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domingo, 21 de julio de 2013

22 de julio de 1979: César Pastor recibe la alternativa en Marbella

César Pastor

El anuncio de la alternativa
de César Pastor
Rogelio César Guedimin Victoria nace en la Capital de la República el 7 de mayo de 1958. Al igual que su padre y sus hermanos dedicados a las cosas del toro, deja para otras causas los apellidos paterno y materno y adopta el alias taurino que ya distingue a los de su casa, para anunciarse en los carteles como César Pastor.

Inicia su andar como novillero el 5 de junio de 1978 en Francia, aunque la mayor parte de ese tiempo se preparó en el campo bravo para obtener el oficio necesario que le permitiera iniciar una campaña formal en su tierra y así, se presenta en la Plaza México el 1º de octubre de 1978 alternando con Luis Miguel Chávez y Felipe González para lidiar novillos de Santa Marta. Su actuación le reditúa la vuelta al ruedo al finalizar la lidia del segundo de la tarde y se gana la repetición para el domingo siguiente, para lidiar junto con Felipe González y José Luis Ortega novillos tlaxcaltecas de Manuel de Haro. Esta fue la tarde en la que el monosabio Rafael Domínguez Gamucita fuera mortalmente herido por Minuto, sexto novillo de la lluviosa tarde, que al saltar al callejón prendió al monosabio y le infirió una cornada que terminó con su vida en la enfermería de la plaza la madrugada siguiente.

El 3 de diciembre de ese mismo año participará junto a Martín Agüero, Ángel Majano, Alfonso Hernández El Algabeño, El Pana y Félix Briones en la disputa del Estoque de Plata. Los novillos fueron de San Marcos y por fallos con la espada solo se lleva una cerrada ovación. Al final de este tipo de festejos, la costumbre era que se presentara a la concurrencia unos carteles con los nombres de los alternantes, a efecto de que por aclamación se determinara al ganador del trofeo en disputa. Era claro que sobre los demás, había dos toreros en el ánimo de la gente; César y El Pana. Las pasiones se desbordaron y convirtieron la premiación en un auténtico herradero, por lo que la Asociación de Matadores en primera instancia determinó declarar desierto el argentino alfanje. Posteriormente se rectificó la decisión y en un acto de estricta justicia, posteriormente se entregó el trofeo a César Pastor, quien lo ganó a ley.

Las pasiones fuera de cauce motivaron que para el siguiente domingo – 10 de diciembre –, la empresa ofreciera un mano a mano entre César y El Pana. Los novillos fueron de Begoña y aunque César cortó dos orejas a Confiado, cuarto de la tarde; El Pana logró el indulto del segundo de su lote – Cariñoso –, lo que dejó dispuestas las cosas para que el siguiente domingo se repitiera el cartel de toreros, quienes despacharon una complicada novillada de Campo Alegre, haciendo efectivo aquello de las segundas partes.

El 6 de mayo de 1979 se presenta en Sevilla, alternando con Fernando Vera y Mario Triana y corta la oreja de uno de los novillos de los Hermanos Sampedro que le tocaron en suerte. El 17 de junio siguiente se presenta en Madrid, alternando con el francés Patrick Varin y el sevillano Mario Triana en la lidia de novillos de Rocío de la Cámara y demuestra estar listo para dar el paso que le convierta en matador de toros.

La alternativa

Para el 22 de julio de 1979 es que se anuncia su alternativa en la plaza de Marbella. Rafael de Paula oficiaría como padrino y Paquirri como testigo. La crónica de la corrida publicada en el diario ABC de Sevilla del 24 de ese mes, fue firmada por Gonzalo Fausto y de ella, recojo lo siguiente:
El domingo, en Nueva Andalucía. El mexicano César Pastor recibió la alternativa. Paula, con el peor lote, fue abroncado y Paquirri cortó cuatro orejas. Buena entrada, pero sin llegar, ni mucho menos, al lleno. El coso tiene mucho aforo y asomaban toneladas de cemento. Plaza de toros de Nueva Andalucía, próxima a Marbella, ahora llamada plaza de toros Puerto Banús… El joven mexicano César Pastor, se convirtió en doctor en tauromaquia. Gustó, porque supo dominar el natural nerviosismo, trascendencia, responsabilidad de la alternativa y estuvo aseado, valiente y tesonero. Vistió de grana y oro, y el nuevo terno terminó roto, a consecuencia de las aparatosas cogidas sufridas. Al dar una media para cerrar una serie de verónicas a su primero, fue volteado, afortunadamente sin consecuencias. El azteca clavó tres pares de banderillas. Alargó demasiado – en su afán de agradar – la faena de muleta al toro de la ceremonia. Pinchazo y media que basta. Fue aplaudido y dio la vuelta al ruedo. En su segundo, que brindó a Antonio Ordóñez, estuvo muy bien. Comenzó con pases de rodilla al filo de las tablas. Midió la duración de la faena. Pinchó dos veces en hueso y estocada. Oreja y vuelta al ruedo.
César Pastor recibe la alternativa de manos
de Rafael de Paula
Foto cortesía del blog Toreros Mexicanos
El toro de la ceremonia se llamó Soñador y esa tarde Rafael de Paula fue abroncado por lo que fue interpretado como una actitud indolente de su parte – aunque la crónica dice que sus toros fueron el peor lote de la corrida – y refiere que se escuchó este grito desde los tendidos: «Paula, ¿es que no puedes ni con las “peritas en dulce” de los carlosnuñez?». Por su parte, Paquirri se alzó como el gran triunfador al cortar cuatro orejas y salir en hombros de la plaza.

Confirmó su alternativa el 22 de diciembre de 1979 en la Plaza México, de manos de Curro Rivera y ante el testimonio de Manolo Arruza, lidiando la terna toros de Campo Alegre – el toro de la ceremonia fue Serenito – y el día de San Isidro de 1982, hizo lo propio en Madrid, de manos de José Fuentes y con Francisco Ruiz Miguel de testigo. El toro de la ceremonia se llamó Pelele y fue del hierro de Francisco Martínez Benavides.

César Pastor se fue de los ruedos en Aguascalientes el 3 de mayo de 1998, después de que las empresas, con su actitud, le dijeron que era un torero que no les interesaba. Esa tarde cortó dos orejas y la impresión que causó fue la siguiente:
El quinto de la tarde, herrado con el número 125, de nombre “Zapatito” y con 488 kilogramos fue el toro de la despedida para César Pastor. El diestro salió a entregarse desde el inicio para recibirlo con dos largas cambiadas pegado a las tablas, posteriormente lanceó a la verónica cargando la suerte. Su enemigo cumplió en varas y Pastor, tras hacer un quite por chicuelinas, se decidió a cubrir el tercio de banderillas... Tras brindar la faena al público el torero hizo un segundo brindis a sus pequeños hijos a quienes entregó la montera. Aprovechó el buen estilo del toro para templar sus embestidas, por ambos lados teniendo de fondo “Pelea de Gallos”. Antes de entrar a matar escuchó “Las Golondrinas” y tras dejar una estocada entera y desprendida, las lágrimas rodaron por sus mejillas. En los tendidos surgió una manta que decía “César, torero honesto, la fiesta te necesita ¡quédate!”… La autoridad concedió las dos orejas y Víctor, hermano del diestro, fue el encargado de retirarle la coleta, misma que César entregó a sus hijos entre la ovación general.
César Pastor retornó a los ruedos el 22 de abril de 2007, para alternar en Mexicali con El Pana y Manolo Arruza en la lidia de toros de Jaral de Peñas. La corrida trascendió por la grave cornada sufrida por el banderillero Pepe Luna, de quien se dijo, había muerto en la plaza, sin que fuera cierto. Al final, lo más torero de la sesión fue la actuación de César Pastor, quien tras de esa tarde, no ha vuelto a vestirse de luces.

Otras informaciones de la fecha

La tarde de la alternativa de César Pastor fue una de acontecimientos importantes en las plazas de España. En el Puerto de Santa María, Paco Ojeda recibía la alternativa, con toros de los Herederos de Carlos Núñez de manos de El Viti y llevando como testigo a José Luis Galloso. También con toros de Núñez, El Cordobés reaparecía en solitario en Benidorm cortando la friolera de cinco orejas y un rabo.

En los hechos por venir, se anunciaban dos mixtas en Madrid, para 25 y 29 de julio, con Andrés Torres El Monaguillo y Bartolomé Sánchez Simón con toros de García Romero y dos novillos de Juan Mari Pérez Tabernero para la torera Maribel Atiénzar. La segunda sería con toros de Arcadio Albarrán, luego sustituidos por un encierro del Marqués de Villagodio para Juan Antonio Alcoba Macareno y Sánchez Cáceres que confirmaba y dos novillos de Peralta para Maribel Atiénzar y también se daba a conocer que la alternativa de Espartaco se programaba para el 2 de agosto en Huelva, de manos de El Cordobés.

