domingo, 25 de mayo de 2014

La sentencia de Frascuelo

Salvador Sánchez Frascuelo
El pasado martes – 20 de mayo – ocurrió en la plaza de Las Ventas un hecho infrecuente. Tras de estoqueado el segundo toro de la tarde el festejo tuvo que ser suspendido porque los tres espadas del cartel estaban ingresados en la enfermería del coso y el servicio médico determinó que no les era posible continuar en la lidia. De inmediato se trajeron al recuerdo algunos de los antecedentes más inmediatos de suspensiones similares. De mi cuenta, repasé la historia de la plaza y creo haber encontrado todos los casos en los que sucesos así se han producido. Un breve recuento de cada uno de ellos es el siguiente:

26 de junio de 1955: Novillada picada. Alternaron Juan Gálvez, Jaime Ostos y Arán de la Casa Morenito de Talavera – la crónica le llama Antonio –. Salieron al ruedo 2 novillos de Fermín Bohórquez y uno de El Pizarral de Casatejada (1º, sustituto del titular, devuelto por reparado de la vista). 

Manuel Sánchez del Arco Giraldillo, en su crónica publicada en el diario ABC de Madrid, entre otras cosas, relata lo que sigue:
En el segundo lance de la corrida Gálvez sufría una cogida que le produjo una herida de diez centímetros en el muslo derecho. El novillo era peligrosísimo por el lado derecho y reparado de la vista por el izquierdo. El presidente, según lo pedía el público, lo retiró y salió uno de «Pizarral», despachado por Jaime Ostos. El segundo novillo fue también, naturalmente para Jaime... Va su deseo más allá del genio del novillo. Se queda en la cara, sufre un pitonazo y dos achuchones más. Se pasa sin herir; tres pinchazos, media estocada. Descabella. Pasa a la enfermería. Cuando sale el tercero está solo el novel «Morenito»... Procura sobreponerse Antonio de la Casa... Ya está el cuarto sobre la arena. También ha de ser para «Morenito», según el turno del forzado mano a mano. Al dar Antonio uno por alto con la mano izquierda es enganchado y revolcado. Otra cornada en el muslo derecho, de diez centímetros de extensión y otra en la región perineal anterior... Ostos coge los trastos. Y el novillo le coge a él en seguida... Conmocionado, pasa a la enfermería... Pedro de la Casa despachó al novillo. El público pensó que iba a continuar la fiesta. Apareció el texto del artículo 97. Dentro quedaban dos novillos de Bohórquez. Un escándalo...”
Partes facultativos: Juan Gálvez sufre una herida en el tercio inferior, cara interna del muslo derecho con trayectoria ascendente de 10 centímetros, que deja al descubierto el conducto de los abductores, de pronóstico menos grave. «Morenito de Talavera» dos heridas: una situada en la cara interna, tercio inferior del muslo derecho, con dos trayectorias, una ascendente de 10 centímetros, que produce destrozos en los músculos semimembranoso y semitendinoso y tercer abductor y otra oblicua, de 15 centímetros que atraviesa el muslo y termina en el tejido celular subcutáneo de la cara externa, contusionando el paquete vascular y el nervio ciático; y otra herida en la región perineal anterior, con una trayectoria oblicua hacia adelante y abajo, que termina en la cara interna, tercio superior del muslo izquierdo. Pronóstico muy grave. Jaime Ostos, puntazo en la región glútea, conmoción cerebral y erosiones de pronóstico reservado. 
25 de mayo de 1975: Corrida de toros. Feria de San Isidro. Alternaron mano a mano Francisco Ruiz Miguel y Antonio José Galán. Se corrieron 5 toros de Alonso Moreno de la Cova y uno El Jaral de la Mira (6º), que hirió al sobresaliente Julián de Mata. La corrida de Alonso Moreno sustituyó a una de Osborne, rechazada en el reconocimiento.

Vicente Zabala Portolés escribió en su día lo siguiente:
Afortunadamente las aparatosas cogidas de Galán y Ruiz Miguel no han revestido caracteres graves. A partir del quinto toro se quedó solo el sobresaliente Julián de Mata, al que conozco desde hace más de veinticinco años, cuando iniciaba su carrera en unión de Alfonso Merino, Luis Parra «Parrita»... y otros tantos que iban a torear de salón al «Pilón» junto a la vía del tren de Arganda... Ni los años ni el desentrenamiento perdonan... Quiso dar la cara, pero ya no está en condiciones para ello. En mi vida me he acongojado más en una plaza de toros. El sobrero de Jaral de la Mira le atravesó un pulmón. Pudo costarle la vida el querer volver a sentir emociones, que bien muertas están...

Partes facultativos: Ruiz Miguel: Herida superficial en región malar izquierda. Puntazo en cara posterior del muslo izquierdo. Conmoción cerebral. Pronóstico Reservado. Antonio José Galán: Contusiones y erosiones múltiples. Conmoción cerebral. Pronóstico reservado. Julián de Mata: Herida por asta de toro en cara posterior del hemitórax derecho, entre novena y décima costillas, penetrante en cavidad torácica, produciendo graves destrozos en lóbulos inferior y medio del pulmón derecho, contusionando el pericardio. Intenso shock traumático que precisa 1,200 centímetros cúbicos de sangre. Pronóstico muy grave.
26 de mayo de 1979: Corrida de toros. Feria de San Isidro. Los diestros fueron Rafael de Paula, Manolo Cortés y Francisco Ruiz Miguel. Salieron al ruedo dos toros de El Torero y uno de Juan Andrés Garzón (3º). 

Es de nuevo la crónica de Vicente Zabala Portolés, publicada en el ABC madrileño, la que nos relata lo sucedido ese día:
El Paula no midió que le quedaban tres toros. Animoso como estaba quiso darle un quite al toro de Torrealta. Recogió el capote y muy al filo del pitón, sin cruzarse, dibujó tres lances de corto mando, pero de precioso trazo, tres verónicas de pura filigrana por lo lentas y cadenciosas. Cuando se presentía el remate, el toro se le quedó debajo del capote. Lo derribó y le metió la cara en el suelo corneándole con saña. El gitano no pudo incorporarse. Estaba inconsciente. La cogida fue impresionante, pues Rafael sangraba por la cara abundantemente. Fue llevado a la enfermería sin sentido enmedio de la general preocupación. Ahí se acabó la corrida... Ruiz Miguel también salió con ganas de triunfo... Luego los nervios le traicionaron. Se aceleró un poquitín. Sufrió una cornada en un muslo de pronóstico menos grave, pero siguió en la arena hasta que mató al toro. Los aplausos le acompañaron hasta la enfermería. Parecía que Manolo Cortés había respondido al tratamiento del neurólogo que le asistió en Sevilla... Pero aquí volvió a hacer su aparición la parálisis precisamente ante el toro, que se manifiesta con una flojedad terrible que le deja indefenso. Mató como pudo al noble toro de Garzón... Según mis noticias no solo peligra su carrera taurina, sino que de avanzar la enfermedad medular, Manolo Cortés podría acabar sus días en una silla de ruedas... Con el cuarto toro en la arena se suspendió la corrida. Jaime Ostos saltó al redondel. Pidió autorización, a la vieja usanza, para estoquear los toros que quedaban. El presidente denegó el permiso. No era un chaval o un indocumentado el que pedía que la corrida continuara. Bajo la responsabilidad de Ostos, cuya profesionalidad está largamente acreditada, el usía debió complacer al público. Reglamentariamente cumplió, pero ¿cuántas veces se hace la vista gorda?...
28 de mayo de 1979: Corrida de toros. Feria de San Isidro. Alternaban Paco Alcalde, Ortega Cano y Niño de Aranjuez. Se lidiaron dos toros de Victorino Martín y uno de El Torero (3º).   

Vicente Zabala atestiguó dos días después del festejo anterior otra tarde con visos de tragedia. Así lo contó en el ABC de Madrid:
La corrida de Victorino salió con un trapío decoroso... La corrida de Victorino era eso; una corrida de toros para una plaza de primera. No cabía motejarla esta vez de terrorífica... No tiene justificación la disparatada actuación de Paco Alcalde, que ha podido concluir en tragedia por haber perdido totalmente los papeles... cuando los toreros pierden el sitio, «su sitio», aunque sea el de voluntariosos trotarruedos, es absurdo insistir... Mal estuvo Alcalde con su primero... El toro de Victorino iba muy bien, especialmente por el lado derecho, pero no había que dudarle, afianzar las zapatillas y cerrar la mano... Al final incluso sacó algún muletazo aceptable. Pero se veía la inseguridad del que no está en su momento. De pronto se lo echó a los lomos. El «victorino» le corneó con rapidez, muy certero, volviendo a meterle la cara en el suelo... Ortega Cano, joven torero, está en su momento. La revelación de San Isidro se ve de lejos que tiene afición y unos enormes deseos de ser figura del toreo... Ortega Cano se había entregado con ese celo admirable de los toreros que quieren ser... a continuación, muy despacio, emprende el volapié con la mirada fija en el morrillo. El toro era rápido. Y también rápido había que haberle entrado. Cogida de novato, de honrado, de «primo» suelen decir las gentes de coleta en su jerga... El Niño de Aranjuez venía a sustituir a Ruiz Miguel. El hombre se llevó un sobrero de la ganadería de Salvador Domecq, más espectacular que los propios «victorinos», un auténtico «tío» manso y con fuerza. El de Aranjuez, muy nuevo todavía, anduvo a empellones con él. El muchacho quiso justificarse, pero el «pavo» era un regalito. Lo hirió por la axila. Cuando vino a la barrera muy pocos vieron que llevaba la casaquilla manchada de su propia sangre... Una vez más, por favor, respeto para los que se juegan la vida. Hay que pronunciarse al final de las actuaciones, incluso con toda la dureza que se crea conveniente, pero fuera de la broma, el pitorreo (que viene de pito) y las palmas de tango durante la lidia. No se pide blandenguería ni tolerancia. Solo justicia y respeto. Sobre todo respeto…

