domingo, 28 de julio de 2013

La navaja de Ockham

Cortesía del blog Las Cartas de Iblis
Guillermo de Ockham (o de Occam) fue un franciscano inglés que escribió su obra en el siglo XIV. Se distinguió por ser junto con Juan Duns Scot (o Escoto), por sentar las bases filosóficas de la orden religiosa a la que perteneció y que en lo jurídico, se refleja hoy en día en muchos de los postulados de la Filosofía de la Liberación, curiosamente desarrollada por jesuitas sudamericanos. Entre nosotros, su obra es poco conocida por el hecho de que en 1328 fue excomulgado y aunque la Iglesia le rehabilitó en 1359, 17 años después de su muerte, su oposición a la – dominante – aplicación tomista de las ideas de Aristóteles, le dejó en una situación de desventaja ideológica.  

Ockham propuso lo que en lenguaje coloquial es llamado la navaja de Ockham y que en expresión científica es conocida como el principio de parsimonia o el principio de economía

El principio de parsimonia postula que la pluralidad no se debe postular sin necesidad (Pluralitas non est ponenda sine necessitate), lo que se puede traducir a un lenguaje más llano así: en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta.

Para explicarlo en torno a alguno de los problemas de la Fiesta, quizás podríamos enunciarlo así: muchos toros son mansos, y eso podría ser porque durante ya varias generaciones se ha hecho una selección inadecuada de los que van a las plazas, contra esta otra proposición: muchos toros son mansos, porque en su crianza intervienen una infinidad de factores externos que inciden en su comportamiento en las plazas.

En este ejemplo – burdo, por cierto – resulta sencillo entender cuál es la explicación más sencilla. Guillermo de Ockham hizo evolucionar el pensamiento de su tiempo, al cuestionar también la validez que se le otorgaba a los conceptos universales, postulando que: todo lo que existe es singular. De esa manera, el filósofo abrió para las ciencias un nuevo modelo teórico de posibilidades ilimitadas.

Hoy en día la navaja de Ockham o principio de parsimonia es aplicado para la creación de hipótesis de trabajo en la actividad científica, partiendo de esa idea de que la explicación más sencilla es la más probable, aunque no necesariamente la verdadera y se utiliza en ciencias como la economía, teología, biología o la estadística.

Es un hecho que nos resulta más fácil dar credibilidad a teorías sencillas que otras que revisten mayor grado de complejidad. Albert Einstein lo expresaba así: todo se debe hacer tan simple como sea posible, pero no más simple.

Así pues, otras realidades que afectan el devenir de la Fiesta, como la reducción de festejos o la dominación del monoencaste pueden analizarse a la luz de la navaja. En el caso, diría que aplicar el principio obliga a no pedirle peras al olmo y sí a restarle fuerza a ideas que pretenden hacer complicadamente fortuitas las penurias de la Fiesta de nuestros tiempos, versiones que por cierto, son en la mayor parte de las veces, oficialistas y carentes de sentido común – el menos común de los sentidos, por cierto – que empírica o intuitivamente nos señala como excluir la mentira de la realidad.

Quizás las explicaciones sencillas que nos podamos formular acerca de las penurias por las que pasa el toreo en estos tiempos no sean las más correctas, pero si me resulta cierto que entre más sencilla y digerible sea la explicación de algo, resulta más comprensible y permite separar con más facilidad la paja del grano.

domingo, 21 de julio de 2013

22 de julio de 1979: César Pastor recibe la alternativa en Marbella

César Pastor

El anuncio de la alternativa
de César Pastor
Rogelio César Guedimin Victoria nace en la Capital de la República el 7 de mayo de 1958. Al igual que su padre y sus hermanos dedicados a las cosas del toro, deja para otras causas los apellidos paterno y materno y adopta el alias taurino que ya distingue a los de su casa, para anunciarse en los carteles como César Pastor.