En la actualidad, César Pastor se dedica a formar toreros y a guiar la carrera de su hijo José María, quien se prepara para iniciar su carrera en los ruedos como novillero.

lunes, 29 de abril de 2013

Tal día como hoy: 1978. Molinero, un gran toro de Tequisquiapan


Para la antepenúltima corrida de la Feria, Mariano Ramos encabezaba un cartel que presentaba como atractivo adicional el hecho de que en el ruedo de la Plaza Monumental Aguascalientes se concedería una alternativa. El toricantano sería el capitalino Jesús Salazar, un torero que como su padrino de alternativa, era practicante del llamado deporte nacional, la charrería y durante la temporada novilleril anterior en la Plaza México, había mostrado un estilo sobrio y de poderío hacia los toros. La terna era completada por un diestro colombiano anunciado como as, Juan Gómez, desconocido para nuestra afición y que representaba una verdadera incógnita para todos. 

Pero la atención la cautivó desde el inicio el bien presentado encierro que envió para la ocasión don Fernando de la Mora Madaleno, que llenaba los corrales de la Monumental por su trapío. Entre todos, destacaba el número 378, negro de pinta y llamado Molinero por su criador. Varias fotografías del toro se publicaron en los diarios de los días anteriores de ese toro y de otros varios que formaron el lote, pasando a ser así el encierro de Tequisquiapan el mayor atractivo de la tarde.

La crónica de don Jesús Gómez Medina destaca entre otras cosas lo siguiente:

Molinero, ¡Qué gran toro de Tequisquiapan!... La séptima corrida de feria hubiera carecido de relieve y se habría señalado por su intrascendencia, si no se hubiese lidiado en ella ese tercer toro de Tequisquiapan... Se llamó “Molinero”, estuvo marcado con el número 378; un bicho negro, largo, enmorrillado, bien puesto de defensas. ¡Un toro – porque eso fue – de lucida presencia!... Y particularmente resultó bravo, embistiendo de principio a fin; aceptó dos puyazos fuertes, recargando; nobilísimo, de exquisito estilo – no llegó a tirar una cornada –; con un son, con un temple delicioso en su acometida. Era, en suma, un toro para una faena de consagración... Infortunadamente correspondió al debutante Juan Gómez, torero colombiano de raquítico arte y que, al parecer se encuentra fuera de forma; el cual con todo su valor y toda su voluntad en juego, de todas formas rayó muy por abajo de las condiciones singulares de “Molinero”. Tan solo de forma intermitente logró Gómez acoplar el ritmo de su toreo a la diáfana y sedeña embestida del de Tequisquiapan: producíase entonces un pase de mejores características que el reducido cónclave coreaba con entusiasmo; mas tornaban a continuación los desaciertos y flaquezas y la faena se frustraba. Y como “Molinero”, mientras tanto, proseguía embistiendo deliciosamente, surgieron los gritos de ¡toro!... ¡toro!, el colombiano requirió de dos pinchazos y una honda delantera para despenarlo y vino entonces el gran momento para don Fernando de la Mora; paseo lento en torno a la gran barrera para los despojos de “Molinero” y vuelta triunfal también para el escrupuloso ganadero queretano...

Respecto de la alternativa de Jesús Salazar y el juego en conjunto de los toros agrega:

Ha sido la de Jesús Salazar una alternativa más, la enésima de las que a últimas fechas se vienen otorgando. Y tan injustificada, tan inmerecida como todas ellas. Porque una alternativa no se da: se gana... De la actuación del flamante doctor tan solo cabría destacar un quite por ceñidas tapatías en el primero. Mariano Ramos hizo la cesión simbólica de trastos, acto que, sin embargo, no tuvo virtud suficiente para hacer de Salazar un verdadero matador de toros, pues lució muy poco al pasar de muleta a este enemigo y al sexto. Además, al de la alternativa lo pinchó repetidas veces... Nota final... El encierro de Tequisquiapan, mejor presentado y con más respeto que varios de los lidiados en anteriores festejos. Y un toro estupendo: "Molinero"; y otro también bueno el berrendo de Mariano Ramos. Además, todos pelearon con bravura con los montados...

Así fue el desenlace de una tarde en la que el protagonismo corrió totalmente a cuenta de los toros lidiados. 

El festejo de hoy: Reses de Begoña para Juan Pablo Sánchez, Arturo Saldívar y Diego Silveti.

domingo, 10 de marzo de 2013

8 de marzo de 1953: Antoñete recibe la alternativa en Castellón

Antoñete en Caracas, con un toro mexicano de
don Manuel de Haro (Cª 1977)
El pasado viernes se cumplieron 60 años de que Antonio Chenel Antoñete fuera investido como matador de toros por Julio Aparicio en la Feria de la Magdalena de Castellón de la Plana, otorgándole una dignidad que llevó por los ruedos del mundo durante casi medio siglo, proclamando siempre una tauromaquia pura, ejemplar y modélica que a despecho del así llamado cambio de los tiempos, nunca perdió su solidez y su aroma.

La de 1953 fue una temporada que inició temprano en el calendario. Ese domingo 8 de marzo aparte de la corrida de Castellón, se dieron dos festejos en Madrid – uno en Las Ventas y otro en La Chata de Carabanchel – y también en Barcelona y Calatayud se celebraron novilladas y la prensa de la época relata el verificativo de una corrida en Casablanca en la que actuó mi compatriota Jesús Córdoba.

Otro aspecto de interés que rodeaba la alternativa de Antoñete es que durante el año de 1952, Antonio Bienvenida había lanzado su campaña contra la manipulación de las astas de los toros – afeitado – y algunos medios de comunicación se habían hecho eco de ella. En el ambiente de esa justa reivindicación, muchas figuras se negaron a alternar con el hijo del Papa Negro, pero al tiempo, al menos en las plazas de más predicamento se comenzaban a ver corridas de mayor arboladura y en apariencia, intactas.

Antoñete contó a Manuel F. Molés lo siguiente:

La gente – rememora Antonio – como si fueran a ver toros contra leones. La campaña contra el afeitado fue de un eco enorme. La verdad es que se afeitaba tanto como se afeita ahora, para las figuras y en las plazas que podían. En las plazas grandes, y sobre todo en las corridas de toreros modestos, el toro salía sin tocar. Pero se formó la mundial y a la postre salió una corrida de Curro Chica, astifina, esaboría, sin clase y con sólo un toro medio bueno al que Aparicio le cortó una oreja. (Antoñete. El Maestro. Pág. 57)

El cartel del 8 de marzo de 1953 en Castellón lo formaron Julio Aparicio, Pedro Martínez Pedrés y Antoñete, que recibiría la alternativa. Los toros serían de los que llevaban en el anca la corona de Braganza, es decir de Curro Chica, de Jerez de la Frontera. El toro de la cesión se llamó Carvajal, número 54, de pelo negro.

Las crónicas del festejo son casi partes informativos de la misma. Tanto la Hoja del Lunes de Madrid del día siguiente de la corrida, como el ABC del 10 de marzo, reproducen la siguiente información generada por la agencia CIFRA:

Castellón de la Plana, 8. – Lleno completo. Toros de Francisco Chica. – Antoñete, que tomaba la alternativa, toreó bien de capa al primero y lo muleteó aceptablemente para una estocada. Se le ovacionó. En el sexto hizo una buena faena, lo despachó de una estocada, un pinchazo y un descabello y fue ovacionado. – Aparicio veroniqueó superiormente al segundo, le hizo una gran faena y lo mató de una estocada. Cortó una oreja. En el otro cumplió con la muleta y acabó con una estocada. – Pedrés muleteó aceptablemente a su primero y lo mató de tres pinchazos y un descabello. En el otro, por el estilo con la muleta, para acabar con media estocada y un descabello. – Pesos: 278, 268, 287, 309, 303 y 286.

Una crónica algo más prolija aparece en el diario que en la fecha se nombraba Nueva España. Diario de Falange Española, Tradicionalista y de las J.O.N.S y que hoy es el Diario del Altoaragón, de Huesca, aparecida al día siguiente de la corrida y que es del tenor siguiente:

Antoñete obtuvo un éxito en Castellón el día de su alternativa. – Castellón de la Plana. Corrida de la Magdalena. Toros de Curro Chica, de Jerez de la Frontera. Alternativa de Antoñete. – Antoñete, en su primero, estuvo valiente y fue ovacionado. A su segundo le hizo una buena faena, acabando de una estocada, pinchazo y descabello. El diestro es despedido con una gran ovación. Aparicio hizo entrega en el primero a Antoñete de los trastos de matar. – Aparicio, en su primero, oyó música en la lidia y se adornó en varios pases de rodillas. Mató de una estocada casi entera y cortó una oreja, aunque el público pedía las dos. Ovación. – A su segundo, Aparicio le hizo una buena faena y lo mató de una casi entera, con derrame. Se lanzó un “capitalista” que fue cogido y recibió una cornada que le produjo destrozos en las partes blandas de la pierna derecha. – Pedrés, en su primero, tiene que salir al quite del “capitalista” que se lanza al ruedo y que después de que se dan dos pases es retirado del ruedo por los peones. El diestro acabó con el toro, después de una faena lucida, de tres pinchazos y descabello; a su segundo enemigo, Pedrés lo toreó por bajo y lo mató de media y descabello.