Partes facultativos: Paco Alcalde sufre dos heridas por asta de toro, una en el tercio superior de la cara interna del muslo izquierdo con trayectoria hacia abajo, de 20 centímetros de profundidad, que produce destrozos en músculos aductores y contusiona el paquete vásculo – nervioso y otra en el tercio medio de la cara interna del muslo derecho con trayectoria hacia arriba, de 15 centímetros, que produce destrozos en el músculo vasto interno. Pronóstico grave. Ortega Cano sufre herida por asta de toro con entrada en cara posterior del tercio inferior del muslo izquierdo, con trayectoria hacia arriba de 25 centímetros, que produce destrozos en el músculo semimembranoso y tiene su salida en el tercio superior del mismo muslo. Pronóstico grave. Pedro Fernández «Niño de Aranjuez», sufre herida por asta de toro en la cara interna del tercio superior del brazo derecho, con trayectoria hacia arriba, de 10 centímetros, que contusiona el paquete vásculo - nervioso. Pronóstico menos grave.  
En el límite

Hay múltiples tardes en las que un solo torero se ha quedado con varios toros o con la corrida completa por percances de sus alternantes. Algunas de las que la historia recuerda o de las que he encontrado de interés son las siguientes:

18 de mayo de 1941: Corrida de toros. Alternaban Gitanillo de Triana, Pascual Márquez y Fernando Domínguez. Enfrentaron toros de Concha y Sierra. Es la tarde de la cornada mortal de Pascual Márquez – falleció 12 días después – y aunque don José Mª Sotomayor afirma que Gitanillo de Triana mató 5 toros porque Fernando Domínguez solamente mató uno, la crónica que Giraldillo hace de la corrida afirma que el vallisoletano solamente se preocupó por salir ileso de la tarde, y lo logró

12 de agosto de 1945: Novillada picada. Alternaron Rafael Llorente, Jesús Guerra Guerrita y Manolo Navarro. Novillos de Demetrio Fraile. Rafael Llorente mató los seis novillos por percances de Guerrita – grave – en el segundo de la tarde y de Manolo Navarro – menos grave – en el tercero.

25 de mayo de 1952: Corrida de toros. Feria de San Isidro. Raúl Acha Rovira, Juan Silveti y Pablo Lozano. Toros de Pablo Romero. El tercero de la tarde envió a la enfermería a Pablo Lozano y a Rovira. Así, Silveti mató 4 toros y se convirtió en el primer torero mexicano en abrir la puerta grande de Las Ventas en una feria de San Isidro, tras de cortar las dos orejas a Campero, quinto de la corrida.

26 de octubre de 1952: Novillada picada. José Rodríguez Pichardo, Manolo Cano y Francisco Blázquez Pacorro. Los novillos fueron de José Carvajal. Rodríguez Pichardo mató 5 novillos por cornadas de sus alternantes. Pacorro no mató ninguno. Ambas cornadas recibieron calificativo de graves. El encierro lidiado era el sexto que presentaba el ganadero en su prueba de ascenso.

13 de julio de 1968: Novillada picada. Juan Antonio Alcoba El Macareno, como único espada. 6 novillos de El Castillejo. Fue herido al iniciar la faena al sexto de la tarde con el cartucho de pescao en los medios. El sobresaliente Pedro Santamaría finiquitó el festejo.

30 de mayo de 1971: Corrida de toros. Feria de San Isidro, Antonio Bienvenida y Andrés Vázquez. Mano a mano. Concurso de ganaderías: Palha, Juan Mari Pérez Tabernero, Passanha, Alonso Moreno de la Cova, Fermín Bohórquez y Murteira Grave. Andrés Vázquez fue herido por el 4º y así Antonio Bienvenida mató cuatro toros esa tarde y cortó cuatro orejas en una de las tardes más grandes de su trayectoria por los ruedos.

17 de octubre de 1971: Novillada picada. Ángel Rodríguez Angelete, Bartolomé Sánchez Simón, Antonio Martín Guerrita y Eduardo Torres Bombita (Rej.). 5 novillos de Flores Albarrán (1 Rej.) y 2 de García Aleas (4º y 5º). Angelete mató 5 novillos por percances de Simón en el 2º de la tarde – menos grave – y Guerrita en el 3º - probable fractura de húmero, pronóstico reservado – y además el banderillero Aurelio Calatayud, también ingresó en la enfermería con probable fractura de costillas.

La sentencia de Frascuelo

El 13 de noviembre de 1887 se celebró – tras dos posposiciones – la corrida a beneficio de la sociedad filantrópica El Gran Pensamiento. Ante diez toros de varias ganaderías actuaron Frascuelo, Cara – Ancha y Ángel Pastor. Originalmente Luis Mazzantini iba en la combinación, pero con el cambio de fechas no pudo actuar por tener programado un viaje a América y los toros de su lote los estoqueó al final de la corrida Rafael Sánchez Bebe, a quien Salvador Sánchez quería otorgar la alternativa al siguiente año en Madrid.

El primer toro de la tarde se llamó Peluquero, era de la ganadería de Antonio Hernández y de capa negra. Al tirarse a matar, el toro prendió a Frascuelo por debajo de la faja y le infirió una cornada en el vientre. Aún encontrándose herido se levantó y permaneció en el ruedo para finiquitar al toro.

Pasó a la enfermería y allí los médicos Pérez Obón y Alcaide de la Peña procedieron a explorar la herida y a practicar las primeras curaciones. Los miembros de su cuadrilla los miembros de su cuadrilla Ostión, Pulguita, Ojitos y Bebe aparecieron por la enfermería y el primero de ellos hizo un gesto de condolencia por el estado de su maestro. Ante tal expresión, la respuesta del Negro fue la siguiente:
Los toros dan esto porque no pueden dar otra cosa. Si dieran caramelos daría gusto torear. Pa evitar verse así no hay más que dos caminos: huir o cortarse la coleta…
Y remató la lección:
No me había tocao en toa la temporada un toro tan bueno como éste. Le toree a placer y cuando le vi cuadrado, quise meterle el pie a favor de obra, porque yo daba la espalda a los chiqueros. Entonces, se tapó. Quise ponerle en suerte y como hoy había en Madriz una teja que tenía que caerle a alguien en la cabeza, me cayó a mí. No ha pasao más
Apostilla final

En una de sus relaciones Vicente Zabala Portolés reclama respeto para los toreros. El contexto en el que lo pide es bien distinto al que en estos días se reclama ese mismo respeto para quienes se visten de luces. Hoy, la falta de respeto de un sector de la población es evidente y en los días de Zabala, me parece, era mera exigencia, subida de tono quizás, pero exigencia al fin, derecho inalienable del que paga una entrada para ver un espectáculo íntegro.

En estos tiempos, individuos sin nombre y sin rostro se dedican a injuriar y a denostar a quienes se visten de luces por el mero hecho de hacerlo. Sin embargo, los sucesos del pasado martes y los que aquí les presento de la historia de la plaza de Las Ventas, creo que dejan claro que en el enfrentamiento del hombre con el toro, el piso está parejo.

Aclaración necesaria: Los resaltados en los textos que se citan, son obra imputable exclusivamente a este amanuense.

domingo, 18 de mayo de 2014

Torear con gafas

Juan Luis Silis
Foto: Armando Landín - Miranda
Cortesía: altoromexico.com
El pasado domingo 11 de mayo, en la Corrida de la Oreja de Oro, el público asistente a la plaza Monumental Aguascalientes presenció un hecho infrecuente en la historia del toreo. El diestro Juan Luis Silis salió a recibir al cuarto de la tarde ataviado con unas gafas deportivas, las que le son necesarias como consecuencia de la cornada recibida en la cara el pasado 13 de octubre en la plaza de toros Vicente Segura de Pachuca.

Al ver las imágenes del torero con el poco taurino – pero necesario – artilugio calzado sobre el rostro, recordé que alguno de los clásicos había salido también al ruedo usando antiparras, pero de momento, sin poder precisar quién fue y la razón del uso de ellas. Ya sumergido en la biblioteca me pude acordar que quien se había vestido así de luces fue nada menos que Francisco Montes Paquiro y en la plaza de toros de Sevilla.

El asunto de Paquiro

Francisco Montes Reina, el autor – o inspirador, según se vea – de la preceptiva taurina más importante de la historia – aún vigente en casi todos sus temas –, gobernó la fiesta en España de 1836 a 1845. Era esta una época en la que la humanidad tenía una expectativa de vida de 40 años a lo sumo y quienes dedicaban sus afanes a actividades riesgosas como la tauromaquia, podían ver truncadas sus aspiraciones de alcanzar esa edad entonces provecta.

Paquiro había nacido en Chiclana de la Frontera en 1805 según unos o en 1808 según otros. Ingresa por recomendación de Jerónimo José Cándido en la Escuela de Tauromaquia de Sevilla en 1821 y tras de abrevar allí los fundamentos del toreo, se presenta en Madrid en 1831. A partir de 1837 se convierte en el director de lidia y primera espada de los festejos de la capital española – toreando todos los de esa temporada – y se mantiene en esa calidad hasta 1845, cuando resintiendo los efectos de los percances sufridos, empieza a reducir el número de sus actuaciones, dejando de torear el año de 1847.

En 1848 retorna a los ruedos para cumplir con una sola actuación, precisamente la de las gafas y es la que tiene lugar el 5 de noviembre de 1848. Paquiro torea provisto de anteojos pues al parecer su visión ya no le permitía hacerlo de otra manera. En esta tarde, Francisco Montes Reina se convierte en el primer torero que sale al ruedo vestido de luces y ataviado con gafas. El festejo – tardío por su fecha - fue una corrida de toros organizada por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla para celebrar el nacimiento de la infanta María Isabel, primera hija de la infanta Luisa Fernanda, hija de Fernando VII.

