Cada año que inicia en los últimos tiempos parece tener menos motivos para ser felicitado, al menos en los asuntos de esta fiesta, porque los que tienen el poder de decisión en los entretelones de ella se preocupan únicamente por sacar adelante sus propios intereses y dejan en un último plano los de la tauromaquia en su conjunto, que son los que deberían ir por delante en todo momento. Esa actitud egoísta e injusta tiene, como dijera uno de los actuales gerifaltes de esto, a todo el entramado taurino en la quiebra.
Sin embargo, los aficionados somos, como dijera El Volcán de Aguascalientes, compradores de ilusiones. Y irse desarrollando los acontecimientos del año que se inicia, estaremos adquiriendo nuestras entradas – títulos representativos de esas ilusiones – para poder seguir alimentando la esperanza de encontrar en los ruedos, como decía hace un año, toros que sean en verdad bravos y toreros, que también lo sean y no señoritos o figurines de ocasión y que al menos en los trescientos sesenta y cinco días que están por transcurrir, tengamos la dicha de ver al menos, una tarde de toros como Dios manda. Una sola, que como están las cosas, creo que con eso, podemos darnos por bien pagados.
Es por eso que yo deseo a todos aquellos que visitan esta Aldea que el año que comienza este día les resulte bueno, que les encuentre con salud y con trabajo, pues como dice un buen amigo mío, todo lo demás nos lo podemos ir agenciando por el camino, haya buena fiesta o no.
Así pues, con las dificultades que ello representa, ¡Feliz año nuevo!
Gracias maestro por su noble deseo para el 2015 tanto en lo personal como en lo taurino. Gracias mil por esta contundente e interesantísima bitácora de historia y opinión positiva, justa e inteligente --elementos contribuyentes que la fiesta de los toros pide a gritos y, en efecto, por la esperanza de reavivarla. Enhorabuena y... ¡feliz año nuevo! Salud y prosperidad. // Atte., Jorge Torotino
ResponderEliminarJorge: Gracias por pasar por aquí. No nos queda más que conservar la esperanza y el deseo de que las cosas mejoren, aunque el panorama no es muy halagüeño. No obstante desde aquí seguiremos intentando lo que corresponde para difundir la cultura que es consustancial a esta fiesta. Un abrazo desde Aguascalientes.
EliminarA veces lo ùnico que nos queda es la esperanza y la ilusiòn de que las cosas en la tauromaquia fueran "como antes"; visitar esta aldea en una forma de quedar atrapado en esa ilusiòn. Gracias por compartir.
ResponderEliminarMiguel Ángel: Yo diría que más bien quisiera que la fiesta fuera "cómo debe ser". Por eso ando por aquí cada semana (más o menos). Feliz año.
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