De la relación que hace J. Lloret, corresponsal del semanario El Ruedo, extraigo lo siguiente:

Dos factores principales contribuyeron al brillante resultado económico de la corrida: el día primaveral que hizo y la propaganda que durante todo el invierno se ha venido haciendo en torno al toro de lidia... En cuanto a peso y edad, vino a Castellón una corrida seria. Pertenecían los toros a la ganadería andaluza de don Francisco de la Chica, y como decimos estuvieron muy bien presentados, ya que dieron un peso en bruto de 501, 516, 530, 557, 549 y 535 kilos, respectivamente, por orden de salida. La corrida no ofreció dificultades para los lidiadores, ya que ninguno de los seis bichos acusó peligro. Cierto que casi todos ellos llegaron muy aplomados al último tercio, pero cúlpese de ello a la poca fuerza que sacaron. Los menos apropiados para el lucimiento fueron los corridos en primero y cuarto lugar, es decir, el toro de la alternativa de Antoñete y el segundo de Julio Aparicio, diestro este último que cortó la única oreja del festejo... Creemos que con Antoñete estamos en presencia de un torero de extraordinarias proporciones, a pesar de que su primera actuación como matador de toros no ha sido muy afortunada. Antoñete es un torero de clase y además lidiador, condición ésta muy interesante si hay que enfrentarse con corridas cuajadas. En su primero se lució en unos lances muy buenos; pero luego los picadores se ensañaron con el bicho y ante la bronca del público el novel matador de toros se desconcertó. En su segundo creímos que iba a llegar la faena grande; pero el toro se vino abajo y el madrileño sólo pudo conseguir unos pases muy buenos con la derecha y dos series de naturales soberbios que ligó con el pase de pecho. Lo que hizo fue de tal calidad que pudo haber cortado la oreja si la estocada no hubiese resultado atravesada...

Entrada a la corrida de la
alternativa de Antoñete
Como podemos ver, el recuento que hace Antoñete en 1996 del resultado de la tarde de su alternativa a través del juego de los toros, no difiere en mucho con lo que las crónicas periodísticas dijeron en su día. Los toros no se prestaron a florituras y los toreros les dieron la lidia que éstos pidieron, siendo reconocidos por ella, pero sin aires de apoteosis. Eran otros tiempos.

Fueron compañeros suyos de quinta entre otros Dámaso Gómez y Manuel Jiménez Chicuelo II y entre los que son o se arraigaron de este lado del mar, Luis Solano, Miguel Ortas y José Zúñiga Joselillo de Colombia y en cuanto a sus actuaciones, siguió a Pedrés que sumó 48; Antonio Ordóñez con 47; César Girón, 41; Jorge Ranchero Aguilar, 39 y Antoñete con 36 al igual que Jumillano, para ser el quinto lugar de su escalafón.

Decía al inicio que Antoñete ejerció su ministerio de matador de toros durante casi medio siglo. Medio siglo en el que vivió con intensidad muchas luces y sombras para escribir una historia con la que, quizás, sin proponérselo, se convirtió en referente de varias generaciones de aficionados y de toreros y con un mérito agregado, atrajo al mundo de la fiesta a personas a las que sin su manera de ser y de ver la vida, quizás no las hubiera interesado en él.

Concluyo esta remembranza con una reflexión de José Carlos Arévalo a propósito de la faena de Antoñete a Atrevido de Osborne en 1966 y que creo que presenta con claridad la manera en la que El Maestro entendía el toreo:

La lidia es un arte de preguntas y respuestas que se hacen mutuamente el torero y el toro. Según este pensamiento, a la par esencial y estratégico, basta para garantizar nuestra atención a la lidia. Toro y torero se niegan en cada embestida y la afirmación de uno supone el fracaso del otro. Solo cuando la conjunción de ambos disuelve (¿o agudiza?) la pugna, el misterio del toro ha sido descubierto y el toreo resplandece. Es mentira, es una superficial tentación platónica creer que la faena ideal cae del cielo, que la regala el toro, que se la regala y nos la regala el torero. Sí así fuera, la lidia carecería de sentido y el arte de torear no justificaría tan paciente espera...
Un interesante documento visual se encuentra en los primeros tres minutos del No – Do del 29 de junio de 1953 (mismo que pueden ver en esta ubicación). No lleva imágenes de la corrida de la alternativa de Antoñete, aunque el cartel de toreros sea el mismo – Aparicio, Pedrés, Antoñete – porque estas corresponden a la Corrida de Beneficencia de ese año. No obstante, nos deja ver lo que sería la primera edad del Torero de Madrid por antonomasia y tener una aproximación a lo que fue la tarde de su alternativa. Los toros fueron de Sánchez Cobaleda.

domingo, 22 de abril de 2012

Tal día como hoy: 1973. En la alternativa de Vito Cavazos, es Curro Rivera el que hace el toreo


El primer toro que se lidiaría en la Feria de San Marcos de 1973 sería un toro de alternativa. El suceso también tendría un dejo de novedad en nuestro ciclo abrileño, pues si bien en el pasado reciente del Coso de la calle de la Democracia se habían celebrado dos ceremonias de investidura de matadores de toros – El lusitano Óscar Rosmano el 29 de noviembre de 1970 y Armando Mora el 28 de marzo de 1971 –, la última que se había celebrado en un festejo sanmarqueño había tenido lugar en 1960, cuando Luis de Seda y Oro elevó a la categoría superior al trianero Rubén Salazar el primero de mayo de ese calendario.

La información previa al festejo, publicada en el diario El Sol del Centro refleja la expectación que producía el serial y en sí el cartel inaugural, tanto por la reaparición de Eloy Cavazos y Curro Rivera, como por la novedad que revestía el investir en la Feria a un nuevo matador de toros, en este caso, David Vito Cavazos. De esa nota, entresaco lo siguiente:

Reaparecen Eloy y Curro y se doctora Vito Cavazos. A guisa de preámbulo de lo que será esta Feria, ya el cartel inicial incluye la actuación de dos de las tres máximas figuras del toreo nacional: Eloy Cavazos, el sensacional pequeño y gran torero de Monterrey; Curro Rivera, el autor de la que fue, indiscutiblemente, la mejor faena en la pasada temporada metropolitana... Y al lado de ambos, compartiendo responsabilidades y disfrutando también, desde hoy, de idéntica jerarquía, Vito Cavazos, que en esta primera corrida alcanza la meta codiciada por cuantos en un día vistieron por vez primera el traje de torear: la alternativa, el doctorado...

Yo asistí a esta corrida. Mis recuerdos se limitan principalmente a los seis toros que se lidiaron en ese festejo al que fui llevado por mi padre. El toro de la ceremonia – un negro listón, al que recuerdo con mucha cara y arrobas – volteó la cara al primer picador y le comenté a mi padre que el toro era manso. En cuanto se colocó de nuevo al toro, este se arrancó de largo, recargando fuerte y metiendo los riñones, propinando un tumbo al piquero y lo que es más, recuerdo que repitió la escena en la siguiente vara. Cuando todo esto sucedió, mi padre me dijo Allí está tu manso, fíjate bien en ese toro, que es muy bravo, porque va a pasar mucho tiempo para que veas otro igual... Al final de la corrida tuve la oportunidad de conocer y felicitar personalmente al Ingeniero Mariano Ramírez, el ganadero de la tarde, quien se encontraba conversando con los matadores retirados Rafael Rodríguez y Humberto Moro y el empresario Guillermo González entre otras personas. No recuerdo la respuesta que me dio don Mariano, pero sí percibí que en ese momento era un hombre inmensamente feliz.

Alguna información más precisa

Para este serial don Jesús Gómez Medina había vuelto a ocupar su cátedra en El Sol del Centro, combinando esa actividad con la Presidencia de los festejos taurinos en la Plaza San Marcos y de su narración de la corrida se desprende con más detalle y precisión lo siguiente:

¡Torear bien!... ¡Torear con arte!... Torear, en suma, como ayer lo hizo con el nobilísimo “Cartujo” del Ing. Mariano Ramírez, Currito Rivera. Feliz conjunción del burel dechado de alegría y excelente estilo, con el torero – torero, con el torero artista.
¡Oh! aquellos naturales cadenciosos, de dilatada trayectoria, ligados a la perfección en el último sitio y culminados, según la ley de toreo rondeño, con el pase de pecho ejecutado al mismo ritmo caricioso de los muletazos precedentes.
Especialmente en la segunda de las dichas series pareció culminar la plasticidad, la hondura y el bien torear. Negreaban las pisadas de “Cartujo” en torno del torero, transformado en epicentro que giraba levemente sobre las plantas, mientras que de su muleta brotaban, como rojas amapolas, la milagrería de aquellos pases naturales, flor de clasicismo, sí; pero nimbados a la vez con la luz iridiscente de un arte juvenil, radioso, alegre...
El toreo es liturgia y rito; pero, también, gallardo desplante, bizarría y alarde jocundo y triunfal.
Más tarde, con la diestra, idéntico derroche de torerismo y de belleza en los derechazos, en los pases circulares, en los molinetes; en toda la gama, en suma, de bien torear a que daba pie la nobleza sin límite y la aterciopelada embestida de “Cartujo”.
A estas alturas, prácticamente las orejas y el rabo estaban ya en las manos de Currito; más precipitóse un tanto éste, llevado sin duda del deseo de acabar cuanto antes; y aunque se fue en corto y por derecho, particularmente la segunda ocasión, pinchó dos veces antes de sepultar hondo el acero, en sitio un tanto trasero... se esfumaron los apéndices; más los aficionados, embriagados todavía de emoción taurina, hicieron a Curro Rivera objeto de una cálida, estentórea ovación, mientras los despojos de “Cartujo” habían desaparecido sin recibir en homenaje de que eran merecedores...