Después de esa tarde Paquiro volvería a seguir atendiendo su bodega en Chiclana, pero los vientos de la economía y de la bohemia le hacen volver a los ruedos en 1850, y el 21 de junio cuando torea su última corrida en Madrid – alternando con Chiclanero y Cayetano Sanz – un toro de Torre y Rauri llamado Rumbón le infiere una cornada, misma que será indirectamente la causante de su muerte el 4 de abril de 1851.

Juan Luis Silis

Juan Luis Silis
Foto: Armando Landín - Miranda
Cortesía: altoromexico.com
El 13 de octubre de 2013 en Pachuca, un toro de José Julián Llaguno le infirió una cornada de unos seis centímetros de extensión que fue de la parte inferior de la mandíbula del lado izquierdo lesionando el maxilar superior, la mandíbula y la trayectoria fue por lo menos de 25 a 28 centímetros, produciendo compresión de masa encefálica y edema cerebral consecuente.

Tras de mantener al diestro en coma inducido varios días para controlar la remisión del edema cerebral, se le sometió a la cirugía reconstructiva de los destrozos causados por el pitón del toro y como secuela, quedó una disfunción en la irrigación del ojo izquierdo, que es la que motiva la necesidad de que el diestro utilice en determinados compases de la lidia las gafas protectoras, ante la imposibilidad de aplicarse continuamente lubricantes tópicos – lágrimas artificiales – en el ojo lastimado.

Y una disculpa

Ofrezco desde aquí a mis tres lectores una disculpa por salir tan tarde este domingo, pero algunas cuestiones de familia me permitieron sentarme a escribir apenas hasta ahora.

domingo, 11 de mayo de 2014

Mexicanos que cortan orejas en la Feria de Abril de Sevilla

En la Feria de Abril sevillana – paradójicamente verificada en mayo – de este año de gracia de 2014, se anunciaron tres toreros mexicanos. Es este un hecho que llama la atención a la afición, sobre todo si consideramos que en los últimos ciento tres años (1911 – 2014), es más el tiempo muerto que el coso del Baratillo ha representado para nuestra torería.

Afirmo lo anterior porque durante los siguientes calendarios no localicé presencia de toreros mexicanos en la temporada sevillana: 1911, 1913, 1915, 1920 – 1929, 1931, 1932, 1934, 1936 – 1944, 1948 – 1953, 1958 – 1962, 1966, 1967, 1970, 1973 – 1976, 1980 – 1982, 1984, 1985, 1987 – 1993, 1995 – 1997, 1999 y 2003 – 2007.

Como lo reflejan las cifras, en ciento tres años, cincuenta y ocho de ellos han visto transcurrir el abono de Sevilla – y por ende su Feria de Abril – sin el concurso de nuestros diestros. De allí que ahora me ocupe de localizar quienes han actuado en ella más de una tarde – y aclaro desde ahora que solo me limito al espacio de tiempo de esa feria abrileña – y a que en ella hayan cortado alguna oreja.

Rodolfo Gaona

Abre esta relación el Califa de León, que el 21 de abril de 1918 cortó una oreja al segundo de su lote, de Concha y Sierra, en tarde en la que alternó con Gallito y con Fortuna. La relación aparecida en el diario El Imparcial de Madrid, al día siguiente del festejo, dice lo que sigue:
En Sevilla, La cuarta de feria. Ganado de Concha y Sierra para Gaona, Joselito y Fortuna. Una oreja a Joselito y otra a Gaona. Sevilla 21 (6:10 tarde). Con el tiempo amenazando lluvia y un lleno completo se celebra la cuarta corrida de feria, en la que se corren toros de Concha y Sierra... Cuarto. - Un aficionado salta al ruedo para torear, cae ante la cara del toro y de milagro no es empitonado... Gaona torea por gaoneras, siendo colosales las tres primeras. (Ovación)… El mejicano empieza la faena de muleta con un pase de rodillas colosal; luego, pases de tirón para llevarse el toro a los medios. Allí hace una gran faena; arregla la muleta de espaldas al toro. Entrando bien, da un volapié inmenso y se sienta en el estribo, mientras el bicho dobla sin puntilla. (Grandísima ovación, oreja y vuelta al ruedo. Al cabo, con la colosal faena, ha redimido en parte el mejicano sus culpas de las anteriores tardes)...
Del mismo Madrid, El Heraldo, la noche misma del festejo, dice lo que sigue:
Cuarto. – «Rutinero», castaño... Un capitalista se arroja al ruedo. Gaona da dos verónicas valientes y una gaonera superior. Después hace un quite muy lucido. Gallito otro bueno y Fortuna otro de valiente... Gaona cuartea en un par muy fino. Repite con otro igual. Termina con otro, al cuarteo, de buena ejecución... Toma los trastos y da el primer pase hincado de rodillas. Sigue cerca, con pases de tirón para llevarse el toro a los medios. Una vez conseguido el objeto, da dos pases de rodillas agarrando el pitón. Un molinete muy lucido. La faena es muy adornada. Entrando de manera colosal, deja una estocada en la cruz. El toro tarda en doblar y Gaona se lo lleva al sol, donde dobla…
La crónica de El Heraldo no consigna el otorgamiento de la oreja, igual que el semanario El Toreo. Habría que aclarar que en el que abrió plaza también se le tiró un espontáneo a El Petronio y que Joselito le cortó una oreja al segundo de la tarde. La oreja obtenida por Gaona resulta ser, según los historiadores de la Maestranza, la tercera que se concedía en la historia de la plaza.

Armillita

La siguiente oreja que cortó un torero mexicano la obtuvo Fermín Espinosa Armillita el 20 de abril de 1933, cuando para lidiar toros de doña Carmen de Federico alternó con Manolo Bienvenida y Domingo Ortega. Es curioso que el Maestro, pese a la excelente impresión que causó en esa plaza, de acuerdo con la crónica publicada en el ABC de Sevilla por Juan Mª Vázquez al día siguiente de la corrida, no terminaría de entrar en ella sino hasta 1945, cuando corta un rabo a un toro de Manuel González en la Corrida de la Prensa. De la relación indicada extraigo lo que sigue:
Ocho toros y un torero… No necesitaron ser muy puros ni absolutamente reposados los cinco naturales que Fermín Armillita engarzó en su corrida de la Feria de septiembre, para que el ágil y gracioso torero de Méjico sobrepujase – aparte la gentileza de sus adornos sevillanos – la impresión producida entonces por las estrellas que le acompañaban en el cartel, de las cuales, porque eran estrellas fugaces, sería inútil preguntarnos ahora los nombres... Únicamente por el esfuerzo de su mano izquierda Armillita ha vuelto a Sevilla, y, gracias a su vuelta, volverá otra vez, como primerísima figura, a figurar en nuestras corridas más solemnes... Adornado, pinturero, valiente, decidido a abrirse paso... él – nadie más que él – alegró el circo de la Maestranza durante la lidia de una corrida que hizo difícil, no la malicia – que no existió –, sino la bravura auténtica y pegajosa de unos bichos en los cuales la traza veragüeña derivaba mejor al estilo pastueño, encarrilado y lento, de los murubes, por el camino sinuoso, de apremiantísimas curvas, de la sangre de Saltillo. Suelto, desahogado, muy torero, el reposo suave de sus verónicas, el floreo multicolor de sus quites y la majeza de sus pares de banderillas – al quiebro y al cuarteo – acusaron al único torero de la tarde, que, si un poco atosigado al muletear, por el nervio de sus enemigos, de ellos dio cumplida cuenta bien pronto, sin que le hubiese abandonado la tranquila sonrisa de quien sabe lo que hace, cómo lo hace y cuál ha de ser el resultado feliz de su esfuerzo... Armillita, frecuentemente ovacionado, cortó la oreja del quinto toro, y fue despedido con una calurosa salva de aplausos...
En el caso de Armillita hago una necesaria y muy honrosa excepción en esta relación de triunfos, porque en 1933, el Maestro actuó una sola tarde.

Carlos Arruza

El Ciclón Mexicano, el 18 de abril de 1945 será el siguiente en obtener un trofeo. Esa tarde los toros fueron de Clemente Tassara y sus alternantes Manolete y Pepe Luis Vázquez. La crónica de Antonio Olmedo Don Fabricio, también en el ABC de Sevilla, refiere lo que sigue:
Dos taleguillas rotas... El tema de los toros ha vuelto al ser habitual en esta nuestra Sevilla, madre del toreo. La expectación, forjada a fuerza de valor y estilo por esas dos figuras señeras de la tauromaquia, que son Manolete y Arruza, se ha justificado ayer plenamente sobre el ruedo de la Real Maestranza... Dos taleguillas rotas, las que ciñen Arruza y Manolete, califican y ponderan el éxito del festejo de ayer; las dos primeras taleguillas de la torería actual, hechas jirones por las astas de los toros de Tassara, son el exponente de una competencia que devuelve a la fiesta su emoción sustancial, sin la cual degeneraría el toreo... Arruza merece la consideración de benemérito de la fiesta nacional... Las faenas a sus dos toros fueron sencillamente inenarrables. La primera breve, pero cerquísima y eficaz, para matar como los cánones mandan. La segunda faena, tan cercana como la otra, más reposada y completa, sobresaliendo los pases por bajo iniciales, los magníficos naturales con la izquierda y dos emocionantísimos y soberbios molinetes de rodillas... La faena había puesto en vilo a los espectadores y como la estocada fue certera, hubo oreja y aún unánimemente se pedía mayor premio para el aclamado espada...
Al día siguiente, 19 de abril, alternando de nueva cuenta con Manolete y completando la terna Pepín Martín Vázquez, Carlos Arruza volvió a cortar otra oreja a uno de los toros de Carlos Núñez que le tocaron en suerte.

