Antonio Lomelín y Rafaelillo destacan en la segunda de feria
Lo que costaba hacer una feria
Por su parte, Francisco Lazo, cronista huésped del mismo diario, en columna que publicaba de manera sindicada también en el Esto de la capital mexicana, deja unos trozos de una entrevista que realizó al empresario Guillermo González, en los que le reveló la inversión que realizaba para ofrecer a la afición de Aguascalientes una feria como la que estaba teniendo verificativo:
…orgullosamente, mandó encender la iluminación de la plaza, esta bonita plaza de San Marcos, con capacidad para 3,800 personas. No había una sombra, los reflectores, dando luz de cuarzo, hacen ver el ruedo como si cayera el sol de la tarde. Siguió diciendo Guillermo: “Compré esta plaza en un millón doscientos mil pesos. Le hice mejoras por seiscientos mil, doscientos mil de los cuales, fueron exclusivamente para el alumbrado”.
Guillermo González abrió el domingo pasado la Feria Taurina, dando el primero de los siete festejos que llevará a cabo. “Me fue mal – reconoce –. Hicimos una entrada de 79,800 pesos. Perdí alrededor de 50 mil del águila”.
¿Cuánto cuesta montar la Feria?
“En siete carteles invierto un millón, doscientos mil pesos. Agotando el boletaje en las siete tardes, entran un millón seiscientos mil pesos, lo que me daría una utilidad de 400 mil, aclarando antes, que dentro la inversión, están considerados los impuestos...”.
¿No es mucho arriesgar para lo que puede haber de utilidad?
“Yo trabajo para el futuro. Quiero que la Feria de Aguascalientes llegue a ser la más importante de las que se den en el mundo de los toros. Cuando lo logre, también habré logrado lo otro, ganar mucho dinero...”.
Ya hemos dicho que un lleno total deja 240 mil en taquillas. Guillermo ratifica: “Entre los boletos regalados y pases, hay que descontar un mínimo de $5,000.00 por corrida... Muchas personas, alegando tener algo que hacer en la plaza, consiguen asistir a la corrida sin pagar. Ahí van estos otros números: En la plaza caben 3,800 personas y siempre entran sin pagar un 14 por ciento... No me estoy quejando... Simplemente estoy señalando las cargas que hay en taquillas…”
Si hemos de creer las palabras del Cabezón, la utilidad que obtenía en ese entonces, era meramente marginal y era cierto en verdad que daba toros por pura afición. Es también ilustrativo, el hecho de que señale, con precisión, que más del diez por ciento de los asistentes a un festejo, ingresaban a él sin pagar su entrada. Sin duda, que era una gran carga, sobre todo si se tiene en cuenta el reducido cupo del escenario y el precio accesible de las entradas en aquella época.
La segunda corrida de feria y su resultado
La crónica del nombrado Francisco Lazo nos deja ver que los toros no dieron el juego esperado. El año anterior el encierro de don Francisco Suárez del Real acaparó todos los elogios, pero este 1972 la suerte le fue esquiva:
El encierro que envió el ganadero zacatecano Francisco Suárez del Real, no resultó como el del año pasado; bien presentado sí, cómodo de cabeza, fue disparejo en cuanto a bravura. Tres de ellos mansos sin remedio; otro resultó blando y dos atacaron pronto a la caballería, uno de ellos, el segundo, sacando magnífico estilo y el otro, el que cerró plaza, terminó entregándose al acoso del torero, embistiendo con docilidad. Los conformistas dicen que con dos toros buenos cumple una ganadería. A nosotros nos parece que no, más aún si en el encierro hay reses que acusen falta de sangre brava, que echen la cabeza abajo y rasquen y busquen finalmente por donde huir, como sucedió finalmente con los tres lidiados en primer término. Lo menos que se puede esperar de un toro de lidia, es que peleé, de principio a fin, sea cual fuere la calidad de su embestida. A esos toros que van, los toreros pueden sacarle provecho, mucho o poco según su capacidad, lidiando o toreando, palabras sinónimas que en los toros tienen significado distinto. Si el toro se para, no quiere embestir o busca caminos de salida, todo se desluce, aún el empeño de los diestros…