Don Jesús califica la actuación de Eloy Cavazos como integrada por una media faena y la de su hermano David, el toricantano como deslucida. El toro de la alternativa se llamó Esclavino y fue de pelo negro listón.

Algunas reflexiones finales

De la misma crónica de la corrida y a partir del hecho de que don Jesús Gómez Medina estimó en ella que el quinto de la tarde, Cartujo, merecía premio a sus despojos y de otro hecho ocurrido al final de la lidia del cuarto de la tarde, en el sentido de que Alberto Ortiz El Chaval de Orizaba, banderillero de la cuadrilla de Eloy Cavazos ahondara una espada para precipitar la muerte del toro, transcribo lo siguiente:

Se impone concluir esta reseña con algunas consideraciones de carácter netamente personal: ¿por qué el que esto escribe, al actuar como Juez de Plaza, no ordenó los honores que merecían los despojos del estupendo “Cartujo”? ¿Y también por qué no hubo sanción alguna para el Chaval de Orizaba?
En el primer caso, visto el desenlace poco feliz de la gran faena de Curro Rivera y conociendo la índole de los aficionados, juzgué que al tributar un homenaje al astado, aquellos interpretarían que con éste queríase decir que el torero no supo estar a la altura del toro; lo que era inexacto y por tanto, resultaría injusto.
En cuanto a la falta de sanción para el Chaval de Orizaba, que estas líneas sirvan de aviso a él mismo y a otros subalternos, a efecto de que, en los posteriores festejos se abstengan de realizar actos tan rotundamente antitaurinos como el llevado a cabo por dicho banderillero...

El festejo de hoy. 1ª corrida de feria: 2 de Fernando de la Mora para rejones y 4 de Jesús Cabrera para Pablo Hermoso de Mendoza, Rafael Ortega y Alejandro Amaya.

domingo, 7 de agosto de 2011

Una estampa del pasado (VI)

De alternativas, confirmaciones y otras cuestiones (no tan veredes)

El ejemplar de Pan y Toros al que aludo
Durante muchos años las cuestiones relativas a las alternativas y a la antigüedad de los matadores de toros fue una de las zonas grises de la regulación de las fiestas de toros. Es célebre el enfrentamiento que tuvieron sostuvieron Cúchares y El Chiclanero en la Plaza de Madrid por motivos de esa primacía en la actuación en ese ruedo y por consiguiente, en las demás plazas de España. Un interesante desarrollo sobre ese conflicto, lo planteó hace ya un lustro Sota, en la Taurofilia de mi amigo Martín Ruiz Gárate, sitio a donde les invito a dirigir sus pasos para ampliar su visión y conocimiento de ese interesante asunto.

Hace 114 años, en el número 71 del semanario madrileño Pan y Toros, fechado el 8 de agosto de 1897, cuya dirección literaria estaba a cargo de Leopoldo López de Saá y la artística de Emilio Porset, se publicaba un interesante artículo firmado por J. Vázquez acerca del cuestionamiento que se hacía a la alternativa y antigüedad del pundonoroso diestro cordobés Antonio de Dios Moreno Conejito, por el mero hecho de haberla obtenido en la plaza de Linares y no en una plaza de Maestranza o en la misma de Madrid, obligándolo a confirmarla. 

Existe una especie de leyenda, en el sentido de que en realidad, Conejito se negó a recibir de nuevo la alternativa en Madrid por recomendación de su padrino Guerrita, quien se dice le dijo: «Antonio yo te je dao la alternativa y no tienes porque confirmar ná…» Conejito triunfaría ese 11 de julio de 1897, pero a propósito de lo que se consideró un desacato, se libró una gran campaña en contra del diestro y de su padrino, por lo que éste tuvo que acabar confirmando la alternativa de manos de Antonio Moreno Lagartijillo el día 8 de mayo de 1898 con el toro Cartujo de Vicente Martínez.

El artículo al que hago referencia, es en su literalidad, el siguiente:

Datos sobre alternativas
J. Vázquez 
La alternativa, ó mejor dicho, la antigüedad de matador de toros, ¿es válida cuando se adquiere en plaza de provincias, ó solo tiene verdadera validez la que se adquiere en la plaza de toros de esta corte? Esta es toda la cuestión que se viene debatiendo con motivo del asunto del “Conejito”. 
El argumento principal presentado por los defensores del  privilegio á favor de la plaza de Madrid, consiste en decir que todos los diestros han venido aquí á tomar la alternativa, y que es negar la historia de las costumbres taurinas defender que los lidiadores de toros han adquirido en plazas de provincias la antigüedad de tales espadas. 
Si yo demostrase, por lo tanto, que la  plaza de Madrid ha reconocido como matadores de toros á los que con ese carácter adquirido en otras plazas se han presentado en la de Madrid, los partidarios del privilegio tendrán que rendirse á la evidencia, y decir conmigo que la alternativa — según hoy se dice — se adquiere y se concede en las plazas de provincias, aunque no sean de Maestranza. Y reconocido ese derecho,  habrán de convenir  también en que toda la oposición hecha al “Conejito” por creerse matador de toros desde que en Linares alcanzó la antigüedad de espada, ha sido caprichosa é improcedente. 
Si consigo hacer la demostración de lo que dejo consignado, todos los demás argumentos, que fundados en ese principal hacen los mantenedores de la extraña y fantástica teoría del privilegio en este asunto á favor de la plaza de Madrid, caerán deshechos y pulverizados, como edificios faltos de cimientos y levantados sobre movediza arena. 
No quiero ni debo consignar más que aquellos hechos que todo el mundo puede confrontar, y que tienen su fundamento en documentos fehacientes. Los dichos más ó menos agudos, las frases elocuentes, las declamaciones huecas, podrían  deslumbrar, pero no convencerían. Y como deseo llegar al conocimiento de la verdad, examinando los hechos tales como ellos son, y no como yo los quiera pintar, voy á exponer unos cuantos antecedentes; que son decisivos en este asunto.
Nada diré de los años anteriores á 1814, porque cuanto yo dijera, declaro con franqueza que no podría justificarlo. Puede indicarse, sin embargo, como la suposición más racional y más lógica, que Francisco Romero, su hijo Pedro, “Costillares” y otros renombrados diestros del siglo pasado, fueron reconocidos como tales matadores de toros antes de presentarse en la plaza de esta corte.  Si aquí vinieron fue ya con la fama y crédito adquiridos como espadas, sin que aquí hubiera que expedírseles el título que hoy se pretende sea atributo y función privativa de esta plaza. Cualquiera otra suposición no resiste á los más sanos preceptos de la crítica racional. 
Pasemos á relatar los hechos que tienen una comprobación auténtica: 
Antonio Ruíz “Sombrerero” se presentó por primera vez en la plaza de Madrid como  matador de toros el día 7 de octubre de 1816. En el cartel se consignaba que era “nuevo en esta plaza”, y su nombre figura antes que el de Antonio Hernández “Bolero”, á pesar de que éste había estoqueado como espada en Madrid el año 1814, y en algunas corridas de 1815, con Manuel Alonso “Castellano”, Manuel Badén y Juan Núñez “Sentimientos”. Si el “Sombrerero”, nuevo en Madrid el año 1816, figura como más antiguo que el Bolero, ¿no queda reconocida la antigüedad de los matadores  que habían estoqueado en plazas de provincias? 
El cartel de la corrida del día 9 de octubre de 1815 dice: Espadas, Francisco  Herrera, José María Inclán, “nuevo en esta plaza”, y Francisco Hernández “Bolero, que los estoquearán por el orden de su antigüedad”. Inclán, nuevo, torea por delante del “Bolero”, que como queda dicho había estoqueado aquí como tal espada en 1814.
En el cartel anunciando la corrida del día 14 de abril de 1817 se dice: «Espadas, Jerónimo José Cándido, José García Platero, nuevo en esta plaza, y Francisco Hernández Bolero, que los estoquearán por el orden de su antigüedad». ¿Dónde está el privilegio de la plaza de Madrid? 
Para el día 1º de octubre de 1818 se anunció al espada Antonio María Montero “Habanero” como nuevo en esta plaza y acreditado en la de Cádiz y otras principales de Andalucía. O estas frases no indican nada, ó son prueba elocuente del reconocimiento como matador de toros con anterioridad á su venida á esta corte, pues este crédito no puede referirse á la fama alcanzada como picador ó monosabio. El crédito de que aquí se habla es el de matador de toros, adquirido  no en plaza de Maestranza, si no en la de Cádiz y otras principales de Andalucía. 
En el cartel de la corrida del 29 de mayo de 1820, se anunció á Francisco González “Panchón”, nuevo en esta plaza, consignando su nombre antes que el de Badén, el cual con anterioridad había estoqueado en la plaza de Madrid. La frase sacramental, continuamente repetida, «nuevo en esta plaza», solo se aplica en los carteles de aquellos tiempos para los matadores que habían estoqueado en provincias, y no para los que en Madrid habían figurado como sobresalientes ó medios espadas. Nuevo en esta plaza dice el cartel, reconociéndolos por lo tanto el carácter que ya tenían adquirido de matadores de toros. 
Notabilísimo bajo este punto de vista es el cartel en que se anuncia la corrida que había de celebrarse el día 31 de marzo de 1839. Dice así: Espadas: «Juan Pastor, natural de Sevilla, nuevo en esta plaza y que ha trabajado ya con la mayor aceptación en las principales de Andalucía, el cual estoqueará los cuatro  primeros toros. Isidro Santiago y Pedro Párraga, matarán los dos últimos». No llegó á celebrarse esta corrida, siendo suspendida por causa del temporal; pero  consta aprobado el cartel, y de consiguiente para el efecto legal que se discute puede considerarse como celebrada. 
¡Juan Pastor, nuevo en esta plaza, hubiera matado los cuatro primeros bichos, sin otro espada que aquí le hiciera matador de toros! Si la lluvia no lo hubiera impedido, — puesto que fue aprobado el cartel por la autoridad gubernativa — ahí estaría Juan Pastor estoqueando toros sin que nadie le doctorase como matador de toros en esta plaza. ¿Qué indica esto? Lo que dice el cartel; que había trabajado ya con la mayor aceptación en plazas de Andalucía, y que nadie podía despojarle de un derecho allí adquirido. ¿Dónde aparece el tan decantado privilegio de que esta plaza sea la única que reparta ejecutorias de matadores  de toros? No solamente no los reparte, sino que acepta y reconoce como válidas  las expedidas por otras plazas. 
¿Se quieren más pruebas? Pues ahí está el cartel de la corrida del 4 de abril de 1842. Espadas: Las dos primeras Juan Yust, natural de Sevilla, nuevo en esta plaza, y Roque Miranda, quien voluntariamente cede á Yust su antigüedad durante toda la temporada. Leedlo bien, las dos primeras espadas. Roque Miranda que tenía antigüedad en Madrid desde 1828, catorce años antes que aquél, cede  su antigüedad. ¿Podría cederla á un novillero? Imposible. Se la cede antes de que torease en Madrid, á uno que está reconocido como primera espada.  Si Yust no hubiera tenido este carácter, ni Miranda hubiera podido ceder su antigüedad, ni la autoridad lo hubiese consentido. 
Ese cartel es la demostración clara y patente de que la teoría caprichosamente sustentada por los que entienden que la plaza de Madrid posee privilegio exclusivo de dar antigüedad á los matadores de toros  no tiene fundamento en la historia, ni en las costumbres, ni en la razón, ni en la ley. Pero no solamente torea Yust por delante de Roque Miranda, que le había cedido, y podía cederle, su antigüedad, si no que torea también por delante de Francisco Arjona (“Cúchares”), que dos años antes que aquél, en 27 de abril de 1840 había adquirido antigüedad de matador de toros en la plaza de esta corte. ¿Puede darse prueba más elocuente en favor de la validez adquirida por los matadores en provincias? 
Con lo anteriormente expuesto bastaría para convencer á los que, sin prejuicios formados por datos incompletos, estudiasen este asunto, mal  llamado de las alternativas, con completa imparcialidad. 
Para todo aquel que tenga limpia su razón de extrañas y fantásticas teorías, será suficiente lo que he consignado para rendirse á la evidencia de los hechos, y comprender que no existe el más pequeño punto de apoyo en negar al diestro Antonio de Dios (“Conejito”) el derecho que tiene á ser matador de toros desde el día 5 de septiembre de 1895.  Pero cuando se cierran los ojos á la luz y la inteligencia á la verdad, no hay medio de llevar el convencimiento á la razón. Si aquí han venido matadores de toros conservando su antigüedad de provincias — aunque no fuera adquirida en plazas de Maestranza — y han estoqueado por delante de aquellos otros que habían tomado con anterioridad la alternativa en la plaza de Madrid, ¿cómo se puede defender la doctrina opuesta, que no tiene arraigo ni fundamento, ni razón en ninguna parte? 
Anotemos todavía algunos hechos concluyentes. 
Francisco de los Santos había estoqueado en Madrid desde 1840, y con fecha muy anterior á esta Pedro Sánchez “Noteveás”. Se anuncia una corrida de toros para el día 12 de marzo de 1843 y dice el cartel: «Espadas: José Vázquez Parra, nuevo en esta plaza, Pedro Sánchez y Francisco de los Santos Vázquez», nuevo — salió herido — estoqueando por delante de Sánchez y de los Santos. ¡El acabose! 
¿Más? Para la corrida de 17 de abril de 1843 figuran Ezpeleta y Manuel Díaz, los dos de Cádiz, y los dos nuevos en esta plaza. ¿Por qué va primero aquél, si no porque su antigüedad en provincias, y por tanto  reconocida, le hace figurar por delante? 
¿No basta? Pues veamos el cartel de la corrida de 10 de septiembre de 1843: se anuncia como espadas á Pastor, Cúchares, “Lavi” y Juan Martín, nuevo en esta en plaza; y en el siguiente cartel de la corrida del 10 de septiembre del mismo año figuran, Arjona, “Lavi”, Gaspar Díaz, nuevo en esta plaza, y Juan Martín, el mismo que había tomado la alternativa el domingo anterior. ¿Se puede comprender esto si la plaza de Madrid no hubiera reconocido la antigüedad de espadas á los que han adquirido esta investidura en provincias? 
Todavía podríamos exponer el caso de Manuel Domínguez, nuevo en esta plaza, toreando por delante del “Lavi”, y de la presentación del “Tato”, sustituyendo á Casas (“Salamanquino”), y de otros casos, que por ser demasiado conocidos no consigno. 
Hemos demostrado, como nos lo habíamos propuesto, que la antigüedad de espada, y aun de primera espada como se decía entonces (caso de Juan Yust), se adquiría no solamente en la plaza de Madrid sino que también en plazas de provincias, y que la antigüedad adquirida en éstas ha sido respetada y sancionada por la plaza de toros de la coronada villa. 
Negar por lo tanto á “Conejito” el carácter de matador de toros en la plaza de Madrid, es romper con todas las tradiciones y costumbres establecidas en esos tiempos que se llaman clásicos de la tauromaquia.

Cartel con una de las
combinaciones conflictuadas
Esa es la conclusión a la que llegó el autor del artículo que hoy les presento. Más el cuestionamiento que hace a la afición, autoridades y empresa de Madrid sobre ese asunto se trasladó después a las alternativas obtenidas fuera de España. Durante muchos años los toreros mexicanos que obtenían la alternativa aquí, nada más llegar a territorio hispano, tenían que obtener el doctorado en un ruedo español y después confirmarlo en Madrid. Y aún peor, hasta muy entrados los años 70, autores de obras tan prestigiadas como El Cossío, seguían considerando sin validez a las alternativas no obtenidas en plazas españolas al realizar las biografías de los toreros de este lado del mar, aún con los convenios entre los sindicatos de toreros, que las hacían valederas.

Lo mismo sucede en México, pero a resultas de la confirmación de alternativas, asunto que he mencionado en otro lugar de esta misma Aldea, cuando un grupo de pretendidos puristas de esto, pretenden que solamente las que se verifican en la Plaza México son válidas, a despecho de que la reglamentación capitalina señala que basta con que se produzcan en plazas de primera categoría, sin señalar un escenario en particular, pero un prurito tradicionalista les lleva a los que defienden esa postura, a incurrir en esa aberrante postura.

La Puerta de Alcalá y su Plaza de Toros
Al final de cuentas, el toro es el que pone a todo mundo en su sitio y la alternativa resulta ser una ceremonia que emana más de la tradición que de la regulación, si recurriéramos a la probatio diabólica seguramente daríamos con el caso, de una gran cadena de alternativas inválidas, al encontrarnos con una falta de tracto sucesivo o de solución de continuidad en las alternativas de los diestros de los primeros tiempos, precisamente por la aplicación de ese criterio. Pero eso es otro asunto que aquí creo que no viene al caso.