Jesús Córdoba

En 1953 Jesús Córdoba le cortó una oreja a un Miura el día 24 de abril y al día siguiente, otra a un sobrero de Benítez Cubero que los maestrantes le obsequiaron para que in extremi” salvara un festejo que se había ido por la borda a causa de la falta de casta y fuerza de los toros de Sánchez Cobaleda y Escudero Calvo corridos en la lidia ordinaria. De ese par de tardes me he ocupado ya en esta ubicación por lo que les remito a ella para recordar las particularidades de esas hazañas del Joven Maestro en el coso del Baratillo.

Joselito Huerta

El León de Tetela es el siguiente torero mexicano que actuó un par de tardes en la Feria de Sevilla y salió al menos con un apéndice en la mano. El 17 de abril de 1957 fue acartelado con toros de Manuel Sánchez Cobaleda y Carlos Núñez (4º, 5º) y con Antonio Ordóñez y Manolo Vázquez como compañeros de terna. La tarde transcurrió entre el sopor que producen el calor y el mal juego de los toros. La crónica de Gil Gómez Bajuelo en el ABC de Sevilla apunta lo que sigue:
En el segundo festejo Joselito Huerta realizó brillante labor, premiada con un apéndice… Los «cobaledas», gordos, congestivos, quedados al máximo, pero sin malas ideas... La fiesta transcurrió sosa, monótona, apenas sin relieve... El brindis de Joselito Huerta. Cuando juzgamos la labor del mejicano, el Domingo de Resurrección, dijimos que era muy otro del año pasado. Que se había superado... Hubo un momento ayer - ¡hombres de poca fe - en que estuvimos a punto de retractarnos... Y llegó el sexto. Tenía los cuernos en alto, ancha la cuna. Nada con el capote. El caballo repelía al toro. Estaba la atmósfera cargada de pesadez. Los banderilleros acentuaron el clima. Sólo Luis Andaluz pareó con discreción. Y vimos como Joselito Huerta molido por la paliza que le dio su toro anterior, cosido y recosido el traje en el callejón, salió al tercio brindando a la plaza. ¿Brindar de qué? ¿Qué había visto? Hasta el viento se levantó, haciendo el quite al torero, tratando de hacerle desistir. Pero el mejicano no cedió. Empapó de agua la muleta, para vencer al aire primero y vencer después al toro. Surgieron indómitas las reacciones del indio bravo. Le consintió a fuerza de arrimarse. Le hizo embestir, lo dominó y surgió en varias fases una magnífica faena, en la que los redondos fueron el motivo de varias tandas de naturales, soberbios, magistrales, en los que el mejicano tomó de largo al toro y lo llevó con temple, embarcándolo, corriendo la mano superiormente... Estupenda, magnífica faena, valerosa y artística, que culminó con la estocada, que puso al toro patas arriba, en decúbito supino, Aleteó de albura el graderío y el presidente concedió la oreja al mejicano. Quedó justificado el sorprendente brindis y nosotros sentimos el gozo de diferir la íntima retractación…
Curro Rivera

Pasarían 14 años para que otro diestro mexicano obtuviera algún apéndice y es en este orden Curro Rivera quien, alternando con Curro Romero y Victoriano Valencia en la lidia de toros de Fermín Bohórquez logra la hazaña. La tarde del 19 de abril de 1971 corta tres orejas y se convierte en el primero y único torero mexicano entre 1911 y esta fecha en abrir la Puerta del Príncipe en la Feria de Abril de Sevilla. Manuel Olmedo Don Fabricio II, relató en el ABC de Sevilla lo siguiente:
Curro y Currito… La presentación de Currito Rivera en la Maestranza ha sido triunfal y convincente. Lo hemos visto en todo momento muy seguro y muy suelto. Al tercero de la tarde lo lanceó con tanta decisión como prestancia... Luego, dominador y arrogante, con sereno coraje compuso una faena de muleta superior a las condiciones del toro... Excelente fue el trasteo y soberbia fue la estocada con que Currito tumbó a su adversario... difícilmente superable por la guapeza, por el buen estilo y por la precisión con que realizara la suerte el joven diestro, premiado justamente con las dos orejas de su adversario. En el sexto, manso integral... Currito lo persiguió denodadamente y le dio muchos pases, deshilvanados, llenos de majeza... concluyó su esforzada labor con un estoconazo, saliendo trompicado. Hubo eufóricos en número suficiente para que al interesante espada le concedieran una oreja. Halagüeño debut...
Los toros a los que Curro Rivera cortó las orejas fueron Zalamero (3º) y Gavilán (6º).

Joselito Adame

Cierra esta relación el torero de Aguascalientes, quien el 16 de abril de 2012, enfrentando toros del Conde de la Maza, cortó una oreja al segundo de su lote – sexto de la tarde –, en tarde en la que alternó con Luis Bolívar y Salvador Cortés. A esa fecha, habían pasado 41 años entre la tercera oreja de Curro Rivera – también cortada al sexto de aquella corrida – y esta obtenida por Joselito. Fernando Carrasco, cronista del ABC de Sevilla, contó así lo sucedido:
Joselito Adame capea la mansedumbre… Al que cerró plaza le dejó un quite por lopecinas para el recuerdo. Vino con muchas ganas este Adame, que brindó al respetable. Se la jugó sin cuento en unos estatuarios ajustadísimos rematados con un extraordinario pase del desprecio. Muy bien el mexicano, que le dio distancia a su oponente y al natural, le hilvanó una tanda majestuosa. Sin humillar del todo, Adame supo sacarle todo el partido por ambos pitones. Estuvo pinturero y a la par valeroso para tragar en las embestidas con la cara a media altura de «Puritito», que finalmente claudicó. Buena la estocada. Una oreja de ley por cómo planteó y resolvió la situación…
He de aclarar que en la Feria de 2012, esta fue la única tarde a la que Joselito Adame fue contratado.

El pasado viernes – 9 de mayo –, Joselito Adame cortó una oreja, de nuevo al sexto de la corrida de Victoriano del Río, un colorado llamado Despreciado. Sus alternantes fueron Enrique Ponce y Sebastián Castella. De nuevo y para no romper la línea de citación de opinión seguida, recurro a la crónica de Fernando Carrasco publicada en el ABC de Sevilla en la que expresa esto:
A por todas… Joselito Adame ha recibido a sus dos toros a portagayola. Muy bien el inicio de faena a su primero, un toro encastado que ha pedido mando y que le dejasen la muleta en la cara. Así lo ha entendido el mexicano, que ha brillado sobre todo sobre la diestra. Toro importante al que le ha tragado en los últimos compases de faena. Los dos descabellos han dejado todo en una vuelta al ruedo... Otro toro bueno ha sido el sexto, repitiendo y con vibración. Adame, queriendo mucho, lo ha toreado muy bien, primero en estatuarios y luego sobre la diestra en series quizá algo ligeras pero emocionantes. Bajó algo al natural pero subió de tono sobre la diestra, donde recibió una fea voltereta al rematar con un molinete. Se levantó sin mirarse y una postrera serie a diestras encandiló al respetable. Y la gran estocada, que ha necesitado de dos descabellos, le ha puesto la oreja en sus manos…
Dados los tiempos muertos a los que me he referido al inicio y a la gran cantidad de festejos fuera de feria a los que han acudido nuestros toreros, la cosecha de apéndices en los de abril es breve. Pero todos tienen su historia. Aquí tienen lo que yo considero lo más relevante de ella.

domingo, 4 de mayo de 2014

Las alternativas en la plaza de toros Monumental Aguascalientes

La plaza de toros Monumental Aguascalientes cumple 40 años de haber sido inaugurada el 23 de noviembre de este año. Durante los próximos meses recordaré algunos de los fastos ocurridos en su redondel. El primero de ellos consiste en que el toro que se mató en lo que en esos días era la nueva plaza de toros Monumental, fue un toro de alternativa. Pasadas cuatro décadas, dieciocho son los toreros que han sido investidos como matadores de toros en su ruedo y once de ellos vieron la primera luz en esta Ciudad. 

Con esa base, pasemos pues a revisar esta parte de la historia nuestra plaza y recordemos que en su momento, las alternativas aquí reseñadas representaron el momento en el que se culminaron en todo o en parte, los sueños de esos once toreros que las recibieron.

La alternativa

Los aficionados a los toros hemos presenciado en varias oportunidades la ceremonia por la cual, el matador de toros con más antigüedad en el cartel, al iniciar el último tercio de la lidia, entrega a un novillero muleta y estoque, a cambio del capote de brega y tras de dirigirle unas palabras más o menos breves, sella la entrega de esos trastos con un abrazo a quien a partir de ese momento asciende en el escalafón taurino a la categoría de Matador de Toros. Históricamente no es posible precisar la fecha en la que se otorgó la primera alternativa y así lo señala don José María de Cossío:
...no se puede precisar la fecha en que esta ceremonia se hace con tal rito, pero, sin duda, el hecho de alternar se consideró, desde que se organiza el espectáculo, como alternativa, y el acto de ceder al toro es muy propio de la política y cortesía de los diestros, y aunque sin carácter de obligación debió de practicarse desde tiempos muy antiguos...
Esta situación a la que hace referencia Cossío, nos ilustra que previo al formalismo que reviste hoy al otorgamiento de una alternativa, había una serie de normas consuetudinarias, inveteradas, que revestían un cierto carácter gremial. Así, se iniciaba el aprendizaje como banderillero al lado del maestro, que tenía calidad de espada. Una vez que ese maestro estimaba que el aprendiz era apto para dar una lidia completa a los toros, éste le permitía matar alguno en forma ocasional, adquiriendo el aprendiz la categoría de media espada y al paso del tiempo, si sus aptitudes seguían creciendo, se convertiría en espada y así se iniciaría de nuevo el proceso de la enseñanza taurina, pues ese nuevo espada, se suponía que procedería de igual forma con sus banderilleros. 

