domingo, 30 de diciembre de 2012

Cuando un amigo se va...

Arturo Díaz (1957 - 2012)
Hubiera querido reintegrarme aquí de otra manera, pero la fatalidad ha establecido que sea así como lo hago. Un amigo muy querido, Arturo Díaz, residente en San Diego, California y entregado a esta afición como pocas personas he conocido, se nos ha adelantado en el camino la noche del pasado día 24 de diciembre.

Yo le conocí hace unos quince años, quizás veinte, a través de los incipientes foros de discusión que se iniciaban en la internet y posteriormente, en el desarrollo de una Corrida de Calaveras, un mes de noviembre, en la Plaza Monumental Aguascalientes, iniciamos un camino amistoso que por ahora, se ha visto interrumpido.

Arturo ha sido un distinguido miembro de la Peña Taurina más antigua de los Estados Unidos, Los Aficionados de Los Ángeles - de la que me he ocupado por aquí - y además, presidió la Asociación Nacional de Clubes Taurinos de los Estados Unidos - NATC por sus siglas en inglés - del año 2003 al 2009, asociación que le otorgó dos galardones por su actividad, el O. P. Houston en el año 2004, por su meritoria actividad a favor del mundo de la tauromaquia y el Nancy A. Slayton, este mismo año, por servicio meritorio a la NATCArturo Díaz se distinguió siempre por reconocer de manera pública y con orgullo su afición a los toros, aún en una tierra y en un ambiente en el que la Fiesta no es considerada como un ejemplo de corrección política.

Por eso es que quiero recordar aquí a quien fuera una gran persona que siempre tuvo una palabra de aliento para aquellos que se encontraban en alguna tribulación, que el camino no tenía que ser andado en soledad, porque existía la posibilidad de hacerlo en la compañía del amigo, del hermano.

¡Qué descanse en paz!
Cuando un amigo se va,
se detienen los caminos
y se empieza a avinagrar
el duende dulce del vino.

(Alberto Cortez, fragmento de: Cuando un amigo se va...)

lunes, 24 de diciembre de 2012

Mis deseos para todos Ustedes...


A Christmas Homecoming
Norman Rockwell, 1948
Hoy reaparezco por aquí y no lo hago abordando el tema que corresponde a esta bitácora. Las causas que me han alejado de aquí y de quienes me honran con pasar por estas virtuales páginas están casi superadas.

En esta ocasión lo que quiero es expresarles mi deseo de que estas fiestas sean para todos Ustedes un momento de regocijo y como se los expresé el año pasado, espero:

  • Que estén reunidos con su familia. 
  • Que todos sus viajeros hayan llegado a casa con bien y que ya estén a su lado. 
  • Que los que quieren y estiman tengan salud y que Ustedes gocen de ella también. 
  • Que en estos tiempos complicados tengan ese bien tan escaso que es el trabajo. 
  • Que su mesa esté servida y que la providencia les haya permitido ayudar a servir la de otro menos afortunado. 
  • Que su afición a esta fiesta siga adelante y que les anime a seguir haciendo amigos y a conservar los que tienen...

Desde aquí les doy a todos Ustedes un virtual abrazo y espero que en el tiempo por venir, las cosas les resulten mejor, que como decía una persona muy querida para mí, el sol sale para todos.

Y continuando con ese ya acostumbrado apelar a mi alícuota sajona, ilustro esta entrada con otra de las obras del pintor estadounidense Norman Rockwell, titulada A Christmas Homecoming (Regresando a casa en Navidad), del año 1948, misma que creo que no requiere mayor explicación. Ojalá lo encuentren interesante.

¡Feliz Navidad!