Ojalá que esto les resulte interesante, como me ha resultado a mí.

El ejemplar de Pan y Toros y el cartel cuyas imágenes ilustran este texto, pueden consultarse en la Biblioteca Digital de la Comunidad de Madrid.  

domingo, 7 de noviembre de 2010

7 de noviembre de 1965: Manolo Martínez recibe la alternativa de manos de Lorenzo Garza

Hoy hace 45 años

Imagen cortesía de Toreros Mexicanos
La corrida que da motivo a esta entrada representa el arranque del prólogo de una época de la Fiesta en México. En la entonces Plaza Monumental Monterrey – hoy lleva también el nombre del padrino de la alternativa motivo de este comentario – el último representante intermitentemente activo de la Edad de Oro Mexicana, Lorenzo Garza, cedería el testigo con el toro Traficante, número 52, de don Luis Barroso Barona, a otro torero de su tierra, quien durante prácticamente las dos décadas siguientes, asumiría el mando absoluto – para bien y también para mal – de las cosas de los toros en este país.

Manuel Martínez Ancira llegaba a la categoría de matador de toros después de haber toreado mucho en el campo y tras de una campaña novilleril que duró un año justo, con 34 festejos toreados entre el 1º de noviembre de 1964 y el 31 de octubre de 1965. No obstante, su presentación en público data desde el año de 1959, aunque la dedicación profesional abarca el periodo primeramente indicado.

Don Ángel Giacomán, por muchos años el titular de la información taurina en el diario regiomontano El Norte, realizó la siguiente crónica, aparecida el lunes 8 de noviembre de 1965, misma que transcribo en su integridad, pese a su extensión, pues deja ver, a mi juicio, la magnitud del acontecimiento y lo que significaría para el futuro del toreo mexicano. El mismo diario en la fecha daba cuenta también de los triunfos de El Cordobés y El Viti en Lima y de Víctor Quesada en Jaén.

Garza es el eje de la apoteosis en la Monterrey

Don Lorenzo, Moro y M. M., el nuevo doctor, cortan orejas

Por Ángel Giacomán

Tarde de apoteosis en la Monumental Monterrey, en la que don Lorenzo Garza cortó una oreja y dio dos vueltas al ruedo. Manolo Martínez tomó la alternativa con gran categoría cortando la oreja y fue cornado por el sexto, el testigo Humberto Moro cumplió con su lote y regaló un séptimo al que cortó un apéndice. Lástima que el coso no se llenara, como correspondía a un cartel de esa magnitud.

Decir Lorenzo es decir categoría

Desde el paseíllo hasta el final del festejo, el coso de la Monumental Monterrey se invadió de la grandiosa personalidad de don Lorenzo Garza llenando el ambiente con su categoría, que crece sin límites cuando parte plaza con la montera en la mano como lo hacen las figuras cuando se presentan en una temporada.

Maravilloso espectáculo fue ver a don Lorenzo dentro del ruedo, con paso firme pisando la arena, la cabeza levantada y la vista al frente, sin mirar abajo, como quien sabe que ha de tropezarse, porque lleva el corazón bien puesto.

Todo en don Lorenzo es categoría y con ella dio la alternativa a Manolo Martínez en el primer toro, cediéndole el lugar de honor y en una acostumbrada ceremonia en la que estuvo presente Humberto Moro como testigo, con palabras sencillas, pero dichas con la sabiduría de quien tiene andado el camino, escalando hacia la cima, le otorgó la borla de Matador de Toros.

Más don Lorenzo Garza no fue lo que muchos suponían, la figura decorativa de una ceremonia de alternativa, sino el alternante que aprieta con su sola presencia y abolengo, que ante sus toros arrancó el alarido con sus verónicas clásicas, hasta darse el lujo de dar un lance con rodilla en tierra y luego una media verónica de gran postín.

Don Lorenzo dibujó los derechazos y los naturales con esa extremura que le da la experiencia y que arrancó el olé sentido y emocionado, ligados al mismo ritmo que los muletazos, dados con maestría pero con el sello tan personal del grandioso torero.

Don Lorenzo arrolló con su grandiosa personalidad y con su torerismo dio triunfal vuelta al ruedo después de matar al segundo de la tarde y cortó una oreja del cuarto, para dar otra vuelta más y hasta en esto da cátedra, porque hacerlo como una gran figura del toreo, hace falta primero serlo, luego tener personalidad y finalmente saber andar en el ruedo.

Triunfo y cornada de Manolo Martínez

Qué agradable sorpresa nos dio Manolo Martínez al tomar la alternativa con la categoría de una figura del toreo, pesando sobre él toda la personalidad de su padrino, don Lorenzo Garza y con Humberto Moro como testigo también dotado de una gran calidad y con un sitio de torero consumado.

Desde los primeros lances para recoger al primero de la tarde, se vio seguro, sin complejos y responsable de su actuación ante el público para luego seguir con verónicas señoriales cargando la suerte, para rematar en los medios con media verónica que fue una estampa, agregando otra media rodilla en tierra y finalmente una revolera espléndida y majestuosa.

El único momento de nerviosismo de Manolo fue el de la alternativa. Al verse frente a esa institución del toreo regiomontano don Lorenzo Garza y de Humberto Moro para luego pedir la venia a la Autoridad, armar la muleta e ir a paso firme a confirmar que ya es un matador de toros.

Con ayudados por alto y uno de pecho arrancó el jaleo que perduró durante la faena, repitiéndose en cada muletazo con la derecha o la izquierda, en la que no hubo falla alguna, toda fue perfecta, ligada y señorial.

El derechazo inmenso surgía uno a uno con la solidez del que tiene el don del temple, para cuajar una de las faenas más puras que se hayan hecho en muchos años por su limpieza, por lo bien estructurada y la verticalidad de Manolo Martínez. Un pinchazo y una estocada honda que fueron suficientes para que en los tendidos flamearan los pañuelos en demanda de apéndices.

Se concede una oreja a Manolo Martínez, lo que puede traducirse en poco estimulante, puesto que a ley se ganó dos orejas, perdiendo el rabo por haber pinchado, pero la estructura de la faena y la pureza de procedimientos que merecen mucho más y cabe aclarar que no por pecar de demasiado exigentes, lindemos con la ignorancia.

El triunfo que parecía venir inminentemente redondo cuando Manolo toreaba al sexto con la muleta en maravillosos firmazos ligados con los trincherazos, doblegando la bravura inmensa del Mimiahuápam, para continuar de inmediato en derechazos de los que dos fueron estupendos, quedando mal situado para el tercero, atravesado y con riesgo de ser corneado, sin enmendarse, en un alarde de torerismo, fue cogido en forma impresionante, resultando con una cornada grande.

Don Lorenzo mata al bravísimo sexto toro, al no permitírsele a Manolo regresar al ruedo, recibiendo otra gran ovación.

Moro triunfa con un séptimo

Donde más deseos de triunfar tiene Humberto Moro, la suerte no le favorece y así, ayer se llevó el lote malo, como sí los dos únicos malos toros hubieran sido escogidos y metidos en un solo lote.

Regala un séptimo toro y con él, Humberto hace faena estupenda, jaleada, con la que corta una oreja y fue levantado en hombros.

Rinden parte médico de Manolo Martínez

Herida producida por cuerno de toro, con orificio de entrada en su cara posterior, tercio medio, muslo izquierdo, de forma multiforme, en piel que presentó a la exploración una trayectoria hacia arriba y adentro de treinta centímetros de profundidad, produciendo desgarros musculares y contusión del paquete vásculo – nervioso de la región, descubriendo el fémur. Bajo anestesia general se practicó limpieza, resección de tejidos contundidos y exploración, dejando canalizaciones. Dr. Rafael Olmos Morton.

Recapitulando

Decía que Lorenzo Garza era el último representante de nuestra Edad de Oro y que actuaba con intermitencia. Y es que entre 1958 y esta fecha de 1965 se vistió de luces 21 ocasiones, pero entre 1961 y 1965 no había actuado en festejos formales. Reapareció en Nuevo Laredo el 30 de mayo de 1965 y volvió a actuar el día de la alternativa de Manolo Martínez.

Ya solamente le quedarían dos corridas más, la del 20 de enero siguiente en León, Guanajuato, alternando con Joselito Huerta, el linarense José Fuentes y su ahijado Manolo Martínez y la de su despedida definitiva – varias veces toreó despedidas – el 20 de febrero en su tierra, alternando con Paco Pallarés y Raúl Contreras, Finito. Sus contemporáneos Armillita, Silverio, El Soldado, David Liceaga e incluso Fermín Rivera ya habían concluido sus carreras y aunque por esos días Carlos Arruza seguía en activo, lo hacía como rejoneador, ya no vestido de luces.