La cuestión de la alternativa vendrá a cobrar importancia cuando para el año de 1864, El Chiclanero, apoyado en una cláusula de su contrato, pretende ser primer espada en las corridas del abono madrileño. Cúchares por su parte, aducía que por antigüedad le asistía ese derecho. Total que nadie se puso de acuerdo y al tocar a matar al primer toro que se lidió, compartiendo ellos cartel, los dos intentaron hundirle la espada. Cúchares al final fue el que lo logró, pero creo firmemente que es este el momento en el que se hizo necesario el adoptar una tradición que aparte de dar lucimiento al advenimiento de un nuevo matador de toros, permitiera tener una referencia temporal definida que permitiera establecer el orden de la actuación de los toreros.

Así pues, no debemos perder de vista que la alternativa de un torero, en si es un acontecimiento trascendente y como tal, merece un capítulo aparte en la historia de la fiesta y veremos que en la que ahora como grupo taurino organizado tratamos de bosquejar, no pueden quedar sin repaso las de Fermín Espinosa Armillita, Eduardo Liceaga, Jesús Salazar, Ricardo Sánchez, Luis Fernando Sánchez, Pedro Loredo, Roberto Fernández El Quitos, David Bonilla, Héctor de Granada, Jorge Mora, Fernando Ochoa, Javier Gutiérrez El Cachorro, Gerardo Gaya, Fabián Barba, Arturo Macías, Jairo Miguel, Mario Aguilar y Gerardo Adame toreros todos que iniciaron su camino como matadores de toros, en la plaza de toros Monumental Aguascalientes.

Los catecúmenos

Alternativa de Fermín Espinosa Armillita
23 de noviembre de 1974
Fermín Espinosa Armillita: Recibió la alternativa en la corrida inaugural de la plaza, el 23 de noviembre de 1974. Se la otorgó Manolo Martínez en presencia de Eloy Cavazos. El toro de la cesión fue Hidrocálido de Torrecilla. Confirmó su alternativa en la Plaza México el 4 de enero de 1976 de manos de Manuel Capetillo y actuaría como testigo Curro Rivera. El toro de la ceremonia se llamó Don Chón, de las dehesas del ingeniero Mariano Ramírez. Se despidió de los ruedos en la misma plaza de su alternativa el 3 de mayo de 2002 alternando con Eulalio López Zotoluco y Julián López El Juli. El último toro que mató vestido de luces fue Salmantino, de Los Encinos.

Eduardo Liceaga: En corrida nocturna celebrada el jueves 24 de abril de 1975, Mariano Ramos como padrino y Humberto Moro hijo como testigo le hacen matador de toros con toros de Tequisquiapan. Confirmó su sanmarqueña alternativa en la Capital el 25 de enero de 1976, de manos de Manuel Capetillo y llevando como testigo a Curro Rivera. Los trastos le fueron cedidos para que matara al toro Er Canti, de Cerro Viejo.

Jesus Salazar: Mariano Ramos, su compañero en las lides charras, en presencia del diestro colombiano Juan Gómez, le cede los trastos la tarde del 29 de abril de 1978. Ese día se lidió un encierro de Tequisquiapan del que destacó el tercer toro de la tarde, el número 378, nombrado Molinero, a mi juicio uno de los más bravos que se han lidiado en la historia de la plaza.

Jesús Salazar nunca confirmó su alternativa en la Capital de la República, aunque si actuó en la Plaza México como matador de toros el 29 de abril de ese 1990, en una corrida organizada por el Patronato Taurino del Distrito Federal, en la que, con la complicidad de la Asociación de Matadores, a Jesús y a otros ocho toreros, se les negó el derecho a esa confirmación, so pretexto de que tanta ceremonia restaría seriedad a esa plaza. Esa tarde lidio al toro Chorchero de Manuel de Haro.

Ricardo Sánchez: Es el 1º de mayo de 1982 que Manolo Martínez concedería la última alternativa de su primera etapa en los ruedos, llevando como testigo Manolo Arruza. Los toros para la ocasión fueron de la ganadería de Los Martínez. Ricardo confirmó su alternativa en la Plaza México el 17 de junio de 1983, cuando Mariano Ramos le cediera los trastos para despenar a Flamenco de Manuel Labastida, ante el testimonio del hispano Antonio Sánchez Cáceres. Se despidió de los ruedos el 28 de abril de 1996 en la misma plaza Monumental, siendo el último toro de su carrera, Ingeniero de Real de Saltillo, al que cortó las dos orejas.

Luis Fernando Sánchez: Asciende a matador de toros el día de San Marcos de 1983. Le apadrinó Antonio Lomelín, ante el testimonio de Miguel Espinosa Armillita Chico y el toro de la ceremonia fue Veintiuno, número 241, de Begoña. Confirmó su alternativa el 3 de febrero de 1995, cuando en la Plaza México, Curro Rivera le cediera los trastos para finiquitar a Apóstol de Reyes Huerta, ante Pedro Gutiérrez Moya El Niño de la Capea. Se despidió de los ruedos en la plaza de su alternativa el día 3 de mayo de 2003, cortándole las orejas al último toro que mató vestido de luces de la ganadería de De Santiago.

Pedro Loredo: Logró la alternativa en la Monumental el 7 de mayo de 1983, actuando como padrino Curro Rivera y como testigo Ricardo Sánchez, siendo los toros de Torrecilla.

Roberto Fernández El Quitos: El 22 de abril de 1986, José Antonio Campuzano, en presencia de Jorge Gutiérrez le cedió los trastos para dar muerte al toro número 22, con 482 kilos de peso, nombrado como Caramelo del hierro de La Paz. Confirma su alternativa en la Capital el 5 de febrero de 1993, de manos de Alejandro del Olivar y llevando a Germán Garza como testigo, con el preludio ecuestre de José Antonio Hernández Andrés, siendo los toros anunciados para lidiarse de Jorge de Haro. El toro de la confirmación fue Quitamoños.

David Bonilla: Su alternativa fue el día 16 de noviembre de 1983, actuando como padrino Manolo Arruza y como testigo Ricardo Sánchez, correspondiendo a la terna enfrentarse a un encierro de Torrecilla. El toro de la ceremonia se llamó Recuerdo, marcado con el número 54 y con 450 kilos de peso. David Bonilla se despidió de los ruedos en un festival celebrado en la plaza de toros San Marcos el 19 de octubre de 2008.

Héctor De Granada: El 24 de abril de 1988 el reaparecido Manolo Martínez, en presencia de Miguel Espinosa Armillita Chico, le cedería al primero de los de Begoña que se lidiaron esa tarde, llamado Doble A. Cabe señalar, que es la de Héctor de Granada, la primera alternativa televisada en directo desde la Monumental. Confirma en la Plaza México el 11 de marzo de 1990, de manos de Paco Doddoli y llevando como testigos a Pepe Murillo y a Arturo Díaz El Coyo, quien confirmó también en esa fecha. El toro de la ceremonia fue de Valparaíso y se llamó Duende

Exterior de la plaza. Monumento a
Rafael Rodríguez El Volcán de Aguascalientes
Jorge Mora: Su alternativa tuvo lugar el 24 de abril de 1995, siendo otorgada por Eloy Cavazos en presencia de David Silveti. El toro de la ceremonia fue Debutante, de De Santiago, número 29 y con 504 kilos de peso. La confirmó en la Plaza México el 23 de abril del año 2000 con el toro Profeta de San Manuel, siendo su padrino Alfredo Ferriño y llevando como testigo a Víctor Santos. Jorge Mora se despidió de los ruedos el 28 de noviembre de 2013 en el marco de un festival taurino celebrado en la plaza de toros San Marcos.

Fernando Ochoa: Su alternativa se programó inicialmente para el 25 de diciembre de 1995, pero el clima obligó a posponerla para el 7 de enero de 1996, siendo su padrino Miguel Espinosa Armillita Chico y atestiguando Javier Conde. El toro de la cesión fue Asturiano, de la Viuda de Emilio Fernández. Confirmó su alternativa en la capital mexicana el 4 de febrero de 1996, cuando entró a sustituir a Eloy Cavazos en un cartel que completaron Miguel Espinosa Armillita Chico y José Miguel Arroyo Joselito, siendo el toro de la ceremonia Amor Grande. Fue el primer torero alternativado en la Monumental en torear en ruedos europeos y se cortó el simbólico añadido ayer 3 de mayo de 2014 en Juriquilla, Querétaro. El último toro que mató fue Golondrín, número 62, de Fernando de la Mora, de regalo, al que cortó las dos orejas.

Javier Gutiérrez El Cachorro: Recibió la alternativa el 27 de noviembre de 1999, en la corrida con la que se celebraba el XXV Aniversario de la plaza Monumental. Su padrino fue Julián López El Juli, que por primera vez oficiaba como padrino y como testigo actuó Jerónimo. El toro de la ceremonia fue Garambullo de Xajay, número 652 y con 495 kilos de peso. Una inoportuna cornada recibida el 15 de abril de 2001 en Ciudad Juárez, que le causó una seria lesión en la columna vertebral y al parecer, le quitó de torero. 

Gerardo Gaya: Recibe la alternativa el 27 de abril de 2000. Su padrino fue Eulalio López Zotoluco y ofició como testigo El Juli, correspondiendo a la terna un encierro potosino de De Santiago. El primero de la tarde se llamó Idealista, herrado con el número 101 y anunciado como de 480 kilos de peso. Hasta donde tengo conocimiento, después de esta tarde Gerardo Gaya no volvió a vestir el terno de luces como matador de toros.

Fabián Barba: Recibe la alternativa el día 26 de abril de 2003, de manos de José María Luévano, quien en presencia de Ignacio Garibay le cede al toro Aprendiz, cárdeno carbonero, número 374, con 518 kilos de peso, de José María Arturo Huerta, en tarde, en la que actuara también el rejoneador Fermín Bohórquez. Confirma su doctorado en la Plaza México el 30 de noviembre de 2003, apadrinándole Jorge Gutiérrez y atestiguando la ceremonia el albaceteño Manuel Caballero, recibiendo los trastos para finiquitar al toro Lindos Ojos, de 482 kilos de peso, también de José María Arturo Huerta.