Inicia su andar como novillero el 5 de junio de 1978 en Francia, aunque la mayor parte de ese tiempo se preparó en el campo bravo para obtener el oficio necesario que le permitiera iniciar una campaña formal en su tierra y así, se presenta en la Plaza México el 1º de octubre de 1978 alternando con Luis Miguel Chávez y Felipe González para lidiar novillos de Santa Marta. Su actuación le reditúa la vuelta al ruedo al finalizar la lidia del segundo de la tarde y se gana la repetición para el domingo siguiente, para lidiar junto con Felipe González y José Luis Ortega novillos tlaxcaltecas de Manuel de Haro. Esta fue la tarde en la que el monosabio Rafael Domínguez Gamucita fuera mortalmente herido por Minuto, sexto novillo de la lluviosa tarde, que al saltar al callejón prendió al monosabio y le infirió una cornada que terminó con su vida en la enfermería de la plaza la madrugada siguiente.

El 3 de diciembre de ese mismo año participará junto a Martín Agüero, Ángel Majano, Alfonso Hernández El Algabeño, El Pana y Félix Briones en la disputa del Estoque de Plata. Los novillos fueron de San Marcos y por fallos con la espada solo se lleva una cerrada ovación. Al final de este tipo de festejos, la costumbre era que se presentara a la concurrencia unos carteles con los nombres de los alternantes, a efecto de que por aclamación se determinara al ganador del trofeo en disputa. Era claro que sobre los demás, había dos toreros en el ánimo de la gente; César y El Pana. Las pasiones se desbordaron y convirtieron la premiación en un auténtico herradero, por lo que la Asociación de Matadores en primera instancia determinó declarar desierto el argentino alfanje. Posteriormente se rectificó la decisión y en un acto de estricta justicia, posteriormente se entregó el trofeo a César Pastor, quien lo ganó a ley.

Las pasiones fuera de cauce motivaron que para el siguiente domingo – 10 de diciembre –, la empresa ofreciera un mano a mano entre César y El Pana. Los novillos fueron de Begoña y aunque César cortó dos orejas a Confiado, cuarto de la tarde; El Pana logró el indulto del segundo de su lote – Cariñoso –, lo que dejó dispuestas las cosas para que el siguiente domingo se repitiera el cartel de toreros, quienes despacharon una complicada novillada de Campo Alegre, haciendo efectivo aquello de las segundas partes.

El 6 de mayo de 1979 se presenta en Sevilla, alternando con Fernando Vera y Mario Triana y corta la oreja de uno de los novillos de los Hermanos Sampedro que le tocaron en suerte. El 17 de junio siguiente se presenta en Madrid, alternando con el francés Patrick Varin y el sevillano Mario Triana en la lidia de novillos de Rocío de la Cámara y demuestra estar listo para dar el paso que le convierta en matador de toros.

La alternativa

Para el 22 de julio de 1979 es que se anuncia su alternativa en la plaza de Marbella. Rafael de Paula oficiaría como padrino y Paquirri como testigo. La crónica de la corrida publicada en el diario ABC de Sevilla del 24 de ese mes, fue firmada por Gonzalo Fausto y de ella, recojo lo siguiente:
El domingo, en Nueva Andalucía. El mexicano César Pastor recibió la alternativa. Paula, con el peor lote, fue abroncado y Paquirri cortó cuatro orejas. Buena entrada, pero sin llegar, ni mucho menos, al lleno. El coso tiene mucho aforo y asomaban toneladas de cemento. Plaza de toros de Nueva Andalucía, próxima a Marbella, ahora llamada plaza de toros Puerto Banús… El joven mexicano César Pastor, se convirtió en doctor en tauromaquia. Gustó, porque supo dominar el natural nerviosismo, trascendencia, responsabilidad de la alternativa y estuvo aseado, valiente y tesonero. Vistió de grana y oro, y el nuevo terno terminó roto, a consecuencia de las aparatosas cogidas sufridas. Al dar una media para cerrar una serie de verónicas a su primero, fue volteado, afortunadamente sin consecuencias. El azteca clavó tres pares de banderillas. Alargó demasiado – en su afán de agradar – la faena de muleta al toro de la ceremonia. Pinchazo y media que basta. Fue aplaudido y dio la vuelta al ruedo. En su segundo, que brindó a Antonio Ordóñez, estuvo muy bien. Comenzó con pases de rodilla al filo de las tablas. Midió la duración de la faena. Pinchó dos veces en hueso y estocada. Oreja y vuelta al ruedo.
César Pastor recibe la alternativa de manos
de Rafael de Paula
Foto cortesía del blog Toreros Mexicanos
El toro de la ceremonia se llamó Soñador y esa tarde Rafael de Paula fue abroncado por lo que fue interpretado como una actitud indolente de su parte – aunque la crónica dice que sus toros fueron el peor lote de la corrida – y refiere que se escuchó este grito desde los tendidos: «Paula, ¿es que no puedes ni con las “peritas en dulce” de los carlosnuñez?». Por su parte, Paquirri se alzó como el gran triunfador al cortar cuatro orejas y salir en hombros de la plaza.

