y de trinchera, intercaló derechazos y naturales con ritmo y mando; pero en pugna siempre con el agotamiento del burel… Llegado el capítulo de adornos, ciñóse Manolo toreando por manoletinas, en tal grado que se llevó una voltereta con rotura del flux. Volvió al bicho, para liquidarlo de una estocada contraria, que hizo pupa… Ovación estruendosa y vuelta al ruedo para el vástago de Fermín…
La experiencia de los toreros se fue reflejando en su manera de estar ante los novillos. Manolo Espinosa apenas se había presentado en los ruedos vestido de luces el mes de mayo anterior en Lima, donde tuvo un par de actuaciones triunfales, pero estaba comenzando a andar un camino que le llevaría a escalar cimas altas dentro de la torería mexicana.
Aguascalientes, agosto y toros
Como hemos podido ir apreciando hasta ahora, los toros de agosto en Aguascalientes han dejado notas para la historia. Son fechas que se dejaron de lado al concentrarse la actividad en la temporada de San Marcos, pero que, con imaginación y carteles interesantes, se pueden recuperar.
Hasta la próxima semana.
Aviso parroquial primero: Hace 15 años publiqué en estas mismas páginas virtuales una primera versión de este mismo asunto. (aquí)
Aviso parroquial segundo: Los resaltados en las transcripciones de la crónica de don Jesús Gómez Medina son obra imputable exclusivamente a este amanuense, porque no obran así en su respectivo original.
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