Arturo Macías: El 7 de mayo de 2005, José Luis Angelino, en presencia de Israel Téllez y Pedro Gutiérrez Lorenzo El Capea, le hace matador de toros, cediéndole al toro Cortijero número 553, de 481 kilos, de Xajay. Confirma en la México el 21 de mayo de 2006 con el toro Cordobón, de Barralva, de 529 kilos, siendo su padrino Leonardo Benítez y fungiendo como testigo el también confirmante Guillermo Martínez. Es el primer diestro alternativado en la Monumental en confirmar en la plaza de Las Ventas en Madrid, lo que hizo el 11 de mayo de 2010, cuando Miguel Abellán, en presencia de César Jiménez le cedió al toro Juntaollas de Martelilla.

Jairo Miguel: Recibe la alternativa el 3 de mayo de ese 2008 de manos de Eloy Cavazos, con el testimonio de Eulalio López Zotoluco. El toro de la ceremonia se llamó Talismán, número 519, con 479 kilos de peso y como los demás de la tarde, fue de la ganadería queretana de Bernaldo de Quirós. Confirmó su alternativa en Las Ventas el 9 de junio de 2011,  con el toro Aguilucho de Antonio Bañuelos, le apadrinó Víctor Puerto y fungió como testigo Pedro Gutiérrez Lorenzo El Capea.

Monumento a Miguel Espinosa Armillita Chico
Mario Aguilar: Recibe la alternativa el 1º de noviembre de 2009, siendo su padrino Sebastián Castella y fungiendo como testigo Joselito Adame. El toro de la ceremonia se llamó Cafetero de Bernaldo de Quirós. Confirmó en la Plaza México el 31 de enero de 2010 con el toro Tamarindo, también de Bernaldo de Quirós. Le apadrinó Julián López El Juli y fungió como testigo Arturo Macías.

Gerardo Adame: El 29 de abril de 2011 es investido como matador de toros por Miguel Ángel Perera, quien en presencia de Arturo Macías le cede al toro Vuela Alto de Teófilo Gómez.

A manera de conclusión

La historia de nuestra Monumental se seguirá escribiendo. Esperemos que se sigan otorgando en su redondel la alternativa a toreros que ocupen siempre un sitio de privilegio en la fiesta.

domingo, 27 de abril de 2014

Ponerse donde queman los pies…

No es mi costumbre publicar en esta bitácora cuestiones relativas a la actualidad inmediata, pero el pasado jueves tuvimos aquí en Aguascalientes un acontecimiento que creo que no debo dejar perderse en la noche de los tiempos, así que me tomo la libertad de comentarlo aquí de manera excepcional.

Toreros quieren el arte y la fiesta. Con toreros – unos seres especiales que hacen de su oficio liturgia y lo viven con la fe propia de los catecúmenos – la tauromaquia no estaría en cuestión ni los taurinos bajo sospecha.
Joaquín Vidal


Asistir a la presentación de un libro resulta es azaroso. Puede uno encontrarse con que quienes tienen a su cargo la tarea de comunicar a la concurrencia simplemente recurran a la repetición de los textos concentrados en la obra o que saliéndose por peteneras, intenten entretener a la audiencia con el repaso de algún anecdotario relacionado con el autor o alguno de los personajes relacionados con el libro en cuestión, pero asumir las aristas humanas que tiene toda obra impresa destinada a circular es difícil y más aún, el transmitirlas a quienes asisten a esta clase de eventos.

La tarde del pasado miércoles, el primer patio de la antigua Escuela Normal del Estado, hoy Museo de la Ciudad de Aguascalientes, albergó una de las presentaciones en las que las fibras sensibles y las impresiones intelectuales se movieron en un sentido positivo, cuando por supuesto José Tomás y antes, Francisco González, Director del Grupo Milenio y editor de la versión mexicana de Diálogo con Navegante, expusieron, éste último los motivos de publicar el libro en un plazo breve – 45 días – de este lado del Atlántico y por supuesto, el torero, lo que se puede considerar el decálogo de su decurso por los ruedos del mundo…

Ponerse donde queman los pies…

José Tomás condensó en algo más de seis minutos lo que significa para él el ser una figura del toreo y construyó su discurso a partir de un diálogo sostenido la mañana del lunes 28 de febrero de 1994 en la cafetería del Hotel Francia – el tradicional y añorado Café de Andrea, que al final de ese mismo año sucumbió a los embates de lo que hemos dado en llamar el progreso – al día siguiente de su presentación como novillero en la plaza de toros San Marcos. Su interlocutor en esa oportunidad fue Andrés García El Cholula, aficionado a los toros y asiduo del café quien, dijo el torero, le recomendaba: siempre que te vistas de luces y te ates los machos, hazlo con la intención de ponerte en el sitio donde queman los pies.... Y le ponía como ejemplo de aquellos que se ponían allí a sus admirados Lorenzo Garza, Silverio Pérez y Manolo Martínez quienes sin duda, son y han sido gente en esto.

También nos hizo saber José Tomás que le recordaba El Cholula que el riesgo es un elemento esencial de la fiesta de los toros y que como tal, es condicionante para encontrar el arte en ella, tanto así, que el torero que pretenda crear arte, tendrá que moverse en dirección contraria a la que su instinto le sugiere, pero siempre, siempre, respetando al toro, porque cuando al toro se le pierde el respeto, la fiesta pierde su sentido y los resultados pueden ser trágicos. 

Hace veinte años, un muchacho de dieciocho que venía cargado de ideales, quizás no encontró de pronto mucho sentido a lo que Andrés García le intentó explicar esa mañana de lunes cuando José Tomás leía el pie de foto de un diario local que señalaba que había impactado por su quietud. Sin embargo, el tener presentes esas palabras dos décadas después demuestra que tenía bien claro que el escuchar y aprender eran herramientas útiles para alcanzar esos ideales. Al menos a mí hoy, eso me queda bien claro.

Se siempre fiel a tus sentimientos, a tus principios...

Uno de los distintivos de José Tomás durante su carrera ha sido la independencia con la que se ha manejado. No se conduce con metas cuantitativas, sino cualitativas y esa es una cuestión que en estos tiempos que corren causa enormes quebraderos de cabeza a quienes difunden, estudian y promueven las cosas de los toros debido a que hacia las masas, la cantidad prima sobre la calidad. Hoy ya no cuenta tanto en donde se torea, sino cuanto se torea. Y la mayoría cifra su valuación de torero en ese baremo de cantidad. 

José Tomás, siguiendo esa línea de fidelidad a lo que siente, a lo que considera los cimientos de su ser y de su estar en la vida y en el toreo, ha preferido mantener una línea de actuación en donde la calidad sea primero y la cantidad lo que menos tenga que ver. Eso no le ha granjeado amistades precisamente en lo que Antonio Díaz – Cañabate llamara en su día el planeta de los toros, pero precisamente ese no dejarse llevar por los poderes que manejan al mundo del toro – otra recomendación o consejo de El Cholula – es lo que le ha dado ese halo de autenticidad que cautiva y que le hace ser único.

Andrés García El Cholula

Me cuenta el memorioso – y mejor amigo –, don Gustavo de Alba que Andrés García El Cholula, fue un comerciante en chiles secos, granos y semillas – y una especie de enólogo amateur en la trastienda de su bar Las Vegas, ubicado en la segunda calle del 5 de Mayo de esta ciudad, entre Rivero y Gutiérrez y Unión – que formó parte de una tertulia integrada entre otros por Héctor de Granada padre, novillero retirado y al paso del tiempo, gerente de la empresa taurina de Aguascalientes; Melesio González, empresario de boxeo y lucha libre, amigo del que fuera campeón mexicano de peso ligero Bernabé Babe Vázquez, quien también participaba en el grupo en sus visitas a Aguascalientes; Alfonso Pedroza La Gripa y Arturo Muñoz La Chicha, banderilleros retirados; José Luis Ornelas, novillero retirado y hoy en día, corresponsal de un diario capitalino; Francisco Iriarte El Buchacón; Andrés Díaz El Picorete, novillero retirado; el abogado Manuel de Alba; Jesús Chito Ponce; Alejandro Cervantes La Santa, mozo de estoques del matador Rafael Rodríguez, quien ocasionalmente se unía al grupo y Felipe García Felipillo, también ayuda del Volcán de Aguascalientes entre los más notables.

En esa especie de academia cafeinómana es probable que El Cholula haya abrevado los principios que le transmitió a José Tomás esa mañana del 28 de febrero de hace 20 años.

Transparencia ante todo

Hace algo más de cuatro años, escribía a propósito de la presentación de las actividades Fundación José Tomás en Aguascalientes que tras de conversar brevemente con el torero sus intenciones revelaban transparencia y sinceridad en sus propósitos. Hoy, sin cruzar una palabra con él puedo afirmar que nada de mi apreciación ha cambiado. Al contrario, se ha reforzado al escuchar las líneas que rigen su actuación dentro y fuera de los ruedos y al contrastarlas – de memoria – con los hechos de su historia.

La presentación de la versión mexicana de Diálogo con Navegante es una de esas a las que da gusto haber asistido, de las que se lamentaría uno no haber asistido y de las que hablará uno mucho después de haber asistido. Sin duda, uno de los grandes hitos de este muy taurino año 2014.

El vídeo

El vídeo con la alocución completa de José Tomás lo pueden ver en esta ubicación. Dura algo más de seis minutos.

domingo, 20 de abril de 2014

Abril de 1974: La última Feria en la Plaza San Marcos

Plaza de Toros San Marcos
Desde el 24 de abril de 1896 y con la única salvedad del año de 1947 – asunto del que ya me había ocupado aquí y aquí – la Feria de San Marcos celebraba sus festejos taurinos en la plaza de toros San Marcos, cuando menos el día del santo patrono.