Confirmó su alternativa el 22 de diciembre de 1979 en la Plaza México, de manos de Curro Rivera y ante el testimonio de Manolo Arruza, lidiando la terna toros de Campo Alegre – el toro de la ceremonia fue Serenito – y el día de San Isidro de 1982, hizo lo propio en Madrid, de manos de José Fuentes y con Francisco Ruiz Miguel de testigo. El toro de la ceremonia se llamó Pelele y fue del hierro de Francisco Martínez Benavides.

César Pastor se fue de los ruedos en Aguascalientes el 3 de mayo de 1998, después de que las empresas, con su actitud, le dijeron que era un torero que no les interesaba. Esa tarde cortó dos orejas y la impresión que causó fue la siguiente:
El quinto de la tarde, herrado con el número 125, de nombre “Zapatito” y con 488 kilogramos fue el toro de la despedida para César Pastor. El diestro salió a entregarse desde el inicio para recibirlo con dos largas cambiadas pegado a las tablas, posteriormente lanceó a la verónica cargando la suerte. Su enemigo cumplió en varas y Pastor, tras hacer un quite por chicuelinas, se decidió a cubrir el tercio de banderillas... Tras brindar la faena al público el torero hizo un segundo brindis a sus pequeños hijos a quienes entregó la montera. Aprovechó el buen estilo del toro para templar sus embestidas, por ambos lados teniendo de fondo “Pelea de Gallos”. Antes de entrar a matar escuchó “Las Golondrinas” y tras dejar una estocada entera y desprendida, las lágrimas rodaron por sus mejillas. En los tendidos surgió una manta que decía “César, torero honesto, la fiesta te necesita ¡quédate!”… La autoridad concedió las dos orejas y Víctor, hermano del diestro, fue el encargado de retirarle la coleta, misma que César entregó a sus hijos entre la ovación general.
César Pastor retornó a los ruedos el 22 de abril de 2007, para alternar en Mexicali con El Pana y Manolo Arruza en la lidia de toros de Jaral de Peñas. La corrida trascendió por la grave cornada sufrida por el banderillero Pepe Luna, de quien se dijo, había muerto en la plaza, sin que fuera cierto. Al final, lo más torero de la sesión fue la actuación de César Pastor, quien tras de esa tarde, no ha vuelto a vestirse de luces.

Otras informaciones de la fecha

La tarde de la alternativa de César Pastor fue una de acontecimientos importantes en las plazas de España. En el Puerto de Santa María, Paco Ojeda recibía la alternativa, con toros de los Herederos de Carlos Núñez de manos de El Viti y llevando como testigo a José Luis Galloso. También con toros de Núñez, El Cordobés reaparecía en solitario en Benidorm cortando la friolera de cinco orejas y un rabo.