Alfredo Leal, Manolo Martínez, Eloy Cavazos
Julio 1968, El Toreo de Cuatro Caminos
Humberto Moro era el representante de la Edad de Plata del Toreo en México. Fue un fino torero nativo de la Linares mexicana y afincado en Aguascalientes. Por esas fechas vivía ya el tramo final de una carrera que fincó sobre la excelencia de su toreo al natural. Toreó su última tarde en la Plaza México el 31 de enero de 1971, plaza en la que recibió la alternativa veinte años antes. Joselito Huerta y Curro Rivera serían sus alternantes para dar cuenta del encierro que su amigo José Julián Llaguno le preparó para su despedida. El último toro que mató El de la Izquierda de Oro fue Durangueño y tras su muerte dio la última vuelta al ruedo vestido de seda y alamares.

El análisis de la carrera de Manolo Martínez seguirá siendo tema recurrente en esta y en otras muchas bitácoras, el espacio este día, es solo para recordar el arranque de lo que resultaría ser el inicio de una época trascendente del toreo mexicano.

martes, 23 de junio de 2009

23 de junio de 1964: Gabino Aguilar recibe la alternativa en la Corrida de la Beneficencia de Madrid


La Corrida de la Beneficencia ha marcado la cima de la temporada de Madrid a través de la historia, aunque hoy en día su trascender sea más mediático que de efectividad taurina, pues ya no se programa a partir de los triunfadores de la temporada de Madrid o de la Feria de San Isidro, sino que se anuncia de antemano en la cercanía o del abono isidril o en tiempos recientes, del de la Feria del Aniversario.

La Beneficencia de hace 45 años representó para la fiesta mexicana un hito importante, pues en ella recibió la alternativa que le convirtió en matador de toros, el hoy ganadero de toros de lidia Gabino Aguilar, convirtiéndose así en el quinto mexicano en adquirir el grado en la principal plaza de Madrid, tras de Ponciano Díaz, Refulgente Álvarez, Edmundo Maldonado Tato y Antonio del Olivar.

Gabino Aguilar León nació en la hacienda de San Mateo Huiscolotepec, asiento de la ganadería de Piedras Negras en el año de 1941 y su padre del mismo nombre, probó suerte en los redondeles también, habiendo cortado una oreja a un novillo de La Laguna en el viejo Toreo el 22 de octubre de 1933. Gabino hijo se presentó como novillero en Tlaxcala en 1959 y hace lo propio en la Plaza México el 2 de septiembre de 1962, despertando el interés de la afición mexicana.



Marcha a España en 1963, forjando allá una interesante campaña de 25 novilladas, en las que destacan 4 tardes en Las Ventas y 2 en Sevilla, estas, saldadas con corte de dos orejas cada una. La primera fue el 30 de junio, cuando para lidiar novillos de Manuel Álvarez, actuaron la rejoneadora Amina Assís y a pie, Agustín Rodríguez, Manuel Álvarez El Bala y Gabino y la segunda, el 11 de agosto, en la que se llevó una oreja de cada uno de los guardiolasotos que le tocaron en suerte.

La temporada de la alternativa la cerró con 7 novilladas y 16 corridas. La Beneficencia se había anunciado originalmente con toros de Atanasio Fernández para Manuel Benítez El Cordobés, Agapito García Serranito y Gabino Aguilar que recibiría la alternativa, pero Serranito, que había recibido la alternativa apenas el 17 de mayo anterior, fue herido 9 días antes de la corrida en Madrid por un toro de Manuel Santos Galache, razón por la cual debió ser sustituido y para ello se eligió al segoviano Andrés Hernando, motivo por el cual, el de Palma del Río ya no fungiría como padrino de nuestro paisano, dada la diferencia de antigüedades.

La relación de la corrida, hecha por Manuel Lozano Sevilla para el diario La Vanguardia de Barcelona del día 24 de junio de 1964 es la siguiente:

La corrida de Beneficencia de este año fue honrada con la presencia de SS.EE., el Jefe del Estado y esposa, a quienes el público, puesto en pie, hizo objeto de una clamorosa ovación, repetida cada vez que los toreros brindaron al Caudillo sus primeras faenas; cariñosas muestras dé entusiasmó registradas de nuevo cuando abandonaron el palco de honor a los acordes del Himno Nacional... Don Atanasio Fernández, uno de los mejores ganaderos de reses bravas en la actualidad, envió una corrida muy bonita, fina, de excelente presentación y sobre todo, que salió brava y manejable, que es lo bueno; principalmente el segundo y quinto toros fueron superiores. Así como suena. Otro triunfo, pues, para don Atanasio, ganador, por cierto, del trofeo que el Ayuntamiento madrileño otorga todos los años al toro más bravo de la Feria de San Isidro, en la que se lidiaron cerca del centenar... Lucida actuación de Gabino Aguilar. El mejicano Gabino Aguilar, que tomaba la alternativa, tuvo también una lucida actuación, mostrándose buen torero con capa y muleta y escuchando muchísimos aplausos a lo largo de la corrida. Lástima que no estuviera acertado con la espada, aunque siempre entrase a matar valientemente. De todas maneras fue ovacionado al acabar con sus dos enemigos y en el que cerró plaza debió dar la Vuelta al ruedo, a la que se opusieron algunos exigentes, ignoramos por qué causa. El mejor elogio que podemos hacer del diestro mejicano es que no parecía ésta su primera corrida de toros, sino la sesenta o la setenta... Resumen: Un festejo brillantísimo, triunfo clamoroso de ese torero que ha revolucionado la fiesta brava, llamado "El Cordobés", autor de un pase natural sencillamente maravilloso; éxito grande también de Andrés Hernando, y… todos contentos, que es lo bueno... ¡Ah! Las cuadrillas muy acertadas, y registremos que Antoñete Iglesias, el fino y veterano peón, se retiró del toreo. Que Dios le de mucha suerte en su vida particular... Finalizada la corrida, ocho bellas amazonas llegadas a España con los charros mexicanos, realizaron una bonita exhibición de su maestría como caballistas, siendo muy aplaudidas.
En la misma Ciudad Condal, un mes justo después de su alternativa, tuvo Gabino otra interesante actuación, en un redondo cartel junto a Paco Camino y El Cordobés en la lidia de toros salmantinos de Barcial. La crónica de Julio Ichaso, cronista titular de La Vanguardia es del siguiente tenor:
Cartel: Paco Camino, Manuel Benítez, "El Cordobés", y Gabino Aguilar. Ganado de "Barcial" don Arturo Cobaleda, de Salamanca, divisa blanca y negra. Pesos: 539, 521, 504, 588, 518 y 530 kilos respectivamente… GABINO AGUILAR. Tercero, número 23, "Capuchino", negro, lucero, bragado. Este diestro; mejicano tomó la alternativa en Madrid recientemente y se presenta, por primera vez en Barcelona. Aguilar puso en suerte a los caballos muy artísticamente... El toro, como sus hermanitos de encierro, no era partidario de tolerar mucho castigo y por eso Gabino pidió que se pasara a banderillas, clavándole dos pares... Brindó al público el azteca y tuvo una buena actuación pues prodigó muchos buenos pases porfiando a su enemigo en terrenos muy comprometidos... Cruzándose valerosamente sacó unos naturales muy ceñidos, todo ello "rociado" con oles, ovaciones y la música. Mató con una estocada efectiva, y le fue concedida la oreja paseándose por el ruedo entre ovaciones, saliendo, por último, al tercio
En esta oportunidad, Gabino se le fue por delante a sus dos importantes alternantes, quienes dejaron la plaza entre división de opiniones y se llevó la única oreja de la tarde.


A partir de 1965 realizó campaña únicamente en ruedos de México y en la actualidad Gabino Aguilar sigue ligado a la fiesta mediante la titularidad de la ganadería de El Batán, ubicada en el Estado de Querétaro y formada con simiente encastada en Piedras Negras y La Laguna, con la que ha logrado significativos triunfos en plazas importantes de la República Mexicana.

viernes, 1 de mayo de 2009

Tal día como hoy: 1º de mayo de 1960. Triunfal alternativa del trianero Rubén Salazar en la Plaza de Toros San Marcos

NECESARIA ACLARACIÓN: Hoy debiera celebrarse la quinta corrida de la Feria de San Marcos. Por las razones que han sido profusamente difundidas, esta corrida y las que siguen, no se llevarán a cabo. La razón de seguir publicando estos recuerdos, es que el trabajo ya lo tengo hecho y me parece algo ocioso dejarlo “añejar” un calendario completo, así que seguiré las fechas del cartel original de los festejos y continuaré publicando estas ideas, si Ustedes no tienen objeción.

En la Plaza de Toros San Marcos se han otorgado 15 alternativas entre el año de 1910 y el de 1974, año en el que también, se verificaron por última vez los festejos de la feria abrileña en su ruedo. De los diestros que en su ruedo salieron matadores de toros, solamente cuatro son nativos de esta tierra y es precisamente el personaje de esta fecha uno de ellos.

Originario de nuestro Barrio de Triana, donde nació en 1932, Rubén Salazar había realizado ya varias campañas como novillero en las plazas de México y en Aguascalientes, fue integrante de una promoción que se compuso por toreros como Felipe Bernal El Chelín, Javier Maceira, Carlos González y Fernando Brand, en tanto que en lo nacional, compartió carteles en la novillería con toreros de la importancia de Alfredo Leal, Antonio del Olivar, Jaime Bolaños, Joselito Huerta y Fernando de los Reyes El Callao.