Mañana lunes se cumplen 40 años de que por última ocasión, el coso de la calle de la Democracia fuera el escenario de la vertiente taurómaca de nuestra verbena abrileña. Tres años antes, con la introducción del modelo de feria a la española – otro asunto ya tratado por aquí – por don Guillermo González Muñoz, se aumentó el número de festejos, que originalmente oscilaba entre dos y tres para pasar a cerca de la decena y se comenzó a presentar en los carteles a las ganaderías y toreros más importantes del momento. También se instaló un nuevo y eficiente sistema de alumbrado en la plaza que facilitó el ofrecer corridas nocturnas en los días laborables y así los seriales no se circunscribían a los días inhábiles o de fin de semana, propiciando siempre buenas entradas.

Lo atractivo de los carteles ofrecidos y la facilidad de acudir a la plaza aún entre semana después del trabajo, sumado a un apresurado crecimiento de la ciudad, pronto demostró que las cuatro mil localidades plaza de toros San Marcos eran escasas para albergar una feria taurina de las proporciones de lo que se venía proponiendo desde 1971. Es por ello que el Gobierno del Estado inició la edificación de otro coso que inicialmente tendría el doble de la capacidad de la plaza que 78 años antes inaugurara Juan Jiménez Ecijano. Esa nueva plaza estaría en condiciones de funcionar al final de ese año de 1974 y consecuentemente, de dar cabida a los festejos feriales a partir de abril de 1975.

El serial sanmarqueño de hace 40 años constó de 9 corridas de toros y una novillada, en las que aparte del hito que la feria en sí propiamente representó, ocurrieron algunos otros en particular que forman ya parte de la historia de la ya centenaria plaza y de la del toreo en Aguascalientes.

Los festejos de ese serial fueron como sigue:

El domingo 21 de abril se abrió la feria con un encierro del ingeniero Mariano Ramírez para Eloy Cavazos, Antonio Lomelín y Curro Rivera y la nota aguda la dio el valentísimo diestro de Acapulco, quien cortó el rabo al quinto de la tarde Carcelero.

Al día siguiente, 22 de abril, por la noche, se marcó el primero de los hitos particulares a los que hacía referencia. Por primera vez en nuestra feria se daba una corrida de rejones. Se lidiaron 5 toros de El Rocío y uno de Las Huertas, para los caballeros en plaza Gastón Santos, Pedro Louceiro, Felipe Zambrano y Jorge Hernández Andrés. Todos cortaron orejas y el caballo Triunfador de Gastón Santos, resultó gravemente herido. De este festejo me ocupé en este otro espacio de esta Aldea.

El martes 23 de abril, también por la noche, los toros fueron de Gustavo Álvarez y hermanos para Manolo Martínez, Eloy Cavazos y Mariano Ramos. Un encierro complicado que solamente permitió a Cavazos cortar una oreja al corrido en quinto lugar.

La noche del miércoles 24 de abril ocurrió el señalamiento de otro hito particular. Con toros de Suárez del Real actuaron Manolo Martínez, Mariano Ramos y José Manuel Montes, que recibió la alternativa. La de José Manuel es la última alternativa que se ha concedido en el coso de la calle de la Democracia y fue con el toro Mandarín, primero del encierro corrido esa noche. Al final de su actuación, se pidió la oreja para el toricantano, misma que el Juez de Plaza, don Jesús Gómez Medina se negó a otorgar y ocurrió que, el asesor de él, don Arturo Muñoz Nájera La Chicha, sacó su pañuelo y lo otorgó, por considerar demasiado estricta la actitud de quien presidía el festejo. Por su parte, Mariano Ramos cortó las dos orejas del quinto de la noche.

El 25 de abril, jueves, se celebró con festejo nocturno. El encierro anunciado fue de Piedras Negras para Jesús Delgadillo El Estudiante, Antonio Lomelín y Curro Rivera. La corrida fue muy accidentada. Los toros de Piedras Negras acusaron, nada más salir de los toriles, una debilidad inusual que no les permitía desplazarse por el ruedo y a más de alguno se le tuvo que apuntillar sin ser lidiado porque una vez que rodaba por la arena no había manera de volver a ponerlo en pie. El ganadero Raúl González y González subió al palco de la autoridad y tomó el micrófono del sonido local para denunciar públicamente que sus toros habían sido drogados en los chiqueros de la plaza, pero no pudo evitar ser multado. Al final se lidió uno solo de los toros anunciados originalmente, junto con 4 de Suárez del Real y uno de Gustavo Álvarez y hermanos. Por supuesto ninguno de los alternantes pudo lucir.

El viernes 26 de abril, también por la noche, se lidió un encierro de Las Huertas y para disputarse el Escapulario de Oro de San Marcos, se anunció originalmente a Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Antonio Lomelín, Curro Rivera y Mariano Ramos. El sexto puesto estaba en disputa para un torero de Aguascalientes, es decir que el que triunfara entre Jesús Delgadillo El Estudiante y el recién doctorado José Manuel Montes, ocuparían esa plaza. Pero ni disputa hubo. La noche del 24 de abril, tras de la actuación en la corrida de su alternativa, se anunció que sería José Manuel quién ocuparía ese lugar, aún pendiente la actuación de El Estudiante. Sin cortar orejas por sus fallos a espadas, Mariano Ramos se llevó el trofeo en disputa.

El sábado 27 de abril, ya por la tarde, con toros de Valparaíso, actuaron mano a mano Manolo Martínez y Eloy Cavazos en lo que se consideró el cartel estelar de la feria. Manolo le cortó una oreja al que abrió plaza y las dos y el rabo a Fundador, quinto de la tarde. Eloy Cavazos por su parte, se llevó el rabo del segundo de la jornada en la espuerta.

La tarde del domingo 28 de abril los toros fueron de don Jesús Cabrera y el mano a mano entre Curro Rivera y Mariano Ramos. Curro le cortó el rabo al que abrió plaza y superó lo hecho todavía al cortarle el rabo al tercero Gallardo. Mariano Ramos por su parte, se fue con las dos orejas de Jacalero, segundo de la tarde en la espuerta.

La tarde del miércoles primero de mayo se celebró la última corrida de la feria. Los toros fueron de Guadalupe Medina y se enfrentaron a ellos el rejoneador Felipe Zambrano, Alfonso Ramírez Calesero Chico, Ernesto San Román El Queretano y Rafael Gil Rafaelillo. La corrida fue escasa de fuerza, pero el rejoneador le cortó una oreja al toro que abrió plaza y Rafaelillo tiene el honor de ser el último matador de toros que cortó una oreja en una corrida de feria celebrada en la plaza de toros San Marcos. El Queretano por su parte, resulta ser el último matador de toros herido en una corrida de feria en el mismo ruedo, pues se llevó una cornada en la axila por el segundo de su lote.

La feria concluyó el domingo 5 de mayo con la tradicional novillada de feria en la que se disputaba el trofeo Cristo Negro del Encino. Los novillos fueron de Garabato para José Antonio Picazo El Zotoluco, Alfredo Gómez El Brillante y Rafael Íñiguez El Rivereño. Al final el ganador del trofeo fue José Antonio Picazo.

Ese fue el transcurrir de nuestra feria hace cuatro décadas. En algunos calendarios posteriores la plaza se volvió a abrir para dar alguna novillada en la feria por empresas diversas a las que organizaban las corridas y con resultados poco halagadores en la organización, en lo artístico y en lo económico. 

La última vez que se ofreció en la San Marcos una corrida de feria fue el 24 de abril de 1996 para conmemorar el centenario de la inauguración de la plaza.

sábado, 22 de febrero de 2014

Parada forzosa (II)

De nueva cuenta una circunstancia personalísima me vuelve a empujar a hacer un alto en el camino iniciado aquí hace ya algo más de cinco en estas virtuales páginas. No es que se me haya secado el seso, o que se me haya acabado la afición, la voluntad o las cosas para contar aquí. Es simplemente que se me ha recomendado parar un poco.

Espero estar de vuelta en unas cuantas semanas. Les agradezco su atención a lo que yo pueda o quiera expresar por aquí.

domingo, 16 de febrero de 2014

Postdata

Plaza Monumental de Sevilla
El único vestigio
Durante los últimos siete días continué dando vueltas a lo que dejé aquí publicado la pasada semana. Algo no me cuadraba y al volver sobre el tema, de pronto me vino a la memoria el recuerdo de aquellos sucesos que se dieron en el tránsito de la primera a la segunda década del siglo XX, cuando José Gómez Ortega Gallito, proclamado El Rey de los Toreros, tuvo sus diferendos con la administración – empresa – y con la propiedad de la Plaza de Toros de la Maestranza de Sevilla.

Gallito en su día no exigió de manera absurda que los propietarios del coso echaran o pusieran a tal o cual empresario a manejarlo. Antes mejor, consiguió inversionista – José Julio Lissén Hidalgo –, terrenos y puso también sus cuartos para construir una plaza de toros en la cual pudiera lucir su arte – y su ciencia – para los más. Pero en el tiempo que esa nueva plaza de toros estuvo en proceso de construcción, no se alejó de la Maestranza, siguió acudiendo a ella, pues reconocía que su compromiso primero era con la afición. 

La nueva plaza de toros fue la Monumental de San Bernardo, obra que quedó inconclusa en sus propósitos por los sucesos de Talavera de la Reina y por la deliberada incuria a la que fue abandonada por aquellos interesados en evitar su florecimiento y permanencia, tanto física como en la memoria histórica de Sevilla.

Este recuerdo me lleva a preguntarme si hoy, a casi un siglo de distancia, la Versión 2014 de los Fabulosos Hombres G está tan descontenta con lo que en la Maestranza sucede y tiene tanta urgencia o deseo de torear en Sevilla, como para abordar una empresa como la que Gallito inició en el primer cuarto del pasado siglo.