En los hechos por venir, se anunciaban dos mixtas en Madrid, para 25 y 29 de julio, con Andrés Torres El Monaguillo y Bartolomé Sánchez Simón con toros de García Romero y dos novillos de Juan Mari Pérez Tabernero para la torera Maribel Atiénzar. La segunda sería con toros de Arcadio Albarrán, luego sustituidos por un encierro del Marqués de Villagodio para Juan Antonio Alcoba Macareno y Sánchez Cáceres que confirmaba y dos novillos de Peralta para Maribel Atiénzar y también se daba a conocer que la alternativa de Espartaco se programaba para el 2 de agosto en Huelva, de manos de El Cordobés.

En la actualidad, César Pastor se dedica a formar toreros y a guiar la carrera de su hijo José María, quien se prepara para iniciar su carrera en los ruedos como novillero.

domingo, 14 de julio de 2013

Detrás de un cartel (IX)

El cartel de la
remembranza
José Ramón Tirado había debutado en la Plaza México en septiembre de 1950. Su divisa fue el valor a toda prueba y un toreo pirotécnico, en el que lucía su dominio de lo que muchos consideran suertes accesorias y que combinadas con la exposición con la que las ejecutaba, involucraban de inmediato a los públicos en su quehacer en el ruedo, independientemente de que los aficionados más ortodoxos reconocieran su gran valentía, pero no quedaran muy conformes con sus procedimientos.

Tirado, de la mano de El Pipo

Apoderado por Rafael Sánchez El Pipo, llegó a España en 1956 y acerca de esa relación entre el torero de Mazatlán y su peculiar apoderado, Javier Manzano cuenta lo que sigue:
Su primera peripecia, añagaza y osadía la perpetró a finales de los 50 con el mexicano José Ramón Tirado a quien para darle a conocer en España le inventó la siguiente historia contada por él mismo: "iba a llegar Franco de un viaje y llamé a Tirado para que sacase un billete de avión para ese mismo día pero que no viajase. En el aeropuerto estaba toda la prensa esperando al Caudillo y yo a través de un fotógrafo amigo hice correr el rumor de que el torero que llegaba ese día no lo haría porque se había tirado del avión. Al momento todos los periodistas estaban a mi alrededor y yo inventando la historia; al día siguiente todo el mundo conocía a Tirado. Pero no me quedé ahí sino que la seguí alimentando y un par de días después me inventé que un barco había rescatado al torero en alta mar y que aquello era un milagro. Tirado volvió a llenar páginas de periódicos y revistas, y esa temporada todo el mundo quería verle torear...
En ese ambiente se presenta en Madrid el 8 de julio de 1956. Los novillos fueron 5 de Atanasio Fernández y uno de El Pizarral de Casatejada. Sus alternantes Fermín Murillo y Paco Pita y le cortó la oreja al primero de su lote, lo que le aseguró ser repetido el siguiente jueves, en esta ocasión alternando con Pepe Cáceres y Victoriano Valencia y lidiando de nueva cuenta novillos de Atanasio Fernández

Hace 57 años

Esta última tarde cortó una oreja al sexto y dejó las cosas listas para que el domingo 15 volviera a actuar en Las Ventas, esta vez alternando con Pepe Cáceres y Juan Jiménez El Trianero para dar cuenta de un encierro de Garro y Díaz Guerra procedencia José Bueno (hoy la ganadería es la de Laurentino Carrascosa y se ha decantado por el encaste Domecq).