Como novillero actuó en once ocasiones en la Plaza México, destacando sus tardes del 7 de junio de 1953, cuando cortó la oreja de Presumido de Cerralvo; la del 14 de junio de ese mismo año, cuando se llevó las dos orejas de Farolito de Miguel Franco y siete días después cuando cortó una oreja de Rumboso y otra de Jazminero de Santa Marta. Viaja a España y se presenta en Las Ventas el 19 de marzo de 1957, alternando con Antonio León y Ruperto de los Reyes en la lidia de novillos de El Jaral de la Mira.

El cartel confeccionado para la ocasión que hoy les recuerdo lo integraron el torero regiomontano Luis Briones, llamado Luis de Seda y Oro por sus refinadas maneras y el moreliano Joselito Torres, quienes junto con el toricantano, enfrentarían un encierro también hidrocálido de Garabato, propiedad del pintoresco don Celestino Rangel Aguilar El Tato, una de las ganaderías tradicionales en los festejos de la región.

Sobre la tarde de la alternativa, de nueva cuenta recurro a la crónica de don Jesús Gómez Medina, aparecida en El Sol del Centro del día 2 de mayo de 1960, que nos cuenta lo siguiente:

…Triunfalmente, cortando la oreja y el rabo del sexto burel y además saliendo a hombros de los capitalistas, de esta guisa coronó Rubén Salazar la tarde de su alternativa.

Con su éxito, mediante su magnífica y emotiva faena a dicho cornúpeta, Salazar corroboró sus merecimientos al doctorado y además, revistió la última etapa del festejo con la brillantez y el calor que son el marco insustituible de las jornadas de éxito. De aquí que, cuando el último de los astados de Garabato cayó en mitad del ruedo, fulminado por el acero del nuevo matador, el entusiasmo del público – de un público que llenó casi los dos departamentos – llegó a su clímax: tiñéronse de blanco los tendidos, los más impacientes izaron a Rubén y, aclamado estruendosamente, portando orgullosamente los apéndices del burel, recorrió en dos ocasiones la pista y finalmente, abandonó la plaza en hombros de los entusiastas.

La faena del triunfo

No le habían rodado las cosas a la medida de sus ilusiones a Rubén Salazar con el primer burel. ¡El toro de su alternativa!

Fue este – ¡oído al parche, los amigos de las estadísticas! – un bicho cárdeno, oscuro, bragado y lucero, capacho de encornadura, con el número 83 en los costillares.

Casi de salida se coló por un burladero al callejón; más tarde mostraría carencia total de bravura…

Ya tenemos a Luis Briones armando de estoque y muleta a Rubén Salazar, para otorgarle el grado máximo de tauromaquia. Atestigua Joselito y asiente el público con su aplauso.

El toro, manso, busca la zona de adentro. Permutando terrenos, Salazar lo trastea brevemente, destacando dos pases de pecho de su labor. Y para concluir, alarga el brazo y deja medio acero desprendido. Remata con descabello al cuarto golpe…


Rubén Salazar vio truncada su carrera por una inoportuna cornada sufrida en Ciudad Juárez en 1963, que le partió el Tendón de Aquiles y que le limitó la movilidad de su pie derecho. Por ello encauzó su afición en la organización de festejos y principalmente en la enseñanza de las artes toreras y fue el instructor titular de la Primera Escuela de Tauromaquia que se tuvo en Aguascalientes, llamada Abogado Jesús Ramírez Gámez, que organizara Guillermo González Martínez, entonces empresario de las plazas de Aguascalientes y que funcionó en la propia Plaza San Marcos en los años ochenta del siglo pasado y en la que contribuyó a la formación de los matadores de toros José María Luévano, Jorge Mora, Pedro Montes, Fabián Barba y César Delgadillo, que en la primera etapa de su preparación, pasaron por la que fuera la primera escuela taurina formal de Aguascalientes

Rubén Salazar falleció en su tierra el 15 de diciembre de 2006.

El cartel que estaba anunciado para hoy: Toros de Begoña para Sebastián Castella y Arturo Macías, mano a mano.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Jesús Córdoba. Seis décadas de magisterio


Cuando el día de Navidad de 1948, el maestro Fermín Espinosa Armillita, mano a mano, le cedió a Jesús Córdoba el primer toro de Xajay corrido ese día en la plaza de toros Rodolfo Gaona de Celaya, Guanajuato, se cerraba una importante etapa de la historia taurina mexicana, en la que tres toreros juntos cimentaron el porvenir de su oficio y de la historia futura del toreo en su patria.

El clasicismo de Jesús Córdoba contrastó con el valor sincero e indomable del Volcán de Aguascalientes y la personalísima expresión taurina de Manuel Capetillo. Por ello, antes de finalizar la temporada novilleril de 1948, Los Tres Mosqueteros marcaban el paso en las cosas del toro.

Nada fácil fue este logro. Recordaré una vez más que la llamada Generación del 48 en materia de novilleros fue muy rica. Basta revisar los carteles de las 29 novilladas ofrecidas por el doctor Alfonso Gaona ese año y veremos nombres como los del recordado Alfonso Pedroza La Gripa - después un excelente torero de plata; Héctor Saucedo; Jorge El Ranchero Aguilar; Fernando López El Torero de Canela; Curro Ortega; Paco Ortiz; Alfredo Leal y otros nombres ilustres de la tauromaquia mexicana. Para sobresalir en esas condiciones, algo muy grande tenía que llevarse dentro y además se debía tener una gran facilidad para expresarlo, lo que sin duda se conjugó en estos tres toreros. Sobre esta última afirmación, creo que la historia me da la razón.

De su paso por los ruedos nos queda la grata impronta de faenas como las de Luminoso, Cortijero o Estanquero en la Plaza México o las realizadas en Madrid el 29 de septiembre de 1957, fecha que marcó la reaparición de Luis Miguel Dominguín en Las Ventas, o la de Sevilla del 24 de abril de 1953, junto a Calerito y Jerónimo Pimentel, festejo al que asistió el Jefe del Estado y que le valió levantarse como triunfador de esa edición de la feria de abril sevillana.

Los toreros de su corte siempre tienen la desventaja de ser considerados o fríos o estilistas o académicos y el primer reproche que se les hace es su supuesta incapacidad de conectar con los tendidos. Creo esas afirmaciones son equivocadas pues hoy recordamos a una figura del toreo, a un gran torero que hizo de su conocimiento de los toros y de sus terrenos y de la finura con la que realizaba las suertes, una tauromaquia que es hoy día un referente.

La visión del Maestro Córdoba acerca de algunos temas de la Fiesta es la siguiente:

La expresión del torero:

Siempre hay una razón del por qué existe algo que se puede expresar con certeza, consciente en la realidad de la expresión natural de un arte. Es la interpretación al exterior de sí mismo, de la inspiración con la seguridad técnica de su ejecución; siendo la razón el estudio y la enseñanza práctica que se ha recibido, unido a la intuición propia…


La creación artística:
El ser humano…. ha creado una de las artes más hermosas, en la que refleja su destreza y personalidad. En una sola frase, su expresión física e inteligente…

Nuestra capacidad de asombro:

El arte del toreo, que actualmente lo entendemos como la expresión que pone a flote los más hondos sentimientos del hombre - miedo, valor, coraje, duda, alegría y nobleza - hacen brotar también una de sus más grandes cualidades: La capacidad de admiración (tan desgastada en la actualidad)…

El estilo en el torero:

En la ejecución de los pases nacieron los estilos… Algunos son inspirados por una capacidad creadora, otros simplemente son técnicos, es decir, aplican hábilmente su conocimiento de la lidia, o como a veces decimos, su oficio. Ambos estilos son muy importantes. Pero hay otro tipo de torero fundamental para la fiesta: El valiente. Es el que hace alarde de ese dominio al miedo llamado valor, estrujando así al espectador, despertando en él una angustia que le provoca emoción. El público siente admiración y respeto por quienes ejecutan ese tipo de toreo…

La personalidad del torero:

El estilo de los toreros se define conforme a su sensibilidad, su forma de ser, su personalidad y propio sentimiento, su carácter y naturalmente, su valor. De todo esto va impregnado su toreo, ¡qué es lo que nos gusta! Más aún cuando llega la inspiración y todo el entorno se muestra propicio. Por ello los diferentes estilos mantienen ese interés por la fiesta. Nunca se pida que un torero actúe como el otro. Debemos conservar esa variedad, pero siempre dentro de una autenticidad
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Hoy reconozco a este gran hombre y gran torero su aporte a la fiesta. Tras de dejar los ruedos, se ha preocupado por formar a quienes han de continuar llevando adelante la tradición y la historia que representa la Fiesta de los Toros.

¡Enhorabuena Maestro y que sean muchos años más!

Aldeanos