No obstante, Antonio Lomelín, con el quinto de la jornada, pudo lucir y llevarse una oreja en la espuerta. El toro se llamó Abrileño II, recordando al que el año anterior le correspondió a Manolo Espinosa Armillita y le permitió llevarse el Escapulario de Oro de San Marcos:
…la fortuna sonrió a Antonio y le envió a “Abrileño II” que hizo honor a la familia, pues es sabido que “Abrileño I” dio magnífico juego el año pasado. Bravo fue el torito que llegó al tercio mortal con magnífico estilo, metiendo la cabeza con gran claridad. Y Antonio banderilleó estupendamente, primero al cambio, saliendo un poco comprometido y luego dos cuarteos alzando los brazos, cuadrando y clavando en todo lo alto, le hizo una faena de altibajos. Comenzó con dos cambiados en el centro del anillo, y corrió muy bien la mano para entusiasmar al público... y luego mezcló una serie de vulgaridades que no correspondían ni al toro que tenía enfrente, ni a los pases que había logrado en un principio. De pronto toreó serio, luego toreó de rancho. Pero ya había encendido los entusiasmos y como cobró una magnífica estocada a toro arrancado, fue pedida la oreja que concedió el juez…
Por su parte, Rafaelillo se presentaba en Aguascalientes como matador de toros. Y cayó de pie ante nuestra afición. No cortó orejas por un descuido de la gente, que vista la hora en la que terminó la corrida, salió de la plaza, casi en estampida, para ir corriendo al Palenque a ver el espectáculo de Los Randall:
En su segundo, “Majareta” de nombre, lanceó con mandiles muy suaves y verónicas despatarrándose y cerró el capítulo pintureramente. Ya está la gente con él. Bravo es el toro, se arranca al caballo y llega al tercio mortal un tanto incierto. Pero “Rafaelillo” lo encela y nos regala un trasteo de calidad indiscutible, casi en el mismo terreno y en dos ocasiones el toro se frena a media suerte, pero el chiquillo no mueve una pestaña, solo el brazo para hacerle continuar el viaje. Hay temple y arte, todavía no hay la solidez de una figura consagrada, pero suficiente para tener la seguridad de que “Rafaelillo” va a escalar muy alto. Otra gran estocada y cuando esperamos petición unánime, el público toma las salidas apresuradamente, quizás hacia otros placeres que guardan estas noches de feria en la bella Aguascalientes…
Un hecho poco frecuente
Un error de los torileros hizo que Finito tuviera que matar los dos primeros toros de lidia ordinaria de la jornada. No tuvo suerte con ellos, pero su labor fue reconocida con salida al tercio en ambos casos:
Raúl Contreras “Finito” es un torero que va recuperando el terreno que perdió lastimosamente después de un ostracismo inexplicable. Conserva lo fundamental para su profesión: valor. Y ha refrescado su empeño. Planta los pies de verdad. Su toreo ha sido eso, verdad, y pisa terrenos que lo acercan al drama. Ayer despachó primero y segundo pues el torilero se equivocó y los soltó uno tras otro… La equivocación del torilero dejó aquello en un mano a mano con cuatro toros entre Antonio Lomelín y Rafael Gil “Rafaelillo”…
Felipe Zambrano topó con un toro de La Punta que no se prestó para el toreo a caballo y de acuerdo con la relación que hace Lazo, bastante hizo con poder colocarle los hierros de reglamento y algunas banderillas. Lo dejó para que el sobresaliente – de quien no menciona el nombre – terminara con él, lo que consiguió con una entera caída después de un pinchazo.
Lo que seguiría
Habría toros en días seguidos hasta el de San Marcos. Para la noche del viernes 21, se anunció a Alfredo Leal, Joaquín Bernadó, Jesús Solórzano y Alfonso Ramírez Calesero Chico, con toros de Las Huertas. Ya recordaremos ese festejo el día de mañana.
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