En esa tercera ocasión José Ramón Tirado abriría la puerta grande de la plaza de Madrid y de acuerdo con las crónicas que pude localizar, lo hizo a base de redaños y de carisma. En primer término está la apreciación de don Luis Uriarte Don Luis, en la Hoja de Lunes del día siguiente al festejo, de la que extraigo lo que sigue:
Dos orejas al mejicano Tirado en Madrid. Valor atómico... El valor de que hace alarde el mejicano José Ramón Tirado es más que heroico, más que temerario, más que brutal; es un valor de locura, que tendríamos por inconsciente si ello no fuera lo consciente en la fiesta de toros – como si se tratara de la guerra – de un torero que quiere ser torero. Dada la época en que vivimos, nada lo calificaría mejor que decir que es un valor atómico. Hasta por la impávida tranquilidad con que lo derrocha el mejicano en cuestión... Saltemos, para seguir con lo mejor de lo bueno e hilvanar con lo que decíamos del valor de Tirado, al tercer novillo. Un bravo ejemplar, como casi todos los lidiados, con excepción del sexto, de Garro y Díaz Guerra, quienes se apuntaron un nuevo y muy estimable éxito. El mejicano lo había lanceado a la verónica y quitado por chicuelinas con su reconocida valentía. El primer muletazos lo dio, según acostumbra, sacándose al enemigo por la espalda. Después, en los redondos sobre la derecha, en los naturales sobre la izquierda – con el mismo aguante de sus anteriores actuaciones, pero más erguido y con más temple – y en los de adorno de frente, de costadillo, de espaldas y hasta de coronilla, dicho sea sin exageración, puesto que en uno de ellos cayó, empitonado, cabeza abajo, compuso un faenón que se jaleó con inusitado estrépito, entre un entusiasmo elevado al cubo del paroxismo. Y como de contera se volcara sobre el morrillo para clavar una estocada que puso el punto y raya del matador a la emocionante labor del torero, las dos orejas se le concedieron sin discrepancias y la ensordecedora ovación no se interrumpió mas que al final de la vuelta al ruedo, en breves instantes de respiro, para volver a tronar mientras el triunfador saludaba nuevamente desde el tercio. Pocas veces hemos visto en una plaza de toros un mayor y más increíble desprecio del peligro... Así quedó plantado en lo más alto el pabellón taurino del mejicano, ya que lo del sexto novillo no cuenta, por ser absolutamente cierto que el morlaco, manso, bronco y peligroso, no se prestaba a más que a la faena de aliño con que Tirado lo preparó para quitárselo de enmedio con dos pinchazos, media estocada y un descabello. Se le aplaudió en reconocimiento de la dificultad del trance...
La segunda es la aparecida en el diario madrileño ABC, firmada por José María del Rey Caballero Selipe. quien según Joaquín Vidal era, un ejemplo permanente de dignidad en el ejercicio de la profesión para cuantos nos dedicamos a este oficio... y retomo de lo escrito por él, lo que sigue:
Sangre vivaz. Se llenó la plaza, sin duda porque el cartel reunió aliciente, y, sobre todo, orque el mejicano Tirado, que en él figuró, había despertado, por sus temeridades de días anteriores, el interés de la gente... Los Sres. Garro y Díaz Guerra, que por la presentación de su ganado cumplieron con las exigencias de la plaza madrileña, por la bravura de sus reses, gustaron el aplauso del graderío, que vio como los novillos, con temperamento inextinguible, mantuvieron codicia y bríos para la pelea con los montados, y empuje sostenido para el cite de los engaños: es posible que los lidiadores estimasen excesiva la acometividad de los astados, pero los aficionados se recrean en el juego que las reses desarrollan, sin apagamiento, durante su vida en la arena. La excepción al conjunto, merecedor de buena nota para los criadores, la constituyó el novillo lidiado en último lugar... Entre todas las reses recibieron veintiún puyazos, y a alguna, como la corrida en cuarto lugar, el castigo le resultó insuficiente... El mejicano Tirado, que se recreó al ceñirse por chicuelinas en un quite al primero y con el capote a la espalda en otra intervención ante el segundo novillo, se apretó en el lanceo al tercero, aunque no cumplió los tiempos de la verónica, si bien se ajustó en su sucesión y en la media de remate; despertó la emoción de la galería en un quite temerario por chicuelinas, con cierre de revolera, y desarrolló una labor abierta, con cite en los medios y salida de la res al variarla con displicente asomo de la franela por la espalda, y continuada con agobio de terrenos y correlativo sobresalto del graderío, progresivamente entusiasmado a mediad que el muletero, en los redondos, en multitud de pases de espaldas, en otros de rodillas, en afarolados y en molinetes, acertaba a mover los resortes más sensibles de la masa, que cuando el azteca, con sentido de la proporción, arrancó oportunamente a matar, y lo hizo de una estocada hasta las cintas en el primer envite, solicitó los trofeos con tal frenesí, que la presudencia hubo de otorgarlos al máximo... Unos entusiastas alzaron a hombros a Tirado y pese a disconformidades, ruidosamente manifestadas, se lo llevaron... por la puerta grande. Valdría la pena defender la tan ponderada seriedad de la plaza de Madrid...
Tirado y Pepe Cáceres en la óptica
de Antonio Casero (ABC, Madrid
17 de julio de 1956)
Como lo ven, de las relaciones escritas de Don Luis, y de Selipe, se advierte el reconocimiento sin cortapisas al valor del torero mazatleco, aunque de la opinión de ambos se desprenda que no convienen totalmente en los procedimientos que usaba ante los toros. No obstante, la tarde que aquí me ocupa José Ramón Tirado salió en hombros de Las Ventas y sumó algo que al paso de los años se vuelve cada vez más complicado de replicar, pues en una semana toreó tres veces allí y cortó cuatro orejas de los novillos que enfrentó.