De acuerdo con lo que se oye y se lee, los cinco inconformes cuentan con los posibles para costear la edificación de un escenario adecuado – quizás hasta cubierto y multiusos, para hacerlo de una máxima rentabilidad – y si Sevilla es la manzana de la discordia, quizás pudiera levantarse, no en el término municipal de la capital andaluza, pero sí en alguno de los otros municipios colindantes y conurbados como Alcalá de Guadaira, Tomares, Camas o quizás en la misma Puebla del Río, como punto de inicio de una campaña renovadora de la manera de hacer fiesta” y de homenaje al autor intelectual de este intento de coup d’etat – hasta ahora fallido – abrileño.

Con esa casa propia, nadie impondría condiciones a los chicos G y ellos podrían poner en práctica todas las reivindicaciones que reclaman y demostrar a tirios y troyanos cuál es la realidad que debe imperar en la Fiesta en este nuevo siglo.

Pero aquí es que me surge otra interrogante: ¿Tendrán los G – 5 el suficiente tirón para emprender exitosamente una empresa de esa envergadura? De esto no puedo, ni quiero barruntar una respuesta. Lo único que creo al respecto es que resulta más cómodo exigir y criticar a los demás sin ponerse en los zapatos del de enfrente.

¿O será que no lo piensan emprender por temor a que de su inversión quede como recuerdo únicamente un pedazo de un muro?

domingo, 9 de febrero de 2014

¡Qué se vayan! (II)

Rasgarse las vestiduras

En las últimas semanas muchos se rasgan las vestiduras por los acontecimientos previos a la Feria de Sevilla. El más destacado quizás es la proclama del hoy llamado G – 5 en el sentido de que no volverán a poner un pie en la Plaza de Toros de la Maestranza en tanto la actual empresa – Pagés – se siga encargando de su gestión.

La mayoría de sus comentarios se han decantado por señalar que la Feria de Abril hispalense, sin el concurso de esos cinco notables se irá por el despeñadero, que perderá su categoría, que dejará huérfana a la afición y alguno, palabras más o palabras menos, ha dado paso a aquella sentencia pronunciada por Guerrita a la muerte de Gallito: se acabó el toreo, nada menos.

Creo que la realidad es bien diferente. Con un océano de por medio, pero con los libros de la historia en la mano, puedo afirmar que esta no es la primera vez – y tampoco será la última – en la que los más conspicuos miembros del escalafón de matadores de toros dejen de comparecer específicamente a la Feria sevillana.

En cada caso anterior las causas de esas incomparecencias fueron individuales y diversas – nunca el producto de una extorsión colectiva como ahora – y oscilaron entre los desarreglos en materia de dineros y la falta de coincidencia en fechas, alternantes o toros a lidiar, cuestiones que son de todos los días en la organización de festejos taurinos. Debo señalar que en ninguna de estas ocasiones anteriores, hasta donde pude obtener información, se alzaron las voces al tono y con la violencia con que hoy se elevan por la unilateralmente anunciada ausencia de esos cinco diestros.

¿Qué sucedió en esas oportunidades anteriores? Tomo como ejemplo la Feria de Abril de 1989, en la que se quedaron fuera José Mari Manzanares, José Ortega Cano, Roberto Domínguez y Juan Mora, un número similar de figuras a las que en este calendario abdican a comparecer al coso del Arenal.

Ese ciclo se dio con un número de doce festejos, incluido el del añorado lunes de resaca y aunque se otorgaron pocos trofeos – retazos de toro al fin –, Espartaco ratificó su posición de cabeza del escalafón; se recuperó un torero de corte y aroma clásico como José Luis Parada; Manili demostró en las duras que lo del año anterior no había sido casualidad; Julio Robles realizó el toreo eterno, es decir el puro y clásico y Curro Romero y Rafael de Paula dejaron, como cada año, alguna pincelada onírica en el albero de la Maestranza.

Visto así, ni la Feria del 89 resultó un fracaso, ni el toreo se acabó por las ausencias comentadas, ni los maestrantes echaron a Pagés y al año siguiente, los ausentes volvieron cual hijos pródigos a una Feria que, querámoslo o no, da y quita.

Yo, mi, me, conmigo…

El problema de estos tiempos que corren, es que más que pensar en sacar adelante a la Fiesta, cada uno de sus actores piensa en la manera de sacar adelante sus particulares intereses. Hay un discurso permanente en ellos en el sentido de que se debe defender al la fiesta. La pregunta que yo hago ahora es: ¿de quién o de quiénes?

Si los así llamados profesionales actúan desarticuladamente, cada quién tirando por su lado y sin una visión de conjunto hacia una finalidad común, quizá la proclamada defensa debería plantearse hacia el interior, dado que esa actuación descoordinada genera un perverso proceso autodestructivo. En pocas palabras, primero hay que limpiar la casa por dentro, antes de pintar la fachada. Por ello, antes de pensar en defender a la Fiesta de los ataques externos, hay que conseguir una genuina unidad de metas de sus estamentos. Esa es la mejor defensa y la primera que de ella se puede hacer.

Por otra parte, no creo que sea necesario explicar que en los países en los que la Fiesta tiene lugar, se pasa por procesos de crisis económica. En unos está más acentuada que en otros, pero esa crisis golpea y fuerte a todos los sectores de la Fiesta. En situaciones críticas, generalmente se piensa primero en la sobrevivencia y después en el superávit. Esa sería la situación ideal, pero en la actualidad cada parte interesada cree que su parcela es la única que importa y pretende llevarse la mayor parte del producto, sin importarle la suerte de las demás. Allí es cuando surgen los conflictos, como el que me lleva a escribir esto.

La solidaridad profesional – de todos los estamentos – es fundamental en estos tiempos. Ninguno de ellos por sí solo es suficiente para que la Fiesta subsista. Quizás el más maltratado y ninguneado por la crítica situación que hoy se vive es el de los ganaderos y paradójicamente ellos son el eje de todo esto, pues sin toro, no hay Fiesta. Creo entonces que equilibrar pretensiones y adecuarlas a los momentos que se viven, es fundamental.

Nadie debe olvidar que al final de cuentas la destinataria de la Fiesta es la afición, que es la que paga por apreciar un espectáculo y el precio que desembolsa resulta proporcional al costo que tiene su organización. Cuando las pretensiones de uno o de varios de los estamentos involucrados se exageran o se salen de la realidad, aparte de impactar directamente a los otros, se trasladan al precio de las entradas que pagan los probables espectadores. Si a eso se suma la monotonía en la que el toreo se ha sumergido en los últimos tiempos, caeremos en la cuenta de que el único resultado previsible es que la gente se vaya de las plazas.

¿Se quiere defender a la Fiesta? Pues entonces, los estamentos de ella deben caminar en la misma dirección, mirar por los intereses de ella como una sola unidad y evitar siempre atender a los propios como primordiales. No veo otra solución posible.

Al final, la Feria de Abril de Sevilla de este año se va a celebrar sin el concurso de la Versión 2014 de los Fabulosos Hombres G. Seguramente algunos toreros serán sacados del ostracismo y otros jóvenes recibirán una verdadera oportunidad en una Feria de importancia. Algunos de ellos demostrarán que son recuperables y darán variedad a la temporada española que ayer arrancó en Valdemorillo. Además, esto quizás sirva de lección y comience a desbaratar la costumbre de hacer las ferias desde principios de año, para esperar a que vayan surgiendo los triunfadores sorpresa de las primeras ferias para dar variedad y novedad a las siguientes. Al tiempo.

Coda… y con mariachi

Al socaire de todo este culebrón, dos periodistas, uno en España y otro en México – José Antonio del Moral y Leonardo Páez – difundieron la especie de que don Alberto Bailleres había hecho una oferta para quedarse con el manejo de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

El tono de Del Moral fue despectivo y chauvinista y el de Páez, crítico, calificó como rácana la administración que hace de las diez plazas de toros – ocho de su propiedad – que opera en nuestra República a través de Espectáculos Taurinos de México.

La noticia relativa a la oferta resulta a mi parecer un auténtico y malintencionado bulo. Don Alberto Bailleres frisa ya los ochenta años de edad y aunque se mantiene al frente de sus negocios y conserva su afición a los toros, arrancar en estos tiempos una empresa como de de manejar la Plaza de Toros de Sevilla no resulta congruente, ni lógico.

Además del accidente meramente demográfico mencionado antes, veo un obstáculo jurídico que me parece insalvable y es la relación contractual que existe entre la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Empresa Pagés. El Principio General del Derecho contenido en el aforismo pacta sunt servanda implicaría para ambas partes el que ese contrato debe ser cumplido a cabalidad antes de pensar siquiera en celebrar uno nuevo.  En los días en los que se celebró no se hablaba siquiera de cláusulas de confidencialidad como en la actualidad, sin embargo, ambas partes, mediante un pacto de caballeros, han optado por no dar a conocer ni los términos, ni la vigencia del actual contrato, por lo que nadie ajeno a las partes del mismo tiene la certeza del momento en el que sea posible celebrar uno nuevo sin pagar indemnizaciones millonarias por incumplir o rescindir el anterior. Y lo que se diga en contrario es especulación pura y dura.

Por último, considero que en una contratación de esa envergadura, tanto la Maestranza como corporación, como la Empresa Pagés se habrán protegido con una serie de derechos de preferencia y cláusulas de prórroga o cuestiones similares, de modo tal que llegado el contrato a su término, pudieran asegurarse la continuación de la relación por otro plazo largo sin mayores contratiempos. Aclaro que esto es también una especulación de mi parte.

Entonces, lo de don Alberto Bailleres en Sevilla no creo que se de más que en el tendido, disfrutando de los festejos de la feria abrileña, siempre y cuando decida no asistir a los él que ofrece en su Plaza de Toros Monumental Aguascalientes.

Aldeanos