Otras informaciones de la prensa de esos días

La prensa de la fecha hablaba además del homenaje que se hizo a Nicanor Villalta en Zaragoza y en el que se lidiaron novillos de Moreno Yagüe y en el mismo, toreó el propio Villalta que cortó una oreja; también cortaron una oreja Domingo Ortega, Julián Marín y Jumillano, en tanto Antonio Vázquez fue ovacionado y Marcos de Celis se llevó las 2 orejas de su novillo. Al final del festejo, el alcalde de Creta, Teruel, le entregó a Villalta una placa con el título de hijo predilecto... También relata que el novillero de Arles, Pierre Schull fue herido de gravedad en Carabanchel, en tanto que Joselito Huerta, en la corrida final de la feria de Pamplona cortó el rabo al segundo de su lote (6º), en tarde en la que alternó con Antonio Bienvenida, Paco Mendes y el rejoneador Ángel Peralta en la lidia de toros del Vizconde de Garci – Grande, y Gallardo (3º). También consigna que Gregorio Sánchez fue herido en La Línea de la Concepción al enfrentar toros de José Villar alternando con Dámaso Gómez y Chicuelo II. Por otra parte, deja constancia de que Chamaco cortó 4 orejas y rabo y Carlos Saldaña 3 y rabo en Barcelona cuando alternaban con Rafaelito Chicuelo en la lidia de novillos de Antonio Urquijo. Cierran estos retales lo sucedido en San Sebastián, donde Paco Pita resultó lesionado en un ojo, en tanto que Fermín Murillo cortó una oreja y Sergio Díaz fue ovacionado al lidiar novillos de Escudero Calvo.

José Ramón Tirado
Tirado recibió la alternativa en Mérida, España el 12 de octubre de ese mismo año, apadrinándole Litri y llevando el testimonio de Antonio Ordóñez. El toro de la ceremonia se llamó Cuellolargo y fue de Manuel González. La confirmó en la Plaza México el 13 de enero siguiente, recibiendo otra vez los trastos de manos de Litri y siendo el testigo el Güero Miguel Ángel y el toro Remador de La Laguna el de la cesión.

En el San Isidro de 1957 El Pipo le consiguió tres tardes y en la primera, el 10 de mayo, confirmó su alternativa extremeña de manos de Julio Aparicio y fungiendo como testigo Antoñete. El toro cedido fue Medianejo de Eusebia Galache. Tirado ya no pudo repetir los exitos de su temporada novilleril y este paso isidril fue el último que hizo por la plaza madrileña.


José Ramón Tirado falleció en Ontario, California, Estados Unidos, el 27 de marzo de 2010.

domingo, 7 de julio de 2013

Relecturas de Verano IV: Ignacio Sánchez Mejías. Sobre Tauromaquia

Uno de los argumentos más manidos de los que se oponen a la Fiesta de los Toros consiste en intentar negar el valor cultural que tiene. No hay espacio para la duda en cuanto al hecho de que en torno a las cosas de los toros, muchas y muy variadas expresiones culturales se han tejido. Pero aún crece esa vertiente cultural cuando los propios actores de la Fiesta son quienes aportan a esas manifestaciones su visión desde dentro.

Las expresiones literarias de Ignacio Sánchez Mejías parecen hacerse públicas poco tiempo después de su primera retirada de los ruedos en 1922. Aunque solo un año dejará los redondeles, para actuar sin interrupciones hasta 1927, año en el que se mete de lleno, ahora sí, a las cuestiones literarias. Paco Aguado  refiere así esta dedicación a la literatura y la conjunción de Ignacio con la Generación del 27:

Sánchez Mejías fue un humanista, un hombre que mezcló en una sola persona acción y pensamiento y al que la gran Literatura le debe la iniciativa de convocar, congregar y aglutinar a los entonces incomprendidos e inadaptados poetas de la que llamarían Generación del 27. Si Belmonte se puso a la sombra de los consagrados, Ignacio apostó por los malditos en aquella reunión en el Ateneo de Sevilla y la posterior fiesta en su finca de Pino Montano. Su amigo Federico, a quien salvó de la depresión de poeta en Nueva York, se lo pagó con creces escribiendo el epitafio más hermoso que nunca pudo tener un torero. Fue aquel llanto por una muerte que le tenía obsesionado desde la tragedia de Talavera y que los gitanos, como la de Joselito o la de Granero, hacía tiempo que venían oliendo. Porque, volviendo de nuevo a Luján, durante veinte años, se salvó de ella emborrachándola con su propia sangre a cada cornada feroz que recibía, y siempre se libró por milagro...

Entre los incomprendidos a los que se refiere Paco Aguado, se encontraban Rafael Alberti, José Bergamín, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Luis Cernuda y Federico García Lorca y a partir de ellos, organiza en Sevilla las conmemoraciones del tercer centenario de la muerte de Góngora, las que tienen lugar el 11 de diciembre de 1927. Después, preparará Las Calles de Cádiz, para reivindicar la pureza y la autenticidad del flamenco y del cante jondo. Las Calles de Cádiz se presentó en el Teatro Español de Madrid el 14 de octubre de 1933 y en él participarán Encarnación López La Argentinita y los bailaores gaditanos Rafael Ortega, La Macarrona, La Malena y La Fernanda, ésta última compañera de cartel de La Gabriela y de La Mejorana en el café sevillano del Burrero.

Es también en 1929 cuando pronuncia su célebre conferencia en la Universidad de Columbia en Nueva York y cuando comienza a publicar artículos de opinión en El Heraldo de Madrid, sobre cosas de toros, pero también, abordando temas complicados como los relativos a la censura a la que oficialmente estaba sujeta la prensa de su época.

Posteriormente abordará también la crítica y la crónica taurinas en el diario sevillano La Unión, en el que contaba a la afición su punto de vista sobre las corridas que toreaba en esos días, llegando incluso a cuestionar con profundidad y calidad de argumentos, la actuación de quienes presidían las corridas en las que él actuaba, mismas que por lo regular eran el objeto de sus narraciones.

Sánchez Mejías, el escritor

El profesor de la Universidad de Sevilla, Juan Carlos Gil González, novillero en su día – Carlos de la Serena fue su alias artístico – es quien estudia a detalle los escritos periodísticos de Sánchez Mejías y hace una interesantísima selección de ellos, de manera tal que pueden cubrir las distintas temáticas que el torero abordaba en esas comunicaciones. Sobre ellas señala el profesor Gil:

…se observa con meridiana claridad su tozuda defensa de la libertad y la fecundidad aplastante de sus reflexiones sociopolíticas. Y algo más, suficientemente inusual como para ser recordado tras el paso de su historia: la decencia de su postura inalterable ante las dictaduras de la pluma periodística al servicio de intereses espurios era una actitud vital. Que se sepa, Ignacio Sánchez Mejías jamás coqueteó con los filibusteros del periodismo para ganarse su favor con fraude de ley. Al contrario, pudo exhibir sin complejos una decencia poco usual en su gremio, muy dado a dejar en manos de terceros sin escrúpulos la fontanería de los bajos fondos. Su aventura de intentar combatir de frente los hechos injustos no mordió su prestigió taurino aunque sí le generó un sinfín de enemistades…

La recta personalidad de Ignacio Sánchez Mejías se mantuvo inalterada aún en los medios literario y periodístico. Igual se condujo delante de los toros, que en los despachos de los empresarios – recuérdese el veto al que fue sometido en 1925 –, como ante los círculos gobernantes del llamado cuarto poder y quizás fuera por ello, que luchara contra esa censura existente de manera oficial en los días en los que publicaba sus pensamientos en los diarios españoles.

El libro

Juan Carlos Gil González reúne en la obra una interesante variedad de textos y prepara el terreno al lector con un minucioso estudio previo. Se incluyen en él dos conferencias. La primera seguramente es – por su temática – la que pronunció en la Universidad de Columbia y hay una segunda dedicada al análisis de los encastes del toro de lidia. Particularmente destacaré un tríptico dedicado a lo que hoy llamamos la defensa de la fiesta, en el que de manera inteligente y por demás amena, aborda el caso de las llamadas sociedades protectoras de animales, mismas que he transcrito en esta misma bitácora y que pueden consultar en estas tres ubicaciones: 1, 2 3.

La publicación de Sobre Tauromaquia, es una especie de continuación del rescate de la obra del torero – literato, dado que unos meses antes, la propia Editorial Berenice sacó a la luz una novela inédita de Sánchez Mejías titulada La Amargura del Triunfo, obra acerca de la que Andrés Amorós considera lo siguiente:

…un retrato prototípico del ascenso y desengaño de un torero, con claves y un trasfondo muy originales debido a las manos, de sobra autorizadas, de las que procede… un verdadero hallazgo literario, por tratarse de un personaje tan importante en la literatura y la cultura española…

La colección recopilada y analizada por el profesor Juan Carlos Gil se formó con materiales procedentes del archivo de la familia del torero y con una concienzuda revisión hemerotecas y se centra principalmente en el ambiente de la fiesta, el campo y – como lo señalaba antes – en la defensa de la Fiesta de los toros. Algunos de los textos seleccionados por el profesor Gil eran inéditos y otros muchos resultaban desconocidos, por estar en las profundidades de las hemerotecas.

Más como en relecturas anteriores, detengo aquí la explicación sobre el contenido de la obra, con la idea de invitarles a su lectura, a descubrir en sus páginas el rigor y la inteligencia con la que Ignacio Sánchez Mejías trataba – sobre todo – los temas de esta Fiesta. Agrego mi acostumbrada coletilla, en el sentido de que no me parece justo el descubrir el total de la obra, pues eso creo que va en detrimento de la posibilidad de que sea leída, lo que contraría la intención de todo autor. 

Sobre Tauromaquia se presentó en Sevilla el 15 de diciembre de 2010 y fue comentado por Antonio García Barbeito, Juan Carlos Gil González y David González Romero.

Referencia Bibliográfica: Sobre Tauromaquia. Obra periodística, conferencias y entrevistas. – Ignacio Sánchez MejíasJuan Carlos Gil González (selección de textos, edición y estudio previo). – Editorial Berenice. – 1ª edición, Sevilla, 2010, 232 páginas, con ilustraciones en blanco y negro. – ISBN 978 – 84 – 92417 – 48 – 3. 

Nota aclaratoria: Esta imagen, que sirve para ilustrar la portada del libro fue tomada en México. Precisamente en la ganadería de La Punta, en donde los hermanos Francisco y José C. Madrazo y García Granados implantaron la moda de practicar el acoso y derribo con un automóvil. La escena resulta interesante, porque todo el atavío andaluz quedó desechado para su práctica en esa forma y si no, obsérvese el sarakoff que adorna la cabeza de Ignacio Sánchez Mejías en la escena campera.